Puede que su aspecto no impresione a primera vista, pero esta es la almohada aprobada por la Asociación Japonesa de Luchas de Almohadas. Entonces, ¿hay una Asociación Japonesa de Lucha de Almohadas? Pues sí. La forman profesionales, gente que entrena todos los días con férrea disciplina, gente que ha pasado un tercio de su vida en las trincheras de sábanas viendo a sus hermanos de armas caer ante el fuego enemigo, valientes veteranos curtidos en las más sangrientas batallas en las que la supervivencia dependía del honor, la lealtad y el ingenio.
Y todo eso lo han hecho en pijama, que le da más empaque.
Esta almohada es la mejor amiga de esos feroces guerreros; es curioso que no lleve cuchillos ni granadas ocultas, pero es precisamente en su sencillez donde reside su verdadero filo: el arma no hace al guerrero sino todo lo contrario: es el guerrero el que hace el arma. O el herrero (?). Y luego se la da al guerrero. O se la vende. O se la cambia por su hermana (?).
Como prueba del uso de estas almohadas, aquí tenéis la última competición oficial de Lucha de Almohadas en Japón. Es ligeramente diferente a lo que tenemos en mente (son profesionales) y no se ven braguitas, lo que, en mi opinión, le quita la razón de ser a las peleas de almohadas.
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