A ese punto es al que voy, precisamente. La mayoría cree que una persona que llora en público a menudo y que suele mostrar sus emociones sin problemas, o incluso explicar lo que pasa y no tragárselo, es una persona débil. Si esto fuera cierto, yo tendría que haber sido una persona fuerte en el pasado y haberme vuelto muy débil en la actualidad.
Mirad, yo soy una persona muy sensible y a la vez terriblemente introvertida. Hasta los diecisiete años no supe lo que era confiarle un problema a nadie. Me lo guardaba todo para mí y me dedicaba a ayudar a los demás. Alguien me enseñó entonces que tenía que pensar un poco en mí, aprender a ser un poco egoísta y sacar todo lo que me pasaba para tener una vida emocional sana.
A pesar de que siempre lloraba por estupideces y mi familia decía de mí que era muy llorona porque a la mínima que alzaba alguien la voz ya estaba lagrimeando, lo cierto es que para las cosas realmente importantes no era capaz de soltar una sola lágrima. Pero esta persona me enseñó que llorar es sano, así que ahora, cada vez que tengo ganas de llorar, simplemente, lloro.
Claro que me cuesta y que me da vergüenza, porque llorar en público no es agradable y encima odio llamar la atención. Pero sé que es por mi bien. Pues si antes me consideraban una persona fuerte, ahora desde que lloro delante de quien sea, me tachan de débil.
Y, sinceramente, yo lo veo justo al revés: una persona que oculta lo que siente, que no es capaz de expresarlo por miedo, vergüenza, o por lo que sea, es débil porque no es capaz de aceptar lo que siente, no es capaz de aceptarse a sí misma. En cambio, alguien que puede soltar las lágrimas que necesite soltar, que se exprese libremente sin complejos, es una persona fuerte y sana.
En resumidas cuentas, que aunque la gente piense de mí que soy débil, lo cierto es que soy fuerte. Antes era débil. Ahora ya no. Y soy una persona que me dejo absorber mucho por mis traumas, por mis miedos, por mis emociones negativas. Le doy tantas vueltas a todos los asuntos que agobio a la gente a mi alrededor. Lloro, tiemblo, muestro ansiedad constantemente y muchas veces ni siquiera me sobrepongo. Pero solo por el mero hecho de estar luchando contra las cosas que me pasan ya me hace una persona fuerte.
Y esa es mi opinión al respecto
Lo explico desde mi experiencia, no porque hiciera el post por mí, sino porque me va mejor para expresar mis argumentos.
Si alguien no está de acuerdo me lo puede rebatir, por supuesto. Para eso sí que creé el post.