Ahoy marineros! bueno me he animado a subir mi primera historia larga.
normalmente escribo originales pero que diablos! saque mi vena fan y me animé con las aventuras de los piratas. Para situaros la historia transcurre entre Thriller Bark y el Archipiélago Sabaody.
Espero que os guste ne?
Capítulo 1.
normalmente escribo originales pero que diablos! saque mi vena fan y me animé con las aventuras de los piratas. Para situaros la historia transcurre entre Thriller Bark y el Archipiélago Sabaody.
Espero que os guste ne?
Capítulo 1.
―¡Oye, Sanji!―Luffy gritó desde el otro lado del Sunny. ―Tengo tanta hambre…
―¡Cállate! Comerás cuando esté listo.―Sanji le dio una calada a su cigarrillo mientras removía la olla e inspiraba para asegurarse de que olía como debía. Pero como siempre, estaba perfecto.
El trayecto hasta el archipiélago Sabaody estaba resultando más largo de lo que esperaban, pero les ofrecía la oportunidad de relajarse con sus nuevos nakamas.
Luffy suspiró, tenía muchísima hambre. Con un pistoletazo de mano se acercó rápidamente hasta donde estaban los demás.
Las chicas disfrutaban del sol de la proa y el buen tiempo mientras Brook las deleitaba con su hermosa melodía de violín. Luffy sonrió al ver a Chopper admirar a Ussop mientras este colocaba lo que parecía pólvora dentro de una de sus balas.
¿Dónde andarían Franky y Zoro? El capitán caminó hasta el interior del gran navío para encontrar a Franky en la cochera donde guardaban el mini merry. Franky se preocupaba mucho por aquel barco, como si necesitara cuidados diarios como una mascota. Al fin y al cabo, el sunny era un miembro más del equipo.
Cuando pensó de nuevo en Zoro, los gritos de Sanji lo distrajeron.
―¡A comer!―Gritó el cocinero desde el segundo piso de la proa. Luffy tropezó al correr hacia la cocina, dejando atrás a Franky que lo miró extrañado. El Cyborg dejó de lago sus herramientas y con un suspiro se acercó donde el resto lo esperaba.
Con ansia los chicos comenzaron a devorar la comida que tenían sobre sus platos. Nami se llevó una cucharada a la boca y lo saboreó, realmente delicioso.
―Nami-swan. He hecho pastelitos de limón de postre, son tus favoritos ¿cierto?―Nami sonrió.
―¡Qué bien!―Dijo Luffy atragantándose. Sanji sacó humo y frunció el ceño.
―Para ti no hay nada. Por cierto…¿dónde está el estúpido marimo? Le toca limpiar los platos. Seguro que duerme…
Zoro abrió la puerta con pereza y bostezó, sentándose en uno de los asientos vacíos junto a sus nakamas.
―¿Y mi plato, cocinero?―Sanji se puso de mal humor de pronto.
―Cuanto lo siento, ya no queda nada…―Mintió el rubio con descaro y una amplia sonrisa.
―¡Que!―Gritó Luffy con desesperación y abalanzándose sobre el pan.
―No bromees, Sanji.―Le dijo Nami con un suspiro. Le lanzó a Zoro un plato y le propinó a Luffy un puñetazo en la cabeza cuando intentó arrebatarle su ración aprovechando que estaba despistada.
De pronto un estruendo y una sacudida los asustó. ¿Qué diablos? Sanji, Zoro y Luffy corrieron hacia la proa para averiguar de dónde provenía aquella sacudida.
Estaban rodeados de restos de navíos hundidos. Nami se sorprendió, no comprendía nada.
―Esto no tiene sentido.―Dijo ella mirando alrededor del Sunny.―Aquí no debería haber nada, ¿cuánto hemos estado dentro? Diez minutos, veinte…¿de dónde han salido todos estos barcos?
―¿No será que has cometido un error de cálculo en el trayecto?―Ussop no pudo esquivar la patada de la pelirroja que le dio directo en la mandíbula y lo lanzó a la otra punta del barco.
―Vosotros.―Dijo ella señalando al capitán, Zoro y Sanji. Estos ahogaron un grito temerosos de ser víctimas de la gata enfurecida.―Bajad a ver que hay, quizás algunos restos conserven tesoros.
Los chicos suspiraron pero no se atrevieron a contradecirla. No tuvieron que utilizar el mini merry. Los restos estaban tan compactados que podían caminar sobre ellos.
Sanji caminó sin ánimo. No esperaba encontrar nada de valor en aquel lugar, pero si lo encontrase…Nami se rendiría a sus pies. Aceleró el paso y comenzó a explorar la zona. Había barcos de todo tipo, de la marina, piratas, comerciantes…Quizás su tripulación había muerto en aquel lugar. Miró hacia el cielo y le dio una larga calada a su cigarrillo.
―¡Hey, chicos!―Zoro y Sanji miraron donde se encontraba Luffy, unos metros más allá. Sanji corrió con agilidad a su lado. El chico miraba un punto alejado del cementerio. Un punto en medio del mar.
Era una chica.
―¿Qué es eso?―Preguntó Luffy extrañado. No podía acercarse a ella. Sanji fue el voluntario que en silencio nadó hasta donde se encontraba la desconocida. Pero había algo extraño. No estaba flotando sobre el agua, estaba literalmente sobre ella. Como si el mar fuera una superficie plana.
Sanji la atrajo hacia su capitán y luffy alargó sus brazos para cogerla. Estaba inconsciente.
Salió del agua y la alzó en sus brazos mientras Luffy los agarraba con fuerza y disparaba su mano hacia el sunny.
―¡Zoro!―Gritó el capitán para alertar al espadachín que se había ido hacia la proa del sunny.
―Voy.―Dijo este desenvainando una de sus katanas.
Zoro se colocó delante del sunny y con un golpe de katana despejó el camino para el barco.
―¡Super, Zoro!―Gritó Franky manejando el timón para sacar al sunny de aquel cementerio.
Dejaron a la chica tumbada sobre la hierba. Era joven, con el pelo largo y rubio como el trigo, llevaba un fino vestido azul que estaba mojado y su piel era pálida y fría.
―¿Será una superviviente de alguno de los barcos?―Preguntó Ussop a los demás que rodeaban
Zoro subió a cubierta y se sacó la camiseta para secarla. Vio a sus compañeros en un círculo rodeando algo. Chopper le pidió a Sanji que la dejara en la enfermería.
―¿Qué ocurre?―Preguntó acercándose al resto. Miró la causa del alboroto, una chica joven. Abrió los ojos de par en par.
―¿Lilith?―Todos miraron al espadachín con sorpresa.
―¡Cállate! Comerás cuando esté listo.―Sanji le dio una calada a su cigarrillo mientras removía la olla e inspiraba para asegurarse de que olía como debía. Pero como siempre, estaba perfecto.
El trayecto hasta el archipiélago Sabaody estaba resultando más largo de lo que esperaban, pero les ofrecía la oportunidad de relajarse con sus nuevos nakamas.
Luffy suspiró, tenía muchísima hambre. Con un pistoletazo de mano se acercó rápidamente hasta donde estaban los demás.
Las chicas disfrutaban del sol de la proa y el buen tiempo mientras Brook las deleitaba con su hermosa melodía de violín. Luffy sonrió al ver a Chopper admirar a Ussop mientras este colocaba lo que parecía pólvora dentro de una de sus balas.
¿Dónde andarían Franky y Zoro? El capitán caminó hasta el interior del gran navío para encontrar a Franky en la cochera donde guardaban el mini merry. Franky se preocupaba mucho por aquel barco, como si necesitara cuidados diarios como una mascota. Al fin y al cabo, el sunny era un miembro más del equipo.
Cuando pensó de nuevo en Zoro, los gritos de Sanji lo distrajeron.
―¡A comer!―Gritó el cocinero desde el segundo piso de la proa. Luffy tropezó al correr hacia la cocina, dejando atrás a Franky que lo miró extrañado. El Cyborg dejó de lago sus herramientas y con un suspiro se acercó donde el resto lo esperaba.
Con ansia los chicos comenzaron a devorar la comida que tenían sobre sus platos. Nami se llevó una cucharada a la boca y lo saboreó, realmente delicioso.
―Nami-swan. He hecho pastelitos de limón de postre, son tus favoritos ¿cierto?―Nami sonrió.
―¡Qué bien!―Dijo Luffy atragantándose. Sanji sacó humo y frunció el ceño.
―Para ti no hay nada. Por cierto…¿dónde está el estúpido marimo? Le toca limpiar los platos. Seguro que duerme…
Zoro abrió la puerta con pereza y bostezó, sentándose en uno de los asientos vacíos junto a sus nakamas.
―¿Y mi plato, cocinero?―Sanji se puso de mal humor de pronto.
―Cuanto lo siento, ya no queda nada…―Mintió el rubio con descaro y una amplia sonrisa.
―¡Que!―Gritó Luffy con desesperación y abalanzándose sobre el pan.
―No bromees, Sanji.―Le dijo Nami con un suspiro. Le lanzó a Zoro un plato y le propinó a Luffy un puñetazo en la cabeza cuando intentó arrebatarle su ración aprovechando que estaba despistada.
De pronto un estruendo y una sacudida los asustó. ¿Qué diablos? Sanji, Zoro y Luffy corrieron hacia la proa para averiguar de dónde provenía aquella sacudida.
Estaban rodeados de restos de navíos hundidos. Nami se sorprendió, no comprendía nada.
―Esto no tiene sentido.―Dijo ella mirando alrededor del Sunny.―Aquí no debería haber nada, ¿cuánto hemos estado dentro? Diez minutos, veinte…¿de dónde han salido todos estos barcos?
―¿No será que has cometido un error de cálculo en el trayecto?―Ussop no pudo esquivar la patada de la pelirroja que le dio directo en la mandíbula y lo lanzó a la otra punta del barco.
―Vosotros.―Dijo ella señalando al capitán, Zoro y Sanji. Estos ahogaron un grito temerosos de ser víctimas de la gata enfurecida.―Bajad a ver que hay, quizás algunos restos conserven tesoros.
Los chicos suspiraron pero no se atrevieron a contradecirla. No tuvieron que utilizar el mini merry. Los restos estaban tan compactados que podían caminar sobre ellos.
Sanji caminó sin ánimo. No esperaba encontrar nada de valor en aquel lugar, pero si lo encontrase…Nami se rendiría a sus pies. Aceleró el paso y comenzó a explorar la zona. Había barcos de todo tipo, de la marina, piratas, comerciantes…Quizás su tripulación había muerto en aquel lugar. Miró hacia el cielo y le dio una larga calada a su cigarrillo.
―¡Hey, chicos!―Zoro y Sanji miraron donde se encontraba Luffy, unos metros más allá. Sanji corrió con agilidad a su lado. El chico miraba un punto alejado del cementerio. Un punto en medio del mar.
Era una chica.
―¿Qué es eso?―Preguntó Luffy extrañado. No podía acercarse a ella. Sanji fue el voluntario que en silencio nadó hasta donde se encontraba la desconocida. Pero había algo extraño. No estaba flotando sobre el agua, estaba literalmente sobre ella. Como si el mar fuera una superficie plana.
Sanji la atrajo hacia su capitán y luffy alargó sus brazos para cogerla. Estaba inconsciente.
Salió del agua y la alzó en sus brazos mientras Luffy los agarraba con fuerza y disparaba su mano hacia el sunny.
―¡Zoro!―Gritó el capitán para alertar al espadachín que se había ido hacia la proa del sunny.
―Voy.―Dijo este desenvainando una de sus katanas.
Zoro se colocó delante del sunny y con un golpe de katana despejó el camino para el barco.
―¡Super, Zoro!―Gritó Franky manejando el timón para sacar al sunny de aquel cementerio.
Dejaron a la chica tumbada sobre la hierba. Era joven, con el pelo largo y rubio como el trigo, llevaba un fino vestido azul que estaba mojado y su piel era pálida y fría.
―¿Será una superviviente de alguno de los barcos?―Preguntó Ussop a los demás que rodeaban
Zoro subió a cubierta y se sacó la camiseta para secarla. Vio a sus compañeros en un círculo rodeando algo. Chopper le pidió a Sanji que la dejara en la enfermería.
―¿Qué ocurre?―Preguntó acercándose al resto. Miró la causa del alboroto, una chica joven. Abrió los ojos de par en par.
―¿Lilith?―Todos miraron al espadachín con sorpresa.
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