(07 Jan 15)RSD escribió: (04 Dec 14)Ichiinou escribió: Lo de Vesta lo sabréis en el próximo capítulo... ¡Hay muchas novedades!
Lo espero con ansias, que ya me puse al día ^^
Se pone cada vez más interesante, la historia engancha... danos más (?) jejejejejeje
Salu2!
¡Muchas gracias por leer y comentar! Leer estas cosas me anima a seguir escribiendo.
Capítulo 8
DESCUBRIMIENTOS PELIAGUDOS
- ¡Estas mazmorras apestan! ¡¿Sabéis lo que es el ambientador asquerosos alienígenas andróginos?!
No puedo contenerme, nos han traído a unas mazmorras en las que no se ve dos palmos por delante de nuestra nariz y aún por encima nos han separado a mí y a Bollito. Además, no sé dónde está este, que no ha dado señales de vida desde que nos metieron en estas jaulas.
- ¡Tengo derecho a una llamada! ¡Solicito hablar con mi abogado! ¡Se os va caer el pelo malditos bichos interestelares! –digo tratando de atemorizar a los alienígenas que están custodiando las mazmorras.
Por cierto, no paro de preguntarme si estas mazmorras estarían allí antes de la llegada de estos alienígenas. Por el estado de las mismas, parece que tienen siglos, pero claro, eso no tendría mucha lógica… A menos que, en algún tiempo, este pueblo tuviese un pasado tenebroso… Apuesto a que algún antepasado de Tórtimer torturaba aquí a los ciudadanos que no querían pagar impuestos.
- Nadie va a venir a salvarte –una voz femenina me habla cerca- yo llevo aquí meses y lo mejor que me ha pasado es que estos alienígenas hayan venido. Al menos estos se preocupan por mi nutrición y no tengo que cazar ratones.
La voz de aquella fémina me resulta extrañamente familiar, aunque por el dato de los ratones casi se podría decir que se trata de Misi, una gata un tanto peculiar que vivía en Villa Tubérculo hasta hace unos meses. Ahora sé que nunca llegó a salir de aquí… Pero… ¿Quién está detrás de tan macabros acontecimientos?
- ¿Puedo preguntarte quién eres? –digo yo esperando que constate mi teoría.
- Yo era… bueno… soy Beelén una prima hermana de… bueno… Vesta… ¿La conoces?
- ¡¿La cabra loca que me ha metido aquí?! ¡Por supuesto que la conozco! ¡Cuando salga de aquí convertiré su pelaje en unos bonitos cojines y un edredón! ¡Va a saber ese cuadrúpedo quién es Edemetria!
- ¿Estás aquí también por ella? –dice Beelén para mi sorpresa- bueno… no debería sorprenderme ya, somos muchos los que estamos aquí por su culpa.
Espera, ¿Qué está diciendo? ¿Acaso Vesta no es la cabra que nosotros conocíamos? Vale que nos traicionara a mí y a mi querido Bollito, pero de ahí a que en realidad sea una psicópata. ¿Quién se esperaría tal cosa de una cabra que siempre era agradable con todos?
- ¿Cuántos más hay aquí? ¿Está aquí Orestes?
Esa segunda pregunta es un tanto sospechosa, lo sé. Pero es que me quedé con varios regalos que me mandó entregar y claro, no me gustaría tener que ajustar cuentas en una situación así. ¡Yo era pobre y tenía que buscar dinero en dónde fuese! ¡Tom Nook me extorsionaba para que le pagase la hipoteca porque si no me iba a desahuciar! ¡Y tenía que mantener a un pargo rojo y una preciosa cucaracha! Eran tiempos muy difíciles…
- ¿Orestes? Déjame pensar… -este suspense me va a matar, el corazón se me quiere salir por la boca y los dedos pequeños de los pies se me están entumeciendo- ¡Sí! –mierda, ¿Por qué tengo que tener siempre yo tanta suerte? ¿Por qué no ha podido irse ese oso a Villa Oso?- él fue el último vecino que verdaderamente se fue de Villa Tubérculo, después empezó el plan maligno de esos dos, aliándose con los alienígenas…
Lo de Orestes me alivia, no porque se haya salvado de estar aquí recluido, si no porque así no tendré que ajustar cuentas con él. Me consta que tenía un buen derechazo, una vez tuve un pequeño encontronazo con su pata derecha cuando me pilló robándole flores. Por otra parte, pensar en que toda esta invasión estaba pensada desde ya hace tiempo y que unos vecinos se han aliado con los alienígenas, me llena de tristeza. ¿En qué nos estamos convirtiendo? ¡¿En animales?! Bueno… creo que esa no es la expresión más correcta.
- ¿Quién fueron los individuos que se aliaron con los alienígenas para seguir con el plan? ¿Acaso fueron Tórtimer y Vesta? Porque eso tendría sentido…
Beelén se ha reído por lo que he dicho. ¿Qué le hará tanta gracia? ¿Será el peculiar nombre de Tórtimer? Ya sé que es muy peculiar, pero es que se ve que sus padres no tenían muchas luces ni idea de cómo se iban a reír de él en el colegio. ¡Qué crueldad! Aunque ahora que lo pienso… Edemetria tampoco es que sea un nombre muy bonito. ¿En qué estarían pensado mis padres? ¿Acaso estaban ebrios cuando me lo pusieron? Si fuese así todo encajaría…
- Tienes que saber encajar mejor las piezas del puzle mi querida Edemetria. ¿Has tenido el placer de conocer al Doctor G?
¡Es eso! ¡Ahora todo encaja! ¡Ese maldito pajarraco amorfo estaba detrás de esto! ¡Lo sabía! ¡Sabía que no era de fiar! ¡Y aún por encima es un rufián embaucador!
- ¿De quién crees que es el hijo que espera Vesta? -dice Beelén dejándome helada.
¡Bombazo informativo! ¡Vesta ha engañado a esa tortuga andrógina con el pajarraco! ¡Si es que ya se veía venir! ¿Y qué clase de aberración de la naturaleza saldrá de la unión entre una cabra y un pajarraco como ese? ¡Me encantará verlo! ¡Será una criatura digna de circo! Al fin Tom Nook dejará de ser el más feo del pueblo.
- ¿Y por qué estáis todos aquí? ¿Acaso os matan para alimentarse de vosotros? –digo todavía no comprendiendo muy bien lo que está ocurriendo y ha ocurrido en aquellas mazmorras.
- Es muy sencillo, nos mantienen aquí con vida desde hace mucho tiempo como ofrenda para los alienígenas. Si ellos se portan bien y les dan a sus vecinos para poder hospedarlos pues tanto Vesta como Gulliver podrán salvarse. Ese era el trato desde el principio.
- Y una cosa, ¿Cómo sabes tú todo esto? –digo comprendiendo que esa es demasiada información confidencial para que una simple oveja la tenga.
- Podría mentirte diciéndote que estas paredes son de papel y por eso me he enterado, pero no es así. En un principio nos propusieron a mí y a Sócrates lo mismo que Vesta y Gulliver aceptaron. Nosotros tuvimos más corazón que ellos.
Un momento, ¿Sócrates y Beelén? ¿En serio? ¿Pero como harían si…? Para Edemetria, sácate esas imágenes de la cabeza. ¡Son demasiado perturbadoras! Es tan difícil comprender las extrañas relaciones que tienen estos animales… ¿Qué son esos colores que se me han subido a los mofletes? ¡Si la relación entre yo y Bollito es inexistente! ¡Si no estamos saliendo ni nada! Cuando se arregle todo esto tendré que ir al psicólogo, me hará mucha falta.
- Entiendo –digo todavía consternada por las declaraciones que me acaba de hacer Beelén- ¿Entonces tenéis algún plan para salir de aquí?
Beelén se vuelve a reír. Pero esta vez se me antoja más siniestro que antes. ¿Qué he dicho que le hace tanta gracia?
- Hemos intentado todo. Hemos fabricado bombas caseras para intentar salir de aquí, hemos fingido muerte repentina por envenenamiento, hemos intentado gasearlos a base de flatulencias, ¡Pero nada ha obtenido el resultado esperado! ¡Siempre volvemos a dónde estábamos!
La voz de Beelén se quiebra hacia el final de aquella frase, se ve que llevan allí mucho tiempo y están desesperados. ¿Es posible que todo tenga que acabar así? ¡Yo no quiero que me hospeden a mí también! Y lo que es peor, ¿Qué será de Bollito si uno de esos alienígenas se le mete dentro? ¡Ya no tendrá ese encanto tan oseznil que le caracteriza! Tengo que hacer algo, saldremos de aquí como sea.
De repente, una bombillita se me enciende. ¡No se me había ocurrido hasta ahora el mirar en mis bolsillos! Pero ahí estaba la clave. ¡Tenía una guitarra folk! ¡Esa sería nuestra salvación!
- Eh, Beelén, creo que sé cómo salir de aquí –digo por lo bajini a aquella oveja para que nadie se entere- tengo una guitarra folk.
- ¡¿En serio?! -¿Podía haber sido menos discreta? Sin duda, esta oveja carece de luces.
- Por favor, habla bajo. No es conveniente que se entere ninguno de esos bichos que nos custodian del plan.
Al parecer Beelén ha llamado la atención de uno de ellos, que haciendo ruido con lo que imagino que es su porra contra los barrotes, se acerca hacia nosotros.
- ¿Ves? Nos han pillado –digo a Beelén recriminándole por su actitud poco prudente.
Beelén empieza a sollozar. ¿Qué demonios está pasando?
- Eh, oye, no te lo tomes tan a pecho oveja, ¿no ves que tengo un temperamento muy fuerte? Ya deberías conocerme… -digo porque en el fondo he de decir que sus sollozos me han llegado a la patata.
De repente las luces de las mazmorras se encienden. Puedo ver a muchos animales que parecen ser los vecinos que habían “abandonado” el pueblo. Muchos de ellos tienen un aspecto deplorable. Miro a Beelén y la veo muy cambiada. Está totalmente demacrada, casi no tiene lana y está muy delgada. Sin duda vivir en aquellas mazmorras no debe ser muy agradable.
- ¡Queridos reclusos! –empieza aquel guardia que había llamado la atención de todos con su porra- ¡Es hora del primer hospedaje! Estaremos hospedándoos hasta el amanecer.
¿Entonces Bollito y yo seríamos los últimos en ser hospedados? ¿Tendríamos que ver esa desagradable escena durante toda la noche? ¡Tengo que hacer algo! ¡Ahora es el momento de usar mi guitarra folk!
La saco y me siento en el suelo. Respiro hondo. Cierro los ojos. Y empiezo a tocar. Es la hora de empezar a ganar terreno. ¡No podemos dejar que ganen esos bichos feos!
Cuando me escuchan tocar todos mis vecinos reclusos se levantan a duras penas y me miran fijamente. Puedo ver cómo en sus ojos brilla la esperanza. ¡Todos saben que la guitarra folk nos salvará! Eso si no me revienta antes la vejiga que todavía me estoy meando. ¡Aunque una explosión de pis también podría ser una gran arma! Estoy segura, ¡Vamos a ganar esta batalla!