No estoy segura de que esto deba de estar aquí...pero viendo el éxito que ha tenido en Facebook me gustaría compartir con vosotros mi relato (He cambiado los nombres para que no haya problemas)
También he de decir que la historia fue un rol que hice con unos amigos, así que la historia no es completamente mía, yo solo he profundizado (inventandome la mitad xD) y la he relatado.
Espero que os guste!
Antes de empezar a leer poned esta canción: (Es para dar más emoción a la cosa xDD)
Al otro lado de los anchos océanos, cruzando las más altas montañas y los más frondosos bosques, en una hermosa tierra coronada por los Dioses, se alzaba un próspero reino, el Reino de Gabony.Yo servía allí para un rey bueno que ,desde joven, vi reinar con generosidad y elocuencia, un rey
...que cuidaba de su pueblo.
Pero los años pasaron. Yo, su fiel guardian, lo acompañé día y noche para defenderlo de posibles atentados a su vida, más no podía protegerle del caprichoso tiempo , y día a día veía al rey envejecer y enfermar.
Por suerte, justo antes de su muerte, su hijo, Gabriel Ramírez, contrajo matrimonio con una bella mujer llamada Ashe. Lo cual significaba que ya había un nuevo rey para heredar las tierras y , siendo su hijo, sin duda otro rey que sabría reinar con sabiduría y bondad.
Yo quise marchar a tierras lejanas a conocer lugares nuevos, como Mallorca. Pero no pude, pues veía en mí el deber de seguir protegiendo a la família Verdier. El tiempo volvió a correr y el rey Gabriel demostró reinar con destreza digna de su padre, se rodeó de personas de confianza y consiguió encontrar la paz entre el reino de al lado y el suyo.
Mientras, yo lo acompañé día y noche a la vezque observábamos desde primera fila la vida en el pueblo. Elena López era la dueña de la taberna del Cuervo Ciego que, a pesar del nombre, era un lugar muy acogedor donde la clientela disfrutaba del ambiente, la buena comida y refrescante cerveza. Sin duda, un sitio donde pasar noches enteras festejando.
Por allí también rondaban un bardo llamado Antonio Ramírez, adornando el reino con sus canciones y danzas; Teresa Álamo, la señora tesorera que cobraba los impuestos ;Elias Iglesias ,que era el noble que poseía la mayoría de las tierras que no eran del rey; Patricio del Castillo, el sabio hechicero y consejero del rey; Borja Reales, un hombre que, a pesar de trabajar como verdugo, era alegre y altruista; Sebastian Salvador , el caritativo clérigo ,muy amigo del rey; y diversas personas algo más irrelevantes en mi relato.
El día a día fluía con tranquilidad en el Reino de Gabony hasta que llegó a él un hombre de procedencia extranjera. Decía llamarse Fabian Farías y venir desde tierras exóticas y lejanas hasta aquí para traer sus extrañas mercancías. Pronto, el mercader empezó a conseguir dinero a montones gracias a su inteligencia a la hora de vender y sus apetecibles productos. Se rumoreaba que entre el mercader y la tabernera había más que una relación estrictamente profesional, pero son asuntos en los que no me veo con derecho a profudizar.
Un día, acompañé al rey hasta una reunión con el clérigo. Por los rostros de ambos, podía deducir que algo no marchaba bien, pero lo que me lo confirmó, fue que esta vez no me dejaran presenciar la conversación. Algo estaba en manos del rey, algo privado y secreto. Supuse que había pecado y se había ido a confesar, era un hombre al que le gustaba tener la conciencia tranquila. Pero me di cuenta de que no era así cuando empezó a reunirse con frecuencia con individuos extraños y consejeros ajenos a la corte a cuyas reuniones tampoco me permitía asistir. Estos días el rey se estuvo comportando de manera extraña , como si algo lo persiguiera...como si algo superior a mí lo acechara.
Preocupado, le pedí un día de descanso al señor Gabriel y marché al pueblo a investigar por mi cuenta...
Empecé a recorrer las calles en busca de algo o de alguien que pudiera ayudarme a saber, que pudiera arrojar algo de luz para este valiente guardian que tan fielmente había servido al rey y que merecía una respuesta. Crucé calles, atravesé plazas y parques e incluso pasé por alguna que otra casa de conocidos...Mas no encontré nada.
Cansado ya de vagar sin rumbo, aproveché aquél día libre para ir a confesarme con el clérigo Sebastián y para tomar algo con unos compañeros en la taberna del Cuervo Ciego. Pasé una tarde con apetitosa comida y una agradable compañía, sin embargo, me inquietaba la presencia de un hombre encapuchado que se encontraba en una de las esquinas del local, con la mirada fija en la mesa en la que me encontraba, acompañado solamente por un vaso contenedor de una sustancia que no llegué a identificar. Le pregunté a la dueña, la señora López, si sabia quién era, más no logró aclarar mis dudas puesto que conocía de aquella figura tanto como la conocía yo.
Ya entrada la noche, pagué y salí del lugar. Me dirigí de nuevo al castillo, por desgracia, con las manos vacías. Al menos había pasado un rato agradable, cosa de la que hacía tiempo que no gozaba.
En el camino, me sentí perseguido. A estas horas no quedaba más que algún mendigo o algún borracho por las calles, sin embargo había cierta presencia que me inquietó durante todo el camino.
Caminé y caminé cavilando y alerta por si acaso
''¡Maldita sea!''
Ya sabía qué era, el hombre que se encontraba en la taberna. Seguro me seguía para llegar a través de mí al rey, o para matarme. Empecé a preocuparme, desde joven dominé bien el manejo de la espada y nunca me faltaron estrategias para el combate sin armas, pero estaba demasiado oscuro y no llevaba mi fiel estoque. Aceleré el paso buscando alguna estrategia para defenderme cuando de pronto, mientras atravesaba uno de los puentes de piedras que ,por suerte, estaba bañado de la luz de un farol pequeño, noté una mano sobre mi hombro. Sin pensar demasiado, me di la vuelta y me abalancé sobre la figura encapuchada, pero ésta, más veloz y preparada que yo, me esquivó y me empujó para que cayera al suelo. Como ya había perdido el equilibrio ello no supuso mucho esfuerzo.
Para mi sorpresa, al ponerme boca arriba dispuesto a levantarme de un salto y volver a intentar otro ataque, el encapuchado me tendió la mano y me dijo con un tono suave ''No te preocupes, soy un amigo''
Su voz se me hizo muy familiar, y algo en su manera de pronunciarlo me hizo confiar en él. Tomé su mano y me levanté.
Me pidió que lo acompañara y bajamos hasta la orilla del rio, a la parte inferior del puente. Una vez allí empezamos a conversar.
- Sé de buena tinta que es usted una persona inteligente, señor Cruz. Supongo que ya estará al corriente de todo. - inició él.
-No, me temo que no me encuentro ahora mismo en una posición de mucho conocimiento. Pero he de decirle, que no pienso seguir esta conversación hasta que no me revele su identidad.
-Ah! Disculpe, pensaba que ya me habría reconocido por la voz. ¿Sabe? Nos vemos a diario en palacio- se quitó la capucha de una manera casi impecable- el hechicero Patricio del Castillo a su servicio.
Por una parte me sorprendió bastante que el hechicero rondara a estas horas fuera del castillo sin que nadie lo supiera, no me podía imaginar cuanto tiempo llevaba saliendo por las noches ni qué estaría haciendo, aunque eso no era de mi incumbencia. Por otro lado, me sorprendió que decidiera asaltarme teniendo en cuenta que nuestra relación no era exactamente amigable, pero le dejé continuar.
-Se habrá dado cuenta usted de que el rey está actuando de una forma extraña. -prosiguió
-Sin duda.-Para mí, era algo ya evidente. Pero, si algo sabía, era que el rey compartía más información personal con su consejero que conmigo.
-Pues verá, el reino se está hundiendo, está quedándose en la miseria. La ruina acecha en cada esquina, hay mendigos por todos lados y la gente cada vez está quedándose más pobre. Mientras tanto, nuestro rey Gabriel, corrupto por el poder, se está dedicando a robar el dinero y usanrlo para sus fines y los de su esposa la señorita Ashe.
-Lo siento pero no puedo creermelo, ¿está seguro de lo que dice? Eso es una acusación muy grave.
-Por desgracia, es cierto, el noble señor Iglesias y yo hemos estado investigando y hemos descubierto la farsa. El rey se dedica a coger el dinero para sus caprichos, mientras también sube los impuestos y, para encubrir todo esto, ha regalado una parte a la señora tabernera Elena López para ampliar su local.
-Un momento, ¿Por qué me cuenta todo esto a mí? No es que nuestros lazos sean muy estrechos, es más, he de recordarle que se ha pasado la noche persiguiéndome, cosa que no me inspira mucha confianza...
-Más que seguirle, he esperado el momento correcto para asaltarle. Necesitaba que estuviésemos a solas. Bueno, continúo. Hay que hacer algo para cambiar la situación, si esto sigue así el Reino de Gabony dentro de poco se vendrá a bajo.Yo he intentado ayudarle y hacerle seguir el camino correcto, pero como habrá visto, el rey ha decidido acudir a otros consejeros para seguir adelante, así que he decidido que hay que tomar medidas más drásticas. Solamente quiero saber si puedo contar con su apoyo.
-No estoy seguro...tendría que pensarlo.
-Necesito una respuesta.
-No sea tan impaciente, la paciencia es un don que se supone que le caracteriza señor Castillo, no eche a perder la imagen que tengo de usted. Es cierto que el rey se comporta de manera extraña últimamente, y , aunque me duele decirlo, sus argumentos llevan razón...Sí, puede contar conmigo siempre y cuando el hijo del gran Ramírez , que en paz descanse, salga ileso.
-Está bien. Recuerde no hablar de esto con nadie, ya iré informándole de nuestros aliados y nuestras movidas.
-Recuerde su promesa.
-Lo sé, yo también soy muy amigo del rey , no se preocupe, no le pasará nada.
Después de estas últimas palabras se enfundó de nuevo en su capucha y siguió su camino. Para que no nos vieran mucho, yo esperé unos minutos y luego me fui también por mi lado. Estaba algo decepcionado con el rey, no me esperaba esto de él. Tal vez estaba ciego por el cariño y el respeto que le tenia a su padre, o tal vez simplemente estaba perdiendo facultades y atención.
___________________________________________________________________________________
Por si os perdéis , aquí pondré los nombres de los personajes:
Son nombres completamente españoles xD (Menos Ashe)
Yo, el guardian y narrador - Alejandro de la Cruz
El Rey - Gabriel Ramírez
La Reina - Ashe Ramírez
El Mercader - Fabian Farías
La Tabernera - Elena López
La Tesorera - Teresa Álamo
El Clérigo - Sebastián Salvador
El Noble - Elias Iglesias
El Hechicero - Patricio del Castillo
El Verdugo - Borja Reales
El Bardo - Antonio Ramírez
También he de decir que la historia fue un rol que hice con unos amigos, así que la historia no es completamente mía, yo solo he profundizado (inventandome la mitad xD) y la he relatado.
Espero que os guste!
Antes de empezar a leer poned esta canción: (Es para dar más emoción a la cosa xDD)
El Reino de Gabony
Cap 1 - El nuevo rey Gabriel
Al otro lado de los anchos océanos, cruzando las más altas montañas y los más frondosos bosques, en una hermosa tierra coronada por los Dioses, se alzaba un próspero reino, el Reino de Gabony.Yo servía allí para un rey bueno que ,desde joven, vi reinar con generosidad y elocuencia, un rey
...que cuidaba de su pueblo.
Pero los años pasaron. Yo, su fiel guardian, lo acompañé día y noche para defenderlo de posibles atentados a su vida, más no podía protegerle del caprichoso tiempo , y día a día veía al rey envejecer y enfermar.
Por suerte, justo antes de su muerte, su hijo, Gabriel Ramírez, contrajo matrimonio con una bella mujer llamada Ashe. Lo cual significaba que ya había un nuevo rey para heredar las tierras y , siendo su hijo, sin duda otro rey que sabría reinar con sabiduría y bondad.
Yo quise marchar a tierras lejanas a conocer lugares nuevos, como Mallorca. Pero no pude, pues veía en mí el deber de seguir protegiendo a la família Verdier. El tiempo volvió a correr y el rey Gabriel demostró reinar con destreza digna de su padre, se rodeó de personas de confianza y consiguió encontrar la paz entre el reino de al lado y el suyo.
Mientras, yo lo acompañé día y noche a la vezque observábamos desde primera fila la vida en el pueblo. Elena López era la dueña de la taberna del Cuervo Ciego que, a pesar del nombre, era un lugar muy acogedor donde la clientela disfrutaba del ambiente, la buena comida y refrescante cerveza. Sin duda, un sitio donde pasar noches enteras festejando.
Por allí también rondaban un bardo llamado Antonio Ramírez, adornando el reino con sus canciones y danzas; Teresa Álamo, la señora tesorera que cobraba los impuestos ;Elias Iglesias ,que era el noble que poseía la mayoría de las tierras que no eran del rey; Patricio del Castillo, el sabio hechicero y consejero del rey; Borja Reales, un hombre que, a pesar de trabajar como verdugo, era alegre y altruista; Sebastian Salvador , el caritativo clérigo ,muy amigo del rey; y diversas personas algo más irrelevantes en mi relato.
El día a día fluía con tranquilidad en el Reino de Gabony hasta que llegó a él un hombre de procedencia extranjera. Decía llamarse Fabian Farías y venir desde tierras exóticas y lejanas hasta aquí para traer sus extrañas mercancías. Pronto, el mercader empezó a conseguir dinero a montones gracias a su inteligencia a la hora de vender y sus apetecibles productos. Se rumoreaba que entre el mercader y la tabernera había más que una relación estrictamente profesional, pero son asuntos en los que no me veo con derecho a profudizar.
Un día, acompañé al rey hasta una reunión con el clérigo. Por los rostros de ambos, podía deducir que algo no marchaba bien, pero lo que me lo confirmó, fue que esta vez no me dejaran presenciar la conversación. Algo estaba en manos del rey, algo privado y secreto. Supuse que había pecado y se había ido a confesar, era un hombre al que le gustaba tener la conciencia tranquila. Pero me di cuenta de que no era así cuando empezó a reunirse con frecuencia con individuos extraños y consejeros ajenos a la corte a cuyas reuniones tampoco me permitía asistir. Estos días el rey se estuvo comportando de manera extraña , como si algo lo persiguiera...como si algo superior a mí lo acechara.
Preocupado, le pedí un día de descanso al señor Gabriel y marché al pueblo a investigar por mi cuenta...
Capítulo 2 - El principio de un fin
Empecé a recorrer las calles en busca de algo o de alguien que pudiera ayudarme a saber, que pudiera arrojar algo de luz para este valiente guardian que tan fielmente había servido al rey y que merecía una respuesta. Crucé calles, atravesé plazas y parques e incluso pasé por alguna que otra casa de conocidos...Mas no encontré nada.
Cansado ya de vagar sin rumbo, aproveché aquél día libre para ir a confesarme con el clérigo Sebastián y para tomar algo con unos compañeros en la taberna del Cuervo Ciego. Pasé una tarde con apetitosa comida y una agradable compañía, sin embargo, me inquietaba la presencia de un hombre encapuchado que se encontraba en una de las esquinas del local, con la mirada fija en la mesa en la que me encontraba, acompañado solamente por un vaso contenedor de una sustancia que no llegué a identificar. Le pregunté a la dueña, la señora López, si sabia quién era, más no logró aclarar mis dudas puesto que conocía de aquella figura tanto como la conocía yo.
Ya entrada la noche, pagué y salí del lugar. Me dirigí de nuevo al castillo, por desgracia, con las manos vacías. Al menos había pasado un rato agradable, cosa de la que hacía tiempo que no gozaba.
En el camino, me sentí perseguido. A estas horas no quedaba más que algún mendigo o algún borracho por las calles, sin embargo había cierta presencia que me inquietó durante todo el camino.
Caminé y caminé cavilando y alerta por si acaso
''¡Maldita sea!''
Ya sabía qué era, el hombre que se encontraba en la taberna. Seguro me seguía para llegar a través de mí al rey, o para matarme. Empecé a preocuparme, desde joven dominé bien el manejo de la espada y nunca me faltaron estrategias para el combate sin armas, pero estaba demasiado oscuro y no llevaba mi fiel estoque. Aceleré el paso buscando alguna estrategia para defenderme cuando de pronto, mientras atravesaba uno de los puentes de piedras que ,por suerte, estaba bañado de la luz de un farol pequeño, noté una mano sobre mi hombro. Sin pensar demasiado, me di la vuelta y me abalancé sobre la figura encapuchada, pero ésta, más veloz y preparada que yo, me esquivó y me empujó para que cayera al suelo. Como ya había perdido el equilibrio ello no supuso mucho esfuerzo.
Para mi sorpresa, al ponerme boca arriba dispuesto a levantarme de un salto y volver a intentar otro ataque, el encapuchado me tendió la mano y me dijo con un tono suave ''No te preocupes, soy un amigo''
Su voz se me hizo muy familiar, y algo en su manera de pronunciarlo me hizo confiar en él. Tomé su mano y me levanté.
Me pidió que lo acompañara y bajamos hasta la orilla del rio, a la parte inferior del puente. Una vez allí empezamos a conversar.
- Sé de buena tinta que es usted una persona inteligente, señor Cruz. Supongo que ya estará al corriente de todo. - inició él.
-No, me temo que no me encuentro ahora mismo en una posición de mucho conocimiento. Pero he de decirle, que no pienso seguir esta conversación hasta que no me revele su identidad.
-Ah! Disculpe, pensaba que ya me habría reconocido por la voz. ¿Sabe? Nos vemos a diario en palacio- se quitó la capucha de una manera casi impecable- el hechicero Patricio del Castillo a su servicio.
Por una parte me sorprendió bastante que el hechicero rondara a estas horas fuera del castillo sin que nadie lo supiera, no me podía imaginar cuanto tiempo llevaba saliendo por las noches ni qué estaría haciendo, aunque eso no era de mi incumbencia. Por otro lado, me sorprendió que decidiera asaltarme teniendo en cuenta que nuestra relación no era exactamente amigable, pero le dejé continuar.
-Se habrá dado cuenta usted de que el rey está actuando de una forma extraña. -prosiguió
-Sin duda.-Para mí, era algo ya evidente. Pero, si algo sabía, era que el rey compartía más información personal con su consejero que conmigo.
-Pues verá, el reino se está hundiendo, está quedándose en la miseria. La ruina acecha en cada esquina, hay mendigos por todos lados y la gente cada vez está quedándose más pobre. Mientras tanto, nuestro rey Gabriel, corrupto por el poder, se está dedicando a robar el dinero y usanrlo para sus fines y los de su esposa la señorita Ashe.
-Lo siento pero no puedo creermelo, ¿está seguro de lo que dice? Eso es una acusación muy grave.
-Por desgracia, es cierto, el noble señor Iglesias y yo hemos estado investigando y hemos descubierto la farsa. El rey se dedica a coger el dinero para sus caprichos, mientras también sube los impuestos y, para encubrir todo esto, ha regalado una parte a la señora tabernera Elena López para ampliar su local.
-Un momento, ¿Por qué me cuenta todo esto a mí? No es que nuestros lazos sean muy estrechos, es más, he de recordarle que se ha pasado la noche persiguiéndome, cosa que no me inspira mucha confianza...
-Más que seguirle, he esperado el momento correcto para asaltarle. Necesitaba que estuviésemos a solas. Bueno, continúo. Hay que hacer algo para cambiar la situación, si esto sigue así el Reino de Gabony dentro de poco se vendrá a bajo.Yo he intentado ayudarle y hacerle seguir el camino correcto, pero como habrá visto, el rey ha decidido acudir a otros consejeros para seguir adelante, así que he decidido que hay que tomar medidas más drásticas. Solamente quiero saber si puedo contar con su apoyo.
-No estoy seguro...tendría que pensarlo.
-Necesito una respuesta.
-No sea tan impaciente, la paciencia es un don que se supone que le caracteriza señor Castillo, no eche a perder la imagen que tengo de usted. Es cierto que el rey se comporta de manera extraña últimamente, y , aunque me duele decirlo, sus argumentos llevan razón...Sí, puede contar conmigo siempre y cuando el hijo del gran Ramírez , que en paz descanse, salga ileso.
-Está bien. Recuerde no hablar de esto con nadie, ya iré informándole de nuestros aliados y nuestras movidas.
-Recuerde su promesa.
-Lo sé, yo también soy muy amigo del rey , no se preocupe, no le pasará nada.
Después de estas últimas palabras se enfundó de nuevo en su capucha y siguió su camino. Para que no nos vieran mucho, yo esperé unos minutos y luego me fui también por mi lado. Estaba algo decepcionado con el rey, no me esperaba esto de él. Tal vez estaba ciego por el cariño y el respeto que le tenia a su padre, o tal vez simplemente estaba perdiendo facultades y atención.
___________________________________________________________________________________
Por si os perdéis , aquí pondré los nombres de los personajes:
Son nombres completamente españoles xD (Menos Ashe)
Yo, el guardian y narrador - Alejandro de la Cruz
El Rey - Gabriel Ramírez
La Reina - Ashe Ramírez
El Mercader - Fabian Farías
La Tabernera - Elena López
La Tesorera - Teresa Álamo
El Clérigo - Sebastián Salvador
El Noble - Elias Iglesias
El Hechicero - Patricio del Castillo
El Verdugo - Borja Reales
El Bardo - Antonio Ramírez
Responder
Estupendísima firma cortesía del Rey Lince