Inició el tema
Mazoku
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3.588 ATC
ALGO INESPERADO INCREIBLE
─ Vamos cariño arriba…─ dijo mi madre mientras tiraba de mi a la vez que me daba un pequeño impulso.
Al subir y mirar para arriba sentí como un escalofrío recorría mi espalda y no era por el frío, una sensación de miedo era como si me atravesara dejándome mirando durante unos segundos como si aquello atrapara mi alma incluso podía escuchar sonidos extraños que provenían de los pisos superiores y que aprecian arrastrarse hacia donde estábamos.
─ Yuki…despierta tenemos que bajar un par de pisos mas…─ hablo mi madre mientras me zarandeaba en eso salí de mis pensamientos volviendo de nuevo a la realidad y en cuanto lo hice sentí como el ascensor se tambaleaba levemente.
El lugar era oscuro solamente iluminado por algunas bombillas rojas de emergencia que había en los costados del hueco.
─ Venga ve tu primero, recuerda son dos pisos mas abajo…yo iré después y por ultimo ira Lucia…─ dijo mi madre mientras me agarraba a las escaleras y empezaba a descender por le costado del ascensor.
─ No pienso bajar…ya estoy al limite…─ dijo Lucia quejándose por lo que había pasado pero no podía detenerse ahora.
Mientras bajaba por el costado note como el ascensor volvía a tambalearse muy levemente pero algo me decía que no estábamos seguros quedándonos allí.
De pronto se escucho en la parte de arriba un sonido metálico y algo cayo sobre el techo del ascensor con un gran golpe.
─ Mama!...¿Estáis bien…?...─ pregunte alzando la voz habiendo escuchado el estruendo.
─ Si, no te preocupes…bajamos…─ respondió mi madre y enseguida pude ver como empezaba a bajar con Lucia que cerraba el descenso.
Seguimos bajando por un rato y volvimos escuchar de nuevo como algo se estrello contra la parte de arriba del ascensor y como este se tambaleaba esta vez de manera mas intensa incluso llego a chocar contra las paredes del hueco.
─ Tenemos que darnos prisa!...─ exclamo mi madre mientras aceleraba el paso al fin pude ver las puertas del piso de bajo que estaban cerradas pero había un pequeño hueco para que pudiera estar e intentar abrir las puertas.
Salte hacia le hueco e intente encontrar un hueco entre las puertas metálicas para poder meter los dedos o incluso las uñas en cuanto pude abrir un poco las puertas escuché como algo cedía en la parte de arriba.
─ Vamos Lucia deprisa!...─ exclamó mi madre mientras ella llegaba al hueco aunque Lucia seguía bajando como podía verse el miedo en su cuerpo como le costaba moverse.
Para cuando esta llego a nuestra altura escuchamos un roce metálico que se descolgaba y al girar la cabeza pude observar como el ascensor se descolgaba a plomo.
─ NOOOO!!!...─ grito mi madre con todas sus fuerzas pero algo detuvo el ascensor a escasos centímetros de Lucia que esta tenia los ojos cerrados.
─ ¿Qué ha pasado…?...─ pregunto mi madre mientras miraba como Lucia se aferraba a las escaleras con los ojos cerrados.
─ Los frenos de emergencia han parado el montacargas…date prisa no creo que aguanten mucho…─ dije mientras me esforzaba por abrir la puerta que parecía estar encajada de alguna forma.
Mi madre tomo el brazo de Lucia tirando de ella pero parecía que no quería soltarse de la escalera a la que estaba agarrada.
─ Lucia tu hija te necesita…─ hablo mi madre y en ese momento Lucia abrió los ojos y estiro el brazo para tomar la mano de mi madre mientras que por mi parte seguía abriendo las puertas que parecían resistirse.
Pero en cuanto las hube abierto escuche un sonido metálico proveniente del ascensor y que de repente se descolgó mi madre tiro con todas sus fuerzas de Lucia haciendo que el ascensor cayera la vacío rozando por escasos centímetros los zapatos de ella.
─ Por los pelos…─ dije mientras respiraba aliviado y escuchaba el estruendo del ascensor estrellándose contra el fondo del hueco.
Mi madre se levanto ayudando a Lucia que parecía estar agotada tanto física como mentalmente.
Delante teníamos un pasillo y a mano izquierda unas dobles puertas que llevaban a una sala de espera el lugar de momento no parecía estar infestado pero sabia que no tardaría mucho en estarlo se podían escuchar sonidos extraños y susurros provenientes del piso de arriba.
El pasillo estaba iluminado por focos fluorescentes y estaba alicatado hasta mitad el resto de la pared estaba pintada de blanco y había algunos posters, podía sentirse el frío que inundaba el lugar mientras que mire al fondo la puerta que llevaba a la morgue con cierto miedo pero a la vez con algo de alegría que no entendía el por que.
─ Vamos no hay tiempo que perder…─ dijo mi madre que enseguida empezamos a andar por el pasillo rápidamente cuando apenas nos quedaban un par de metros para entrar a la morgue me detuvo juntándome contra la pared.
─ ¿Qué haces…?...─ pregunté extrañado mientras veía como derramaba el resto de la tinta del pequeño franco a mi alrededor y enseguida hizo algo extraño con la mano y la puso en el suelo, la tinta enseguida pareció relumbrar de forma dorada por un momento.
─ No quiero que entres ahí…por que además de buscar Ángela y a su madre te están buscando a ti…lo único que hago es protegerte…─ dijo mi madre enseguida intente acercarme a ella pero en cuanto llegue al limite de la tinta que había en el suelo una barrera de color dorado se interpuso entre ella y mi azotando mi cuerpo con una descarga eléctrica.
─ No!...mama por favor…no quiero perderte…─ exclame mientras retrocedía unos pasos hasta la pared.
─ Tranquilo, no me pasara nada…─ dijo mi madre sonriéndome mientras avanzaba hacia las puertas dobles en donde estaba la morgue junto con Lucia.
─ No!...No!...─ exclame un par de veces pero no surtió ningún efecto en cuanto atravesaron las puertas escuche como los susurros provenientes del hueco del ascensor empezaron a escucharse en el pasillo.
La oscuridad que había en el hueco parecía que poco apoco empezaba a engullir el pasillo mientras que las luces parpadeaban ligeramente y el ambiente del lugar parecía enrarecerse mas aun.
Podía escucharse lamentos y susurros por todo el lugar mientras que con los parpadeos de la luz pareciera que salían manos de la pared y avanzaban hacia mí pero al llegar cerca de la barrera se detenían.
Intente ac3ercar la mano para poder atravesar la barrera de luz pero no había forma cada vez que lo hacia una descarga de energía me azotaba la mano haciéndome la retroceder.
─ Mierda! no pienso quedarme aquí sin hacer nada…─ exclame lleno de rabia mientras me preparaba para embestir la barrera de luz pero cada vez que lo hacia una descarga eléctrica me empujaba contra la pared.
─ Auch!...─ exclame por el dolor pasándome la mano por el hombro pero aun así volví a intentarlo y en un intento me quede empujando con todas mis fuerzas mientras notaba como la electricidad agarrotaba mis músculos pero en ese momento unas imágenes empezaron a venirme a mi mente.
Pude ver un hombre con el pelo marrón apagado y liso con cierta edad y algunas canas, en su rostro podía verse marcas de la edad y en la parte superior de su labio tenia un bigote del mismo color que su cabello y con algunas manchas blancas, sus ojos de color marrón me miraban con ira, llevaba un habito de monje y debajo de este podía ver una cruz de color rojo.
Pude sentir el dolor recorrerme el cuerpo mientras veía como ese hombre me sonreía con malicia e ira mientras que detrás de el pude ver a varias personas con camisas de fuerza y algunas puestas en diferentes aparatos de tortura.
El lugar era oscuro con algunas velas que daban al sitio un aspecto tétrico al fondo había una ventana con barrotes, baje la cabeza por un momento y pude ver que tenia heridas por todo el cuerpo y en el suelo había un circulo lleno de inscripciones.
Pasados unos segundos las imágenes cesaron y caí al suelo, había roto la barrera pero estaba el shock la cabeza me daba vueltas y estaba algo desorientado y confuso.
Pero en cuanto note como algo se aferraba a mi pierna, mis sentidos se recobraron al mirar pude ver una mano negra que había tomado mi tobillo e intentaba tirar de mi mientras que el suelo parecía volverse liquido para engullirme.
Tire con todas mis fuerzas e incluso golpee la mano con la otra pierna esta me soltó y pude levantarme al mirar al techo pude ver que también empezaban a salir manos negras de mismo.
Las paredes se habían trasformado su aspecto era cárnico de color rojo enfermo mientras que parecía que pulsaban como si estuvieran vivas de algunas incluso aparecieron algunos ojos que me miraban junto a rostros de personas que chillaban de dolor.
Sin decir nada e intentando apartar aquella horripilante escena de mi mente corrí hacia las puertas dobles de la morgue mientras que el suelo veía aparecer más manos que intentaban atraparme.
Al abrir las puertas pude ver una habitación muy grande y en las paredes estaban llenas de cubicuelos donde se meten los muertos en el centro había una especie de esfera blanca pálida que estaba formada por rostros deformados y a su lado mi madre que estaba intentando eliminarla mientras que Lucia estaba a un lado asustada.
─ Mama!...─ exclame al verla pero nada mas hacerlo las luces parpadearon y las compuertas de los cubicuelos empezaron a abrirse lentamente mientras que unas imágenes fantasmales empezaron a aparecerse por todo el lugar, eran aquellos entes que me estaban buscando pero esta vez en vez de centrarse en mi se centraron en Lucia que esta retrocedió para intentar huir pero estaba acorralada.
─ Te dije que no entraras…ayuda a Lucia…yo no puedo separarme de aquí…─ dijo mi madre con esfuerzo mientras parecía que estuviera conteniendo el poder de la esfera mientras podía escuchar los lamentos provenientes de la misma.
Al acercarme a esas figuras pude notar que eran translucidas y no tangibles pero aun así podía notar el frío que despedían mientras sus miradas se clavaban en mi.
─ Vamos salgamos de aquí…─ dije mientras me acercaba y le ofrecía la mano pero aun así Lucia retrocedió unos pasos con cara de miedo aun sabiendo que era yo no parecía aun fiarse.
─ Socorro!...Aléjate de mi monstruo…─ dijo Lucia llena de ira mientras retrocedía aun mas pero le era imposible puesto que estaba pegada a la pared.
─ Soy yo Yuki…Tenemos que salir de aquí…─ dije mientras acercaba la mano para tomar la suya pero esta parecía reticente y además asustada.
No se ni lo que hizo pero movió su mano rápidamente y pude sentir como algo me cortaba.
─ Tu eres un monstruo lo mismo que tu madre y sois los responsables de todo esto…─ hablo Lucia mientras pude ver como en su mano portaba un bisturí que aun goteaba sangre, al mirar mi mano pude ver que tenia un buen corte podía sentir la sangre caliente resbalarme por la mano saciado la diferencia entre el frío que sentía por aquellas cosas que estaban a mi alrededor.
─ Mierda!...─ exclame mientras me tapaba la herida con la otra mano pude ver como los ojos de Lucia casi cambiaban a una mirada vacía y llena de locura mientras me miraba casi sonriendo diabólicamente.
─ Tu eres el hijo del demonio...confiésalo…y has tentado a esos pobres inocentes a que te sigan…en el nombre de Dios dime tu nombre!...─ exclamo Lucia con una voz que no pareciera que era la suya incluso me vino a la mente la imagen de aquel hombre que estaba haciéndome daño.
─ Yo no les he hecho nada…no soy el hijo del demonio…─ dije mientras retrocedía unos pasos mirando hacia todas partes notando las miradas acusatorias de aquellos seres fantasmales, parecía incluso que estaba recordando lo que había pasado en ese tiempo.
─ Yuki!...despierta…estas recordando una situación que paso ese ser…tu tienes que controlarlo no el a ti…─ exclamo mi madre alzando la voz mientras veía como de reojo giraba la cabeza para decírmelo en eso, mis pensamientos se aclararon de nuevo, me acerque de nuevo a Lucia pero esta blandió el bisturí haciéndome retroceder.
─ Morirás en las llamas del infierno donde te vieron nacer…─ dijo Lucia con aquella voz que no era la suya.
Pero aquello fue demasiado para ella en un momento cayo al suelo pro el esfuerzo, mientras veía como los entes fantasmales desaparecían del sitio.
─ Se ha desmayado pero esta bien…─ dije mientras me acercaba a Lucia para ponerla contra la pared y alejarle el bisturí de la mano.
El ambiente del lugar pareció normalizarse por unos segundos parecía que la presión empezaba a desaparecer.
Me acerque a mi madre que seguía estando para contener la esfera de la que ya no se escuchaban gemidos ni lamentos.
─ Algo pasa…esto no esta bien…aléjate…─ comento mi madre mientras podía ver el rostro de esfuerzo como si cada vez le costara más.
Aquello me parecía algo irreal puesto que todo parecía clamarse pero enseguida empecé a notar como si todo de golpe se incrementase.
Me aleje un par de pasos pero la esfera pareció que se hacia mas grande por momentos, mi madre intento contenerla pero en un momento salio despedida un par de metros por el suelo.
El sitio me daba vueltas y me encontraba mareado mientras miraba hacia todas partes para centrarme al mirar hacia mi madre me extraño lo que observe me pareció que era causa del impacto que había recibido.
Moví la cabeza un par de veces para despejarme pero al hacerlo me quede sorprendido no podía ser verdad mi madre tenia unas orejas de zorro de color anaranjado sobre la cabeza y una cola del mismo color que salía de su espalda.
─ ¿Pero que…?...─ pregunte confuso mientras me acercaba para ver como se encontraba pero cunado estuve a su lado me quede por unos momentos extrañado y sin saber que hacer.
Mire hacia donde estaba Lucia y no la veía por ningún sitio aquello me resulto raro pero enseguida acerque la mano al hombro de mi madre para zarandearla y que se despertara.
─ Mama…despierta…─ comente mientras la movía un poco para que recuperara el conocimiento y enseguida empezó a abrir los ojos lentamente.
─ ¿Estas bien…?...¿Que ha pasado…?...─ pregunto un par de veces mi madre mientras se levantaba pero al pasarse la mano por la cabeza me miro de forma asustada puesto que enseguida se dio cuenta que su secreto estaba al descubierto.
─ Yuki…te lo puedo explicar…─ dijo mi madre con tono de sorpresa pero no podíamos perder tiempo.
─ Será mejor que hablemos después…─ dije mientras miraba como la esfera aprecia crecer por momentos mientras veía como unas neblinas de color blanco parecidas a calaveras surcaban el aire alrededor de la esfera.
Los lamentos se escuchaban por todo el lugar junto con los susurros que parecían inundarla mientras el sitio empezó a cambiar rápidamente, las luces parpadeaban con un poco mas de fuerza mientras las paredes en vez del rojo enfermo se tornaban negras podía ver como en algunas partes empezaban a formarse fuegos de color azul que flotaban en le aire.
Mientras de las paredes parecían salir torsos de personas chillando de dolor aquello era el mismo infierno el aire incluso era caliente y pesado.
─ ¿Donde esta Lucia…?...─ pregunto mi madre mirando hacia todas partes mientras el lugar se transformaba lentamente en un infierno viviente.
─ No lo se…─ dije mientras empezaba a notar como el suelo aprecia crujir bajo mis pies cuando miré pude ver un a alfombra de huesos que se extendía por todo el lugar.
─ Debes pagar por ello…─ dijo una voz que me resulto muy familiar y de pronto pude ver a Lucia que era un poco mas alta tenia la piel de color grisáceo y las venas se veían a través de ella sin embargo no era su voz me parecía muy familiar.
Sus ojos se movía de forma errática y la parte blanca eran de un color rojo intenso de ellos salía sangre que resbalaba por sus mejillas dándole un aspecto tétrico en su mano portaba el bisturí con el que me había atacado.
─ Encárgate de ella…yo me encargare de la esfera a ver si puedo encerrarla…─ dijo mi madre y enseguida pensé que aquello no seria fácil puesto que no podía hacerle daño solo dejarla inconsciente.
Enseguida mi madre se apresuro para ponerse cerca de la esfera pude ver como su pelo se movía por el viento que había a su alrededor y enseguida Lucia se me lanzo atacándome blandiendo el bisturí de un lugar a otro.
Como pude me parte mirando hacia todas partes incluso me costaba moverme por el suelo puesto que estaba pisando huesos por todos lados.
─ Ten ni orareu watashitachi no chichi wo mina ga sei to saremasu yoo ni mikuni ga kimasu yoo ni…─ dijo mi madre pronunciando unas palabras en japonés mientras intentaba mantener alejada a Lucia de ella.
Licia enseguida se giro debido a la oración y se alejo, esta elevo el bisturí para atacarla; intente moverme pero enseguida mote como algo me inmovilizaba la bajar la vista pude ver que unos bazos esqueléticos me sujetaban.
Me moví como pude pero no había forma y enseguida pude ver como entre los huecos de los huesos un líquido de color rojo empezaba a formarse llenando el lugar, cuando me di cuenta enseguida supe que era sangre.
─ MAMA CUIDADO!...─ grite con todas mis fuerzas para advertirla de que Lucia se le aproximaba.
Esta puso la mano delante de ella mientras con la otra mano la tenia dirigida a la esfera.
Lucia se detuvo por unos instantes como si una especie de pared invisible estuviera delante de ella pero esta intento continuar andando costándole a cada paso.
─ Joder!...─ exclame intentando sacar los pies de donde estaba metido pero no había forma era como si estuviera anclado al suelo.
Pero al momento pude ver como algo se formaba delante mía lentamente era una figura de aspecto humanoide que estaba cubierta de sangre que resbalaba por su cuerpo mientras que su cara estaba descompuesta era un simple cráneo.
Por un momento me perdí en las cuencas de sus ojos que eran negras y parecían incluso absorberme en su interior.
─ Tu nos traicionaste…dijiste que nos protegerías…ahora debes pagar por tu traición…─ dijo ese ente mientras se acercaba levantando una mano y dando pasos erráticos.
─ YUKI!...─ grito mi madre con todas sus fuerzas advirtiéndomelo pero no podía hacer nada puesto que si perdía un poco de concentración Lucia se le acercaría.
─ Mierda!...Mierda!...─ dije mientras intentaba liberarme pero ese ente se acercaba peligrosamente de nuevo intente moverme pero no había forma de hacerlo aquellas manos me tenían anclado al piso.
Enseguida tuve delante ese ser y se lanzo encima mía y empezó a asfixiarme poco a poco notaba como mi cuerpo se hundía en ese piso de huesos lleno de sangre.
─ Nos acompañaras al infierno que nos enviaste…─ dijo el ente con voz proveniente del mismo infierno mientras me asfixiaba cada vez mas, mientras sentía mi cuerpo pesado y como el oxigeno me empezaba a faltar sus manos húmedas con la sangre chorreando por ellas apretaban mi cuello con fuerza y la vista poco a poco se me iba nublando y perdía el conocimiento.
─ YUKI TU PUEDES CONTRA EL…─ dijo mi madre que escuche de forma apagada mientras me hundía mas y mas notaba la sangre como me bañaba el rostro incluso podía sentir su calor y sabor metálico en mi boca.
─ YUKI…AAAAHHH!...─ grito mi madre eso hizo que me despertara de golpe puse mis manos en sus muñecas y empecé a separarlas lentamente con todas mis fuerzas mientras empecé a ponerme de pie.
Una vez que sentí de nuevo el aire en mis pulmones fue como respirar de nuevo pude ver que mi madre tenía varias heridas en su cuerpo debido a Lucia que estaba atacándola y ella se defendía como podía.
─ Vuelve al infierno!...─ exclame con fuerza y solté un puñetazo mi mano choco contra el cráneo que este se rompió haciendo que ese ente cayera al suelo hundiéndose de nuevo entre los huesos.
Sin embargo cuando me mire la mano pude ver que parecía echar algo de humo de ella aquello de momento preferí no pensar por que fue.
─ Lucia deja a mi madre!...─ exclame y enseguida Lucia se giro mirándome con esos ojos erráticos que se movía de un lugar a otro.
─ Desearas no habernos hecho ninguna promesa…te enviare de vuelta a donde naciste…─ dijo Lucia con una voz que procedía del mismo infierno y enseguida se me lanzo con el bisturí en mano y dando pasos erráticos de un lugar a otro no podía ni siquiera prever lo que iba a hacer.
Mi madre respiro profundamente y volvió a centrarse en lo que estaba haciendo podía ver que tenia varias heridas por el cuerpo y estaba sangrando.
Lucia empezó a lanzarme ataques uno tras otro por suerte pude esquivarlos a tiempo pero no podría aguantar mucho de esa forma y tenia que hacer algo.
Lucia giro la cabeza y volvió a lanzarse contra mi madre nuevamente, pero rápidamente corrí hacia ella y me lance encima de ella pero aunque puse todo mi peso no podía tumbarla ella siguió moviéndose.
Lucia empezó a moverse de un lugar a otro y enseguida note como chocaba contra una pared una y otra vez.
El dolor se me acumulaba en la espalda haciéndome que la soltara cayendo al suelo, Lucia se giro y me miro con esos ojos rojos que se movían de forma errática.
Levanto el bisturí por encima de la cabeza amenazándome solamente pude cerrar los ojos esperando que terminara todo.
Por unos segundos esperaba lo peor, pero no sucedía nada así que abrí un ojo lentamente para ver que es lo que sucedía, pude ver que estaba como paralizada y unos hijos rojos se anclaban a su cuerpo inmovilizándolo.
Mire a mi madre y pude ver que tenia una mano apuntando hacia Laura de la cual salían esos hilos mientras que con la otra aguantaba la esfera que aun parecía querer explotar.
Los lamentos acrecentaban su volumen y los alaridos parecían retumbar en todo el lugar mientras que el sitio hacia que fuese el mismo infierno.
─ YUKI DATE PRISA Y DEJALA INCOSCIENTE…NO CREO QUE PEUDA RESISTIR MAS…─ grito mi madre mientras retenía a lucia y a la esfera pude ver como la cola y las orejas relucían en un color dorado.
─ Pero…es la madre de Ángela…─ dije pensando que seria pegar a una persona mayor y que nunca lo haría.
─ HAZLO YA!!!...─ grito mi madre incitándomelo a hacerlo puesto que si no lo hacia terminaríamos muertos.
Por unos segundos me quede pensativo si hacerlo pero no me quedaba otra me acerque a Lucia cerrando el puño y pidiéndole perdón.
─ Yuki soy yo…por favor ayúdame…─ dijo Lucia como si hubiera recuperado el control de su cuerpo pero aun tenia el bisturí en la mano y parecía no soltarlo.
─ Lucia…¿es usted…?...─ pregunte algo confundido pero en cuanto me acerque unos pasos pude ver que los ojos empezaron de nuevo a moverse de forma errática y queriendo moverse para darme una cuchillada.
─ YUKI ES SOLO UNA TRAMPA HAZLO YA!!!...─ grito mi madre de nuevo mientras podía ver su rostro inmerso en el dolor por lo que tenía que soportar.
Solamente cerré los ojos y el puño y extrañamente sentí como una onda de calor que se cumulaba en el.
─ Lo siento…─ dije esperando que me perdonase por lo que iba a hacer, me acerque a ella y le di un golpe pude sentir la cara como chocaba contra mi puño y como el calor se centraba en el ese lugar.
Lucia se quedo inconsciente cayendo al suelo y soltando el bisturí pude ver que tenía el sitio donde le había golpeado de color rojo fuerte.
─ Ayúdame…─ dijo mi madre y enseguida me acerque a donde ella estaba me explico que es lo que debía de hacer para detener esa cosa.
En cuanto me puse al otro lado empecé a escuchar lamentos y susurros que parecían inundar mi cabeza junto con imágenes horripilantes de gente muerta y siendo torturada, mi mente estaba en shock pero no podía detenerme si no seria peor, me temblaba todo el cuerpo, incluso levantar los brazos me parecía toda una hazaña.
─ Nanatsu no yama no fūin…─ comento mi madre mientras hacia huno símbolos extraños con las manos, solamente quería que todo terminase.
Con mi mente embotada en esas imágenes y llena de susurros y lamentos baje la cabeza mientras el sudor empezaba a recorrer mi piel pude ver como del suelo empezaron a s urgir unas manos huesudas de un color blanco sucio que parecían escalar mi cuerpo.
─ Mama!...─ exclame con fuerza viendo que los huesos querían acabar con mi vida.
Podía sentir la presión de los huesos que cada vez subían mas pero en cuanto llegaron a mi abdomen pude sentir como algo se introducía dentro de el con fuerza atravesándolo, el dolor me embargo.
─ AAAHHH!!!...─ grite con fuerza por el dolor que sentía aquello era la tortura del infierno sin duda.
─ Aguanta cariño todo es una ilusión…solo un poco mas…─ dijo mi madre infundiéndome ánimos y que no pensara en lo que estaba pasando.
Cerré los ojos con fuerza aguantando todo lo que podía junto con las imágenes, sonidos y el dolor que no dejaba de incrementarse.
─ Kiete, inari no shugoshin ga meijiru…─ dijo mi madre haciendo otros símbolos con las manos y en eso pude ver como la esfera que había empezó a chillar con fuerza provocando un eco en toda la habitación y en un instante había desaparecido por completo.
Todo lo que había sentido y escuchado junto con las imágenes desaparecieron de golpe haciéndome caer al suelo de inmediato mi cuerpo ya no podía aguantar nada mas.
Mire a mí alrededor comprobando que todo estaba en calma incluso Lucia que parecía estar tranquila.
─ ¿Ha acabado todo…?...─ pregunte extrañado y confuso mientras me miraba en el cuerpo para ver si tenia alguna herida pero no había nada en mi abdomen.
Sin embargo tenía una buena cicatriz en la mano por el corte que me había provocado Lucia con el bisturí.
Tanto la cola como las orejas de mi madre habían desaparecido aunque la verdad estaba confuso por lo que le había salido.
─ ¿Y esa cola y orejas…?... ¿Lo sabe papa…?...─ pregunte una y otra vez mientras me levantaba lentamente junto con mi madre que se acercaba a Lucia para ayudarla.
─ Ya hablaremos en casa…ahora es mejor que salgamos de aquí cuanto antes…todo ha vuelto a la normalidad y no tardaran en bajar…─ dijo mi madre evitando el tema, mientras zarandeaba a Lucia para que despertara pero no pensaba en dejar que no me diera unas respuestas.
─ Lucia despierta…vamos te has desmayado…─ comento mi madre mientras le daba unos pequeños golpes en la cara, esta despertó confundida sin saber donde estaba mirando hacia todas partes.
─ ¿Qué ha pasado…?...─ ¿Dónde estoy…?...¿Como esta mi hija…?...─ pregunto Lucia varias veces mirando hacia todas partes y desorientada, mi madre le ayudo a levantarse y nos dirigimos hacia el ascensor por un momento mire hacia atrás viendo la sala que estaba en completa tranquilidad era como si nada hubiera pasado.
─ Yuki vamos…─ hablo mi madre de manera amable mientras salíamos de allí enseguida tomamos el ascensor que nos llevo a la primera planta y pude ver que todo estaba normal había gente sentadas en los bancos y las enfermeras y celadores de un lugar a otro todo había recuperado la normalidad.
Tomamos un ascensor y nos dirigimos hacia la habitación de Ángela al entrar pudimos ver que estaba sentada en la cama y parecía que estuviera normal.
Lucia se acerco a Ángela y se fundieron en un abrazo pude ver que Lucia empezaba a llorar.
─ ¿Ya ha pasado todo…?...─ pregunte casi susurrando mientras podía ver a Lucia abrazar a Ángela.
─ De momento eso parece…pero no estoy segura…─ respondió mi madre mientras intentaba ocultar el dolor que sentía de los ataques que había sufrido por Lucia.
Mi mente estaba confusa y algo alterada por las imágenes que un podía recordar y casi me parecía tener un eco en mis oídos de los susurros y lamentos que había sufrido haya abajo.
Me senté en una silla para poder descansar junto con mi madre que pude verle el dolor en el rostro.
─ Bueno parece que los análisis están bien es mejor que se quede un día mas en observación para estar seguros…─ dijo el doctor asegurando al menos que todo estaba bien pero había algo que me decía que no seria así por mucho tiempo….
FIN DEL CAPITULO 3
P.D: Bueno aqui dejo el siguiente capitulo espero que os guste a todos y muchas gracias .
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EL INSTITUTO DE LOS CAIDOS I
─ Yuki… ¿estas bien…?...─ pregunto Ángela mientras me miraba como estaba intentando recuperar el aliento aun me dolía algo la cabeza e incluso podía sentir aun aquella cosa introduciéndose en mi vientre y revolviendo en mi interior.
─ Si no te preocupes…solo esta algo cansado…lo importante es que estas bien…nos vamos a ir yendo…─ respondió mi madre excusándome mientras me tomaba del brazo y salíamos rápidamente de la habitación.
─ Pero no deberíamos de quedarnos por si acaso…─ hable algo asustado pro si aquella cosa volvía de nuevo.
─ No te preocupes de momento están a salvo…además debo de descansar algo…lo mismo que tu…─ dijo mi madre casi sonriendo mientras caminábamos hacia un ascensor por un momento mientras esperábamos a que llegara me quede mirando puesto que todo había vuelto a la normalidad pero hace unos segundos era el mismo infierno.
Bajamos por el ascensor junto con unos celadores y pacientes, al llegar abajo salimos por la puerta ya era tarde casi anocheciendo y las farolas iluminaban el lugar dando encontraste con los últimos rayos del sol que abandonaban el día.
Nos acercamos a una parada de autobús mientras que la gente iba de un lugar a otro y el trafico se intensificaba un poco por las salidas de los trabajos.
Se notaba el ambiente fresco de la noche, mientras que antes que llegar el autobús me quede mirando a mi madre extrañado.
─ ¿Ocurre algo...?...─ cuestiono mi madre extrañada mientras la miraba con interés por lo que había visto.
─ Aun tengo preguntas sobre lo que ha pasado allí dentro y lo que te ha salido en la cabeza y en la espalda…─ dije con cierta curiosidad puesto que sabia que no dejaría pasar lo que había ocurrido.
─ Ya hablaremos de eso en casa…─ hablo mi madre cerrando la conversación y por suerte el autobús había llegado en ese momento.
Subimos al autobús junto con la gente que estaba esperándolo y me senté como siempre al fondo para mirar por la ventana pero no podía apartar la mente de todo lo que había ocurrido en el hospital junto en lo que se había trasformado mi madre pero ahora mismo estaba demasiado cansada y podía verse incluso algunos cortes en su ropa.
El trayecto fue en completo silencio mientras miraba como poco a poco la ciudad cambiaba de noche día con las luces de las farolas y la densidad del tráfico.
Cuando por fin llegamos a nuestra parada andamos unas calles hasta llegar al portal que ya tenía las luces encendidas de afuera.
Entramos y subimos al piso al entrar pude ver que estaba la chaqueta de mi padre colocada en el perchero.
─ Vaya… ¿Dónde has estado…?...Dios!...¿Te encuentras bien…?...─ pregunto mi padre mientras veía los cortes en la ropa de mi madre y esta se sentaba por unos momentos para descansar.
─ Si, tranquilo solo que me he enganchado con algo nada mas…enseguida me pongo a hacer la cena…Yuki ve a bañarte…─ comento mi madre mientras se levantaba pero enseguida mi padre le puso la manos sobre los hombros haciendo que volviera a sentarse.
─ Tu descansa…ya me ocupare de la cena …Yuki ve a bañarte…─ dijo mi padre mientras se desabrochaba las mangas de la camisa y se dirigía hacia la cocina.
─ Yuki después de que salgas del baño…ve llamando a una pizzería…─ dijo mi madre sacando algo de humor mientras mi padre le miraba con cara de enfado aunque podía verse la sonrisa en su rostro.
─ Tan mal no cocino…─ hablo mi padre protestando mientras comenzaba a buscar algo por las alacenas de la cocina.
─ No para nada, solo es por si acaso…tu llama…─ dijo mi madre con lo ultimo casi susurrando mientras sonreía a mi padre que ya empezaba a cortar algo.
Con el cuerpo cansado y magullado y aun sintiendo un dolor fantasma y las imágenes que recorrían mi mente me dirigí hacia le cuarto de baño para darme una buena ducha al menos había cambiado y ya no era ese demonio.
Antes de entrar tome el pijama de mi dormitorio y seguidamente fui al baño para darme la ducha que necesitaba para poder relajarme.
Me desnude y abrí el grifo esperando que el agua se calentara en cuanto lo hizo entre en el plato de ducha y deje que el agua me refrescara y me tranquilizaba pero sabia que eso no se iría tan fácilmente, mire mi mano y solo quedaba una cicatriz en ella por el corte que me había echo Lucia.
Sin embargo al pasarme la mano por el abdomen pude sentir un dolor agudo como si me atravesara pero que poco a poco fue cediendo mire pero no había nada aunque aquello fue espantoso.
Estuve unos minutos hasta que considere que estaba algo mejor y salí del plato de ducha para secarme seguidamente me puse el pijama y fui al comedor viendo que mi madre se había levantado para ayudar a mi padre aquello parecía una familia ideal pero mi madre ocultaba un secreto a mi padre o eso pensaba, puesto que no seria muy fácil decirle a tu marido que eras otra cosa.
─ Venga vamos a cenar…─ dijo mi madre mientras traía la ensalada a la mesa en un bol de madera y se sentaba.
Sin pensarlo mucho más me acerque a la mesa y empezamos a cenar pero nada más que pude un poco de ensalada en mi boca pude sentir un sabor fuerte a vinagre que me hizo poner una cara extraña.
─ ¿Pasa algo Yuki...?...─ pregunto mi padre mientras tomaba algo de ensalada con el tenedor, entretanto intentaba disimular la cara que tenia.
─ No, nada…esta buenísimo…─ respondí para no desanimarle pero en cuanto el lo probo intento disimular el sabor pero no pudo.
─ Creo que será mejor….que haga algo…pero vamos si queréis…podemos terminar primero con la ensalada…─ comento mi madre al mismo tiempo que tragaba algo de ensalada pero el sabor le hizo poner una cara rara.
Mi padre sin mencionar nada tomo los platos juntos con el central de ensalada y lo termino tirando a la basura.
─ Si creo que es mejor que hagas algo…─ dijo mi padre mientras me tragaba el resto de lo que tenía en la boca.
Seguidamente mi madre se levanto y se acerco a la cocina para hacer algo para cenar mientras tomaba varios vasos de agua.
Pasado un rato mi madre puso varios platos con carne y ensalada pero esta vez más comible.
Sin pensar mucho cenamos tranquilos hablando de lo que habíamos echo durante le día pero claro esta sin decir sobre lo del hospital.
Una vez que hubimos terminado me dirigí hacia el cuarto y me tumbe en la cama para pensar en lo que había pasado, las imágenes que me pasaron pro la mente no quería volver a tenerlos pero no podía olvidarlos ni tampoco aquel tipo que había visto en mi mente.
Aunque aun tenia algo de miedo en el cuerpo me quede mirándome las manos por un momento que eran normales al menos de momento pero no sabría que pasaría si esas cosas volvieran a por mí de nuevo.
Me levante y apague la luz y seguidamente me metí en la cama me quede mirando la luz que entraba por la ventana pero poco a poco me fue venciendo el sueño aunque me despertaba cada cierto tiempo debido a esas imágenes del infierno que se repetían de vez en cuando en mi mente.
En una de estas ocasiones mire la hora y aun era de madrugada me levante y abrí la puerta dirigiéndome hacia la cocina pero nada mas entrar pude ver a mi madre que estaba despierta mirando a la calle por el balcón.
Me acerque para ver si estaba bien y hablar un poco sobre lo que había visto en el hospital.
─ ¿Mama, estas bien…?...─ pregunte mientras la venia mirar hacia las estrellas de forma tranquila y en completo silencio solo roto por algún coche que pasaba.
─ Te has despertado…Si, solo estaba intentando tranquilizarme un poco, por lo que ha pasado hoy…─ dijo mi madre mientras me acercaba a la cocina para tomar un vaso de agua una vez me lo hube tomado me acerque a mi madre al balcón para saciar un poco mi curiosidad.
Enseguida note el frío de la noche y el silencio de la ciudad mientras dormía al mismo tiempo podía ver el rostro de melancolía y tristeza al mismo tiempo.
─ ¿Papa sabe lo de la cola y las orejas…?...─ pregunte intentando saber si mi padre sabia algo de ella.
─ No, tu padre no tiene ni idea…el único que lo sabe eres tu y espero que siga así…─ respondió mi madre esperando que no le dijese nada.
─ No, para nada…solo quiero saber unas cosas…¿Cuánto tiempo lleva el sin saberlo…?...¿y que se supone que eres…?...─ pregunte un par de veces mientras escuchaba atento las respuestas.
─ No, tu padre no tiene ni idea solo sabe de una chica que encontró en un templo y que al mirarnos sencillamente nos enamoramos…lo que no sabe es que esa chica es una kitsune un espíritu de un zorro que era parte de ese templo…empezamos a vernos cada día mas y a conocernos y el me pidió que me casara con el y al tenerte tuve que dejar el templo…─ dijo mi madre resumiéndome lo que era y como había conocido a mi padre y que la tenerme tenia que haber abandonado su templo.
─ ¿Echas de menos tu templo…?...─ pregunte con cierta tristeza en mi voz puesto que se había ido por que había nacido.
─ Si, claro que lo echo de menos…pero no me arrepiento por haberte tenido…eres lo que mas amo…─ dijo mi madre y en ese momento me abrazo sentí como si una ola de calor amable y de mucho amor me envolvía hacinado que esas imágenes que tenia en mente desaparecieran por completo.
─ Venga es mejor que vayas a dormir mañana tienes que ir a clase…─ dijo mi madre después de pasar unos segundos abrazados.
─ ¿Crees que es seguro que vaya…?...después de lo que ha pasado en el hospital…─ dije pensando en que podría volver a suceder nuevamente.
─ No creo que pase nada…después de lo que hicimos en el hospital o eso espero si sucede algo ya sabes me llamas…─ dijo mi madre sonriéndome intentando apartar de mi mente la preocupación.
Después de eso fui hacia mi habitación para volver a dormir y pasar la noche, el resto fue tranquilo y casi parecía que me había quedado dormido cuando escuche como alguien abría la persiana.
─ Venga arriba dormilón que hoy no viene Ángela y casi es la hora…─ pronuncio mi madre mientras escuchaba como se abría la persiana e intentaba acostumbrar mis ojos a la luz que entraba por la ventana.
─ No quiero…─ proteste mientras me volvía a tapar con la manta en mi protesta.
─ De eso nada, ya puedes ir levantándote…─ dijo mi madre mientras tiraba de la manta y me dejaba al descubierto encogiéndome por el frío que había.
─ Muy bien ya voy…─ dije pensando que no me dejaría en paz hasta que me levantase, abrí el armario y saque unos pantalones vaqueros y un jersey liso de color negro junto con unas zapatillas de deporte y una chaqueta vaquera.
Una vez me hube vestido me dirigí hacia le cuarto baño y me encontré con mi padre que estaba afeitándose.
─ Tienes una cara de sueño de impresión…─ dijo mi padre mientras terminaba de afeitarse y se ponía una loción para después del afeitado.
En cuanto salio me eche un poco de agua en la cara para despejarme, enseguida sentí el frío del agua en mi piel en cuanto me pase la toalla por la cara me quede mirándome la espejo y pensando en el día que me tocaba y encima Ángela no estaba.
─ Yuki…date prisa…que llegaras tarde…─ dijo mi madre mientras ponía tostadas y café encima de la mesa.
Mi padre ya estaba tomándose su taza cotidiana y tomando algunas tostadas mientras me dirigía hacia el dormitorio para tomar los libros que se suponía que me tocaban.
Al salir me senté en la mesa y tome unas tostadas mientras olía el aroma del café y mi padre hablaba con mi madre de cosas cotidianas y de que llegaría algo tarde.
─ Muy bien me voy…Yuki date prisa que perderás el autobús…─ dijo mi padre al levantarse se dirigió hacia mi madre dándole un beso y tomando su chaqueta y su maletín salio pro la puerta rápidamente.
─ Venga que no tienes tiempo…─ dijo mi madre recogiendo algunos platos y poniéndolos en el fregadero antes de salir me dio algo de dinero para después.
─ Pero es que podría pasar lo mismo…─ dije quejándome mientras tomaba el dinero y miraba a mi madre con cara de tristeza.
─ Si pasa algo ya sabes me llamas…no pienso dejarte que pierdas clases y como te he dicho no creo que pase nada…─ dijo mi madre volviéndome a refutar lo que había dicho.
─ Pero…─ dije pero sin llegar a terminar la frase mi madre me miro de forma seria haciéndome tener escalofríos por toda la espalda.
─ De pero nada…venga para clase…─ hablo mi madre de forma directa y casi agresiva mientras me miraba fijamente…..
FIN DEL CAPITULO 4
P.D: Bueno aqui dejo el siguiente capitulo perdon por el retraso pero tuve algunos problemas espero que os guste a todos y muchas gracias .
Inició el tema
Mazoku
630
3.588 ATC
EL INSTITUTO DE LOS CAIDOS II
Me quede por unos instantes mirándole a los ojos pero me surgió una escalofrío que me recorrió el cuerpo y me puso la piel de gallina solamente me acerque al ascensor para llamarlo en cuanto vino entre.
Al bajar unas personas entraban en el edificio a toda prisa preferí no darle importancia, la limpiadora estaba con la entrada mientras que salía.
En el exterior note la diferencia de temperatura que hacia algo de frío y la ciudad ya estaba iluminada dejando atrás la noche y su oscuridad.
Avance por las calles con el sonido de trafico y de las personas que iban de un lugar a otro, ande hacia la parada del autobús solo cosa que me extrañaba puesto que casi siempre había estado Ángela a mi lado.
Al llegar me senté y me pase la mano pro los brazos intentando quitarme el frío de encima en la parada había un par de personas mas esperándolo.
Abrí los libros y empecé a repasar esperando que no sucediera nada y todo fuera normal por suerte Ángela no estaría.
Al llegar el autobús me puse al fondo como siempre para estar tranquilo pero aunque lo intentase no se me quitaba de la mente lo que había pasado en el hospital pero podía respirar tranquilo puesto que Ángela se encontraba bien al menos de momento.
Repase los temas que se suponía que tenia puesto que andaba algo confuso no había podido dar una clase completa pero por suerte los profesores ya pasaban de mí.
Al llegar a la parada descendí del autobús y ande por le parque absorto en el libro para poder repasar algo al llegar a la entrada el instituto solamente respire profundamente para hacerme la idea del cambio de nuevo.
Veía como los chicos iban de un lugar a otro hablando entre ellos y demás absortos de lo que pasaba.
Ande los pocos pasos que me separaba del edificio y nada más entrar note esta vez como mi cuerpo cambiaba por completo y las chicas que me ignoraban enseguida pusieron sus ojos sobre mí.
Mire mis manos por unos momentos viendo el color rojo suave que había cambiado la piel.
Sintiendo los ojos de las chicas encima y el odio de los chicos preferí ir al cuarto de baño y quedarme allí hasta que sonara la alarma de entrada.
Ande rápidamente por los pasillos mirando al suelo y esperando no chocarme con nadie ni que nadie quisiera buscar una bronca.
Al llegar la cuarto de baño entre rápidamente, el lugar era amplio y había varios lavamanos en la pared de la izquierda con un gran espejo en la pared al otro lado unos cubículos.
Mire por debajo para comprobar que no hubiera nadie y estuviera solo, por unos momentos mire al espejo viendo el rostro de ese demonio o ser o lo que fuera.
Maldiciéndolo en mi mente una y otra vez mientras me enfadaba por lo que estaba pasándome.
─ ¿Qué es lo que quieres de mi…?...─ pregunte con tono de enfado mientras me miraba la cara, por un momento pensé incluso que sonrió de manera diabólica me toque el rostro pensando que había sido yo pero estaba casi convencido de que no había sido.
Las luces empezaron a parpadear un par de veces ligeramente aunque no le presté mucha atención ya que lo hacían a veces pero el espejo de pronto pareció ser liquido me acerqué un poco para comprobarlo pero en cuanto lo unas manos de color rojo atenazaron mi cuello.
Puse sentir la fuerza que lo apretaba enseguida puse mis manos sobre las suyas viendo como al retroceder unos pasos pude ver como mi reflejo salía de este apretándomelo mientras me sonreía de forma diabólica y su mirada se clavaba en mi alma casi paralizándome del miedo.
Forcejee con mi propio reflejo por unos segundos mientras que su agarre aumentaba de fuerza un poco mas en eso caí al suelo con ella encima de mí mientras se reía.
─ Pronto serás mío!…─ exclamo el demonio mientras apretaba mi cuello con fuerza al mismo tiempo que forcejeaba en eso pude lanzar un golpe que solo golpeo al aire haciendo que ese ser desapareciese y me viese en el suelo sin nadie.
En seguida me levante y me acerque al espejo que estaba normal acerqué mi mano temblorosa con miedo y toque el cristal sin ningún resultado.
Aun estaba temblando pensé enseguida que estaba obsesionado con l oque pasaba y que mi mente me había echo una mala pasada.
Me quede por unos segundos mirando mi reflejo pero desde cierta distancia no se si era mi mente o mi imaginación pero pude ver como una especie de neblina de color negro se deslizaba por debajo de la puerta como si estuviera huyendo del lugar.
En seguida escuche la sirena que daba el inicio a las clases pero antes de que fuera a salir entro una chica y cerro la puerta apoyándose contra la puerta.
La chica era de estatura media con un precioso pelo de color negro que tenia tirabuzones, sus rasgos eran suaves y lago redondeados aunque sus pechos fue en lo que se me fue la mirada puesto que sus pezones se marcaban en el jersey que llevaba y enseguida supe que no llevaba sujetador, mientras que su pantalón vaquero se ajustaba a su cuerpo como un segundo guante.
Sus ojos se fijaron en los míos pero enseguida empezaron a descender hasta mi sexo en eso pude ver como su lengua repasaba sus labios con lujuria.
Aquella mirada incluso me dio miedo pero era distinto al que me provocaba mi madre cuando me miraba de la misma forma.
─ ¿Ocurre algo…?...─ pregunté extrañado pero con esa mirada sabia que es lo que pensaba.
Sin mencionar ni una palabra giro el cerrojo de la puerta y se me acerco rápidamente empujándome contra la pared su boca enseguida se junto con la mía y empezó a besarme con pasión mientras que su lengua se introdujo en mi boca y comenzó a moverla con fruición mientras la mía intentaba seguirle el ritmo.
Aquello parecía una batalla de nuestros cuerpos que poco a poco empezaba a sentir como a temperatura subía en el mío y el sexo empezaba a despertarse mientras notaba como me apretaba el pantalón haciéndome incluso algo de daño.
Mi mente reacciono y enseguida le puse las manos en los hombros y la retire un poco mientras un hilo de saliva plateada nos unía y enseguida se deshizo mientras recuperaba el aliento poco a poco.
─ Espera un poco…esto no esta bien…no podemos…─ dije de forma entrecortada mientras mi mente intentaba reaccionar a lo que estaba pasando pero ni corta ni perezosa no pude ni terminar la frase su mano apretó con fuerza mi sexo aquello me dejo casi sin habla mientras esta empezaba a masajearlo con pasión notando como su mano se deslizaba por este.
El placer me golpeaba ola tras ola sin saber que decir solo sentía el calor subir por mi cuerpo y como mi sexo golpeaba intentando liberarse de su prisión de tela.
─ Parece que tu amigo quiere salir…dejémosle algo de libertad…─ dijo la chica mientras buscaba con sus dedos la cremallera en cuanto la hubo encontrado empezó a bajarla lentamente sin prisa y después de eso desabrocho el botón con inusitada maña.
Cuando por fin estuvo fuera los ojos de la chica se fijaron de inmediato en este quedándose con un rostro de sorpresa mientras descendía lentamente arrodillándose.
─ Wooow…la otra chica me lo había dicho pero no me lo esperaba verlo…─ dijo la chica mientras no apartaba la mirada de este.
Intente despejar mi mente de lo que estaba pensando y centrarme en salir de allí puesto que no era plan de seguir con lo que estaba haciendo.
─ Bueno es mejor…que lo dejemos…─ dije con tono de razón para parar lo que estaba pasando.
Pero antes de que pudiera reaccionar rápidamente la chica engullo mi sexo en su boca pude sentir el calor que me invadía y la humedad de su boca que abrazaba mi sexo con ternura.
Aquello me dejo consternado y enseguida mis pezones se pusieron duros como piedras doliéndome solo con el roce de la propia ropa.
Esta elevo la mirada con mi sexo en la boca con una mirada de inocencia y picardía mezcladas.
Baje la mirada y no sabia que hacer esta enseguida empezó a moverse cabeza engullendo más aun mi sexo que podía sentir como se deslizaba en su boca llenándola de saliva y notando el calor que lo envolvía.
─ Joder!...─ exclame mientras sentía como se deslizaba una y otra vez, puse mi mano en su cabeza para intentar apartarla pero en cuanto llegaba a cierta distancia esta forzaba su cabeza para que entrara de nuevo en su boca, aunque no podía tragárselo entero.
En ese momento no se lo que me paso fue como si el espíritu que estaba en mi cuerpo tomo del pelo a la chica y la atrajo hasta que su boca tocara mi abdomen pude ver el rostro de la chica como intentaba respirar y el bulto que se formaba en su garganta.
Así estuve unos segundos sintiendo como atravesaba su garganta y sentía lo mas profundo de su garganta y empecé a aflojar un poco mi presa mientras esta podía volver a respirar pero sin soltarla comencé a mover mis caderas una y otra vez de la misma forma viendo como el bulto se formaba en su garganta una y otra vez y como mi sexo salía de su boca completamente húmedo y brillante mientras que la saliva resbalaba por el mismo.
Sus rostro me indicaba que estaba casi al limite de quedarse inconsciente pero aun así no me detuve, cada vez que la sacaba la chica aprovechaba para tomar algo de aire, empecé a acelerar el movimiento de mis caderas cada vez mas rápido embistiendo en su boca sintiendo como la lengua tenia que apartarse para dejar mas espacio.
Puse sentir como estaba a punto y que no quedaba mucho, de pronto sentí como el esperma invadía su boca y sus carrillos empezaban a llenarse llegados a un punto empezó a tragar pero en ese momento solo pude atraer su cabeza hacia mi cuerpo viendo como se producía el bulto en su garganta mientras descargaba directamente en su estomago que poco a poco comenzó a hincharse por la cantidad mientras que mis gemidos intenté apagarlos.
Pude escuchar los gemidos apagados de la pobre chica que intentaba respirar como podía mientras que pude ver que poco a poco empezó a formarse un charco debajo de ella al parecer ella también había llegado al orgasmo.
Su estomago siguió hinchándose por unos segundos cuando por fin note que mi sexo dejaba de soltar semen empecé a sacarla lentamente mientras que su lengua volvía a su lugar de nuevo.
Nada mas que estuvo fuera mi sexo pude ver que el semen resbalaba por le mismo y se mezclaba con la saliva cayendo restos al suelo.
En ese momento recupere la conciencia en cierto modo y me quede mirando la expresión de placer de la chica en su rostro incluso sin haber echo nada.
Mientras que la pobre chica se relamía después de la descarga que había tenido en su boca.
No sabia que hacer me sentía culpable después de lo que había pasado pero esta se levanto y ando un poco.
─ Lo siento de verdad…no se lo que me ha pasado…─ dije intentando explicarle que no había sido yo y lo que sucedió no debió de haber pasado.
─ Quiero…mas…─ hablo la chica de manera entrecortada mientras me miraba con lujuria en sus ojos y brillándoles.
No sabia que hacer estaba como acorralado sin saber a donde ir pero la chica empezó a desnudarse todo lo rápido que podía y cuando se quedo en solo ropa interior fue como si mi cuerpo reaccionara de inmediato me acerque a esta y la toma en brazos elevándola sintiendo su peso y como su abdomen hinchado se juntaba a mi cuerpo junto con sus pechos que rozaban los míos sintiendo algo de dolor con los pezones que se rozaban.
Mi sexo estaba en la entrada del suyo podía notar como sus flujos se resbalaban por el mío notando su calor y como me miraba con ojos golosos.
De un impulso eleve al achica y en su caída hice que se lavara todo mi sexo en su interior hasta lo mas profundo incluso note una cierta resistencia que enseguida venció la tome por debajo de las rodillas y escuche un pequeño grito después de su caída mientras que sentía la calidez de su sexo y la humedad como envolvían al mío.
Se me quedo mirando por unos segundos que enseguida se pusieron en blanco mientras que emitía pequeños gemidos de placer en esa situación no pude resistirme y empecé a moverme dándome pequeños impulsos mientras que mi sexo entraba y salía de ella todo lo que podía.
A cada movimiento de su sexo salían chorros de flujos que me mojaban las piernas sintiendo su calor mezclándose con el mío mientras que nuestros pezones se rozaban haciendo un contraste increíble entre dolor y placer.
Sentía como su abdomen se bamboleaba mientras que mi sexo inundaba su interior con toda la fuerza que era posible me abrace a ella impidiendo que se moviera mientras seguía embistiéndola una y otra vez parecía incluso que estaba casi inconsciente y era solo una muñeca en mis brazos.
Así estuve unos minutos sin parar el ritmo mientras seguía una y otra vez sin descanso cuando por fin note como mi sexo se agrandaba un poco mas y su sexo se contraía de manera inconsciente y un flujo de semen empezó a inundarla nuestros gritos se mezclaron en ese lugar.
Fue increíble mientras notaba como su abdomen se hinchaba mas estaba casi al limite incluso parecía que fuera a vomitarlo.
La abrace con fuerza mientras mi sexo seguía soltando semen sin parar cuando ya no pude abrazarla mas no pude más que caer al suelo y mi sexo salía de ella de golpe haciendo que el suyo empezara a soltar chorros de semen mezclados con sus flujos dejando charcos por el suelo.
Respiraba de manera entrecortada mientras miraba a la chica en el suelo con los ojos en blanco con la lengua fuera de su boca mientras jadeaba con fuerza intentando mantenerse consciente.
─ Otra vez no…joder!...─ exclame mientras la veía tumbada en el suelo con el abdomen hinchado como si estuviera preñada mientras que su sexo no dejaba de soltar semen a chorros intermitentes.
Me acerque a ella y la tome de los brazos y como pude moví el cuerpo que estaba bastante pesado pro la acumulación y la lleve a un cubículo junto con su ropa para dejarla sentada sobre el lavabo.
Cerré la puerta y me acerque hacia el baño para echarme algo de agua en la cara y arreglarme un poco mientras mi sexo comenzaba a bajar lentamente y en cuanto pude lo introduje dentro del pantalón intentando hacer que no se notara pero aquello era muy complicado puesto que como lo pusiera siempre se notaba un buen bulto.
─ Bueno…cálmate…tengo que ir a clase…─ dije mientras miraba al espejo con cierto miedo esperando que no volviera a suceder nada.
Salí del cuarto de baño en dirección hacia la clase esperando que ninguna de las chicas volviera a saltarme encima, pero aun así notaba sus miradas clavadas encima de mí y como los chicos me odiaban.
Al llegar a clase entre no había muchos alumnos, me senté donde siempre para mirar por la ventana y relajarme un poco pero no duro mucho mi relajación puesto que casi al momento se sentaron un par de chicas a mi alrededor.
No pude más que bajar un poco la cabeza y suspirar esperando que sonara la sirena rápidamente y comenzara las clases.
─ ¿Quieres salir después de clase…?...─ pregunto una de las chicas con tono de interés mientras notaba como me miraba de forma lujuriosa incluso los ojos le brillaban con fuerza.
─ No se…─ respondí dudando para no generarle esperanzas pero enseguida la otra me pregunto otra vez.
─ ¿Sabes donde esta Ángela…?...─ cuestiono la chica con curiosidad puesto que siempre venia conmigo.
─ Se sentía mal se ha quedado en casa…─ respondí de manera escueta puesto que no podía contarle la verdad y tampoco se lo creería.
Al menos no habían empezado a toquetearme por debajo de la mesa y estaba algo mas tranquilo.
Pero aquello no duro mucho de pronto el ambiente se enrareció en cierto sentido note algo extraño que parecía rodearme, levante la cabeza y pude ver al novio de la otra chica con dos de sus amigos mirándome.
No pude más que tragar saliva mientras le miraba fijamente, no sabia lo que iba a hacer ni como reaccionaria.
─ Ya estoy harto de ti…Nos vemos después de clase afuera…─ dijo el chico aquello me dejo un poco confuso puesto que nunca me había peleado pero en cuanto termino de decirme aquello su novia se acerco.
─ ¿Se puede saber que estas haciendo…?...─ pregunto la novia mientras me miraba y me guiñaba un ojo con complicidad.
─ Estoy harta de la tía esta…te tiene comido el coco y ya me he cansado…elige, ¿o ella o yo…?...─ cuestiono el chico dándole un ultimátum a la chica en ese momento hubo un silencio que duro un par de segundos y enseguida me miro.
─ Ella…pero tu eres imbecil, te vas a pelear con una chica…─ respondió la chica insultándole aunque la verdad era un chico pero con el aspecto que tenia hasta a mi me resultaba extraño lo que le había respondido.
─ Eres un maltratados y un abuson…─ hablo una de las chicas mientras se levantaba plantándole cara.
─ Tu mejor cállate…ya sabes…no faltes…─ dijo el chico mientras miraba de manera despreciativa al a chica que le había plantado cara y después a su novia.
─ Genial…─ dije de manera sarcástica mientras pensaba en donde me había metido pero enseguida su novia se me acerco y me puso la mano pro encima del hombro.
─ No te preocupes…es solo boca, al final ni siquiera estará tu tranquila…─ dijo la chica mientras me miraba de forma tierna y me miraba con ojos que me daban tranquilidad.
─ Deberías de haberle escogido a el…─ comente pensando que había cometido un error pero antes siquiera que pudiera decir algo sonó la sirena y esta se sentó al lado.
El profesor entro y empezó a pasar lista la llegar a mi se me quedo mirando confuso por un momento y después continuo la clase.
Todo iba normal y eso pensaba al menos ninguna de ellas se me había acercado y a meterme mano por debajo de la mesa.
Aunque estaba bien pero estaba algo intranquilo mientras tendía a la lección pude ver de reojo como si una especie de niebla muy ligera de color negro entrase en la clase por debajo de la puerta muy lentamente.
Cuando gire la cabeza para comprobarlo no observe que hubiese nada pensé que había sido mi imaginación de alguna forma.
Seguí atendiendo la clase pero me sentía cada vez mas incomodo incluso las explicaciones del profesor me parecía que estaban siendo dichas en cámara lenta.
Moví la cabeza varias veces para despejarme pensando que estaba medio dormido pero la chica de lado se me quedo mirando confusa.
Me parecía que su rostro estaba descolgándose lentamente, aquello hizo que me diera un pequeño susto girando varias veces más para despejarme.
─ ¿Te encuentras bien…?...─ cuestiono la chica con un tono que parecía lento y decaído, al que me produjo un escalofrío por la espalda.
─ Si, no , no lo se…─ respondí mientras intentaba despejarme de alguna forma en eso levante la mano pidiendo para poder ir al baño.
El profesor enseguida me dijo que saliera no pude mas que levantarme rápidamente y en cuanto abandone la clase respire profundamente como si recuperara el aliento.
Cerré los ojos por un momento para poder concentrarme pero en cuanto los abrí y mire a los pasillos desiertos y silenciosos fue como si me mareara pude ver que parecía que el sitio estaba reflejado en un espejo y se movía ligeramente.
─ No, otra vez no…─ dije pensando que de nuevo había vuelto el espíritu o que el propio edificio me estaba atacando de alguna forma extraña.
La cabeza se me iba de un sitio a otro no podía concentrarme y me sentía mareado, notaba como el sudor me resbalaba por la frente, me mire las manos y parecía como si se movieran ligeramente y estuvieran debajo del agua.
La mente se me fue por un momento y caí al suelo no se el tiempo que estuve inconsciente pero en cuanto abrí los ojos todo parecía normal sin embargo el silencio que lo envolvía todo era como si estuviera en un cementerio.
Mire a ambos lados del pasillo y en cuanto baje la cabeza por un momento me di cuenta que había una neblina de color oscuro que parecía que me estuviera persiguiendo.
Pase la mano pro esta y la note fría e incluso llego a darme miedo, me di la vuelta y mire por la ventana la clase pude ver que había personas pero parecían translucidas.
Abrí la puerta y en cuanto lo hice pude ver sombras que enseguida giraron sus cabezas y me sonrieron aquello hizo que tragara saliva de golpe, me quede paralizado por unos momentos.
Mire a la pizarra y pude ver que había escrito la palabra “TRAIDOR”, aquello hizo que cerrara la puerta de golpe y empezara a caminar por el pasillo mirando hacia todas partes esperando que aquello solo fuera cosa de mi imaginación y que todo no hubiera vuelto.
Pero mientras llegaba a la entrada principal pude ver al chico con el que tenia una pelea después de clases estaba de pie mirándome con ojos de odio mientras que en su mano sostenía un bolígrafo.
─ ¿Qué haces aquí…?...─ pregunte con cierto tono de miedo mientras le miraba como apretaba el bolígrafo entre sus dedos.
El chico no menciono ni una palabra solamente me sonrió de forma malévola y miró el bolígrafo enseguida lo subió y de un movimiento rápido lo clavo en su cuello.
Eso me dejo de piedra sin saber que hacer y del mismo modo lo saco viendo como un chorro de sangre salía de su cuello manchando el suelo al mismo tiempo que él caía al suelo.
─ Joder!...esto no es real…no puede serlo es solo una ilusión…─ dije con cierta desesperación en mi voz mientras daba unos pasos hacia el cuerpo del chico que estaba dando pequeños estertores mientras la sangre salía de cuello.
Una vez a su lado me arrodille viendo su cuerpo con cierto miedo puse mi mano en su cuello notando el calor de la sangre que resbalaba en mis dedos.
─ No esto no puede ser…─ dije mientras tapaba la herida pero todo era ya inútil puesto que el cuerpo del chico estaba muerto.
Estuve unos momentos con las manos en su herida pero viendo que no servia de nada las retire y me quede mirándolas la sangre incluso parecía que se confundía con el color de mi piel.
En ese momento de sorpresa el chico se levanto y me tomo del cuello mirándome con ojos de miedo fijamente.
Eso hizo que al momento me estremeciera y un escalofrío me recorriera el cuerpo no sabia que hacer solamente tome sus muñecas para intentar que me soltase.
─ Es tu culpa…tu nos traicionaste…y vendrás con nosotros al infierno…─ dijo el chico mientras me miraba fijamente con una mirada que parecía traspasar mi alma.
Con un movimiento pude soltarme y en ese momento fue como si mi cuerpo reaccionase de alguna forma.
─ Ja, ja, ja, ja…─ rió el chico con una voz que parecía salir del infierno mientras que su cuerpo empezó a desmoronarse en ceniza hasta que solo quedo un momento en el suelo mientras que su risa hacia eco en el lugar.
─ No puede ser esto es solo una ilusión…─ dije intentando recuperarme de lo que había pasado pero pensé que seria bastante difícil olvidarlo.
Seguidamente me acerqué a la puerta de entrada y empecé a moverla pero esta no se abrió ni cedió, parecía que estuviera atrancada de alguna forma.
─ Tengo que llamarla…─ dije mientras rebuscaba en mis bolsillos de forma temblorosa el teléfono.
Cuando lo tuve empecé a marcar el numero para llamar a mi madre pero encunado dio un par de veces la señal una voz extraña y profunda que parecía distorsionarse con el tiempo apareció.
─ Nadie puede ayudarte…Ja, ja, ja…─ respondió una voz por el teléfono que enseguida solté mientras escuchaba la sonrisa malévola.
─ Joder!...Tengo que salir de aquí cuanto antes…─ dije mientras miraba hacia todas partes el ambiente era extraño incluso parecía que alguien me estuviera observando.
Así que me dirigí hacia el patio para al menos estar en un sitio abierto y esperar que pudiera salir saltando el muro que rodeaba al edificio.
Abrí las puertas dobles y salí al patio respirando profundamente para intentar recuperarme un poco y poder centrarme pero había un silencio intenso ni siquiera los pájaros se escuchaban y el cielo estaba completamente negro.
Me acerque al muro e intente pegar un salto pero al llegar cerca del muro algo me impulso hacia abajo haciéndome caer.
─ ¿Pero que…?...─ cuestione mientras miraba hacia arriba, así que volví a intentarlo pero de nuevo algo me atrajo hacia abajo sin poder conseguirlo.
─ Genial, esto es fantástico…─ dije sin poder hacer nada, al menos estaba tranquilo en el patio.
Mire al edificio que incluso me parecía atemorizante mientras veía que todo parecía estar normal.
Aunque sabia que no podría estar ahí durante mucho tiempo, entonces pude ver como aquella niebla de color negro se filtraba por debajo de las puertas y poco a poco avanzaba por todo el patio.
No sabia que hacer aquello pareciera que estuviera persiguiéndome de alguna forma extraña.
De pronto mire hacia una de las ventanas del edificio y pude ver una sombra que se movía por el pasillo, lo extraño es que me parecía que era Ángela pero eso era imposible puesto que estaba en el hospital.
─ Eso es imposible…─ dije mientras miraba como Ángela corría por el pasillo, no podía dejarla sola de nuevo podría terminar poseída.
Corrí hacia las puertas dobles y las abrí de golpe empecé a subir por la escalera y mire por todos los pasillos para ver si la encontraba pero no estaba pro ningún sitio.
─ Ángela… ¿Dónde estas…?...─ pregunte mientras recorría los pasillos con el miedo en el cuerpo mientras veía como las luces parpadeaban ligeramente y podía ver a la niebla oscura que recorría el edificio.
─ Yuki…socorro…ayúdame por favor…─ respondió Ángela su voz provenía de uno de los pasillos que estaba mi espalda así que me di la vuelta y Corp. hacia esa parte del edificio.
Pero la llegar no pude ver a nadie el sitio estaba vacío de repente note como si alguien corriera detrás de mi.
─ ¿Ángela…?...─ cuestione mientras escuchaba los pasos que se aceleraban por el pasillo.
Corp. hacia donde los había escuchado pero no vi a nadie al girar la cabeza pude ver una figura que me pareció que era Ángela entrar en otro pasillo.
─ Esto es ridículo…Ángela!...─ exclame llamándola mientras corrí hacia donde la había visto.
Entre en el pasillo y empecé a mirar por las ventanas de las aulas pero no había nadie el sitio estabas en completo silencio.
Cuando llegue al final del pasillo pude ver que era Ángela que llevaba la bata del hospital y estaba mirando hacia la pared.
─ Socorro Yuki!...ayúdame…─ dijo Ángela mientras parecía que estuviera sollozando, me acerque a esta andando lentamente.
Al estar a su lado puse lentamente la mano sobre su hombro pero algo me estaba diciendo que estaba cometiendo un error pero preferí ignorarlo.
Le di la vuelta para verle el rostro y pude ver que era Ángela que estaba llorando desconsoladamente enseguida se me lanzo para abrazarme.
─ ¿Qué esta pasando…?...por favor ayúdame…─ dijo Ángela mientras me abrazaba no pude mas que abrazarla con fuerza para hacerla sentirse segura pero enseguida empecé a notar que su fuerza aumentaba y casi no podía moverme.
─ Ángela me estas haciendo daño…suéltame por favor…─ dije mientras intentaba forcejear para poder soltarme pero en ese momento.
Pude ver su rostro que estaba deformado la carne parecía colgar de su rostro no tenia ojos pero de sus cuencas salía un liquido negro que resbalaba por sus mejillas
Forcejee con ella pero no podía casi moverme por la fuerza que tenia en un momento me tiro la suelo y puso sus manos sobre mi cuello apretando con fuerza.
El aire se escapaba de mis pulmones casi no podía respirar y poco a poco se me fueron cerrando los ojos pensé que seria mi final.
Mentalmente me despedí de mis padres y de Ángela mientras notaba como poco a poco la garganta iba cediendo….
FIN DEL CAPITULO 1
P.D: Bueno aqui dejo el siguiente capitulo espero que os guste a todos y muchas gracias .
Inició el tema
Mazoku
630
3.588 ATC
POR LOS PELOS
La vida se me escapaba poco a poco mientras que el oxigeno dejaba de entrar en los pulmones por un segundo perdí el conocimiento hasta que sentí como el ente que estaba encima mía se disolvía en ceniza cayéndome por el cuerpo.
─ Cof…cof…que asco…─ dije mientras el aire entraba en mis pulmones y me quitaba la ceniza que me había caído en la boca.
Mientras abría los ojos quitándome lo que tenia encima pude ver de reojo una mano que enseguida tome al levantarme pude ver que era mi madre que había venido solo pude respirar aliviado mientras la veía con el uniforme y el báculo en la mano.
─ Cariño… ¿Estas bien…?...─ pregunto mi madre mientras me ayudaba a limpiarme la ceniza que me había caído en el cuerpo.
─ Mama!...─ exclame mientras la abrazaba fuertemente casi llorando por lo menos la llamada que había echo había llegado.
Pero nada mas abrazarla sentí una descarga eléctrica que recorrió mi cuerpo haciendo que la soltara de inmediato.
─ ¿Qué ha sido eso…?...─ pregunte extrañado mientras me separaba rápidamente de ella y veía como el amuleto que llevaba consigo brillaba levemente con un color azul pálido.
─ Lo siento cariño es el amuleto que llevo conmigo…─ dijo mi madre mientras se guardaba el amuleto en el interior del traje.
─ Tenemos que desterrar al espíritu de este sitio…si no seguirá acosándote…─ dijo mi madre mientras miraba hacia todas partes como si buscara algo y enseguida saco la brújula de Chi y esta empezó a reaccionar.
─ ¿Estas segura que podrás hacerlo…?...─ pregunte con cierto miedo en mi voz puesto que la ultima vez tuvimos que huir.
─ Esta vez vengo preparada…pero me vas a tener que ayudar…─ dijo mi madre mientras avanzábamos por el lugar en dirección hacia la sala de actos parecía que el lugar era el centro de todo.
Mientras caminábamos el silencio nos envolvía y la niebla oscura parecía seguirnos acierta distancia, escuchaba susurros que provenían de todo el sitio y algunos sonidos extraños que venían de dentro de las clases.
Una de ellas se abrió lentamente y pude ver una sombra que pasaba de un lugar a otro me acerque lentamente mientras mi madre continuaba caminando.
─ ¿Hay alguien…?...─ pregunte mientras abría la puerta lentamente, las luces estaban apagadas y podía ver varias sombras que se movían al fondo incluso me pareció escuchar llantos de alguien.
─ Socorro…Ayúdame…─ dijo una voz con tono de desesperación me acerque a uno de los rincones de la habitación esperando encontrarme a alguien.
Pero cuando estaba por el centro los pupitres se apartaron de golpe acumulándose contra las paredes y la puerta, no sabia que hacer estaba asustado.
Cuando fui hacia la puerta note que algo me estaba agarrando de los pies al mirar pude ver que eran manos esqueléticas que salían del suelo las paredes empezaron a tornarse negras y con manchas oscuras mientras que la luz parecía provenir de antorchas que había en las paredes.
─ Suéltame…─ dije mientras tocaba las manos esqueléticas notando los huesos pero no había forma.
La rabia se apoderaba de mi lentamente incluso cerré le puño mientras notaba como algo caliente se acumulaba en ellos pero antes de que pudiera dar un solo golpe algo me retuvo.
Al alzar la mirada pude ver que eran cadenas de color negras llenas de símbolos extraños y que no podía hacer nada, acerque mi mano para liberarme pero nuevamente otra cadenas más me detuvo.
Las piernas tiraron de mí arrodillándome en el suelo, pude ver como algunas cosas del lugar cambiaban en diferentes aparatos de tortura que nunca había visto.
Los gritos se alzaban en el sitio se escuchaba latigazos incluso crujir de huesos que parecían llenar el lugar.
Me moví lo que pude pero no había forma de moverme estaba casi completamente paralizado.
De repente el ruido del lugar ceso y eso hizo que me pusiera más nervioso tragando saliva.
Mire hacia todas partes pero no veía a nadie, solo escuchaba unos pasos que provenían detrás de mi.
─ ¿Quién esta ahí…?...─ pregunte con miedo mientras escuchaba los pasos de pronto no te como algo me amordazaba sentí como me tapaban la boca.
─ Mmmm…mmmm…─ intente decir algo pero era imposible no podía decir nada estaba amordazado.
─ Esta vez no podrás escapar…sufrirás por todos los que hiciste el pacto… ¿dime tu nombre…?...─ dijo la voz con profundidad y autoridad mientras escuchaba como los pasos se movían detrás de mi.
─ Mmmm…mmm…─ dije intentando responder pero no podía puesto que estaba amordazado pero enseguida lo que tenia en la boca cayo al suelo.
─ Me llamo Yuki…por favor suéltame…te estas confundiendo de persona, demonio o lo que sea…─ dije intentando hacer que me creyera y me soltara pero algo me decía que no seria así.
─ Mira bien a esas pobres almas que prometiste ayudar y a cambio ofrecieron su alma…─ dijo la voz masculina y enseguida me puso la mano en la cabeza elevándomela mientras veía los artefactos de tortura y las personas que estaban en ellos gritando de dolor.
─ Yo no tengo nada que ver…no soy quien estas buscando…suéltame…─ hable intentando hacerle entrar en razón pero enseguida pensé que por mucho que dijera no serviría de nada.
Pero a los pocos segundos de que soltara la cabeza note en la espalda un arañazo que me hizo gritar con todas mis fuerzas, seguidamente escuche el restallar de un látigo.
─ ¿Cuál es tu nombre demonio…?...─ pregunto el hombre con tono de ira y en ese momento escuche como una botella se abría y el gotear de liquido.
Enseguida el látigo volvió a golpear mi piel pero esta vez el dolor fue mucho mas intenso parecía que me habían quemado no pude aguantar y solamente gritar de dolor.
─ Me llamo Yuki…ese es mi nombre se lo juro…─ dije mientras el dolor recorría mi espalda intente moverme pero no había forma de escapar.
─ ¿Cuál es tu nombre…?...─ volvió a preguntar de nuevo y enseguida el látigo volvió a golpear mi espalda haciéndome que gritara de dolor y que casi me desmayara mientras parecía que la piel me quemaba.
─ Es…Yuki…─ respondí de manera entrecortada y enseguida recibí un baño de agua fría que me hizo despertar casi de inmediato.
─ Muy bien si no quieres decírmelo te lo sacare…a la fuerza…─ dijo el hombre y enseguida pude ver que andaba hacia una de la pared y enseguida se formo un caldero de metal en donde había brasas y un hierro para marcar.
Aquello hizo que tragara saliva y me pusiera mas nervioso aun no sabía lo que pretendía hacer pero no era nada bueno.
Estuvo un momento moviendo las brasas mientras movía le hierro después de eso lo saco y empezó a caminar hacia donde estaba.
─ No por favor…me llamo Yuki se lo juro…suélteme por favor…─ dije con tono de miedo viendo que se me cercaba con el hierro candente.
El hombre se agacho y me paso el hierro cerca del rostro sentí el calor en la piel incluso llego a quemarme un poco.
─ Es tu ultima oportunidad… ¿Cuál es tu nombre…?...─ volvió a insistir el hombre mientras me acercaba de nuevo el hierro al rostro.
Ya no sabia que responder me estaba preguntando el nombre del demonio pero no tenia ni idea de cómo se llamaba.
Me moví un poco pero era imposible contra mas lo hacia mas apretaban las manos esqueléticas y las cadenas apretaban mis muñecas.
El hombre empezó a acercar el hierro al rostro sintiendo su calor mientras lo miraba con miedo cuando ya estaba a escasos centímetros de mi rostro empecé a gritar con fuerza pidiendo ayuda.
En eso las puertas empezaron a retumbar fuertemente y el hombre se detuvo de inmediato quedándose mirando hacia las puertas.
─ SOCORROOO!!!...MAMAAAA!!!...─ grite con todas mis fuerzas pero enseguida algo me amordazó nuevamente.
─ Enseguida continuamos…─ dijo el hombre soltando el hierro a escasos centímetros de mi piel mientras se clavaba en el suelo.
Al los pocos segundos escuche como la puerta se rompía en mil pedazos y de reojo pude ver como una luz dorada que bañaba el lugar haciendo que esas imágenes de aparatos de tortura y los gritos desaparecieran por completo.
─ AAAGGHHH!!!...demonio, no rescataras a tu compañero…─ dijo el hombre y enseguida escuche un restallar del látigo y unos ruidos de mesas y sillas que se rompían enseguida varios golpes mas después de eso se hizo el silencio y la luz dorada desapareció lentamente.
Después de todo lo que había escuchado las cadenas desaparecieron incluso las manos esqueléticas junto con todo lo demás volviendo el lugar a su forma original.
─ ¿Cariño estas bien…?...Te dije que no te separaras…─ dijo mi madre mientras me ayudaba a levantarme pude ver su rostro de preocupación y las orejas y la cola que habían aparecido.
─ Lo siento…─ dije de manera entrecortada y casi llorando mientras abrazaba a mi madre pero en cuanto esta puso su mano en mi espalda note el dolor penetrante que recorría mi espalda.
─ AAAAHHH!!!...mi espalda…─ dije mientras me retiraba un par de pasos por el dolor que notaba.
─ Lo siento cariño…espera, puedo curarte aunque te va a doler un poco…─ dijo mi madre tomándome de los brazos y dándome la vuelta enseguida note como ponía su mano en la espalda y empecé a sentir el dolor de los latigazos que había recibido pero poco a poco fue cediendo por completo.
En ese momento caí de rodillas por la extenuación que tenia encima, no entendía la obsesión de ese hombre por conocer el nombre de este demonio con insistencia.
─ ¿Puedes caminar…?...Tenemos que llegar al corazón de esto y exorcizar el edificio…─ preguntó mi madre mientras me ofrecía la mano para ayudarme a levantarme sin pensármelo dos veces tome su mano y me levante aunque no estaba tan seguro de seguir.
─ Tengo miedo…no se si podré seguir…─ dije mientras salíamos de la clase y caminábamos nuevamente hacia el salón de actos.
─ Cariño no te preocupes no voy a dejar que te pase nada…─ comento mi madre mientras me tomaba la mano y con la otra sostenía la brújula que cada vez nos acercaba mas hacia el lugar.
Mientras avanzamos hacia el sitio en cuestión las luces parpadeaban de vez en cuando pero mas insistentemente se podía ver como algunas clases al pasar por delante cerraban de un portazo, los susurros inundaban el lugar incluso me parecía que me llamaban de alguna forma.
Sentí como si nos estuvieran siguiendo gire la cabeza pero no había nadie pude ver por las ventanas de las clases a sombras incluso escuchaban como arañaban las paredes del lugar.
Las paredes cambiaban de vez en cuando a muros de piedra con manchas oscuras que los adornaban.
Mi madre se detuvo en seco y se quedo a pocos metros de las dobles puertas del salón de actos mirándolo fijamente.
─ Mama…mama…─ repetí un par de veces mientras miraba hacia atrás sintiendo que había algo que venia a por nosotros.
─ Es aquí tenemos que entrar…─ dijo mi madre y se acerco a las puertas abriéndolas de golpe el sitio era enorme con un escenario al fondo y lleno de butacas, el sitio estaba completamente vació pero la temperatura era bastante baja podía incluso ver mi aliento.
─ No te muevas de mi lado…─ dijo mi madre mientras caminábamos por el pasillo, el lugar estaba casi en penumbra lo único iluminado era el escenario.
Mire hacia todas partes y pude ver a muchísimas sombras por el lugar que caminaban cerca de nosotros pero sin llegar a acercarse pareciera que estuvieran acechándonos.
─ Mama hay sombras por todo el lugar…─ dije mientras seguíamos nadando lentamente hacia el escenario.
Cuando estábamos a un par de metros los focos que iluminaban el lugar empezaron a parpadear unas cuantas veces.
─ Lo se, los estoy viendo…no te separes…─ dijo mi madre mientras subíamos las escaleras hacia el escenario pero allí no había nada.
─ Que raro no hay nada…─ comento mi madre mientras miraba la brújula mirando la aguja que daba vueltas como loca.
Por mi parte miraba hacia todas partes veía sombras que parecían estar expectantes pero sin moverse sin embargo podía ver como algunas parecían que se deslizaban por las paredes sin perdernos de vista vigilándonos.
─ ¿Este sitio tiene algún sótano…?...─ pregunto mi madre mientras miraba la brújula e investigaba el lugar sin que hubiera nada.
─ Que yo sepa no…una cosa… ¿es normal que haya sombras que se mueven por las paredes…?...─ cuestione mientras miraba como una especies de sudarios se arrastraban a gran velocidad y poco a poco empezaban a acumularse por encima del escenario sin llegar a descender.
─ Tenemos que darnos prisa esas sombras están dándose cuenta que vamos a hacer algo…de momento solo están vigilándonos…─ contesto mi madre que me paso la brújula cuando la vi la aguja no dejaba de girar como loca.
Mi madre empezó a hacer símbolos con sus manos apuntando al suelo mientras decía unas palabras después de eso se mordió el dedo y empezó a dibujar algunos símbolos en el suelo, después de eso tomo un pequeño bote de tinta, un pincel y el ofuda comenzando a escribir mas símbolos en japonés.
─ Mama cuidado!...─ exclame viendo que una de esas sombras se lanzase por ella con suerte mi madre se movió ágil mente evitándola.
─ Este es el lugar…solo tengo que sacarlo del mundo espiritual en el que se encuentra…─ dijo mi madre mientras seguía escribiendo los símbolos en el ofuda.
─ Date prisa no creo que se queden quietos por mucho mas tiempo… además, ¿no estamos ya en el mundo espiritual…?...─ pregunte extrañado puesto que parecía que estuviéramos en su mundo debido a la cantidad de fantasmas que había.
─ Estamos en el mundo de ese hombre…el mundo espiritual es diferente…─ respondió mi madre y enseguida empezamos a escuchar pasos que se acercaban hacia la puerta doble por la que habíamos entrado.
─ Te matare...y el alma de ese demonio será mía!...─ exclamo la voz de ese hombre y como sus pasos se acercaban hacia las puertas dobles.
─ Mama date prisa…no creo que se quede esperando!...─ exclame metiéndole prisa mientras escuchaba sus pasos como se acercaban y en un momento se silencio todo incluso las sombras que había por le lugar desaparecieron de inmediato menos las que estaban dando vueltas pro las paredes.
─ ¿Pero que…?...─ cuestione viendo que no había ningún silencio pero en ese momento y de improviso las puertas se abrieron dando un portazo y entrando una ráfaga de viento que hizo que cayera al suelo.
De pronto pude ver al hombre que me había torturado el mismo que había tenido en mis sueños y pensamientos en su mano llevaba un látigo y en la otra un hierro de marcar que estaba al rojo.
─ Tu tienes las culpa de esas pobres almas…las convenciste con falsas esperanzas!...─ exclamo el hombre con ira en su voz mientras desenfundaba el látigo y daba unos pasos cuando estaba a pocos pasos de mi este lo levanto para golpearme.
No pude mas que poner las manos pro delante para cubrirme el rostro pero antes siquiera que le diera tiempo a golpearme un aura de luz impacto el cuerpo del hombre haciéndole retroceder unos pasos mientras sus zapatos arrastraban por el suelo.
─ No se te ocurra tocar a mi hijo!...─ exclamo mi madre mientras veía como el hombre la miraba con ojos llenos de ira.
Gire la cabeza y pude ver a mi madre plantándole cara con el báculo en la mano y preparada para la batalla.
Por un par de segundos las miradas se cruzaron aquel instante me pareció que duro horas pero el hombre empezó a dar pasos hacia donde estaba nuevamente.
Mi madre hizo chocar su báculo contra le suelo el simple sonido hizo que cayera al suelo por el dolor mientras que los espectros que se arrastraban por las paredes parecieron ponerse nerviosos sin embargo el hombre no pareció que le afectase.
─ MAMA!...─ grite con todas mis fuerzas mientas el hombre se acercaba sin parecer que le afectase.
Cuando estuvo a un par de pasos y notaba como el sonido empezaba a desaparecer pero el hombre se detuvo y moviendo el brazo señalo a mi madre.
─ Matadla…─ dijo el hombre y enseguida los espectros que había deslizándose por las paredes empezaron a moverse dirigiéndose contra ella mi madre empezó a moverse y a mover el báculo para luchar contra ellos.
Después de eso cuando empezaba a recuperarme del sonido del báculo pude ver como el hombre levantaba de nuevo el látigo pero esta vez sin que nadie pudiera detenerlo note como me golpeaba desgarrándome sintiendo el dolor en mi piel.
─ ¿Cuál es tu nombre diablo…?...─ cuestiono el hombre mientras volvía a golpearme una y otra vez notaba como chocaba el látigo contra mi cuerpo incluso el calor de la sangre de salir de las heridas.
─ Me llamo Yuki…no tengo otro nombre…─ dije mientras me derrumbaba en el suelo tapándome el rostro a la vez que el hombre parecía no detenerse dándome latigazos y preguntándome de nuevo el nombre que buscaba pero no tenia ni idea de cual era.
Podía ver de reojo como mi madre luchaba contra los espectros con movimientos ágiles esquivándolos y manejando el báculo al mismo tiempo parecía como si estuviera danzando pero sabía que no podría estar así mucho tiempo.
─ Tápate los ojos…─ dijo mi madre mientras daba un salto en el aire esquivando a un espectro y no pude hacer mas que ponerme las manos en los ojos en eso note como un resplandor inundo el lugar haciendo que el hombre se disolviera junto con los espectros.
Para cuando vi entre las rendijas de los dedos que el resplandor había cesado me quite las manos de los ojos y me levante como pude lentamente debido a las heridas que tenia por todo el cuerpo debido a los latigazos.
─ Mama… ¿Estas bien…?...─ pregunte mientras me acercaba viéndola que estaba de rodillas apoyándose en el báculo e intentando ponerse de pie.
─ Si, no te preocupes he usado un conjuro que requiere mucha energía solo tenemos unos minutos antes de que ese ser se regenere…vamos rápido…─ dijo mi madre de manera entrecortada mientras respiraba con dificultad intentando ponerse de pie y acercándose al centro donde estaba el papel en el suelo a medio escribir.
─ Avísame si vuelve…tengo que terminar el ofuda…para que aparezca el origen…─ comento mi madre mientras tomaba de nuevo el pincel y el pequeño bote de tinta y se disponía de nuevo a escribir las letras en japonés.
Por unos segundos el lugar estuvo en completo silencio pero una sombra que reaparecía de nuevo entre los asientos, inmóvil y mirándonos.
─ Mama están empezando a reaparecer…─ dije mientras veía que cada vez mas sombras inundaban el lugar después de eso los espectros que estaban por las paredes volvieron a aparecer pero sin llegar a acercarse.
─ Date prisa no creo que tengamos mucho tiempo…─ dije mientras veía como se empezaba a escuchar un grito que parecía venir del mismo infierno llenando el lugar y en ese momento apareció de nuevo ese hombre.
─ Mama!...─ exclame con fuerza viendo como mi madre seguía escribiendo y recitando unas palabras que no entendía.
─ Me estoy dando toda la prisa que puedo…no es fácil…─ comento mi madre mientras seguía explicando pero en un momento sentí como el látigo me enrollaba la cintura y de un empujón me hizo caer al suelo.
─ Esta vez no escaparas…me dirás tu nombre…─ dijo el hombre mientras sus ojos se fijaban en mi eran de un color negro que pareciera engullirme por completo.
En cuanto estuve cerca de el este se agacho y me tomo del cuello elevándome un par de centímetros sobre el suelo podía notar su mano gélida como el hielo y su fuerza que pareciera descomunal.
─ Yuki!...déjalo en paz esto es entre tu y yo…yo soy quien quiere exterminarte…─ dijo mi madre para hacer que su atención se centrara en ella.
El hombre me miro y me acerco a escasos centímetros de su rostro se quedo por un momento mirándome fijamente podía sentir como si estuviera escudriñando mi alma.
─ Esta vez no dejare que se escape…y me dirás tu nombre…─ dijo el hombre y en ese momento me tiro al suelo de golpe.
El hombre se acerco un paso más y me puso una bota en la cara, enseguida note la presión y su fuerza que empezaba a aumentar lentamente.
─ Déjalo en paz…él no sabe el nombre…tu pelea es conmigo…─ dijo mi madre en eso el hombre empezó a apretar un poco mas no pude mas que quejarme de dolor al sentir la presión de su bota.
─ Dime tu nombre…─ volvió a decir el hombre mientras acercaba el hierro al rojo a mi mejilla nuevamente podía ver el calor y sentirlo en la piel casi me quemaba.
─ Yuki cierra los ojos y prepárate…─ dijo mi madre y de un salto bajo del escenario corriendo hacia el hombre este empezó a dar latigazos mientras mi madre esquivaba pero en otros salto mi madre saco de la manga un ofuda que se multiplicaron en varios.
Los ofudas al tocar al hombre se pegaron a este y enseguida empezaron a arder, este levanto la bota de mi rostro y empezó a gritar por todo el lugar mientras su cuerpo se prendía en llamas.
Sin embargo las llamas en vez de ser de su color normal eran de un tono azulado, podía escucharse los gritos del hombre que se retorcía de dolor mientras se movía entre las sillas del lugar.
─ Joder!...─ exclame mientras veía como el hombre se debatía con el fuego y chillaba de dolor.
─ Tenemos que darnos prisa en hacer visible la entrada y cerrarla…eso solo le distraerá por un momento…─ dijo mi madre y enseguida corrió hacia el escenario al mismo tiempo hice lo mismo mientras veía como los espectros que se deslizaban por las paredes se acercaban.
Nos pusimos uno a cada lado de lo que había escrito en el suelo y enseguida este se ilumino con un resplandor rojizo poco a poco en el centro del circulo fue formándose una especie de agujero de color púrpura desde el cual se escuchaban lamentos, sollozos y gritos que enseguida inundaron el lugar.
Aquello hizo que el corazón me diera un brinco y la piel se me pusiera de gallina, incluso todo mi cuerpo me estaba diciendo que me alejara de eso.
Mi madre siguió recitando un mantra mientras venia como el círculo se volvía mas rojizo incluso llegaba a resplandecer, el agujero empezó a cerrarse lentamente mientras que las sombras iban siendo engullidas hacia su interior.
─ Maldita seas, no lo lograreis…ayudadme os lo suplico…─ dijo el hombre mientras se levantaba sus ropas estaban quemadas y su rostro desfigurado por las quemaduras incluso podía olerse a quemado desde donde estábamos.
El fuego empezaba a extenderse por el lugar al verle mi espalda me dio un escalofrío y enseguida los espectros que se acercaban fueron hacia el mientras este caía la suelo pareciera que estuvieran entrando en su cuerpo.
Podía escuchar los lamentos del hombre y como los espectros entraban en él pero enseguida se hizo el silencio.
─ Yuki concéntrate…─ dijo mi madre con insistencia mientras podía ver como el hombre empezaba a levantarse su cuerpo había cambiado incluso parecía mas alto su rostro no tenia rasgos algunos su boca estaba mas abierta de lo normal como si estuviera desencajada y no tenia ojos esta vez eran solo dos agujeros negros del que manaba sangre.
De su cuerpo salían dos extremidades más pero esta vez esqueléticas que sostenían dos espadas aquello solo hizo que tragara saliva por el miedo.
─ Yuki!...─ exclamo mi madre llamándome la atención pero mi vista estaba fija en el ser del infierno en que se había transformado el hombre.
─ Dime tu nombre!...─ exclamo el hombre con voz profunda incluso parecía salir del mismo infierno mientras empezaba a encaminarse hacia donde estábamos.
No pude más que señalar hacia donde estaba ese monstruo con cara de miedo mientras veía como se acercaba lentamente.
─ Mama yo que tu me daba la vuelta…creo que tenemos un problema…─ dije mientras veía como esa cosa sacada del mismo infierno se acercaba hacia donde estábamos.
Mi madre giro la cabeza y por un instante pude ver la sorpresa en sus ojos pero su rostro cambio en seguida a uno desafiante.
─ Escúchame…no te muevas de aquí…el conjuro necesita la menos una persona para que funcione…pero si me pasa algo sal corriendo y no mires atrás…recuerda que te quiero…─ dijo mi madre con tono de tristeza y enseguida salto del escenario y se dirigió hacia el.
─ Mama no!...─ exclame mientras veía como mi madre se lanzaba para enzarzarse en una pelea contra ese engendro.
Mientras le portal iba cerrándose lentamente las sombras iban siendo absorbidas hacia su interior ye incluso los susurros que tenia en la cabeza se habían acallado.
Desde donde estaba podía ver la lucha que tenían mi madre y ese hombre, mi madre esquivaba ágilmente los embistes de la criatura mientras que esta atacaba de manera feroz y sin dejarle cuartel a que ella pudiera contra atacar.
Aunque no podía moverme del sitio, estaba angustiado pro si le pasaba algo a mi madre pero no podía dejar que esa entrada estuviera abierta.
La lucha continuo pero en un salto mi madre logro golpearle en la cabeza al engendro haciendo que el báculo sonara con fuerza realizando su sonido que me penetro en los oídos yaciéndome gritar de dolor.
Aunque el hombre levanto la cabeza y tomo a mi madre entre sus manos empezó a apretar con fuerza, podía escuchar los gritos de mi madre debatiéndose por abrir las manos que la atenazaban.
─ MAMA!...─ grite con fuerza viendo como poco a poco empezaba a perder fuerzas y no podía librarse de la presa.
El agujero siguió cerrándose lentamente mientras seguía absorbiendo todas las sombras e incluso algunos espectros que estaban rondando a su alrededor.
─ Suelta a mi madre engendro…tu reinado de terror sobre este lugar ha terminado…y jamás tendrás mi nombre!…─ exclame con todas mi s fuerzas esperando que me escuchase y se centrase en mi.
Y así fue girando la cabeza y emitiendo un sonido gutural enseguida su vista se poso en mí y seguidamente en el agujero que cada vez era más pequeño.
─ NOOO!...─ grito el monstruo con todas sus fuerzas y con una de sus manos señalo hacia donde estaba pero parecía que no había sucedido nada.
Mire hacia todas partes pero no sucedía nada en absoluto pensé que sus poderes habían desaparecido.
Pero enseguida note como algo me agarro por las piernas gire la cabeza y pude ver como unas manos esqueléticas me sujetaban y empezaron a arrastrarme alejándome del lugar.
El agujero empezó a agrandarse de nuevo poco a poco expulsando a lo que había absorbido con anterioridad haciendo que el lugar se llenara de nuevo de sombras.
Mire hacia todas partes mi madre no le quedaban muchas fuerzas para poder aguantar a ese monstruo y el agujero cada vez se hacia mas grande.
─ Yuki!...─ exclamo mi madre mientras veía como se debatía por abrir las manos de ese engendro que la apretaban cada vez con más fuerza.
─ Veras a tu hijo sufrir mientras que mi mundo inunda este lugar…con lo poco que queda de tu vida…─ dijo el monstruo con tono profundo mientras seguía apretando con fuerza.
Mientras las manos esqueléticas me arrastraban lejos del lugar donde debía estar podía escuchar los gritos de mi madre y la risa diabólica del engendro.
─ MAMA!...SOLTADME!...─ grite una y otra vez mientras las manos seguían alejándome del sitio.
Pensé que todo estaba perdido y que al final lo que habíamos echo no había servido de nada.....
FIN DEL CAPITULO 2
P.D: Bueno aqui dejo el siguiente capitulo espero que os guste y muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
630
3.588 ATC
AMENAZA CUMPLIDA
A cada momento estaba mas lejos del lugar y podía ver como los espíritus se colaban por la entrada incluso las paredes del lugar empezaban a cambiar mientras mi madre intentaba liberarse pero no había forma.
─ MAMAAA!!!...─ grite con todas mis fuerzas mientras me revolvía para intentar liberarme.
Ese oído que sentía junto con el miedo fue como una fuerza impulsora haciéndome sacar fuerzas de donde no tenía.
Moví las piernas con todas mis fuerzas mientras gritaba escuchando los crujidos de los huesos que me sostenían hasta que por fin pude mover una pierna.
─ AAAAHHHH!!!...─ grite con todas mis fuerzas bajando una mano y agarrando los huesos que me sostenían para retorcerlos y romperlos.
─ MAMA!...─ grite con todas mis fuerzas levantándome mientras sentía le dolor en las piernas aunque no me importaba me lance a por ese engendro.
El demonio giro su cabeza mientras gruñía y con un movimiento de su mano logro impactarme y tirarme unos metros mientras me estrellaban entre las sillas.
Por suerte retenía el conocimiento mientras veía como mi madre sufría quedándole poco de vida y ese monstruo estaba disfrutando entre las llamas azules que rodeaban el sitio.
Podía ver las sombras que estaban pro el lugar susurrando frases que no entendía sabia que no podía hacer nada para detenerle.
─ Muy bien si eso es lo que quieres…─ dije mientras me levantaba doliéndome todo el cuerpo por el impacto.
─ De acuerdo os ayudare…os lo prometo esta vez, pero debéis ayudarme…─ dije casi rogándoselo a las sombras que había por el lugar en eso estas se acallaron y giraron las cabezas para mirarme como si estuvieran esperando algo.
─ Os lo prometo que mas queréis…─ hable esta vez con rabia mientras veía como mi madre se debatía entre la consciencia y la inconsciencia.
─ Cari…ño…no lo…hagas…─ dijo mi madre de forma entrecortada mientras veía como sus ojos se cerraban lentamente.
─ Ayudadme por favor…─ volví a decir mientras me arrodillaba en el suelo por la impotencia viendo como mi madre estaba muriendo ante mis ojos.
De repente las sombras que allí estaban giraron de nuevo sus cabezas y se quedaron mirando hacia el engendro y enseguida se lanzaron a por este.
Las sombras le atacaron subiendo por su cuerpo y rodeándole es como si fueran una ola que lo arrollaban este intento defenderse como pude pero era imposible eran demasiadas en uno de sus movimientos soltó a mi madre.
Esta cayo entre los asientos del lugar, me acerque rápidamente para ver como se encontraba.
Le di unos golpecitos en la cara para despertarla y seguidamente abrió los ojos al menos estaba viva, seguidamente respiro profundamente y miro hacia todas partes.
─ ¿Qué ha pasado…?...─ pregunto mi madre mientras miraba hacia todas partes pero enseguida su vista se fijo en ese monstruo que estaba siendo atacado por las sombras del lugar y este se debatía para poder alejarlas.
─ ¿Cariño que has hecho…?...no debiste…─ cuestiono de nuevo mi madre pasándome la mano por el rostro de manera cariñosa mientras me sonreía.
─ Tenemos que cerrar la entrada…luego hablaremos…─ dije mientras le ayudaba a incorporarse y andamos de forma lenta hacia el sitio.
De nuevo nos pusimos en los lugares y mí madre empezó a recitar el mantra mientras el sitio se iba cerrando poco a poco, pude ver como el monstruo seguía luchando pero en un momento dio un grito con todas sus fuerzas haciendo que las sombras que estaban encima de el desaparecieran.
─ NOOO!…─ grito con todas sus fuerzas mientras se acercaba hacia donde estaba pero mi madre movió una mano señalándole.
En eso varias cadenas de color azul aparecieron de la nada reteniéndole en el sitio mientras intentaba moverse.
─ Yuki…no pierdas la concentración…─ comento mi madre mientras la puerta seguía cerrándose poco a poco en eso note una ráfaga de viento que parecía inundar el lugar y que provenía de la puerta que empezaba a absorberlo todo.
Mis pies se resbalaron por el suelo un par de centímetros pareciendo que me absorbiera, no pude mas que volver a recuperar el equilibrio.
─ Cariño…ten cuidado…─ dijo mi madre mientras intentaba mantener la concentración en las dos cosas a la vez.
─ Prepárate voy a soltarlo…─ dijo mi madre y de nuevo y al momento las cadenas desaparecieron el viento que había empezó a absorberlo.
─ Esto no puede acabar así…volveré y descubriré tu nombre!...─ exclamo el engendro mientras era arrastrado hacia el interior del portal del que salían gritos, lamentos y susurros incomprensibles.
El monstruo intento agarrarse al piso para no ser absorbido pero poco a poco la fuerza del viento era cada vez más fuerte.
Con sus manos araño el suelo intentando sujetarse pero la succión era demasiado fuerte para poder controlarse en un momento intento agarrarme para llevarme con él pero por suerte pude esquivarlo.
En cuanto ese engendro fue absorbido el agujero se cerro de inmediato y las paredes cambiaron de inmediato incluso el fuego se apago no pudimos mas que caer al suelo por el cansancio.
─ ¿Ya se ha…acabado todo…?...─ pregunte mientras tragaba saliva y respiraba pesadamente por lo que había sucedido solamente esperaba que no volviera a pasar nada.
─ Si, bueno al menos…de momento…aun queda algo…─ respondió mi madre de manera entrecortada mientras se levantaba lentamente apoyada por el báculo.
─ ¿Como de momento…?...─ cuestiono extrañado por la respuesta que me había dado puesto que el engendro había desaparecido.
─ Mírate…sigues teniendo ese demonio dentro de ti…y si no se ha ido es por algo…─ respondió mi madre levantándose y al mismo momento me mire las manos y seguían estando rojas.
─ Mierda!, pensé que todo había acabado…─ exclame viendo que mi cuerpo no había cambiado y algo mas estaba rondando pro el instituto.
─ Tenemos que salir…de aquí cuanto antes…─ hablo mi madre y al mirarla me lleve un susto puesto que su cabello era de color blanco había cambiado radicalmente, incluso las orejas y la cola.
─ Mama tu pelo…es blanco…─ dije concierto miedo la ver que su cabello tanto las orejas, como las colas eran blancas y la hacían parecer diferente.
─ No te preocupes a veces me pasa…cuando me esfuerzo demasiado volverá a su color normal…al menos no he cambiado a mi forma animal…─ comento mi madre de forma tranquila aunque la respuesta no me dejo muy calmado al escuchar eso de su forma animal.
Mientras salíamos de la sala de actos pude ver que la brújula no indicaba nada y la aguja no se movía mientras salíamos me quede mirando a mi madre con cierta mezcla de miedo y sorpresa.
─ ¿Tu forma animal…?...─ pregunte confuso por lo que había comentado mi madre a la vez que abandonábamos la sala de actos.
─ Si, como te he dicho soy una kitsune y mi forma animal es la de un zorro…cuando gasto demasiado poder termino en esa forma después pasado un tiempo puedo recuperar mi forma humana…─ dijo mi madre mientras caminábamos por los pasillos hacia la salida.
Al pasar por el sitio en que había visto a ese chico clavarse el bolígrafo en el cuello no había nadie al menos pude respirar tranquilamente.
─ Es mejor que vuelvas a clase…esto volverá a la normalidad dentro de poco…nos vemos en casa…─ dijo mi madre mientras salía del edificio y entre poco podía escuchar a los alumnos que poco a poco fueron apareciendo en el lugar.
Mientras decidí caminar hacia la clase aunque la ropa estaba algo ennegrecida debido al humo y al combate que habíamos tenido en la sala de actos, al menos todo o eso pensaba había pasado.
Al entrar me senté donde siempre mirando hacia la calle mientras algunas chicas sementaron a mi lado aunque esta vez no dijeron nada cosa que me extraño aunque podía ver en sus ojos la lujuria contenida de alguna manera.
Sin embargo los chicos no dejaban de mirarme con enfado y con algo de recelo, por suerte la sirena sonó a tiempo mientras entraba el profesor.
Este empezó a pasar lista como siempre y al verme se quedo un poco extrañado pero no duro mucho y continuo nombrando a los demás alumnos.
Entre tanto no dejaba de pensar por lo que había pasado y ocurrido por suerte aquel chico no había muerto pero el problema es que tenía una pelea con él al terminar la clase.
El profesor empezó la clase como de costumbre por suerte al menos había recuperado mis clases era un logro.
Mientras continuaba tomando apuntes una de las chicas me paso un trozo de papel enseguida pensé que se trataría de una cita o algo así.
Tome el papel y lo abrí aunque lo que había escrito me sorprendió bastante “No te preocupes iremos contigo a la pelea, no te hará nada.”.
Enseguida al leerlo me sorprendió y gire la cabeza para mirar a quien me lo había dado esta sencillamente me guiño un ojo con picardía.
Preferí no prestarle atención y continuar con la clase, el tiempo pasaba lentamente cuando por fin terminamos me prepare para la ultima clase pero al girar la cabeza pude ver al chico que estaba en la puerta parecía que estuviera esperándome.
─ Joder!...─ exclame mientras este se pasaba el dedo por le cuello en señal de amenaza, aquello solo hizo que tragara saliva.
Una de las chicas se acerco poniendo su silla cerca de mi mesa y mirándome con ojos llenos de deseo podía incluso ver como el brillaban.
─ Tranquila…no tienes por que preocuparte…─ dijo una chica mientras tomaba mi mano de forma cariñosa pero lejos de tenerla en la suya me la puso en uno de sus muslos enseguida note el tejido de los pantalones vaqueros pero al mismo tiempo la temperatura que desprendía su piel.
Era muy calida casi estaba invitándome a que prosiguiera, notaba como el claro de mi cuerpo subía y como de reojo miraba sus piernas y como se abrían un poco.
─ No, no, no…contente…─ hable casi susurrando mientras empezaba a notar como me bajaba algunas gotas de sudor.
Pero cuando fui a apartar la mano esta enseguida cerro las piernas aprisionando mi mano.
Enseguida el calor me invadió de golpe podía notar el calor de su piel mezclándose con el mío e invitándome a salir de allí e ir a algún lugar con ella.
─ ¿No te gusta…?...─ pregunto la chica con picardía y lujuria en su tono como si las palabras resbalaran por su boca.
─ No es eso…es que…─ dije casi tartamudeando casi mientras el calor seguía invadiéndome notaba como mi sexo empezaba a dolerme intentando ponerse erecto y el pantalón empezaba a estorbarme.
Sin embargo en ese momento entro el profesor y los alumnos se dirigieron hacia sus asientos sin embargo la chica permanecía quieta mirándome con ojos de lujuria y enseguida se paso la lengua por sus labios humedeciéndoselos.
Después de unos segundos abrió sus piernas y tomando la silla fue hacia su asiento aquello hizo que sintiera enseguida la diferencia de temperatura de mi mano y como poco a poco mi sexo iba bajando y calmándose.
─ Dios…─ comente casi susurrando mientras veía mi mano y como poco a poco recuperaba su temperatura normal.
La clase continuaba tranquilamente pero a los pocos minutos miraba hacia el reloj observando como la hora se iba acercando lentamente y tenía que pelearme con ese chico.
En cuanto termino la clase salí rápidamente de esta cabía las taquillas para dejar los libros y tomar los que necesitaba para hacer los deberes.
Pero no fui lo suficientemente rápido a los pocos segundos las chicas se me acercaron como si estuvieran protegiéndome.
─ Chicas de verdad…no hace falta que vengáis…─ dije de forma nerviosa mientras tomaba los libros y cerraba la taquilla.
─ No te preocupes no te va a hacer nada…ese es solo boca…─ dijo una de ellas y al momento empezamos a caminar hacia el lugar de la pelea.
Aunque nunca me había metido en una pelea, tampoco quería empezar a hacerlo en ese momento.
─ ¿Y si lo dejamos…?...─ pregunte con cierto miedo pero las chicas parecían completamente decididas mientras caminábamos hacia el lugar.
─ No te preocupes…no te hará nada…─ dijo una de ellas completamente decidida, no parecía tenerle miedo.
─ Estamos contigo…─ dijo otra animándome pero la pelea quien tenia que hacerla era yo.
─ Si, es muy fácil animar…─ comente entre dientes de camino hacia la pelea, aunque no lo tenia tan claro.
─ Si te hiciera algo, te ayudamos…así que no te preocupes…─ hablo otra mientras me daba la mano agarrándomela con cariño.
Al llegar a las puertas dobles continuamos caminando hasta que estuvimos detrás del edificio.
Al llegar al lugar pude ver a el y a sus tres amigos mas que estaban esperándome, al ver a las chicas se quedaron extrañados.
─ Vaya así que te has traído a tus amiguitas…─ dijo el chico mientras se crujía los dedos para prepararse.
─ Escucha de una vez zopenco…déjala en paz…─ comento la chica poniéndose entre nosotros y plantándole cara.
─ Apártate…nunca te he puesto un dedo encima…lo único que quiero es hablar con ella…─ comento el chico mientras le sonreía aunque esa sonrisa me pareció bastante sospechosa, por unos instantes se quedaron mirándose a los ojos la tensión podía cortarse con un cuchillo después la chica retrocedió unos pasos.
─ Escucha imbecil…no se lo que les has hecho o lo que les has dado pero te sugiero que no vuelvas a aparecer…─ dijo el chico con tono de amenaza mientras solamente por mi parte tragaba saliva.
─ Yo no he hecho nada…además seria mejor que tu las dejases en paz…─ dije sorprendido puesto que la primera parte si lo había dicho pero la segunda frase ni siquiera me di cuenta que la había dicho hasta que me percate.
─ ¿Qué has dicho zorra…?...─ pregunto extrañado mientras me miraba a los ojos pero por mi parte intentaba no mirarle bajando la cabeza.
─ Eh tu gilipollas…ya puedes disculparte por lo que le has dicho…─ dijo la chica poniéndose delante y defendiéndome.
─ Vaya parece que las zorras se protegen…será mejor que os vayáis…─ dijo uno de los chicos mientras se reía con su amigo.
─ Sois muy valientes contra unas chicas…sois unos cabrones…─ dijo una de ellas con valentía mientras uno de los amigos se le acercaba intimidándola.
─ Tu y yo hemos cortado…será mejor que te largues…─ comento el chico como si le estuviera dando una oportunidad para dejar la pelea.
─ Escucha idiota no me pienso ir y dejarla sola…entiendes…─ dijo la chica mientras le daba un pequeño empujón al chico.
─ Ni me toques…entiendes…no vuelvas a tocarme…─ dijo el chico como advertencia de mientras permanecía con la cabeza bajada escuchándolo todo pero algo estaba pasando dentro de mi, que de momento no podía entender.
─ Tu no me mandas!...─ exclamo la chica volviéndole a dar otro empujoncito al chico en eso este miro hacia atrás y se rió junto con sus amigos pero de improviso fue a darle un guantazo pero antes siquiera que llegara a tocarle la cara le tome la muñeca deteniéndolo a escasos centímetros de su cara.
─ Ni se te ocurra tocarla…─ dije con la cabeza bajada mientras que sabia perfectamente lo que estaba haciendo pero me parecía que no era yo mismo.
Empecé a apretar con fuerza mientras este se retorcía para intentar liberarse, en un momento dado le solté la muñeca y me quede en silencio.
El chico movió su muñeca un par de veces por el dolor y enseguida sin decir nada se lanzo a darme un puñetazo.
No se lo que ocurrió puesto que ni siquiera llegue a moverme y enseguida mi mano reacciono sujetándole el puño y empezando a apretar esta vez con mucha mas fuerza.
─ Te he dicho que no la toques…no volveré a repetírtelo…─ dije con una voz algo extraña mientras sostenía el puño y apretaba escuchando como le crujían los huesos mientras podía ver de reojo como las chicas sonreían con cierta alegría.
─ Suéltame la mano…─ dijo el chico mientras se aguantaba el dolor y poco a poco iba poniéndose de rodillas.
En ese momento le solté la mano y cayo al suelo de culo y los amigos le ayudaron de inmediato.
─ Estas muerta zorra…─ dijo el chico mientras sacaba una navaja y se lanzaba para atacarme.
El chico se lanzo junto con los demás para sujetarme y que el otro pudiera darme un navajazo.
Enseguida mire hacia donde estaban ellos y me moví haciendo que los dos primeros se chocara entre si y el que llevaba la navaja en su ataque me aparte para que cayera al suelo.
Enseguida le puse el pie en la cabeza haciendo un poco de presión mientras que este pataleaba para levantarse.
─ Escucha atentamente por que solo te lo pienso decir una vez…la vas a dejar en paz y no volverás a verla…entiendes!...─ dije mientras apretaba ligeramente la cabeza del chico que se movía para intentar liberarse.
En eso me agache y tome la navaja y enseguida empecé a jugar con ella mirándola seguidamente la tome con dos dedos y la solté esta por suerte solo cayo a escasos centímetros de su nariz.
Pude ver la cara de miedo de sus amigos incluso la de este cuando miraba la navaja con miedo.
─ Si, te lo prometo…─ dijo el chico con tono de miedo y enseguida levante el pie para que se levantara, en eso salio corriendo junto con sus amigos pero algo me decía que no seria la última vez que lo viera.
Las chicas sin embargo estaban con una mezcla de miedo y asombro quedándose paralizadas.
─ Lo siento…─ dije con tono de vergüenza y miedo al ver sus rostros, entre tanto la tensión iba en aumento y no sabia lo que dirían.
─ Ha sido increíble…─ dijo una de ellas mientras se me acercaba a toda prisa y me abrazaba con fuerza.
─ ¿De verdad…?...─ cuestione con incertidumbre mientras notaba como sus pechos se juntaban con los míos y notaba como poco a poco se ponían duros.
Enseguida la separe con tranquilidad para evitar que se diera cuenta, las demás se me acercaron y empezaron a hablar conmigo con total tranquilidad dándome las gracias por lo que había echo.
Aquello me resulto irreal y no sabia que decir sencillamente les dije que tenia que ir al baño para darme un poco de tiempo y que salieran ellas y después salir para que no vieran lo que ocurría.
Volví a entrar en el instituto y me quede por unos minutos quieto esperando a que no hubiera nadie y salir el ultimo en cuanto lo hice el efecto desapareció pero aquello me resultaba extraño puesto que esa pelea no la había echo yo si no el propio demonio y parecía que poco a poco iba tomando el control.
─ No volverás a controlarme…─ dije con convicción mientras me miraba las manos, después empecé a caminar hacia la parada del autobús para volver a casa.
El estomago me gruñía y ya era tarde, tenia ganas de llegar a casa y descansar de lo que había pasado esperando que mi madre hubiera recuperado su color de pelo normal.
El trayecto fue normal aunque no dejaba de pensar en la pelea que había tenido con ese chico.
Tenia miedo de que ese demonio o l oque fuera empezara a tomar el control y que mi personalidad o yo mismo inclusive desapareciera.
Me quede mirando por la ventana viendo el paisaje de siempre como pasaba por delante de mis ojos hasta que llegue a mi parada, seguidamente baje del autobús y empecé a caminar mirando mis manos con extrañeza y algo de miedo.
Al llegar al portal subí las escaleras y entre en el portal mientras unos vecinos salían la tarde que estaba despejada empezaba a nublarse poco a poco.
Y las temperaturas suaves empezaban a descender lentamente entre en el portal y pulse el botón del ascensor una vez arriba abrí la puerta y nada mas cerrar mi madre saco la cabeza por la puerta de la cocina.
─ Date prisa la comida casi esta…─ dijo mi madre con su típica sonrisa mientras veía como el color de su pelo había vuelto a ser normal, el olor de la comida enseguida llego a mi nariz.
Sin decir nada fui hacia mi cuarto y solté los libros después entre en el cuarto de baño y me lave las manos por un instante me quede mirándome al espejo con cierto miedo.
─ Venga que se enfría…─ hablo mi madre mientras traía la ensalada a la mesa aunque mi padre casi nunca venia a comer.
─ ¿Qué tal ha ido el resto de las clases…?...─ pregunto mi madre mientras me pasaba algo de ensalada y me servia algo de sopa.
─ Bueno mas o menos…─ dije a la vez que comía algo pero mi madre enseguida empezó a mirarme fijamente haciendo que me recorriera un escalofrió por la espalda, siempre que lo hacia me sentía incomodo era como si fuera un detector de mentiras humano.
─ ¿Más o menos…?...─ cuestiono mi madre al mismo tiempo que dejaba de comer y me miraba con preocupación.
─ He tenido una…pelea con un chico…─ respondí con tono de miedo al mismo tiempo que seguía comiendo y mirando al plato sin llegar a ver los ojos de mi madre.
─ ¿Y que ha pasado…?...─ volvió a cuestionar mi madre esta vez con un tono que me daba escalofríos, la tensión en el lugar podía cortarse con un cuchillo e iba en aumento.
─ Las chicas me ayudaron…pero la final lo resolví sin pelea…─ respondí con toda la sinceridad de que era capaz para que no se preocupase, pero sabia que algo sospechaba.
─ ¿Estas seguro que no ha pasado nada…?...─ pregunto de nuevo mi madre temiéndose que había pasado algo puesto que las chicas me hubieran defendido resultaba raro.
─ Si, no fue nada de verdad…solamente hable con ellos y no paso nada mas…─ respondí con mas miedo que otra cosa en el tono de la voz mientras seguía comiendo.
─ Cariño…sabes de sobra que si pasa algo seria mejor que me lo dijeras…si puedo ayudarte lo haré...─ comento mi madre de nuevo con insistencia mientras me miraba fijamente, notaba que sabia algo que había pasado pero quería asegurarse.
─ Bueno si pasó algo…pero no fue nada en serio…─ respondí tímidamente derrumbándome después de la presión sabia perfectamente que seguiría preguntándome.
─ ¿Qué ha pasado…?...─ pregunto mi madre esta vez con tono serio mientras dejaba los cubiertos encima de la mesa y cruzaba los dedos delante de su rostro esperando mi respuesta.
─ Cuando fui al baño…ese demonio salio del espejo e intento estrangularme…después en la pelea fue como si tomara el control de alguna forma pero no hizo nada de verdad…─ respondí con tono de miedo, puesto que sabia lo que iba a pasar.
─ Cariño… ¿Cuánto hace de eso…?...me refiero a lo del espejo…─ pregunto mi madre mientras notaba como poco a poco el tono cambiaba y parecía que fuera a lanzárseme encima.
─ Pues un día o dos…─ respondí con desconcierto y miedo esperando cualquier cosa de mi madre por ocultarle eso.
─ Te dije que si pasaba algo diferente me lo contaras…¿Crees que esto es una broma…?...Ese demonio es peligroso…y mas si va tomando el control de tu cuerpo…─ comento mi madre elevando el tono de voz, me sentía culpable por haberle ocultado eso pero tampoco podía decírselo.
─ Pero es que pensé que no pasaba nada…no me ha hecho ningún daño…me ha ayudado en la pelea…─ dije pasando por alto el hecho que casi termina estrangulándome en el cuarto de baño y no quería meter mas leña al fuego.
─ Cariño eso es la forma más fácil de tomar el control haciéndote creer que te ayuda…─ comento mi madre con tono de preocupación al mismo tiempo que empezaba a pasear por la estancia con rostro de preocupación.
─ Lo siento…nunca me había peleado antes y me sentí genial…─ dije recordando la pelea y que había ganado ya que nunca me había metido en una.
─ Tenemos que sacar exorcizar a ese demonio lo antes posible…voy a ir preparando el ritual para hacerlo de mientras termina de comer te harán falta las fuerzas…─ comento mi madre con determinación entrando en su habitación mientras escuchaba como trasteaba entre frascos y otras cosas.
Seguí comiendo con cierto miedo del exorcismo aunque tenía razón y si ese demonio terminara tomando el control completo.
Termine de comer con miedo cuando hube acabado puse los platos en el fregadero y al lavarlos pude ver un fogonazo de luz que ilumino la estancia y seguidamente el sonido del trueno.
─ Genial…─ dije de manera irónica mientras lavaba los cacharros y veía como empezaba a llover.
─ Cariño ya esta listo vente…─ dijo mi madre con cierto tono extraño que nunca había escuchado antes.
Al entrar en su habitación pude ver que estaba vestida con el kimono tradicional y portaba una vara con unas tiras de papel blanco, en su muñeca portaba un rosario de cuencas de color verde, y en su mano una flecha, en el cuello portaba una megatama de jade o eso me parecía por su tonalidad.
En el suelo había varios signos japoneses haciendo un círculo que estaba hecho con tinta negra, el lugar olía a incienso.
El intenso olor hizo que estornudara; mi madre me tomo de los brazos y me puso dentro del circulo este enseguida empezó a relumbrar con color dorado.
Intente moverme para salir pero era como si una barrera detuviera mi paso no había forma de salir del circulo que había echo.
Mi madre empezó a recitar un mantra una y otra vez mientras la luz de círculo comenzó a aumentar su luminosidad.
Empecé a sentir un dolor intenso como si me estuvieran arrancando el corazón después de eso mi madre se pincho el dedo con la flecha mientras que podía ver como el demonio se deparaba de mi cuerpo era como tener la imagen del mismo a mi lado.
─ ¿Pero que demonios…?...─ pregunte mientras acercaba la mano para tocarlo y este hacia lo mismo sin embargo era como si algo nos impidiera tocarnos.
Todo iba normal o eso pensaba puesto que el dolor era soportable hasta que mi madre clavo la flecha en el suelo y eso hizo que soltara un grito de dolor era como si me hubieran atravesado el pecho de lado a lado.
─ Anata ga sunde iru karada o nokoshimasu…─ dijo mi madre repitiéndolo una y otra vez mientras el dolor aumentaba y caía al suelo de rodillas.
El dolor incrementaba pro momentos mientras que de rojo podía ver como el demonio golpeaba la barrera que nos separaba como si quisiera volver de nuevo al cuerpo.
─ AAAAHHHH!!!...─ grite con todas mis fuerzas mientras le soltó se incrementaba pro momentos y mi madre seguía recitando las palabras.
Era insoportable y no sabía si terminaría alguna vez o acabaría con mi vida, mi madre en un momento pareció detenerse y el dolor relajarse por un momento….
FIN DEL CAPITULO 3
P.D: Bueno dejo el siguiente capitulo espero que os guste a todos y muchas gracias .
Inició el tema
Mazoku
630
3.588 ATC
EXORCISMO PELIGROSO
─ Cariño debes aguantar…─ dijo mi madre animándome a que aguantara, esta enseguida se puso de rodillas y empezó a hacer unos símbolos alrededor de la fecha haciendo que el demonio empezara a ser absorbido.
─ AAAAHHH!!!...─ grite con todas mis fuerzas volviendo a sentir el dolor era como si me arrancaran el corazón.
─ MAMA DUELE MUCHO!...─ grite mientras me apretaba el pecho y veía como el demonio poco a poco era siendo absorbido por la flecha y la punta relumbraba con fuerza.
─ Aguanta cielo ya queda poco…─ volvió a decir mi madre mientras seguía concentrándose y el demonio estaba siendo absorbido sin embargo podía ver su rostro como si el también estuviera sufriendo aunque no podía escuchar sus gritos.
En un momento caí al suelo y perdí el conocimiento la vista séme nublo completamente y el dolor desapareció por completo, no sentía nada en absoluto solo había oscuridad.
No supe le tiempo que pase solo que sentí unos golpes en el rostro y que alguien me llamaba.
─ Yuki…Yuki…─ dijo una voz que me era muy familiar, empecé a abrir los ojos y pude ver que estaba en mi cama y mi madre estaba a mi lado con rostro de preocupación.
─ ¿Has podido separarlo…?...Auch!...aun me duele el pecho…─ exclame poniéndome la mano en el pecho e intentando incorporarme un poco en la cama.
Mi madre me ayudo para hacerlo mientras me arropaba un poco pero en su rostro me daba la sensación que no había sido posible.
─ Si hubiera continuado…hubieras muerto…lo siento cariño…─ dijo mi madre mientras me tomaba la mano y me la apretaba con cariño aunque no podía culparla lo había intentado.
─ Podrías contenerla para que no se presentara cuando entre en el instituto…─ dije pensando que podría ser una solución mi madre se puso a pensar pero enseguida me negó con la cabeza.
─ Ojala pero eso solo lo hará mas fuerte…cuando sale es como una liberación para el demonio…lo único que puedes controlarla todo lo que puedas si pasa algo tengo pensando algo para retenerte o sea retenerlo…ahora descansa un poco…─ dijo mi madre con todo el cariño podía verse que se sentía frustrada por no poder hacer mas.
A los pocos segundos entro mi padre y se puso a mi lado mientras me pasaba la mano por el pelo.
─ ¿Qué tal te encuentras de la gripe…?...─ pregunto mi padre enseguida mire a mi madre sorprendido por lo que había preguntado esta solo pudo mas que mover los hombros como diciéndome que no sabia que haberle dicho mas.
─ Bien…estoy mucho mejor…─ dije intentando mantener un tono que sonase a verdad mienta sonreía de manera falsa.
─ Es mejor que le dejemos descansar…─ dijo mi madre mientras salía de la habitación aunque poco a poco sentía que estaba mejor.
─ Muy bien tendremos que convivir…pero no creas que te voy a dejar hacer lo que quieras…─ dije mientras me miraba las manos hablando con tono serio como si estuviera hablando con el demonio.
Me levante y abandone la habitación para comer algo puesto que el estomago me estaba rugiendo.
─ Vaya… ¿tienes hambre…?...─ pregunto mi padre mientras sonreía un poco poniendo la mesa.
─ Si, tengo algo de hambre…─ dije mientras mí estómago emitía algunos ruidos haciéndome saber que estaba hambriento.
─ La comida esta lista…─ dijo mi madre mientras traía una sopera y seguidamente uno plato con ensalada.
Empezamos a comer tranquilamente mientras mis padres hablaban de como les había ido el día y me preguntaban que tal en el instituto y los exámenes lo típico que se suele hablar en esas ocasiones.
Después de haber comido me senté en el sofá mientras cambiaba de canal para ver si encontraba algo interesante.
Hasta que en una pasada vi una noticia que hablaba de nuestro instituto al parecer habían encontrado un chico muerto en la parte de atrás del edificio, aunque no sabían lo quien había sido junto con otra muerte en un hospital de una enfermera al parecer esta había muerto de terror por un fallo cardiaco.
─ Dios!...¿ese no es tu instituto…?...─ pregunto mi padre con sorpresa y algo de miedo en el rostro.
─ Si, pero yo no le hice nada…─ dije de manera improvisada mientras el resto de la frase se me escapaba.
─ ¿Qué has dicho…?...─ pregunto mi padre sorprendido mientras me miraba con sorpresa.
─ Que parece que no le han hecho nada…─ dije intentando hacer que sonara diferente pero lo mismo.
─ Si, es verdad como lo habrán matado…─ dijo mi padre mientras permanecía atento a la noticia aunque mi madre me miraba con enfado pensando seguramente que lo había echo pero enseguida le negué con la cabeza haciéndole saber que no le había echo nada.
La noticia siguió un buen rato pero no parecía que supieran quien lo hubiera echo al menos pude respirar aliviado.
─ Cariño ve a estudiar un poco para mañana…─ comento mi madre haciéndome que saliera de la sala.
Sin pensarlo mucho fui hacia mi cuarto y me senté en la cama pensativo en lo que había pasado era imposible según recordaba no le había echo daño y esa enfermera la había visto morir en el hospital.
A los pocos segundos mi madre llamo a la puerta y entro sentándose a mi lado en la cama mientras me miraba seriamente.
─ ¿Qué le hiciste a ese chico…?...Espero que no llegaras a matarle…─ dijo mi madre con seriedad mientras me miraba de una forma que me daba un escalofrío.
Empecé a recordar todo lo que había echo en la pelea pero jamás le había llegado a matar.
─ Solamente le detuve…no llegue a pelear con el…es increíble, te lo prometo no le he matado…─ dije pensando una y otra vez en lo que había echo pero jamás le había propinado un golpe solamente le había detenido incluso le había visto escapar amenazándome.
─ Incluso cuando se fue me dijo que no seria la ultima vez que me vería…además las chicas que me acompañaban lo vieron irse asustado…─ comente puesto que tenia testigos que sabían que se había marchado vivo con sus amigos.
─ ¿Después de eso que hiciste…?...─ cuestiono de nuevo mi madre con seriedad y mirándome fijamente.
─ Después volví al instituto y espere a que todo el mundo se hubiera ido y seguidamente me volví a transformar para irme…─ dije mientras recordaba lo que había echo y estaba seguro que en ningún a ocasión había perdido la memoria de lo ocurrido.
─ ¿Estas seguro de que no paso nada mas…?...─ pregunto nuevamente mi madre sin dejar de mirarme a los ojos.
─ Si, estoy seguro no paso nada mas…además a esa enfermera la vi morir también en le hospital cuando bajábamos a la morgue…─ dije recordando la otra muerte en eso mi madre empezó a pensar o recordar si había pasado algo mas.
─ Muy bien, cariño solo quiero estar segura que ese demonio no te controla nada mas…lo siento si soy dura en esto…─ comento mi madre con cierto tono de ternura aunque la entendía siempre me ponía los pelos de punta cuando se ponía seria.
─ No te preocupes…lo entiendo…─ hable quitándole un poco de presión a mi madre puesto que parecía muy preocupada.
─ Cariño te llaman por teléfono…─ dijo mi padre desde el salón, cosa que me extrañaba.
─ ¿Quién es…?...─ cuestiono mi madre con total tranquilidad mientras esperaba la respuesta.
─ Es la madre de Ángela parece que esta un poco preocupada y ha preguntado por ti…─ hablo mi padre con tono de seriedad y enseguida mi madre salio de mi habitación.
Al momento me acerque y abrí la puerta para ver si me enteraba de lo que estaba pasando.
─ Cálmate… ¿Qué es lo que esta pasando…?...vale, de acuerdo…voy enseguida…─ dijo mi madre y al mismo tiempo colgaba el teléfono enseguida pude ver el rostro serio y que entraba en su dormitorio.
Al momento fui hacia el dormitorio de mis padres viendo que mi madre estaba revisando entre sus cosas y poniéndolas en una mochila.
─ ¿Cariño que es lo que pasa…?...─ pregunto mi padre extrañada mientras veía a mi madre metiendo cosas en una mochila.
─ La madre de Ángela que esta preocupada por su hija tiene bastante fiebre y no sabe que hacer…ella tiene que ir a un sitio y quiere que me quede con su hija…volveré tarde…─ dijo mi madre mientras seguía metiendo cosas en su mochila aunque algunas parecía que se las metiera en los bolsillos para que mi padre no las viera.
─ Voy contigo…quiero ver a Ángela…hoy no ha venido al colegio…─ dije y enseguida mi padre me miro extrañado.
─ Cariño es mejor que te quedes…─ dijo mi madre con un tono de reproche oculto para que no fuera.
─ Si es mejor, así no molestas a tu madre…─ dijo mi padre y enseguida abandono la habitación y volvió asentarse en el sofá.
─ Cariño es mejor que no vayas…no se lo que puede pasar….además la madre de Ángela esta asustada…a Ángela le esta pasando cosas raras…─ dijo mi madre susurrando mientras metía algunas cosas mas en la mochila.
─ Somos amigos desde que éramos pequeños…además si puedo ayudar en algo no pienso dejarla sola…─ comente esta vez con determinación mientras miraba esta vez yo a los ojos a mi madre.
Así estuvimos un par de segundos en completa seriedad y mi madre solo pudo asentir y volver donde tenía la mochila y cerrarla.
─ Escucha si vas a venir conmigo…prométeme que vas a hacer lo que yo te diga y como te lo diga…entiendes no quiero que te pase nada…ni a Ángela tampoco…─ dijo mi madre con seriedad y en ese momento fui a mi cuarto y empecé a tomar algunas cosas en una mochila tardando poco en hacerla.
─ ¿Al final va a ir contigo…?...─ pregunto mi padre levantándose del sofá y acercándose a mi madre.
─ Si, es su amigo desde que eran pequeños…además así tengo algo de ayuda…─ dijo mi madre y enseguida se dieron un beso despidiéndose.
─ Quizás volvamos tarde…no me esperes despierto…─ dijo mi madre devolviéndole el beso y seguidamente tomamos los paraguas.
Salimos al portal y no parecía haber nadie el sitio estaba en silencio sol ose escuchaba el repiquetear de la lluvia contra los tejados metálicos.
Bajamos por le ascensor y llegamos a la puerta del portal nada mas salir un relámpago ilumino el lugar haciendo que las farolas parpadearan con fuerza seguidamente y un trueno lleno el lugar.
Había algunas personas con paraguas pasando por la calle y no había mucho trafico, al parecer la tormenta la teníamos justo encima.
─ Vamos a la parada…─ dijo mi madre mientras caminábamos por la calle viendo los negocios que aun estaban abiertos y la gente pasar.
Al llegar a la parada cerramos los paraguas mientras nos poníamos debajo del techo de la parada.
El silencio se hizo presa no dijimos nada mientras estuvimos esperando el autobús una vez llego entramos y nos sentamos al fondo, mi madre entretanto empezó a revisar lo que tenia en la mochila para ver si se lo había traído todo.
─ ¿Por esto es lo que te llaman…?...─ pregunte intentando averiguar si esto es l oque hacia cuando tenia que irse.
─ Bueno si mas o menos, a veces me llaman para que bendiga un lugar…otras por si acaso hay algún espíritu y poca cosa esto nunca me había sucedido…─ respondió mi madre mientras me explicaba que hacia cosas que no eran muy peligrosas.
─ Lo siento…ha sido mi culpa…─ comente con tono de tristeza mientras bajaba la cabeza de arrepentimiento la haberla metido en ese lío.
─ Cariño…tu no tienes la culpa las cosas han venido así nada mas…─ hablo mi madre mientras me varaba de manera tierna.
Estuvimos unos pocos segundos hasta que el autobús llego a la parada, seguidamente bajamos y nos dirigimos hacia el piso de Ángela.
Avanzamos pro la calle hasta llegar al portal en ese momento mi madre elevo la cabeza e hice lo mismo en ese momento pude ver una bandada de cuervos que estaban por encima del edificio revoloteando….
FIN DEL CAPITULO 4
P.D: Bueno termine esta novela de momento si alguien quiere que continue alguna en especifico que me lo diga muchas gracias y espero que os guste a todos .
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