He encontrado cinco poemas en una carpeta que se llama así (Estrellas en el mar)... Los poemas están escritos por mí, obviamente.
No se me da bien escribir poesía, pero bueno, supongo que no está de más compartir (?). Que yo entré aquí diciendo que escribía y que quería publicar libros y esas cosas... Y al final este subforo es que menos visito.
Y nada, ya iré metiendo conforme vaya escribiendo más poemas.
AL LADO IZQUIERDO
Sucumbiendo a la brisa de esta noche,
el frágil verano se apodera de mí.
Recuerdo la distancia y el olvido
me suplica de rodillas volver en sí.
Como un habitante en mi memoria
juegas a las cartas con mis emociones.
Ganas con la vergüenza ante tu imagen
sin dejarme esconder por los rincones.
Mensaje de fuego por mis palabras
de las que ya no soy más dueña.
Se me escaparon por un arrebato
y ahora es el rojo el que me enseña.
Mensaje de hielo para este corazón
que arde y hiela en un salto constante.
Mi mayor deseo sería salir huyendo,
pero lo único que puedo es encararte.
Me hiciste palpitar con tu voz,
con esa con la que me escribes letras.
Mi alma se rinde ante el afecto
con el que siempre la penetras.
Y es que te quiero sin poderlo evitar.
Es esta reciprocidad la que me contenta.
Saber que puedo confiarte mi fragilidad
el cariño en mis sentimientos despierta.
Río y lloro en un vaivén delirante
que me lleva a la tortura de la duda.
Hago un esfuerzo por alcanzarte,
pero es la confusión la que me escuda.
Es este planeta de locos que no entiendo,
mi mundo entero en la cuerda floja.
Siento el golpe inhumano de la realidad
y en mi soledad de mis sueños me despoja.
El amargo suspiro de la eterna esclavitud
llena mis pulmones cuando me adentro
en la fría y oscura cárcel del lugar
donde solo con mi reflejo me encuentro.
Esa mirada profunda de todo y nada,
esa pupila de resistir sin mostrar
y esa llama que en una bravuconada
sufre de incontinencia verbal.
Soy yo, la que cae y se levanta,
la que fingiendo cuenta su verdad,
la que ríe y llora nuevamente
porque no sabe si reír o llorar.
Golpeo con fuerza hasta quebrar
el cristal que me refleja incansable.
De nada sirve si nadie lo ve
y mi rostro resulta inalcanzable.
Por mi mejilla se divierte cuesta abajo
una lágrima que sonríe al ver tu mano,
esa que me extiendes sin dudar
porque crees en este ser humano.
Y dándose un baño están
en esta noche de verano.
Mis ojos son la boca de un tobogán
bajando mi vida a contramano.
Con los pies en el suelo regresa
la distancia que siempre conservo
y aunque lucho, pues la duda pesa,
porque estás, ya no me exacerbo.
Gracias por apostar por mí,
gracias por dejarme tener tu recuerdo.
Te doy la bienvenida a mi mundo
cuya entrada verás al lado izquierdo.
DISTANCIA
El dolor que perturba a un corazón herido
es el veneno de las lágrimas de nostalgia,
de esa que sientes por lo que no has vivido
y que te hace soñar fantasías y magia.
Debería estar prohibida la distancia,
echarnos de menos con el puño en la boca,
ver a la impaciencia pavonearse con arrogancia
y saber que, aun corriendo, toda distancia es poca.
La añoranza es un mal que se sufre incurable,
te ahoga en el miedo y en anhelos incumplidos,
te arropa en el tiempo, que es el mayor culpable
de robarte el gozo de lo que has conocido.
El odio se despierta en el Babel del olvido,
las almas arden en el infierno de hielo
y andan con sigilo un tortuoso camino
esperando a tocar con sus dedos el cielo.
Tu nombre, tu voz, tu recuerdo,
mi piel al hallazgo del aire que exhalas,
te busco con ansia, pero no te encuentro
y la distancia me hiere como mil balas.
Háblame, por favor, tenme piedad.
Hazme saber que por lo menos existes.
Quiero imaginarte como si fuera verdad
y dejar de mirarme con estos ojos tristes.
MIS LÁGRIMAS SABEN A TIZA
Tras un estruendo que estremece a mi oído,
una losa cae sobre mi conciencia y corazón.
El peso de la muerte me destroza los sentidos
y los recuerdos encarcelan mi razón.
Mi memoria blanca y verde se tornó,
de mi espalda salieron las alas que esculpiste,
y aunque la vida por siempre nos unió,
un ángel se divierte jugando al despiste.
En esta travesura de hueso carcomido
haces una travesía por el laberinto,
arriesgándote a pasar por el cruce del olvido,
consciente de que ahora todo será distinto.
Al otro lado de un alto muro de ladrillo
escucho el eco de tu alma al pasar
y cuando camino de vuelta por el pasillo,
lloro al saber que no te puedo abrazar.
Tu mirada fijamente me atormenta
y me asomo a observar por la ventana
cómo te disfruta una luna contenta
con la que espero disfrutar yo el mañana.
Un suspiro me acompaña al cerrar los ojos,
contemplo las estrellas y escucho tu risa.
Mi mundo se llena de dolor y de enojos,
por esta noche mis lágrimas saben a tiza.
AMOR Y ENOJO
Mis ígneos ojos abrumados
Lloran de confusión junto a tu nombre.
Sufren de sentimientos encontrados,
Tristes de que ya nada les asombre.
Vieron una verdad mentirosa,
Sonrieron a palabras vacías,
Se emocionaron con tu prosa
Y escribieron inspirados poesía.
Alternando amor y enojo
Sucumbieron ante ti durante meses.
Jugaste con fuego, dejaste rastrojos,
Teniéndolos a tus pies mil veces.
No supiste aprovechar el tiempo,
No aprendiste a valorar su afecto.
Para ti fue todo un pasatiempo,
para ellos eras el mundo perfecto.
Ahora la desilusión me ahoga.
Quisiera confiar en tus recuerdos,
Pensar en tu regreso, cortar mi soga,
Disfrutar tu amistad sin acuerdos.
Pero en el fondo sé que no es cierto.
Me cuesta soltarte porque te quiero.
Lucho, pero mi corazón no despierto
Y mi mente le pide que se ponga fiero.
La indiferencia mata todo sentimiento
Y esa utopía persigo incansable.
Cuando creo conseguirlo, me miento:
Regreso al amor inconmensurable.
DESPIDIENDO A UN FANTASMA
Debería odiarte por desaparecer como un fantasma;
debería ignorarte por mostrar tu enojo sin motivo;
sin embargo, toda esa banalidad ya no me entusiasma
porque muy a mi pesar te sigo llevando conmigo.
Tu ausencia no me causa indiferencia necesaria,
tu recuerdo aún vive en mi corazón como si nada.
Me absorbo dentro de una burbuja imaginaria
en la que por ti aún me siento acompañada.
En el precipicio del tiempo observo el rompeolas:
quisiera saltar, dejarme arrastrar mar adentro.
Pero también hay rocas y en mi reflexión a solas
deduzco que el miedo me impide ir a su encuentro.
Ese es el valor que toman los recuerdos más felices
que, aun perdidos y rotos, no los quiero desaparecer.
Y, aunque son pasado, marcan unas dulces cicatrices
ocultando la supina estulticia que dejas entrever.
La necedad impidió enfrentarme a la despedida
de alguien que un buen abrazo no supo valorar.
Abandono de esperar por una amistad ya perdida
que, date cuenta, como tal jamás vas a encontrar.
No se me da bien escribir poesía, pero bueno, supongo que no está de más compartir (?). Que yo entré aquí diciendo que escribía y que quería publicar libros y esas cosas... Y al final este subforo es que menos visito.
Y nada, ya iré metiendo conforme vaya escribiendo más poemas.
AL LADO IZQUIERDO
Sucumbiendo a la brisa de esta noche,
el frágil verano se apodera de mí.
Recuerdo la distancia y el olvido
me suplica de rodillas volver en sí.
Como un habitante en mi memoria
juegas a las cartas con mis emociones.
Ganas con la vergüenza ante tu imagen
sin dejarme esconder por los rincones.
Mensaje de fuego por mis palabras
de las que ya no soy más dueña.
Se me escaparon por un arrebato
y ahora es el rojo el que me enseña.
Mensaje de hielo para este corazón
que arde y hiela en un salto constante.
Mi mayor deseo sería salir huyendo,
pero lo único que puedo es encararte.
Me hiciste palpitar con tu voz,
con esa con la que me escribes letras.
Mi alma se rinde ante el afecto
con el que siempre la penetras.
Y es que te quiero sin poderlo evitar.
Es esta reciprocidad la que me contenta.
Saber que puedo confiarte mi fragilidad
el cariño en mis sentimientos despierta.
Río y lloro en un vaivén delirante
que me lleva a la tortura de la duda.
Hago un esfuerzo por alcanzarte,
pero es la confusión la que me escuda.
Es este planeta de locos que no entiendo,
mi mundo entero en la cuerda floja.
Siento el golpe inhumano de la realidad
y en mi soledad de mis sueños me despoja.
El amargo suspiro de la eterna esclavitud
llena mis pulmones cuando me adentro
en la fría y oscura cárcel del lugar
donde solo con mi reflejo me encuentro.
Esa mirada profunda de todo y nada,
esa pupila de resistir sin mostrar
y esa llama que en una bravuconada
sufre de incontinencia verbal.
Soy yo, la que cae y se levanta,
la que fingiendo cuenta su verdad,
la que ríe y llora nuevamente
porque no sabe si reír o llorar.
Golpeo con fuerza hasta quebrar
el cristal que me refleja incansable.
De nada sirve si nadie lo ve
y mi rostro resulta inalcanzable.
Por mi mejilla se divierte cuesta abajo
una lágrima que sonríe al ver tu mano,
esa que me extiendes sin dudar
porque crees en este ser humano.
Y dándose un baño están
en esta noche de verano.
Mis ojos son la boca de un tobogán
bajando mi vida a contramano.
Con los pies en el suelo regresa
la distancia que siempre conservo
y aunque lucho, pues la duda pesa,
porque estás, ya no me exacerbo.
Gracias por apostar por mí,
gracias por dejarme tener tu recuerdo.
Te doy la bienvenida a mi mundo
cuya entrada verás al lado izquierdo.
DISTANCIA
El dolor que perturba a un corazón herido
es el veneno de las lágrimas de nostalgia,
de esa que sientes por lo que no has vivido
y que te hace soñar fantasías y magia.
Debería estar prohibida la distancia,
echarnos de menos con el puño en la boca,
ver a la impaciencia pavonearse con arrogancia
y saber que, aun corriendo, toda distancia es poca.
La añoranza es un mal que se sufre incurable,
te ahoga en el miedo y en anhelos incumplidos,
te arropa en el tiempo, que es el mayor culpable
de robarte el gozo de lo que has conocido.
El odio se despierta en el Babel del olvido,
las almas arden en el infierno de hielo
y andan con sigilo un tortuoso camino
esperando a tocar con sus dedos el cielo.
Tu nombre, tu voz, tu recuerdo,
mi piel al hallazgo del aire que exhalas,
te busco con ansia, pero no te encuentro
y la distancia me hiere como mil balas.
Háblame, por favor, tenme piedad.
Hazme saber que por lo menos existes.
Quiero imaginarte como si fuera verdad
y dejar de mirarme con estos ojos tristes.
MIS LÁGRIMAS SABEN A TIZA
Tras un estruendo que estremece a mi oído,
una losa cae sobre mi conciencia y corazón.
El peso de la muerte me destroza los sentidos
y los recuerdos encarcelan mi razón.
Mi memoria blanca y verde se tornó,
de mi espalda salieron las alas que esculpiste,
y aunque la vida por siempre nos unió,
un ángel se divierte jugando al despiste.
En esta travesura de hueso carcomido
haces una travesía por el laberinto,
arriesgándote a pasar por el cruce del olvido,
consciente de que ahora todo será distinto.
Al otro lado de un alto muro de ladrillo
escucho el eco de tu alma al pasar
y cuando camino de vuelta por el pasillo,
lloro al saber que no te puedo abrazar.
Tu mirada fijamente me atormenta
y me asomo a observar por la ventana
cómo te disfruta una luna contenta
con la que espero disfrutar yo el mañana.
Un suspiro me acompaña al cerrar los ojos,
contemplo las estrellas y escucho tu risa.
Mi mundo se llena de dolor y de enojos,
por esta noche mis lágrimas saben a tiza.
AMOR Y ENOJO
Mis ígneos ojos abrumados
Lloran de confusión junto a tu nombre.
Sufren de sentimientos encontrados,
Tristes de que ya nada les asombre.
Vieron una verdad mentirosa,
Sonrieron a palabras vacías,
Se emocionaron con tu prosa
Y escribieron inspirados poesía.
Alternando amor y enojo
Sucumbieron ante ti durante meses.
Jugaste con fuego, dejaste rastrojos,
Teniéndolos a tus pies mil veces.
No supiste aprovechar el tiempo,
No aprendiste a valorar su afecto.
Para ti fue todo un pasatiempo,
para ellos eras el mundo perfecto.
Ahora la desilusión me ahoga.
Quisiera confiar en tus recuerdos,
Pensar en tu regreso, cortar mi soga,
Disfrutar tu amistad sin acuerdos.
Pero en el fondo sé que no es cierto.
Me cuesta soltarte porque te quiero.
Lucho, pero mi corazón no despierto
Y mi mente le pide que se ponga fiero.
La indiferencia mata todo sentimiento
Y esa utopía persigo incansable.
Cuando creo conseguirlo, me miento:
Regreso al amor inconmensurable.
DESPIDIENDO A UN FANTASMA
Debería odiarte por desaparecer como un fantasma;
debería ignorarte por mostrar tu enojo sin motivo;
sin embargo, toda esa banalidad ya no me entusiasma
porque muy a mi pesar te sigo llevando conmigo.
Tu ausencia no me causa indiferencia necesaria,
tu recuerdo aún vive en mi corazón como si nada.
Me absorbo dentro de una burbuja imaginaria
en la que por ti aún me siento acompañada.
En el precipicio del tiempo observo el rompeolas:
quisiera saltar, dejarme arrastrar mar adentro.
Pero también hay rocas y en mi reflexión a solas
deduzco que el miedo me impide ir a su encuentro.
Ese es el valor que toman los recuerdos más felices
que, aun perdidos y rotos, no los quiero desaparecer.
Y, aunque son pasado, marcan unas dulces cicatrices
ocultando la supina estulticia que dejas entrever.
La necedad impidió enfrentarme a la despedida
de alguien que un buen abrazo no supo valorar.
Abandono de esperar por una amistad ya perdida
que, date cuenta, como tal jamás vas a encontrar.
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