Los sueños lúcidos, ¿qué son?
Los sueños lúcidos son aquellos sueños en donde sabemos que estamos soñando mientras vivimos la experiencia. Esta realización, saber o "darnos cuenta", nos permite actuar deliberadamente en nuestros sueños, con la confianza de saber que nada nos puede ocurrir dado que estamos soñando. Por este motivo es que también son conocidos como "sueños conscientes".
Generalmente pasamos por la vida sin cuestionarnos acerca de la naturaleza de la realidad que experimentamos, y reaccionamos mecánicamente según nuestros condicionamientos previos a los desafíos que se nos presentan. Durante la noche cuando dormimos y soñamos, continuamos con esta rutina y reaccionamos ante los hechos y objetos oníricos como si fueran absolutamente "reales", perdiéndonos la oportunidad de disfrutar y explorar todo el potencial del mundo de los sueños con completa libertad.
Mediante la concentración y la atención, es posible cambiar estos patrones, para vivir nuestros sueños completamente "despiertos", dándonos cuenta de que estamos soñando mientras lo hacemos. La sensación de este "despertar" es imposible de describir, hay que vivirlo. Las posibilidades que se abren son enormes, y el potencial para crecer y enriquecer nuestras vidas es de un enorme valor, como veremos más adelante.
Esto no es una fantasía esotérica ni tampoco una forma de visualización o imaginería que se confunde con un sueño; como iremos viendo en los artículos del sitio, es una realidad demostrada por la ciencia, un fenómeno, que si bien es considerado como algo paradójico ya aún extraño para los científicos, ha sido demostrado en laboratorios del sueño.
El objetivo del sitio es compartir con ustedes las técnicas que permiten desarrollar esta habilidad, la cual es todo un arte en si misma; de esta manera, podemos acceder despiertos al disfrute de la totalidad de la vida, durante el día y la noche...
Los niveles de lucidez onírica
rimero que nada, ¿qué es la lucidez? Bueno, se podría definir como la claridad, nitidez y distinción que se tiene de la experiencia consciente. En términos sencillos, viene a ser la "claridad" de nuestro estado mental.
La única gran diferencia entre un sueño común con un sueño lúcido viene a ser la clara percepción de que estamos soñando, lo cual nos da una completa libertad de acción dentro del sueño; y no solo eso, sino que como veremos más adelante, en los sueños lúcidos se producen una serie de fenómenos que definitivamente no se presentan en sueños normales, lo que da bastante para especular.
Regresando al asunto de la lucidez, se distinguen diferentes etapas o niveles de lucidez mientras dormimos, lo que a su vez está asociado con un diferente grado de control en nuestros sueños. Incluso si nos encontramos completamente lúcidos, en algunos casos es posible que no tengamos control significativo sobre el sueño, pero de todas maneras se puede disfrutar enormemente la experiencia "sabiendo" que estas soñando y seguros en nuestra cama durmiendo.
Estado pre-lúcido
Hay algo en el sueño que sentimos que definitivamente no esta bien; algo le ocurre a la "realidad" pero no sabemos con certeza qué es. Estamos al borde de un sueño lúcido, pero aún no llegamos a el. Esta etapa es buena para despertar y reconocer esas cosas que debieron habernos "despertado" en el sueño.
Bajo nivel de lucidez
Por unos momentos nos damos cuenta de que estamos soñando, pero antes de poder disfrutar de la realización, nos sentimos "absorvidos" por algún acontecimiento en el sueño y perdemos la oportunidad. Regresamos a soñar normalmente.
Alto nivel de lucidez
Estamos completamente conscientes de que estamos soñando, y de que todo lo que nos rodea es parte de un sueño. Las percepciones son increíblemente claras; podemos incluso interactuar con el entorno y las personas a nuestro camino, sin perder la conciencia de que nos encontramos en un entorno onírico. Podemos alterar "mágicamente" en cierto grado nuestro entorno, y realizar cosas que en la vigilia serían imposibles, como volar.
Lucidez absoluta
Permanecemos conscientes en todo momento, incluso mientras nos quedamos dormidos; no hay saltos o "vacíos" en la continuidad de la conciencia. Este nivel de lucidez está asociado a casos de un control total en los sueños, como el que dicen tener algunos maestros de meditación budistas.
Con la práctica, en teoría todos podemos llegar a tener lucidez absoluta en nuestros sueños.
Historia de los sueños lúcidos
Como veremos, los sueños lúcidos han sido conocidos y utilizados por contemplativos a lo largo de la historia. Debido a su naturaleza más bien esotérica, solamente durante las últimas décadas el público general ha tenido contacto con su práctica, antes relegada a monjes y contemplativos que los usaban principalmente con fines místicos y religiosos.
El recuenta más antiguo de un sueño lúcido, corresponde al relatado por San Agustín de Hipona, en una carta escrita para el 415 D..C., en donde cuenta como un ángel lo "despertó" en un sueño para mostrarle que la percepción no dependía del cuerpo sino que del espíritu o la conciencia, demostrándole que podía experimentar la realidad que le mostraban mientras su cuerpo yacía dormido con los ojos cerrados en su cama.
Ya para el siglo octavo, los monjes tibetanos practicaban una forma de yoga basada en la mantención de la conciencia durante las diversas fases del sueño; a esta práctica la llamaban el yoga del sueño. Uno de sus fines era el reconocimiento de la naturaleza ilusoria de todos los fenómenos, para que las experiencias que se tienen al momento de morir no abrumen al practicante. La finalidad última de la práctica era el reconocimiento de "la luz clara" durante el sueño profundo, equivalente al estado de iluminación que luego se podía alcanzar en todos los estados, la vigilia, el sueño y el sueño profundo sin contenidos.
La primera persona en occidente que especuló sobre la posibilidad de que los sueños lúcidos fueran una habilidad capaz de ser aprendida por cualquier persona fue el Marqués d'Hervey de Saint-Denys. En 1867 publicó su libro "Los sueños y como dirigirlos; observaciones prácticas", en donde documentó sus propios descubrimientos y experiencias.
El termino en si mismo "sueño lúcido", fue introducido por el autor Danés Frederik van Eeden en su libro publicado en 1913, "Un estudio de los sueños".
Durante los años 50, se reportó que la tribu cazadora de los Senoi en Malasia, usaban los sueños lúcidos como una forma de integración y crecimiento psicológico y espiritual. Creían que el mundo espiritual estaba íntimamente unido al mundo de los sueños, y se les enseñaba a los más jóvenes a conquistar el peligro y a los enemigos. Lamentablemente se ha perdido casi todo lo relativo a estas antiguas prácticas tradicionales de la tribu.
En otros lugares, los chamanes utilizaban ampliamente los sueños lúcidos para establecer contacto con los espíritus guías, trayendo de vuelta de sus "viajes" por el mundo onírico respuestas y ayuda para la comunidad.
En Australia, los aborígenes viajaban al mundo de los sueños, en donde creían se encontraban con los espíritus de los ancestros, creadores del mundo. Sus representaciones del espacio de los sueños incluyen puntos y rayas de colores con intrincados patrones, como los que se pueden observar al quedarnos dormidos de manera conscientes; es interesante observar que estos patrones además se pueden ver en meditación profunda, desde la vigilia, lo que sugiere una similitud en las características de la meditación y el sueño lúcido, considerando que muchas otras experiencias son compartidas.
Cómo recordar los sueños
Uno de los primeros pasos en el camino de la lucidez onírica, consiste en el recordar lo soñado durante la noche. Esto porque de partida, ¿de qué serviría tener un sueño lúcido si después no vamos a recordar la experiencia?.
Comúnmente las personas no recuerdan casi nada de lo que ocurre durante la noche, a pesar de ser tremendamente significativo, no porque sea algo extremadamente difícil, sino que porque nuestra atención está enfocada en las actividades diurnas y externas que realizamos. Esto es normal al comienzo, y esta "traba" al mundo de los sueños puede ser fácilmente superada enfocando nuestra atención un poco más hacia adentro.
Antes de dormir, lo primero que debemos hacer es aclarar un poco la mente. Esto lo puedes lograr enfocando por unos minutos tu atención en la respiración, dejando que los pensamientos pasen por tu cabeza sin retenerlos o elucubrar sobre ellos, como si fueran nubes que pasan por el cielo de tu conciencia. Esto es una técnica clásica de meditación. Si lo anterior no te resulta cómodo puedes intentar visualizar algún lugar agradable e intentar disfrutar y relajarte en ese lugar mental, o puedes rezar de acuerdo a tu credo religioso. Todas estas cosas ayudan a despejar la mente.
Una vez que sientas que la actividad "frenética" de la mente ha decantado un poco, y sientes cierta claridad interior, el siguiente paso es proponerte recordar tus sueños cuando despiertes, o más bien, proponerte "recordar" que tienes que "recordar" tus sueños al despertar; suena bastante extraño, pero es así - al comienzo es típico proponerse recordar los sueños pero al despertar se nos olvida, y después de un rato después de haber despertado es muchísimo más difícil el procedimiento.
Un "tip" muy útil es que al despertar, intentemos por unos momentos permanecer completamente inmóviles mientras recordamos nuestros sueños. Está demostrado que de esta manera los cambios que se dan en nuestros cuerpos y cerebros al pasar del sueño a la vigilia se dan de manera más gradual, lo que facilita el acceso a la memoria de los sueños; los cambios bruscos en la química de nuestro cerebro hacen difícil recordar nuestros sueños, tal como se ha visto en los laboratorios del sueño.
Por último, un consejo importante es no decepcionarse con los primeros resultados. Es normal al comienzo solo recordar pequeños fragmentos o sensaciones. Con el tiempo y la práctica es posible recordar no solo sueños completos, sino que varios sueños durante la noche, hasta cuatro o cinco, con todos los detalles. Es un arte que requiere de práctica y disciplina.
Escribe un diario de los sueños
Ahora ya sabemos lo básico y seguramente ya podrás recordar algunos sueños con más facilidad si sigues los consejos del artículo anterior. El siguiente paso es sumamente útil para la mayoría de las personas; llevar un diario con tus sueños estimula al subconsciente haciéndole saber que los sueños son importantes - el mismo hecho de saber que debes llevarlos al papel estimula su memoria.
Entre las opciones que debes barajar para ir registrándolos, está la clásica libreta o diario, y también una grabadora; hay las hay digitales y son muy fáciles de usar. Otra opción es el escribir los sueños directamente en la computadora. Algunas personas los graban primero con su voz, para luego con más tiempo pasarlos a la computadora. No importa el método que uses, lo importante es que seas consistente para que este verdadero entrenamiento de la memoria onírica tenga efectos acumulativos en el tiempo.
Si usas una libreta o grabadora, lo ideal es que las mantengas al costado de tu cama, siempre en el mismo lugar, para tener la comodidad de alcanzarlos al despertar sin mayor esfuerzo ni tiempo perdido; las memorias de nuestros sueños suelen ser bastante "volátiles", se desvanecen con facilidad.
Entonces el procedimiento es así de sencillo: nos despertamos, recordamos nuestro sueño, y luego lo escribimos o grabamos. Si al comienzo solo recordamos vagas sensaciones o sentimientos, eso está bien, entonces escribimos eso. Con el tiempo y la práctica es posible alcanzar una gran maestría en esto de recordar los sueños, como lo comentamos en el artículo anterior. Practicantes avanzados, incluso son capaces de mantener la lucidez onírica durante toda la noche, a través de todos los sueños y fases del dormir, pero vamos paso a paso...
Reconoce los signos, ¡estás soñando!
hora que ya sabemos como recordar nuestros sueños, y además llevamos un diario o registro de los sueños que vamos teniendo, podemos seguir con el primer gran paso hacia la lucidez onírica, el reconocer los signos que más adelante nos van a decir de que estamos soñando, liberándonos de la ilusión, o más bien dicho liberándonos a la ilusión.
Revisa tu diario frecuentemente, y comenzarás a detectar temas y experiencias recurrentes en los sueños. A medida que los encuentres, anótalos en un listado aparte, y comienza a clasificarlos. Cada persona tiene sus propios signos y temas que se repiten, por lo que debes prestar total atención al contenido de tus sueños para reconocer estos patrones.
Te puedo ayudar compartiendo mi propia clasificación que he catalogado con el tiempo de práctica; la mayoría de estos temas por lo que he investigado son bastante recurrentes en muchas personas. De todas maneras debes buscar los tuyos propios:
Lugares del pasado
Es común que los sueños tengan lugar en escenarios prestados de tu pasado, por ejemplo la casa de tu infancia o el lugar al que visitabas en los veranos durante tu juventud. También es posible que la trama se desarrolle en tu antiguo colegio o universidad. Al subconsciente le encantan estos lugares, sobretodo si tienes buenos recuerdos de ellos.
Personas del pasado
El encuentro poco probable con personas que no has visto hace demasiado tiempo es otros elemento típico. También puede ser con algún ser querido que haya fallecido ya en el pasado - este último caso te permitirá, cuando seas capaz de alcanzar la lucidez, de entablar conversaciones y disfrutar junto a ellos de un buen rato en el mundo de los sueños...
Situaciones del pasado
Es común encontrarse en situaciones típicas de otros momentos en tu vida, que a veces pueden ser incluso apremiantes; por ejemplo si estuviste en la universidad cursando una exigente carrera por muchos años, es muy probable que de tanto en tanto te encuentres dando algún examen; esto también le ocurre a los escolares. En este caso imagínate, la lucidez te libra de tener que dar un examen demás en tu vida, que podría ser mejor...
Vibraciones en el cuerpo o en el entorno
Este es un signo útil para esos momentos en que nos estamos quedando dormidos o justo al despertar. Incluso puede que te encuentres completamente paralizado, ya sea en algún escenario en tus sueños, o tendido en tu cama, sin poder ni hablar. Paradójicamente, si reconoces este signo, es el mejor momento para comenzar un sueño lúcido o una experiencia fuera del cuerpo (OBE, "Out of Body Experience", lo que por supuesto es una tema que debe ser estudiado por la ciencia para ser validado apropiadamente; esto lo discutiremos más adelante), dado que en estos momentos nuestro cuerpo permanece dormido pero nuestra mente está "despierta" - todas las noches durante nuestros sueños nuestro cuerpo naturalmente se paraliza, para que no actuemos nuestros sueños; a veces nuestra mente o conciencia "despierta" un poco antes, y puede ser aterrador el no poder moverse ni hablar - por el otro lado, para un soñador lúcido es una espectacular oportunidad para comenzar un gran viaje.
En ocasiones se pueden percibir vibraciones en el entorno, como si lo que nos rodeara estuviera "vivo". Esto también puede ocurrir en sueños, e incluso una sensación de profunda comunión con lo que nos rodea; este puede ser otro signo onírico.
Cambios bruscos de escena
Es típico de la realidad onírica, que sigue sus propias reglas; estamos en un lugar, haciendo lo que sea, y de pronto nos encontramos en un lugar completamente diferente, haciendo otra cosa, y "algo" no calza, pero no sabemos exactamente que es. No tenemos un claro recuerdo de como llegamos al lugar donde estamos. Excelente signo para despertar.
Objetos o situaciones bizarras
Al mundo onírico le encanta ser "extremadamente" creativo. Es posible que nos encontremos intentando abrir una puerta usando como llave una hermosa pintura que acabamos de terminar, o que un amistoso o también temible dinosaurio nos acompañe al trabajo. En los sueño, todo puede ser. Estas situaciones "imposibles" pare le mundo de la vigilia, son también un muy útil despertador.
Estos temas son los más recurrentes en mis sueños, pero también es común para muchos el encontrarse cayendo sin parar, el funcionamiento bizarro de electrodomésticos (por ejemplo los relojes en los sueños suelen mostrar extraños símbolos en vez de la hora), encontrarse desnudo.... Debes buscar por tus propios "despertadores".
Este paso es más que una simple práctica preliminar. Es bastante común comenzar a tener sueños lúcidos después de haber reconocido algunos temas claves en nuestros sueños. Esta forma de lucidez recurre a la memoria y al reconocimiento de situaciones externas; en etapas más avanzadas, es posible alcanzar o más bien mantener constantemente la lucidez a través de la "eseidad" de la realidad que se experimente - un concepto difícil de explicar, pero es el reconocer un sueño "porqué si" - sencillamente sabes que estás soñando cuando duermes. Esto sobrepasa el alcance del artículo, pero es un interesante tema relacionado con la meditación y la penetración en la esencia de la realidad.
Consejos y tips antes de comenzar
Ahora que ya puedes recordar tus sueños, y eres capaz de reconocer tus propios signos oníricos (este reconocimiento es en si mismo ya un método para tener sueños lúcidos), estás en condiciones de dar el próximo paso: escoger alguna técnica o set de técnicas para finalmente lograr la lucidez en los sueños.
Al respecto, hay una máxima espiritual que aplica muy bien a esta disciplina:
Si funciona para otros, no significa que funcione para ti.
Si funciona para ti, no significa que funcione para otros.
Incluso si crees que funciona para ti, no significa que en realidad esté funcionando
Por lo mismo debes experimentar y practicar con disciplina y también mucha paciencia; al respecto es importante ser objetivo con las experiencias, los avances, y no auto-convencernos de cosas.
A la mayoría de las personas les toma bastante tiempo el poder obtener el control de sus sueños, varios meses o años, por lo que no debes desesperar; piensa que estás intentando profundos cambios en tu forma de mirar y enfrentar la realidad, cambios que no tan solo afectarán tu vida onírica, sino que también durante la vigilia permitiéndote una "atención" más potente y refinada.
No intentes con demasiadas ganas o fuerza; lo más seguro es que de esta manera termines agotado y no descanses bien por las noches. Deja que tu intención sea natural y gradual, para que con el tiempo sea algo instintivo para ti. Si de pronto te sientes cansado o frustrado, deja la práctica por un tiempo para retomarla en otro momento.
Es ideal que comiences con esto de la lucidez onírica durante algún período tranquilo en tu vida, donde efectivamente dispongas de suficiente tiempo para dedicarle a tus sueños y vida interior. Las vacaciones son un momento especialmente indicado para esto.
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