Escuchad ahora todos los pueblos que no os inclináis ante la Sombra del Este, por dádiva del Señor de Mundburgo, vendremos a habitar en la tierra que él llama Calenardhon y, por tanto, juro en mi propio nombre y en el de los Éothéod del Norte que entre nosotros y el Gran Pueblo del Oeste habrá eterna amistad: sus enemigos serán los nuestros, su necesidad será la nuestra, y cualesquiera males o amenazas o ataques que sufran, los ayudaremos con el máximo de nuestras fuerzas. Este juramento será vinculante para mis herederos, tantos como me sigan en esta nuestra nueva tierra: que lo mantengan sin quebrantarlo, no sea que la Sombra los cubra y sean maldecidos.+