Introducción

Una persona que haya crecido en un ambiente rico en experiencias y en unas condiciones adecuadas, sin duda desarrollará más seguridad en sí misma y unas competencias sociales más eficaces que si se da el caso contrario.

La falta de aprendizajes o la incapacidad de ponerlos en práctica

Desde otra perspectiva, para sintetizar los mecanismos que contribuyen a la falta de habilidades sociales nos centraremos en dos aspectos: la falta de aprendizajes y la dificultad de ponerlos en práctica.

- La falta de aprendizajes. Las habilidades sociales se van aprendiendo durante el proceso de socialización, generalmente mediante procesos de imitación y refuerzo, como los modelos de comportamiento de las figuras de referencia. Cuando una persona ha crecido en un ambiente pobre en este tipo de estímulos, con ausencia de modelos válidos y falta de refuerzos, su repertorio de conductas y habilidades para moverse en una situación interpersonal determinada es muy limitado. En estos casos podemos decir que la persona no dispone de habilidades sociales porque nunca las ha aprendido.

- La dificultad de ponerlos en práctica. En otras situaciones, una persona sabe cuál es la conducta apropiada y dispone en su repertorio de unas habilidades determinadas, pero no las pone en práctica porque algunos factores condicionan su ejecución. Entre estos factores, podemos considerar algunos conductuales (falta de habilidades comunicativas, comportamiento agresivo, timidez, etc.), emotivos (baja autoestima, miedo a hacer el ridículo, etc.) o cognitivos (pensamientos distorsionados, falta de conocimientos, etc.).

Manifestaciones del déficit de habilidades sociales

Las dificultades para interrelacionarse de manera adecuada se ponen de manifiesto mediante unas conductas que las evidencian. Algunas de las más habituales son las siguientes:

- Timidez. Es una sensación que predispone una persona a sentir inseguridad o vergüenza delante de situaciones sociales. Algunos de estos temores subyacentes a la timidez son los siguientes:

• Miedo de dar una respuesta inapropiada.
• Miedo de que el comportamiento o la apariencia sean criticados.
• Miedo al rechazo de las otras personas, especialmente las más apreciadas o influyentes.
• Miedo de revelar a los otros los sentimientos o las convicciones más íntimos.

La timidez dificulta la relación social, está relacionada con una baja autoestima y es una de las causas principales de ansiedad social y aislamiento.

- Bloqueo. Es una especie de manifestación de la timidez o del estrés en la comunicación, caracterizada por la imposibilidad que muestra una persona de hablar o expresarse en una situación que vive como estresante, por ejemplo cuando habla con una persona que le gusta, cuando ha de hablar en público, etc.

- Sobreadaptación. Se trata de un recurso de las personas con conductas pasivas y baja autoestima que consiste en actuar atendiendo a los deseos de las otras personas y no a los propios, con el único propósito de sentirse integradas. El pensamiento y la atención están centrados en lo que la otra persona espera y, por lo tanto, supone una renuncia a la actuación y al pensamiento propios y diferentes.

- Agresividad. Otra tipología de personas con problemas de relación, actúan de manera autoritaria. No debemos olvidar que detrás de esos comportamientos se esconde un déficit importante de habilidades sociales, que incapacita a la persona para relacionarse con otras al mismo nivel.

- Ansiedad social. Consiste en el miedo que le surge a una persona en situaciones de interacción. La ansiedad es uno de los factores más importantes en la falta de competencia social.

La ansiedad se puede mostrar un amplio abanico de comportamientos, que van desde afrontar de una manera más o menos correcta las situaciones hasta emitir respuestas inoperantes o nulas. Se refleja en la activación de unos componentes fisiológicos característicos muy difíciles de controlar: tartamudeo, sonrojo, sudoración, movimientos estereotipados, incremento del pulso, dolor de barriga, etc.

- Fobia social. Se considera como tal un nivel de ansiedad tan elevado que pasa a interferir seriamente en la vida cotidiana de la persona. Las personas con fobia social tienden a evitar las relaciones sociales, que suelen vivir con una dosis alta de angustia. Generalmente, sus características son parecidas a las de ansiedad, pero mucho más acusadas.

- Aislamiento. La dificultad que supone relacionarse con los otros y la ansiedad que genera, hacen que la persona se inhiba de las relaciones sociales y las evite activamente. Esta evitación comporta una disminución de experiencias que podrían ser altamente gratificantes, tanto desde el punto de vista vital como social, y activa la realimentación del ciclo de aislamiento.

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Copiado de mi libro de la asignatura "Habilidades Sociales".