¡Santo Dios! Qué cruz, Jesucristo. ¡Por todos los cielos! ¿Dónde iremos a parar? Que Dios se apiade de nuestra alma, Jesús...
Referencias aparte, solo con leer la descripción me he reído cosa fina. La idea es... "original", desde luego. Supera con creces al trivial bíblico.