PRÓLOGO
Miles de cientos de opciones se mostraban ante mí.
Ninguna tenía un final feliz.
Ni para ella ni para él.
Tampoco para las personas que apreciaban.
Mi expresión pasa de la felicidad al horror.
“_ ¿¡Qué puedo hacer!? _Suplico desesperado.”
La única opción.
El único final feliz para ellos...
“_Estaba todo decidido, ¿verdad? _Pregunto resignado.
_Desde un principio. _Me responde.”
“El destino es caprichoso y sorprendente, ¿cierto?”
Esa frase se queda grabada en mi mente.
“Jugué a ser un Dios... y me quemé.”
Una sonrisa y una carcajada, fruto de la desesperación.
Dejo que las lágrimas escapen de mis ojos.
“Éste es el precio que tengo que pagar por haberme entrometido...
...A jugar a ser el Dios que no queríais, ni elegisteis para ella.”
CAPÍTULO 1
“Naciste del amor y el deseo más puro que nunca llegué a sentir por otra mujer.
Supe desde el principio que ella sería la mejor madre que jamás podrías tener.
Fueras la criatura que fueras la que viniera a este mundo.
Nunca podré llegar a ver cómo eres.
Si te parecerás a nosotros o a alguien más...
O serás igual de especial y único que tu madre.”
“Quiero que sepas que deseábamos tenerte.
Fuera de forma esperada o no.”
“Siempre serás lo más importante para nosotros.”
Las lágrimas caen por su rostro.
El rostro del joven más bello que jamás pude contemplar.
CAPÍTULO 2
Su expresión se endurece.
Tuerce la mandíbula.
Muestra sus dientes, dejando al descubierto unos afilados colmillos.
Sus ojos grises me contemplan con una mirada divertida y fría.
Se levanta.
Encorvado, con sus hombros agachados y sus brazos colgando.
Observo con horror al monstruo que tengo delante de mí.
El ser que antes era una persona.
_Louis yo no quería esto. _Le digo mientras miro mis manos desesperadamente. _No se cómo he podido...
Mueve sus brazos hasta acostumbrarse a ellos.
Su musculatura aumenta un poco.
Se agacha y despliega unas enormes alas de su espalda.
Avanza con rapidez hasta mí.
Me agarra de la ropa hasta acercar su cara a la mía.
_Tú me has convertido en esto. _Me susurra.
“Pero... ¿Sabes? Puedo llegar a acostumbrarme.”
Me agarra del cuello y me golpea con fuerza.
_Yo seré quien esté a su lado.
Agonizando en el suelo por el dolor, trato de creer lo que acabo de oír.
“¿Ha estado esperando este momento...? ¿Sabía que aún tenía alguna posibilidad por imposible que fuera...?”
Caigo inconsciente al suelo.
CAPÍTULO 3
Camino a la deriva.
Con la cabeza agachada.
Las pupilas de mis ojos se estrechan.
Noto un sudor frío por mi cuerpo.
“¿Qué he hecho...?
¿...Es esto lo que realmente quería?”
Le amo.
Mi corazón se detiene.
Me llevo una mano al pecho, sujetándolo fuertemente.
Abro los ojos asustado al mirar el suelo.
“¿Sangre...?”
Oigo una voz.
_No intervengas... Aún no.
_ ¿Y si aún así lo hiciera?
_Acabaría contigo ahora mismo.
“No. No puede ser... no así, de esta manera.”
La sangre sigue cayendo.
_No me mates.
“Haré lo que pueda.”
La hemorragia se detiene.
La voz desaparece.
A mis espaldas se encuentra él.
Me agacho.
Le rodeo con mis brazos, estrechándole contra mí.
Mis labios tocan los suyos.
Las lágrimas mías caen en sus mejillas, envolviéndole con mis alas negras.
CAPÍTULO 4
“No pude intervenir en nada.
Todo lo que pasó después...
Sabía el futuro que iba a tener su madre.
Los motivos.
...y tú.”
Sus ojos se posan en mí.
Una mirada fría, llena de odio.
“Soñé con el momento en que tú y Lirio os encontrábais.
Aparecías como una oscura sombra con una enorme silueta.
Ella te miraba y se acercaba, hasta aferrarse a ti.
Alejándola de todo.”
Ese sueño se repetía una y otra vez.
Hasta que ya no pude mas y quise intervenir.
Pero me obligaron a detenerme.
“El destino de ella estuvo decidido desde el principio...
...y tú eras el único que podía alterar o decidir algo.”
Nos miramos desafiantes.
Me acorrala hasta la pared, golpeándola con un puño.
Le miro sorprendido.
_ ¿Y eso qué más da ya? _Le pregunto con dureza.
Me mira desconcertado.
_Después de todos somos iguales. _Le respondo. _Y nos importa la misma persona.
“Nuestro destino era estar a su lado, ¿cierto?”
Aprieta los dientes.
_ ¿¡Por qué tú!?
_Porque era el único que no era consciente de lo que pasaba, de lo que podía hacer o no.
Una risa amarga escapa de mi garganta.
Mis ojos se llenan de lágrimas.
_También tengo sentimientos. _Admito con voz entrecortada.
“No supe amarla.”
Su expresión cambia.
Me mira con sorpresa y horror.
_Tú... _Susurra aterrado.
“¿Sorprendido...?”
Una de mis manos toca la parte azul de mi cabello.
La otra roza la punta de mi flequillo moreno despeinado.
Uno de mis ojos es negro y el otro rojo.
Una parte de mi cuerpo ligeramente alterada y más monstruosa que la otra.
Dejo caer una de mis alas.
Las lágrimas caen por mi rostro.
Un sonido gutural suena desde lo más hondo de mí.
A causa del dolor, rompiéndome desde fuera hacia dentro.
CAPÍTULO 5
Miro al chico que tengo enfrente de mí.
Golpeo el suelo con ira.
_ ¿¡Sabes lo qué has hecho!? _Grito furioso. _¡¡Ella nunca volverá...!!
“Nunca...”
Miro al suelo.
Una mirada vacía.
Mis lágrimas caen al suelo.
Levanto la cabeza y le observo.
Le agarro y tiro hasta tener su rostro pegado al mío.
Mis ojos negros fijos en los suyos.
Una mirada rebosante de odio, fría, despreciable.
Me veo reflejado en sus ojos rojos.
Su mirada se vuelve dura.
_Se lo merecía. _Me dice con repugnancia.
Aprieto los dientes hasta sentir la sangre caer por mis labios y mi barbilla.
_No te lo perdonaré jamás.
“Arderás en este infierno conmigo.”
Libero mis alas.
Dejo que todo mi poder fluya, desde dentro hacia fuera.
Siento como mi cuerpo humano arde y desaparece.
Mostrando mi verdadera forma.
Mi verdadero ser.
Le aprieto contra mi esencia.
Dejo que todo mi poder salga y le envuelva.
Una luz cegadora nos inunda.
Al desaparecer...
Miro la piel de mi cuerpo.
Me toco el cabello.
Parpadeo.
“Ever y yo somos dos seres, unidos en uno solo.”
Sonrío, una sonrisa macabra.
_Le amamos. _Decimos a la vez.
“Amamos a Alexander.”
EPÍLOGO
Me arrodillo y acaricio la superficie con la yema de los dedos.
_Tuvo que ser muy hermosa.
Sonrío mientras contemplo lo que protege el cristal.
Se arrodilla junto a mí.
_Lo era, no sabes cuánto.
Coloca sus manos sobre mis hombros.
Contemplamos juntos.
Lo que hay tras el cristal del ataúd.
_Lo sabía desde un principio.
Se altera ligeramente.
_Tú y Ever... siempre fuisteis Lance.
Noto su respiración entrecortada, la tensión en sus manos.
Acaricio la plataforma acristalada con una mano.
_Mi madre amaba a Alexander y a Jonathan.
“Lo siento, perdóname...”
Las lágrimas de Ever resbalan por una de sus mejillas.
“Gracias.”
_Ella no podía vivir sabiendo que no podía corresponderos como deseábais. _Le confieso.
“Por eso, me pidió que cuidara de ti...
...porque ella no quería seguir viviendo con ese dolor.”
Mis lágrimas caen sobre el cristal.
Sonrío.
_Habría cuidado de ti, con o sin la petición de mi madre.
“Desde que nos vimos y nos conocimos...
...Te quiero.”
_Sus últimas palabras... ¿Las recuerdas?
Las flores florecen todas a la vez.
El recuerdo de ella aparece.
Tan claro y nítido como en ese instante.
“Sus brazos extendidos.
Sus alas de plumas negras desplegadas.
Su piel blanca, frágil.
Esa mirada tan cálida.
Sonriente.
_Te quiero.
Una lágrima roja resbala por su rostro, cerrando sus ojos.”
Coloca una de sus manos sobre la mía.
Le toco el rostro.
Despliego mis alas blancas, envolviéndole con ellas.
Dejo que las plumas de mis alas rocen su rostro.
Me acerco a él.
Cerramos nuestros ojos, llorando en silencio.
Le beso.
“Lo siento, perdóname...
...gracias, te amo.”
Miles de cientos de opciones se mostraban ante mí.
Ninguna tenía un final feliz.
Ni para ella ni para él.
Tampoco para las personas que apreciaban.
Mi expresión pasa de la felicidad al horror.
“_ ¿¡Qué puedo hacer!? _Suplico desesperado.”
La única opción.
El único final feliz para ellos...
“_Estaba todo decidido, ¿verdad? _Pregunto resignado.
_Desde un principio. _Me responde.”
“El destino es caprichoso y sorprendente, ¿cierto?”
Esa frase se queda grabada en mi mente.
“Jugué a ser un Dios... y me quemé.”
Una sonrisa y una carcajada, fruto de la desesperación.
Dejo que las lágrimas escapen de mis ojos.
“Éste es el precio que tengo que pagar por haberme entrometido...
...A jugar a ser el Dios que no queríais, ni elegisteis para ella.”
CAPÍTULO 1
“Naciste del amor y el deseo más puro que nunca llegué a sentir por otra mujer.
Supe desde el principio que ella sería la mejor madre que jamás podrías tener.
Fueras la criatura que fueras la que viniera a este mundo.
Nunca podré llegar a ver cómo eres.
Si te parecerás a nosotros o a alguien más...
O serás igual de especial y único que tu madre.”
“Quiero que sepas que deseábamos tenerte.
Fuera de forma esperada o no.”
“Siempre serás lo más importante para nosotros.”
Las lágrimas caen por su rostro.
El rostro del joven más bello que jamás pude contemplar.
CAPÍTULO 2
Su expresión se endurece.
Tuerce la mandíbula.
Muestra sus dientes, dejando al descubierto unos afilados colmillos.
Sus ojos grises me contemplan con una mirada divertida y fría.
Se levanta.
Encorvado, con sus hombros agachados y sus brazos colgando.
Observo con horror al monstruo que tengo delante de mí.
El ser que antes era una persona.
_Louis yo no quería esto. _Le digo mientras miro mis manos desesperadamente. _No se cómo he podido...
Mueve sus brazos hasta acostumbrarse a ellos.
Su musculatura aumenta un poco.
Se agacha y despliega unas enormes alas de su espalda.
Avanza con rapidez hasta mí.
Me agarra de la ropa hasta acercar su cara a la mía.
_Tú me has convertido en esto. _Me susurra.
“Pero... ¿Sabes? Puedo llegar a acostumbrarme.”
Me agarra del cuello y me golpea con fuerza.
_Yo seré quien esté a su lado.
Agonizando en el suelo por el dolor, trato de creer lo que acabo de oír.
“¿Ha estado esperando este momento...? ¿Sabía que aún tenía alguna posibilidad por imposible que fuera...?”
Caigo inconsciente al suelo.
CAPÍTULO 3
Camino a la deriva.
Con la cabeza agachada.
Las pupilas de mis ojos se estrechan.
Noto un sudor frío por mi cuerpo.
“¿Qué he hecho...?
¿...Es esto lo que realmente quería?”
Le amo.
Mi corazón se detiene.
Me llevo una mano al pecho, sujetándolo fuertemente.
Abro los ojos asustado al mirar el suelo.
“¿Sangre...?”
Oigo una voz.
_No intervengas... Aún no.
_ ¿Y si aún así lo hiciera?
_Acabaría contigo ahora mismo.
“No. No puede ser... no así, de esta manera.”
La sangre sigue cayendo.
_No me mates.
“Haré lo que pueda.”
La hemorragia se detiene.
La voz desaparece.
A mis espaldas se encuentra él.
Me agacho.
Le rodeo con mis brazos, estrechándole contra mí.
Mis labios tocan los suyos.
Las lágrimas mías caen en sus mejillas, envolviéndole con mis alas negras.
CAPÍTULO 4
“No pude intervenir en nada.
Todo lo que pasó después...
Sabía el futuro que iba a tener su madre.
Los motivos.
...y tú.”
Sus ojos se posan en mí.
Una mirada fría, llena de odio.
“Soñé con el momento en que tú y Lirio os encontrábais.
Aparecías como una oscura sombra con una enorme silueta.
Ella te miraba y se acercaba, hasta aferrarse a ti.
Alejándola de todo.”
Ese sueño se repetía una y otra vez.
Hasta que ya no pude mas y quise intervenir.
Pero me obligaron a detenerme.
“El destino de ella estuvo decidido desde el principio...
...y tú eras el único que podía alterar o decidir algo.”
Nos miramos desafiantes.
Me acorrala hasta la pared, golpeándola con un puño.
Le miro sorprendido.
_ ¿Y eso qué más da ya? _Le pregunto con dureza.
Me mira desconcertado.
_Después de todos somos iguales. _Le respondo. _Y nos importa la misma persona.
“Nuestro destino era estar a su lado, ¿cierto?”
Aprieta los dientes.
_ ¿¡Por qué tú!?
_Porque era el único que no era consciente de lo que pasaba, de lo que podía hacer o no.
Una risa amarga escapa de mi garganta.
Mis ojos se llenan de lágrimas.
_También tengo sentimientos. _Admito con voz entrecortada.
“No supe amarla.”
Su expresión cambia.
Me mira con sorpresa y horror.
_Tú... _Susurra aterrado.
“¿Sorprendido...?”
Una de mis manos toca la parte azul de mi cabello.
La otra roza la punta de mi flequillo moreno despeinado.
Uno de mis ojos es negro y el otro rojo.
Una parte de mi cuerpo ligeramente alterada y más monstruosa que la otra.
Dejo caer una de mis alas.
Las lágrimas caen por mi rostro.
Un sonido gutural suena desde lo más hondo de mí.
A causa del dolor, rompiéndome desde fuera hacia dentro.
CAPÍTULO 5
Miro al chico que tengo enfrente de mí.
Golpeo el suelo con ira.
_ ¿¡Sabes lo qué has hecho!? _Grito furioso. _¡¡Ella nunca volverá...!!
“Nunca...”
Miro al suelo.
Una mirada vacía.
Mis lágrimas caen al suelo.
Levanto la cabeza y le observo.
Le agarro y tiro hasta tener su rostro pegado al mío.
Mis ojos negros fijos en los suyos.
Una mirada rebosante de odio, fría, despreciable.
Me veo reflejado en sus ojos rojos.
Su mirada se vuelve dura.
_Se lo merecía. _Me dice con repugnancia.
Aprieto los dientes hasta sentir la sangre caer por mis labios y mi barbilla.
_No te lo perdonaré jamás.
“Arderás en este infierno conmigo.”
Libero mis alas.
Dejo que todo mi poder fluya, desde dentro hacia fuera.
Siento como mi cuerpo humano arde y desaparece.
Mostrando mi verdadera forma.
Mi verdadero ser.
Le aprieto contra mi esencia.
Dejo que todo mi poder salga y le envuelva.
Una luz cegadora nos inunda.
Al desaparecer...
Miro la piel de mi cuerpo.
Me toco el cabello.
Parpadeo.
“Ever y yo somos dos seres, unidos en uno solo.”
Sonrío, una sonrisa macabra.
_Le amamos. _Decimos a la vez.
“Amamos a Alexander.”
EPÍLOGO
Me arrodillo y acaricio la superficie con la yema de los dedos.
_Tuvo que ser muy hermosa.
Sonrío mientras contemplo lo que protege el cristal.
Se arrodilla junto a mí.
_Lo era, no sabes cuánto.
Coloca sus manos sobre mis hombros.
Contemplamos juntos.
Lo que hay tras el cristal del ataúd.
_Lo sabía desde un principio.
Se altera ligeramente.
_Tú y Ever... siempre fuisteis Lance.
Noto su respiración entrecortada, la tensión en sus manos.
Acaricio la plataforma acristalada con una mano.
_Mi madre amaba a Alexander y a Jonathan.
“Lo siento, perdóname...”
Las lágrimas de Ever resbalan por una de sus mejillas.
“Gracias.”
_Ella no podía vivir sabiendo que no podía corresponderos como deseábais. _Le confieso.
“Por eso, me pidió que cuidara de ti...
...porque ella no quería seguir viviendo con ese dolor.”
Mis lágrimas caen sobre el cristal.
Sonrío.
_Habría cuidado de ti, con o sin la petición de mi madre.
“Desde que nos vimos y nos conocimos...
...Te quiero.”
_Sus últimas palabras... ¿Las recuerdas?
Las flores florecen todas a la vez.
El recuerdo de ella aparece.
Tan claro y nítido como en ese instante.
“Sus brazos extendidos.
Sus alas de plumas negras desplegadas.
Su piel blanca, frágil.
Esa mirada tan cálida.
Sonriente.
_Te quiero.
Una lágrima roja resbala por su rostro, cerrando sus ojos.”
Coloca una de sus manos sobre la mía.
Le toco el rostro.
Despliego mis alas blancas, envolviéndole con ellas.
Dejo que las plumas de mis alas rocen su rostro.
Me acerco a él.
Cerramos nuestros ojos, llorando en silencio.
Le beso.
“Lo siento, perdóname...
...gracias, te amo.”
Responder
Gracias a Muffet y a Voldia por sus Firmas.
![[Imagen: TckbN2u.jpg]](https://i.imgur.com/TckbN2u.jpg)
![[Imagen: dBehPxa.png]](https://i.imgur.com/dBehPxa.png)
![[Imagen: 4yMaBDj.png]](https://i.imgur.com/4yMaBDj.png)
![[Imagen: Jk0ffjY.png]](https://i.imgur.com/Jk0ffjY.png)
![[Imagen: 2Y5Gqg1.png]](https://i.imgur.com/2Y5Gqg1.png)
![[Imagen: 6PI38uw.png]](https://i.imgur.com/6PI38uw.png)
![[Imagen: d3tOzXv.png]](https://i.imgur.com/d3tOzXv.png)
![[Imagen: TckbN2u.jpg]](https://i.imgur.com/TckbN2u.jpg)
![[Imagen: dBehPxa.png]](https://i.imgur.com/dBehPxa.png)
![[Imagen: 4yMaBDj.png]](https://i.imgur.com/4yMaBDj.png)
![[Imagen: Jk0ffjY.png]](https://i.imgur.com/Jk0ffjY.png)
![[Imagen: 2Y5Gqg1.png]](https://i.imgur.com/2Y5Gqg1.png)
![[Imagen: 6PI38uw.png]](https://i.imgur.com/6PI38uw.png)
![[Imagen: d3tOzXv.png]](https://i.imgur.com/d3tOzXv.png)
![[Imagen: He6mjEm.png]](https://i.imgur.com/He6mjEm.png)