Confieso que cuando estoy sola acostumbro llorar pero por alguna razón nunca lloro delante de otras personas.
Confieso que no me considero alguien fuerte y que siempre me prometo que lo seré, pero a la mínima tengo pensamientos muy negativos.
Confieso que aún así seré muy fuerte. Después de todo lo que no te mata...
Confieso que tengo bastantes manías como que no me muevan mis cosas de sitio y hay un chaval de mi clase que mueve mi mesa cuando nos cambiamos de sitio en matemáticas y me enerva.