Nota de la autora:
Bienvenido seas, moador de estas tierras de Internet. Hoy me gustaría mostrarte mi Fanfic de Inazuma Eleven. Si no sabes de qué va esta serie trata te animo a que lo leas igual, pues he intentado escribirlo para todo tipo de públicos. Por otra parte, si conoces Inazuma me gustaría que tengas en cuenta que he añadido una serie de personajes femeninos (uno de ellos el narrador) y que, aunque intento ceñirme a la historia original, me veo obligada a cambiar alguna cosa por conveniencias del guión. Destacar que no va a haber yaoi, o al menos no como trama principal, ya que no es un tema del que personalmente me guste escribir. Por último quiero añadir que esto es una nueva versión de otro fanfic que empecé a escribir en Wattpad con 12-13 años (a día de hoy engo 18) al que tengo un cariño especial. A día de hoy la versión antigua no está publicada (menos mal) y lo que voy a escribir aquí está publicado en otras plataformas, pero me gustaría llegar a la mayor gente posible. Sin más dilación os dejo la introducción:

0. Memoria
Diario 2012/2/4:
 
"¡Hola! Soy Blair Sallow una estudiante de secundaria del Raimon. Desde que entré en el instituto formo parte del club de fútbol, aunque me he hecho jugadora al inicio de este curso. Tengo un talento especial, dicen. Estoy a punto de cumplir 14 años, pero supongo que no llevo una vida habitual para una chica de mi edad, un tema complicado. ¡Bueno, a parte del fútbol también me gusta la música! Pero eso no viene al caso. Hoy estamos jugando un partido importante para el equipo. Si ganamos hoy haremos historia en el mundo del fútbol. ¡Tengo fé en que ganaremos!"

 Eso fue lo primero que escribí en el cuaderno en el que contaría la historia de mi vida adolescente, aunque en aquel momento no lo sabía, solo quería guardar recuerdos de los partidos. Hoy con 21 años vengo a contároslo todo. Han pasado muchos años y las cosas han cambiado, aunque estoy segura de que mis recuerdos son más bonitos a lo sucedido en realidad. Sin embargo, quiero intentar escribirlo todo ahora que he conseguido algo de paz en mi vida. Además he de admitir que acabo de recuperar este viejo diario. Bueno, voy a comenzar con aquel partido del 4 de febrero.

1.Inicios

Hacía un par de semanas que la Royal Academy, la escuela con el mejor club de fútbol del país, nos había invitado a jugar un amistoso. ¿Por qué un equipo mediocre como nosotros? Nadie lo sabía, pero tampoco nos lo cuestionamos en exceso. Todos llegamos al partido con la ilusión de ganar. El capitán y portero, Mark Evans, estaba convencido de que después del entrenamiento intensivo saldríamos victoriosos. El equipo entero lo creía, especialmente por el nuevo fichaje, Axel Blaze, uno de los mejores delanteros del país.

Llegamos a la Royal Academy entre risas. Era un día nublado y frío de invierno. El ambiente del instituto acompañaba al día: tenía el aspecto una enorme cárcel metálica, rodeada de tinieblas. Recuerdo que el ambiente tétrico nos sorprendió mucho, diría que algunos hasta se asustaron al llegar. El capitán de la Royal, Jude Sharp, nos esperaba tranquilo en la entrada. Nos quedamos a una cierta distancia de él, mientras Evans se acercaba a saludar.
-Encantado, soy Mark Evans, el capitán del Raimon.
-Lo sé -le dijo de forma cortante mientras le estrechaba la mano-. Bienvenidos a la Royal, Raimon.
Nos guió a través del retorcido instituto hasta nuestro vestuario y nos indicó cómo llegar al campo. Mientras los chicos entraban a cambiarse Sharp se me acercó por la espalda sin hacer ruido y me dijo demasiado cerca del oído:
-Si quieres te llevo a los baños de chicas.
Me asusté y me quedé sin palabras por un momento, pero fui capaz de girarme y contestar.
-Estoy acostumbrada a cambiarme con ellos. Pero gracias.
Entré al vestuario aún medio asustada. Mientras me cambiada de ropa pensé que quizás el tono de mi respuesta había sido muy brusco, pero no suele ser agradable que alguien se te acerque al oído por la espalda y te diga cosas, sobre todo si es alguien a quien no conoces. Rápidamente estábamos listos para jugar. Teníamos miedo e ilusión a partes iguales. Corrimos al campo, no sin antes perdernos por los pasillos un par de veces, y el partido comenzó.

 Blaze y yo sacamos de centro. Sin mucho esfuerzo marcamos el primer gol, pero a partir de ahí las cosas se torcieron. Los delanteros de la Royal sacaron de centro y llegaron a nuestra portería sin mucha dificultad. Tiraron a puerta. Aunque más que a puerta tiraron al portero. Evans recibió un tiro de espectacular potencia con su vientre. Desde ahí el juego de la Royal se basó en herir al contrario: unos recibían fuertes golpes con el balón en diferentes partes del cuerpo, otros eran víctimas de supertécnicas de dudosa legalidad... Si bien es cierto que el fútbol del país tiene ciertas cosas especiales, como el uso de supertécnicas, normalmente la gente es deportiva. Todos fueron cayendo poco a poco, como si de una guerra se tratase, hasta que solo quedamos Evans, Blaze y yo en pie. Al capitán le dolían los diferentes golpes que había recibido y se le habían colado dos goles, pero no se rendía. Blaze se aquejaba de un pie mientras yo me conservaba en perfecto estado. A los dos delanteros "estrella" casi no nos habían intentado herir. Evans intentó pasarle el balón a Blaze por enésima vez y al contrario que en los otros intentos, la pelota llegó a su destino. Comenzamos a atacar. Me fijé en que Sharp nos miraba muy detenidamente, analizándonos. La Royal empezó a bloquearnos el paso y a contraatacar pero ninguno de los dos equipos llegaba a tirar a puerta, como si estuvieran usándonos de entretenimiento. Me invadió un gran sentimiento de ira y frustración: todos nuestros compañeros estaban en el suelo, agotados. No podía permitirlo, tenía que vengar el daño que habían hecho.

 De repente me sentí mas fuerte que nunca. En el campo se levantó un fuerte viento que parecía emanar de mi. Mis compañeros a penas se veían afectados por él, mientras que a los jugadores de la Royal les hacía la vida imposible. Una estado de confusión y sorpresa comenzó a ocupar el campo. Vi terror en las caras de nuestros contrincantes. Blaze pareció percatarse de la oportunidad para remontar el partido y juntos marcamos dos goles, dejando un 3-2 a nuestro favor al final. El viento paró. Me sentí muy débil y mareada. Caí al suelo de rodillas. Ví a mis compañeros, ya algo recuperados de las heridas celebrar la victoria a lo lejos. Tenía la vista algo borrosa. Sentí pasos hacía mi, miré hacia atrás y vi a Sharp acercarse.
-Os subestimé-dijo-. Pero sobre todo te subestimé a ti. Estoy casi seguro de que tú eras el viento.
Me tendió una mano para ayudarme a ponerme en pie. La acepté pero me fallaron las piernas. Con un movimiento rápido me cogió en brazos. Parecía que el capitán de la Royal iba a decir algo, pero varias personas del equipo llegaron en mi ayuda. A partir de ahí a penas recuerdo nada de lo qué pasó ese día.