-¿Alguna vez... has oído el verdadero sonido de una tormenta?
-Lo más que he oído en una tormenta, han sido rayos, truenos, relámpagos, la lluvia... ¿acaso hay algo más allá de eso?
-Por supuesto que si... yo lo he escuchado... el verdadero sonido de una tormenta.
-¿Y que fue lo que oíste?
-Lo que oí... es un sonido indescriptiblemente hermoso, una melodía de tal belleza... que mis oídos simplemente se deleitaron con el primer minuto de aquella poderosa tormenta. El cielo se encontraba de un color rosado con tintes anaranjados... se podía observar un colorido muy peculiar en las nubes, un ligero carmesí... mis oídos retumbaban al percibir los poderosos truenos, mi cuerpo se estremecía al ver los rayos lanzarse hacia la tierra... como si de un ángel cayendo a toda velocidad se tratase. Mis ojos brillaban a la par de los increíbles relámpagos y sus maravillosas luces azuladas y violáceas... un acto naturalmente artístico el cual me dejaba perplejo... al contemplar una obra maestra en todo su esplendor.
[...]
-Veo que te gustan bastante las tormentas... pero aún no has respondido a mi pregunta, viejo...
-Por supuesto que te he respondido... solo que tu no prestaste atención, al principio de mi pequeño relato.
-¿Qué fue, anciano?
-Un sonido indescriptible, algo hermoso... simplemente fue una melodía perfectamente preciosa, una obra maestra musical de la madre naturaleza, la cual en toda su magnificencia se convirtió antes de que siquiera nos diéramos cuenta, en el artífice de lo más bello.
-Estás loco... hay que ser un demente para poder creer que una tormenta es hermosa
-No niño... hay que estar verdaderamente demente para no creer que una tormenta, es una obra de arte, la cual solo un verdadero amante del arte puede apreciar en todo su esplendor... el verdadero sonido de las tormentas, son las voces que genera en tu cabeza, esas que retumban en tu imaginación... y por si te preguntan que dicen esas voces... pues, es es algo que tendrás que descubrir cuando sepas apreciar la verdadera arte natural, esa que nos rodea día a día, noche a noche, madrugada a madrugada... y así en un continuo circulo inacabable... el verdadero sonido de las tormentas, es ese que resuena en tu mente, y tu alma.
-Pues sigues siendo un demente... aunque... quien sabe, tal vez algún día enloquezca como tu y comience a oír esas voces...
-Algún día lo harás... y probablemente, será un día de tormenta.
“Lo que podemos hacer cuando cae la lluvia, es dejarla caer”.
-Henry Wadsworth Longfellow
-Lo más que he oído en una tormenta, han sido rayos, truenos, relámpagos, la lluvia... ¿acaso hay algo más allá de eso?
-Por supuesto que si... yo lo he escuchado... el verdadero sonido de una tormenta.
-¿Y que fue lo que oíste?
-Lo que oí... es un sonido indescriptiblemente hermoso, una melodía de tal belleza... que mis oídos simplemente se deleitaron con el primer minuto de aquella poderosa tormenta. El cielo se encontraba de un color rosado con tintes anaranjados... se podía observar un colorido muy peculiar en las nubes, un ligero carmesí... mis oídos retumbaban al percibir los poderosos truenos, mi cuerpo se estremecía al ver los rayos lanzarse hacia la tierra... como si de un ángel cayendo a toda velocidad se tratase. Mis ojos brillaban a la par de los increíbles relámpagos y sus maravillosas luces azuladas y violáceas... un acto naturalmente artístico el cual me dejaba perplejo... al contemplar una obra maestra en todo su esplendor.
[...]
-Veo que te gustan bastante las tormentas... pero aún no has respondido a mi pregunta, viejo...
-Por supuesto que te he respondido... solo que tu no prestaste atención, al principio de mi pequeño relato.
-¿Qué fue, anciano?
-Un sonido indescriptible, algo hermoso... simplemente fue una melodía perfectamente preciosa, una obra maestra musical de la madre naturaleza, la cual en toda su magnificencia se convirtió antes de que siquiera nos diéramos cuenta, en el artífice de lo más bello.
-Estás loco... hay que ser un demente para poder creer que una tormenta es hermosa
-No niño... hay que estar verdaderamente demente para no creer que una tormenta, es una obra de arte, la cual solo un verdadero amante del arte puede apreciar en todo su esplendor... el verdadero sonido de las tormentas, son las voces que genera en tu cabeza, esas que retumban en tu imaginación... y por si te preguntan que dicen esas voces... pues, es es algo que tendrás que descubrir cuando sepas apreciar la verdadera arte natural, esa que nos rodea día a día, noche a noche, madrugada a madrugada... y así en un continuo circulo inacabable... el verdadero sonido de las tormentas, es ese que resuena en tu mente, y tu alma.
-Pues sigues siendo un demente... aunque... quien sabe, tal vez algún día enloquezca como tu y comience a oír esas voces...
-Algún día lo harás... y probablemente, será un día de tormenta.
“Lo que podemos hacer cuando cae la lluvia, es dejarla caer”.
-Henry Wadsworth Longfellow
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