Todo aficionado al cine ha escuchado que una película "es de culto", y lo aceptan, sin entender lo que significa. ¿Pero entendemos verdaderamente el significado de aquellas palabras? ¿Sabemos la diferencia entre una "buena película" y "una película de culto"? 

Para empezar, y aunque suene extraño, el adjetivo de película de culto no significa que la película necesariamente sea una obra magistral. Pueden serlo también por su relevancia en la historia del cine, por haber sido booms culturales, o por haberse ganado el cariño de una minoría que lentamente se incrementó hasta convertirse en la mayoría. Por supuesto, hay toda clase de películas de culto, y es posible incluso agregar más de lo que yo podría explicar a continuación. ¿Qué necesita tener una película para ser considerada de culto? Todos los factores determinantes cambian dependiendo de la época, la calidad de la película y la recepción con la cual hubiese sido recibida. 

• Tipo 1: Clásico desde siempre. Este tipo de películas fueron un éxito rotundo tanto de crítica como de público desde que se publicaron por primera vez, e incluso pasados años desde que fueron lanzadas al mercado, todavía siguen teniendo una gran cantidad de respeto y conocimiento. Muchas de ellas todavía no han quedado en los libros de historia, pero les falta muy poco como para lograrlo. Ya sea por el apartado visual, sus guiones impecables o actuaciones magistrales, este tipo de películas se ganó al público para nunca más soltarlo jamás. Ejemplo más reconocible: Forrest Gump. 
  
  

 

• Tipo 2: Clásico del público. Este tipo de películas fueron masacradas por la crítica, o por lo menos, no fueron reconocidas lo suficiente durante sus publicaciones iniciales. En cambio, el público generalizado las ha apreciado bastante, y la película, ya sea por su historia, su música o por el boom cultural que representan, queda en la cultura popular de las personas. Eso no quiere decir que la película no sea apreciada por la crítica una vez pasada el tiempo. Con el paso del tiempo la crítica también se arrepiente de sus opiniones, las cuales se vuelven más favorables y permiten que la película sea considerada de forma generalizada como lo mejor de lo mejor. Ejemplo más reconocible: Scarface (1983). 
  
  

 

• Tipo 3: Clásico de la crítica. Este tipo de película no fueron bien recibidas por el público generalizado, aunque sí entre algunas minorías. Por su parte, el público especializado sí supo apreciarlas, dándoles críticas excelentes y magistrales. Esto suele deberse que la película, a pesar de sus excelentes guiones, efectos especiales y actores, tal vez no cuenta algo que guste a las masas que usualmente van al cine, y que solamente gustan a esa minoría intelectual que sí sabe apreciar las historias. Algunas de estas películas pueden extender su público con el paso del tiempo, aunque otras siguen siendo confinadas a un rincón, siendo únicamente cosa de gente muy nerd. Ejemplo más reconocible: Dr. Strangelove. 
  
  

 

• Tipo 4: Microculto. Son películas que, a pesar de ser desconocidas para la mayoría del público en general, e incluso la crítica generalizada, contiene una minoría de individuos, tanto en el público ordinario como en la crítica especializada, que saben apreciar verdaderamente la relevancia de la película y la profundidad que tiene para ofrecer. Estas películas tienden a ser consideradas "solo para frikis", y en parte es cierto, pero eso no quita que son películas de lo más infravaloradas, que merecían tener éxitos y quedar en la cultura popular, cosa que desgraciadamente no ocurrió. Por lo tanto, son diamantes empolvados en el olvido. Ejemplo más reconocible: 1984 (1984). 
  ;
  

 

• Tipo 5: Clásicos redimidos. Este tipo de películas, en su fecha de estreno original, fueron bastardeadas por todo el mundo. Las críticas odiaron la película, el público en general también las odió, e incluso parecía que iban a ser enviados a la esquina de películas que prometían serlo todo y quedaron en la nada. Sin embargo, con el paso del tiempo la cosa fue cambiando, más y más personas del público normal, y también uno que otro crítico, se fueron arrepintiendo de sus opiniones a unas cada vez más favorables, hasta que finalmente, pasado cierto tiempo desde la publicación inicial de la película (tiempo que puede variar desde apenas un par de años hasta incluso décadas numerosas), se convierte en lo definitivo, en lo máximo existente, en una joya gloriosa que fue bastardeada por idiotas que nada sabían de arte. Su música, su historia, sus personajes, su influencia artística, todo malditamente todo. Todo ignorado por idiotas, pero amado por gente con cerebro. Ejemplo más reconocible: The Shining (1980).