MUERTE ILUSORIA
Al notar que podía tirar de algo, utilice todas mis fuerzas mientras sentía como al sangre resbalaba y la presión de las placas del cierre amenazaban con cortarme el brazo.
─ AAAAHHHHH!!!...─ grite con todas mis fuerzas tirando de eso mientras escuchaba como el golem gruñía con fuerza.
Cuando por fin escuche como crujía algo junto con el gruñido del golem, pude ver unos tentáculos y rápidamente aplique la otra mano mientras hacia fuerza con las piernas.
Varias cosas crujieron de repente cuando por fin pude sacar el supuesto corazón del golem pude ver una piedra que parecía palpitar junto con unas esferas luminiscentes adheridas a esta.
Dando un salto con los brazos doloridos y sangrando aun el golem emitió un grito que inundo el suelo mientras caía al suelo, este inundo el lugar resonando en todas partes haciendo que el sitio temblase.
Mientras sostenía ese corazón extraño y el sitio temblaba enseguida mire al techo viendo como las estalactitas temblaban con fuerza de reojo mire hacia la Oreade que parecía sonreír ligeramente desde donde estaba.
Cuando me di cuenta que una de las estalactitas caía hacia donde estaba el golem atravesándole por donde le había arrancado el corazón deshaciéndose esto en rocas.
Enseguida empecé a moverme pero las piernas casi no me respondía y el cansancio me atenazaba el cuerpo y la mente cuando enseguida me fije en Alma que estaba en otra parte del sitio y en cuanto se dio cuenta se puso encima de la Driade que parecía no poder moverse.
─ Mierda!...Cuidado!...─ exclame varias veces mientras mis piernas me dolían horrores y el cuerpo me decía que descansara y la mente que me rindiera.
Las estalactitas caían al suelo clavándose en el sitio, miraba hacia el techo de vez en cuando esquivándolas mientras que el suelo temblaba, viendo que estas caían cerca de ellas pero la suerte no duraría mucho.
Cuando me di cuenta que una de las rocas caían encima de ellas, acelere lo que pude notando los músculos doloridos y la sangre que seguía rodando por mis brazos.
Por suerte pude llegar a tiempo sujetando la piedra a escasos centímetros de ellas mientras veía a Alma encima de la Driade que enseguida me miro con ojos sorprendidos.
─ Venga…salid…deprisa…─ dije de manera entrecortada mientras sostenía la piedra que por poco las hubiera matado.
Enseguida Alma tomo a la Driade en sus brazos pero antes siquiera que pudiera salir pude ver el miedo y la rabia en los ojos de Alma mirando hacia donde estaba enseguida supuse que era la Oreade que estaba detrás de mí.
─ Vaya parece que eres mas fuerte de lo que suponía…─ dijo de forma casi deslizando las palabras por su boca mientras que intentaba mirar hacia atrás para ver que es lo que pasaba.
Enseguida escuche un sonido rocoso que estaba cerca de donde estaba al momento sentí un dolor horrible en la espalda que choco contra mi espalda.
─ No pienso dejarte escapar de aquí…─ dijo la Oreade y enseguida note varios golpes en la espalda y las costillas enseguida escupí sangre pero no podía dejar la roca cayera encima de ellas, pero no podría estar así por mucho tiempo.
─ Suelta, la roca…de una vez…─ hablo la Oreade mientras seguía golpeándome una y otra vez las fuerzas me fallaban por segundos.
─ Déjala en paz!...─ exclamo Alma mientras sentía un calor proveniente de ella de un movimiento empujo a la Driade hacia otra parte apartándola del peligro y después de eso se lanzo hacia la Oreade con todo su cuerpo tirándose encima de ella rodando ambas por el suelo.
Solté la piedra que sostenía con alivio y mire hacia donde estaba Alma y estaba encima de la Oreade y comenzaba a propinarle golpe con todas sus fuerzas.
─ Muérete…de una vez!...─ exclamo Alma mientras seguía golpeando pude ver la sangre que salpicaba el suelo mientras descansaba un poco recuperando las fuerzas.
─ ALEJATE DE MÍ!!!...─ grito con todas sus fuerzas la Oreada haciendo un simple movimiento y lanzando a Alma contra una de las estalactitas que habían caído al suelo.
El cuerpo de Alma choco contra la roca haciendo que Alma vomitara algo de sangre cayendo al suelo, la Oreade en un movimiento se levanto sin esfuerzo.
─ Al principio solo la quería a ella…pero ahora no saldréis vivas de aquí…─ hablo la Oreade regocijase en sus palabras mientras me miraba con odio en sus ojos y daba unos pasos hacia donde estaba.
Mi cuerpo no respondía la sangre seguía manando de mis brazos dejando charcos en el suelo y el cansancio me paralizaba el cuerpo, me quede mirándole a los ojos fijamente.
─ Venga…muévete…─ me repetí una y otra vez susurrándolo para poder moverme, mi mirada se fijo en los brazos de la Oreade que estaban recubiertos de piedra enseguida pude ver como de estas apareció una púa en cada mano.
En el caminar de la Oreade se giro hacia donde estaba alma y tomándola del pelo la elevo sin dificultad y se me quedo mirando por unos momentos.
─ Veras a tu amiga morir…─ comento la Oreade mientras veía el rostro de Alma casi sin vida mientras que su cuerpo se elevaba como si fuera un trapo con la fuerza de la Oreade.
─ Venga muévete…─ volví a repetirme una y otra vez moviendo una mano que sentía un dolor horrible.
Los músculos no me respondían por el dolor y el cansancio me atenazaba el cuerpo por la perdida de sangre, al mismo tiempo la Oreada giro la cabeza mirando a Alma.
Forcé todo lo que pude mi cuerpo pero solamente pude dar unos pequeños pasos en la dirección de la Oreade mientras esta elevaba el brazo para propinarle el golpe de gracia.
En mi mente pude ver a Alma muerta en el suelo en un charco de sangre en el suelo con un agujero en su cuerpo.
El golpe de la Oreade se me hizo eterno no pude mas que gritar con todas mis fuerzas al mismo tiempo que seguía intentando que mi cuerpo reaccionara.
─ NOOOOO!!!...─ grite con todas mis fuerzas dejándome la garganta en el sitio mientras cerraba los ojos.
Por unos segundos que se me hicieron toda una vida pero no escuche ningún sonido extraño, cosa que me extraño bastante.
Cuando abrí los ojos pude ver con regocijo como la Driade estaba de pie a duras penas tambaleándose que había soltado unas lianas y el estaba sujetando el brazo con las pocas fuerzas que tenia.
─ No…lo…harás…─ mascullo la Driade mientras sostenía el brazo de la Oreade con las pocas fuerzas que tenia mientras que miraba al suelo.
─ Parece que aun te quedan…algunas fuerzas…─ comento la Oreade con cierta satisfacción.
La Oreade solamente me miro y tiro con fuerza haciendo que la Driade saliera despedida hacia una de las estalactitas golpeando con todas sus fuerzas haciendo que el cuerpo de esta golpeara contra la roca y que vomitara algo de sangre y su rostro se retorciera de dolor.
─ NOOO!...─ exclame con fuerza viendo el horrible espectáculo pero en ese momento giro su brazo de nuevo haciendo que la Driade se dirigiera hacia donde estaba y se chocara contra mi haciendo que nos desplazáramos unos metros.
─ UGH!...─ exclame por el dolor que me provoco el cuerpo de la Driade chocando contra el mío.
Mire el rostro de la Driade que parecía que hubiera muerto apartando su cuerpo ligeramente hacia un lado viendo que estaba sin vida o eso me parecía.
─ Ahora le toca a ella…─ hablo la Oreade con ira deshaciéndose de las lianas con un simple movimiento de brazo.
No se ni lo que se me paso por la mente en ese momento le había tomado mucho cariño a ellas, mi cuerpo reacciono en ese momento pensé solamente en atacar a la Oreade con toda mi rabia e ira que sentía en el corazón.
En un momento sentí que mi cuerpo había golpeado algo y caía al suelo, cuando llegue a darme cuenta había impactado contra la Oreade haciendo que esta cayera al suelo impactando contra el suelo y desplazándose unos metros.
─ ¿Pero que…?...─ pregunte al verme hacia donde me había trasladado en un instante mi cuerpo parecía incluso despedir calor podía incluso ver vapor salir de mis manos que estaban algo enrojecidas.
─ Alma despierta…─ comente mientras le golpeaba suavemente en el rostro pude ver como esta abría los ojos lentamente y solamente me sonreía.
Mire hacia donde se suponía que estaba el cuerpo de la Oreade que aun seguía en el suelo sin moverse.
Viendo que Alma empezaba a reaccionar me dirigí hacia donde estaba la Dríade esta parecía que estaba muerta le golpee suavemente en el rostro pero esta no abría los ojos y pude ver como su cuerpo empezaba a tomar un cierto color marrón en vez del suyo natural.
─ Venga no me hagas esto…reacciona…─ dije mientras zarandeaba su cuerpo suavemente haciendo que por lo menos se moviera algo.
Su cuerpo seguía inmóvil y ese ex5traño color se esparcía lentamente pareciera que se estuviera marchitando.
Solamente sentí como la pena inundaba mi corazón haciendo que empezara a llorar, las lágrimas recorrían mis ojos y caían sobre su cuerpo no pude más que dejarla en el suelo con suavidad.
─ ¿Cómo te has atrevido…?...─ pregunto con ira en su voz mientras se levantaba con cierta dificultad parecía que el golpe que le había dado había sido efectivo.
Nada mas escucharla me levante sintiendo los músculos doloridos pero casi ni sentía ese dolor ni el cansancio en mi cuerpo, ni siquiera el cansancio por la perdida de sangre.
─ ¿Por qué lo has hecho…?...Ella no merecía este final…─ hable dándome la vuelta y mirándola fijamente a los ojos y viendo ese rostro lleno de ira.
Podía sentir el aire del lugar como refrescaba mi piel mientras que los músculos se me tensaban con toda su fuerza y como el corazón latía con toda la fuerza que podía ya solamente tenia una idea en la mente acabar con la Oreade.
Nos quedamos pro unos segundos mirándonos que parecía que fuesen horas el combate aunque no se había iniciado físicamente ya estábamos luchando en nuestra mente.
─ AAAHHHH!!!...─ gritamos ambas con todas nuestras fuerzas, nunca había sentido esa rabia en mi corazón solamente quería verla muerta.
Nos lanzamos una contra la otra al impactar mi mano desnuda choco contra su puño que había rocas a su alrededor endureciéndolo pero enseguida estas cedieron resquebrajándose y cayendo al suelo mientras que la Oreade salio despedida hacia una de las estalactitas chocando contra ella dejando una depresión sobre esta.
─ Esto no es posible… ¿Cómo lo has hecho…?...─ pregunto la Oreade con una mezcla de rabia y miedo viendo como sui mano estaba ensangrentada y aprecia incluso que los dedos estuvieran rotos al mismo tiempo que la roca que lo había rodeado estaba completamente destrozada en el suelo.
─ ¿Por qué lo hiciste…?...no debiste haberlo echo…─ dije con toda la rabia que tenia en mi corazón lanzándome de nuevo contra ella al estar a su altura empecé a golpear con fuerza el primer impacto choco contra su brazo que enseguida las rocas que lo rodeaban cedieron de inmediato resquebrajándose, al siguiente golpe escuche un alarido de dolor y un crujido le había roto el brazo que este descendió de inmediato descubriendo su guardia.
Seguí golpeando una y otra vez en su rostro con toda la rabia que podía a cada impacto la estalactita temblaba con fuerza haciéndose la depresión más grande mientras que sentía como su sangre me salpicaba mi rostro y la roca.
El calor de su sangre incluso me parecía de lo mas embriagador en ese momento por unos instantes seguí golpeando salvajemente en su rostro viendo como los ojos se le hinchaban y la sangre no dejaba de salir de su nariz.
─ Detente!...─ exclamo Alma desde donde se encontraba al momento detuve mis ataques viendo el rostro casi deformado de la Oreade sangrante me retire mirando mis manos que también tenia su sangre sobre ellas.
─ ¿Pero que he hecho….? ...Esto es una pesadilla…─ comente mirándome las manos con horror mientras me acercaba hacia donde estaba Alma tomando a la Driade en mis manos esperando poder enterrar su cuerpo ya fuera de las cuevas.
Pero cuando gire mi mirada pude ver que no estaba el cuerpo de la Oreade en donde la había dejado y enseguida pensé que se venia otra pelea mas.
El ataúd del centro aun estaba intacto por un segundo escuche un sonido rocoso como si se estuviera abriendo, al andar hacia este pude ver como se abría lentamente.
─ No puede ser es imposible…corre llévate a la Driade fuera de aquí…yo me encargo…─ dije mientras le ofrecía el cuerpo a Alma que esta la tomo y se me quedo mirando.
─ ¿Qué vas a hacer…?...Tenemos que irnos rápido…─ cuestiono Alma con cierto miedo mientras sostenía el cuerpo inerte de la Driade pero sabia que no dejaría de perseguirnos aunque saliéramos del sitio.
─ Me ocupare de ella definitivamente…ahora vete…─ comente alzando un poco al voz viendo como Alma se me quedo mirando y después de eso empezó a correr hacia la salida.
─ Muy bien…he de admitir que me has sorprendido…y es mejor que tus amigas se hayan ido para que no vean lo que va a pasar…─ hablo la Oreade mientras se acercaba contoneándose al caminar de manera provocativa.
Me coloque preparada con los puños cerrados esperando cualquier cosa aunque sin embargo no pareciera que fuera a atacar poco a poco empecé a notar como mi cuerpo se tensaba y los músculos crujían mientras notaba incluso como el sexo nuevo que tenia se tensaba haciendo que palpitara mas de l oque ya lo estaba haciendo.
─ No le harás daño…─ comente mientras notaba como algo de vapor salía de mi cuerpo, incluso parecía que estuviera creciendo.
Pero cuando iba siquiera a dar un paso note como estaban bloqueados, al mirar al suelo pude ver un amasijo de piedra encima de ambas piernas.
Intente con todas mis fuerzas mover las piernas pero estaban como clavadas al suelo pero en cuanto menos me lo espere note como la Oreade estaba a mi lado.
Pasando las manos por los hombros sintiendo su aliento en mi nuca y para mi sorpresa empezó a darme besos en la nuca de una manera apasionada.
─ ¿Pero que estas haciendo…?...─ pregunte mientras notaba como esos besos empezaban a calentarme en cierta manera pero no de la forma que había pensado, empezaban a hacerme efecto mientras que mi sexo reaccionaba elevándose lentamente.
─ Es solamente un momento…necesito algo de magia…─ dijo la Oreade casi de manera desesperada mientras se colocaba delante mía a escasos centímetros de donde estaba el suficiente para no poder atacarla.
Aunque el sexo me molestaba bastante puesto que ya estaba completamente erecto palpitando con fuerza incluso dando pequeños golpes moviéndose casi por si solo.
─ Has matado a la Driade…no te lo perdonare…─ dije mientras me movía manteniendo el equilibrio y moviendo los brazos para poder atacarla.
En ese momento moví la pierna haciendo que la piedra se deshiciera rompiéndose casi al instante, enseguida pensé que la magia estaba agotándose.
Cuando por fin logre mover las piernas la Oreade en un movimiento rápido pude ver que estaba arrodillada y con parte de mi sexo en la boca que empezó a mover la lengua y la mano aferrandose con fuerza, de repente el placer me invadió haciendo que me recorriera un escalofrió pro la espalda.
─ ¿Pero que…?...─ cuestione mientras veía como empezaba a entrar en su boca el sexo lentamente ensalivándolo notando ese calor que envolvía mi sexo incluido con su saliva.
El calor me inundaba los gemidos se me escapaban de la boca resbalándose mientras la Oreade no dejaba de lamer y chupar una y otra vez ensalivándolo haciéndolo brillar con la luz del sitio en donde nos encontrábamos pero al mismo tiempo me sentía observada como si me estuvieran mirando desde todas partes.
La mano de la Oreade se movía cada vez con más rapidez mientras la saliva no dejaba de fluir de su boca que apretaba y engullía mi sexo con intensidad notándose incluso en los mofletes de su boca y a veces en su garganta.
─ Muy bien…tu lo has querido…─ dije con cierta rabia y placer en mi voz al agacharme por un momento y tomarla poniéndola de pie, esta se me quedo mirándome extrañada pensando que haría cualquier cosa.
En un movimiento la eleve unos centímetros pude ver en sus ojos la sorpresa y con un movimiento rápido con la nueva fuerza que tenia le di la vuelta de inmediato dejando su sexo delante de mi rostro y el mío delante de su boca.
─ Ahora esto si va a estar genial…─ comente con cierta lujuria en la voz mi mano enseguida bajo hacia la parte de atrás de su cabeza apretando con fuerza mi sexo contra su boca ejerciendo algo de fuerza hasta que por fin la abrió y de un movimiento rápido la incruste con fuerza hasta el fondo de su garganta notando su esófago y como sus interiores apretaban con fuerza.
Mis pezones empezaban a dolerme mientras que empezaba a mover con fuerza mi mano una y otra vez agarrándole con fuerza el cabello mientras movía la mano con fuerza una y otra vez notando como su rostro golpeaba contra mi abdomen.
La saliva la notaba salir con fuerza y sus gritos ahogados mientras seguía golpeando pude ver como de su sexo empezaban a fluir sus fluidos mojando su entrepierna y sus muslos que brillaban.
─ Dioooossss!!!...─ exclame con fuerza mientras seguía golpeando con fuerza su cabeza contra mi abdomen haciendo que tragara mi sexo con fuerza parecía solo una muñeca en mis manos, sin embargo pensé en meter mi lengua entre su piernas.
Seguí golpeando con fuerza mientras mi lengua se introducía en su sexo saboreando todos sus flujos que salían como en una fuente.
Mi lengua avanzaba por todo su sexo incluso metí la lengua y note como sus carnes apretaban con fuerza mi lengua en un momento sus piernas se aferraron a mi cabeza sin dejarme escapar.
─ Mª!!!...─ exclame o mas bien lo intente puesto que mi boca estaba tapada pro su sexo que no dejaba de manar sus fluidos mientras que con mi mano no dejaba de apretarla con fuerza introduciendo todo mi sexo en su boca llegando a lo mas profundo de su garganta.
Después de unos segundos note como mi sexo se ponía incluso un poco mas grande y tuve que apremiar dando los últimos empujones al final incruste todo mi sexo dentro de ella y el semen empezó a fluir con fuerza directamente en su estomago, escuchando los gritos apagados y casi se quedaba sin respiración pero en un momento su sexo empezó a soltar sus fluidos mojándome la cara con una riada de flujo caliente, sin embargo no pude apartar mi rostro estos comenzaron a bajar por mi garganta.
Mientras nuestros gemidos apagados inundaban el lugar, me pareció incluso escuchar unas voces en toda la cueva.
El semen siguió fluyendo por su garganta incluso pude notar como su abdomen empezaba a agrandarse por un par de minutos estuve mientras el semen fluya de mi sexo hacia dentro de ella.
Después de eso caí al suelo junto con la Oreade que parecía estar en shock mientras veía como el semen aun salía de mi sexo en pequeños chorros pude ver el suelo que había varios charcos de flujos y semen mezclados.
Al girar mi visión pude ver a la Oreade que estaba en el suelo casi sin poder moverse con el abdomen abultado y aun vomitando parte del semen y con los ojos entre cerrados.
─ Joder ha sido increíble…─ comente mientras veía el cuerpo casi inconsciente de la Oreade que no paraba de vomitar semen.
Por unos segundos me quede mirando mi sexo que aun permanecía semi-erecto y goteando semen que hacia un pequeño charco debajo de este.
Después gire la cabeza viendo a la Oreade que incluso su cuerpo aprecia brillar seguí bajando mi mirada hasta que pude ver su trasero que hizo que casi de inmediato mi sexo volviera a palpitar con fuerza sintiendo las venas.
─ Vas a tener mas magia…de la que necesitas eso te lo aseguro…─ comente con una rabia casi lujuriosa mientras ponía a la Oreade bocabajo y me colocaba encima de esta empecé a restregar mi sexo contra su trasero subiendo y bajando como si estuviera buscando la entrada de su cuerpo.
Después de unos segundos note como mi sexo casi encajaba el glande dentro de ella al mirar pude comprobar que era su trasero aunque sin pensármelo mucho empecé a apretar lentamente haciendo que notase cada pulgada de mi sexo como se introducía dentro de ella esta casi abrió los ojos y miro hacia atrás.
Por un momento junte mis besos con los suyos saboreando mi semen que aun brotaba de su boca pero no tarde mucho mientras danzaban nuestras lenguas mezclando ambos líquidos.
Enseguida le tape la boca mientras seguía introduciendo mi sexo pude ver como sus ojos se abrían de par en par y pareciera incluso que estuviera diciéndome que parara.
Pero sin piedad cuando pro fin mi sexo llego a su tope solamente le sonreía de manera picarona y furiosa.
Enseguida empecé a mover mis caderas sacando y metiendo el sexo con fuerza una y otra vez apropiándome de su trasero reclamando ese espacio para mi mientras que podía notar como el semen escapaba de su sexo a pequeños chorros incluso quería salir por su boca que notaba como se mojaba.
Mire a su rostro tenia los ojos abiertos de par en par mientras seguía embistiéndola con fuerza hasta que mi cuerpo chocaba contra el suyo, los pezones me dolían de los duros que estaban mientras seguía empujándole con todas mis fuerzas.
Mis caderas no dejaban de moverse incluso parecía que lo hacían por si mismas podía sentir como su sexo se abría todo lo que podía para acoger el mío mientras que sentía le calor de mi semen mezclado junto con el de su cuerpo.
Mi mano estaba chorreando mientras impedía que saliera el semen por su boca, cuando por fin sentí como su sexo intento apresar al mío mientras que el mío crecía un poco mas sintiendo como las venas engordaban así que arremetí un par de veces mas cuando sentí el semen salía de mi sexo con fuerza volviéndola a inundar en ese momento los ojos de la Oreade se pusieron en blanco mientras el semen la inundaba haciendo que su abdomen ya abultado seguía creciendo un poco mas.
Mis gritos de placer resonaron en el lugar mientras los de la Oreade estaban apagados por el semen que salía por su boca y la mano que tenía puesta en su boca, aparte que parecía que estaba inconsciente.
En un momento caí encima de ella mientras que la Oreade estaba completamente desfallecida.
Me gire cayendo a su lado viendo que tenía los ojos en blanco mientras que mi sexo en cuanto salio de su cuerpo siguió chorreando a pequeños impulsos que hacia que cayera el semen al suelo y salía de su cuerpo con fuerza.
─ Ahí tienes toda la…magia que quieras…─ comente mientras me levantaba aun con las piernas temblándome pero por un momento mire hacia el suelo como si estuviera buscando algo.
Cuando mi vista se quedo fija en una roca con una forma extraña me acerque a esta y la observe con detenimiento y su forma me hacia recordar los butt-plugs que había visto en sex-shops.
─ Perfecto…─ dije sonriendo y con cara de picardía cuando me acerque a esta puse mi mano en su trasero apartando su nalga mientras veía como salía el semen de su trasero.
Después de unos segundos le repaso la lengua por la piedra después de eso empecé a insertarlo en su trasero hasta taponar la salida de semen.
En cuanto hube terminado decidí salir del lugar enseguida pensé en salir de allí que estarían esperándome.
Al pasar por su lado pude sentir como su mano se aferraba a mi tobillo con fuerza, al mirarla pude contemplar que aun permanecía inconsciente podría ser un movimiento reflejo.
Al momento sentí como el tobillo se calentaba sobre todo el tobillo con fuerza intente mover la pierna pero parecía que estuviera aferrada con fuerza, me agache para que me soltara pero en cuanto toque sus dedos sentí un calor abrasador.
─ AAAHHH!!!...SUELTAME!!!...─ grite con fuerza intentando mover la pierna cuando al fin me logre liberar de su apretón enseguida sentí en el brazo el mismo calor que había tenido en el tobillo.
Al mirar pude ver como un reflejo de color rojo que parecía combinarse con las demás marcas que me habían dejado las otras ninfas.
Sin pensarlo mucho y aun con el dolor en el brazo que poco a poco fue desvaneciéndose al salir de allí descubrí que Alma estaba arrodillada delante de la Driade.
Al llegar a su altura me quede mirando como el sol empezaba a salir despejando el ambiente mientras que la noche desaparecía, el aire fresco enfrió mi cuerpo que se calmaba poco a poco mientras que el sexo descansaba.
─ Snif…Snif…─ lloraba Alma al lado de su cuerpo de un color marrón que inundaba su cuerpo en vez del verde de siempre.
─ Será mejor que la enterremos antes que…los animales la devoren…─ comente mientras me agachaba a tomar el cuerpo que su temperatura era fría.
Empecé a caminar con ella en brazos hasta llegar a un lugar tranquilo que parecía un descanso de tierra con ciertas flores pro los alrededores, empecé a abrir un agujero en el suelo, Alma hizo lo mismo ayudándome después de eso la deje en el agujero y empecé a echarle tierra.
Casi de inmediato después de haberla enterrado Alma volvió a tomar su cuerpo normal enseguida esta comenzó a pronunciar una oración por unos segundos me quede mirando al tumba mientras las lagrimas saltaban de mis ojos resbalando por las mejillas.
─ Bueno es mejor que sigamos adelante…nos queda un buen trecho…─ hable secándome las lagrimas y viendo la tumba, sin pensarlo mucho empezamos a caminar pero algo hizo que me girara y enseguida mis ojos se fijaron en un pequeño brote que salía de la misma tumba y empezaba a crecer lentamente.
─ ¿Pero que es eso…?...─ pregunte interesada mientras crecía el pequeño brote y cada vez se hacia mas grande, al llegar a cierta altura empezó a aparecer una flor que parecía crecer cada vez mas grande hasta llegar al tamaño de un ser humano.
Dentro de esta parecía que estuviera latiendo como un corazón podía verse una silueta de una mujer, los pétalos de la flor eran de color rojo intenso mientras seguía palpitando cada vez con más fuerza.
En un momento los pétalos empezaron a abrirse lentamente dejando ver a la Driade era como un renacer en cierto sentido.
─ ¿Qué ha pasado…?...─ pregunto la Driade mientras miraba hacia todas partes ambas nos quedamos sin saber que decir enseguida Alma casi de inmediato cambio a su forma demoníaca y la abrazo con fuerza mientras parecía que estuviera llorando.
Sin pensarlo mucho me uní al abrazo viendo que todo había sido una muerte ilusoria de alguna forma.
─ Después te lo explico…ahora es mejor que continuemos…y que me sueltes la entrepierna…─ comente con cierta alegría mientras tomaba su mano y la apartaba enseguida esta me miro y solamente me sonrió sacando la lengua.
Enseguida empezamos a caminar entre las montañas entre las montañas atravesándolas el aire era casi gélido debido a la altura mientras que el sol apenas parecía calentar.
Continuamos caminando durante un par de horas cuando por fin salimos de las montañas y pudimos ver un valle con un río que discurría al fondo, hasta cuando alce la mirada y pude ver varias islas flotantes por el lugar algunas eran enormes y otras apenas podía contener una persona encima.
─ Woow!...Esto es increíble…─ dije mientras miraba el maravilloso espectáculo que había delante mía.
Así empecé a escalar entre las montañas y saltando entre las islas flotantes que parecían que hubieran sido arrancadas del suelo, el terreno era rocoso en algunas y en otras estaban llenas de césped y flores y algunas incluso con algunos árboles de las mas grandes se podía ver como pequeños ríos que caían al suelo de abajo.
Cuando mire hacia el fondo sentí como un mareo que me sobrecogió enseguida la Driade me tomo de la cintura para impedir que me cayera.
─ Es una buena altura…─ hable mientras miraba al fondo con cierto susto, cuando seguimos caminando pude ver una isla flotante que estaba en el centro y era mucho mas grande de las demás, las otras parecían girar a su alrededor en esta había una gran castillo pero su tono era mas oscuro de lo normal incluso pareciera que la oscuridad se centraba sobre este.
Enseguida el cielo empezó a nublarse rápidamente ocultando el sol casi de inmediato, la temperatura descendió incluso mas de la cuenta sintiendo como la piel se me erizaba.
En un momento dado un relámpago abrió el cielo y empezó a llover el agua estaba helada seguimos moviéndonos entre las islas parecía que no avanzábamos era como si nos moviéramos en circulo.
─ Tenemos que encontrar un refugio…─ dije mientras seguíamos avanzando entre los relámpagos y los truenos que los sentía como si restallaran a mi lado.
Cuando por fin logramos encontrar un árbol aparte de ser lo bastante grande y frondoso para cubrirnos tenia un hueco en el que podíamos refugiarnos, pero al llegar a su entrada pude ver una puerta que no era mas grande que la mitad de mi cuerpo…..
FIN DEL CAPITULO 1
Al notar que podía tirar de algo, utilice todas mis fuerzas mientras sentía como al sangre resbalaba y la presión de las placas del cierre amenazaban con cortarme el brazo.
─ AAAAHHHHH!!!...─ grite con todas mis fuerzas tirando de eso mientras escuchaba como el golem gruñía con fuerza.
Cuando por fin escuche como crujía algo junto con el gruñido del golem, pude ver unos tentáculos y rápidamente aplique la otra mano mientras hacia fuerza con las piernas.
Varias cosas crujieron de repente cuando por fin pude sacar el supuesto corazón del golem pude ver una piedra que parecía palpitar junto con unas esferas luminiscentes adheridas a esta.
Dando un salto con los brazos doloridos y sangrando aun el golem emitió un grito que inundo el suelo mientras caía al suelo, este inundo el lugar resonando en todas partes haciendo que el sitio temblase.
Mientras sostenía ese corazón extraño y el sitio temblaba enseguida mire al techo viendo como las estalactitas temblaban con fuerza de reojo mire hacia la Oreade que parecía sonreír ligeramente desde donde estaba.
Cuando me di cuenta que una de las estalactitas caía hacia donde estaba el golem atravesándole por donde le había arrancado el corazón deshaciéndose esto en rocas.
Enseguida empecé a moverme pero las piernas casi no me respondía y el cansancio me atenazaba el cuerpo y la mente cuando enseguida me fije en Alma que estaba en otra parte del sitio y en cuanto se dio cuenta se puso encima de la Driade que parecía no poder moverse.
─ Mierda!...Cuidado!...─ exclame varias veces mientras mis piernas me dolían horrores y el cuerpo me decía que descansara y la mente que me rindiera.
Las estalactitas caían al suelo clavándose en el sitio, miraba hacia el techo de vez en cuando esquivándolas mientras que el suelo temblaba, viendo que estas caían cerca de ellas pero la suerte no duraría mucho.
Cuando me di cuenta que una de las rocas caían encima de ellas, acelere lo que pude notando los músculos doloridos y la sangre que seguía rodando por mis brazos.
Por suerte pude llegar a tiempo sujetando la piedra a escasos centímetros de ellas mientras veía a Alma encima de la Driade que enseguida me miro con ojos sorprendidos.
─ Venga…salid…deprisa…─ dije de manera entrecortada mientras sostenía la piedra que por poco las hubiera matado.
Enseguida Alma tomo a la Driade en sus brazos pero antes siquiera que pudiera salir pude ver el miedo y la rabia en los ojos de Alma mirando hacia donde estaba enseguida supuse que era la Oreade que estaba detrás de mí.
─ Vaya parece que eres mas fuerte de lo que suponía…─ dijo de forma casi deslizando las palabras por su boca mientras que intentaba mirar hacia atrás para ver que es lo que pasaba.
Enseguida escuche un sonido rocoso que estaba cerca de donde estaba al momento sentí un dolor horrible en la espalda que choco contra mi espalda.
─ No pienso dejarte escapar de aquí…─ dijo la Oreade y enseguida note varios golpes en la espalda y las costillas enseguida escupí sangre pero no podía dejar la roca cayera encima de ellas, pero no podría estar así por mucho tiempo.
─ Suelta, la roca…de una vez…─ hablo la Oreade mientras seguía golpeándome una y otra vez las fuerzas me fallaban por segundos.
─ Déjala en paz!...─ exclamo Alma mientras sentía un calor proveniente de ella de un movimiento empujo a la Driade hacia otra parte apartándola del peligro y después de eso se lanzo hacia la Oreade con todo su cuerpo tirándose encima de ella rodando ambas por el suelo.
Solté la piedra que sostenía con alivio y mire hacia donde estaba Alma y estaba encima de la Oreade y comenzaba a propinarle golpe con todas sus fuerzas.
─ Muérete…de una vez!...─ exclamo Alma mientras seguía golpeando pude ver la sangre que salpicaba el suelo mientras descansaba un poco recuperando las fuerzas.
─ ALEJATE DE MÍ!!!...─ grito con todas sus fuerzas la Oreada haciendo un simple movimiento y lanzando a Alma contra una de las estalactitas que habían caído al suelo.
El cuerpo de Alma choco contra la roca haciendo que Alma vomitara algo de sangre cayendo al suelo, la Oreade en un movimiento se levanto sin esfuerzo.
─ Al principio solo la quería a ella…pero ahora no saldréis vivas de aquí…─ hablo la Oreade regocijase en sus palabras mientras me miraba con odio en sus ojos y daba unos pasos hacia donde estaba.
Mi cuerpo no respondía la sangre seguía manando de mis brazos dejando charcos en el suelo y el cansancio me paralizaba el cuerpo, me quede mirándole a los ojos fijamente.
─ Venga…muévete…─ me repetí una y otra vez susurrándolo para poder moverme, mi mirada se fijo en los brazos de la Oreade que estaban recubiertos de piedra enseguida pude ver como de estas apareció una púa en cada mano.
En el caminar de la Oreade se giro hacia donde estaba alma y tomándola del pelo la elevo sin dificultad y se me quedo mirando por unos momentos.
─ Veras a tu amiga morir…─ comento la Oreade mientras veía el rostro de Alma casi sin vida mientras que su cuerpo se elevaba como si fuera un trapo con la fuerza de la Oreade.
─ Venga muévete…─ volví a repetirme una y otra vez moviendo una mano que sentía un dolor horrible.
Los músculos no me respondían por el dolor y el cansancio me atenazaba el cuerpo por la perdida de sangre, al mismo tiempo la Oreada giro la cabeza mirando a Alma.
Forcé todo lo que pude mi cuerpo pero solamente pude dar unos pequeños pasos en la dirección de la Oreade mientras esta elevaba el brazo para propinarle el golpe de gracia.
En mi mente pude ver a Alma muerta en el suelo en un charco de sangre en el suelo con un agujero en su cuerpo.
El golpe de la Oreade se me hizo eterno no pude mas que gritar con todas mis fuerzas al mismo tiempo que seguía intentando que mi cuerpo reaccionara.
─ NOOOOO!!!...─ grite con todas mis fuerzas dejándome la garganta en el sitio mientras cerraba los ojos.
Por unos segundos que se me hicieron toda una vida pero no escuche ningún sonido extraño, cosa que me extraño bastante.
Cuando abrí los ojos pude ver con regocijo como la Driade estaba de pie a duras penas tambaleándose que había soltado unas lianas y el estaba sujetando el brazo con las pocas fuerzas que tenia.
─ No…lo…harás…─ mascullo la Driade mientras sostenía el brazo de la Oreade con las pocas fuerzas que tenia mientras que miraba al suelo.
─ Parece que aun te quedan…algunas fuerzas…─ comento la Oreade con cierta satisfacción.
La Oreade solamente me miro y tiro con fuerza haciendo que la Driade saliera despedida hacia una de las estalactitas golpeando con todas sus fuerzas haciendo que el cuerpo de esta golpeara contra la roca y que vomitara algo de sangre y su rostro se retorciera de dolor.
─ NOOO!...─ exclame con fuerza viendo el horrible espectáculo pero en ese momento giro su brazo de nuevo haciendo que la Driade se dirigiera hacia donde estaba y se chocara contra mi haciendo que nos desplazáramos unos metros.
─ UGH!...─ exclame por el dolor que me provoco el cuerpo de la Driade chocando contra el mío.
Mire el rostro de la Driade que parecía que hubiera muerto apartando su cuerpo ligeramente hacia un lado viendo que estaba sin vida o eso me parecía.
─ Ahora le toca a ella…─ hablo la Oreade con ira deshaciéndose de las lianas con un simple movimiento de brazo.
No se ni lo que se me paso por la mente en ese momento le había tomado mucho cariño a ellas, mi cuerpo reacciono en ese momento pensé solamente en atacar a la Oreade con toda mi rabia e ira que sentía en el corazón.
En un momento sentí que mi cuerpo había golpeado algo y caía al suelo, cuando llegue a darme cuenta había impactado contra la Oreade haciendo que esta cayera al suelo impactando contra el suelo y desplazándose unos metros.
─ ¿Pero que…?...─ pregunte al verme hacia donde me había trasladado en un instante mi cuerpo parecía incluso despedir calor podía incluso ver vapor salir de mis manos que estaban algo enrojecidas.
─ Alma despierta…─ comente mientras le golpeaba suavemente en el rostro pude ver como esta abría los ojos lentamente y solamente me sonreía.
Mire hacia donde se suponía que estaba el cuerpo de la Oreade que aun seguía en el suelo sin moverse.
Viendo que Alma empezaba a reaccionar me dirigí hacia donde estaba la Dríade esta parecía que estaba muerta le golpee suavemente en el rostro pero esta no abría los ojos y pude ver como su cuerpo empezaba a tomar un cierto color marrón en vez del suyo natural.
─ Venga no me hagas esto…reacciona…─ dije mientras zarandeaba su cuerpo suavemente haciendo que por lo menos se moviera algo.
Su cuerpo seguía inmóvil y ese ex5traño color se esparcía lentamente pareciera que se estuviera marchitando.
Solamente sentí como la pena inundaba mi corazón haciendo que empezara a llorar, las lágrimas recorrían mis ojos y caían sobre su cuerpo no pude más que dejarla en el suelo con suavidad.
─ ¿Cómo te has atrevido…?...─ pregunto con ira en su voz mientras se levantaba con cierta dificultad parecía que el golpe que le había dado había sido efectivo.
Nada mas escucharla me levante sintiendo los músculos doloridos pero casi ni sentía ese dolor ni el cansancio en mi cuerpo, ni siquiera el cansancio por la perdida de sangre.
─ ¿Por qué lo has hecho…?...Ella no merecía este final…─ hable dándome la vuelta y mirándola fijamente a los ojos y viendo ese rostro lleno de ira.
Podía sentir el aire del lugar como refrescaba mi piel mientras que los músculos se me tensaban con toda su fuerza y como el corazón latía con toda la fuerza que podía ya solamente tenia una idea en la mente acabar con la Oreade.
Nos quedamos pro unos segundos mirándonos que parecía que fuesen horas el combate aunque no se había iniciado físicamente ya estábamos luchando en nuestra mente.
─ AAAHHHH!!!...─ gritamos ambas con todas nuestras fuerzas, nunca había sentido esa rabia en mi corazón solamente quería verla muerta.
Nos lanzamos una contra la otra al impactar mi mano desnuda choco contra su puño que había rocas a su alrededor endureciéndolo pero enseguida estas cedieron resquebrajándose y cayendo al suelo mientras que la Oreade salio despedida hacia una de las estalactitas chocando contra ella dejando una depresión sobre esta.
─ Esto no es posible… ¿Cómo lo has hecho…?...─ pregunto la Oreade con una mezcla de rabia y miedo viendo como sui mano estaba ensangrentada y aprecia incluso que los dedos estuvieran rotos al mismo tiempo que la roca que lo había rodeado estaba completamente destrozada en el suelo.
─ ¿Por qué lo hiciste…?...no debiste haberlo echo…─ dije con toda la rabia que tenia en mi corazón lanzándome de nuevo contra ella al estar a su altura empecé a golpear con fuerza el primer impacto choco contra su brazo que enseguida las rocas que lo rodeaban cedieron de inmediato resquebrajándose, al siguiente golpe escuche un alarido de dolor y un crujido le había roto el brazo que este descendió de inmediato descubriendo su guardia.
Seguí golpeando una y otra vez en su rostro con toda la rabia que podía a cada impacto la estalactita temblaba con fuerza haciéndose la depresión más grande mientras que sentía como su sangre me salpicaba mi rostro y la roca.
El calor de su sangre incluso me parecía de lo mas embriagador en ese momento por unos instantes seguí golpeando salvajemente en su rostro viendo como los ojos se le hinchaban y la sangre no dejaba de salir de su nariz.
─ Detente!...─ exclamo Alma desde donde se encontraba al momento detuve mis ataques viendo el rostro casi deformado de la Oreade sangrante me retire mirando mis manos que también tenia su sangre sobre ellas.
─ ¿Pero que he hecho….? ...Esto es una pesadilla…─ comente mirándome las manos con horror mientras me acercaba hacia donde estaba Alma tomando a la Driade en mis manos esperando poder enterrar su cuerpo ya fuera de las cuevas.
Pero cuando gire mi mirada pude ver que no estaba el cuerpo de la Oreade en donde la había dejado y enseguida pensé que se venia otra pelea mas.
El ataúd del centro aun estaba intacto por un segundo escuche un sonido rocoso como si se estuviera abriendo, al andar hacia este pude ver como se abría lentamente.
─ No puede ser es imposible…corre llévate a la Driade fuera de aquí…yo me encargo…─ dije mientras le ofrecía el cuerpo a Alma que esta la tomo y se me quedo mirando.
─ ¿Qué vas a hacer…?...Tenemos que irnos rápido…─ cuestiono Alma con cierto miedo mientras sostenía el cuerpo inerte de la Driade pero sabia que no dejaría de perseguirnos aunque saliéramos del sitio.
─ Me ocupare de ella definitivamente…ahora vete…─ comente alzando un poco al voz viendo como Alma se me quedo mirando y después de eso empezó a correr hacia la salida.
─ Muy bien…he de admitir que me has sorprendido…y es mejor que tus amigas se hayan ido para que no vean lo que va a pasar…─ hablo la Oreade mientras se acercaba contoneándose al caminar de manera provocativa.
Me coloque preparada con los puños cerrados esperando cualquier cosa aunque sin embargo no pareciera que fuera a atacar poco a poco empecé a notar como mi cuerpo se tensaba y los músculos crujían mientras notaba incluso como el sexo nuevo que tenia se tensaba haciendo que palpitara mas de l oque ya lo estaba haciendo.
─ No le harás daño…─ comente mientras notaba como algo de vapor salía de mi cuerpo, incluso parecía que estuviera creciendo.
Pero cuando iba siquiera a dar un paso note como estaban bloqueados, al mirar al suelo pude ver un amasijo de piedra encima de ambas piernas.
Intente con todas mis fuerzas mover las piernas pero estaban como clavadas al suelo pero en cuanto menos me lo espere note como la Oreade estaba a mi lado.
Pasando las manos por los hombros sintiendo su aliento en mi nuca y para mi sorpresa empezó a darme besos en la nuca de una manera apasionada.
─ ¿Pero que estas haciendo…?...─ pregunte mientras notaba como esos besos empezaban a calentarme en cierta manera pero no de la forma que había pensado, empezaban a hacerme efecto mientras que mi sexo reaccionaba elevándose lentamente.
─ Es solamente un momento…necesito algo de magia…─ dijo la Oreade casi de manera desesperada mientras se colocaba delante mía a escasos centímetros de donde estaba el suficiente para no poder atacarla.
Aunque el sexo me molestaba bastante puesto que ya estaba completamente erecto palpitando con fuerza incluso dando pequeños golpes moviéndose casi por si solo.
─ Has matado a la Driade…no te lo perdonare…─ dije mientras me movía manteniendo el equilibrio y moviendo los brazos para poder atacarla.
En ese momento moví la pierna haciendo que la piedra se deshiciera rompiéndose casi al instante, enseguida pensé que la magia estaba agotándose.
Cuando por fin logre mover las piernas la Oreade en un movimiento rápido pude ver que estaba arrodillada y con parte de mi sexo en la boca que empezó a mover la lengua y la mano aferrandose con fuerza, de repente el placer me invadió haciendo que me recorriera un escalofrió pro la espalda.
─ ¿Pero que…?...─ cuestione mientras veía como empezaba a entrar en su boca el sexo lentamente ensalivándolo notando ese calor que envolvía mi sexo incluido con su saliva.
El calor me inundaba los gemidos se me escapaban de la boca resbalándose mientras la Oreade no dejaba de lamer y chupar una y otra vez ensalivándolo haciéndolo brillar con la luz del sitio en donde nos encontrábamos pero al mismo tiempo me sentía observada como si me estuvieran mirando desde todas partes.
La mano de la Oreade se movía cada vez con más rapidez mientras la saliva no dejaba de fluir de su boca que apretaba y engullía mi sexo con intensidad notándose incluso en los mofletes de su boca y a veces en su garganta.
─ Muy bien…tu lo has querido…─ dije con cierta rabia y placer en mi voz al agacharme por un momento y tomarla poniéndola de pie, esta se me quedo mirándome extrañada pensando que haría cualquier cosa.
En un movimiento la eleve unos centímetros pude ver en sus ojos la sorpresa y con un movimiento rápido con la nueva fuerza que tenia le di la vuelta de inmediato dejando su sexo delante de mi rostro y el mío delante de su boca.
─ Ahora esto si va a estar genial…─ comente con cierta lujuria en la voz mi mano enseguida bajo hacia la parte de atrás de su cabeza apretando con fuerza mi sexo contra su boca ejerciendo algo de fuerza hasta que por fin la abrió y de un movimiento rápido la incruste con fuerza hasta el fondo de su garganta notando su esófago y como sus interiores apretaban con fuerza.
Mis pezones empezaban a dolerme mientras que empezaba a mover con fuerza mi mano una y otra vez agarrándole con fuerza el cabello mientras movía la mano con fuerza una y otra vez notando como su rostro golpeaba contra mi abdomen.
La saliva la notaba salir con fuerza y sus gritos ahogados mientras seguía golpeando pude ver como de su sexo empezaban a fluir sus fluidos mojando su entrepierna y sus muslos que brillaban.
─ Dioooossss!!!...─ exclame con fuerza mientras seguía golpeando con fuerza su cabeza contra mi abdomen haciendo que tragara mi sexo con fuerza parecía solo una muñeca en mis manos, sin embargo pensé en meter mi lengua entre su piernas.
Seguí golpeando con fuerza mientras mi lengua se introducía en su sexo saboreando todos sus flujos que salían como en una fuente.
Mi lengua avanzaba por todo su sexo incluso metí la lengua y note como sus carnes apretaban con fuerza mi lengua en un momento sus piernas se aferraron a mi cabeza sin dejarme escapar.
─ Mª!!!...─ exclame o mas bien lo intente puesto que mi boca estaba tapada pro su sexo que no dejaba de manar sus fluidos mientras que con mi mano no dejaba de apretarla con fuerza introduciendo todo mi sexo en su boca llegando a lo mas profundo de su garganta.
Después de unos segundos note como mi sexo se ponía incluso un poco mas grande y tuve que apremiar dando los últimos empujones al final incruste todo mi sexo dentro de ella y el semen empezó a fluir con fuerza directamente en su estomago, escuchando los gritos apagados y casi se quedaba sin respiración pero en un momento su sexo empezó a soltar sus fluidos mojándome la cara con una riada de flujo caliente, sin embargo no pude apartar mi rostro estos comenzaron a bajar por mi garganta.
Mientras nuestros gemidos apagados inundaban el lugar, me pareció incluso escuchar unas voces en toda la cueva.
El semen siguió fluyendo por su garganta incluso pude notar como su abdomen empezaba a agrandarse por un par de minutos estuve mientras el semen fluya de mi sexo hacia dentro de ella.
Después de eso caí al suelo junto con la Oreade que parecía estar en shock mientras veía como el semen aun salía de mi sexo en pequeños chorros pude ver el suelo que había varios charcos de flujos y semen mezclados.
Al girar mi visión pude ver a la Oreade que estaba en el suelo casi sin poder moverse con el abdomen abultado y aun vomitando parte del semen y con los ojos entre cerrados.
─ Joder ha sido increíble…─ comente mientras veía el cuerpo casi inconsciente de la Oreade que no paraba de vomitar semen.
Por unos segundos me quede mirando mi sexo que aun permanecía semi-erecto y goteando semen que hacia un pequeño charco debajo de este.
Después gire la cabeza viendo a la Oreade que incluso su cuerpo aprecia brillar seguí bajando mi mirada hasta que pude ver su trasero que hizo que casi de inmediato mi sexo volviera a palpitar con fuerza sintiendo las venas.
─ Vas a tener mas magia…de la que necesitas eso te lo aseguro…─ comente con una rabia casi lujuriosa mientras ponía a la Oreade bocabajo y me colocaba encima de esta empecé a restregar mi sexo contra su trasero subiendo y bajando como si estuviera buscando la entrada de su cuerpo.
Después de unos segundos note como mi sexo casi encajaba el glande dentro de ella al mirar pude comprobar que era su trasero aunque sin pensármelo mucho empecé a apretar lentamente haciendo que notase cada pulgada de mi sexo como se introducía dentro de ella esta casi abrió los ojos y miro hacia atrás.
Por un momento junte mis besos con los suyos saboreando mi semen que aun brotaba de su boca pero no tarde mucho mientras danzaban nuestras lenguas mezclando ambos líquidos.
Enseguida le tape la boca mientras seguía introduciendo mi sexo pude ver como sus ojos se abrían de par en par y pareciera incluso que estuviera diciéndome que parara.
Pero sin piedad cuando pro fin mi sexo llego a su tope solamente le sonreía de manera picarona y furiosa.
Enseguida empecé a mover mis caderas sacando y metiendo el sexo con fuerza una y otra vez apropiándome de su trasero reclamando ese espacio para mi mientras que podía notar como el semen escapaba de su sexo a pequeños chorros incluso quería salir por su boca que notaba como se mojaba.
Mire a su rostro tenia los ojos abiertos de par en par mientras seguía embistiéndola con fuerza hasta que mi cuerpo chocaba contra el suyo, los pezones me dolían de los duros que estaban mientras seguía empujándole con todas mis fuerzas.
Mis caderas no dejaban de moverse incluso parecía que lo hacían por si mismas podía sentir como su sexo se abría todo lo que podía para acoger el mío mientras que sentía le calor de mi semen mezclado junto con el de su cuerpo.
Mi mano estaba chorreando mientras impedía que saliera el semen por su boca, cuando por fin sentí como su sexo intento apresar al mío mientras que el mío crecía un poco mas sintiendo como las venas engordaban así que arremetí un par de veces mas cuando sentí el semen salía de mi sexo con fuerza volviéndola a inundar en ese momento los ojos de la Oreade se pusieron en blanco mientras el semen la inundaba haciendo que su abdomen ya abultado seguía creciendo un poco mas.
Mis gritos de placer resonaron en el lugar mientras los de la Oreade estaban apagados por el semen que salía por su boca y la mano que tenía puesta en su boca, aparte que parecía que estaba inconsciente.
En un momento caí encima de ella mientras que la Oreade estaba completamente desfallecida.
Me gire cayendo a su lado viendo que tenía los ojos en blanco mientras que mi sexo en cuanto salio de su cuerpo siguió chorreando a pequeños impulsos que hacia que cayera el semen al suelo y salía de su cuerpo con fuerza.
─ Ahí tienes toda la…magia que quieras…─ comente mientras me levantaba aun con las piernas temblándome pero por un momento mire hacia el suelo como si estuviera buscando algo.
Cuando mi vista se quedo fija en una roca con una forma extraña me acerque a esta y la observe con detenimiento y su forma me hacia recordar los butt-plugs que había visto en sex-shops.
─ Perfecto…─ dije sonriendo y con cara de picardía cuando me acerque a esta puse mi mano en su trasero apartando su nalga mientras veía como salía el semen de su trasero.
Después de unos segundos le repaso la lengua por la piedra después de eso empecé a insertarlo en su trasero hasta taponar la salida de semen.
En cuanto hube terminado decidí salir del lugar enseguida pensé en salir de allí que estarían esperándome.
Al pasar por su lado pude sentir como su mano se aferraba a mi tobillo con fuerza, al mirarla pude contemplar que aun permanecía inconsciente podría ser un movimiento reflejo.
Al momento sentí como el tobillo se calentaba sobre todo el tobillo con fuerza intente mover la pierna pero parecía que estuviera aferrada con fuerza, me agache para que me soltara pero en cuanto toque sus dedos sentí un calor abrasador.
─ AAAHHH!!!...SUELTAME!!!...─ grite con fuerza intentando mover la pierna cuando al fin me logre liberar de su apretón enseguida sentí en el brazo el mismo calor que había tenido en el tobillo.
Al mirar pude ver como un reflejo de color rojo que parecía combinarse con las demás marcas que me habían dejado las otras ninfas.
Sin pensarlo mucho y aun con el dolor en el brazo que poco a poco fue desvaneciéndose al salir de allí descubrí que Alma estaba arrodillada delante de la Driade.
Al llegar a su altura me quede mirando como el sol empezaba a salir despejando el ambiente mientras que la noche desaparecía, el aire fresco enfrió mi cuerpo que se calmaba poco a poco mientras que el sexo descansaba.
─ Snif…Snif…─ lloraba Alma al lado de su cuerpo de un color marrón que inundaba su cuerpo en vez del verde de siempre.
─ Será mejor que la enterremos antes que…los animales la devoren…─ comente mientras me agachaba a tomar el cuerpo que su temperatura era fría.
Empecé a caminar con ella en brazos hasta llegar a un lugar tranquilo que parecía un descanso de tierra con ciertas flores pro los alrededores, empecé a abrir un agujero en el suelo, Alma hizo lo mismo ayudándome después de eso la deje en el agujero y empecé a echarle tierra.
Casi de inmediato después de haberla enterrado Alma volvió a tomar su cuerpo normal enseguida esta comenzó a pronunciar una oración por unos segundos me quede mirando al tumba mientras las lagrimas saltaban de mis ojos resbalando por las mejillas.
─ Bueno es mejor que sigamos adelante…nos queda un buen trecho…─ hable secándome las lagrimas y viendo la tumba, sin pensarlo mucho empezamos a caminar pero algo hizo que me girara y enseguida mis ojos se fijaron en un pequeño brote que salía de la misma tumba y empezaba a crecer lentamente.
─ ¿Pero que es eso…?...─ pregunte interesada mientras crecía el pequeño brote y cada vez se hacia mas grande, al llegar a cierta altura empezó a aparecer una flor que parecía crecer cada vez mas grande hasta llegar al tamaño de un ser humano.
Dentro de esta parecía que estuviera latiendo como un corazón podía verse una silueta de una mujer, los pétalos de la flor eran de color rojo intenso mientras seguía palpitando cada vez con más fuerza.
En un momento los pétalos empezaron a abrirse lentamente dejando ver a la Driade era como un renacer en cierto sentido.
─ ¿Qué ha pasado…?...─ pregunto la Driade mientras miraba hacia todas partes ambas nos quedamos sin saber que decir enseguida Alma casi de inmediato cambio a su forma demoníaca y la abrazo con fuerza mientras parecía que estuviera llorando.
Sin pensarlo mucho me uní al abrazo viendo que todo había sido una muerte ilusoria de alguna forma.
─ Después te lo explico…ahora es mejor que continuemos…y que me sueltes la entrepierna…─ comente con cierta alegría mientras tomaba su mano y la apartaba enseguida esta me miro y solamente me sonrió sacando la lengua.
Enseguida empezamos a caminar entre las montañas entre las montañas atravesándolas el aire era casi gélido debido a la altura mientras que el sol apenas parecía calentar.
Continuamos caminando durante un par de horas cuando por fin salimos de las montañas y pudimos ver un valle con un río que discurría al fondo, hasta cuando alce la mirada y pude ver varias islas flotantes por el lugar algunas eran enormes y otras apenas podía contener una persona encima.
─ Woow!...Esto es increíble…─ dije mientras miraba el maravilloso espectáculo que había delante mía.
Así empecé a escalar entre las montañas y saltando entre las islas flotantes que parecían que hubieran sido arrancadas del suelo, el terreno era rocoso en algunas y en otras estaban llenas de césped y flores y algunas incluso con algunos árboles de las mas grandes se podía ver como pequeños ríos que caían al suelo de abajo.
Cuando mire hacia el fondo sentí como un mareo que me sobrecogió enseguida la Driade me tomo de la cintura para impedir que me cayera.
─ Es una buena altura…─ hable mientras miraba al fondo con cierto susto, cuando seguimos caminando pude ver una isla flotante que estaba en el centro y era mucho mas grande de las demás, las otras parecían girar a su alrededor en esta había una gran castillo pero su tono era mas oscuro de lo normal incluso pareciera que la oscuridad se centraba sobre este.
Enseguida el cielo empezó a nublarse rápidamente ocultando el sol casi de inmediato, la temperatura descendió incluso mas de la cuenta sintiendo como la piel se me erizaba.
En un momento dado un relámpago abrió el cielo y empezó a llover el agua estaba helada seguimos moviéndonos entre las islas parecía que no avanzábamos era como si nos moviéramos en circulo.
─ Tenemos que encontrar un refugio…─ dije mientras seguíamos avanzando entre los relámpagos y los truenos que los sentía como si restallaran a mi lado.
Cuando por fin logramos encontrar un árbol aparte de ser lo bastante grande y frondoso para cubrirnos tenia un hueco en el que podíamos refugiarnos, pero al llegar a su entrada pude ver una puerta que no era mas grande que la mitad de mi cuerpo…..
FIN DEL CAPITULO 1
P.D:Bueno aquí dejo la siguiente temporada espero que os guste .
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