El Papa anuncia su dimisión el próximo 28 de febrero por razones de salud
El Papa abandonará el Pontificado el próximo 28 de febrero. La noticia, difundida por la agencia de noticias italiana Ansa, la ha comunicado el propio Benedicto XVI en latín durante la ceremonia de canonización en el Vaticano de 800 mártires italianos y dos beatas latinoamericanas.
La declaración del Papa ante la curia ha sido difundida en un comunicado. En ella, el Papa ha dicho que ya no tiene la fuerza suficiente debido a su edad para seguir en el cargo.
"El Papa ha anunciado que renunciará a su ministerio a las 8 de la tarde del 28 de febrero", ha dicho el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi. El portavoz dijo que el anuncio del Papa les ha cogido por sorpresa y que los más cercanos al Pontífice desconocían la decisión.
El portavoz ha explicado que, según el canon pontificio (las normas que rigen el ejercicio del Papado), las condiciones para dimitir son que se anuncie de forma libre y que la manifestación sea inequívoca. No es necesario que nadie acepte formalmente la dimisión.
A partir de las 20.00 horas del 28 de fenrero comenzará el periodo de sede vacante hasta la elección de un nuevo Papa. Benedicto XVI seguirá viviendo en el Vaticano y no participará en el cónclave. Tras el cónclave, se mudará a la residencia de verano de Castelgandolfo y después se retirará a un convento de monjas de clausura.
El anuncio del cardenal Joseph Ratzinger, que accedió al papado como Benedicto XVI, apenas tiene precedentes en la historia.
La renuncia de Benedicto XVI venía planeando desde que, hace dos años, admitiera la posibilidad durante una entrevista con Peter Seewald: “Cuando un Papa alcanza la clara conciencia de no estar bien física y espiritualmente para llevar adelante el encargo confiado, entonces tiene el derecho y en algunas circunstancias también el deber de dimitir”.
Los rumores de la dimisión del Papa se hicieron aún más insistentes durante el escándalo Vatileaks, la fuga masiva de documentos privados que pusieron en evidencia las luchas de poder en el Vaticano. El portavoz Lombardi ha negado, en rueda de prensa, que la renuncia se deba a "dificultades en el Papado".
El alemán Joseph Ratzinger, de 85 años, había sido elegido Papa el 19 de abril de 2005 en el primer Cónclave del siglo XXI, tras la muerte de Juan Pablo II.
El primer ministro italiano, Mario Monti, se ha declarado "conmovido" por la noticia. Monti ha pedido más tiempo para "conocer los hechos" y poder así "comentar un tema tan importante y profundo".
El último Pontífice que renunció al puesto fue Gregorio XII, que dimitió en 1415, dos años antes de morir.
"Siendo muy consciente de la seriedad de este acto..."
Este es el comunicado en el que se recoge la declaración del Papa en la que anuncia su dimisión:
"Queridísimos hermanos,
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice.
Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
Vaticano, 10 de febrero 2013".
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice.
Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
Vaticano, 10 de febrero 2013".
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