Un equipo internacional de astrónomos detectó una explosión de una supernova, que al aumentar de luminosidad, podrá ser vista incluso con unos prismáticos durante la próxima semana debido a su cercanía a la Tierra, 21 millones de años luz.
El hallazgo tan cerca de la Tierra es infrecuente, por lo que el evento es estudiado por todos los telescopios, incluyendo el espacial Hubble, señala el Lawrence Berkeley National Laboratory en EU que detectó la explosión.
La supernova, llamada PTF 11kly, descubierta esta semana en la constelación de la Osa Mayor es del tipo “Ia”, que puede emitir un brillo varias veces superior a la galaxia que la acoge.
“Detectamos esta supernova y está aumentando de brillo a cada minuto. Ya es 20 veces más luminosa que anteayer”, afirmó Peter Nugent, el primer científico del laboratorio de Berkeley en ver el fenómeno.
Las supernovas se producen cuando estrellas con una masa equivalente de al menos diez de nuestros soles alcanzan el final de su vida y explotan, produciendo destellos de luz que van aumentando de intensidad con rapidez y pueden durar desde varias semanas a meses.
A 21 millones de años luz de la Tierra, una distancia relativamente pequeña en términos de astronomía, PTF 11kly está ganando luminosidad y tiene más brillo que cualquier supernova de su tipo en los últimos 30 años, por lo que podrá ser admirada por los aficionados a la astronomía la semana próxima.
“El mejor momento para ver la explosión de la estrella será justo después del anochecer en el hemisferio norte, dentro de aproximadamente una semana”, indicó el astrónomo Mark Sullivan, de la Universidad británica de Oxford.
Para ello serán necesarios “un cielo oscuro y un buen par de prismáticos, aunque un pequeño telescopio será incluso mejor”, añadió el científico.
Esta supernova, que según los científicos se convertirá en una de las más estudiadas de la historia, pudo ser vista gracias al sondeo Palomar Transient Factory, que utiliza una cámara de campo amplio para rastrear nuevos objetos en el cielo cada día.
Tan sólo tres horas después de ser vista, los telescopios de las Islas Canarias, España, captaron el espectro de la explosión estelar, que permite su identificación y clasificación, señaló la nota.
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