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Zizek: lo que la izquierda necesita. 0 1 1089

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19 Jan 20 Lost
Durante estos meses que he estado inactivo en el grupo, he aprovechado para tragarme libros enteros de filosofía, política y economía porque realmente estoy inquieto sobre las cosas que están sucediendo en el mundo. Por un lado, los grupos de derecha, que en EEUU, Chile, Brasil, VOX en España y recientemente Israel y Bolivia han ascendido poderosamente en un mar de descontento social ante los fracasos de las socialdemocracias y de las izquierdas para obtener la igualdad que durante décadas habían prometido. Y, en otros lugares, la izquierda, como en Ecuador, Colombia, México, el peronismo de la Argentina y el PSOE de España también han sabido levantarse y manifestar una cierta inconformidad contra el dogmatismo, a veces carente de sentido, del conservadurismo de la derecha y también contra el fetichismo de la derecha por revivir tiempos oscuros del pasado, como Franco, Videla, Pinochet y Stroessner. Hubo seguramente en el pasado una época en la que a uno le podía valer un comino la política y poder continuar una vida normal, sin importar que el presidente de turno haya sido un liberal, socialista, nacionalista o conservador. Pero ya no vivimos en esos tiempos. En la actualidad, quien no sabe aunque sea un poco de política está condenado a ser aplastado por ella. Quien no tiene bando está condenado a ser pisoteado por todos los bandos. 

Voy a hablar de la derecha en otro post más adelante, pero primero quería hablar algo sobre la izquierda, ya que, desde la creación de los primeros grupos de izquierda a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, sin dudas el marxismo, el leninismo, el progresismo, el gramcismo y el guevarismo han gozado de una popularidad tremenda entre los jóvenes. Incluso ahora, con el reciente levantamiento de una poderosa derecha en diversos países del mundo, la izquierda sigue siendo un poder a considerarse en el mundo, política, económica y filosóficamente. 

¿Pero qué es ser "de izquierda"? No es solamente votarle a Morena, o al peronismo, o al PSOE o al partido izquierdista de turno, sea cual sea en el país que sea. No es solamente pertenecer a un movimiento estudiantil, obrero o campesino. No significa solamente que te preocupen las minorías y los jubilados. Estrictamente, el izquierdismo debe de ser entendido como marxismo y todos sus derivados. ¿Y qué es un marxista? Aquel que sigue las enseñanzas del filósofo Karl Marx. 

Marx, en contra del pensamiento idealista (kantiano y hegeliano) del siglo XVIII y principios del siglo XIX, y con ayuda de un poco de la filosofía de Feuerbach, dio la vuelta a la dialéctica de Hegel, que decía que la historia es una serie de procesos de ideas. Mientras que para Hegel, inspirado de Kant, decía que era el individuo, o sea, la consciencia, lo que daba forma al mundo (o sea, la sociedad), Marx afirmaba que era el mundo quien daba forma al hombre, o mejor dicho, las "superestructuras materiales" de la sociedad. Según Marx, todo lo existente (la cultura, la religión, el arte, la literatura, las ideas filosóficas) no son más que el reflejo de la superestructura material de la sociedad. Por ello, para crear un auténtico cambio en la sociedad, debía ser necesario cambiar dicha superestructura. 

O sea, si tú vivieras en una sociedad feudal, pensarías, escribirías, hablarías y te comportarías según el carácter feudal. Y si es colonialista, capitalista, etc., te comportarías de dicho modo porque la sociedad te condiciona a ello. Marx estaba muy adelantado en este aspecto a los psicólogos. El hombre daba forma al mundo pero al mismo tiempo el mundo (entendido como "sociedad") daba forma al hombre. 

Luego están los conceptos del valor trabajo, la plusvalía, la lucha de clases, la dialéctica del amo y del esclavo, pero no ahondaré en eso. El resumen de la teoría marxista es que las superestructuras de la sociedad deben de ser cambiadas y son, de hecho, cambiadas a través de la constante lucha de clases entre la clase que ejerce el poder (los opresores) y la o las clases inferiores (los oprimidos). En el pasado, los burgueses eran oprimidos por la monarquía, pero tras destruirlos en la Revolución Francesa, la burguesía pasó a oprimir a la clase obrera, conocida como el proletariado. Según Marx, el "fin de la historia" (entendido como el fin del conflicto de clases) ocurriría con el levantamiento de la clase proletaria contra la clase burguesa. Debido a que la burguesía de la Revolución Francesa había dividido la sociedad en dos partes indivisibles, la destrucción de la burguesía ocasionaría el fin de la opresión tal como se la conoció, dando origen a la utopía comunista, un mundo sin clases en donde los medios de producción, originalmente en las manos de unos pocos, acabarían siendo de la sociedad completa. Este completo "cambio de la superestructura material" daría inicio a una sociedad igualitaria, sin opresores ni oprimidos, una sociedad en donde todos podríamos convivir en igualdad de condiciones. 

La propuesta de Marx ha recibido diversas interpretaciones, modificaciones y refutaciones a lo largo de su historia. Conocidos comunistas como Vladimir Lenin, Trotsky, José Stalin, Ernesto Guevara, Antonio Gramci, Ernesto LaClau, Mao Zedong, y otra sarta infinita de políticos, filósofos y economistas de izquierda publicaron docenas de libros procurado adaptar los pensamientos de Marx a casos más particulares y según la necesidad del movimiento comunista (o socialista, aunque según la doctrina marxista el socialismo es solo el proceso de transición entre la sociedad burguesa y la dictadura del proletariado, que luego daría lugar a la utopía comunista). 

Desgraciadamente, el comunismo ha demostrado ser una ideología genocida, autoritaria, intolerante y destructora en todos los países en donde se ha aplicado. Han causado millones de muertos en Rusia, Ucrania, China, Vietnam, Camboya y Venezuela, y en muchos países más. Los países dictatoriales como Corea del Norte y Cuba siguen bajo control de un partidismo autoritario que aplasta a quienes se opongan a sus líderes y a su amada revolución. 

¿Cómo sucedió? ¿Cómo una serie de ideas de Marx, tan interesantes y complejas, llevaron a esto? ¿En qué se equivocó la izquierda a nivel mundial? ¿Cómo una filosofía que luchaba contra el autoritarismo terminó convertido en la ideología más autoritaria y sanguinaria jamás conocida por el hombre? Ni siquiera las dictaduras de derecha más crueles pueden presumir de haber matado a 100 millones de personas en menos de cien años. 

Claramente, este es un pasado que muchos izquierdistas, ya sea peronistas, socialistas o comunistas, procuran olvidar. O peor todavía: borrar, justificar, defender. Eso es imposible. Si la izquierda quiere sobrevivir en una sociedad que está inclinándose brutalmente hacia la derecha, es necesario que descubra los errores que le llevaron a crear dictaduras y a asesinar personas inocentes. 

Es ahí donde Zizek aparece, como como uno de los pocos filósofos de izquierda que pueden salvar al marxismo de su enterramiento. No: él es el ÚNICO que puede hacerlo. 

¿Quién es Zizek? Es considerado como uno de los mejores filósofos vivos de la actualidad y uno de los más influyentes pensadores de la izquierda jamás concebido. Sin embargo, Zizek rompe con toda la tradición izquierdista hasta ahora, mostrándose como un filósofo sin dogmas ni pelos en la lengua. Algunas páginas de filosofía, tanto de izquierdas o derechas o sin preferencia sociopolítica y socioeconómica, lo califican como el filósofo más "peligroso" de la actualidad, debido a la brutal velocidad con la que sus ideas se están esparciendo entre la juventud estadounidense.

Nacido en 1949 en la República Federativa Socialista de Yugoslavia, Zizek sufre de aspenger y de severos tics nerviosos. Sufrió por esto en su juventud en una época en la que estos padecimientos no eran bien entendidos ni siquiera por él mismo. Sin embargo, fue un joven prometedor y muy brillante intelectualmente. Él, como todos los jóvenes criados en el Bloque Comunista, fue instruido según la doctrina marxista-leninista y la dialéctica histórica. Sin embargo, él, a pesar de considerarse comunista, demostró que no era dogmático y que su pensamiento se distanciaba mucho de los estándares del pensamiento oficialista, convirtiéndolo en lo que se consideraría un "disidente" en el ámbito académico. 

Esto podría explicarse según su contexto histórico: Yugoslavia, en aquel tiempo, a pesar de su gobierno socialista, era un país extremadamente nacionalista y patriótico, indispuesto a dejarse influir por el poder del Kremlin, o sea, el poder de Stalin en la Unión Soviética, a quien consideraban un tirano imperialista tan malo como el capitalismo. De hecho, en 1948 Yugoslavia rompió con el Pacto de Varsovia (una unión internacionalista de naciones comunistas) por ir en contra de los intereses del gobierno yugoslavo. Este clima de confusión y lucha dentro del propio movimiento comunista seguramente causó confusiones en la cabeza del desorientado y joven Zizek, quien si bien nunca se sintió inclinado al capitalismo, buscaba su propio camino dentro de la izquierda para no caer ni en el nacionalismo yugoslavo ni en el internacionalismo de la tiranía soviética. 

Terminada la Guerra Fría, se candidató a la presidencia de Eslovenia, pero no ganó. En 1989 publicó su primer libro, recibiendo aplausos y críticas por igual. En los años 90 se mudó a Francia y luego a EEUU (actualmente vive en Eslovenia con su hijo), donde, además de aprender a hablar en francés, inglés y español (además de saber eslovenio, serbo-croata y alemán), extendió su conocimiento en filosofía marxista con pensamiento psicoanalítico, particularmente lacaniano, además de descubrir las raíces hegelianas del pensamiento de Marx. 

Actualmente es autor de múltiples libros, docenas de sus conferencias y debates están disponibles en internet y se ha vuelto una figura popular entre la juventud estadounidense, especialmente la socialdemocracia, aunque Zizek se considera explícitamente comunista. Su debate más acalorado y reciente ha sido con el psicólogo conservador Jordan Peterson, con quien discutió por dos horas y media sobre el concepto de la felicidad y sobre qué sistema económico podía proveerle eso al hombre.

La filosofía de Zizek (llamada por algunos, incluido Jordan Peterson, como "zizekismo", aunque Zizek se opone a ese término) es, según él, "un retorno a Marx a través de Hegel". Es casi imposible resumir el pensamiento de Zizek en un post, ya que abarca la totalidad de sus libros y conferencias. Me enfocaré en la autocrítica de Zizek al movimiento comunista. 

Aunque Zizek se considera comunista y defiende la idea de una lucha contra el capitalismo, Zizek reniega de absolutamente todos los movimientos previos y actuales del socialismo. Condena el totalitarismo de los soviéticos estalinistas, y también critica la falta de decencia del castrismo y el chavismo en sudamérica, considerándolos como la perpetuación de una autoridad injusta. También son ácidas sus críticas a otros movimientos socialistas, a los que acusa de haberse olvidado de las raíces de la filosofía marxista. Es ella la crítica más importante de Zizek a la ortodoxia marxista: el marxismo debe retroceder sobre sus pisadas, alejándose de sus errores en lugar de intentar borrarlos, justificarlos, o peor todavía, defenderlos. Son incontables sus vídeos condenando el estalinismo. También reniega del maoismo chino y del Juche norcoreano, considerándolos deformaciones del marxismo original. 

Según Zizek, el mayor error de la izquierda ha sido el olvidar sus raíces: el propio Marx. Y Marx, a los ojos de Zizek, no fue ningún profeta, sino un ser humano que también tuvo inspiraciones. Por ello, sería bueno para un marxista revisar la principal fuente de inspiración de Marx: Hegel. El filósofo alemán Hegel es el filósofo que más inspiró a Marx, aunque él hizo sus respectivas modificaciones al pensamiento hegeliano. Lo que Zizek busca es regresar a las ideas originales de Marx, no a través de las múltiples modificaciones, reformas y refutaciones que se han hecho hasta ahora, sino al revés: viniendo a través del mismo camino que trajo a Marx a la existencia. Llevando al extremo la idea de que el mundo condiciona al hombre, Zizek busca entender la sociedad y la filosofía europea que permitieron que alguien como Marx existiera. 

Haciendo esto, Zizek se distancia de absolutamente todos los pensamientos comunistas. Reniega de todas las filosofías clásicas y modernas del marxismo que no sean el marxismo auténtico. Él no tiene miedo a condenarlos. En una entrevista que le hicieron en 2014, el entrevistador le preguntó: "¿En tu visión, fue o no fue el comunismo del siglo XX un fracaso catastrófico?". Sin pelos en la lengua, Zizek contesta en su inglés yugoslavo: "Total fracaso". Es un comunista que no se siente obligado a defender a otros comunistas. 


Y en este otro vídeo, vuelve a rematar contra sus propios socios comunistas porque, incluso en la actualidad, en plena crisis del capitalismo, la izquierda a nivel mundial no ha podido hacer absolutamente nada, incapaz de ofrecerle al mundo una alternativa viable para reemplazar al capitalismo. 


Sus críticas también se extienden al progresismo (a pesar de que defendió la idea de baños para transexuales), a la violencia radical (aunque él considera a la violencia como una herramienta para el cambio político; y recientemente llegó a defender la violencia de las manifestaciones en Chile contra Piñera) y a lo políticamente correcto. Por supuesto, también ha hecho fuertes críticas al capitalismo, pero su filosofía ha hecho más por reformar a la izquierda y hacerla enmendar los errores del pasado que en atacar y tratar de destruir a nuestras democracias capitalistas actuales (esto obviamente no aplica si lees esto desde un país regido por el socialismo. Ejemplo: Venezuela, Nicaragua, España, Cuba, etc.). Al renegar de la mayoría del pensamiento comunista ortodoxo (exceptuando algunos pasajes importantes de los libros de Lenin y poco más), a Zizek no se le puede acusar de casi nada. 

Por supuesto, Zizek no está libre de críticas. Su principal enemigo, Chomsky, un socialista libertario, lo ha acusado de que sus ideas carecen de sustento y que son una explicación muy débil para la izquierda. Otros pensadores de izquierda lo han acusado de dañar al marxismo más de lo que intenta defenderlo, e incluso de ser un capitalista infiltrado, aunque existan vídeos en los que Zizek claramente se opone al consumismo del capitalismo materialista. 


A pesar de ello, la visión de Zizek hacia el capitalismo es mucho menos brutal que la de otros izquierdistas. Esto se debe a que el propio Marx tuvo, sorprendentemente, ciertos pensamientos positivos al capitalismo, aunque consideraba que en última instancia debía ser reemplazado. Zizek dice que el comunismo es "una propuesta ante una serie de problemas". ¿Qué problemas? Los problemas ocasionados por el mercado. Problemas que existían en la época de Marx y existen ahora, en los tiempos de Zizek. Algunos han llegado a decir que Zizek usa mal el término comunista, ya que sus propuestas llegan a ser diferentes de lo que cualquier otro comunista ha ofrecido. Sin embargo, él da la vuelta a la situación y acusa a todos los gobiernos de izquierda actuales y pasados de haber deformado el marxismo, convirtiéndolo en autoritarismo. Zizek rescata la idea marxista de que la sociedad comunista debe ser una sociedad sin jerarquías, por ende ninguna nación socialista o comunista ha llegado jamás a lo propuesto por Marx. Algunos seguidores de Zizek dicen, de forma pesimista, que quizá nunca se llegue a ello. 

Eso solo hablando de las críticas dentro de la propia izquierda. La derecha, tanto conservadora como libertaria, consideran que Zizek es un capitalista en permanente estado de negación, alguien que trata de defender lo indefendible con conceptos olvidados y que busca alternativas que no existen para un sistema filosófico que, en la práctica, se ha demostrado inútil y agresivo. Afirman que si Zizek hubiera ganado la presidencia de Eslovenia en 1990, quizá el destino de su comunismo personalizado hubiera sido el mismo que el de todos los movimientos de izquierda que han existido: el fracaso absoluto (NOTA: Yugoslavia, el país natal de Zizek, dejó de existir en 1992, y él actualmente vive en Eslovenia, uno de los países salidos de la extinta Yugoslavia). Para la derecha, Zizek es otro filósofo marxista: un charlatán de conceptos inútiles. 

Esto es solamente la visión autocrítica de Zizek hacia la izquierda. Sus otros pensamientos, como la aplicación del psicoanálisis lacaniano al ámbito social es muy importante y sirve para reforzar sus posturas. Zizek, la idea del deseo de Lacan es compatible con la idea de la dialéctica defendida por el hegelianismo y el marxismo, y que incluso optimiza al propio Marx. 




Para finalizar, quiero aclarar que no soy de izquierda. Tampoco me considero de derecha. Soy más bien un ser humano cansado. Cuando a mi país lo gobernó la izquierda, las cosas iban mal. Cuando gobernó la derecha, también iba todo mal. Este patrón parece repetirse en todas partes. Creo que si estos movimientos realmente quieren ayudar, lo primero que deberían hacer es mirarse a un espejo y arreglar sus marañas internas antes de pretender ayudar a quien sea que pretendan ayudar, o intentar obtener lo que sus movimientos sociales pretenden obtener. Zizek, al ser de izquierda, y a pesar de oponerse al capitalismo, su filosofía ha ayudado mucho más a despertar a una sección de la izquierda más intelectual, obligando a estos individuos a aceptar los pecados del pasado marxista y buscar un poco de arreglar este desastre antes de pretender arreglar el desastre capitalista. Por supuesto, la derecha también necesita mirarse al espejo, pero eso lo discutiré en otro post. 
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