Los habitantes de Hannover siguen sin dar crédito a la insólita noticia que les sirvió de comidilla durante el desayuno. Una persona anónima disfrazada de Triky, el popular personaje creado por Jim Henson para el programa infantil "Barrio Sésamo", ha asumido la autoría del robo perpretado hace un par de semanas en la sede de la empresa alemana de productos dulces Bahlsen, conocida en medio mundo por las barritas de chocolate "Pick up" y las galletas de mantequilla "Leibniz". El botín de marras no es sino la inmensa galleta que adornaba desde hace décadas la fachada del edificio, una pieza de metal dorado y unos 20 kilos de peso que soportaban las estatuas de dos hercúleas figuras masculinas.
Redactada con recortes de titulares de periódico, la carta en la que reivindica la fechoría fue remitida al diario local "Allgemeinen Zeitung" junto a una fotografía en la que puede apreciarse al peculiar ladron enfundado en la piel del Monstruo de las Galletas, con el objeto robado en sus manos y el gesto de darle un mordisco. Además, haciendo gala del talante solidario de un Robin Hood descarado, exige un rescate para devolver el emblema de la factoría fundada en 1889: la firma debe regalar dulces a los niños del hospital de la capital germana o donar los mil euros que ofrece como recompensa para recuperarlo al asilo de animales de Langenhagen.
La policía, que baraja como única pista la declaración de un testigo que pudo ver esa noche a dos hombres vestidos con ropa de trabajo oscura y una escalera, está analizando el documento para esclarecer su autenticidad y, de este modo, saber si se enfrentan a la resolucion de << un crimen, un intento de extorsion, o una broma >>. Por su parte, Balhsen no ha tardado en asegurar que << no responde a una acción publicitaria >>.
Lo curioso del caso es que la eleccion del disfraz no es casual, sino que se trata de un guiño rebosante de ironia a Ernest Albrecht, un politico vinculado a la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, el partido de la canciller Angela Merkel. El que fuera primer ministro de la Baja Sajonia entre 1976 y 1990 trabajó como director ejecutivo de Balhsen a principios de los setenta. Por aquel entonces, los medios de comunicación críticos con su gestión le apodaron "el monstruo de las galletas". Gajes del oficio que hoy regresan a la primera plana para ilustrar tan peculiar secuestro.
La noticia, como cabía esperar, hizo furor en las redes sociales. << El monstruo de las galletas siembra el terror en Hannover >>, ironiza un usuario en Twitter. Incluso el prestigioso blog estadounidense "Huffington Post" se hizo eco de la noticia con el título: << Sospechoso: ¿"el monstruo de las galletas"? >>.
Redactada con recortes de titulares de periódico, la carta en la que reivindica la fechoría fue remitida al diario local "Allgemeinen Zeitung" junto a una fotografía en la que puede apreciarse al peculiar ladron enfundado en la piel del Monstruo de las Galletas, con el objeto robado en sus manos y el gesto de darle un mordisco. Además, haciendo gala del talante solidario de un Robin Hood descarado, exige un rescate para devolver el emblema de la factoría fundada en 1889: la firma debe regalar dulces a los niños del hospital de la capital germana o donar los mil euros que ofrece como recompensa para recuperarlo al asilo de animales de Langenhagen.
La policía, que baraja como única pista la declaración de un testigo que pudo ver esa noche a dos hombres vestidos con ropa de trabajo oscura y una escalera, está analizando el documento para esclarecer su autenticidad y, de este modo, saber si se enfrentan a la resolucion de << un crimen, un intento de extorsion, o una broma >>. Por su parte, Balhsen no ha tardado en asegurar que << no responde a una acción publicitaria >>.
Lo curioso del caso es que la eleccion del disfraz no es casual, sino que se trata de un guiño rebosante de ironia a Ernest Albrecht, un politico vinculado a la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, el partido de la canciller Angela Merkel. El que fuera primer ministro de la Baja Sajonia entre 1976 y 1990 trabajó como director ejecutivo de Balhsen a principios de los setenta. Por aquel entonces, los medios de comunicación críticos con su gestión le apodaron "el monstruo de las galletas". Gajes del oficio que hoy regresan a la primera plana para ilustrar tan peculiar secuestro.
La noticia, como cabía esperar, hizo furor en las redes sociales. << El monstruo de las galletas siembra el terror en Hannover >>, ironiza un usuario en Twitter. Incluso el prestigioso blog estadounidense "Huffington Post" se hizo eco de la noticia con el título: << Sospechoso: ¿"el monstruo de las galletas"? >>.
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