Mayordomo
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INTRODUCCION
Año 1610, promesas de oro y riquezas llegan del nuevo mundo cautivando a reyes, aventureros y por supuesto también piratas. Las ciudades avanzan con nuevas construcciones donde el Imperio Español se encuentra en su máximo desarrollo gracias al comercio. Sin embargo, en frente, las naciones de Inglaterra, Francia y Holanda luchan también por extender sus dominios en el Nuevo Mundo. Una tierra, donde los cañones y las Galeras de Guerra se preparan para entrar en combate. Abordajes, duelos a espada y ataques furtivos donde aventuras y tesoros aguardan a todos los valientes en cada rincón del Caribe. En un mar surcado por enemigos sin ley y sin patria es donde allí una nueva leyenda nace, un pirata sin igual, oculto entre los misterios de la historia. La Leyenda de la Perla Negra.
LISTA DE PERSONAJES
1.- Protagonistas
Elise Valerie
Conocida por muchos como la “Perla Negra”. Es la principal protagonista de la serie. Elise es uno de los piratas más temidos que ha permanecido oculto en la historia. Se le reconoce por haber asaltado los barcos de los piratas más temidos del caribe, incluyendo el de Erick Barbaroja, el pirata más peligroso de los mares.
Acerca de su pasado, se cuenta que fue descendiente de una familia aristocrática mayormente Francesa y un poco Española que en busca de aventura y riquezas se asientan en la isla Perla, una de las islas más hermosas del caribe bajo el dominio Español pasando su infancia al lado de su familia. Sin embargo, se descubre que ellos no son su verdadera familia por lo que su verdadera nacionalidad y origen permanecen en un misterio.
Sin embargo, su feliz infancia al lado de su familia adoptiva llega a su fin cuando su casa es allanada por los hombres del Marques Roldán quienes asesinan a su padre y secuestran a su familia por acto de odio y rivalidad. Elise intenta escapar pero es malherido en el proceso creyéndose muerta. Después del incidente fue criado bajo el cuidado de un herrero famoso en la ciudad del cual aprende mucho y con el tiempo decide trabajar en una embarcación para viajar por el mundo y encontrar su familia. No obstante, el capitán de la embarcación resulta ser un hombre muy cruel que trata a su tripulación como esclavos. Tras convencer a la tripulación y elaborar un ingenioso plan, consiguen amotinarse del barco arrojando por la borda al cruel comerciante y nombrando a Elise como nuevo capitán del barco y sin tener un lugar donde ir, dedican su vida a la piratería sin haberse dado cuenta antes que Elise resulta ser una mujer y como es muy raro la existencia de piratas mujeres su verdadera identidad permanece oculta solo bajo los ojos de sus camaradas y amigos. Con el tiempo adquiere algunos barcos en el cual forma un convoy formado por tres de sus mejores barcos a bordo del Madrid en Llamas, su buque insignia.
Ella tiene una personalidad fría y calculadora, aunque hay veces que ciertas personas la sacan de quicio, en especial Elena. Debido a ello y la ropa masculina que ella utiliza es confundida muchas veces por un hombre por lo que a ella no le presta atención excepto cuando le causa serios malentendidos en su vida personal.
Jack Valente
Es uno de los miembros de la tripulación de Elise y capitán de uno de los barcos de su convoy. Fue un capitán pirata solitario que saqueaba a cualquiera que se le atraviese en su camino hasta que fue derrotado por Elise. En el pasado fue su amigo de infancia y se separaron cuando este huye de casa con la oportunidad de buscar fama y riqueza convirtiéndose en el Rey Pirata de los Mares. Su mayor vergüenza no fue solo ser derrotado por su amigo de infancia sino que recién se da cuenta que es mujer. Algo que muchas veces ocasiona que este se rebele y desafíe en muchas ocasiones la autoridad de Elise. Sin embargo, para sorpresa ella sigue aceptándolo diciendo que no hay mejor que un pirata con ambiciones. Por su extraño acento, podría decirse que es de origen Inglés y Español.
Hogan Morobosi
Parte de la tripulación de Elise siendo Contramaestre del Madrid en Llamas. Elise y Tom se conocen justo en dicho barco cuando se amotinaron en contra del cruel comerciante el cual lo motivó mucho diciendo que la seguirá durante toda su vida. Sin embargo, eso le destrozó cuando se reveló que Elise es mujer y no hombre por lo que comienza a comportarse como idiota y algunas veces rebelde frente a ella siendo uno de los personajes más cómicos de la serie. Su gran defecto es que es un mujeriego que persigue a cualquier chica que se le atraviese por lo que en algunas ocasiones hace todo lo posible por obligar a Elise a vestirse como mujer pero sin resultado. Por ello, le dicen “morboso”, “pervertido”, “granuja”, etc.
A pesar de actuar muchas veces como un estúpido hay momentos en que actúa de forma madura y seria fuera de lo que siempre aparenta. Su nacionalidad es Francesa.
Mei Morobosi
Es la hermana menor de Hogan y encargada de la cocina a bordo del Madrid en Llamas. Tras verse sorprendida por la valentía y habilidades de Elise, decide unirse a la tripulación con el fin de vigilar a su hermano mayor ya que siempre se mete en problemas. Además de Elise, es una de las pocas mujeres piratas en la tripulación. Tiene buenas habilidades en la cocina por lo que se queda a cargo de la cocina y suministros para la tripulación. Además también es experta en el manejo de cañones por lo que pese a su joven apariencia, es más peligrosa de lo que parece.
Dragan
Miembro de la tripulación de Elise y está al mando de uno de los navíos del convoy. Es amigo de la infancia de Jack y Elise quienes vivieron juntos en Isla Perla tras el asedio de Roldán y sus hombres. Busca venganza contra aquellos que dejaron en desgracia su hogar natal y además se rumorea que su abuelo perteneció a un grupo de exploradores que encontraron un tesoro legendario y que solo posee una parte del mapa que hizo.
2.- Personajes Secundarios
COLONIA ESPAÑOLA
Ramírez de la Rosa
Es el Virrey Español a cargo de las islas españolas del Caribe. Tiene una personalidad reservada pero tranquila. Se preocupa mucho por la situación de sus colonias pero no dispone del tiempo y dedicación para estar pendiente de todas ellas por lo que sus Gobernadores se encargan mayormente del asunto. Tiene una hija llamada Elena del cual se preocupa mucho pero prefiere no demostrarlo frente a ella. Hace su aparición cuando Elena es secuestrada por nada menos que un pirata Frances muy peligroso y su consejero le aconseja que para combatir a un terrible pirata no hay mejor que contratar a otro pirata. Allí es donde se entera acerca de Elise y la contrata ofreciéndole una Patente de Corso el cual le permite atacar a cualquier embarcación bajo el nombre de España.
Elena de la Rosa
Hija del Virrey Español y posteriormente uno de los personajes más destacados en la historia. Por casualidades del destino, ella pasó la mayor parte de su juventud en la Isla Perla, la misma donde vivió la protagonista en su infancia. Ella se pone muy triste al saber que la situación económica de la isla es pésima y el Gobernador fue obligado a renunciar por lo que se genera una severa crisis. Sin embargo, con el tiempo, de forma sorprendente, la situación cambia drásticamente debido a la colaboración de un comerciante misterioso que ha ayudado con la escasez de recursos en la isla trayendo riquezas y productos para comerciar. Emocionada por saber la identidad del misterioso sujeto, se revela que se trata de La Perla Negra, la famosa pirata. Al ser secuestrada por el pirata Frances, Elise es asignada para su rescate y con la ayuda de su valiente pero rara tripulación logran rescatar a Elena de las manos de sus captores quedando profundamente agradecida por su valiente héroe del cual se enamora ignorando que se trata de una mujer por lo cual desde entonces busca la manera de conquistarla pero a ella solo le importa el mar y su sed de venganza.
Adelia Valerie
Es la hermana menor de Elise. Al ser llevada prisionera por el malvado Roldán fue vendida como esclava en una isla en territorio Holandés. Posteriormente fue llevada a servir a la hija del Virrey Holandés como sirviente. Después de convencer a la hija del Virrey realizando misiones y demostrando su valía consigue liberar a su hermana sin que nadie se entere de su identidad y relación con ella hasta el final cuando se reúnen y ella le revela a Adelia la verdad dejándola muy conmovida y feliz de verla nuevamente. Pese a su dulce carácter, es muy terca cuando se propone a hacer algo, quizá algo que aprendió de Eilse en su infancia. Después de conseguir su libertad, ella intenta convencer a Elise a unirse a su tripulación pero esta le niega diciendo que no piensa permitir que su vida sea manchada como ella.
COLONIA HOLANDESA
Cordellia Armsberg
Cordellia es uno de los personajes clave en la historia. Siendo no solo la hija del Gobernador de Nassau sino también la nueva jefa del Gremio de Comerciantes del Imperio. Conoce a Elise en una partida de ajedrez en la cual es vencida fácilmente por primera vez, algo que le produjo frustración hasta recordar que la jugada que hizo para vencerla la hizo un buen amigo de su padre.
Juega un papel importante en la búsqueda del tesoro del abuelo de Dragan y además en la reconstrucción de Isla Perla tras ser asediada nuevamente por el Marqués Roldán
CAPÍTULOS
Cronica 01: La Familia Valerie
Cronica 02: La Perla Negra
Cronica 03: Imperio y Piratas
Cronica 04: Dragan Hallard
Cronica 05: Fiebre del Oro
Cronica 06: La princesa y la sirvienta
Cronica 07: En busca del tesoro perdido
Cronica 08: La fiebre del oro
Cronica 09: Elise vs Jack, una batalla por los vínculos
Cronica 10: Asedio en Isla Perla
Cronica 11: El Azote de Santo Domingo
Cronica 12: Amigos por siempre
Cronica 13: Elena de la Rosa
Cronica 14: Una doncella en apuros
Cronica 15: Patente de Corso
Cronica 16: La Leyenda de Perla Negra
Inició el tema
Mayordomo
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Hola! Aqui les dejo el primer capitulo de la serie. Espero que les guste.
CRONICA 01: La Familia Valerie
Isla Perla, una pequeña isla ubicada en los mares del Caribe, famosa por sus abundantes cosechas y es vecina de varias islas de mayor comercio en el Continente Americano. Se caracteriza principalmente por sus colinas sembradas de hermosas flores de Orquídeas Violeta de la cual hace honor al nombre de la isla.
Nuestra historia comienza en una finca ubicada en uno de los extremos de la isla, perteneciente a una de las familias aristocráticas de Francia y España.
Un día de primavera, dos niñas juegan alegremente en la colina de flores silvestres. La mayor es de cabello castaño largo, de mediana estatura, ojos verdes como esmeralda, usa un vestido blanco adornado con bordes azules mientras que la menor de cabello pelirrojo, baja estatura, ojos marrones y usa un vestido de color anaranjada con bordes blanco.
- ¡Hermana, espérame! – Grita la hermana menor intentando alcanzarla.
- Eres muy lenta Adelia, date prisa. – Responde la hermana mayor.
- Es que no puedo correr con este vestido.
Mientras tanto, los padres de las niñas las observan mientras dan un paseo por la colina…
- Hoy hace un hermoso día. – Dice el padre.
- Querido, ¿no crees que sea momento de decirle a Elise la verdad? – Dice la madre, preocupada.
- ¿Te refieres a que Elise no es nuestra verdadera hija?
- Sí, tarde o temprano ella descubrirá la verdad y no quiero que sufra cuando lo sepa.
- Estuve pensando en ello, pero creo que todavía no es el momento adecuado. Esperemos un tiempo más cuando tenga la madurez necesaria para entenderlo.
- Es verdad. Por cierto, ¿es verdad que el abuelo vendrá a visitarnos esta noche?
- Así es, esta noche celebraremos una fiesta para Elise.
- ¡Es una excelente idea!
- Sabía que te gustaría. Espero que eso logre animar las cosas.
- Pero, ¿sabes? Pienso que ella sospecha algo. – Dice sonriente la madre.
- ¿Por qué lo dices?
- Últimamente se ha vuelto un poco más independiente tratando de hacer las cosas por ella misma.
- Ya veo. Se ha vuelto muy fuerte.
Esa noche se celebraba una fiesta donde participaban los miembros de la familia y amigos cercanos en la Mansión Valerie sin saber que ese sería un incidente que todos recordarían.
En medio de la celebración, los padres de las niñas traen un obsequio para ellas...
- Aquí tienes Elise, felicidades. – Dice su padre.
- Pero, hoy no es mi cumpleaños ¿Qué estamos celebrando? – Pregunta Elise.
- Ah, pues… estamos celebrando por la prosperidad en la isla y el tiempo en que nuestra familia empezó a establecerse en ella.
- Ah, ya veo. – Responde Elise.
- Adelia, aquí tienes también tu regalo. – Dice la madre.
- ¡Gracias mamá! – Responde Adelia.
Ambas abren sus obsequios y al ver descubren que se trata de dos colgantes de oro con el nombre inscrito de las niñas en cada uno de los collares.
- Esto es… - Dicen ambas hermanas al mismo tiempo.
- Estuvimos pensando mucho en ello y tanto como tu madre como yo decidimos que este sería un buen regalo para ustedes.
- ¡Muchas gracias! – Responden ambas hermanas.
La celebración continúa en su apogeo. Sin embargo, las cosas empiezan a ponerse peor cuando la fiesta es interrumpida por un violento sonido que hace tumbar la puerta. Un grupo de hombres desalmados entran a la sala causando estragos alrededor.
- ¿Qué significa esto? ¿Quiénes son ustedes? – Pregunta el padre.
- Ustedes vendrán con nosotros – Responde uno de los malhechores.
- ¡Rápido! Querida, llévate a las niñas por la salida de atrás. Yo me encargaré de estos rufianes.
- Pero…
- ¡Date prisa!
Sin dudar más, la madre lleva a las niñas escapando de la mansión mientras que el padre con la ayuda del abuelo y los sirvientes distraen a los rufianes sacando sus espadas que por fortuna tenían escondido debajo de los tapetes de la sala dando comienzo a una lucha. Pese a la seria desventaja, el padre y el abuelo de las niñas lograban resistir los ataques enemigos. Sin embargo, un giro inesperado cambia la situación.
- Yo tiraría mi espada si fuera tú. – Dice una voz confiada por la entrada de atrás.
- Esa voz… ¡Tú eres...! – Dice sorprendido el padre.
- Ha pasado mucho tiempo, viejo amigo.
- ¡Roldán! ¡Imposible! ¡Creí que habías muerto!
- ¡Ja, ja, ja! No lo he olvidado, cómo intentaste dejarme morir aquella vez.
- ¡Estas equivocado! ¡Hice todo lo posible para ayudarte! Además tú fuiste quien insistió en hacer la entrega sabiendo que había mal tiempo.
- No sabes cuánto he esperado este momento. – Dice con una risa malévola Roldán.
- Querido… - Dice la madre tirada al piso junto a las niñas.
Por desgracia Roldán captura a los demás que intentaban escapar arrojándolos en la entrada de la sala…
- ¡Querida! ¡Roldan! ¿Cómo te atreves a hacernos esto?
- He venido a cobrar lo que me pertenece. Estas tierras y todo lo que posees y me refiero a todo.
- ¡No lo permitiré!
En un acto heroico, el padre intenta atacar a Roldán con su espada y consigue hacerle una herida en el rostro pero sus hombres lo atacan a traición por la espalda antes que pudiera acercarse a él dejándolo herido en el piso.
- Admiro tu valentía, solo por eso dejaré que descanses en paz, viejo amigo.
- ¡Aaaargh!
De una estocada, Roldán consigue matar al padre de las niñas dejando el piso manchado de sangre…
- ¡Noooooooo! – Grita con desesperación la madre.
- Jefe, ¿qué hacemos con ellos?
- ¡Llévenselos! Ya decidiré que hacer con ellos por la mañana.
Sin embargo, aprovechando la distracción, Elise consigue eludir a sus captores y empieza a escapar rápidamente fuera de la casa.
- ¡Que no escape inútiles! ¡Persíganla! – Grita Roldán furioso.
Elise corre desesperada subiendo por la colina, su única ruta segura de escape. No obstante, en medio de la persecución llega hacia un acantilado muy alto quedando solo el mar frente a sus ojos.
- No tienes escapatoria, mocosa. – Dice uno de los rufianes.
Inesperadamente, para sorpresa de ellos, la pequeña Elise sin pensarlo dos veces se arroja del acantilado y cae directo hacia el mar con lágrimas de desesperación en sus ojos…
- ¡Maldición! ¡Se nos fue! – Dice enfadado uno de los rufianes.
- Descuida, nadie sobreviviría a esa caída. Regresemos con los demás.
A la mañana siguiente, en la playa cerca al puerto, un misterioso hombre alto, de contextura gruesa, calvo y con barba, da un paseo por el lugar cuando inesperadamente encuentra una niña malherida e inconsciente en las riberas del mar.
- ¡Por las barbas de Neptuno! Será mejor que la lleve a mi casa.
Días más tarde, la niña empieza a recobrar la conciencia y cuando observa a su alrededor nota que se encuentra en la habitación de una casa humilde desconocida para ella. Minutos después el hombre que la rescató de la playa entra a la habitación llevando agua y medicina.
- ¡Oh! Veo que ya despertaste, ¿te encuentras bien?
- ¿Dónde estoy?
- Estás en mi casa en el pueblo de Ribera de Isla Perla. Estuviste inconsciente por varios días.
- ¡Isla Perla! Mi mamá… mi papá…
- ¿Eh? ¿Entonces eres de por aquí? ¿Cómo te llamas?
- Elise.
- Mmm… no me suena ese nombre. No frecuento mucho por el pueblo.
- Elise Valerie…
- ¿Valerie? ¿Entonces eres miembro de la familia Valerie? ¡Santo cielo!
- ¡Mi mamá! ¡Mi papá! ¡Llévame por favor!
- Lo siento mucho, por lo que oído hace unos días, la finca fue asaltada por bandidos. Se llevaron todo y quemaron por completo la mansión. El dueño fue asesinado en medio de la lucha. Por desgracia cuando el ejército llegó ya se habían marchado.
- ¡No! ¡Noooo! ¡Papá!
Elise comienza a llorar en la desesperación recordando aquella tragedia que quedará marcada en su vida el cual despertaría un deseo profundo de venganza donde cambiaría su destino para siempre.
Han transcurrido 9 años en Isla Perla, la joven Elise fue cuidada por Torges, el hombre que la encontró en la playa inconsciente. Es uno de los mejores herreros y artilleros en la isla. Durante todo este tiempo, ella estuvo trabajando como su asistente aprendiendo los secretos de la forja y a reparar cosas. Debido a que ese oficio no lo practican mujeres, ella decide comportarse más como un chico sabiendo que esto le servirá como base para cumplir lo que más anhela, su deseo de venganza y recuperar aquello que ha perdido.
Una tarde estaba entrenando en un duelo de espada con su amigo a quien conoció durante su infancia…
- ¡Prepárate! ¡Esta vez no seré flexible contigo! – Dice el amigo de Elise.
- ¡Aquí voy! – Responde Elise, preparándose para el duelo.
Ambos desenvainan sus espadas y empiezan a luchar, Elise comienza a atacar primero lanzándose a la ofensiva mientras que su amigo empieza a esquivar algunos de sus ataques bloqueando solo aquellos ataques peligrosos.
- ¿Qué pasa Elise? ¿Eso es todo lo que tienes? Te falta mucho si quieres convertirte en el espadachín más fuerte.
- Esto aún no termina.
- ¡Jajaja! Esto es tan solo entretenimiento. Ahora verás el verdadero filo de la espada.
El amigo de Elise con un movimiento sorprendente bloquea el ataque de ella y con una fuerza sorprendente le quita la espada aventándola al piso dejándola sin posibilidad de contraatacar.
- ¡Maldición! ¡He perdido!
- Elise, la fuerza no lo es todo. Tienes técnica pero te falta algo muy importante, no solo tener agilidad y destreza sino lo más importante y se encuentra aquí. – Señala su amigo colocando su puño sobre el pecho.
- Hasta que no lo encuentres, no tendrás oportunidad de vencerme. – Replica nuevamente su amigo.
- Jack… - Dice Elise, lamentando su derrota.
Jack Valente, un joven orgulloso con un espíritu inquebrantable, huérfano tras la muerte de sus padres en una tormenta, dejó el orfanato donde creció para dedicarse a vivir por su cuenta realizando trabajos físicos. Conoce a Elise al trabajar como ayudante en la herrería de Torges formando una fuerte pero extraña amistad.
Al final del atardecer, Elise y Jack se reúnen el mirador que se encuentra en la colina cercana al pueblo, observando el mar.
- Elise, pienso marcharme de este pueblo. – Dice Jack con una mirada seria.
- ¿En verdad piensas irte? – pregunta Elise.
- Así es. No pienso estancarme en este antro el resto de mi vida. Un mundo lleno de posibilidades me espera para que yo lo conquiste.
- ¿Cómo piensas marcharte?
- No pienso decírtelo porque tratarías de detenerme.
- Jack…
- Todo está arreglado. Solo venía a decirte esto para despedirme.
- Pero Torges y los demás estarán muy preocupados por ti.
- Es por eso que me voy de esta forma. No quiero recibir compasión de gente débil y fracasada.
- ¡Jack! ¿Cómo te atreves? – Dice Elise, furiosa.
- Elise, algún día tú también te marcharás de este pueblo si realmente quieres conseguir lo que quieres.
- Pero… eso está fuera de mi alcance.
- ¡No digas tonterías! ¡Un hombre puede conseguir cualquier cosa mientras tengas la voluntad y el alma para conseguirlo!
- Jack…
- Debo marcharme. Te deseo suerte. Es posible que nunca nos volvamos a ver.
Esa noche, Jack fue reclutado para ser miembro de la tripulación de uno de los piratas locales para embarcarse en busca de fama y fortuna. Desde ese día, Elise y Jack no se volvieron a ver. Un año más tarde, Elise comienza a alistar sus cosas para dejar la casa de Torges.
- Ya veo. Así que ya te vas.
- Así es. He conseguido un empleo para trabajar como miembro de tripulación para un barco mercante.
- ¡Jajaja! Vaya, no sé por qué los jóvenes de hoy en día prefieren cada vez más embarcarse en esas alocadas aventuras por el mar.
- Lo sé, pero es algo que he decidido hacer.
- Ahora que lo pienso, ese idiota de Jack se marchó hace un año y no hemos vuelto a saber noticias de él. Supongo que por esa razón piensas ir en su busca, ¿verdad?
- Así es. Sin embargo, también tengo otras razones.
- Entiendo, en ese caso no puedo detenerte. Sin embargo, me habría gustado que disfrutaras de una vida más tranquila como mujer. Cierto que siempre quise tener un hijo pero desde que perdí a mi esposa, de alguna manera me diste una nueva razón para vivir.
- Gracias, se lo agradezco mucho.
- Por cierto, hay algo que debo darte.
Torges saca una pequeña caja de madera de su taller y al abrirla le entrega a Elise el medallón que le dieron sus padres hace mucho tiempo atrás.
- Esto es… - Dice sorprendida, Elise.
- Lo encontré en la playa después de encontrarte inconsciente. Lo estuve guardando hasta el día en que tuvieras que irte.
- Ya veo. Gracias Torges, prometo que no te olvidaré.
- De acuerdo, márchate ya. Sería insoportable que vieras llorar a un viejo lobo de mar.
- Elise, he horneado estas galletas para ti. – Dice la panadera del pueblo.
- Muchas gracias. Los echaré de menos.
Tras despedirse de Torges y sus amigos del pueblo Ribera, Elise se embarca en un viaje por el caribe sin saber que un destino muy importante le espera para ella a través de los mares donde aventuras y peligros la aguardan.
CONTINUARA…
Mazoku
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3.588 ATC
Interesante y sorpresiva a la par que engancha se ve bastante rapida de leer ^_^, esperando el siguiente capitulo.
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Mayordomo
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Muchas gracias por sus comentarios! Aqui va el segundo capitulo donde Elise empieza su primera aventura en el mar.
CRONICA 02: La Perla Negra
Elise Valerie, una joven de aproximadamente 18 años de edad, parte de Isla Perla en una aventura para encontrar dos cosas importantes que ha perdido: su familia y su amigo. Se embarca como miembro de la tripulación de un barco mercante ocultando su género a la vista de todos.
“El Madrid”, un Galeón mercante español cuyo dueño y capitán es Marcos de las Casas, un cruel comerciante que es capaz de conseguir cualquier cosa que se proponga sin importar lo que cueste. Este sería el comienzo de una de las aventuras para aquella joven.
Los días en altamar fueron duros para la tripulación del “Madrid” quienes fueron constantemente reprendidos y castigados injustamente por el capitán.
- ¡Imbécil! ¿Por qué no haces bien tu trabajo? – Dice furioso, Marcos.
- ¡Lo siento mi capitán! Una de las velas necesita repararse, por ello le pedí en el puerto que... – Dice el contramaestre de la embarcación.
- ¡Tonterías! ¡Este barco ha resistido mil tormentas y no pienso gastar inútilmente el tiempo en cambiar una de las velas! El comerciante de Tampico está dispuesto a pagarnos una enorme suma por estas telas por lo que debemos llegar antes que otros comerciantes se aprovechen de la idea. – Responde furioso, Marcos.
- Lo entiendo, pero…
- ¡Escúchame bien pedazo de animal! ¡Si este barco no llega a Tampico en menos de dos días, te arrojaré a los tiburones!
- ¿Menos de dos días? ¡Imposible! Con el viento en contra por lo menos tardaremos…
- ¡Basta de excusas! Los tiburones están hambrientos, así que más te vale que no me falles.
- ¡Sí mi Capitán!
- Voy a revisar unos cálculos en mi libro de cuentas. Estaré en mi camarote ¡Ustedes! ¡Dejen de perder el tiempo y pónganse a trabajar miserables!
Marcos se retira a su camarote mientras que el resto de la tripulación logra aliviarse pero a la vez quedan resentidos ante las crueles palabras del capitán…
- ¡Aaaaah! Y yo que acepté este trabajo para conocer chicas hermosas en cada puerto pero tenía que pasarme esto ¡Esto es horrible! – Dice quejándose el contramaestre.
- ¿Qué sucede? – Pregunta Elise a uno de los marineros.
- Ah, lo mismo de siempre. El capitán anda de muy mal genio y se las agarra con el pobre contramaestre. – Dice uno de los marineros.
- ¡Ese maldito hijo de perra! Siempre tratándonos como si fuéramos basura. Estamos cada vez más hartos de él. – Dice otro de los marineros.
- ¿No han intentado razonar con él? – Pregunta Elise.
- ¿Acaso no lo has visto? Es inútil razonar con él.
- La otra vez mandó a sus matones para castigar a uno de los cocineros a latigazos porque no le gustó la comida.
- Eso fue horrible ¿Cómo puede tratar a sus hombres de esa forma? – Dice preocupada, Elise.
- ¿A qué viene todo este balbuceo? – Pregunta el contramaestre, acercándose a los marineros.
- Estamos hablando sobre la crueldad del capitán con nosotros. – Dice Elise.
- Tal vez no sepas esto porque eres nuevo, pero esto es frecuente en muchas embarcaciones. Aunque este tipo sí que es insoportable. Si pudiera tenerlo frente a frente, le diría… - Dice el contramaestre.
- ¿Bien? ¿Qué piensas decirme pedazo de alcornoque? – Dice sorpresivamente el capitán quien aparece justo detrás de él.
- ¡Eeeeeek!
- Te crees muy valiente o muy idiota para desafiarme, ¿no? Tal vez una sesión de latigazos moldee tu comportamiento ¡Muchachos lleven a este mentecato abajo!
- ¡No! ¡Noooo! ¡Piedad! ¡Ya no volveré a decir nada malo de usted!
- ¡Llévenselo fuera de mi vista!
- ¡Nooooo!
- Pobre Morobosi, ojalá salga vivo de esta. – Dice uno de los marineros.
- ¡Un momento! ¡No es culpa de él! ¡Déjenlo libre! – Grita Elise.
- ¡Silencio muchacho! – Grita el capitán dándole un puñetazo a Elise.
- ¡Y ustedes vuelvan al trabajo! ¡El próximo que vuelva a hablar mal de mí no comerá en una semana!
- ¡Sí señor! – Gritan todos al mismo tiempo.
El joven de estatura mediana, cabello rubio con una apariencia medio chistosa que es llevado a la bodega por los matones del capitán es el contramaestre del barco, Hogan Morobosi quien siempre es maltratado por el Capitán Marcos por las torpezas que comete. Debido a ello, todos se encuentran frustrados por la crueldad del capitán perdiendo las esperanzas.
Esa noche, aquella crueldad que presenció Elise le hizo recordar aquellos momentos de su triste pasado cuando su casa fue asaltada por aquellos malhechores que le quitaron la vida a su padre y perdió aquello que más quería.
- ¿Te encuentras bien chico? El golpe debió haber sido fuerte. – Dice una muchacha, encargada de la cocina.
- No, no es por eso. – Responde Elise,
- Estoy preocupada por mi hermano. Ojalá no lo lastimen mucho.
- ¿Tu hermano? Entonces tú eres…
- Así es. Me llamo Mei Morobosi. Me enlisté a escondidas para que mi hermano no lo note sino no me dejaría viajar con él.
- Ya veo.
En ese momento, los matones del capitán arrojan a Hogan todo golpeado al piso, con varios moretones en el rostro sin poder moverse bien. Posteriormente ellos se retiran.
- ¡Miserables! – Grita furiosa Elise.
- ¡Hermano! ¡Hermano! ¿Qué te han hecho?
Antes que Elise se llevara por la rabia, es interrumpida al ver que Mei empieza a llorar por su hermano herido por los golpes sufridos; debido a este suceso, empieza a preocuparse. Los otros marineros se acercan para ayudarle.
- Solo ha recibido unos cuantos golpes. Por fortuna no es nada serio. – Dice uno de los marineros mientras ayuda a curar a Hogan.
- Oigan, ¿Por qué no intentan amotinarse? Sabiendo lo cruel que es el capitán deberíamos unir fuerzas para detenerlo. – Dice Elise.
- Es fácil decirlo muchacho. Si pudiéramos ya lo habríamos hecho. Mira bien, nosotros estamos desarmados y esos matones están armados. – Dice uno de los marineros.
- Además que todo el armamento se encuentra en el camarote del capitán. Sería un suicidio intentar acercarse a él. – Dice otro de los marineros.
- Se equivocan, todo es posible si unimos nuestras fuerzas. – Dice Elise.
- Ya te hemos dicho que es inútil. No tenemos armas para hacerles frentes. –Dice uno de los marineros.
- Si es por eso, no hay problema.
- ¿Eeeeeeeeeeh? – Dicen todos sorprendidos.
- Si siguen ustedes mis indicaciones, les aseguro que conseguiremos la victoria. Para ello necesito la colaboración de todos.
- A propósito muchacho, ¿Cómo te llamas? – Dice uno de los marineros.
- Elise Valerie de Isla Perla.
- Muy bien Elise, ¿cómo piensas vencer a una banda de forajidos sin armas? Me parece una estupidez. No estoy de acuerdo.
- Deberíamos intentarlo. Haré cualquier cosa con tal de librarme de ese sujeto. – Dice Hogan recuperándose del suelo.
- ¡Hermano!
- Elise, ¿cuál es tu plan? – Dice recuperando el ánimo, Hogan.
- Escuchen todos, este es el plan. Ustedes consigan la pólvora que usamos para los cañones en el almacén, Mei, dile al cocinero que nos preste ahora su horno y cocina.
- ¡Sí! – Responde Mei.
- El resto consigan un poco de tela que hay en la bodega, además de cualquier tubo de fierro que encuentren. Hogan, consíguenos bolsas de harina.
- ¡Espera! ¿Qué rayos planeas hacer? – Pregunta confundido, Hogan.
- Muchachos, mañana en la noche comenzaremos con la operación. Solo confíen en mí y lo conseguiremos.
- Pero, ¿cómo asaltamos el camarote del capitán con esos matones vigilando?
- Todo eso está incluido en el plan.
Siguiendo las indicaciones de Elise, todos se disponen a conseguir los materiales que ella les pidió. Con sus habilidades como herrera que aprendió de Torges empieza a fundir el metal hallado por sus compañeros mientras que Mei distrae a los matones haciéndoles creer que el horno de la cocina está malogrado y lo están reparando para evitar sospechas.
A la noche siguiente, todos estaba preparado y los marineros se encuentran esperando la señal de Elise para actuar. Usando tubos medianos y gruesos como armas, algunos marineros empiezan a disparar bolsas de harina hacia los camarotes del capitán y sus matones provocando que ellos salgan a cubierta tosiendo y cegados por la harina dispersa por el disparo de las armas.
- ¡Cof! ¡Cof! ¿Qué significa esto? – Dice uno de los matones.
- ¡Cogerles! ¡Que no escapen esas ratas! – Dice otro de los matones.
- ¡Rápido! ¡Es nuestra oportunidad! ¡Al ataque! – Grita Hogan, animando a sus compañeros.
Para sorpresa de los bravucones, los hombres de Hogan usan varas de metal modificados por Elise con los metales y chatarra que encontraron por el barco a escondidas de ellos. Una lucha feroz se desata entre los matones y los marineros maltratados de la embarcación.
En ese momento, el Capitán Marcus sale de su camarote sorprendido y enfadado por el escándalo que ocurre en cubierta.
- ¿Qué demonios ocurre aquí? – Pregunta furioso Marcus.
- ¡Tus días de tiranías se acabaron Marcus! – Grita Elise quien lo sorprende por detrás.
- ¡Tú! ¡Maldito mocoso! ¡Debí haberte arrojado a los tiburones cuando tenía la oportunidad!
- Acabemos con esto aquí y ahora.
- Me parece perfecto, voy a matarte de una vez por todas.
Elise coge uno de los sables que hay en el camarote de Marcos, mientras que este desenvaina el suyo y ambos empiezan a enfrentarse en un duelo a espada.
- Muchacho, vas a pagar caro. No creas que vas a vencerme.
- No, tú pagarás por lo que le hiciste a Hogan y a los demás. – Dice furiosa Elise.
En el momento en que Hogan y sus compañeros luchan contra los matones, Elise enfrenta en cubierta al Capitán Marcos en un duelo sorprendente. Marcos se confía creyendo tener la ventaja al ser mayor que ella. Sin embargo, no cuenta que Elise es una gran espadachín y con una sorprendente habilidad usa la técnica de su amigo para dejarlo desarmado y su espada cae al mar dejándolo vulnerable en la popa del barco, quedándose en medio de la embarcación y el mar.
Posteriormente los matones son vencidos ante Hogan y sus compañeros dejándolos inconscientes y amarrados en el suelo.
- ¡Todo se acabó Marcos! ¡Ríndete y te perdonaré la vida!
- ¿De verdad crees que vas a vencerme? ¡Ingenuo!
Inesperadamente el tramposo de Marcos saca a escondidas un cuchillo oculto en su saco y lo arroja a Elise clavándola en el pecho.
- ¡Aaaargh!
- ¡Jajaja! Fuiste muy ingenuo si creías… ¿Queeee?
Sorpresivamente, ella saca el cuchillo ensangrentado con su mano arrojándolo al piso y actúa como si no le hubiera afectado debido a la rabia que ella posee. Sus ojos en ese momento estaban llenos de furia como si recordara la vez en que fue perseguida por los hombres que atacaron la casa de su familia.
- ¡Imposible! ¡Eres un monstruo!
- ¡Eres un estúpido!
Elise sin piedad coge su espada nuevamente y rápidamente ataca a Marcos arrojándolo por la borda del barco cayendo al mar, además para su mala fortuna, un grupo de tiburones se acerca para devorárselo al detectar la sangre.
- Esto se acabó. – Dice Elise mientras coloca su mano derecha sobre su herida, observando la llegada del amanecer.
Aquella noche tormentosa había llegado a su fin y un nuevo amanecer brilla para Elise y sus amigos quienes lograron una hazaña que parecía ser imposible. Con la tiranía del cruel capitán terminada, ellos consiguen el control del barco. Los matones que había contratado Marcos fueron atados y arrojados en un bote al mar perdonándoles la vida.
Horas más tarde, los marineros empiezan con las reparaciones del barco mientras que Hogan y los otros empiezan a decidir qué hacer de ahora en adelante ya que perdieron sus empleos.
En ese momento, Elise se encuentra en el camarote del capitán para cambiarse de ropa y revisar sus heridas pero descubre algo sorprendente.
- ¡No es posible! La herida del cuchillo desapareció por completo ¿Qué significa esto? Es raro, ahora que lo pienso debería haber muerto con esa puñalada. No puedo comprenderlo. Es mejor que no piense más en ello. Ahora lo más importante…
Momentos después, Elise se reúne con Hogan y los otros en la cocina mientras celebran su triunfo sobre su cruel opresor.
- Elise, ¿Cómo se encuentran tus heridas? – Pregunta Hogan.
- Descuida, solo fue una herida sin importancia.
- ¡Increíble! ¿Cómo venciste a Marcos tú solo?
- “No puedes ganar una lucha solo con fuerza. Al igual que tampoco puedes ganar solo con destreza. Para ganar debes combinar todo aquello que sabes y lo más importante de todo, se encuentra aquí.” Esas fueron las palabras de mi amigo. Sin embargo, nunca me dijo lo que significaba pero ahora lo sé. Es creer en sí mismo y tener una razón para luchar.
- ¡Jejeje! Es verdad. Tal vez yo también debería aprender un poco más de eso. Por cierto Elise, todos hemos tomado una decisión.
- Los escucho.
- Como verás, ahora que se ha terminado todo, muchos de nosotros no tenemos un sitio donde volver. Además sería una desgracia irnos con los bolsillos vacíos por lo que hemos decidido embarcarnos en una aventura en busca de tesoros, fortuna y todo aquello que el mar pueda ofrecernos y queremos que tú, Elise seas nuestro capitán pirata.
- ¿Eh? ¿Yo?
- ¡Así es! Con Elise dirigiéndonos no tenemos nada que temer. – Dice uno de los marineros.
- ¡Por favor Elise! – Dice Mei suplicando.
- Bueno, ya los escuchaste ¿Qué dices? Según me contaste había algo que querías recuperar, ¿no es así? – Dice Hogan contento.
- Cierto. El propósito de mi viaje no es para conocer lugares sino para recuperar aquello que he perdido sin importar los peligros que enfrente. Tenía pensado hacer esto por mi cuenta pero si ustedes desean seguirme, me parece bien.
- ¡Bien! Ahora que estamos de acuerdo, un brindis por Elise Valerie, el Capitán Perla Negra. – Dice emocionado Hogan.
- ¿Perla Negra? – Pregunta confundida, Elise.
- ¡Exacto! Bueno, como eres de Isla Perla, pues… ¡Jajaja! Olvídalo, suena algo feminista ese apodo, ¿no?
- No, no me incomoda. Supongo que está bien.
- ¡Chicos! ¡Celebremos en grande esta noche! – Grita Hogan, alzando el tarro.
- ¡Siiiiii! – Gritan todos contentos.
De esa manera, Elise comienza su carrera de pirata siendo el capitán más joven en dicha época dando comienzo a una serie de aventuras y peligros emocionantes en los mares del caribe al mando de su Galeón dándole el nombre del “Madrid en Llamas”.
Sin embargo, al día siguiente, un secreto del nuevo capitán sería expuesto ante todos sus compañeros.
En ese momento, ella se cambia de ropa en su camarote cuando su camarada entra de forma imprevista.
- Capitán, mi hermana consiguió un traje para ti. Seguramente… ¡Eeeek! – Dice Hogan justo antes de sorprenderse.
Hogan, quien al igual que todos sus compañeros, creía que Elise era un hombre al igual que todos ellos descubre un detalle que jamás había cruzado por su mente.
- E-E-Elise tú… tú eres… ¡¿Una chicaaaaaaaaaa?!
- Sí, ¿acaso no lo sabías? No comprendo por qué te sorprendes tanto.
- Esto no puede estar pasando.
Hogan se desploma al piso desmayado por la impresión.
- ¡Oye Hogan, despierta! ¿Qué te sucede?
- Una chica… una chica pirata… ¡Jeeeeeee! – Dice Hogan con una expresión melancólica riendo estúpidamente en el piso.
De esa manera, Elise se convertiría en una de las primeras mujeres piratas más conocidas en numerosas aventuras por los mares del caribe donde muchos peligros y tesoros la aguardan.
CONTINUARA…
Inició el tema
Mayordomo
43
510 ATC
Aqui les dejo el tercer capitulo donde Elise comienza su aventura como la pirata Perla Negra.
CRONICA 03: Imperio y Piratas
Elise Valerie, una joven de aproximadamente 18 años de edad, parte de Isla Perla con el fin de encontrar aquello que ha perdido y vengarse de aquellos que arruinaron su vida. Tras liberar a los marineros esclavizados de la tiranía de Marcos de las Casas, Elise se convierte en el nuevo Capitán del barco al mando de su nueva tripulación dejando su pasado atrás para convertirse en el Capitán Perla Negra quien surcaría los mares en busca de tesoros y nuevos desafíos.
Sin embargo, existe un problema en el cual el Contramaestre de Perla Negra, Hogan Morobosi descubre casualmente poniendo en duda la decisión de todos.
- Capitán Elise, mi hermana consiguió un traje para ti. Seguramente… ¡Eeeek! – Dice Hogan justo antes de sorprenderse.
Hogan, quien al igual que todos sus compañeros, creía que Elise era un hombre por su vestimenta pero descubre un detalle que jamás había cruzado por su mente.
- E-E-Elise tú… tú eres… ¡¿Una chicaaaaaaaaaa?!
- Sí, ¿acaso no lo sabías? No comprendo por qué te sorprendes tanto.
- Esto no puede estar pasando.
Hogan se desploma al piso desmayado por la impresión.
- ¡Oye Hogan, despierta! ¿Qué te sucede?
Minutos más tarde, todos se reúnen en la sala principal mientras que Hogan se recupera del desmayo que sufrió hace poco.
- ¡Jooo, hermano! Pensé que había pasado algo grave por lo que me tenías preocupada. – Dice Mei, la hermana de Hogan.
- ¿Y te parece poco? ¡Todos creíamos que nuestro capitán era un hombre! – Responde Hogan molesto.
- ¿Y eso que tiene de malo? ¿Estás diciendo que las mujeres son débiles?
- ¡Tú no entiendes nada! ¡Además tú no deberías estar aquí, Mei!
- ¿Queeee? ¿Estás diciendo que soy una inútil por ser una chica? ¡Hermano idiota!
- ¡No digas tonterías! ¡Mamá debe estar preocupada por haberme seguido hasta aquí! Se supone que deberías haberte quedado en casa.
- Mamá fue quien me dio permiso para trabajar aquí. Me dijo que te vigilara para que no cometas estupideces.
- (¿Acaso nadie en mi familia me respeta?) – Piensa Hogan con una mirada deprimente.
- Ah, la típica pelea de hermanos. – Dice uno de los marineros.
- De todas maneras Mei, tienes que…
- Si estás tratando de decirme que me vaya a casa es un poco tarde para que me lo digas.
- ¡Muy bien haz lo que quieras! ¡Pero cómo te pongas quejica te me vas de vuelta a casa sin chistar!
- ¡Deja de tratarme como si fuera una niña!
- ¡Lo eres!
Los dos hermanos no dejan de pelear hasta que Elise interviene en la conversación.
- Lo siento, debí explicarles a todos antes para evitar este malentendido. – Dice Elise.
- Bueno, lo hecho, hecho está. Además escogimos a Elise ya que gracias a ella pudimos librarnos de la tiranía de Marcos. – Responde uno de los marineros.
- Es fácil que lo digas, pero ¿qué vamos a hacer ahora? – Pregunta Hogan preocupado.
- Hermano, no sé por qué te preocupas tanto por eso.
- ¡Idiota! ¿Acaso no te das cuenta? ¿Dónde rayos has escuchado que una chica sea un Capitán Pirata, eh?
- Ah, pues… los tiempos cambian, ¿no?
- ¡Sí claro! Como los demás piratas famosos se enteren, seremos el hazmerreír de los siete mares. Incluso el peor de los casos, todos se nos vendrán encima ¡No quiero imaginármelo! ¡Esto es cien veces peor que Marcos me azote en la bodega!
- Hogan tiene razón. Es mejor desistir de la idea. No quiero poner en peligro la vida de mi tripulación de esa manera. – Responde Elise, preocupada.
- ¡De eso nada! Elise, no hagas caso de lo que dice el idiota de mi hermano. Aunque seas una chica, eso no cambiará en nada. Siempre serás nuestro capitán, aparte que me siento muy orgullosa de ti. – Dice Mei con firmeza.
- ¡Sí! Es cierto, ¿cuál es la diferencia? Nadie tiene por qué enterarse. – Dice uno de los marineros.
- Estás en lo correcto. Si nuestro capitán se viste y actúa como lo hace normalmente, nadie notará la diferencia. – Dice otro de los marineros.
- (No sé pero la forma en que lo dicen me incomoda.) – Piensa Elise, desanimada.
- Sí, además ninguno de nosotros se dio cuenta hasta hoy. – Dice positivamente Mei.
- ¡¡Un momentoooo!! – Grita furioso Hogan.
Antes que pudiera decir algo para interrumpir y arruinar la conversación, los otros marineros le tapan la boca y lo arrojan a la bodega del barco.
- Mi hermano no tiene remedio. Volviendo al tema, como los demás dijeron, si actúas como un hombre no habrá ningún problema; además si demuestras que eres mejor pirata que ellos, te respetarán más sin importar si eres mujer o no.
- Buen punto, pero…
- ¿Acaso no te gusta usar este traje de capitán pirata? Luce muy genial en ti.
- Bueno, no puedo negar que es bonito.
- ¡Entonces quedamos así! ¡Los que estén de acuerdo levanten la mano!
Todos los marineros levantan la mano, indicando estar de acuerdo con la propuesta de Mei.
- Gracias muchachos, me esforzaré bastante. – Responde conmovida Elise.
Momentos más tarde, todos se preparan para iniciar el viaje mientras la Capitana Elise se dirige a los timones.
- ¿Cuál es nuestro siguiente destino? – Pregunta uno de los marineros
- Buena pregunta, la verdad aún no estoy decidida ¿Hogan? – Dice Elise, con dudas en su mente.
- No pienso escuchar a una mujer que sea el capitán. – Responde molesto, Hogan.
- ¡Hermano! – Grita Mei, furiosa.
- Ah, no hay más remedio. Escucha Elise, para convertirte en un pirata de renombre no basta tener una tripulación y hacerse a la mar. Es necesario realizar una serie de tareas para mostrar tu valía y ganar reputación.
- Vaya, hablas como si tuvieras experiencia como pirata ¡Je, je, je! – Se burla Mei.
- ¡Deja de burlarte! Por algo he sido el Contramaestre de este barco. – Responde furioso Hogan.
- Entonces, ¿de qué manera sugieres aumentar nuestra reputación? – Pregunta Elise.
- Primero, debes tener en cuenta que la vida en el mar es totalmente distinta a la que acostumbras vivir. Aquí no hay pueblos, ni naciones, ni leyes; el mar es un lugar sin patria donde debes hacer todo lo posible para sobrevivir. Enfrentaremos a cualquier clase de enemigos, desde otros piratas, comerciantes e incluso convoyes de diversos países que buscarán por nuestras cabezas cuando seamos más famosos.
- Eso ya lo tengo consciente ¿Qué más sigue?
- Sin embargo, un pirata no necesariamente se encuentra solo. Si uno sabe manejarla, puede conseguir diversos aliados aprovechando la situación política y comercial de cada nación establecida en este continente. Como debes saber, además de España, existen otras naciones que establecieron sus colonias como Francia, Holanda e Inglaterra. El siguiente paso sería entrar en contacto con los piratas de la región.
- ¿Sin embargo, no dices que los otros piratas son enemigos nuestros?
- No necesariamente. Recuerda que existen otros piratas que empiezan a labrar reputación al igual que nosotros. El arma más poderosa para un Capitán Pirata es la información. Averiguar que sitios atacar, noticias sobre riquezas, barcos mercantes, esa es la misión que tienen los piratas más experimentados.
- Entiendo claramente ¿Conoces algún punto clave?
- En la Isla de Cabo Blanco a solo unas cuantas horas de aquí, se encuentra un pequeño pueblo llamado Tampa al sureste de la isla. En dicho lugar hay una taberna donde se reúnen varios piratas e intercambian información.
- Interesante, ¿cómo obtuviste dicha información?
- Fácil, el capitán Marcos se reunía algunas veces allí para hacer tratos… bueno… ya debes imaginar… además siempre tuve ganas de ser un pirata explorando los mares en busca de tesoros, riquezas y por supuesto muchachas bonitas, ¡Je, je, je!
- Eso explica por qué tu hermana te ha seguido hasta aquí.
- ¡Auch! Mejor no hables de eso.
- Bien, en ese caso, ¡Muchachos, icen las velas! Nuestro próximo destino, el pueblo de Tampa. – Dice Elise con firmeza a todos sus hombres.
- ¡A la orden Capitán!
Así, el “Madrid en Llamas” pone su rumbo hacia la Isla de Cabo Blanco hacia el noroeste para empezar su primera aventura y el nacimiento de una nueva leyenda.
El Pueblo de Tampa, ubicado al sureste de Cabo Blanco, es un pequeño pueblo neutral fuera del alcance de los convoyes del ejército español donde se reúnen piratas, corsarios y bandidos para intercambiar información. También es un refugio para aquellos que buscan librarse por un momento de sus actividades de piratería.
El Capitán Perla Negra y su tripulación embarcan en las afueras del pueblo para no llamar mucho la atención.
En el “Caballo Cojo”, una Taberna ubicada cerca al puerto de la ciudad, el Capitán Perla Negra y su contramaestre Hogan Morobosi entran para hablar con el cantinero. En el interior se puede observar un lugar lúgubre pero lleno de gente extraña, entre ellos piratas, aventureros y otros buscados por la ley.
- ¡Hola!
- ¡Cuánto tiempo, Morobosi! ¿Algún trago? – Pregunta el cantinero.
- Una jarra de ron como siempre. – Responde Hogan
- ¿Y usted amigo?
- Quiero un vaso de leche. – Responde Elise.
- ¿Qué?
- Dije claramente un vaso de leche. – Responde seriamente Elise.
- ¡Ja,ja,ja! ¡Mi capitán es muy bromista! ¿Nos permite un minuto? – Dice riendo de forma nerviosa, Hogan.
Hogan aparta un momento al capitán para conversar a solas en voz baja para evitar sospechas.
- {¿Te has vuelto loca? ¿Cómo se te ocurre pedir un vaso de leche en una taberna como esta? ¿Quieres que nos maten?}
- {No acostumbro tomar bebidas alcohólicas.}
- {¡Pues va a tener que hacerlo! Recuerda que ahora eres un capitán pirata. Si alguien descubre su verdadera identidad, estamos perdidos.}
- {No me dijiste nada de esto.}
- {Se supone que es algo obvio si vamos a una taberna, ¿no cree? Por eso no debemos llamar mucho la atención.}
- {Vale, ya deja de molestarme.}
Después de esa breve conversación ambos vuelven a sus sitios y se sientan en la barra.
- Cantinero, sírvame un vaso de agua. – Dice Elise.
- Ok, un vaso en camino – Responde el cantinero.
- ¡Aaaaaaaargh! – Grita Hogan al caerse de la banca después de escuchar las palabras de Elise.
- ¿Te encuentras bien?
- Olvídalo. Menos mal que no llamamos tanto la atención.
La razón por la que ambos no llamaron mucho la atención a pesar del espectáculo que hicieron al llegar se debe a que varios de ellos conversan acerca de los últimos rumores que se han escuchado por los alrededores.
- ¿Dices que Robert Hammer también fue derrotado? – Dice uno de los piratas
- Así es. Su barco se hundió cerca de las costas de Nausica. – Responde su compañero.
- ¡Rayos! ¡Ya van tres esta semana!
- No cabe duda, “El Demonio Carmesí” es terrible. Nadie es capaz de derrotarlo. Es posible que se convierta en el nuevo Rey Pirata de los Mares.
- ¡Demonios! Si con la flota española fuera suficiente con sus nuevos artilleros, ahora tenemos a ese sujeto pisándonos los talones.
- Así es la vida de los mares ahora, cada vez con nuevos peligros.
El Capitán Perla Negra y Hogan escuchan los rumores que acaban de hablar mientras toman sus bebidas tranquilamente.
- Oye Hogan, ellos mencionaron acerca del “Demonio Carmesí”, ¿tú sabes algo?
- Ah, veo que ustedes no han estado al corriente. El Demonio Carmesí es uno de los piratas más temibles de la región. Ha derrotado a cualquiera que lo desafíe. Dicen que fue capaz de hundir todo un barco de la armada española él solo. – Responde la mesera quien se pone a recoger los vasos.
- Mmm… interesante ¿Por qué lo llaman El Demonio Carmesí?
- ¿Acaso no lo sabe capitán? El Demonio Carmesí no solo es fuerte y temerario sino que se le conoce por hundir todo barco que saquea. Incluso también es invencible con la espada. Es lo que todos comentan. – Dice Hogan.
- ¡Ahhh! ¡El Demonio Carmesí es maravilloso! Su mirada fría, su fuerza y orgullo. No hay nadie que se compare con él. – Dice emocionada la mesera.
- Eso me recuerda algo, una extraña sensación. Será muy interesante verme con él cara a cara.
- ¡Espera un minuto! ¿Pretendes desafiar al Demonio Carmesí? – Grita Hogan, conmocionado.
- Por supuesto, ahora que lo he escuchado siento muchas ganas de enfrentarlo.
- ¿Has perdido tus sentidos?
- Soy un capitán pirata, es normal que desafíe a cualquier rival que se me ponga enfrente, ¿no?
- Capitán, hay cosas más importantes que desafiar violentamente a otros piratas. Están los tesoros, las aventuras y por supuesto las chicas hermosas ¡Je, je, je!
- Aburrido, prefiero enfrentar oponentes fuertes para poder cumplir con mi objetivo.
- Realmente no aprecia su vida, ¿verdad?
- Cantinero, ¿dónde puedo encontrar al Demonio Carmesí? – Pregunta Elise.
- ¡Aaaaaaaaaaargh! – Grita Hogan cayéndose de la banca.
- Mmm… pues… según los rumores El Demonio Carmesí fue avistado últimamente al noreste del caribe, cerca de la Isla del Gato en territorio Holandés. – Responde el cantinero.
- Ya veo. Muchas gracias por la información.
- Esto… capitán, ¿por qué no vamos mejor al suroeste? Dicen que hay unos tesoros escondidos por…
- No, está decidido. Vamos hacia el noreste, a la Isla del Gato.
- ¡Eeeeeeeeeek! ¡No habla en serio!
- Siento que el destino me llama. Algo me dice que debo ir allí y tal vez encuentre las pistas que estoy buscando.
- Capitán, ¿no es mejor preguntar por su familia? Es muy posible que no estén lejos de…
- Eso puede esperar. Ese Demonio Carmesí ha causado mucha conmoción. Pongámonos en camino, Hogan.
- ¡No es justo! Y justo cuando disfrutaba de ser pirata.
De esa manera, el Madrid en Llamas parte en rumbo hacia el noreste en busca de la Isla del Gato, lugar donde fue avistado por última vez el famoso pirata, El Demonio Carmesí. Después de algunos días, la embarcación llega a las aguas del territorio de la colonia Holandesa en uno de los archipiélagos del Caribe.
El día era nublado y todavía no podía verse señales de tierra firme por lo que todos debían permanecer alerta ante la aparición de alguna amenaza.
Todos mantenían la calma a excepción del contramaestre que se encuentra más aterrado temblando como una licuadora, escondido bajo la cubierta.
- ¿Alguna novedad? – Grita Elise hacia lo alto del mástil.
- ¡Ninguna mi capitán, ni señales de tierra! – Grita el vigía.
- Debemos estar cerca del territorio Holandés. No puedo esperar más este momento. – Dice Elise.
- No puedo creer que me haya dejado convencer en venir aquí. – Dice Hogan, aterrado.
- No sé por qué te quejas. Tú mismo mencionaste que es importante ganar reputación y esta es la manera más rápida de conseguirlo.
- ¡Y también la más rápida para morir! ¡Eeeeeek!
- Oye, ¿eres un hombre o un ratón? Deja de esconderte ahí.
- Un ratón por esta vez.
- ¡Qué vergüenza! ¡Mi hermano es un mísero cobarde! No tiene remedio. – Dice Mei con una profunda mirada de decepción.
- ¡Oye, oye! ¡No me pondría así si nuestro oponente no fuera el Demonio Carmesí!
- No comprendo por qué sientes tanto temor. – Dice Elise con una mirada seria.
- ¿Te parece poco? El Demonio Carmesí hasta ahora no ha sufrido ninguna derrota. Es capaz de vencer a los piratas más temibles en un abrir y cerrar de ojos ¡No puedo imaginarme lo que nos hará cuando venga a asaltarnos! – Dice alterado, Hogan.
- Cuando ese momento llegue estaremos listos para vencerlo. – Responde Elise optimista.
- De verdad no puedo creer que digas eso después de escuchar mis palabras.
- No lo sé, tengo una extraña sensación como si algo me impulsara a ir a ese lugar.
- ¡Capitán! ¡Alerta! ¡Barcos al frente!
El vigía interrumpe la conversación para alertar a Elise y los demás del inminente peligro que se aproxima al frente.
- ¡Perfecto! Debe ser ese pirata. – Dice Elise, emocionada.
- ¡Eeeeeeeeek! ¡Lo que me temía! – Grita Hogan, asustado.
- ¡No mi capitán! Hay un enfrentamiento entre dos barcos. – Dice el vigía.
- ¿Un enfrentamiento? ¡Explícate!
- Uno de los barcos tiene la bandera Holandesa y el otro tiene la bandera de una calavera con un tabaco. – Responde el vigía desde el mástil usando su catalejo.
- Mmmm… ¿una calavera con un tabaco dices?
- ¡Yo conozco ese emblema! ¡Se trata del “Capitán Fumarola”! – Grita Hogan, emocionado.
- ¿Fumarola? – Pregunta Elise.
- Su verdadero nombre es Edgar Brown, pero todos le decimos Fumarola por llevar siempre un puro en la boca. Es uno de los piratas más desalmados del lugar (Sin mencionar que es un maldito mujeriego).
- Entiendo.
- Capitán, sugiero que nos marchemos. No es asunto nuestro ya que no es el pirata que…
- ¡Te equivocas! ¡Todos prepárense a cubierta! ¡Preparen las baterías de cañón para el combate!
- ¡Eeeeeeek! ¿Has perdido la razón? ¿Qué intentas hacer?
- ¡Vigía! ¿El barco con la bandera Holandesa es un filibote?
- ¡Exacto mi capitán! – Responde el vigía.
- Tal y como sospechaba. No es un barco de guerra, es un barco comercial con pasajeros.
- Cierto, pero es normal que un pirata asalte otros barcos.
- Sin embargo, Fumarola es un pirata desalmado que hará cualquier cosa por conseguir lo que desea. Si el vigía vio la bandera Holandesa con facilidad es porque se trata de un barco perteneciente a la colonia Holandesa. Hay vidas inocentes en juego.
- ¡Tienes razón! ¡No podemos abandonar a las damas en apuros! ¡A toda marcha muchachos! – Grita muy convencido Hogan a sus muchachos.
- ¡Siiiii!
Mientras tanto, a unos metros más adelante, la fragata pirata consigue reducir fácilmente el barco Holandés que no pudo defenderse ante el furtivo ataque y los piratas de Fumarola abordan el barco eliminando a los guardias tomando el control del barco por completo.
- ¡Ja, ja ,ja! Eso fue tan sencillo como robar el dulce a un bebé.
- Capitán, solo hemos encontrado unas cuantas cajas con alimentos pero encontramos esto.
Los marineros del capitán Fumarola atrapan a varias mujeres que estaban escondidas en la bodega del barco. Entre ellas destaca una bella chica de cabello castaño elegantemente vestida con un llamativo vestido rojo adornado con diversos colores cubierto por una capa negra que lo cubre.
- Vaya, vaya lo que nos trae el mar. Ya sospechaba que había algo raro en esta bañera flotante. – Dice el capitán Fumarola confiado.
- Capitán, encontramos un cofre de joyas entre las pertenencias.
- ¡Este es un barco con misión diplomática! ¡Se arrepentirán una vez que venga la flota Holandesa, bellacos! – Dice la hermosa joven.
- Veo que tienes la boca muy afilada querida, pero no te servirá de nada. Tal vez una lección de humillación te hará cambiar de idea, ¡Je, je, je! ¡Muchachos, llévenselas al barco! Hoy tendremos mucho que celebrar con estas mujeres.
- ¡Auxilio! ¡Suéltennos! – Gritan las mujeres desesperadas.
- Griten todo lo que quieran. No hay nadie que venga a…
Su sonrisa de confianza desvanece en el momento en que unos disparos sorpresivamente atacan la fragata de Fumarola haciendo que este se le caiga el puro de la boca.
- ¡Mierda! ¿Qué fue eso? – Dice sorprendido, Fumarola.
- Capitán, ¡Nos atacan!
- ¿Qué? ¡Imposible!
El barco de Fumarola es atacado por sorpresa antes que ellos pudieran reaccionar debido a su excesiva confianza lo cual en un rápido despliegue, el Madrid en Llamas se aproxima al barco Holandés para abordarlo.
- ¡Esta es nuestra oportunidad! ¡Todos al ataque!
En un ataque sorpresivo, rápidamente los marineros del Madrid en Llamas se enfrentan a los piratas de Fumarola dirigidos por el contramaestre, Hogan Morobosi quien se une a la pelea.
- ¡Maldición! ¿Quiénes son estos miserables que estropearon todo? – Grita enfurecido, Fumarola
- ¡Todo terminó Fumarola! ¡Ríndete! – Dice una voz que viene desde lo alto del mástil haciendo una entrada sorpresiva.
- ¿Quién demonios eres? ¡Jamás te he visto!
- ¡No permitiré que les toques un solo pelo encima!
- ¡No es posible! ¿El Demonio Carmesí? ¡Esto es una broma! ¡Es absurdo que un mocoso sea…!
- ¡Te equivocas! Soy el Capitán Perla Negra y acabaré contigo.
- ¿Perla Negra? ¡Qué nombre más ridículo!
- Si te crees tan confiado, ¿Por qué no vienes por mí?
- ¡Ya verás! ¡Tus restos servirán para alimentar a los tiburones!
En un feroz combate, Elise y Fumarola se enfrentan en combate cara a cara haciendo resonar el impacto de sus sables. Mientras tanto, Hogan y sus hombres enfrentan en una labor de equipo a sus contrincantes experimentados derrotándolos uno a uno arrojando barriles, baldes de agua, cualquier objeto que les diera la ventaja sobre ellos. Mei, desde el barco, dispara con el cañón justo hacia las cuerdas y tablones que conecta la fragata de Fumarola con el barco Holandés evitando que lleguen más refuerzos en la lucha.
Momentos después, el combate continúa reñido debido a la fuerte resistencia del robusto capitán. Sin embargo, en ese instante ella recuerda las palabras de su amigo perdido e inmediatamente con un movimiento de su espada arroja un pequeño cubo vacío el cual provoca que Fumarola empiece a perder el equilibrio.
- ¡Esta es mi oportunidad!
Elise de un empujón con todo su cuerpo arroja al robusto capitán fuera de la borda cayendo al mar. Sus hombres desmotivados ente este hecho, son derrotados fácilmente por los piratas de Perla Negra.
Minutos más tarde, el combate termina capturando a todos los enemigos dando la victoria a Perla Negra y sus alegres piratas. Las nubes se disipan y los rayos del sol cubren el cielo mostrando una radiante luz de atardecer.
- Capitán, todos los hombres sobrevivientes de Fumarola han sido amarrados y encerrados en la bodega. – Dice uno de los piratas.
- Buen trabajo, ve a que te revisen tus heridas. – Responde Elise.
- Con su permiso capitán.
El marinero se retira dejando a Elise a solas con la joven rescatada que viene a darle las gracias.
- ¡Muchas gracias! Estoy muy agradecida. Quien sabe qué hubiera ocurrido si ustedes no hubieran llegado.
- No es nada. Sin embargo, soy un pirata por lo que me temo que tendré que llevarme sus joyas señorita.
- ¿Eh? Pero… no hay más remedio. Supongo que es lo menos por salvar mi vida. No obstante, si eres también un pirata, ¿por qué lo hiciste?
- Podré ser un pirata pero no pienso abandonar a mujeres indefensas en desgracia. La flota de la armada no tardará en venir así podrá entregar a esos malhechores. Adiós.
- ¡Espera un minuto! ¿Cómo te llamas?
- Capitán Perla Negra.
- ¡Oiga capitán! ¡Tenemos que marcharnos! ¿No ha visto a Morobosi? – Grita uno de los piratas.
- Allá está haciendo sus payasadas. – Responde sarcásticamente Elise.
En ese instante, Hogan se encuentra coqueteando con una de las chicas que rescataron en el barco Holandés.
- Bella dama, ¿no desea venir a bordo de mi barco? La llevaré hasta los confines del mundo. Viajaremos juntos por muchas ciudades. – Dice Hogan coqueteando.
- ¿Eh? Pues…
- ¡¡¡Hermanooooo!!! – Grita Mei, muy enfadada.
- ¡Mei! ¡Espera! Todavía yo…
- ¡No tienes remedio! Preocupada por ti y mira cómo te encuentro, haciendo otra de tus mañoserías.
- ¡Ay! ¡Ay! ¡La oreja no! ¡Deja de jalarme!
Mei molesta, se lleva a su hermano por las orejas de vuelta al Madrid en Llamas dejando avergonzados a todos los presentes.
Después de ello, la fragata capturada y el barco de Perla Negra zarpan inmediatamente navegando una vez más hacia otro destino antes que la Flota Holandesa llegue.
Mientras tanto, la chica castaña de vestido rojo observa la partida de su salvador.
- Perla Negra, no olvidaré ese nombre. – Dice la misteriosa chica elegante.
Un par de horas más tarde, la Flota de la Armada Holandesa llega justo al lugar mientras realizaba su patrullaje encontrando el filibote con las chicas y la tripulación sobreviviente. Después de ello, los soldados se llevan a los rufianes para encerrarlos pero las testigos del barco dan poca información de la identidad de los misteriosos valientes que las rescataron.
En ese momento, a varias millas de distancia, los dos barcos parten rumbo a Tampa para reparaciones.
- Es una lástima (un alivio más bien) no haber encontrado al Demonio Carmesí. – Dice Hogan.
- Ya habrá otra oportunidad. Al menos sabemos que ya no se encuentra por allí. (No he encontrado ninguna pista del paradero de Jack)
Al día siguiente, en una costa al sureste de la Isla del Gato, una embarcación pirata navega tranquilamente por el mar mientras que su capitán recibe unas noticias interesantes.
- Capitán, hemos recibido noticias interesantes. Unos rumores cuentan que el barco en donde viajaba la hija del Virrey Holandés fue asaltado por los piratas de Fumarola.
- ¡Humph! Ese viejo cobarde. Ya verá cuando enfrente al Demonio Carmesí.
- Me temo que eso será imposible.
- ¿Por qué lo mencionas?
- En el momento de la captura fue emboscado por otro pirata que la rescató.
- ¿Otro pirata has dicho?
- Sí, no sabemos los detalles pero debe ser bastante hábil como para derrotarlo fácilmente.
- Esto se pone interesante. Sin embargo, no hay forma que me derrote.
De esa manera el Capitán Perla Negra (Elise Valerie) consigue su primera victoria en su carrera como pirata derrotando a uno de sus peligrosos adversarios. Sin embargo, su encuentro con aquella misteriosa chica elegantemente vestida marcaría el inicio de una nueva aventura para ella y sus valientes tripulantes mientras van en busca del Demonio Carmesí.
CONTINUARA…
Inició el tema
Mayordomo
43
510 ATC
Disculpen la demora, aqui esta el cuarto capitulo donde un nuevo personaje hace su aparición para unirse al grupo de Elise y sus piratas en una nueva aventura. Espero sus comentarios.
CRONICA 04: Dragan Hallard
Elise Valerie, una joven de aproximadamente 18 años de edad, se convierte en uno de los piratas que pronto marcarían renombre en los mares del Caribe siendo conocida como El Capitán Perla Negra a bordo de su barco insignia, “El Madrid en Llamas” ocultando el hecho de ser una de las primeras piratas mujeres que compiten con los hombres de mayor fama.
En su primera aventura, siguiendo el consejo de su contramaestre, deciden hacer contacto con otros piratas en una taberna donde frecuentan ocultos para compartir información. Allí Elise se entera de la existencia de un pirata conocido como El Demonio Carmesí quien se dedica a hundir los barcos de cualquiera que intente desafiarle derrotando tanto piratas como barcos de la armada. Motivada por la noticia emprende la búsqueda junto a su tripulación en su busca y desafiarlo.
Tras derrotar a Fumarola, un capitán pirata de mala reputación, la joven pirata adquiere un nuevo barco más para su convoy. Sin embargo, antes de emprender el viaje afronta un nuevo problema.
Astillero en las afueras de Tampa, varios días después, los barcos de Elise están siendo reparados siendo el nuevo barco capturado el más más dañado.
- ¿Qué? ¿Una semana? ¡Debes estar bromeando! – Dice Elise molesta.
- Así es capitán, el nuevo barco que adquirimos está seriamente dañado. Además las velas necesitan cambiarse. Es una suerte que haya podido flotar sobre el agua después de lo sucedido. – Responde Hogan.
- Eso no habría pasado si cierta persona no hubiera volado el barco con su cañón de forma precipitada. – Dice Elise.
- ¡Je, je, je! Supongo que me emocioné un poco. – Dice avergonzada, Mei.
- Pensándolo bien no es un problema tan serio aunque estuviera en buenas condiciones ya que hay otra cosa que en verdad preocupa. – Dice Hogan.
- ¿Y qué es?
- Por desgracia contamos con poca tripulación. Algunos de los nuestros tuvieron que retirarse al quedar en malas condiciones después de nuestro encuentro con Fumarola. Con el personal que tenemos apenas podemos manejar “El Madrid en Llamas” que apenas reparamos. Bueno, supongo que tendremos que suspender nuestra búsqueda del Demonio Carmesí.
- ¡De eso nada! Continuaremos con la búsqueda.
- ¿Ah sí? ¿Cómo pretendes hacerlo? En estas condiciones, no hay duda que seremos blanco fácil para ese desalmado.
- Simple. Conseguiremos nueva tripulación para ambos barcos y asunto arreglado.
- ¡Oh sí! Dudo que haya algún chiflado por allí que pretenda unirse a la tripulación de una chica que apenas derrotó a un pirata engreído de poca monta. Además ese no es nuestro único problema, por desgracia se nos escasea la pólvora y nuestros cañones no están en condiciones para enfrentar a un pirata como ese.
- Estuve pensando en ello y conozco un lugar donde podemos conseguir todo eso.
- ¿Dónde?
- Reúne a la tripulación. Partiremos esta tarde.
- ¡Espera! Aún no me has dicho a dónde vamos ¡Capitán! – Grita Hogan tratando de llamar a Elise.
Elise regresa de nuevo a su barco insignia y mientras los demás realizan los preparativos para el viaje, ella se encuentra contemplando el claro del mar desde la cubierta.
- Jack… me pregunto si esta sensación tiene algo que ver contigo.
- Capitán, ya hemos cargado los suministros que necesitamos para el viaje ¿Eh? ¿Le sucede algo? – Pregunta Mei, preocupada.
- No, no es nada. Solo contemplaba el mar.
- Hoy hace un clima estupendo, ¿verdad? El claro cielo azul, el bonito sol y las gaviotas volando alrededor… ¡Ah! Me siento muy inspirada. Dígame, ¿Por qué quiere emprender un viaje peligroso en busca del Demonio Carmesí?
- Hay algo que quiero comprobar. Estoy segura que al encontrarlo, lograré obtener pistas de aquello que estoy buscando.
- Capitán, esto… ¿su familia se encuentra bien?
- Eso espero.
- ¿Huh? ¿Por qué lo dice?
- Es una larga historia, prefiero no hablar de ello. Por cierto, ¿dónde está tu hermano? Dijo que daría una vuelta por el pueblo pero no ha vuelto.
- ¡Oh! ¡Iré a buscarlo!
- De acuerdo, dile que no tarde mucho. Dentro de poco zarpamos.
Minutos más tarde, en la zona comercial del pueblo, Mei camina en busca de su hermano quien no se ha reportado desde hace buen rato.
- ¡Jooo! Hermano, ¿en dónde te has metido?
Mientras tanto en una de las panaderías del pueblo, se puede observar a Hogan Morobosi hablando con una de las empleadas que usa un bonito vestido verde que cubre la mayor parte de su cuerpo y lleva un delantal blanco.
- Es una pena que tenga que partir hoy día pero te prometo que traeré una joya que trasluce con el hermoso color de tus ojos. – Dice Hogan coqueteando a la muchacha.
- Oh, pero…
- Tienes razón, tu belleza no se compara a ninguna joya del mar. Sin embargo, este valiente servidor tuyo irá… ¡Aaaargh!
Antes que pudiera terminar de hablar, su hermana muy enfadada como siempre, interviene y se lleva a su tonto hermano jalándole de las orejas de vuelta al muelle…
- ¡Ayyy Mei! ¡En la oreja no!
- Yo preocupada por ti y mira dónde te encuentro, coqueteando con otra chica ¡No tienes remedio!
- ¡Mei, suéltame! Todavía no me he despedido.
- ¡No! Nuestro capitán espera por nosotros en el muelle.
- ¡Nooooo! ¡Esto es injusto! ¡Se lo diré a mamá!
- No me importa.
Con un solo barco en buenas condiciones, Elise y su tripulación parten rumbo a Isla Perla, lugar donde una vez fue su bello hogar antes de convertirse en pirata.
Una semana más tarde, en el puerto de Ribera, El Madrid en Llamas desembarca en uno de los astilleros para reparaciones mientras Elise da las últimas instrucciones a su tripulación.
- Muchachos, pueden aprovechar esta oportunidad para divertirse por la ciudad. Sin embargo, no deben llamar mucho la atención. Recuerden que a pesar de ser una ciudad pequeña, es vigilada por las fuerzas del Gobierno Español siendo cercana a las ciudades de comercio más importantes. Una vez que terminemos nuestros asuntos partiremos de vuelta.
- ¡Sí capitán! – Gritan todos comprendiendo las indicaciones del capitán.
Minutos más tarde, Elise, acompañada de Hogan y Mei por las calles de la ciudad subiendo por una cuesta. A diferencia de las buenas épocas que tuvo, la ciudad ha cambiado drásticamente donde ya no se pueden apreciar las bellas y grandes casas, los mercados abarrotados de gente que solía ocurrir, tampoco las hermosas orquídeas que caracterizaba la isla.
- Así que esta isla fue su ciudad natal, ¿verdad capitán? – Dice Mei emocionada.
- Sí Mei, yo crecí en esta ciudad cuando fui encontrada. – Responde Elise nostálgica.
- No entiendo qué tiene de especial esta aburrida ciudad. – Dice Hogan con apatía
- ¡Hermano! ¡No seas maleducado! – Grita molesta Mei.
- ¡Wah! ¡Lo siento! No era mi intención. – Dice Hogan nervioso.
- Descuida. Además tienes razón. Esta ciudad ha cambiado mucho después de perder a mi familia en ese incidente.
- Perdone la indiscreción capitán, pero ¿podría contarnos sobre ese incidente? – Pregunta Mei con curiosidad.
- ¡Mei no seas tonta! No es buen momento para preguntar esas cosas. – Dice Hogan.
- ¡Perdón! No quise molestar con esa pregunta.
- Descuiden, hablaremos de ello a su debido tiempo.
- Por cierto, ¿a dónde nos dirigimos?
- Ya falta poco para llegar, doblando por esa esquina.
Después de caminar un buen rato por las calles, doblan por una intersección y llegan a la única herrería del pueblo. Elise entra junto a sus amigos por el portón que está abierto todo el día. Allí dentro encuentran trabajando a un hombre calvo de mediana edad con bigotes de musculatura gruesa y excelente condición física el cual muestra evidente su profesión al verlo usando guantes y ropa de trabajo.
- Ha pasado mucho tiempo, Torges.
- ¿Huh? Espera, esa voz me suena muy familiar.
- Soy yo, Elise.
- ¡Elise! Vaya, de verdad no te reconocía con ese traje que llevas puesto. Veo que todavía sigues vistiéndote como hombre. ¡Ja, ja, ja! – Dice Torges contento.
- (No me hagan recordar esta cruel y horrible realidad.) – Piensa Hogan al deprimirse.
- ¿Es conocido suyo capitán? – Pregunta Mei con inquietud.
- Así es, quiero presentarles a Torges, el maestro herrero del pueblo y experto también en artillería. Es la persona que cuidó de mí durante mi infancia.
- Saludos marineros, ¿y ustedes quiénes son?
- Soy Hogan Morobosi y ella es mi hermana menor Mei. Somos tripulantes de la embarcación de Elise Valerie.
- Encantada de conocerlo. – Dice Mei.
- Mucho gusto. Así que te has convertido en una pirata ¡Ja, ja, ja! Vaya, esto sí que es asombroso. Bueno, con el espíritu que tienes no es de esperarse.
- Sí, muchas cosas pasaron por lo que he decidido empezar mi búsqueda de esta forma.
- Sin embargo, debes tener cuidado. Los militares no están nada contentos con la aparición de piratas sanguinarios que ahora no solo atacan barcos comerciantes sino también patrullas militares.
- Lo sé.
- Bueno, pasen a mi casa. No tengo mucho que ofrecer pero ya me las arreglo.
- Gracias por recibirnos. – Dicen todos.
Minutos después, Torges cierra su taller de herrería y tras llegar el final del atardecer, todos se sientan en la mesa de la sala disfrutando de la cena que Torges consiguió con la ayuda de sus amigas de la panadería y del restaurante.
- Dime Elise, ¿qué noticias traes? Supongo que has viajado por muchos lugares. – Dice emocionado Torges.
- Sí, podría decirse aunque apenas estamos empezando.
- Veo que todavía no has podido encontrar a Jack. Me pregunto dónde se habrá metido ese muchacho ambicioso.
- Lo lamento, no he encontrado noticias de él. – Responde Elise.
- Así que te has convertido en todo un capitán pirata, ¡Je, je, je! Me cuesta creer en lo mucho que ha crecido mi muchacho ¡Ups! ¡Perdón!
- Descuida, de todas maneras ya me he acostumbrado a vivir de esa forma.
- ¡Pero está muy mal! – Grita furioso Hogan.
- ¡Ay no! ¿Otra vez con eso hermano? – Dice frustrada Mei.
- ¡Por supuesto que sí! ¡Elise sigue siendo una chica! Por más que se vista y actúe varonil va en contra de su verdadera naturaleza ¡Es un grave desperdicio ante notable belleza! – Grita enfadado Hogan.
- Tu amigo sí que parece idiota, ¿no?
- Y eso es solo el principio. – Responde Elise.
- ¡Dejen de estar de acuerdo con eso! – Grita frustrado Hogan.
- Eso te pasa por actuar siempre como idiota. Además no tiene nada de malo que nuestro capitán sea así.
- ¿Te parecería normal si yo por ejemplo me vistiera de chica y me pusiera una peluca?
- En tu caso preferiría no reconocerte nunca más como mi hermano. – Dice Mei.
- ¿Qué estás intentando insinuar?
- Que solo sirves para hacer el ridículo.
- ¡Estás equivocada!
- Vaya, tus amigos sí que son muy interesantes. – Dice Torges riendo.
- Ciertamente. Por cierto, hay algo que quiero pedirte. – Dice seriamente Elise.
- Dime.
- Estoy en un viaje en busca de un pirata llamado El Demonio Carmesí quien es uno de los piratas más fuertes de la región.
- Sí, he escuchado rumores sobre él ¿Tienes algo en contra de él?
- No exactamente pero como pirata hay una cosa que quiero comprobar. Sin embargo, mis barcos necesitan nuevos cañones y pólvora para estar preparados. Sé que tienes muchos contactos en relación a ese tema por lo que quiero pedirte ese favor, te pagaré por tus servicios.
- Naturalmente, si vas a enfrentar a alguien tan peligroso como él necesitas estar mejor preparada. Por lo que he escuchado es que ese pirata tiene un barco bien preparado por lo que hasta ahora no ha sufrido derrotas. De acuerdo, veré qué puedo hacer.
- Gracias, además me gustaría saber dónde puedo conseguir nuevos tripulantes para mi nueva embarcación.
- Mmmm… bueno, conozco de un lugar pero no estoy seguro que sea una buena idea.
- ¿Por qué lo dices?
- Últimamente como debes saber la situación de nuestro pueblo está yendo de mal en peor. Tanto así que el gobernador acaba de renunciar a su puesto. Todo por la culpa de esos bandidos que azotaron nuestro pacífico pueblo hace muchos años lo cual provocó que muchas de las familias nobles abandonaran la isla. Solo los habitantes de clase media y baja del pueblo decidieron quedarse. Desde entonces la isla dejo de ser tan productiva y tranquila como era antes. Con la situación, los jóvenes se han vuelto rebeldes y algunos de ellos se convierten en bandidos y piratas creando temor entre los habitantes. Por eso no te aconsejo que vayas a verlos.
- Lo sé. Sin embargo, yo he crecido en este pueblo rodeado con la miseria que me acabas de contar. Por ello puedo entenderlo y estoy segura que hay mayores posibilidades de encontrar los candidatos adecuados aquí que en alguna ciudad desconocida.
- Supongo que tienes razón. Bueno, en ese caso hay un restaurante cerca al puerto donde frecuentan. Sin embargo, es posible que sea difícil que puedas convencer a alguno de ellos.
- Descuida, ya he manejado esta clase de situaciones.
- De acuerdo, buena suerte. Aquí te dejo un pequeño mapa con la ubicación.
- Gracias Torges, iré a verlos esta noche. Hogan quiero que tú y Mei se queden con Torges esta noche.
- ¿Estás loca? ¿Piensas que vamos a dejar que vayas tú sola a un antro como ese? – Pregunta preocupado Hogan.
- Estaré bien. Además esto es algo que debo hacer por mí misma. Será peligroso si ustedes me acompañan.
- Supongo que tienes razón pero estaremos alerta por si llega a ocurrir algo.
- Gracias, no tardaré mucho.
Esa noche en una taberna ubicada al otro lado del puerto de Ribera, un grupo de hombres se encuentran discutiendo asuntos personales y tomando algunos tragos pero todo se pone en silencio cuando un misterioso desconocido con el uniforme de un capitán pirata entra por la puerta llamando la atención.
- Cantinero, un vaso de agua. Tengo sed. – Dice el pirata desconocido.
- ¿Eh?
- ¿O prefiere que pida un vaso de leche? Usted decide. – Dice el pirata con un tono muy serio.
- Este no es un lugar para chiquillos. Le aconsejo que se marche. – Dice el cantinero en voz de advertencia.
- La última vez que alguien pronunció esas palabras le incrusté un cuchillo en la garganta ¿Quiere que haga lo mismo? – Dice sarcásticamente el pirata sacando su cuchillo.
- ¡De acuerdo! Enseguida traigo su pedido.
El cantinero voltea para traer agua mientras que el pirata se queda sentado en la barra mientras que uno de los hombres que le observa de estatura alta, de musculatura gruesa, cabello negro de piel oscura se acerca hacia él con una mirada de malas intenciones ignorando por completo su identidad.
- Mocoso, los forasteros no son bienvenidos aquí. Lárgate por donde viniste si sabes lo que te conviene ¿Por qué no te vas a jugar a los piratas a otra parte?
El pirata sigue ignorándolo dándole la espalda al matón conservando una mirada tranquila y seria.
- ¿Te haces el sordo? Tal vez una lección te enseñe a…
Con una velocidad sorprendente, el pirata arroja la banca justo hacia los pies del matón para que tropiece y aparece por detrás con dos cuchillos justo en la punta de la garganta dejándolo sin posibilidades de defenderse.
- La última persona que se burló de mí terminó como alimento para los tiburones. – Dice seriamente el pirata.
- ¡Argh! ¡Me rindo!
De pronto, un misterioso joven de estatura mediana, un poco más delgado que su compañero, de piel blanca, cabello negro corto, con ropa sencilla aparece aplaudiendo por la inesperada victoria del misterioso chico.
- Puedo observar que has mejorado tu velocidad pero tu técnica es inconfundible, Elise Valerie.
- Dragan, ha pasado tiempo sin vernos. – Responde Elise revelando su identidad.
- Dragan, ¿conoces a este chico? – Pregunta uno de los compañeros de Dragan.
- Por supuesto, una vez fuimos el Trío Implacable de este pueblo.
- ¿Te refieres al “Trío Implacable” formado por esos tres que derrotaron a todas las pandillas del barrio? – Pregunta sorprendido otro de sus compañeros.
- Así es, Jack Valente, Elise Valerie y yo fuimos un equipo excepcional en aquellos tiempos. Lo recuerdo, Jack era la fuerza, Elise el estratega y yo el trueque.
- No esperaba encontrarte por estos lugares después de tanto tiempo. – Responde Elise.
- Después de todo, esta isla fue donde crecí. No tengo otro lugar donde ir aparte de este antro.
- Lo sé, Torges me contó la situación de esta ciudad.
- Al menos no soy como Jack que se fue a la deriva y abandonó por completo esta isla. Probablemente esté muerto por ahí.
- Lo dudo, además esa es una de las razones por la que estoy aquí.
- Supongo que quieres mi ayuda.
- Exacto, tengo sospechas acerca del paradero de Jack por lo que estoy reclutando nueva tripulación.
- ¡Ja, ja, ja! Un capitán pirata. No me esperaba eso de ti, Elise. Bueno, supongo que no hay nada que detenga tu espíritu salvaje.
- Entonces, ¿puedes ayudarme?
- Lo lamento pero me niego. Ya he dejado hace mucho tiempo las aventuras y la luchas. Solo queda sobrevivir en un antro rodeado de idiotas. Después que los ricachones se marcharan de esta isla, la gente apenas puede encontrar lo necesario para subsistir. Si eso es a lo que puede llamarse vida.
- ¿Qué ha pasado contigo? Recuerdo que nunca te rendías ente nada y ahora estás del todo pesimista. Si no enfrentas riesgos, es imposible que salgas adelante. Es lo que siempre Jack decía.
- ¡Ja! ¿Y cómo acabó él? No hay ni señales de él desde que se fue. Aunque tuviera las ganas hay que ver la cruel realidad. Estamos más pobres que una rata. Si crees que puedes convencer a alguien que se una a tu feliz y estúpida tripulación has venido al sitio equivocado amigo.
- ¿Y qué tal si les convenzo con esto?
Elise les muestra a todos una moneda de oro con el extraño emblema del sol marcado en el centro dejando sorprendido a su amigo.
- ¡Imposible! Esto es… ¡Por las anchovetas del mar! ¿Dónde conseguiste eso?
- ¿Esta moneda? Digamos que la obtuve de recompensa de un barco de la colonia Holandesa. Por tu impresión veo que esta moneda oculta algo.
- ¿Te das cuenta de lo que significa esto? Esta moneda pertenece al tesoro oculto de los Soles Dorados.
- ¿El tesoro oculto de los Soles Dorados? Explícate eso.
- Según la leyenda cuenta que durante una expedición fue hallado un valle cubierto por riquezas de oro. Dicha expedición se llevó dicho tesoro en un barco cargado con cofres de monedas de oro con este símbolo. Sin embargo, durante una tormenta el barco encalló en la costa de una isla y el tesoro fue enterrado en algún lugar secreto. Muchos trataron de encontrar dicho tesoro pero nadie fue capaz de lograrlo.
- Muy interesante, ¿cómo sabes mucho de ello?
- Te lo diré si me das esa moneda.
- Hecho.
- De acuerdo, hace muchos años atrás, mi bisabuelo fue uno de los tres miembros de la expedición sobrevivientes que hallaron el tesoro. John Hallard y Marco Talamari embarcaron el tesoro pero una tormenta evitó que ellos pudieran continuar con el viaje por lo que enterraron el tesoro en la isla pero su capitán les traicionó llevándose una parte del botín con el único bote que tenían. Sin embargo, con los restos del barco ellos construyeron dos pequeños botes y dibujaron un mapa con la localización exacta de la isla. Para evitar que el mapa fuese robado, la partieron por la mitad y ambos fueron por caminos diferentes. Mi bisabuelo John se dice que llegó a una de las colonias españolas en el oeste del caribe mientras que Marco Talamari fue siguiendo por las corrientes del mar del norte pero nunca se supo de su paradero ni rastros de él. Por lo que el mapa y la leyenda permanecen en un misterio.
- ¿Tienes la mitad del mapa que tenía tu antepasado?
- Sí, siempre la llevo conmigo. Parecía una tontería las historias que me contaba mi abuelo pero puedo ver que si hay algo de cierto en ello.
- Pero, si esta moneda fue encontrada por los holandeses, quiere decir…
- Esta moneda probablemente fue parte del botín que se llevó el capitán. Las probabilidades que el tesoro se encuentren cerca de las ciudades holandesas es muy alta.
- ¿Qué dices? Tienes la oportunidad de tu vida ante tus ojos.
- Bonita fantasía, pero eso no es posible. No podemos hacer nada si no tenemos la mitad del otro mapa pero está completamente perdido.
- Tal vez, pero no cuando yo lo encuentre.
- ¿Estás demente? ¿Crees que puedes encontrar algo que nadie más pudo?
- Si lo encontramos, imagina las posibilidades.
- Es verdad, yo siempre he anhelado encontrar ese tesoro por mi viejo pero es solo un cuento. Las historias como esa solo crean falsas ilusiones a aquellos que buscan mejorar su forma de vida.
- Entonces ayúdame a hacerlas realidad. De esa manera honrarás el nombre de tu familia como una vez lo fue.
- Tú ganas. De todas formas no hay nada que perder.
- Acabo de adquirir un nuevo barco y necesito nueva tripulación una vez terminado.
- Eso no hay problema. Tengo mis contactos en diversas ciudades. Si se trata de aventuras como esa, no hay quien se resista. Sin embargo, ¿cómo piensas encontrar la otra mitad del mapa?
- Gracias a las pistas que acabamos de obtener.
- ¿Qué quieres decir?
- Observa este mapa.
Elise saca un mapa grande reciente de su bolso con las colonias establecidas en el Nuevo Mundo hasta la fecha.
- De acuerdo a la historia, la expedición debió encontrar el valle en alguna parte de la península. Tras llevarse el oro, supuestamente partieron rumbo a Europa, entonces la tormenta pudo haber ocurrido en este sector, el mar del caribe. Con la moneda que hemos encontrado, es posible que el barco encallara en alguna de estas islas al noreste de acuerdo a mi teoría.
- Eso es tan solo una probabilidad pero no es del todo correcta.
- Sin embargo, otras posibilidades son un poco más complicadas considerando el viento y la ruta.
- Ciertamente.
- Ahora, en tu última parte del relato, se cuenta que Marco Talamari partió en un pequeño bote hacia el Norte y nunca más se le vio. La respuesta es sencilla, para descubrir lo que sucedió debemos seguir por la ruta que siguió él hace muchos años.
- ¿Y qué tal si llegó a Europa?
- ¿En un pequeño bote? Las posibilidades son nulas. Atravesar el océano en un pequeño bote es como tirarse de un barranco. Además, en esa época comenzaron a realizarse diversas expediciones al Nuevo Mundo. Sería bastante raro que ningún barco europeo lo viese en esta ruta. Es probable que se haya refugiado en la costa o en alguna isla.
- Sin embargo, eso ocurrió hace muchos años. Encontrar esa mitad del mapa sería como buscar una aguja en un pajar.
- Te lo dije desde el principio; sin riesgos, no hay aventura.
- Acepto. Me encargaré de reunir la tripulación mediante mis contactos.
- Nos reuniremos nuevamente en una semana en Tampa.
- ¿En el refugio de los piratas? Me parece bien, así evitaremos llamar la atención.
De regreso en la casa de Torges, Elise se reúne con Hogan y Mei quienes esperaban por ella…
- ¿Entonces consiguió nueva tripulación? – Pregunta Hogan
- Precisamente, nos reuniremos todos en Tampa una vez reparado el nuevo barco.
- ¿Eh? ¿No tenía prisa en buscar al Demonio Carmesí?
- Cambio de planes. Cancelaremos nuestra búsqueda por un asunto de mayor prioridad.
- Ah, qué bueno ¿Lo ve capitán? Podemos hacer otras tareas en lugar de arriesgarnos el pellejo por un temible pirata ¿Y díganos de qué trata esta nueva misión?
- Partiremos en busca de un tesoro.
- ¡Excelente! ¡Eso decía yo! ¡Búsqueda de tesoros! La fama y fortuna nos aguarda ¡Je, je, je! – Responde muy contento Hogan.
- Pero no entiendo. Para eso no creo que necesitemos los dos barcos. – Dice Mei confundida.
- Te equivocas. Necesitamos todos los recursos que podamos conseguir para la búsqueda. Además eso le dará tiempo a nuestro nuevo camarada para reunir sus contactos y la tripulación necesaria para el viaje.
- ¿Se puede saber en qué consiste nuestra búsqueda si puede saberse? – Pregunta Hogan.
- Iremos tras el tesoro perdido de los Soles Dorados. – Responde Elise.
- ¿Eeeeeeeeeeeeeeh?
De esa manera una nueva aventura comienza para Elise y sus amigos contando esta vez con la ayuda de un nuevo miembro de la tripulación, Dragan Hallard, otro de los amigos de infancia de Elise quien ha accedido a unirse para encontrar el tesoro que su antepasado nunca pudo recuperar, Los Soles Dorados.
CONTINUARA…
Inició el tema
Mayordomo
43
510 ATC
Mil disculpas por el retraso! Aqui les dejo el quinto capitulo donde Elise enfrentara una dificil batalla en busca del tesoro perdido y encontrara algo muy valioso en este viaje.
Espero sus comentarios!
CRONICA 05: Misterio en las Bermudas
Elise Valerie, una joven de aproximadamente 18 años de edad, se convierte en uno de los piratas que pronto marcarían renombre en los mares del Caribe siendo conocida como El Capitán Perla Negra a bordo de su barco insignia, “El Madrid en Llamas” ocultando el hecho de ser una de las primeras piratas mujeres que compiten con los hombres de mayor fama.
Continuando con la búsqueda del Demonio Carmesí, Elise decide regresar a su ciudad natal para conseguir nueva tripulación para su nueva embarcación. Al reencontrarse con Torges, este le brinda información sobre un grupo de bandidos ocultos en una taberna cerca al muelle. Dentro del establecimiento, ella se encuentra con Dragan Hallard, un amigo suyo y de Jack quien le cuenta acerca del tesoro que su familia perdió hace muchos años. Ante esta nueva oportunidad, Elise parte en busca del tesoro en compañía de sus nuevos aliados, Dragan y sus mercenarios.
Muelle de Tampa, una semana más tarde, los dos barcos de Elise están completamente reparados y listos para parir en una nueva aventura.
− Muchachos, como ya se les comunicó, dejaremos la búsqueda del Demonio Carmesí por un asunto más importante. Iremos en búsqueda del tesoro que el antepasado de Dragan perdió hace muchos años atrás. – Elise se dirige hacia toda su tripulación.
− Yo tengo una pregunta capitán. – Dice Hogan levantando su mano.
− ¿Cuál?
− ¿Cómo encontramos la otra mitad del mapa? De acuerdo a lo que nos dijo Dragan, el socio de su abuelo se fue a la deriva en un bote con dirección hacia el norte. Las posibilidades son remotas considerando que pudo haber navegado a través del océano.
− Dragan estuvo investigando mientras estuvo trabajando para un comerciante en Europa y al parecer Marco Talamari nunca fue visto en los muelles de Francia y España por lo que su destino fue diferente.
− Eso complica más las cosas. – Responde Hogan
− Yo no diría eso. Observen este mapa.
Elise extiende el mapa por toda la mesa para mostrar a todos el resultado de su investigación.
− De acuerdo al mapa y la información que nos brindó Dragan, la isla en la cual el barco encalló debido a la tormenta es lo más probable una de las islas pequeñas cercanas a la colonia Holandesa en esta área. – Elise hace un círculo dibujando con su pluma en el punto señalado del mapa.
− Correcto. Pero, ¿por qué dices que las posibilidades están a nuestro favor? – Pregunta Dragan.
− Haciendo este análisis, suponiendo que el socio de tu abuelo nunca llegó a territorio Europeo, solo existen dos posibilidades: la primera, que su bote se haya hundido en medio del mar y la segunda que haya conseguido llegar a alguna isla cercana partiendo desde ese punto.
− Entonces debió haber llegado a una de las islas de la colonia Holandesa. – Dice Hogan.
− Me temo que no. Considerando que Marco tenía las intenciones de llegar a Europa por lo que las islas cercanas no serían una opción considerable. – Responde Elise.
− Entonces debió hundirse en medio del mar. – Dice Hogan.
− Es posible pero si consideramos la segunda opción, entonces las cosas se vuelven más favorables.
− ¿Por qué? – Preguntan Dragan y Hogan al mismo tiempo.
− Observen bien el mapa, hay un pequeño conjunto de islas pegadas entre sí en un punto bastante alejado del mapa entre el nuevo continente y Europa.
− ¡Oh! ¿Podría ser…? – Dice impresionado Dragan.
− Exacto, podemos iniciar nuestra búsqueda en esas pequeñas islas.
− ¿Ha perdido completamente la cabeza mi capitán? – Pregunta Hogan enojado.
− ¿Por qué lo dices?
− ¿Acaso nunca ha escuchado acerca de esas islas? – Pregunta nuevamente Hogan.
− No, ¿qué tienen de raro?
− ¿Y todavía lo pregunta? Si usted se fija bien en el mapa, estas tres pequeñas islas forman un triángulo ¿No se le hace familiar?
− Mmm… creo que sí pero todavía no tengo experiencia navegando en esa zona por lo que no tengo mucho conocimiento.
− ¡¡Es el famoso triángulo de las Islas Bermudas maldita sea!! – Grita Hogan.
− Oh, creo que escuché hablar de ello pero no recuerdo con claridad.
− Veo que ignoras el tema. Las Islas Bermudas son conocidas por tener historias temibles en ellas. Se cuenta que los barcos que pasan a través de ellas nunca regresan y desaparecen de forma misteriosa. Es por esa razón que los marineros y navegantes temen mucho pasar por esa zona que incluso lo han borrado de los mapas actuales. Algunos dicen que está embrujado o que algún monstruo vive en esas islas. – Responde Dragan.
− Mmmm… suena interesante. Es el lugar perfecto para nuestra búsqueda.
− ¡¡Eeeeeeeeeeeeek!! ¡De ninguna forma voy a poner un pie en esas islas! – Grita asustado Hogan.
− ¿Entonces prefieres enfrentarte al Demonio Carmesí tú solo? – Pregunta Elise.
− ¡¡Esas dos condiciones son demasiado extremas!! – Grita quejándose como loco Hogan
− No entiendo cómo puedes reclutar a un marica como ese. – Dice sarcásticamente Dragan.
− ¡Te escuché claramente pedazo de animal! – Grita furioso Hogan.
− Si te crees tan valiente, entonces esta clase de cosas no deben ser un problema para ti a no ser que tengas plumas de gallina.
− ¡Muy gracioso te crees! Para que sepas que no hay mejor navegante y contramaestre que yo. Me río frente al peligro ¡Mira! ¡Ja, ja, ja!
− (Sí que resulta fácil manipular a este sujeto) - Piensa Elise
− Entonces está decidido, Elise estamos listos para partir. – Dice Dragan.
− Siguiente destino, las Islas Bermudas. – Dice Elise apuntando con su dedo índice hacia el mar.
El convoy del Capitán Perla Negra es formado por “El Sol Dorado” una fragata pequeña con capacidad para 22 cañones y dos mástiles grandes que le permiten una velocidad razonable y mayor control en corrientes de agua inestables al mando de Dragan Hallard, “El Madrid en Llamas” el galeón insignia del capitán Perla Negra junto a su contramaestre Hogan Morobosi con capacidad para 30 cañones y tres mástiles el cual dos de ellos tienen tamaño regular y el principal que es más grande que los otros y es el que permite aumentar la velocidad del barco cuando el viento está a favor permitiéndole evitar la desventaja de su tamaño al ser blanco de otras embarcaciones enemigas. De esa manera, Perla Negra y su tripulación navegan en dirección hacia el noreste del Caribe entrando en las aguas del mismo Océano Atlántico con destino a las Islas Bermudas, lugar de terroríficas historias las cuales los marineros no se atreven en cruzar en busca de la mitad del mapa perdido que les llevará hacia el famoso tesoro de los Soles Dorados.
Durante varios días, ella y su tripulación navegan sin complicaciones en el trayecto pero sin rastro de tierra firme. Debido a la tranquilidad de sus aguas, la tripulación empieza a aburrirse pensando que esta aventura sea posiblemente una pérdida de tiempo sin tener la seguridad que realmente encontrarán lo que anhelan buscar.
Sin embargo, una mañana, una densa niebla empieza a cubrir el cielo alrededor; la visibilidad era casi nula, solo se podía percibir el blanco paisaje alrededor inquietando a todos. Perla Negra ordena a sus hombres bajar la velocidad y estar alertas por si algún extraño incidente llegara a ocurrir.
− ¡Buf! No se puede ver nada con esta niebla. – Dice Hogan preocupado.
− ¿Alguna novedad? – Pregunta Elise.
− ¡Ninguna, capitán! Es imposible ver algo desde aquí. – Responde el vigía.
− Lo que me temía. Lo que dicen acerca de estas islas es cierto ¡Pronto nos convertiremos en un barco fantasma! ¡Noooo! – Grita alterado Hogan.
− ¡Cálmate Hogan! Los fantasmas no existen. Esos son solo cuentos para asustar a los marineros. (Sin embargo, esta niebla me preocupa bastante. Lo peor de todo es que nos separamos del Sol Dorado. Espero que Dragan nos encuentre) – Responde Elise analizando la situación.
− Chicos, ¿llegamos a las Bermudas? – Pregunta Mei.
− Todavía no. Estamos atrapados en una densa niebla. (Ciertamente no existen fantasmas por aquí pero es un lugar perfecto para una…)
De pronto, Elise siente una ráfaga de viento repentina y el barco sufre un impacto de forma imprevista.
− ¡Kyaaaaaa! ¿Qué fue eso? – Grita Mei asustada.
− ¡Oh no! ¡Lo sabía! ¡Este lugar está embrujado! – Grita como loco Hogan.
− ¡No! ¡Esto es una emboscada! ¡Todos a sus posiciones! – Habla firmemente Elise.
− ¿Qué le hace pensar eso capitán? – Pregunta Hogan.
− Los fantasmas nunca disparan a los barcos. Eso fue un disparo de cañón.
− ¿Qué? Pero eso es imposible ¿Quién puede estar atacándonos en medio del mar?
− (Tiene razón. Para que sea algún barco enemigo, es imposible precisar con esta niebla; a no ser que…) Hogan, en todos los incidentes, los barcos que fueron atacados, ¿había niebla presente?
− ¡Sí! Es lo que cuentan los rumores, ¿por qué lo pregunta capitán?
− Ahora lo veo todo claro. Tal y como sospechaba ¡Pónganse todos en alerta! ¡Observen de dónde provienen los disparos!
− ¡Sí capitán!
− Mei, los cohetes que obtuvimos de Torhes, dispara hacia el cielo para llamar al Sol Dorado.
Mei dispara los cohetes de bengala en dirección hacia el este donde supuestamente perdieron contacto con el Sol Dorado para llamar su atención.
Mientras tanto, en la otra embarcación, los tripulantes observan las luces producidas por los cohetes de bengala lanzados por El Madrid en Llamas.
− ¡Dragan! ¡Una luz brillante apareció en lo alto de la niebla! – Dice el vigía.
− ¡Es la señal del Capitán! ¡Todos hacia el oeste en posición de combate! – Ordena Dragan a sus hombres.
Guiados por las luces de los cohetes lanzados por el Madrid en Llamas, la tripulación del Sol Dorado se pone en marcha para apoyar a Perla Negra en la batalla.
− ¡Sorprendente! ¿Cómo consiguió esos cohetes capitán? – Pregunta Hogan.
− Torhes los consiguió de un amigo que le trajo de oriente.
− ¡Capitán! ¡Más disparos enemigos! – Grita el vigía.
− ¿De dónde provienen los disparos?
− Treinta grados hacia el noroeste mi capitán. Y otro desde 10 grados hacia el noreste.
− Entiendo, sigan rectos veinte nudos y al girar lancen disparos hacia el noroeste.
− Capitán, siento contradecirle pero si no podemos ver al enemigo será difícil que podamos atacar. – Dice Hogan.
− En eso estás equivocado. Los disparos no provienen de ningún barco.
− ¿Qué quiere decir?
− En realidad nos encontramos en las Islas Bermudas.
− ¿En serio? Bueno, de acuerdo al mapa si deberíamos estar cerca pero, ¿por qué dice que los disparos no vienen de ningún barco?
− ¿Acaso no recuerdas bien? Si observas bien, las Bermudas están formadas por tres islas distantes entre sí que al trazarlas forman un triángulo, ¿no? En el caso que nosotros nos encontremos en medio del triángulo, ¿de dónde crees que vienen los disparos?
− Si no es de un barco, entonces solo puede venir de…
− ¡Exacto! Utilizando la niebla como ventaja es fácil realizar una emboscada utilizando las tres islas como punto de referencia.
− Ya veo, se pueden hacer disparos desde distintas direcciones y confundir al enemigo que se encuentra en medio de la niebla.
− Precisamente y así es cómo los barcos cayeron a merced, creando esa leyenda del Triángulo de las Bermudas.
− Pero, ¿Cómo se dio cuenta de eso?
− Por supuesto eso es solo posible realizando el ataque desde posiciones fijas ya que en movimiento resulta imposible acertar con exactitud. Sin embargo, si uno conoce bastante bien la ubicación y con un buen equipo de observación es todo posible. Por ello, no hay mayor conclusión que el ataque se realice desde esos puntos.
− ¡Muy bien! Vayamos a derrumbar sus torres de vigilancia de una vez por todas pero, ¿por qué llamó al otro barco con los cohetes? ¿No es arriesgado?
− Sí, pero tengo un plan. Antes de venir aquí le di a Dragan instrucciones específicas para esta situación.
− ¿Qué clase de instrucciones?
− Observa y verás. Nosotros también usaremos la niebla a nuestro favor.
El Madrid en Llamas realiza una serie de maniobras extrañas para esquivar los disparos de los cañones del enemigo y tal como sospechaba Perla Negra, los disparos provienen de Torres construidas en cada una de las tres islas por lo que podían emboscar fácilmente a sus enemigos cuando hay niebla. Al acercarse a una de las islas, Mei lanza otro cohete de Bengala en dirección hacia la isla y algunos disparos de cañones errando el objetivo. Sin embargo, lo que nadie pensaría es que todo se trata de una brillante estrategia que utiliza la valiente pirata para distraer al enemigo mientras que el Sol Dorado comienza a atacar con sus cañones guiados por las luces de Bengala que observan en el cielo.
Finalmente tras una intensa batalla, la mayor parte de las torres enemigas son neutralizadas con daños considerables y la tripulación de Perla Negra aprovecha en atacar la isla más afectada con un grupo de hombres armados de sables y mosquetes contra los bandidos armados.
Después de una breve lucha, Perla Negra y su tripulación hacen con el control de la isla.
− Capitán, tenemos capturados a todos los bandidos sobrevivientes. La isla está bajo nuestro control. – Dice uno de los marineros.
− Perfecto. Encárguense de arrojar a esos bandidos a los tiburones, pagarán por las atrocidades que han causado.
− Sí capitán. – Responde uno de los marineros.
− Capitán, hemos hallado una base con prisioneros cautivos.
− Deben ser los sobrevivientes de las embarcaciones emboscadas, debemos ayudarles.
− ¡Je, je, je! Nos habrán vencido… pero… este lugar será su tumba. – Dice agonizante uno de los bandidos caídos de la batalla.
− ¿Qué quieres decir con eso miserable?
− En estos momentos… el barco de nuestro jefe… los hará… ¡Aaargh!
Antes que pudiera decirle todo, el bandido escupe sangre y muere en el suelo dejando a Perla Negra muy preocupada.
− ¡Maldición! ¡Hogan! ¡Regresemos al barco! Dragan está en grave peligro.
− No podemos capitán. El barco ha sufrido muchos daños durante el combate. No soportará una batalla en ese estado.
− ¡Demonios! ¡Dragan…! ¡Olvida eso y pon en marcha el barco!
− ¿Ha perdido la razón capitán? Seremos blanco fácil para el enemigo. Solo podemos esperar por Dragan.
− Dragan no tiene experiencia en combate de esa magnitud. No tendrá posibilidades contra ese sujeto que conoce bien el terreno y su barco también está dañado ¡Déjame ir!
− ¡No! ¡No puedo permitir que cometa una semejante locura! – Grita Hogan reteniendo a Elise.
Mientras tanto, en el mar, Dragan tiene problemas siendo emboscado por la nave insignia del enemigo.
− ¡Dragan! ¡Un barco enemigo se acerca a estribor! No estamos en posición para contraatacar.
− ¡Rápido! ¡Maniobras evasivas! ¡Maldición! Justo cuando teníamos la victoria en nuestras manos…
− ¡Je, je, je! Ese grupo de aficionados pronto serán aniquilados por mí. Debo felicitarlos por haber descubierto nuestra emboscada pero ahora se convertirán en comida para peces ¡Aniquílenlos! – Dice confiadamente el capitán de los bandidos
El Sol Dorado intenta esquivar los ataques del enemigo pero uno de los disparos le da justo en uno de los mástiles quedando a merced del enemigo.
− ¡Dragan! No podemos resistir por más tiempo. Hemos perdido uno de nuestros mástiles. – Dice uno de los marineros de Dragan.
− ¡No! ¡Debemos seguir resistiendo! ¡No caeremos ante unos bandidos como esos! ¡No hasta recuperar lo que mi abuelo perdió!
De pronto, el barco enemigo hace su aparición cerca a Dragan y su tripulación con los cañones listos para apuntarles.
− ¡Muy bien sanguijuelas! ¡El juego se terminó! ¡Ríndanse ahora o los convertiremos en coladeras! – Grita en voz alta el capitán enemigo.
− ¡Maldición! – Expresa enfurecido Dragan al no poder hacer nada.
Antes que los bandidos pudieran cantar victoria, su barco es atacado de forma imprevista desde lejos por v arios disparos violentos que los dejan sorprendidos y tirados en el piso
− ¡Mierda! ¿Quién es la rata que se atreve a dispararme? – Grita enfurecido el capitán enemigo.
− ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Una sabandija cobarde como tú no es rival para el Rey! – Grita una voz desde lejos.
Antes que la tripulación enemiga pudiera reaccionar al ataque imprevisto, una carabela pirata con el símbolo de un dragón con cuernos en la bandera del asta hace su aparición apuntando con sus cañones y un grupo de hombres armados listos para luchar.
− ¡Cualquiera que intente asaltar y cometer barbaridades sufrirá ante mi ira! ¡Inclínate ante el Rey de los mares, pedazo de basura! – Dice el Pirata desconocido
− ¡No! ¡Tú eres…! Ese maldito desgraciado que nos causa problemas ¡El Demonio Carmesí! – Grita enfurecido el capitán de los bandidos.
− ¿Por qué no te enfrentas conmigo si te crees tan valiente?
− ¡Te aplastaré yo mismo! ¡Miserable! – Grita el Capitán de los Bandidos.
El Capitán de los Bandidos, enfurecido por la actitud arrogante de su oponente, saca su espada y lo ataca lleno de rabia. Sin embargo, el Demonio Carmesí, orgulloso y con una sonrisa arrogante saca su espada y lo enfrenta en un duelo.
Dragan, al ver la sutileza e increíble forma de pelear del Demonio Carmesí comienza a darse cuenta de su identidad en medio de la niebla.
− Esa técnica con la espada… ¡No es posible! Solo existe una persona en el mundo que conozco con esa forma de pelear.
Después de una sorprendente demostración con el manejo de la espada, el Demonio Carmesí somete a su oponente forzando a arrojar su espada al mar y cae indefenso ante él.
− ¡Mierda! ¿Cómo pude perder ante él?
− ¡Todo se terminó Syg! Has manchado el honor y la reputación de los piratas en el mundo con tu asquerosa presencia ¡Una serpiente malvada como tú no es rival para el nuevo Rey de los piratas! – Expresa de forma orgullosa y arrogante el Demonio Carmesí.
− Realmente no esperaba que de todas las personas tú vendrías a salvarme el pellejo. El mundo sí que está lleno de sorpresas. – Dice contento Dragan
− No te confundas conmigo. No me interesa las estupideces que hagas. Simplemente tenía cuentas que ajustar con esa serpiente.
Minutos más tarde, en una de las Islas Bermudas, la niebla se disipa y el capitán Perla Negra se encuentra muy impaciente mientras sus hombres intentan reparar el barco.
− ¿Todavía no terminan las reparaciones?
− Lo siento capitán, pero nos llevará más tiempo.
− Dragan…
En ese momento, dos barcos se aproximan a la isla; uno de ellos es el Sol Dorado que está dañado y el otro es el mismo barco que atacó a Syg y sus bandidos. Perla Negra se apresura por recibir a su amigo quien baja del barco después de llegar a tierra firme.
− ¡Dragan! ¿Te encuentras bien? Lamento por haberme precipitado.
− Ah, no te preocupes. No pienso morirme tan fácilmente. – Responde Dragan.
− ¿De quién es ese barco? – Pregunta Elise inquieta.
− ¡Ja, ja, ja! Vaya, quién diría que nos volveríamos a encontrar, Elise Valerie. – Dice el Demonio Carmesí bajando de su barco.
− Esa voz…
− ¡¡Eeeeeeeeeeeeek!! ¡No puedo creerlo! ¡Es el Demonio Carmesí en persona! – Grita sorprendido Hogan.
− Jack Valente, no puedo creerlo. – Responde Elise sorprendida mirándolo fijamente.
− Te dejo a este cretino en tus manos. Supongo que hay muchas preguntas que deseas que te responda.
El Demonio Carmesí arroja de su barco a Syg amarrado violentamente al piso.
− ¡Jack! ¡Te estuve buscando por mucho tiempo! ¿Por qué te convertiste en el Demonio Carmesí?
− La respuesta es obvia, para convertirme en el pirata más grande de todos los tiempos. Me sorprende que tú también te hayas convertido en pirata.
− ¿Por qué no volviste a casa? Todos están preocupados por ti.
− Para convertirme en el Demonio Carmesí he dejado todo atrás, mi pasado y todo aquello que conocí. Aquel hombre es tan solo un vestigio olvidado en lo más profundo.
− ¿Piensas olvidar a todos? No puedes tirar el pasado así de simple ni tampoco a las personas que te importan.
− Pregúntate a ti misma, ¿por qué decidiste convertirte en pirata? ¿Por orgullo, por dinero, por fama? No, tú sabes perfectamente que va más allá de eso. Sin embargo, no dejes que el odio te consuma o te convertirás en tu propio enemigo mortal. Adiós. La próxima vez espero enfrentarte y derrotarte.
− ¡Espera Jack! ¡No te vayas!
Jack y su tripulación se alejan volviendo nuevamente hacia el mar en su próximo viaje de aventuras ignorando la voz de Elise.
− Jack… nos volveremos a encontrar…
Perla Negra se dispone a rescatar a todos los prisioneros en las islas restantes y en una de las bases, encuentra prisionero a una persona que ella no esperaba encontrar.
− ¡Oh! Gracias al cielo. Muchas gracias por rescatarme joven. ¿Eh? ¿Le sucede algo? – Dice el misterioso anciano harapiento.
− Abuelo… ¡¡Abuelooooo!!
Perla Negra corre hacia sus brazos y empieza a llorar de alegría encontrando después de mucho a tiempo a su querido abuelo perdido.
− ¡Elise! ¿Eres tú?
− Sí, soy yo abuelo, tu nieta Elise.
− ¡Oh! ¡Es un milagro de dios! ¡Pensé que te había perdido para siempre después de aquel incidente!
− Sí, yo también estoy feliz de verte. (Jack, tienes razón. No puedo darme por vencida)
− Oye Mei, ¿por qué estás llorando? – pregunta Hogan.
− Me conmueven demasiado los finales felices.
− Es verdad, es la primera vez que veo a Elise llorar de esa forma. Ella nunca es capaz de expresar sus emociones a nadie. Me pregunto por cuánto tiempo habrá soportado ese dolor. Sin embargo, esto todavía está lejos de acabar.
Después de realizar las reparaciones, Perla Negra y su tripulación están listos para partir con destino a la Cuidad de Cartagena, una de las ciudades principales de la Colonia Española para dejar a los prisioneros liberados y llevar a Syg y sus bandidos con las autoridades. Mientras tanto, ella y sus amigos charlan pacíficamente mientras navegan por el mar.
− Estoy sorprendido que tengas tu propio barco y te hayas convertido en pirata. Realmente puedo ver que has heredado mi espíritu aventurero. Ah, si tan solo fuera unos años más joven. – Dice el abuelo de Elise.
− Bueno, es una larga historia. Sin embargo, es una lástima que no haya podido encontrar pistas de la otra mitad del mapa pero estoy muy feliz de haberte encontrado. – Responde Elise.
− ¿Huh? ¿A qué mapa te refieres?
− Un mapa que conduce hacia un barco cargado con el Tesoro de los Soles Dorados.
− ¡Oh! Ahora que lo recuerdo, hace mucho tiempo escuché que fue encontrada en esta isla un supuesto mapa, posiblemente quizá de algún pirata pero solo es una parte por lo que no se supo mucho sobre él.
− ¡Un momento! ¿Y sabes donde se encuentra ahora?
− Por lo que recuerdo, fue vendida a la familia aristocrática de la Colonia Holandesa como un descubrimiento en sus tierras.
− Así que la Colonia Holandesa. Por cierto, ¿cómo fue que estuviste encerrado en esa isla todo este tiempo?
− Esa fortaleza fue construida por Roldán y contrató a esos bandidos para que asaltaran a todo aquel que ose pasar por ahí causando terror a la gente y evitar acercarse.
− ¿Roldan has dicho? ¡¡Ese canalla!!
Tras escuchar ese nombre que pensaba haber dejado atrás en su pasado, todo el odio que tenía oculto en su interior empieza a salir recordando al malvado que arruinó su vida por completo. Con una mirada totalmente enfurecida, Perla Negra no piensa descansar hasta cumplir con su venganza y acabar con Roldán con sus propias manos.
CONTINUARA…
Inició el tema
Mayordomo
43
510 ATC
Hola! Hace tiempo que no venia por aqui. Eso se debe a que estuve de viaje por trabajo por lo que hace poco he podido regresar aprovechando unas vacaciones. Aqui les traigo el capitulo 6 donde despues de una aventura en las Islas Bermudas, nuestra valiente pirata debera enfrentar nuevamente su pasado en su encuentro con un nuevo personaje que influira mucho en sus siguientes aventuras. Espero que lo disfruten!
CRONICA 06: La Princesa y la Sirvienta
Elise Valerie, una joven de aproximadamente 18 años de edad, se convierte en uno de los piratas que pronto marcarían renombre en los mares del Caribe siendo conocida como El Capitán Perla Negra a bordo de su barco insignia, “El Madrid en Llamas” ocultando el hecho de ser una de las primeras piratas mujeres que compiten con los hombres de mayor fama.
En busca de la otra mitad del mapa del Tesoro de los Soles Dorados, siguiendo la ruta que supuestamente usó el socio del bisabuelo de Dragan, Elise y sus piratas llegan a las Islas Bermudas, un grupo de islas temidas por los marineros dado que cualquier barco que intente atravesarlo, jamás regresa. Sin embargo, el secreto que ocultaba la isla era que se trataba de una fortaleza de bandidos que se dedicaban a asaltar los barcos mercantes y usar a sus prisioneros como esclavos para trabajar en las islas.
Con la inesperada ayuda del pirata más temido del caribe, El Demonio Carmesí, Elise y sus amigos salen triunfantes y liberan a los prisioneros cautivos, entre ellos para su sorpresa, el abuelo perdido de Elise. Tras enterarse que el responsable de los bandidos era nada menos que su archienemigo, el Marqués Roldán, al deseo de venganza de ella crece y jura no descansar hasta acabar con él con sus propias manos.
Ciudad de Nassau, una de las ciudades más importantes del Imperio Holandés y uno de los importantes centros de comercio en el Nuevo Mundo, es el lugar donde dará inicio una nueva aventura y una serie de encuentros en la vida de nuestra valiente pirata.
- Abuelo, ¿dices que en esta ciudad encontraremos a la persona que puede ayudarnos a encontrar la otra mitad del mapa? – Pregunta Elise.
- Si hay alguien que puede ayudarnos a encontrar una reliquia como esa, no hay mejor que consultar con el propio Jefe de Comerciantes. – Responde el abuelo de Elise.
- ¿El Jefe de Comerciantes?
- Así es. Como debes saber, el Nuevo Mundo es gobernado por cuatro naciones que disputan por extender sus dominios, Francia, Inglaterra, Holanda y la poderosa España. Sin embargo, por más fuerte que sean sus territorios, no sirve absolutamente de nada si la ciudad no cuenta con un comprador y un vendedor los cuales establezcan sus condiciones. Es por eso que todas las naciones crearon el gremio de comerciantes, el cual es encargado de administrar y manejar el mercado de las distintas ciudades en el Nuevo Mundo. Solo ellos poseen la autoridad de tomar las decisiones sobre los precios y qué ciudades conviene o no realizar negocios. – Explica el abuelo de Elise.
- Vaya, no sabía acerca de ese detalle, abuelo.
- Bueno, es que en aquella época todavía eras una pequeña niña y sería complicado explicarte cómo funcionan las cosas por aquí. Si alguna familia noble de Holanda posee la mitad del mapa, es seguro que el Jefe de Comerciantes posea alguna información.
- Entiendo, vayamos a verlo entonces.
Después de terminar con el desembarque, el convoy del pirata Perla Negra se sitúa en algún lugar no cercano al puerto para evitar llamar la atención dejando a Dragan y sus muchachos al cuidado de los barcos mientras que ella acompañada de su abuelo, Hogan y Mei se dirigen hacia la majestuosa ciudad rodeada de multitudes de personas, tiendas y centros de comercio.
- ¡Ooooh! ¡Mira! ¡Mira hermanito! ¡Es una fruta muy rara! – Dice Mei exaltada.
- Naturalmente. Esa fruta solo es cultivada en estas islas, es una de las principales rarezas que posee esta ciudad. – Responde Hogan.
- ¡Oh mira! ¡Qué tela más preciosa! ¡Apuesto que este vestido se me vería genial!
- ¡Cielos! ¿Por qué tenía que venir mi latosa hermana con nosotros?
- ¿Qué? ¿Qué acabas de decir?
- ¡No! ¡Nada importante!
- ¡Jo! Además si no estuviera aquí, seguramente estarías perdiendo el tiempo buscando faldas por… ¿Hermanito?
En ese momento, Hogan no le presta atención a su hermana y se dirige como una flecha hacia una de las hermosas jóvenes que compran en el mercado.
- Señorita, no he podido evitar el poder contemplar su belleza ¿Qué le parece si le doy un recorrido por toda la ciudad? Soy un valiente marinero que recorre los siete mares y puedo contarle todas mis aventuras…
La hermosa joven, se encuentra inquieta ante las palabras de Hogan pero en ese momento cierta persona interviene y se lo lleva jalando de las orejas.
- ¡Hermanitoooo! ¿Otra vez con lo mismo?
- ¡Ayyyy! ¿Por qué me tenía que pasar esto? ¡Deja de jalar mis orejas!
- Me distraigo por un minuto y te encuentro flirteando con cualquier chica que se te cruce en el camino, no tienes remedio.
- Tus amigos sí que son raros, Elise. – Dice avergonzado su abuelo.
- Ya me acostumbre a ellos. – Responde Elise.
Después de un rato, ellos se encuentran caminando por las afueras del mercado para llegar hacia una taberna donde se encuentra la sede del Gremio de Comerciantes mientras que Hogan se encuentra disgustado al no poder divertirse en paz ante la mirada celosa de su hermana menor.
- Bien, hemos llegado.
- Ustedes dos esperen aquí. Mi abuelo y yo terminaremos nuestros asuntos.
- ¿Podemos recorrer las tiendas que están cerca mientras los esperamos? – Pregunta muy ansiosa Mei.
- Claro, no hay problema.
- ¡Yujuuu! ¡Vamos hermanito!
- ¡Oye! ¡Deja de jalarme, Mei!
- Bueno, al menos estaré tranquila por un rato. – Dice Elise.
En el interior del gigantesco edificio del Gremio, algunas personas se encuentran almorzando en las mesas mientras que la mayoría se encuentra reunida en medio de la sala formando un círculo mientras observan un evento muy interesante que se lleva a cabo.
- La Srta. Armsberg es sorprendente. No hay nadie capaz de vencer a ella. – Dice sorprendido uno de los espectadores.
- Es verdad. No ha perdido una sola partida en estos últimos días.
- ¿Huh? ¿Qué está ocurriendo ahí? – Pregunta Elise.
- No sé. Vayamos a ver.
Elise y su abuelo contemplan en medio de la multitud que se lleva a cabo un juego de Ajedrez donde un comerciante y una elegante mujer rubia de aspecto joven y de estatura similar a ella compiten llevando esta la ventaja. El comerciante se encuentra muy nervioso sin poder pensar en alguna estrategia para contrarrestar la situación después de haber perdido algunas de sus fichas claves.
- ¿Qué sucede? ¿Acaso no piensas darte por vencido? No hay forma que puedas derrotarme a mí la gran Cordellia Armsberg ¡Jo, jo! – Ríe muy confiada Cordellia.
- ¡No! ¡Todavía no! ¡No seré derrotado por ti! – Responde nervioso el comerciante.
- Pues claro que no. Todavía tiene una posibilidad para voltear la situación. – Dice calmada Elise.
- ¿Eh? ¿En serio?
- ¿Mmmmm? – Piensa intrigada Cordellia por aquellas palabras.
El comerciante se prepara para colocar su alfil cuatro casillas en diagonal más adelante pero…
- ¡Espera! Si mueves esa pieza allí, perderás. ¡Auch! – Dice Elise desprevenida.
- ¡Oye tú! ¿Cómo te atreves a interrumpir? – Grita muy enfadada Cordellia sujetándole del cuello a Elise.
- ¡Por favor discúlpennos! ¡No fue su intención molestarla! Mi nieto apenas acaba de llegar a la ciudad y… – Pide perdón de forma suplicante el abuelo de Elise.
- ¡No! ¡No pienso perdonar a ese mocoso insolente! ¡Nos ha fastidiado toda la partida! ¡No me basta con que él o su abuelo pidan disculpas! – Grita muy enfadada Cordellia.
- Entonces, ¿qué debo hacer para satisfacer su enojo señorita? No traigo mucho dinero para compensarle pero… – Pregunta educadamente Elise.
- No, el dinero no basta. Esto se trata de un asunto de honor. Mi nombre es Cordellia Armsberg y soy la hija del Gobernador de esta ciudad y no hay nadie aquí que no me conozca. Por cierto muchacho, puedo ver que sabes jugar bien al ajedrez y piensas que puedes ganar la partida si reanudas el juego desde aquí.
- No, no es lo que pretendía decir.
- ¡Sí! ¡Eso es lo que has dicho! ¿Lo habéis oído todos? ¿Verdad muchachos?
- ¡Sí! ¡Es cierto! – Responden los espectadores.
- Escucha muchacho, quiero que seas mi contrincante en la partida partiendo desde el mismo punto donde hemos sido interrumpidos ¿Te parece bien, no? – Dice Cordellia.
- Bueno, a mí no me molesta pero… – Dice intrigado su amigo comerciante.
- Naturalmente te devolveré el dinero que apostaste. Sin embargo, tú muchacho, tendrás que apostarte a ti mismo.
- ¿Eh? ¿Qué quiere decir?
- Lo diré en términos más sencillos, si consigues vencerme en esta partida te daré el derecho en que puedas quedarte con mi sirvienta. Pero claro, si pierdes entonces tú te convertirás en mi sirviente ¿Qué dices?
- ¿Eh? ¡Espere un minuto! Elise, no tienes por qué… – Dice preocupado su abuelo.
- ¡Acepto! Si eso satisface su deseo, acepto el desafío. – Responde Elise con firmeza.
- ¡Elise! – Grita preocupado, su abuelo.
- No te preocupes, todo saldrá bien abuelo. – Dice Elise con una sonrisa.
- Muy bien, siéntate ahí muchacho.
Elise y Cordellia toman asiento y reanudan el juego de Ajedrez exactamente en la misma situación donde quedó el comerciante durante la partida anterior.
- Está bien, empecemos en la posición anterior. Tú comienzas primero. – Dice Cordellia.
La partida se reanuda y Elise empieza su jugada moviendo la torre en lugar del alfil a diferencia de la jugada del comerciante hace un momento, dejando en posición peligrosa para la ficha del Rey de su contrincante.
- ¿Qué? ¿Cómo ha hecho eso? – Grita sorprendida Cordellia.
- ¡Buena jugada! ¡Es increíble! – Grita sorprendido uno de los espectadores.
- Su turno, señorita Armsberg.
- Solo has tenido un poco de suerte, ahora verás.
La partida continúa, ninguno de ellos piensa ceder y cada jugada resulta peligrosa y emocionante creando situaciones cada vez más complicadas perdiendo cada uno algunos de sus peones y algunas fichas importantes. Sin embargo, algunos de los espectadores reconocen el estilo de juego del Capitán Perla Negra a un evento que ellos recuerdan en el pasado.
- ¡Oigan! ¡Esa manera de jugar, no me cabe duda! Es como aquel hombre.
- Sí, es idéntica. – Dice otro de los espectadores.
- ¿Cómo puede conocer una técnica como esa, un muchacho desconocido?
- ¡Sí! ¡Estoy completamente seguro! Esa partida es idéntica a la que jugaron el Veterano Valerie y el Gobernador Armsberg cuando estuvo de visita aquí.
- ¡Cállense ustedes! ¡Maldita sea! ¡No voy a perder ante un chiquillo presuntuoso! – Grita molesta Cordellia.
Enfadada, Cordellia hace su jugada definitiva y coloca a su Reina en un punto clave del tablero.
- ¡Bien! ¿Qué dices ahora muchacho? No tienes escapatoria.
- Srta. Armsberg, ¿realmente desea colocar su reina ahí? – Pregunta Elise.
- Sí, por supuesto. No me cabe la menor duda.
- En ese caso usted pierde por jaque mate con mi alfil y mis dos torres.
- ¿Queeeeee? ¡No! ¡No es posible!
Cordellia observa detenidamente y se da cuenta que su precipitada jugada le llevó inesperadamente a la derrota.
- M-Me rindo.
- ¡Oooh! ¡Ese muchacho es sorprendente! – Grita emocionado uno de los espectadores.
- Debo decirle que ha sido un excelente adversario señorita. - Dice Elise agradecida.
- Has jugado bien muchacho. Tienes un dominio envidiable ¿Podrías decirme tu nombre?
- Soy el Capitán Perla Negra.
- ¿Queeeeeeeeeeeeeeee? – Todos gritan exaltados al reconocer la identidad del muchacho.
- Así que tú eres el famoso pirata que derrotó a esos bandidos en las Islas Bermudas y además salvó el barco de nuestra Colonia del pirata “Fumarola”. Vaya sorpresa.
- Así es. Me disculpo por mi comportamiento hace unos momentos.
- Oh, vaya. Debo admitir que su fama le precede ¡Adelia! ¡Ven aquí! – Grita Cordellia llamando a su sirvienta.
En ese momento, una hermosa muchacha de aspecto más joven y un poco más baja que Elise y Cordellia se aproxima en medio de la multitud en su traje de sirvienta.
- ¿Llamó usted, señorita Armsberg? – Pregunta Adelia.
- A partir de ahora ya no estarás bajo mi servicio sino estarás bajo las órdenes del Capitán Perla Negra, es una orden.
- ¡Pero señorita! – Expresa preocupada Adelia.
- ¡Nada de peros! Soy una comerciante y siempre cumplo con mi palabra. Tal como lo prometí, es tuya Capitán Perla Negra.
Cordellia se retira decepcionada por su derrota pero manteniendo la frente en alto mientras regresa sola a su palacio.
- Como dijo la señorita Armsberg, a partir de ahora estaré bajo sus servicios Capitán.
- Sí, pero no serás mi sirvienta.
- ¿Eh? Pero…
- Yo siempre trato a mis camaradas por igual así que me acompañarás como miembro de mi tripulación.
- ¡Todos! ¡Un aplauso por el Capitán Perla negra! ¡¡Hurraaaa!! – Grita uno de los comerciantes.
Aquella noche en la posada, Elise y sus amigos se reúnen en la sala dando la bienvenida al nuevo miembro de la tripulación mientras conversan de lo ocurrido.
- Y eso es todo lo que pasó. – Dice Elise hastiada.
- Vaya, usted sí que tiene suerte. No cualquiera gana una sirvienta en una apuesta. Ah, sí tan solo fuera un poco más mayor podría mostrarles los placeres de una mujer adulta.
- ¡Hermanitooooo! – Grita Mei enfadada.
- ¡Auch! ¡Deja de jalarme la oreja otra vez!
- Siempre con tus pensamientos pervertidos, no tienes remedio. – Dice Mei.
- Lamentablemente mi amigo el Jefe de Comerciantes de Nassau se ha retirado por lo que no hay remedio que preguntar al Gobernador por el Nuevo Jefe mañana. Solo espero que sea tratable. – Dice el abuelo de Elise.
- Me retiro a mi habitación. Hasta mañana. – Expresa Elise con una mirada seria.
- ¿Se encuentra usted bien capitán? – Pregunta Mei preocupada.
- Estoy muy agotada. Necesito estar a solas. Una cosa Hogan, si te atreves a tocarle un pelo de encima te arrojaré a los tiburones.
- ¡Eeeeeeeeeeek!
- (Elise, ya te diste cuenta de ella… ¿verdad?) – Piensa preocupado su abuelo.
Elise se retira a su habitación para descansar cuando de pronto, la puerta empieza a sonar.
- Adelante.
- Mi amo, le he traído un poco de vino. – Dice Adelia.
- Lo siento pero no tomo bebidas alcohólicas.
De pronto, Adelia tira accidentalmente la bandeja al piso y empieza a llorar…
- Lo siento, ¿dije algo que la ofendiera?
- ¡Soy tan torpe! ¡No sirvo para nada! Eso explica por qué mi ama me dejó. Por eso me apostó en la partida ¡Buaaaaa!
- Vamos, no llores. Además estoy segura que esa no fue la razón.
- Oh, lo siento mucho mi amo. Sé que una sirvienta como yo no debería estar comportándose de esa manera, pero yo…
- No te preocupes. Además no quiero que seas mi sirvienta, llámame Elise como lo hacen mis compañeros.
- ¿E-Elise? Disculpe mi atrevimiento pero, ¿podría decirme su verdadero nombre? ¡Lo siento! Sé que no es de mi incumbencia pero…
- Elise Valerie. – Dice mientras se saca su sombrero revelando por completo su cabello y su rostro.
- ¡Oh cielos! ¡No! ¡No puede ser! ¡Elise! ¡Eliseeeeeeeee!
Adelia corre y empieza a llorar más en los brazos de Elise quien la mira preocupada.
- ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras de esa forma?
- ¡Elise! ¡Pensé que nunca más volvería a verte!
- ¡Oh! Entonces sí eres mi hermana pequeña, ¿Adelia?
- Sí, soy yo ¡Todos pensamos que habías muerto!
- Es cierto, han pasado más de diez años. Por eso no podía reconocerte.
- ¡Elise! ¡Qué alegría de verte!
- Descuida, ya todo pasó. Estoy de vuelta Adelia.
- Pero, ¿por qué eres una pirata?
- Tengo mis razones. Sin embargo, aquella muchacha que solías conocer ya no existe.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Esa chica murió el día de aquel incidente en que el pueblo fue atacado por esos bandidos, ahora solo existo yo, un capitán pirata en busca de venganza. Por esa razón, mañana hablaré con Cordellia para que te acepte de nuevo. De esa forma…
- ¡No quiero!
- Adelia.
- Ahora que finalmente pude encontrarte, no quiero separarme de ti.
- Eso es imposible. El camino que sigo es muy peligroso para ti. Yo ya no tengo un hogar donde volver, mi única patria es la mar.
- ¡No! ¡Déjame ir contigo! ¡Por favor!
- No, ya lo he pensado detenidamente. Es mejor para ti que vuelvas con Cordellia, de esa forma vivirás una vida tranquila. Además, mamá se sentirá muy mal si vienes conmigo y exponerte aquellos peligros.
- ¡No! ¡No quiero volver a sentirme sola!
- ¿Qué quieres decir? ¿Acaso mamá no está contigo?
- Ella murió hace algunos años atrás enferma. Desde entonces he estado viviendo sola trabajando como sirvienta para la señorita Cordellia.
- Madre… (¡Maldito seas Roldán!)
Al día siguiente, en la sala de la posada, para su sorpresa se encontraba la misma Cordellia esperando por Elise y sus compañeros quienes se sorprenden al verla.
- Señorita Armsberg, ¿vino a buscarme? – Pregunta Elise.
- Así es. Quería disculparme por mi comportamiento de ayer y estoy dispuesta a pagarle trecientas… no, quinientas monedas de oro para recuperar a mi sirvienta.
- ¡Eeeeeeeek! ¿Quinientas monedas de oro? ¡Eso es bastante dinero! – Grita sorprendido Hogan.
- Soy una de los Comerciantes más importantes de esta ciudad, no importa el precio que me ofrezcas.
- Ya veo, estás muy preocupada por ella. Has llegado en buen momento. Será mejor que te lleves a Adelia contigo.
- Entiendo, entonces te traeré el dinero acordado.
- No hace falta. No es necesario que pagues. Estoy seguro que Adelia estará bien a tu lado porque eres una persona responsable para ella.
- Bueno, la verdad no es para tanto… además ha sido una buena compañía para mí…
- Señorita Armsberg… yo… - Dice muy triste Adelia.
- Discúlpame por haberte apostado. Estaba cegada por el juego, lo siento.
- Señorita Armsberg, agradezco lo mucho que hizo por mí… pero… no puedo ir con usted… ¡Lo siento mucho!
- Lo sé, por eso quería venir para confirmarlo.
- ¿Eh? ¿Qué quiere decir? – Pregunta confundida Adelia.
- El Capitán Perla Negra es una persona muy importante para ti, ¿verdad? Alguien quien habías perdido hace mucho tiempo.
- ¡Espere un momento señorita Armsberg! Creo que hay un malentendido aquí. – Expresa exaltada Elise.
- No hay ninguna equivocación aquí. Y llámame Cordellia, suena demasiado formal para mi gusto. Es inútil que intentes ocultarlo.
- ¿Qué quiere decir con eso?
- Mi intuición femenina y de comerciante me lo dice todo. Eres un miembro de la familia Valerie, ¿no es verdad?
- ¿Qué le hace pensar eso?
- Es inútil negarlo. Solo un miembro de la familia Valerie es capaz de adoptar esa técnica en el Ajedrez y tú lo has demostrado claramente jovencito.
- Cielos, no debí dejarme llevar por el juego.
- ¡Ja, ja, ja! Entonces ya somos dos. En todo caso, quiero que Adelia vaya contigo. Esa chica no ha vuelto a sonreír desde que perdió a su madre y perdió la confianza en sí misma. Estoy segura que ella se sentirá feliz de esa manera, ¿no es así?
- ¡Muchas gracias mi ama! ¡Le agradezco mucho!
- (Demonios, adiós a mi plan de deshacerme de ella.) – Piensa desanimada Elise.
- A propósito Capitán, ¿cómo consiguió aprender esa técnica del Veterano Valerie?
- Mi padre me enseñó muchas de sus técnicas cuando jugaba con él en casa. – Responde desanimada Elise.
- ¡Oh! Entonces eres el hijo del Veterano Valerie ¡Ja, ja! Eso lo explica todo.
- (Y eso que todavía no se ha dado cuenta de mi secreto)
- Siento mucho lo ocurrido de ese incidente. Debió ser muy duro para ti. El Veterano Valerie fue un importante amigo de mi padre cuando estudiaron juntos en la universidad en Francia.
- Ya veo. Por cierto Cordellia, ya que eres la hija del Gobernador quiero pedirte un favor importante.
- Por supuesto, tú dirás.
- Estamos buscando al nuevo Jefe del Gremio de Comerciantes. Según tenemos entendidos, el antiguo jefe renunció hace algunos años.
- Oh, de eso no hay problema. El Nuevo Jefe de Comerciantes está aquí mismo.
- ¿Huh? – Preguntan todos confundidos.
- Espera un minuto! Significa que tú eres… - Dice confundida Elise.
- ¡Exacto! Soy la Nueva Jefa del Gremio de Comerciantes, Cordellia Armberg.
- ¿Queeeeeeeeeeeee? – Todos gritan sorprendidos.
Ante la inesperada sorpresa, Elise y sus amigos no solo se reencuentran con su hermana sino que también casualmente llegan a conocer a la hija del Gobernador y Jefa del Gremio de Comerciantes, Cordellia Armberg. Este encuentro marcará el comienzo de una serie de aventuras para ella y sus amigos mientras buscan el tesoro de los Soles Dorados. Sin embargo, nadie sabe en donde se encuentra ahora el Demonio Carmesí y sus planes.
CONTINUARA…
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Hola a todos! Les deseo una feliz navidad y prospero año nuevo a todos ustedes, en especial los lectores que me apoyan con esta historia. Tras este inesperado reencuentro de Elise con su hermana perdida, empieza ahora la busqueda por el tesoro de los soles dorados, donde Cordellia sera un elemento muy importante en la aventura de nuestra valiente pirata que viaja en busca de venganza. Espero sus comentarios.
CRONICA 07: En busca del tesoro perdido
Elise Valerie, una joven de aproximadamente 18 años de edad, se convierte en uno de los piratas que pronto marcarían renombre en los mares del Caribe siendo conocida como El Capitán Perla Negra a bordo de su barco insignia, “El Madrid en Llamas” ocultando el hecho de ser una de las primeras piratas mujeres que compiten con los hombres de mayor fama. Con la información del abuelo de Elise, la valiente pirata y sus compañeros ponen en rumbo hacia la ciudad de Nassau, una de las ciudades más importantes del comercio de la Colonia Holandesa. Al llegar a la sede del Gremio de Comerciantes, ella es forzada a competir en un duelo de Ajedrez contra una orgullosa comerciante y logra derrotarla con una estrategia impresionante. Al vencerla, la comerciante le cede su sirvienta como parte de la apuesta y descubre para mayor sorpresa del destino que se trata de su hermana menor Adelia. Después de ello, la comerciante arrepentida por su error, preocupada regresa por Adelia y confirma la relación entre Elise y ella aunque esta ignora el secreto de Perla Negra. Con otro descubrimiento Elise sin saberlo antes, se revela que la comerciante es además de ser la hija del Gobernador, es también la Jefa del Gremio de Comerciantes. Con este giro de acontecimientos, la valiente pirata se encuentra cada vez más cerca de obtener el ansiado tesoro.
- Por cierto Cordellia, ya que eres la hija del Gobernador quiero pedirte un favor importante. – Dice Elise.
- Por supuesto, tú dirás.
- Estamos buscando al nuevo Jefe del Gremio de Comerciantes. Según tenemos entendidos, el antiguo jefe renunció hace algunos años.
- Oh, de eso no hay problema. El Nuevo Jefe de Comerciantes está aquí mismo.
- ¿Huh? – Preguntan todos confundidos.
- ¡Espera un minuto! Significa que tú eres… - Dice confundida Elise.
- ¡Exacto! Soy la Nueva Jefa del Gremio de Comerciantes, Cordellia Armberg.
- ¿Queeeeeeeeeeeee? – Todos gritan sorprendidos.
- ¡Un minuto! No esperaba que tú fueras la Jefa del Gremio de Comerciantes. – Expresa sorprendida Elise.
- ¡Oh! ¿Sorprendida? Bueno, es lo que muchos me dicen. Quizás sea por mi belleza y juventud ¡Jo, jo, jo!
- (Aunque debería ser menos arrogante)
- Dime, joven Valerie o querré decir Capitán Perla Negra, ¿qué desea un pirata de su reputación de la Jefa de Comerciantes?
- Necesitamos conseguir cierta información muy importante acerca de la mitad de un viejo mapa.
- Oh, pues si hablas de reliquias poseo muchas en mi casa pero dudo mucho de un viejo pedazo de papel.
- Tal vez esto refresque su memoria, mi señora.
Elise le muestra frente a ella la mitad del mapa del Tesoro de los Soles Dorados obtenida por su camarada Dragan.
- ¡Oh, vaya! Pero, ¿qué tiene de interesante un viejo mapa roto?
- Supongo que una brillante comerciante como usted sabe perfectamente lo que contiene un mapa con marcas.
- ¿Un mapa del tesoro? Interesante. Recuerdo haber visto algo como esto antes.
- ¿Dónde si puede saberse?
- Hace tiempo, una expedición le entregó a mi padre el pedazo de un viejo mapa encontrado en una isla al norte de aquí. Lo tenemos guardado en conmemoración al grupo expedicionario que descubrió dicha isla.
- ¿Podría verlo si no es mucha indiscreción?
- Por supuesto. Vayamos enseguida a mi casa. Adelia.
- Sí, mi señora. – Dice Adelia.
- Informa por favor a la casa que tenemos invitados.
- De acuerdo, como usted ordene.
- Pero no es necesario un recibimiento. – Dice Elise.
- No hay cuidado. Es lo menos que puedo hacer por mi comportamiento de ayer, además no pretenderás hacer negocios con el estómago vacío, ¿no crees?
- Buen punto.
- ¡Oh! ¡Vamos a conocer la casa del Gobernador! ¡Estoy muy emocionada! – Dice nerviosa Mei.
Minutos más tardes, guiados por la elegante Cordellia, Elise y sus amigos llegan a una impresionante mansión en las afueras de la ciudad cercado por un extenso muro de hierbas que rodea la mansión de construcción tipo victoriana.
- ¡Oooh! ¡Impresionante! ¡Es un palacio! Siento como si estuviera en un cuento de hadas. – Dice Mei muy emocionada.
- ¡Je, je, je! Bueno, era de esperarse de una persona con mucho poder. – Expresa nervioso Hogan.
- ¿Le parece bien presentarnos en su casa de esta forma? No tuvimos tiempo de vestirnos apropiadamente. – Dice Elise.
- No se preocupen. Ustedes son los únicos invitados de esta casa.
Después de caminar un largo sendero, llegamos a la entrada de la lujosa Mansión y son recibidos por Amelia quien los espera en la entrada.
- ¡Uf! ¡Uf! Será majestuoso pero ya me siento agotado de caminar tanto. – Dice Hogan.
- Vaya los jóvenes de hoy se cansan muy rápido. En mis tiempos yo solía capaz de cruzar incluso las mezquitas de oriente a diez kilómetros sin quejarme. – Expresa de forma burlesca el abuelo de Elise.
- Mi señora, todo está preparado como usted lo ordenó.
- No hacía falta que nos esperaras en la entrada. Recuerda que ya no eres mi sirvienta.
- ¡Eso no es cierto! Aunque haya decidido viajar con el Capitán Perla Negra yo todavía le seguiré sirviendo tal como prometí a mi madre en su lecho de muerte.
- Madre… - Expresa de forma triste Elise al recordar a su madre.
Momentos después, Hogan, Mei y el abuelo de Elise se sientan en la sala mientras Amelia acompañada de una sirvienta de aspecto mayor que ella les sirve el té. En el cuarto privado de la familia donde guardan sus reliquias y algunos objetos antiguos, Cordellia lleva a Elise hacia una de las vitrinas donde es conservado intacto la mitad del mapa que resulta ser exactamente lo que ella andaba buscando.
- Dime, ¿esto es lo que andabas buscando?
- Sí, el trozo encaja perfectamente con el mío, no cabe la menor duda.
- Lo que uno puede llegar a descubrir en un simple trozo de dibujo sin valor.
- El mar esconde muchos misterios, señorita Cordellia, más de lo que uno puede llegar a imaginar.
- Supongo que no pensarás que te daré mi mitad del mapa así de sencillo, ¿verdad?
- Por supuesto que no. Sería demasiado ingenuo si uno llega a subestimar a la Jefa de Comerciantes ¿Cuál es tu precio?
- Pongámoslos en términos más sencillos. Tú tienes una mitad y yo la otra la cual no servirá de nada por separado y ambas sabemos lo que queremos de ella. Te propongo un trato, yo financiaré la expedición a cambio del 70% de las ganancias y tesoros hallados ¿Qué dices? Es una oferta que no puedes rechazar.
- Sesenta para usted y cuarenta para mí, es mi última propuesta.
- Oh, vaya. El jovencito quiere negociar duro, ¿eh?
- Estoy arriesgando la vida de mi tripulación en este viaje, sin mencionar que no somos los únicos tras el tesoro y eso lo sabe usted perfectamente.
- No entiendo lo que intentas decir.
- Usted no solo es una comerciante famosa en esta ciudad sino también la propia hija del gobernador. Es el centro de atención de todos, es cuestión de tiempo que sospechen la relación que tiene usted con unos piratas como nosotros.
- Admiro su perspicacia, Capitán Perla Negra o debería decir joven Valerie ¿Podría al menos decirme su nombre?
- Como ya todo ha sido revelado, soy Elise Valerie, descendiente de la familia del veterano Valerie.
- Bien Elise, acepto el trato como señal de buena voluntad entre nuestras dos familias.
- Sin embargo, me gustaría pedirle que esto se mantenga de forma confidencial. No quiero que mi identidad ponga en peligro la vida de otros.
- Se refiere a Adelia, ¿verdad? No se preocupe. No pienso hacer nada que perjudique sobre todo a mis valiosos sirvientes.
- Agradezco su comprensión.
- Antes que comience con su viaje, hay algo más que debe saber. Usted no es la primera que vino preguntando por esta mitad del mapa.
- ¿Qué quiere decir?
- Un misterioso viejo lobo de mar vino a preguntarme lo mismo hace unos días. Él me informó sobre lo sucedido en Islas Bermudas y además que alguien tiene en su posesión la otra mitad del mapa.
- ¿Qué? Entonces eso quiere decir que…
- Sus sospechas son correctas. Tenga mucho cuidado.
- Gracias. Además también me gustaría pedirle un favor muy especial.
Momentos después de almorzar y conversar algunos temas con la hija del Gobernador, Elise y sus amigos se marchan de regreso despidiéndose ella de su hermana menor.
- Bueno Adelia, te dejo al cuidado del abuelo.
- ¡Elise! ¿Por qué no puedo ir contigo? ¡Prometiste que me llevarías en tu viaje!
- No esta vez Adelia, este viaje puede ser muy peligroso para ti.
- ¡No quiero! Eres mi única familia que me queda además del abuelo, no quiero quedarme sola.
- Escucha Adelia, te prometo que regresaré pronto y volveremos juntas a casa. Por ello quiero que cuides del abuelo hasta entonces.
- Entiendo.
- Cuando termine esto… yo… quisiera que me llevaras a la tumba de nuestra madre.
- ¿No prefieres ir ahora?
- No, si dejo que los sentimientos se apoderen de mi mente, será imposible cumplir con éxito mi misión.
- Elise, ¿por qué ese tesoro es importante para ti?
- No se trata únicamente de mí. Le hice una promesa a un amigo que encontraría el tesoro que perdió su familia y quiero cumplírselo. Además con ese dinero pienso mejorar la situación de Isla Perla, nuestro hogar.
- Buena suerte, prométeme que regresarás a salvo… porque siempre serás mi querida hermana.
Una hora más tarde, Elise se reúne con su tripulación en el cuarto del Capitán del Madrid en Llamas para planear su siguiente estrategia ante todos sus camaradas.
- Caballeros, ya tenemos en nuestras manos la otra mitad del mapa y con ella la localización exacta del Tesoro de los Soles Dorados. – Dice Elise dirigiendo a toda su tripulación.
- Me parece perfecto. Solo es cuestión de tiempo para hallar el tesoro. – Expresa contento Dragan.
- Planearemos enseguida nuestra estrategia. Hogan, adelante.
- Tal y como pueden observar, los restos del Barco del Tesoro se encuentran en una Isla ubicada al sureste de las Islas Turcas, en los límites del territorio de las Colonias Holandesas e Inglesas. – Dice Hogan.
- Mmm… tal y como sospechaba. – Expresa seriamente Dragan.
- Lamentablemente esos territorios no se encuentran vigilados por las patrullas de la Armada por lo que es una zona concurrida por piratas que tienen sus escondites en los alrededores. – Informa Hogan.
- Sin embargo, eso supone una pequeña ventaja para nosotros. Eso significa que no tendremos que preocuparnos con las intervenciones de los Holandeses e Ingleses. – Dice Elise.
- Pero Capitán, dudo que los Holandeses quieran atacarnos si recibimos su apoyo.
- Te equivocas Hogan, Cordellia nos apoya pero de forma clandestina. Eso no nos asegura que pasemos desapercibidos por convoyes de la armada Holandesa. Como piratas tenemos enemigos en diversos bandos así que debemos tener precaución en ese aspecto.
- Ya veo. Eso sí que complica un poco las cosas. – Dice Hogan.
- No exactamente. Utilizaremos esta desventaja a nuestro favor.
- ¿Qué quiere decir exactamente?
- Cerca de nuestro destino, hay una guarida de piratas en este punto del mapa de acuerdo a la información que me fue brindada por Cordellia y sus contactos del gremio. Al deshacernos de los piratas cercanos, tendremos oportunidad de buscar el tesoro sin complicaciones.
- ¿Cuál es plan, capitán? – Pregunta Dragan.
- Nos dividiremos en dos grupos. El primer grupo se encargará de llamar la atención de la Flota Inglesa en este punto y guiarlos hacia la guarida de los piratas hacia noreste. El segundo grupo se encargará de la expedición y búsqueda del tesoro.
- ¡Un momento capitán! ¿Cómo pretende llamar la atención de la Flota Inglesa? Dudo bastante que un saludo amistoso los convenza.
- Por supuesto, es por eso que el primer grupo asaltará el puerto de Islas Turcas aterrorizando a la gente del puerto. Eso definitivamente enfurecerá a los Ingleses y Holandeses alrededor.
- ¿Ah sí? ¿Y quién será tan loco como para llevar a cabo tal misión suicida?
- Bueno, ya que estás tan entusiasmado Hogan, tú y Mei estarán al mando de ese grupo. Cuento con ustedes.
- ¡A la orden mi capitán! – Expresa emocionada Mei.
- ¡Eeeeeeeeeek! ¿Está loca? ¡Ni hablar! ¡No voy a hacer una estupidez como esa!
- Bien, entonces dejaré que Mei dirija sola en la misión.
- ¡Eso es peor todavía! ¡Ni de broma pienso permitir esto!
- ¿Entonces qué decides valiente pirata?
- ¡Grrrr! ¡Está bien! ¡Está bien! Pero, ¿por qué no va Dragan también?
- Dragan conoce mejor el terreno y la historia de su bisabuelo por lo que formará parte del otro grupo.
- Mi hermano no tiene remedio, es tan obvio.
- ¡Tú cállate Mei! ¡No olvides que nos toca la parte más peligrosa!
- La verdad no es tan complicado. Recuerden que ustedes solo deben engañar a la Flota Inglesa, eso es todo.
- Pero capitán, si hacemos eso, ellos nos pisarán los talones incluso antes de llegar a la guarida pirata.
- No, si ustedes colocan esto en el mástil después del asalto. – Señala Elise mientras muestra algo que tiene en sus manos.
- ¿Qué? Pero esto es… ¡Imposible!
- Les dije que todo forma parte del plan. Una vez que esto termine, nos reuniremos en Nassau en una semana a más tardar. Eso es todo.
De esa manera, Perla Negra y sus piratas parten en la misión dividiéndose en dos grupos; el Sol Dorado al mando de Perla Negra se dirige en busca del Tesoro en la isla señalada en el mapa mientras que el Madrid en Llamas a cargo de Hogan cumple con la misión de distracción dirigiéndose rumbo a las Islas Turcas, perteneciente a la Colonia Inglesa.
Sin embargo, ellos ignoran que una sombra misteriosa los vigila desde una pequeña barca en el muelle.
- Muy bien, ¡Je, je, je! Así que ellos ya poseen el mapa. Solo es cuestión para que encuentren mi tesoro y una vez que lo hagan será todo mío ¡Hic! Los aplastaré como a unos insectos.
Tres días más tarde, cerca del límite entre el territorio Holandés e Inglés, los tripulantes del Sol Dorado permanecen en alerta de encontrar a los piratas de la zona.
- Capitán, ¿de verdad cree que esto resultará? Dudo que esta tarea sea adecuada para Hogan. – Pregunta Dragan.
- No te preocupes, si hay algo en lo que es bueno Hogan es en escabullirse. Ahora debemos estar atentos.
- ¡Capitán! Barcos de piratas al frente. – Dice el vigía.
- Bien, lánzame ese catalejo enano.
El vigía arroja el catalejo hacia Perla Negra y ella lo coge con precisión, después observa a través de él.
- ¡Aja! Un grupo de piratas. Deben estar patrullando la zona, tal como dijo Cordellia. Nos ocultaremos hasta que sea el momento.
En las Islas Turcas, todo parecía estar tranquilo con el tiempo nublado y la gente se encontraba desprevenida sin saber lo que estaba a punto de ocurrir. De repente, el sonido de los cañones se escuchan en el puerto principal donde varios barcos son dañados por los disparos de un desconocido grupo de piratas. Esto llama la atención de la flota que custodia el muelle y en el barco insignia de la flota, uno de los soldados hace llamado a su líder en la cubierta.
- ¡Almirante Greenwall! ¡Almirante Greenwall!
- ¿Qué sucede? – Pregunta el almirante.
- No va creer esto. Un grupo de piratas está asaltando el muelle de la ciudad.
- ¿Qué? Seguramente debe ser ese desgraciado de Eduard Rackham y sus bandidos ¡Soldado! ¡Que anuncien las trompetas! ¡Vamos en su persecución! Ese pobre idiota lamentará haber desafiado el poder de la Flota Inglesa.
El Almirante Greenwall y su flota compuesta de cuatro Carabelas con un aproximado de 2000 hombres en total, parten del muelle en persecución de los piratas ignorando que todo esto es parte de un plan.
- ¡Hermanito! Se acerca una flota con la bandera inglesa hacia nosotros.
- ¡Perfecto! Ahora sigamos con la siguiente parte del plan. Solo ruego que este resulte. – Contesta Hogan.
Durante la persecución, Hogan y sus hombres ponen las velas extendidas al máximo y huir rápidamente de sus perseguidores sin hacerlos perder de vista.
Un par de horas después, en la guarida del pirata Eduard Rackham, un hecho bastante extraño alerta a los piratas.
- ¡Capitán! No va a creer esto. Un barco con la bandera Holandesa se aproxima hacia nosotros.
- ¿Qué? ¿La Patrulla Holandesa? ¡Es imposible! ¿Cómo han podido encontrarnos? ¡Llama a todos los muchachos! Nos aseguraremos de hundirlo bajo el mar. – Dice exaltado Eduard.
Mientras tanto, en la Flota Inglesa a unos cuantos kilómetros cerca de la guarida del pirata. Uno de los soldados se reporta con el Almirante Greenwall.
- Almirante, lamentablemente hemos perdido al barco pirata que estuvimos persiguiendo.
- ¿Cómo? ¡Pandilla de inútiles! ¿Y se hacen llamar miembros de la Marina Británica? ¿Cómo han podido perder de vista un simple barco? – Expresa furioso el Almirante.
- Pero hay otra cosa más rara todavía. Nuestros vigías han detectado a un barco con la bandera Holandesa siendo emboscada por dos barcos piratas.
- ¡Ajá! ¡Esa es la flota de esa sanguijuela! ¡Preparen los cañones! ¡No se detengan hasta capturar a Eduard Rackham en nuestras manos!
- ¡Sí señor!
En ese momento, cerca de la guarida de Eduard Rackham, en el Madrid en Llamas la situación se pone complicada para ellos.
- ¡Hermanito! ¡Piratas a la vista! Son dos barcos bien armados ¿Qué hacemos?
- Acción evasiva, solo debemos ser pacientes y evitar tener contacto con ellos. me cuesta creer que el plan de Elise marche a la perfección. La verdad nunca se me ocurriría esta situación. – Dice sorprendido Hogan.
Por otro lado, en el Sol Dorado, el vigía realiza su reporte sobre lo ocurrido.
- ¡Capitán! ¡Los piratas se alejan! – Grita el vigía.
- Todo resulta de acuerdo al plan.
- Elise, hay algo que no comprendo ¿Cómo hiciste para llamar la atención de los piratas y la flota de la armada Inglesa al mismo tiempo? – Pregunta Dragan.
- Si lo observas detenidamente no es un asunto complicado. Como debes saber, ordené a Hogan atacar el puerto de las Islas Turcas para llamar la atención de la flota Inglesa haciéndoles pensar que se trata de un ataque de los piratas locales. Con ello, la flota los seguiría hasta el escondite del pirata de la zona pero para asegurar que el barco no sea atacado por la Armada Inglesa preparé un truco.
- ¿Qué clase de truco?
- Antes de guiarlos al escondite pirata, Hogan y los demás cambiaron nuestra bandera por la bandera de la flota Holandesa haciéndolos pensar que ellos se encuentran en peligro y no ser los agresores. Sin embargo, esta no es una bandera cualquiera, tiene el sello de la Armada Holandesa la cual me entregó ya sabes quien como un favor que le pedí.
- Debo admitir que has realizado una estrategia bastante ingeniosa. Como era de esperarse.
- Ahora podremos explorar la isla sin interferencias mientras están peleando entre ellos.
- ¿Cree que Hogan estará bien?
- Eso espero. Los ingleses y esos piratas deben estar muy ocupados para hacer sospechas.
Con la Flota Inglesa y los piratas locales distraídos, Perla Negra y sus hombres llegan a la isla señalada en el mapa restaurado. Sin embargo, en la costa solo se pueden apreciar rocas y acantilados alrededor sin señal alguna de los restos del naufragio.
- Capitán, hemos empezado a revisar por los alrededores pero no hay ninguna señal del barco del tesoro ¿El mapa no estará equivocado?
- No, de acuerdo al mapa esta es la isla pero como dices no hay nada alrededor. Subamos por los peñascos a ver si encontramos algo.
Dragan y Elise suben con cuidado por los peñascos mientras que el resto investiga alrededor de la isla. Al llegar a la cima pueden observar el panorama de la isla desde allí. Sin embargo, notan algo que los deja perplejos.
- ¡Nada! ¡Absolutamente nada! ¡Todo ha sido en vano! – Grita decepcionado Dragan.
- Tranquilízate Dragan, al menos lo intentamos.
- Lo siento Elise, por mi culpa te he arrastrado en una estúpida aventura guiados por una estúpida historia que resultó ser un cuento. Probablemente ya hayan encontrado el tesoro o probablemente no sucedió como mi bisabuelo lo contó.
- Yo no diría eso. La moneda que obtuve en ese cargamento fue real. Además he sacado algo de provecho en este viaje. La vida está llena de experiencias Dragan. No pienses que todo fue un desperdicio.
- Supongo que tienes razón.
- ¡Hic! Esos sujetos ya no me serán de utilidad. No dejaré que toquen mi oro con sus sucias manos ¡Hic! – Dice una voz misteriosa que los vigila.
El misterioso anciano arroja un explosivo hacia los peñascos provocando un derrumbe hacia el fondo.
- ¡Capitán, Dragan! – Gritan los marineros de Perla Negra.
- ¡Aaaaaaaargh!
- ¡Sujétate firme! – Grita Dragan.
Ambos caen hacia el precipicio provocado por explosivo que ocasionó el derrumbe. Minutos más tarde, Dragan y Elise al despertar descubren que se encuentran en unas cavernas subterráneas.
- ¡Elise despierta! ¡Elise!
- ¡Oh! ¿Qué sucedió?
- Dime, te encuentras bien.
- Sí, solo unos ligeros golpes nada más ¿Dónde estamos?
- Parecen ser unas cavernas subterráneas, vaya sorpresa.
- Lamentablemente no podremos regresar donde vinimos. Tendremos que buscar otra salida ¿Qué sucede Dragan?
- ¡E-E-Elise! ¡Mira allá abajo! ¡No vas a creer esto!
Caminando por la corriente del riachuelo, Elise y Dragan descubren algo impresionante en la parte baja de la pequeña catarata.
- ¡Es el barco que andamos buscando! ¡El tesoro existe!
- ¿Lo ves Dragan? No debemos perder las esperanzas. La razón por la que nadie pudo encontrarlo es que debió caer por la marea y a través de estas aguas subterráneas terminó justo aquí.
- Ojala mi bisabuelo estuviera vivo para ver esto. Ni el comerciante más rico del caribe tendría una cantidad de oro exorbitante. – Expresa sorprendido Dragan.
- Vayamos en busca de los otros. Estoy segura que hay una salida si seguimos por este camino.
- De acuerdo. (Sin embargo, hay algo que me preocupa. Ese derrumbe de antes fue demasiado extraño para ser ocasionado de forma natural además pude escuchar un fuerte sonido en ese momento. Tengo un mal presentimiento) – Piensa preocupado Dragan.
El Capitán Perla Negra, con la ayuda de sus amigos, después de atravesar una larga travesía, finalmente logra encontrar los restos del barco del Tesoro de los Soles Dorados. Sin embargo, no todo resulta tan sencillo ya que un misterioso sujeto piensa arruinar sus planes y apoderarse del tesoro. El momento decisivo está a punto de llegar en esta emocionante aventura.
CONTINUARA…
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Hola a todos! Con el comienzo de un nuevo año, se da inicio a un nuevo capitulo mas de esta serie y veremos como termina la aventura de Elise y sus amigos en la busqueda del tesoro de los Soles Dorados enfrentando a un peligroso enemigo y la aparicion inesperada de un viejo amigo de Elise. Espero sus comentarios y disfruten de esta aventura por los mares del caribe.
CRONICA 08: La Fiebre del Oro
Elise Valerie, una joven de aproximadamente 18 años de edad, se convierte en uno de los piratas que pronto marcarían renombre en los mares del Caribe siendo conocida como El Capitán Perla Negra a bordo de su barco insignia, “El Madrid en Llamas” ocultando el hecho de ser una de las primeras piratas mujeres que compiten con los hombres de mayor fama. Con las dos mitades del mapa completas, Perla Negra y sus muchachos se ponen en marcha en busca del tesoro de los Soles Dorados. Sin embargo, la cosa no sería sencilla ya que por los alrededores del sitio indicado, se encuentran custodiados por un grupo de piratas rivales que complican más las cosas a ellos. En un astuto plan, Perla Negra envía al barco Sol Dorado al mando de Hogan y Mei para llamar la atención de la flota Inglesa y distraer a los piratas enemigos mientras que el otro grupo al mando de Perla Negra y Dragan se infiltra en la isla en busca del tesoro. Cuando la búsqueda parecía ser inútil, para sorpresa de nuestros valientes piratas, logran encontrar el barco hundido escondido al interior de una caverna en la cual llegaron por medio de un misterioso derrumbe que los llevó casualmente hacia él. Con su búsqueda realizada, Perla Negra busca al resto de sus hombres para reclamar el tesoro y llevarlo a casa.
- ¡Capitán! ¡Hogan! ¡Los estábamos buscando! ¿Se encuentran bien? – Dice uno de los piratas de Elise.
- Sí, descuiden. Estamos bien. – Responde Elise.
- ¡No van a creer lo que encontramos en la caverna! ¡El Tesoro perdido! – Grita emocionado Dragan.
- ¡¡Siiiiiiiiiiiiii!! – Gritan contentos los hombres de Elise.
- ¡Bien muchachos! Vamos a ponernos manos a la obra. – Dice Elise.
Elise y sus hombres, motivados se dirigen bajando por la entrada de la caverna hacia la pequeña catarata donde en la parte baja se encuentra en medio de una pequeña isla en medio del río subterráneo, el barco hundido con el Tesoro de los Soles Dorados.
- ¡Madre mía! En toda mi vida jamás había visto tanto oro. – Dice uno de los piratas.
- Hay tanto oro como para construir un palacio. Definitivamente con esto voy a gozar de mi vejez. – Dice otro de los piratas.
- Capitán, tenemos un problema. – Expresa preocupado Dragan.
- ¿Qué sucede?
- ¿Cómo vamos a sacar todo ese oro? Será muy difícil que lo llevemos hasta el barco, considerando el recorrido y el camino que debemos atravesar además que el derrumbe nos ha eliminado la posibilidad de ir por el camino corto donde hemos venido. – Pregunta Dragan.
- No te preocupes. No vamos a llevar el oro hacia el barco.
- ¿Eh? ¿Y entonces?
- Nos llevaremos el barco completo hacia el mar.
- Pero, ¿cómo haremos eso? Aunque reconstruyamos el barco hundido, nos encontramos en una caverna subterránea y necesitamos llevarlo a la superficie.
- Ya he pensado en eso. Concentrémonos primero en la reparación del barco.
- ¡Capitán! Tenemos un problema. – Dice uno de los piratas.
- Dime.
- No tenemos materiales suficientes para reparar el barco, tendríamos que volver al Madrid en Llamas para traer algunos materiales. – Dice uno de los piratas.
- No hace falta. Reconstruiremos el barco con el oro que tenemos aquí. Los usaremos para reparar el casco y toda la estructura que haga falta.
- ¡Ya veo! Si fundimos el oro en láminas ligeras podemos crear un barco resistente que nos permitirá atravesar las rocas del río. – Responde Dragan.
- Exacto. Pongámonos en marcha.
- ¡Sí!
De esa manera, Elise y sus hombres se disponen a reparar el barco hundido usando los materiales disponibles y parte del oro para que el barco tenga mayor resistencia. Unas horas más tarde, después de un arduo trabajo, ellos finalmente consiguen terminar el barco dejándolo en buenas condiciones para el viaje.
- Debo reconocer que es la primera vez que veo una vela hecha de oro. – Dice sorprendido Dragan.
- Ah, como la vela resultó inservible, la bañamos de oro y ese fue el resultado. – Responde Elise.
- Ojalá mi bisabuelo pudiera verlo ahora. Este oro supera al de cualquier gobernador de la zona y es solo nuestro ¡Hic! ¡Hic! – Expresa Dragan con una sonrisa avariciosa.
- Dragan… esa expresión… ¿Acaso tú…?
- Capitán, todo está listo para zarpar. Sin embargo, ¿cómo vamos a sacar esta barco de aquí? – Pregunta uno de los piratas.
- Muy sencillo, si se fijan bien, este río subterráneo tiene una salida que sin duda nos lleva hacia el mar. Solo debemos navegar siguiendo el cauce del río.
- Como usted diga, Capitán.
- ¡Prepárense para zarpar! ¡Eleven el mástil! ¡Icen las velas!
- ¡Sí, capitán! – Gritan los piratas.
Con el barco reparado de forma majestuosa con parte del oro, Perla Negra y sus piratas empiezan a navegar a través del río subterráneos, impulsados por la corriente y el viento que entra por la caverna surcando las rocas y obstáculos presentes en el camino. Sin embargo, después de navegar por corrientes más fuertes, llegan por una parte muy estrecha.
- ¡Mantengan la calma! ¡Desciendan un poco las velas para evitar seguir acelerando mucho!
- ¡Capitán! ¡Terribles noticias! – Grita el vigía desde lo alto del mástil.
- ¿Qué sucede? – Pregunta Elise.
- ¡El camino empieza a cerrarse! ¡El barco no podrá atravesar esas rocas!
- ¡Dragan! ¡Rápido! ¡Ayúdame a cargar ese cañón que ves ahí!
- ¡Espera Elise! ¿Qué rayos pretendes hacer?
- ¡Tenemos que volar esas rocas! ¡Rápido! ¡Enciende la mecha y yo pondré la bala!
- Como digas.
Elise coloca rápidamente la bala de cañón en el interior y Dragan enciende la mecha colocando previamente el cañón en dirección hacia las rocas más adelante.
Dragan apunta el cañón hacia las rocas provocando que el disparo las destruya y se abra el camino que los lleva directamente hacia la salida de la caverna rumbo al mar.
- ¡Viva! ¡¡Lo logramos!! – Gritan los hombres de Elise.
Al salir de la caverna, Elise pone el barco rumbo de regreso a la isla para desembarcar exitosamente cerca donde se encuentra anclado el Madrid en Llamas.
- Muchachos, vayan inmediatamente al Madrid en Llamas para salir rápidamente de esta isla antes que los británicos o los piratas aparezcan por aquí. Para mejor seguridad nos dividiremos yendo por el cruce que hay al noreste. Dragan y yo viajaremos en el barco del tesoro. Nos reuniremos en el punto que acordamos donde el grupo de Hogan y Mei nos aguardan.
- ¡Sí capitán! – Gritan los piratas.
- Capitán, ¿está bien dejarla a solas con Dragan? Por lo visto está actuando algo raro. – Dice uno de los piratas.
- Sí, me he fijado en ello. No cabe duda que lo más probable se trate de la Fiebre del Oro.
- ¿La Fiebre del Oro? – Pregunta uno de los piratas.
- Mi abuelo me lo contó hace mucho tiempo. La Fiebre del Oro es una enfermedad la cual se produce al elevar el nivel de estrés al desear riqueza o estar en contacto con ella. Una vez que terminemos con este trabajo Dragan estará bien.
- Como usted diga, Capitán.
Siguiendo las instrucciones de Elise, el Madrid en Llamas se adelanta en dirección hacia el punto de reunión donde los tripulantes del Sol Dorado esperan su llegada mientras que el barco del tesoro con Elise y Dragan en el barco navegan cautelosamente evitando ser vistos por sus agresores sin saber que un peligro inminente les aguarda.
- Elise, no hay señal de barcos enemigos a la vista. El Madrid en Llamas cruzó sin problemas.
- Perfecto. Llegaremos al punto de reunión sin contratiempos.
- Ya me imagino la cara de Hogan cuando vea el tesoro que hemos hallado.
- Yo no diría eso, mis estimados amigos ¡Je, je, je! ¡Hic! – Dice una voz misteriosa que sale desde el camarote.
A cubierta aparece un misterioso anciano vestido con un traje victoriano de color marrón apuntando con una escopeta que tiene en sus manos hacia Elise y Dragan.
- Debo agradecer a ustedes que hayan encontrado mi oro ¡Hic! – Dice el misterioso anciano.
- ¿Tu oro dices? – pregunta molesto Dragan.
- Debí adivinar que alguien nos estaba siguiendo ¿Quién eres tú?
- ¡Je, je, je! ¡Hic! Solo llámenme el Capitán. He estado esperando este momento por más de cien años. – Dice el viejo Capitán mientras estornuda.
- ¿Cien años? ¡Un momento! Cuando dice “mi oro” se refiere a que usted ya conocía sobre este tesoro, ¿no es así? – Pregunta sospechando Dragan.
- ¡Así es! Este barco me pertenece y todo el oro que hay en él ¡Hic! Si esa maldita tormenta no hubiera ocurrido, habría podido habérmelo llevado desde hace tiempo. Sin embargo, finalmente ahora lo tengo en mis manos ¡Hic!
- Entonces, ¿acaso tú eres…? ¡No! Pero eso ocurrió hace muchos años, ¿cómo ha sobrevivido por tanto tiempo?
- Por voluntad propia y mucho esfuerzo. Sabía que tarde o temprano alguno de sus descendientes hallaría la clave para encontrar el tesoro que estuve buscando por tantos años.
- ¡Miserable!
- Ahora acabaré con ustedes y el tesoro, ¡Je, je! Será todo mío.
- ¡Eso jamás! ¡Hic! ¡Yo encontré la mitad del mapa y Elise me ayudó a reunir la otra mitad! ¡He arriesgado mi vida por hallarla! ¡Ese tesoro es mío!
- ¡No, amigo! ¡Je, je, je! Ese tesoro me pertence.
- ¡Dragan, no! ¡Detente! – Grita Elise intentando detenerlo.
Dragan, enfurecido y en un acto desesperado se lanza hacia el Capitán intentando quitarle la escopeta y en medio del forcejeo se realiza una lucha entre ellos. A pesar de su avanzada edad, el viejo Capitán posee una resistencia sorprendente y ambos caen por la escalera del barco cayendo por la parte baja de la cubierta. Inmediatamente el Capitán se recupera y coge la escopeta apuntando directamente hacia Elise quien es emboscada desprevenida por intentar ayudar a su compañero.
- ¡Alto! ¡Que nadie se mueva o este joven pagará con su vida!
- ¡Maldición! - Grita Dragan.
Después de ello, el Capitán coge el cañón que se encuentra hacia él y con una antorcha en su mano se prepara para apuntar hacia ellos.
- Ustedes saben demasiado y han sido una molestia para mí ¡Hic! Esta vez me desharé de ustedes de una vez por todas.
- ¿Quieres oro? ¡Entonces trágate esto!
- ¡Argh!
Dragan inmediatamente le arroja la arena de oro que tenía guardado en su bolsillo cegando al capitán por breves momentos y lo empuja hacia atrás provocando que este arroje la antorcha accidentalmente justo en el cañón que debido al empujón cambia su objetivo hacia el suelo. Momentos después la fuerza del disparo provoca un derrumbe en el piso ocasionando que Dragan y el Capitán caigan hacia el fondo. La fuerza del impacto arroja a Elise contra el filo del barco mientras observa que empieza a hundirse.
- ¡Dragan! ¡Dragan! – Grita Elise intentando llegar hacia su amigo.
El barco empieza a hacer un giro brusco por el impacto y el agua termina rápidamente de hundir el barco y Elise por el impacto es arrojada hacia el mar.
Mientras tanto, en el punto de reunión, Hogan y Mei esperan impacientemente por el regreso de su capitán.
- Hermanito, estoy muy preocupada. – Dice Mei.
- Es verdad, Elise ya debería estar aquí. Solo ruego que no suceda nada malo. – Responde Hogan.
- ¡Contramaestre! ¡Se acerca un barco!
- ¡Debe ser Elise! ¡Rápido! ¡Manden una señal!
Minutos después, el barco se hace visible identificándolo como el Madrid en Llamas el cual se acerca hacia donde están Hogan y el resto. Al llegar, los marineros del barco se reportan con Hogan y Mei.
- Entonces, ¿encontraron el tesoro? – Pregunta Hogan.
- Así es. Tal como el mapa nos indicó. Aunque tuvimos problemas para encontrarlo. – Reporta el vigía.
- ¡Un momento! ¿Dónde está nuestro capitán? Tampoco está Dragan. – Pregunta inquieta Mei.
- Dragan y nuestro capitán viajan en el barco que encontramos. Se supone que deben darnos el alcance en unos momentos.
- ¡No tan rápido! ¿Dejaron que Elise y Dragan solos en ese barco? – Pregunta preocupado Hogan.
- Así es. Según nuestro capitán, dijo que no habría problema puesto que los piratas enemigos estarían distraídos con la armada.
- ¡¡Idiota!! ¿Acaso no lo comprendes? Ciertamente hemos conseguido distraerlos. Sin embargo, un grupo de ellos todavía se quedaron allá de patrulla.
- ¡Hermanito! Esperemos un poco más, por favor. Estoy segura que ellos vendrán aquí a salvo.
- Entiendo lo que dices Mei, pero… no sé. Siento mala espina en todo esto. De acuerdo, pero solo un par de horas. No podemos quedarnos mucho tiempo con los piratas de Eduard alrededor.
Sin embargo, las sospechas de Hogan se hacían realidad puesto que una hora más tarde, el barco del tesoro no aparece ignorando todos, la tragedia sucedida durante el viaje.
Mientras tanto, en una Fragata fuera de lo común, el vigía hace señal hacia el capitán del barco.
- ¡Capitán! ¡Hay algo extraño al estribor! – Grita el vigía.
- ¡Pásame el catalejo! – Grita el capitán.
El capitán del barco pirata observa por el catalejo y se sorprende al ver lo que hay en el horizonte.
- ¡Pero si son…! ¡No cabe duda! Son restos de un naufragio y parece que hay alguien flotando en una de las tablas ¡Rápido a estribor! ¡Preparen unas cuerdas, es un naufragio y hay sobrevivientes!
- ¡Sí señor!
Minutos más tarde, la sobreviviente despierta de la cama en el camarote del capitán, el cual resulta ser una habitación bellamente adornada con algunas alfombras, adornos, estatuillas y algunos jarrones a diferencia de otros camarotes normales.
- ¿Dónde estoy? Este lugar…
- Veo que ya has conseguido despertar, ¿te encuentras mejor Elise?
- Esa voz… ¡Oh! ¡Jack! – Grita Elise sorprendida.
Elise no podía creer que frente a sus ojos estaba su querido amigo quien se fue a navegar en busca de riqueza y aventuras dejando atrás a su hogar y amigos.
- Nuevamente nos encontramos aunque me sorprende haberte encontrado en semejante peligro ¿Qué sucedió? – Responde Jack Valente.
- Es una larga historia, pero, ¿cómo me encontraste y qué haces aquí?
- ¡Ja! Digamos que tuve un presentimiento y veo que siempre te metes en dificultades.
- Veo que me conoces.
- Supongo que esto tiene que ver con el tesoro que estabas buscando.
- ¡Espera un momento! ¿Cómo sabes lo del tesoro?
- Dos razones. La primera, es que te conozco muy bien y sé que no te perderías esa clase de aventuras pero no creas que he venido por ti.
- ¿Entonces?
- La segunda razón es que fui contratado para espiarte.
- ¿Qué? ¿Se puede saber por quién?
- Una mujer llamada Cordellia Armberg.
- Cordellia, debí imaginarlo. Supongo que sospecha de mí y cree que no cumpliré con mi parte del trato.
- No, te equivocas. Me envió para asegurar que cumplieras con tu misión sin contratiempos. Por supuesto, como dicen, las mejores presas siempre atraen a las fieras más feroces.
- Supongo que tienes razón.
De pronto, alguien toca la puerta llamando a Jack.
- Capitán, siento interrumpir pero ya estamos llegando al lugar que usted indicó y vemos unos barcos a la vista. – Dice uno de los piratas de Jack.
- Perfecto. Coloquen la bandera blanca para avisarles de nuestra presencia. Tenemos que entregarles un pasajero.
- Sí, señor.
- ¡Espera! No me digas…
- Te dije, el Rey de los Piratas siempre va un paso delante de sus rivales. Vamos, ellos deben estar preocupados.
Mientras tanto, en el punto de reunión al norte, Hogan y sus amigos se encuentran impacientes y preocupados ante la ausencia de su capitán.
- ¡Mierda! ¡Han pasado más de dos horas y no hay noticias de Elise y Dragan! ¡Oye vigía! ¿Alguna novedad? – Grita Hogan frustrado.
- ¡Ninguna señor!
- Hermanito…
- ¡Ya no podemos esperar más! Mei, debemos ir a buscarlos. Solo espero que no haya sucedido alguna tragedia.
- ¡Contramaestre Hogan! ¡Un barco se acerca!
- ¿Un barco dices? ¿Es el barco del tesoro?
- ¡No señor! ¡Es un barco pirata!
- ¿Qué? ¡Nos han descubierto! ¡Prepárense para las armas! ¡Todos en posición de combate! – Grita alarmado Hogan.
- ¡Señor! ¡No va a creer esto! ¡El símbolo de la bandera no es el de Eduard! ¡Es el símbolo del Demonio Carmesí! – Grita el vigía.
- ¡¡Eeeeeeeeeeeek!! ¡Eso es peor! Pero, ¿cómo ha podido encontrarnos aquí? ¡Y lo peor es que Elise no está de regreso! ¿Qué vamos a hacer?
- Hermanito… - Expresa preocupada Mei.
- ¡No! ¡No debemos caer presa del pánico! Tenemos que resistir todo lo posible aún si se trata del Demonio Carmesí.
- ¡Señor! ¡El barco pirata acaba de izar una bandera blanca!
- ¿Eeeeeh? ¿Qué está sucediendo aquí?
- ¡Joooo hermanito! ¿Ya te has olvidado? El Demonio Carmesí es amigo de nuestro capitán. – Dice Mei.
- ¡Auch! Debiste decírmelo antes. – Responde avergonzado Hogan.
El barco de Jack llega al punto de reunión y se reúne con Hogan y los demás llevando consigo una sorpresa.
- ¡Capitán! ¡Es usted! ¡Qué alegría de verlo! – Grita aliviado Hogan.
- Lamento haberlos preocupado.
- ¿Lo ves hermanito? ¡Sabía que nuestro capitán regresaría!
- Pero, ¿qué dices? Si hace un rato estabas llorando. – Responde burlescamente Hogan.
- ¡Joooo! ¡Eso no se dice! – Dice Mei molesta.
Todos se ríen ante las palabras de Mei. Posteriormente ellos preguntan sobre la inesperada llegada de Jack y este responde que solo ha sido una casualidad.
- Por cierto capitán, ¿Dónde está Dragan? Pensé que estaría con usted ¿Y qué pasó con el barco del tesoro?
La pregunta de Hogan repentinamente cambió el feliz ambiente a uno turbio y frustrante.
- Se hundió junto a Dragan en él… - Expresa con rostro de tristeza Elise.
- Por desgracia no encontramos ningún sobreviviente a excepción del Capitán Perla Negra. – Dice uno de los marineros de Jack.
- Fue un pobre diablo que cayó bajo su propia ambición. Solo perdedores como él merecen una muerte simple. – Dice Jack
- ¿Qué has dicho? – Expresa molesta Elise.
- No cabe negarlo. Vivió obsesionado en solo puros cuentos y fantasías e incluso fue capaz de arrastrar a otros hacia él. Sin embargo, ese perdedor no poseía el verdadero espíritu de un pirata.
- ¡Retira lo que has dicho! ¡Dragan fue uno de tus mejores amigos! ¿Cómo puedes decir cosas de él?
- Eso fue en el pasado. El rey de los Piratas no posee amigos ni familia. Lo único que tiene a su lado es el mar, su patria y su ley. Elise, si esperas convertirte en un poderoso pirata, no debes tener compasión de nadie y menos de tus enemigos.
- Jack… de verdad has cambiado.
- He cumplido con mi parte del trato. Además he hundido a esa rata de Rackham en el fondo del mar.
- ¿Qué? Entonces la razón por la que no ha habido barcos piratas alrededor… - Expresa sorprendido Hogan.
- Naturalmente ¿Acaso te pareció que todo sería tan sencillo? Simplemente me dediqué a quitar la basura del camino para que los perdedores no lo echen todo a la borda. Sin embargo, eso ya no interesa puesto que el tesoro se ha hundido a donde nadie es capaz de recuperarlo. – Explica confiadamente Jack.
- ¡Miserable! ¿Pretendes burlarte de nosotros? – Expresa molesto Hogan.
- Di lo que quieras. Solo espero no encontrarnos de nuevo, adiós.
- ¡Espera Jack! – Grita Elise enfadada.
- ¿Qué quieres?
- ¡Te desafío! ¡Una batalla pirata entre tú y yo!
- ¿Queeeeeeeeeeeee? – Grita Hogan sorprendido.
- ¡Ja, ja, ja! ¿Acaso pretendes enfrentar al rey?
- ¡No perdonaré a nadie que pisotee nuestros sueños! ¡Prepárate!
- De acuerdo. El rey de los piratas acepta tu desafío ¡Estaba esperando este momento! Este será el momento en que caerás ante mí.
La pérdida de Dragan ha afectado mucho a Elise y con las palabras de Jack, por primera vez, ella está realmente furiosa por lo que decide acabar con la rivalidad de ambos en una batalla a muerte en el mar ¿Qué destino le espera a ambos piratas y quién saldrá victorioso? Un duelo entre los dos mejores piratas estaría a punto de comenzar.
CONTINUARA...
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