Dicen por ahí, que si crees en algo, se hará realidad. Y hay un lugar idóneo para realizar todos tus sueños. Un lugar, donde existe la magia, porque así lo creen. Allí, donde la imaginación no tiene límite, donde los niños sueñan con no crecer, donde los adultos siguen siendo niños. Un lugar mágico, lleno de esperanzas que nunca se acaban, lleno de sueños que se han realizado, y de sueños que quedan por realizar. Lleno de felicidad. Dicen que el secreto para acceder allí, son tus sueños, tu imaginación, tu fe. Que si crees estar allí, lo estás. Solo tienes que desearlo con todas tus fuerzas, cerrar los ojos, y soñar. Un lugar donde los sueños nunca mueren, el país de Nunca Jamás.

Se ha enamorado del diablo. Ella, pequeño ángel endemoniado. Ha caído. Ha bajado del cielo solo para encontrarse con su amo.Derramó eternas lágrimas de sangre, se quemó jugando con aquel fuego que la quemaba por dentro. Bebe de aquel vino con una sed insaciable. Y se deja llevar por la lujuria del momento. No piensa en los recuerdos que han quedado, ni en lo que está bien o mal. Ya no le importa nada. Ella bebe para apagar su sed. Y no es sed, son ganas.

Valor. ¿Eres valiente, pequeño? Porque si lo eres, no me cabe duda de que has sufrido mucho, has vivido en tu cuerpo el dolor de varias vidas, la muerte de varios seres. Has salido hacía adelante, como ningún niño lo había hecho antes. Mirada anciana. Pues tus ojos cuentan historias macabras. Cuentan historias de miedo, de dolor. Cuentan lo que nunca contarás a viva voz. Pues nadie sabe hasta que punto te has hecho mayor.

Me he levantado con ganas de gritarle al mundo lo sola que me siento, las ganas que tengo de ser feliz. De gritar una y mil veces que quiero luchar, quiero conseguir mis metas y en todo el proceso, quiero pasarlo bien. Disfrutar al máximo.Me he despertado y me he dado cuenta del tiempo que he perdido y de lo rápido que se me ha pasado. Y es que ya van dieciséis, y pronto llegarán a diecisiete, y ya luego vendrán los veinte. Y el tiempo, una vez más, está empeñado en escapar de nuestras manos, como soplos de viento. No tengo frascos suficientes para guardar cada segundo, cada minuto, cada hora que pierdo.
Y los sueños vienen, van y se agotan. Pero no he luchado lo suficiente, no he cumplido más de unos pocos. Tengo tiempo. Si, pero tiempo que poco a poco se va agotando. Yo no quiero perderlo, pero él se va. Siento como se va, se aleja, y como yo, no puedo hacer nada para retenerlo. Porque en el fondo es un sin sentido. ¿Cómo retener el tiempo a mi lado? ¿Cómo hacer que no pase, que no pase rápido? Creo que me tiene miedo. Huye, huye espantado.