Leí por segunda vez «La Leyenda de Gilgamesh»; la primera fue hace años. Gilgamesh no es retratado como un tipo particularmente malo, más allá de las características de casi todo monarca: autoritario, déspota y represivo con su pueblo (también dícese de él, muy mujeriego). Ishtar sí queda como mala, o más bien, caprichosa y vengativa (como la gran mayoría de dioses). Gilgamesh la rechaza porque conoce los antecedentes de Ishtar: haberle hecho daño a todos a quienes amó, y éste no quería ser el próximo.
Extracto:
Vamos, y men[cionaré para ti] tus amantes:
De...[.. ] para Tammuz, el amante de tu juventud, Has ordenado
llantos año tras año. Habiendo amado al pintado pájaro pastor,
le lastimas, rompiendo su ala. (50) En los sotos permanece,
chillando: "¡Mi ala"!
Después amaste a un león, perfecto en fuerza; siete hoyas y
siete cavaste contra él. Luego a un garañón amaste, famoso en
la batalla; el látigo, el acicate y la brida ordenaste para él.
Decretaste para él un galope de siete leguas, decretaste para él
una bebida de agua cenagosa; ¡para su madre, Silili, ordenaste
gemidos!
Después amaste al guardián del rebaño, el cual siempre
amontonó para ti pasteles, (60) a diario sacrificó cabritos por ti;
pero tú le afligiste, trocándole en lobo, para que sus gañanes le
ahuyentaran y sus perros le mordieran las ancas.
Luego amaste a Isullanu, jardinero de tu padre, que te ofrecía
siempre cestas de dátiles, y diariamente adornó tu mesa. Tus
ojos se levantaron hasta él, tú fuiste a él: "Oh Isullanu mío,
¡probemos tu vigor! ¡Extiende tu «mano» y toca nuestra
«modestia»!"
(70) Isullanu te dijo: "¿Qué deseas de mí? ¿Acaso no coció mi
madre, no he comido, para que yo pruebe el manjar hediondo,
impuro? ¿Protegen las cañas del frío?".
Cuando le oíste [hablar] así, le castigaste y le convertis[te] en un
topo. Le colocaste en medio de. . [. ]; No puede subir... no puede
bajar... Si me amas, [me tratarás] como a ellos.
El manjar hediondo impuro!!!