Mazoku
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UNA EJECUCION INTERRUMPIDA
─ Esmeralda cálmate…Se que no eres tu la que esta asustada…─ dije intentando calmarla de alguna forma pero podía verse el terror en su rostro y como de vez en cuando miraba hacia el fuego.
─ Es que…Es que …no quiero que vuelva a suceder…─ dijo Esmeralda con miedo en su voz al parecer aquel demonio había sufrido demasiado y esa carga le estaba pasando factura.
─ Te prometo que no volverá a suceder…pero por favor tienes que ayudarnos…Seguro que conoces algún conjuro o algo…─ dije intentando salvar a la pobre Isabel de aquella muerte casi segura que se le venia encima.
Ambas miramos el espectáculo dantesco que se estaba produciendo era casi parecia irreal como si hubiéramos retrocedido a la época de la inquisición, la turba parecia completamente desatada mientras que el rostro de Isabel permanecia impasible.
─ Si vamos a hacer algo tenemos que hacerlo ya…─ dijo Olga mirando como aquello poco a poco se acercaba al final, mientras que las demás estaban asustadas completamente.
─ No podemos hacer nada...─ dijo Daisy nerviosa mientras no podía apartar la mirada de lo que estaba pasando.
─ Esmeralda por favor…tienes que hacer algo…─ dije casi rogándole por que intentara recordar algún conjuro el que fuese para poder librar a Isabel de aquello.
─ Sin mi libro es imposible, no se ningún conjuro…─ dijo Esmeralda con miedo en su voz mientras miraba aquella escena que al momento aparto la mirada.
Pensé que Isabel estaba perdida que no se podía hacer nada por ella, pero aun así no entendía el por que de aquello y tanta inquina hacia ellas.
─ Dios encomendamos el alma de esta tu sierva, para que la liberes del demonio que la posee y que pueda subir a los cielos junto a ti…─ dijo Don Sebastián mientras le lanzaba agua bendita, aunque en ese momento Isabel termino escupiéndole a pesar de todo aquello permanecia firme.
─ Muy bien que así sea…─ volvió a decir Don Sebastián mientras soltaba el agua bendita y recogía una de las antorchas.
─ Esta es la prueba de que es una bruja su libro mágico de conjuros…que al igual que ella debe de ser quemado en la hoguera…─ dijo la profesora mientras alzaba el libro entre sus manos, en ese momento Esmeralda se acerco un poco mas con la cara preocupada.
─ No, no, no…─ repitió una y otra vez Esmeralda con desesperación parecia como si estuviera conectada de alguna forma a aquel libro.
En ese momento la profesora arrojo el libro la fuego y empezó a quemarse lentamente, mientras que Esmeralda miraba una y otra vez sus manos y su cuerpo como si estuviera esperando que pasara algo.
─ Lo que no entiendo, es por que queman un libro falso…─ dijo Olga pensativa, aunque estaba convencida si supiera de lo que era capaz ese libro lo pensaría de otra forma.
─ Tenemos que hacer algo ya…─ dije mientras salía de donde estábamos para intentar ganar algo de tiempo, en ese momento incluso Olga me tomo de la falda tirando de ella.
─ ¿Pero que haces?... no ves que la van a quemar…─ dije mientras intentaba hacer que me soltara pero solo pude ver como la cabeza de Olga negaba.
─ ¿Quieres que terminemos nosotras también en la hoguera…?...─ pregunto Olga mientras seguía cogiéndome de la falda, aunque sabia que tenia razón no podía quedarme allí parada viendo como terminaba Isabel de esa forma.
No pude mas que cerrar los ojos e intentar no ver lo que iba a pasar, de pronto escuche como el crepitar de las llamas pero a pesar de todo no pude oír los gritos de Isabel.
Pero en aquel momento empecé a escuchar unos aleteos, los gritos de aquella turba se apagaron de golpe, mientras se produjo un viento bastante fuerte, cuando abrí los ojos me fije que el fuego estaba apagado e Isabel estaba completamente asustada mirando hacia todas partes, aquellos aleteos los recordaba perfectamente pero por mas que miraba al cielo no había nada.
La gente empezó a mirar al cielo completamente asustada, solo se escuchaban aleteos pero en un momento uno de ellos termino cortado pro la mitad su sangre salpico a todos los presentes y su cuerpo cayo despedazado en dos partes ante ellos, el pánico se apodero de la gente que comenzó a correr hacia sus casas.
─ No me ha pasado nada…sigo viva…Ese libro es falso…─ dijo Esmeralda con algo de alivio en su voz y su rostro, pero en cuanto escucho aquel aleteo su cara cambio casi de inmediato, sabia que es lo que era.
─ Vámonos rápido…─ dijeron casi al unísono Bárbara y Daisy que salieron corriendo de allí aquello les superaba con creces pero Olga aprecia que lo estuviera disfrutando.
Mientras Olga permanecia mirando al cielo intentando descubrir que es lo que había pude hacer que me soltara y salí corriendo hacia donde estaba Isabel que permanecía completamente asustada.
Al llegar vi que el párroco y la profesora de gimnasia habían desaparecido, mientras comencé a desatarla podía escuchar gritos pro todo el pueblo y sonidos como si algo estuviera cortando carne.
─ Vamos Isabel no tendremos otra oportunidad…─ dije tirando de ella para que me siguiera la parecer había entrado en aquel especie de trance dejándola completamente absorta a todo lo que pasara, cuando pase por el lado de Olga la tome de la mano y tire de ella también.
Junto con Isabel salimos corriendo de allí, pensando que no nos seguirían tan lejos aquello fuese lo que fuese, nos adentramos de nuevo en aquel camino de tierra rápidamente, no hacia mas que tirar de Isabel que aun permanecia en estado cata tónico, mientras que no veía a Daisy y Bárbara por ninguna parte al parecer nos llevaban mucha delantera, miraba hacia todos lados con miedo en el cuerpo los aleteos se escuchaban débilmente pero los gritos resonaban en el pueblo, por un momento gire la cabeza y pude ver un resplandor de color púrpura que provenía del fondo del bosque aunque sabia perfectamente que era de la torre.
Cuando al fin llegamos a la verja de entrada del Internado tuvimos que darla vuelta para poder entrar por donde siempre una vez dentro, las luces estaban encendidas como siempre pero no se escuchaban los aleteos al menos no nos habían seguido.
─ Llevare a Isabel a su habitación…─ dijo Esmeralda mientras tomaba de la mano a Isabel que poco a poco iba despertando de aquel estado.
─ Ha sido increíble…Aun no me lo creo…─ dijo Olga completamente emocionada, parecia que no podía contener su alegría de por fin haber visto o al menos oído algo sobrenatural.
─ Será mejor que te calmes y vayamos adormir un poco…Mañana ya veremos que hacemos…─ dije intentando calmar a Olga pero sabia que seria imposible y que no pegaría ojo en toda la noche.
─ Si, claro pero dudo que pueda dormir…ha sido excitante…─ dijo Olga mientras veía como sus ojos brillaban y el rostro estaba lleno de felicidad.
─ Si hasta mañana…─ dije mientras me despedía de Olga y caminaba hacia el pasillo intentando que la profesora de guardia o la monja no me descubriera, cuando al fin llegue a mi habitación respire aliviada.
─ ¿Pero donde habéis estado…?...─ pregunto Valeria mirándome desde la litera con gran interés.
─ En el pueblo, ha sido un lío mejor duérmete…─ dije mientras miraba por la ventana hacia el pueblo y como aquel resplandor púrpura mortecino se veía desde donde estaba; intente agudizar el oído para comprobar si escuchaba algún aleteo pero todo era silencio.
─ Vale, pero mañana me lo cuentas…─ dijo Valeria mientras volvía a acostarse, por mi parte termine de desnudarme y acostarme, aunque aquella noche seria muy corta.
Aunque lo raro es que pude dormirme, y cuando a penas había cerrado los ojos el despertador me despertó, mientras me restregaba los ojos pude ver como Valeria ya estaba con los utensilios para la ducha como todas las mañanas.
─ Venga date prisa…que ahora después vas tu…─ dijo Valeria mientras salía por la puerta y la cerraba, me levante y me senté en la cama por unos segundos intentando recordar todo lo que había pasado, casi al momento me acerque a la persiana y la abrí aquel resplandor había desaparecido y las luces estaban apagadas como siempre, como pude y aun medio dormida tome mi ropa y algunas cosas para ducharme y volví a sentarme de nuevo en la cama esperando que me tocara.
Cuando hubo pasado algo mas de media hora vi como entraba Valeria de nuevo por la puerta con la toalla por encima y otra en la cabeza, por unos instantes como absorta me quede mirando el bulto que se pronunciaba en la toalla, mi mente empezó a jugar con aquello pero enseguida Valeria se dio cuenta.
─ Anabell…venga te toca…─ dijo Valeria que enseguida se dio la vuelta y comenzó a mirar en los cajones para escoger la ropa interior.
Al momento salí de allí y me puse en la puerta como todas las demás, el ambiente se notaba algo raro y tenso, pero enseguida sonó de nuevo la sirena anunciando que nos tocaba ir a las duchas, en cuanto llegue deje que el agua me refrescara después de aquella noche espantosa, por unos instantes mi mente viajo lejos dejándose llevar por el agua caliente.
Pero al instante abrí los ojos vi como algunas ya salían liadas en la toalla así que me di algo de prisa para no quedarme sola, al momento me seque un poco y me coloque la toalla aun con el pelo mojado.
Seguidamente fuimos a nuestros cuartos y Valeria estaba ya fuera esperando que entrara, enguanto entre empecé a rebuscar entre la ropa interior y esta vez escogí un tanga de color rojo algo apretado y con un pequeño encaje en la parte delantera y trasera de este de color negro casi transparente y que al momento me coloque junto con un sujetador del mismo color seguidamente el uniforme del instituto.
─ ¿Valeria puedes entrar…?...─ pregunte un poco en voz alta, enseguida la puerta se entreabrió y Valeria miraba por el hueco.
─ ¿Qué quieres…?...─ pregunto Valeria mientras no llegaba a pasar por la puerta.
─ ¿Me ayudas a peinarme…?...─ dije mientras le mostraba el cepillo en mi mano y permanecia sentada, Valeria entro enseguida para pasarme el cepillo aunque aquella mañana tenia el cabello mas rebelde de la cuenta.
─ Lo tienes algo revuelto por lo que parece…¿Me vas a decir lo que paso anoche…?...─ dijo Valeria mientras me pasaba el cepillo una y otra vez peleándose con los pequeños líos que tenia.
─ Auch, auch…Oye hazlo mas despacio…Después te lo cuento tengo que hablar con Felisa…─ dije protestando mientras tiraba Valeria con el peine, tenia en mente hablar con ella y que me contara que es lo que estaba pasando.
─ ¿Felisa…?...¿Que ha pasa con ella…?...─ pregunto Valeria algo extrañada y a la vez sorprendida por mi tono de voz.
En ese momento sonó la sirena y me levante de golpe tomando el cepillo en mi mano y dándole un beso rápido en los labios a Valeria.
─ Después te lo cuento…─ dije guiñándole un ojo y saliendo de allí, mientras que Valeria se quedaba por unos segundos sorprendida.
─ Oye no puedes dejarme así…─ dijo Valeria que al momento me siguió hacia el comedor, en nuestro camino de mientras pudimos ver a todas las chicas yendo a desayunar algunas ya llevaban los uniformes de sus clubes aunque el ambiente parecia algo mas tenso de lo normal.
En cuanto nos pusimos en la cola para tomar algo de las bandejas, Valeria me miro con ojos de cachorro degollado; sabia perfectamente que de nuevo me tocaría pagar lo que cogiera.
─ Vale de acuerdo…pero ya es demasiado…─ dije quejándome puesto que ya eran demasiadas veces que le pagaba las cosas.
─ Te prometo que te lo pagare…─ dijo Valeria casi rogándomelo que enseguida me sonrió tomando algunas cosas.
En cuanto tomamos el desayuno nos dirigimos hacia la mesa de siempre, en ella pude ver a Olga con una especie de diario tomando anotaciones junto a ella estaba Esmeralda con la cabeza bajada y algo preocupada junto a ella estaba Bárbara que repasaba un libro de texto.
Cuando me senté empecé a mirar por todas partes a ver si veía a Felisa por algún lado pero casi al momento llego Clarissa y se sentó con nosotras.
─ Buenos días…Sabéis hoy no tenemos clase…No se han dicho que es fiesta o algo parecido, así que tenemos el día libre…─ dijo Clarissa con algo de alegría en su voz al menos tendría algo de descanso después de tanto estudio.
─ Una cosa…¿sabes donde esta Felisa…?, tengo que hablar con ella…─ dije intentando saber donde se encontraba puesto que era muy raro que no estuviera con Clarissa.
─ Lo mas seguro es que este en su club de lectura…me dijo que tenia cosas que hacer y que no desayunaría hoy…─ respondió Clarissa con un tono de preocupación en su voz al haber preguntado por ella.
─ Aunque me resulta extraño no ver a Daisy ni Ángela por aquí…¿Les ha pasado algo…?...─ pregunto Valeria extrañada puesto que siempre estaban con ellas.
─ No lo se lo mas seguro es que estén en el club…─ respondió Olga mientras cerraba su cuaderno y lo guardaba en un bolsillo de la falda.
Casi al levantarme vi entrar a Isabel que tenia la misma cara de pocos amigos de siempre acompañada de sus guarda espaldas, que al momento se sentó en nuestra mesa y sus amigas en otra cercana.
─ ¿Te encuentras mejor…?...─ pregunte mientras ella permanecia en silencio aunque sabia que aun estaba algo asustada.
Olga permanecía en silencio al lado de Isabel que aun la intimidaba mucho, aunque por unos momentos se quedo mirando a Esmeralda y a mi fijamente.
─ Gracias a las dos…a propósito Anabell te espero al medio día detrás de la iglesia…─ dijo Bajando la cabeza y al momento se sentó junto con sus guardaespaldas.
─ ¿Qué es lo que querrá…?...─ pregunto Valeria completamente extrañada mientras Isabel se levantaba al mismo tiempo que Olga respiraba aliviada.
─ No tengo idea…─ dije algo sorprendida por tal invitación, aunque sabia perfectamente que de ella me podía fiar.
─ ¿Aun te fías de ella…?...Ten mucho cuidado…─ dijo Clarissa con un tono de voz de miedo.
─ Si lo mismo que de todas mis amigas…─ dije intentando no excluir a ninguna ni hacerla sentir incomoda.
─ Además es parte de nuestro club…─ dijo Olga saliendo en su defensa cosa que me extrañaba puesto que le tenia bastante miedo.
Aunque Isabel no decía ni una palabra parecia estar atenta a lo que estábamos diciendo en un momento se levanto y salio del comedor.
─ Hoy esta mas rara que nunca...¿que demonios le pasara…?...─ pregunto Clarissa extrañada mientras terminaba de desayunar, aunque ninguna respondió a eso.
Una vez que hube terminado de desayunar pensando que tenia todo el día libre iría encontrar a Felissa para hablar con ella.
─ Muy bien…¿Dónde esta el club de lectura…?...─ pregunte mientras me levantaba de la mesa y al mismo tiempo lo hicieron Valeria y Clarissa.
─ Ojala pudiera acompañarte…Tengo cosas que hacer en el club…─ dijo Valeria mientras terminaba el desayuno mientras que Clarissa se ofreció de guía
─ Nosotras iremos a club a ver que están haciendo las demás…pásate después por el…tenemos que planear algunas cosas…─ dijo Olga mientras volvía a sacar la libreta de su falda y empezaba a anotar algunas cosas.
Salimos del comedor y comenzamos a caminar por los pasillos de aquel sitio pasamos por el campo de entrenamiento vi que había algunas chicas haciendo gimnasia, mientras que otras recorrían los pasillos casi corriendo para llegar a sus clubes, cuando pasamos por la puerta de la iglesia vi que seguía permaneciendo cerrada cosa que me extrañaba bastante.
─ ¿Has visto alguna vez la iglesia abierta…?...─ pregunte mientras me quedaba quieta delante de su puerta mirando aquel candado.
─ En todo el tiempo que he estado nunca he visto esa puerta abierta…─ dijo Valeria mientras me tomaba de la mano y hacia que me moviera de allí, mientras pude observar como algunas monjas se quedaban mirándome con cara de pocos amigos mientras pasaban por mi lado.
En ese momento paso la misma enfermera que me había hecho el chequeo antes de entrar y que me receto aquello contra mis mareos.
─ Vaya Anabell…¿Qué tal te encuentras…?...─ pregunto la enfermera sonriéndonos y mirándonos de arriba abajo.
─ Bien muchas gracias por lo que me receto…Ya no he vuelto a tener mas mareos…─ respondí sonriéndole al menos la enfermera no nos miraba con cara de odio cosa que agradecía.
─ Me alegro a propósito mas tarde pásate por la enfermería tengo que hacerte otro análisis de sangre…─ dijo la enfermera sonriéndome mientras se despedía de nosotras, aquello me extraño bastante.
─ ¿Qué querrá ahora…?...─ pregunto Clarissa extrañada por aquella petición, aunque también estaba algo confusa, pero de momento no tenia ningún motivo para desconfiar de ella ni para fiarme tampoco.
Mientras atravesábamos los pasillos podía sentir que me miraban las monjas y con odio era como si se clavasen sus miradas en mi nuca, cuando al fin llegamos a una puerta antigua con un cartel arriba "CLUB DE LECTURA".
Enseguida Clarissa abrió la puerta y al entrar vimos que era una habitación no mas grande que la nuestra con una mesa en el centro y varias sillas a su alrededor a en las otras paredes había una estantería llena de libros y al fondo una ventana que daba a la parte exterior junto con un radiador para los días de frío, mientras Felissa parecia que no nos había escuchado estaba colocando libros.
─ Felissa contigo quería hablar…─ dije casi gritando al escuchar mi voz los libros que tenia en las manos cayeron al suelo y girando su cabeza me miro con miedo en su rostro.
─ Es imposible tu deberías de estar…deberías de estar…─ dijo Felissa casi tartamudeando mientras me miraba con miedo en su mirada.
─ Muerta…¿no es eso…?...Felissa, ¿por que lo hiciste…?...─ pregunte mientras me acercaba a ella esta la mismo tiempo se movió por el otro lado de la mesa pero sabia que no tendría escapatoria.
─ Anabell no se lo que esta pasando…¿pero que es lo que te ha hecho…?...─ pregunto Clarissa extrañada por aquel comportamiento mío.
─ Me llevo a la torre para que terminara en manos de la gente del pueblo…¿Por qué Felissa…?...─ pregunte con tono de enfado en mi voz mientras avanzaba sabiendo que no podía escapar retrocedió unos pasos hacia la ventana.
─ Vale de acuerdo…solo se que tienen a mi hermana…y no se donde esta..me dijeron que la matarían…si no hacia lo que ellos me decían…─ dijo Felissa con miedo en su voz mientras que algunas lagrimas rodaban por su mejilla.
─ ¿Quién te lo dijo…?...─ pregunte casi sin sentimientos ni emociones en mi voz de manera fría.
─ La superiora…No tuve otro remedio…─ dijo Felissa cosa que me extraño y me dejo confundida por unos instantes mi mente intentaba reaccionar de alguna manera, puesto que era imposible vimos a la superiora muerta.
─ Felissa…eso es imposible…la superiora esta muerta…─ dije mirándola con ojos de miedo en mi rostro aquello se estaba volviendo demasiado raro.
─ Eso es imposible me lo dijo ella…Cuando la vi estaba viva…estaba en su despacho y encima de este tenia un libro extraño…─ dijo Felissa recordando el libro de Esmeralda, pero aquello resultaba totalmente inverosímil.
─ Pero…A ver que me entere, ¿la superiora esta muerta…?...nos habríamos enterado por las monjas…─ dijo Clarissa al escuchar aquello con tono de sorpresa e incredulidad.
─ Anabell,¿qué estas diciendo…?...las demás monjas se habrían vuelto locas y veríamos policías por aquí…─ dijo Valeria con el mismo tono de incredulidad, aunque no le faltaba razón en todo aquello amenos que las monjas estuvieran implicadas de alguna forma.
─ Por favor no se lo digas a nadie que te lo he dicho…─ dijo Felissa casi rogándome, su expresión me decía que estaba completamente afectada.
─ No te preocupes, será mejor que no te vean mucho…─ dije intentando pensar que lo mas seguro o lo mas probable es que la tuvieran vigilada.
─ Tengo que hablar con Esmeralda un momento, si podéis quedaros con ella y tranquilizarla un momento…─ dije intentando que Felissa se calmara además sabia que ahora mismo estaba en peligro.
Avance por los pasillos a paso ligero mirando hacia todos lados las, chicas seguían entrenando y el día avanzaba, algunas monjas me seguían mirando de forma extraña y con enfado en sus miradas, aunque preferí no prestarles mucha atención, pude ver que el cielo empezaba a oscurecerse rápidamente con nubes de tormenta, pero aun tardaría algo en descargar.
Cuando al fin llegue al club entre sin llamar Olga estaba sentada buscando en algunos libros mientras que Esmeralda parecia que estuviera completamente desanimada y preocupada, aunque no veía por ningún lado a las demás solo a Ángela que estaba leyendo un libro.
─ ¿Dónde están las demás…?...─ pregunte mirando el club que parecia medio vacío ni siquiera estaba Isabel aunque en ella eso era normal.
─ No tengo ni idea lo mismo están afuera estudiando o algo…─ dijo Olga mientras se sentaba en la silla y se disponía a buscar entre los libros.
En eso empecé a pensar que aquello ya estaba demasiado raro y solo esperaba que no hubieran desaparecido y de verdad estuvieran en otra parte repasando y pasando el día.
De mientras Esmeralda se acerco a mi con cara de pocos amigos, al parecer aun no se había calmado por la perdida de su libro.
─ Es mejor que no vayas a ver a la enfermera…─ dijo Esmeralda mientras me miraba de forma fija.
─ ¿Qué es lo que pasa con la enfermera…?...¿Y como sabes que la he visto…?...─ pregunte extrañada por lo que me había dicho y mas como lo sabia.
Esmeralda no pronuncio ni palabra solamente volvió a su asiento y se sentó, en eso tenia varias cosas que hacer.
─ Olga…¿Dónde las vistes por ultima vez…?...─ pregunte intentando averiguar por donde habían ido para hacerme una idea.
─ En el mismo sitio que tu cuando salieron corriendo antes que nosotras…─ dijo Olga casi sin parecerle extraño aquello.
─ Si pudieras llevarme donde están sus habitaciones…quiero comprobar una cosa…─ dije con preocupación de que les hubiera pasado algo.
─ No estarás pensando siquiera que las han secuestrado…─ dijo Olga con algo de ironía en su voz mientras se levantaba.
─ ¿Vienes Esmeralda…?...─ pregunto Olga mientras se levantaba de la silla, en esto Esmeralda negó con la cabeza.
─ Pero si el libro se lo devolverán, estoy segura es falso…─ dijo Olga nuevamente pensando aun que ese libro era falso y esperaba que siguiera pensando eso si tan solo supiera que era verdadero pondría le grito en el cielo probando todo l oque ahí en el.
Avanzamos por los pasillos poco a poco llegaba el mediodía y tenia que ir a ver a la enfermera pero no sabia que hacer por la advertencia de Esmeralda y aparte me esperaba Isabel detrás de la iglesia para decirme otra cosa, cuando llegamos vimos un relámpago y seguidamente el trueno la tormenta estaba cerca.
Olga llamo a la puerta varias veces pero nadie contesto en eso me acerque al pomo para abrirlo cuando entramos su cuarto no hacia mucha diferencia al mío la cama estaba hecha y parecia que no hubiera dormido en toda la noche.
─ Vamos por el otro…─ dije enseguida saliendo de la habitación Olga me dirigió hacia el que no estaba muy lejos.
Al llegar abrí la puerta y estaba de la misma forma la cama no había sido tocada eso solo me decía que habían sido secuestradas antes de llegar aquí.
─ No estarás pensando…que la han secuestrado…─ dijo Olga completamente incrédula ante tal cosa pero allí tenían las pruebas.
─ Ahí tienes las pruebas, mira tengo que ir a ver a la enfermera…mira a ver si las encuentras por alguna parte…después hablamos…─ dije pensando en mi cita y que tenia que ir rápidamente.
─ Creo que se te estas emparanoiando demasiado…─ dijo Clarissa que hasta ahora había estado en silencio, esto se te esta yendo de las manos.
─ Ya veremos ahora tengo que ir con la enfermera…si quieres acompañarme…─ dije intentando no estar sola con ella puesto que la advertencia de Esmeralda ya empezaba a dudar.
─ No soporto ver sangre…Te esperare fuera…─ dijo Clarissa mientras me acompañaba por le camino empecé a pensar sobre quien podría haber sido aquello era cada vez mas raro y el único sitio que me quedaba por mirar era la iglesia pero no podíamos entrar.
Cuando llegamos a la enfermería la tormento empezó a ponerse peor descargando relámpagos y los truenos se sucedían uno tras otro parecia que la teníamos encima pero no caía nada de agua solo aprecia que fuera eléctrica.
Llame a la puerta y enseguida escuche como me decían que pasara Clarissa solo se quedo fuera esperando.
─ Pasa bueno…¿Qué tal te encuentras…?...─ pregunto la enfermera volviendo a hacerme un repaso con la mirada parecia que me estaba devorando mientras se levantaba y preparaba la jeringuilla.
─ Estoy mucho mejor…No me he mareado ni nada…─ dije mientras notaba como la goma se apretaba a mi brazo y en cuanto vi la aguja cerca de el aparte la mirada.
─ No te preocupes esto es rápido…─ dijo la enfermera con una voz muy suave mientras continuaba con lo que estaba haciendo.
Mientras aquella voz resonó en mi mente de una forma extraña calentando mi cuerpo levemente, no sabia lo que estaba pasando solo que sentía un calor muy agradable, incluso mi cuerpo estaba reaccionando de manera inesperada, notaba como mis pezones empezaban a endurecerse poco a poco y la cabeza se me iba ligeramente.
─ Muy bien ahora levanta tu falda, tengo que comprobar una cosa…─ dijo la enfermera, en sus palabras parecían como si fueran afrodisíacas de una forma extraña mi cuerpo obedecía a lo que había dicho, al momento note uno de sus dedos pasaba por mi sexo en un movimiento ascendente y descendente; no pude mas que gemir levemente por aquello seguidamente puso su dedo en su boca y empezó a chuparlo.
─ Deliciosa…─ dijo la enfermera mientras se levantaba de la silla y colocaba la muestra de sangre que había tomado encima de la mesa.
Mi cuerpo no lo controlaba ya sentía que estaba muy caliente y mis pensamientos jugueteaban en escenas con la enfermera.
En ese momento la puerta se abrió de golpe por un instante me senté en la silla a plomo pude ver que era Esmeralda que había entrado y estaba discutiendo con la enfermera aunque no llegue a escuchar mucho.
Mis ojos se cerraron y cuando los abrí me encontré en la camilla de la enfermería y la enfermera sentada en si silla con esmeralda al otro lado de la mesa.
─ ¿Pero que ha pasado…?...─ dije mientras miraba a la enfermera que solamente me sonría muy picaronamente y me guiñaba un ojo y al otro lado Esmeralda con cara de enfado.
─ No te preocupes, es mi hermana…Talía…¿Lo que no entiendo es por que esta aquí…?...─ dijo Esmeralda con cara de pocos amigos.
─ Tu…¿Tienes hermana…?...¿Los demonios tienen hermanos…?...─ dije alzando un poco la voz algo sorprendida por aquello.
─ Se lo has contado…¿Pero por que lo has hecho…?...Y a propósito, ¿Cómo has sabido que estaba aquí…?...─ pregunto Talía con tono algo preocupado mientras miraba a Esmeralda con cara de enfado.
─ No me quedo otra…me descubrió y lo de descubrirte fue simple…─ dijo Esmeralda mientras señalaba al colgante que ella me había dado.
─ Con razón… tu y tus pequeños abalorios…Bueno ya da igual, si es mi hermana y lo que pasa es que estaba preocupada por ti solo eso, pero no veo el libro por ninguna parte, el libro que te llevaste…─ dijo Talía mientras acusaba a Esmeralda por haberla espiado.
─ Me lo han quitado…Lo tiene la profesora de gimnasia…─ dijo Esmeralda con la cabeza bajada ante la acusación.
─ Fantástico…sabes que estamos perdidas…ese libro es nuestro único nexo con nuestro mundo si le pasa algo moriremos…─ dijo Talía con voz de preocupación mientras daba vueltas de un lugar a otro.
En ese momento intenté levantarme pero mi cuerpo cedió de manera extraña teniendo que agarrarme a la cama para mantener el equilibrio.
─ Dios…¿Pero que me has hecho…?...─ pregunte de forma extraña mientras me levantaba e intentaba mantener el equilibrio.
─ No te preocupes es un hechizo muy simple se te pasara enseguida…─ dijo Esmeralda con la cabeza baja aun preocupada.
─ Fantástico por que tengo que ir a ver a Isabel…Esto es cosa de familia…─ dije mientras andaba hacia la puerta para abrirla y salir de allí pero cuando puse la mano en el pomo note que no podía abrirla, solamente gire la cabeza algo asustada….
FIN DEL CAPITULO 1
P.D: Bueno aqui dejo el siguiente capitulo espero que os guste muchas gracias a todos .
Inició el tema
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DOS AMIGAS PERDIDAS
─ Espera un momento…¿Como estoy segura de que no nos delatara…?...─ pregunto Talía mientras no me dejaba salir de allí, haciendo un movimiento con su mano y cerrando el cerrojo de la puerta.
Lentamente gire la cabeza con una expresión de miedo, sabiendo que incluso no podría salir de allí.
─ Ella es de confianza…no dirá nada…─ dijo Esmeralda mientras volvía a mover la mano abriendo el cerrojo.
─ Mas vale…que tengas razón…Sabes no esta nada mal …─ dijo Talía mientras me miraba de manera lujuriosa de arriba hacia abajo.
─ ¿Esmeralda te puedo hacer una pregunta…?...¿Que eran esos aleteos que escuchamos en el pueblo…?...─ pregunte con tono de miedo mientras intentaba aun recuperarme de lo que me había lanzado Talía.
─ Son buscadores de almas…lo que me extraña es que estén por aquí…se necesita un gran poder para invocarlos…─ dijo Esmeralda pensativa ante lo que había dicho.
─ Espera un momento…¿Has dicho Buscadores de Almas…?...pero eso es imposible, nadie me siguió cuando vine aquí…─ dijo Talía sorprendida por aquello, puesto que parecia segura que nadie le había seguido.
─ Esas cosas estaban por aquí cuando yo llegue, la primera noche escuche uno de ellos revolotear por fuera de mi habitación…y ahora le han salvado la vida a Isabel por segunda vez…─ dije recordando lo que paso la primera vez en la pelea y el aleteo que escuche por fuera de mi habitación.
─ Eso es imposible…creo que Esmeralda sabe por que…─ dijo Talía mirándola para que diera la respuesta.
─ ¿Oíste la campana…?...Es lo único sagrado que hay aquí…y donde hay mas protecciones es en la capilla…Además con esa luz que ponen por la noche es imposible que un Buscador de Almas este por aquí, no soportan la luz brillante…─ dijo Esmeralda explicando que es lo que eran, pero aun no tenia claro el por que iban tras Isabel.
─ A propósito de lo que has dicho dile a Isabel que tengo que hacerle unos análisis…a ver si me entero por que la persiguen a ella…─ dijo Talía pensando que quizás con algunas pruebas podrían detectarlo.
Con un movimiento de mano Talía abrió la puerta y antes de irme me guiño un ojo y se relamió los labios, al parecer le había gustado, mientras que Esmeralda salía de allí.
─ Ya era hora de que salieras…¿Qué tal…?...─ pregunto Clarissa con interés, solo esperaba que todo fuera bien.
─ Tengo que decirle a Isabel que tiene que hacerse unos análisis…Pero por lo demás todo bien…─ dije pensando que seria mejor obviar el resto para no asustarla demasiado.
─ Tengo que hacer algunas cosas…─ dijo Esmeralda secamente mientras se largaba por el pasillo, aunque la tormenta parecia no dar tregua al menos no llovía.
En ese momento se escucho un aviso por los altavoces del internado: "Esta tarde se prohíbe la salida para todo el mundo hasta nuevo aviso".
─ ¿Qué raro…?...─ me pregunte casi susurrándome ante el anuncio, aunque poco me extrañaba después de lo que se formo en el pueblo, aunque tenia que ir a ver como estaba.
─ ¿Qué dices…?...─ pregunto Clarissa extrañada por mis murmuraciones.
─ No te preocupes, no es nada…Dios Isabel me mata voy tarde…─ dije mientras miraba el reloj y pensé en darme prisa corriendo todo lo que podía.
Al llegar allí vi que se encontraba totalmente sola dando vueltas de un lugar a otro como un tigre enjaulado que quiere salir de su jaula.
─ Al fin llegue, lo siento he tenido que ir a ver a la enfermera por un análisis, me ha dicho que vayas a verla que tienes que hacerte otro a ti también…─ dije mientras resoplaba después de la carrera.
─ No te preocupes…Y gracias por lo de la enfermera…solo quería darte las gracias por lo que hiciste conmigo en el pueblo si no llega a ser por vosotras ahora mismo estaría muerta…─ dijo Isabel bajando la cabeza mientras se sonrojaba un poco aunque poco se podía reconocer con la capa de maquillaje que tenia en su rostro.
─ No te preocupes por eso, para que están las amigas…además no entiendo por que querrían hacerte eso…─ dije intentando quitarle hierro al asunto y que no se sintiera incomoda por lo que habíamos hecho.
En ese momento sin previo aviso me abrazo con fuerza sin esperármelo junto sus labios a los míos por un instante abrí los ojos como platos por la sorpresa pero enseguida comprendí el tipo de gracias que quería darme, su lengua bailo en mi boca junto con la mía saboreándonos por completo ni siquiera me di cuenta del tiempo que paso.
─ Bueno…yo tengo que irme…Tengo cosas que hacer…─ dijo Clarissa tartamudeando aunque por un instante incluso se me había olvidado que estaba allí.
En ese momento Isabel me soltó de su abrazo y antes de que se fuera tome de la mano a Clarissa y la mire lujuriosamente, esta enseguida comprendió lo que quería.
─ No hace falta que te vayas…─ dije mientras la miraba de forma lujuriosa incluso mis palabras resbalaban por mi boca.
Me acerque a ella y suavemente le di un beso en los labios una y otra vez en ese momento note como Clarissa ni siquiera se esforzó en resistirse si no que empezaba a dejarse llevar.
En cuanto la deje de besar me arrodille delante de ellas y empecé a palpar sus sexos por debajo de la ropa, notaba como con mi tacto se iban endureciendo cada vez mas, apresados bajo aquella ropa interior, podía sentir incluso un calor muy fuerte que llegaba incluso a pegarse a mi mano a trabes de la ropa.
En aquel momento tanto Isabel como Clarissa bajaron sus ropas interiores y pude ver como sus sexos ya estaban completamente erectos, puse mi rostro cerca de ellos; por unos instantes mi mente se quedo en blanco pero enseguida reaccione empecé a besar los glandes muy suavemente hasta que tome uno con mi mano izquierda y otro con la derecha y empecé a alternarlos mientras los metía en mi boca podía sentir ese sabor salado que tenían junto con el palpitar de sus venas y como poco a poco incluso parecían hacerse mas grandes.
Los gemidos de ambas empezaron a mezclarse junto con el sonido de la tormenta que parecia acompañarnos, de pronto Isabel abrazo a Clarissa que pillo desprevenida y empezó a besarla con fuerza, mientras yo seguía introduciendo aquellos sexos en mi boca y mojándolos con mi saliva caliente, me afane con ímpetu mientras uno lo chupaba el otro lo movía mi mano con rapidez, cuando notaba que estaban casi a punto lo solté y ambas se quedaron mirándome extrañamente aunque la primera en reaccionar fue Isabel.
Isabel me tomo de la mano junto con Clarissa y nos acercamos al muro al momento Isabel se sentó en el suelo y enseguida supe que es lo que quería y no la pensaba defraudar, en ese momento mi sexo ardía incluso mis pezones estaban haciéndome daño de lo duros que los tenia, la ropa interior estaba empapada por la cantidad de flujos que estaban saliendo, los muslos estaba muy resbaladizos, con ansias me la quite y me coloqué de pie y poco a poco sin darme prisa empecé a descender lentamente cuando ya estuve cerca de su sexo podía notar su dureza empecé a bajar enseguida encontró la entrada de mi sexo note como aquello se introducía lentamente dentro de mi, su calor su dureza me invadían aquel sexo duro y caliente me invadía con su potencia reclamando mi interior para él, incluso llegue a sentirlo como topaba con mi útero y eso que aun no estaba completamente entero, intente moverme un poco subiendo y bajando intentando lubricarlo y notando como aquello me atravesaba y como mis gemidos parecían como un incentivo para ella, pero ni siquiera así lograba que entrase completamente.
─ Es imposible…─ dije entrecortadamente por el placer que me invadía casi ni pude continuar la frase.
En eso Clarissa puso sus manos sobre mis hombros, y con un movimiento rápido y fuerte pude notar como todo el sexo de Isabel entraba de golpe incluso dentro de mi útero note como un bulto se marcaba en mi abdomen profusamente, en eso Isabel se abrazo a mi, yo casi ni sabia donde estaba aquel placer fue casi como estar en el cielo, tenia los ojos abiertos como platos casi sin creérmelo.
Clarissa por su parte se arrodillo detrás de mi y empezó a restregar su sexo buscando la entrada de mi trasero, aquello era imposible que lo pudiera resistir, aunque tampoco podía moverme del lugar.
─ No podré con eso…─ dije sin terminar la frase, puesto que Isabel me giro la cara y empezó a besarme con fuerza mis gemidos apagados empezaron a escucharse haciéndose cada vez mas fuertes.
Cuando al fin Clarissa encontró la entrada puso sus manos en mis caderas y poco a poco empezó a introducirla, a cada centímetro no podía mas que gemir con fuerza mientras que Isabel soltó mi cara y empezó a moverse pegando pequeños empujones con sus caderas, podía notar como su sexo entraba se movía pero sin dejar de estar dentro de mi útero.
En el momento que Isabel soltó mi cara pude fijarme que en mi abdomen había otro bulto mas casi ni podía creérmelo mi mente estaba completamente nublada y confusa por aquello.
Aquello era demencial casi ni estaba consciente pero me mantenía por los empujones que daba Isabel cuando Clarissa logro introducirla por completa me sentí completamente llena casi ni podía moverme estaba completamente empalada entre ellas dos.
Isabel empezó a moverse con mas fuerza mientras que Clarissa lo hacia también cada arremetida era como un paso mas hacia el cielo nuestros gemidos empezaron a mezclarse casi no sabia que hacer ni a que abrazarme sentía como aquellos sexos me taladraban con fuerza pugnando en una lucha por tener su lugar en mi interior, incluso la tormenta parecia acompañarnos a cada movimiento de Isabel casi parecia que un trueno retumbaba, aquello fue demencial.
Aquellos bultos de mi abdomen no dejaba de moverse nerviosamente con cada empujón violento, por unos instantes note como sus sexos se endurecían un poco mas incluso sus venas se hicieron mas grandes sabían que estaban al limite lo mismo que yo, después de varios empujones más me hicieron gritar de placer junto con ellas note como ambas se aferraban a mi cuerpo con fuerza impidiéndome mover del sitio y en un instante sentí como descargaban dentro de mi llenándome de semen por completo incluso pude ver como mi abdomen subía unos pocos centímetros mientras que mi sexo y mi trasero intentaba aprisionar con fuerza sus sexos para que no escaparan y mi orgasmo buscaba una salida al exterior mezclándose con su semen, sentía el abdomen lleno incluso quemándome, pude notar como salía y resbalaba por mis muslos mojándolos.
Así estuvimos como un minuto o dos cunado al fin Isabel y Clarissa me soltaron CAI a un lado rendida y con la falda manchada mi cuerpo aun se convulsionaba por el exceso de semen que salía a chorros de mi cuerpo, mientras que Clarissa e Isabel se acostaban a mi lado descansando.
No se ni el tiempo que estuve tumbada pero cuando fui a levantarme casi ni podía las piernas aun me temblaban por suerte el abdomen había descendido lo suficiente, busque mi ropa interior y cuando me la puse aun sentía como el semen caliente y espeso estaba goteando, casi ni sabia donde estaba.
Ambas se levantaron aun algo mareadas pero con una sonrisa en el rostro, mientras yo intentaba apoyarme en la pared para no caer al suelo.
─ Lo siento no quería hacer eso…─ dijo Clarissa con los colores subidos a su rostro y bajando la cabeza mientras se arreglaba un poco el uniforme.
Como pude me acerque a Clarissa poco a poco sujetándome contra la pared de la iglesia hasta llegar a ella mientras me arreglaba un poco el uniforme.
─ Si te digo la verdad…yo si quería que lo hicieras ha sido maravilloso…─ dije mientras le daba un beso en la mejilla muy suave.
Mientras Isabel se levantaba del suelo y ordenaba un poco su maquillaje y su uniforme, parecia como si estuviera completamente recuperada.
─ Cuando quieras darme las gracias de esta forma avísame…al menos que me prepare algo…─ dije sonriéndole mientras esta terminaba con su maquillaje, aunque solamente me sonrió con eso me fue suficiente.
─ Tengo que ir al pueblo a ver que ha pasado…─ dije mientras me encaminaba para encontrar aquella entrada al exterior.
─ Pero…¿estas loca…?...lo tenemos prohibido…─ dijo Clarissa con voz de miedo, puesto que lo habían dicho por los altavoces.
─ Escucha no se lo que paso y tanto el cura ese como la profesora de gimnasia tienen un libro que es muy importante para Esmeralda y después de lo que sucedió quiero saber por que no nos dejan ir…─ respondí mientras me detenía, sabia que tenia que volver fuese como fuese.
─ Voy contigo …─ dijo Isabel con plena confianza incluso habiendo pasado por aquello.
─ Yo no pienso ir…lo siento…Y menos por un libro…ni que su vida dependiera de eso…─ dijo Clarissa negándose en rotundo sabia que cualquier cosa que le dijera no la iba a convencer.
En mi mente pensé que si supiera lo que yo sabia de Esmeralda y su hermana no diría lo mismo.
─ Mira no es solo por el libro es por todo…¿por que querían quemarla a ella…?...Es que no tiene sentido alguno…quiero ver como esta el pueblo…─ dije mientras seguía mirando y rebuscando entre los arbustos.
─ Muy bien haz lo que quieras me largo…─ dijo Clarissa mientras daba media vuelta y se marchaba.
Cuando logre encontrar la apertura salimos del internado y comenzamos a caminar por aquel polvoriento camino hacia el pueblo, el cielo estaba completamente cubierto casi parecia de noche, se podían ver los relámpagos y escuchar los truenos como se sucedían la tormenta la teníamos encima nuestra.
El bosque parecia incluso amenazante cuando estuvimos cerca de la torre note como un aire frió que lo envolvía todo como si algo nos mirara a través de los árboles, era una sensación de incomodidad y de peligro conjuntas.
Por un momento me detuve y mire hacia los árboles intentando averiguar si había alguien, aunque no veía nada, pero algo me decía que estaban observándonos.
─ ¿Ocurre algo…?...─ pregunto Isabel algo inquieta también al verme como me detenía.
─ No lo se, siento como si alguien estuviera observándonos…además, ¿no sientes ese aire frío…?...─ dije mientras seguía mirando e intentando averiguar si encontraba alguien, mientras lo hacia escuche como algo se movía entre los árboles.
Enseguida Isabel se preparo para saltar sobre lo que fuese, aquel sonido se acercaba cada vez mas rápido hacia nosotras, yo estaba como paralizada solo esperaba que no fuera otra vez esa criatura que nos encontramos, cuando al fin ese sonido se nos acerco lo suficiente vimos con susto y alegría al mismo tiempo que era un conejo que pasaba de un sitio a otro.
─ Era solamente un conejo…─ dijo Isabel mas tranquila, mientras mirábamos como saltaba.
─ Es mejor que continuemos…─ dije respirando algo aliviada pero estaba convencida de que eso no era lo que estaba vigilándonos.
Cuando llegamos a la entrada del pueblo pudimos ver que las luces estaban encendidas aquello aprecia como si fuera de noche, no había nadie en las calles estaba desierto por completo y no se escuchaba ningún sonido salvo algún cuervo graznar.
Parecia un pueblo fantasma, pero para cuando llegamos a la plaza observamos aquellos cuerpos despedazados tirados por el suelo, la sangre estaba por todos lados, aquellas cosas habían hecho su trabajo.
Aun estaba la pila de madera delante de la iglesia, aquello le provoco un escalofrió a Isabel al volver allí.
Mire hacia el cielo intentando escuchar algún aleteo pero no escuchaba nada solo la tormenta que teníamos encima.
─ Vamos a la iglesia…─ dije pensando que podríamos encontrar algunas respuestas a tantas preguntas.
Isabel sencillamente asintió y proseguimos hacia la iglesia en cuanto llegamos, abrí el portón lo suficiente para que entráramos, aquel sitio estaba completamente en silencio y no había nadie, el lugar era bastante grande delante nuestra varios bancos para sentarse tanto a nuestra derecha como izquierda estaban los confesionarios y al fondo un altar con la figura de la cruz en la pared del fondo, los ventanales tenían pinturas de santos, y el en suelo había una alfombra roja cerca del altar un pulpito con una escalera y detrás de este una puerta, aunque no se podía ver muy bien había algo de luz gracias a varias arañas de cristal en el techo.
─ ¿Y ahora que hacemos…?...─ pregunto Isabel mientras avanzábamos lentamente mirando hacia todas partes por si escuchábamos algún sonido.
─ No lo se, vamos a ver si encontramos algo…la profesora de gimnasia y el párroco no se han podido desvanecerse…─ dije mientras empezábamos a rebuscar en aquel sitio, pero no parecia haber nada hasta que me acerque al altar este estaba adornado con algunos tapetes de color púrpura y amarillo aunque en el centro estaba el libro de Esmeralda rodeado por cadenas.
─ Lo encontré, esta aquí…─ dije mientras intentaba moverlo para llevárnoslo, pero aquello era demasiado pesado o eso o estaba anclado al altar.
Isabel intento levantarlo pero también le fue imposible, al parecer no querían que nadie se lo llevara.
De pronto empezamos a oír sonidos provenientes de la habitación detrás del pulpito rápidamente salimos de allí para escondernos en uno de los confesionarios.
Aquel sitio era mas estrecho de lo que había pensado y mas con Isabel, pero a pesar de todo aquello incluso tenia su morbo de cierta forma, aunque preferí no incitar a nada y escuchar que es lo que decían.
─ Esto ha sido una locura, ¿Quién ha invocado a esas cosas…?...─ dijo la profesora con un tono de enfado e indignación en su voz.
─ No lo se no tengo idea a lo mejor ha despertado antes de lo que pensábamos…El pueblo quiere sangre y sabes que están como locos por entrar en el internado, no creo que deuda mantenerlos por mucho tiempo a menos que nos traigas algún monstruito de esos…─ dijo Don Sebastián cosa que me extraño al escucharlo, aun no entendía el porque de esa persecución por ellas.
─ Lo estoy intentando, además ya tenemos lo principal el libro de esa pequeña demonio… Ya puedes ir calmando a tu pueblo, sabes de sobra que es mas complicado de lo que crees y mas después de lo que se organizo aquí…A propósito espero que no les hayas hecho nada a las otras dos…Recuerda lo que te dije solo a las del otro jersey…ese era nuestro pacto…─ dijo la profesora de gimnasia mientras se acercaba al libro y empezaba a acariciarlo.
─ No te preocupes por eso están a buen recaudo en la torre…─ dijo Don Sebastián mientras se acercaba a la profesora de gimnasia.
─ Espero que sea así…y también que lo que hay escrito en este libro nos sirva para quitar las protecciones de la capilla…al menos la superiora sirvió para nuestros propósitos…─ dijo la profesora mientras pasaba la mano por su colgante en ese momento se escucho un sonido metálico y un leve color rojizo que hizo que las cadenas desaparecieran.
─ Espero que aun siga viva…─ dijo Don Sebastián algo preocupado por ella, aunque aun no sabia que estaba muerta.
─ Si, por supuesto que sigue viva no te preocupes por eso…─ dijo la profesora de gimnasia mintiéndole en aquello mientras tomaba el libro.
Aunque de inmediato don Sebastián lo tomo rápidamente volviendo a ponerlo sobre el altar.
─ Quiero hablar con ella…mañana mismo…─ dijo Don Sebastián con tono de enfado, al mismo tiempo que la profesora de gimnasia solamente se quedo mirando al libro como por unos instantes se escapaba entre sus manos.
─ Muy bien no te preocupes ven al internado y hablaras con ella…veras como esta sana y salva…─ dijo la profesora de gimnasia mientras acariciaba el amuleto y salía de allí a toda prisa.
Por nuestra parte nos quedamos por unos momentos en el confesionario viendo como el párroco se llevaba el libro a la habitación y la cerraba con llave después de eso salía de allí.
Cuando salimos de la iglesia fue como si pudiera respirar aliviada, me dirigí hacia la puerta pero era imposible estaba cerrada y si la forzáramos se darían cuenta.
─ Es mejor salir de aquí cuanto antes e ir a la torre…─ dije mientras nos encaminábamos hacia fuera de la iglesia, aquella situación me empezaba a dar vueltas en la cabeza poco a poco iban encajando las piezas pero aun no entendía el por que querían eliminarlas.
Salimos de allí mirando hacia todas partes esperando no encontrarnos con ninguno de los dos, avanzamos por el pueblo hasta salir y encaminarnos hacia la torre poco a poco se iba haciendo de noche o eso o la tormenta se hacia cada vez mas fuerte.
Mientras llegábamos pude ver como Isabel cerraba el puño parecia que estuviese asustada de alguna forma.
─ No te preocupes no pasara nada…─ dije mientras le tomaba de la mano y atravesábamos el bosquecillo, aquel sitio parecia que nos estuvieran acechando, aparte no se escuchaba ningún sonido ni siquiera los pájaros.
Mientras mas nos acercábamos mas frío hacia, aquello parecia que nos envolviese por completo.
Al llegar a la torre empezamos a buscar donde se encontraban y enseguida dimos con ellas estaban atadas y amordazadas en el suelo.
─ Rápido desátala…─ dije mientras yo me ocupaba de una de ellas, en ese momento escuche como el crujir de varias ramas, aquello ya no me parecia que fuera amistoso incluso sentí un escalofrío que me recorría la espalda.
─ ¿Que ha sido eso…?...─ pregunto Isabel nerviosa mientras se crujía los nudillos preparada para una pelea.
─ Es mejor que salgamos de aquí cuanto antes no creo que estemos solas…─ dije con tono de preocupación mientras hacia que reaccionaran y salieran de la inconsciencia.
Aquel sonido se acercaba mas hacia nosotras pero esta vez era mucho mas ágil y rápido, se podía escuchar como algunos árboles crujían, como si estuviera dando vueltas para encontrar el mejor sitio para atacarnos.
Empecé a golpear en la cara suavemente a las chicas para ver si despertaban lentamente empezaron a reaccionar.
─ ¿Qué pasa donde estoy…?...─ dijo Bárbara mientras miraba confusa hacia todos lados.
─ Tenemos que salir de aquí ya…os lo contare mas tarde…─ dije mientras se levantaban pero en cuanto lo hicieron un ruido muy fuerte junto con una especie de gruñido nos dejo como congeladas en el sitio.
De sorpresa aquella criatura salto de entre los árboles, gracias al amuleto de Esmeralda mi cuerpo reacciono sin darme cuenta haciéndome caer al suelo.
En ese momento Daisy y Bárbara gritaron al unísono completamente asustadas cuando gire la cabeza me di cuenta que era la copia aquella de Olga que ya nos había atacado.
─ Aaaaaaaaaaahhhh…¿Esa es Olga…?...─ pregunto Bárbara después de que gritaran al unísono.
─ No, no es ella…tenemos que salir de aquí cuanto antes…─ dije mientras me levantaba y miraba hacia todas partes intentando encontrar una salida.
Nos movimos hacia un sitio pero en cuanto lo hicimos aquel ser dio un brinco y se puso en nuestro camino mientras nos gruñía.
─ Es mío…─ dijo Isabel mientras golpeaba el puño contra la otra mano, pero no sabia lo que podría pasarle.
─ Tenemos que irnos todas, no puedes quedarte aquí…─ dije mientras intentaba retroceder un poco mientras aquella cosa avanzaba lentamente hacia nosotras.
Rápidamente Isabel se lanzo contra aquella cosa cayendo ambas por el suelo y forcejeando mientras rodaban por el suelo, la criatura empezó a gruñir y a gritar con fuerza mientras Isabel lo retenía.
─ Rápido largaos…─ dijo Isabel mientras lo apresaba con todas sus fuerzas, la criatura no hacia mas que resistirse me quedé por un instante pensando en que hacer, pero no podíamos hacer mucho aquella cosa podría destrozarnos en cualquier momento.
─ No podemos hacer nada vámonos…─ dije insistiendo mientras tomaba la mano de Daisy y esta a su vez la de Bárbara.
Corrimos de allí mientras escuchábamos como peleaban Isabel y la criatura, cuando ya estuvimos cerca del internado vimos las luces que estaban encendidas ambas entraron por la entrada, por mi parte me quedé un momento afuera mirando hacia la torre.
─ Seguid vosotras, yo esperare un momento a Isabel…─ dije mientras miraba hacia la torre, pero no veía nada.
Bárbara y Daisy corrieron hacia sus habitaciones, cuando hubieron pasado cinco minutos pude ver como alguien corría hacia el internado, Isabel había salido victoriosa de aquella pelea.
Pero cuando mire un poco mejor me di cuenta que no venia sola, aquella cosa venia detrás de ella, Isabel se movía todo lo rápido que podía cuando ya estuvo cerca del internado aquella cosa se detuvo en seco como si no pudiera pasar, cosa que me extraño bastante.
En ese momento la campana empezó a sonar con fuerza aquella criatura comenzó a chillar de dolor y rápidamente retrocedió volviendo de nuevo hacia la torre.
En ese momento pensé en la pobre Esmeralda y en su hermana lo que estarían sufriendo, me quede mirando hacia la torre por unos instantes antes de entrar de nuevo.
Una vez dentro me dirigí hacia mi habitación en mi camino me encontré con varias chicas que estaban dirigiéndose a sus habitaciones, no paraba de darle vueltas a lo que había escuchado como haría la profesora de gimnasia para que Don Sebastián pudiera hablar con al superiora.
Cuando andaba hacia mi dormitorio note como una brisa muy fría me llegaba desde el cuarto de baño, aquello me resultaba muy familiar por un momento me quede petrificada mirando las duchas completamente a oscuras, pude ver como una neblina que pasaba de un sitio a otro por la puerta.
Mi cuerpo parecia que no reaccionaba en absoluto estaba como congelada, no sabia que hacer pero en ese instante Valeria abrió la puerta haciendo salir de ese estado.
─ Vaya al fin has vuelto…¿Encontraste a las demás…?...─ pregunto Valeria mientras subía a su litera con un libro en sus manos.
─ ¿Eh…?...Si, claro estaban en la torre maniatadas…Y también encontré el libro de Esmeralda…estaba en la Iglesia del pueblo…pero no hemos podido traerlo…─ dije mientras me empezaba a poner el pijama y por unos instantes miraba por la ventana en dirección hacia la torre.
De pronto las campanadas cesaron, al menos de momento estábamos a salvo, aquellas luces estaban encendidas.
─ ¿Podrías cepillarme el pelo…?...─ dije mientras me sentaba en el escritorio y le pasaba el cepillo a Valeria.
Haber me estas diciendo que habían sido secuestradas…Eso es imposible…además para que querrían un libro falso…─ dijo Valeria mientras tomaba el cepillo y empezaba a pasármelo por el pelo.
─ ¿Y si no fuera falso…?...¿Lo has pensado por un momento…?...─ pregunte por un momento intentando hacer que lo pensara.
─ Vale…pensare que no es falso…¿Para que necesitan un libro mágico unas monjas…?... es ridículo...─ dijo Valeria mientras me cepillaba, por un momento mire por la ventana intentando ver si estaban aquellas dos chicas del club de astronomía pero estaba segura que con el tiempo que hacia no habrían salido.
─ ¿Has entrado alguna vez en la capilla…?...─ pregunte interesada puesto que nunca la había visto abierta.
─ Pues la verdad es que no…y es raro puesto que son monjas deberían de rezar alguna vez…─ dijo Valeria algo pensativa, mientras seguía cepillándome.
─ Tenemos que entrar…quiero saber que es lo que hay dentro…─ dije mientras miraba fijamente a Valeria los ojos como si le pidiera un favor.
─ No, ni se te ocurra pedírmelo…ni de broma…no pienso ayudarte a eso…es una locura…─ dijo Valeria retrocediendo unos pasos, con algo de miedo en su voz.
─ Venga por favor…Además me debes muchas comidas…─ dije recordándole todos los favores que le había hecho.
─ Mierda!...siempre me pierde mi apetito…─ dijo Valeria refunfuñando, en ese momento pensé que necesitaría una buena ducha.
─ Otra cosa…¿Me podrías acompañar a la ducha…?...necesito una ya…─ pregunte mientras pensaba en lo que habíamos hecho esa tarde.
─ ¿Tienes miedo de ir sola…?...Sabes que no puedo entrar contigo en las duchas…─ dijo Valeria recordándome aquella restricción.
─ No hace falta que entres…solo que esperes fuera…─ dije mientras empezaba a recoger algunas cosas entre ellas ropa inferior limpia que me haría falta.
─ Vale de acuerdo, pero date prisa…─ dijo Valeria a regañadientes mientras salía de la habitación, al momento salí detrás de ella.
Cuando estaba cerca de las duchas no note ninguna ráfaga helada todo estaba en completa calma.
─ Venga date prisa…─ dijo Valeria mientras vigilaba para que nadie viniera.
Al instante entre rápidamente en las duchas puse mi ropa en uno de los bancos que había y abrí uno de los grifos y deje que el agua caliente hiciera el resto, aquello era como estar en la gloria, de pronto escuche como un ruido, pensé que seria Valeria que había hecho algo.
─ Valeria…¿eres tu…?...─ pregunte intentando averiguar si había entrado o algo pero no obtuve respuesta, enseguida empecé a escuchar unos pasos por el lugar que se acercaban hacia donde estaba, por unos instantes las luces empezaron a parpadear no pude mas que salir y colocarme una toalla encima…
FIN DEL CAPITULO 2
P.D: Bueno aqui dejo el siguiente capitulo espero que os guste muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
630
3.588 ATC
LA CAPILLA MISTERIOSA
─ ¿Valeria…?...─ volví a preguntar mientras veía como las luces parpadeaba y unos pasos que cada vez estaban mas cerca.
Avance lentamente hacia la salida mirando hacia todos lados pero enseguida me fije que había unas fuellas ensangrentadas que se movían hacia mi.
Como pude salí corriendo en otra dirección intentando evitarlas pero en cuanto gire en una de las duchas vi en la pared una palabra escrita en sangre "MUERTE", en letras grandes me gire de inmediato para salir de allí y pude ver aquella chica que había desaparecido con el rostro desfigurado blanquecino sin ojos donde solo habían dos agujeros oscuros, en un momento dio un grito con todas sus fuerzas mientras sus boca se deformaba abriéndose en una manera imposible, no pude mas que caer al suelo tapándome los oídos y cerrando los ojos con fuerza mientras gritaba con fuerza por el miedo.
En ese momento note una mano en el hombro al girar la cabeza vi que se trataba de Valeria que me miraba extrañada.
Gire la cabeza y mire a la pared que no había nada ni siquiera aquellas huellas ensangrentadas por unos instantes abrace a Valeria aliviada con fuerza.
─ ¿Te ocurre algo…?...He escuchado que estabas gritando…─ dijo Valeria mientras me abrazaba y yo me intentaba calmar un poco.
─ Salgamos de aquí cuanto antes…─ dije mientras nos dirigíamos hacia la salida, Valeria se quedo mirando si había alguien para que no las pillaran.
Sin embargo en cuanto llegamos a la habitación Valeria se quedo un momento afuera por si acaso mientras yo me colocaba el pijama, dentro de poco tendría que volver a casa para hacer una colada con la ropa sucia.
─ Ya puedes entrar…?...─ dije mientras Valeria abría la puerta y volvía a su litera, pero no sin antes intentar averiguar que es lo que había pasado.
─ ¿Se puede saber que es lo que te ha pasado ahí dentro…?...Te he encontrado gritando…─ pregunto Valeria mientras me miraba como me secaba el pelo y en cuanto me iba a colocar la ropa interior se tumbo casi inmediatamente.
─ No lo se la verdad…Escuche como unos pasos y vi una palabra en la pared escrita con sangre…Por suerte apareciste allí, antes se me había aparecido el fantasma de esa chica que desapareció o no se que seria…─ dije intentando explicárselo mientras me colocaba aquella ropa interior de color púrpura con un lacito rojo que en el filo tenia un bordado de péquenlas florecitas, después de eso me coloque el pijama de siempre.
─ Estas empezando a tener visiones eso no es bueno…─ dijo Valeria casi de broma sin creer en lo que había dicho.
─ Crees que gritaría por que si…Estaba pasando aquello hasta que llegaste…En fin es mejor que descanse algo…al menos las otras dos están a salvo o eso espero…─ dije pensando en las compañeras del club que habíamos rescatado pero sabia que mañana seria cuando la profesora de gimnasia tendría que hacerle ver que la superiora seguía siendo real.
─ Recuerda mañana tenemos un examen…─ dijo Valeria dejando caer aquello como si fuera una bomba.
─ No me fastidies… ¿En serio…?...─ pregunte con tono de desanimo mientras intentaba acomodarme en la cama lo mejor que podía.
─ Si, pero bueno lo mismo tienes suerte es tipo test…esta puesto en el tablón de anuncios…─ dijo Valeria mientras bajaba la cabeza por la litera para responderme.
─ Pues si que he estudiado…Tengo que llamar a mis padres…¿Sabes donde hay algún teléfono…?...─ pregunte mientras colocaba bien la almohada y esperando que al menos la suerte me sonriera.
─ Si, uno lo tienes en el pueblo y el otro esta en el piso de arriba…A propósito que tal con Isabel…¿Para que te quería…?...─ pregunto Valeria extrañada sin poder imaginarse para que me necesitaba.
─ Bueno quería darme las gracias en privado…─ dije poniendo la cara de picarona, mientras sonreía de manera casi lujuriosa.
─ Dios!...¿En serio…?...Pues si que te tenia que estar agradecida…─ dijo Valeria mientras me miraba sorprendida.
─ Si, muy agradecida…aun me duele el cuerpo…─ dije recordando lo que había pasado y que el dolor de cuerpo no se me iba todavía.
─ Eres una cabrona de verdad…─ dijo Valeria en broma mientras me sonreía con complicidad.
─ Será mejor que descanse algo…Venga vamos a dormir…─ dije mientras me acomodaba un poco mas y subía las mantas para arroparme.
Enseguida Valeria subió a su cama y poco a poco nos fuimos quedando dormida aunque no podía quitarme de la mente lo que había visto en las duchas.
Por suerte esa noche paso sin complicaciones y pasado un buen rato escuche como tocaba de nuevo la sirena, enseguida note como Valeria saltaba de la cama buscando ropa, y sus enseres para la ducha.
─ Venga dormilona despierta…─ dijo Valeria mientras acercaba su cara a la mía para despertarme en ese momento fue como si actuara mi cuerpo solo me abrace a ella y le di un beso en los labios aquello n ose ni cuanto duro solo que nuestras lenguas empezaron a bailar la una con la otra saboreando la saliva caliente.
Pero enseguida escuche como llamaban a la puerta, advirtiéndonos que Valeria debía de salir.
─ Señorita Valeria si es tan amable de salir…─ dijo alguien detrás de las puertas y enseguida Valeria se soltó de mi abrazo aun algo mareada saliendo por la puerta, mientras me estiraba con fuerza afrontando lo que pudiera venir ese día.
Me senté en la cama y me quede mirando al cuarto por un momento, enseguida saque la ropa y algunas cosas para la ducha aun tenía el miedo de la noche anterior cuando vi aquello, por un momento me asome por la ventana notando la brisa de la mañana todo parecia normal, los focos estaban apagados y el cielo estaba claro por completo.
Mientras estaba mirando el paisaje notaba como los ojos se me cerraban aun por el sueño enseguida golpearon a la puerta, pensé que ya me tocaba salir en cuanto abrí la puerta rápidamente entro Valeria y tuve que salir.
Me quede en la puerta como siempre mirando el pasillo y viendo como las demás estaban allí paradas esperando que nos diesen el permiso de ducharnos, en cuanto lo hicieron me metí bajo la ducha y deje que el agua caliente me aclarara el sueño que aun tenia.
En cuanto termine volví a la habitación y toque la puerta Valeria salio rápidamente y entre para ponerme el uniforme.
─ Valeria puedes entrar…Ayúdame con el cepillado…─ dije con la voz un poco elevada que enseguida Valeria entro y empezó a cepillarme el pelo, aunque esa mañana lo tenia algo enredado.
─ ¿Estas mejor…?...─ pregunto Valeria mientras me cepillaba aun podía verse algo de miedo en mi rostro.
─ Si, no te preocupes…Solo espero que el examen sea fácil…─ dije esperando puesto que no había estudiado nada de nada.
─ Bueno ya esta…vamos a desayunar…─ dijo Valeria soltando el cepillo y saliendo rápidamente de la habitación.
Al momento volvió a sonar la sirena, nada mas salir observe como las demás alumnas iban al comedor.
Nada mas llegar me coloque de nuevo en la fila para coger alguna cosa, inmediatamente Valeria se puso detrás con su típica sonrisa.
─ Por favor…es la ultima vez…─ dijo alegría con aquella sonrisa casi suplicándomelo.
─ De acuerdo…─ dije mientras tomaba una ensalada y algunas cosas mas, enseguida empecé a buscar nuestra mesa con la mirada.
En cuanto la encontré me dirigí hacia ella, pude observar que estaban todas las del club aunque Daisy y Bárbara aun tenían el miedo en el cuerpo, aunque a Esmeralda se le podía ver que no había dormido muy bien seguramente por las campanadas.
─ Buenos días…¿Habéis estudiado…?...─ pregunto Olga mientras le daba mordiscos a unas tostadas.
─ Mas o menos…─ dije no muy segura de mi misma, mientras empezaba a desayunar.
Ángela parecia ensimismada repasando los apuntes para el examen, por un instante me quede mirando por todas partes intentando ver donde estaban Felisa y Clarisa que no las veía por ninguna parte, ni tampoco a Isabel.
─ Muchas gracias por habernos rescatado…─ dijeron las dos casi al unísono, la menos habíamos podido encontrarlas.
Mientras estábamos discutiendo por detrás mía apareció Isabel que enseguida se sentó con nosotras pude ver de inmediato que aun así aun le tenían miedo, aunque no pronuncio ni una sola palabra.
─ Después de clases os vemos en el club…tenemos cosas que hacer he pedido algunos libros por catalogo…y me los traen hoy…─ dijo Olga completamente emocionada, me quede pensando que a saber cual serian, aunque estaba segura de que se tratarían de magia.
Esmeralda ni siquiera pareció prestarle atención a lo que había dicho Olga aun estaba completamente preocupada por lo que le pudiera pasar al libro y no era para menos teníamos que recuperarlo como sea pero iba a ser bastante difícil.
─ ¿Esmeralda podría hablar contigo un momento…?...Valeria…¿podrías llevar mi bandeja al estante por favor…?...─ dije mientras tomaba a Esmeralda de una manga del uniforme y casi la arrastraba a través de todo el comedor saliendo de allí.
─ La profesora de Gimnasia sabe lo que eres…─ dije con tono de preocupación aquello la saco de su estado rápidamente podía ver la ansiedad en sus ojos.
─ ¿Estas segura…?...─ dijo Esmeralda con tono de angustia mientras me miraba fijamente.
─ Completamente, también lo sabe el párroco del pueblo…Aunque no escuche que dijeran nada acerca de tu hermana…─ dije mientras intentaba recordar la conversación que tenían.
─ Esto es muy malo…─ dijo Esmeralda mientras empezaba a pensar que podía hacer, no pensé ni siquiera cuan malo era.
─ Cuando dices que es malo…¿ A que clase de malo te estas refiriendo…?...─ pregunte con algo de miedo en mi voz viendo lo pensativa que estaba.
─ Para decírtelo de forma fácil…Desde levantar a los muertos…hasta obligarnos a obedecerla…Por suerte aun tendrá que descifrar nuestro lenguaje…Tengo que avisar a mi hermana de esto a ver que podemos hacer…─ dijo Esmeralda mientras seguía pensando en aquello.
─ Creo que lo de alzar a los muertos ya lo ha conseguido…─ dije con tono de preocupación mientras la veía como paseaba nerviosa.
─ ¿Cómo lo sabes…?...─ pregunto Esmeralda con interés ante lo que le había dicho.
─ Hoy piensa reunirse el párroco con la superiora…y si te acuerdas estaba muerta bajo su escritorio…─ dije recordando el plan que tenia la profesora de gimnasia.
─ Tenemos que ir a su reunión…El libro debe de estar cerca de quien pronuncia el conjuro si no, el efecto se desvanece…─ dijo Esmeralda pensando en un plan aunque no tenia ni idea de donde seria la reunión.
En ese momento sonó la sirena y vimos como todas las chicas salían del comedor hacia las clases.
─ ¿De que habláis…?...─ pregunto Valeria mirándonos alegremente en cuanto salio del comedor.
─ Del libro de Esmeralda que tenemos que recuperarlo…─ dije intentando resumir nuestra charla pero enseguida tuve que cerrar la boca puesto que paso por nuestro lado un par de monjas.
─ Todo por un libro viejo…de verdad os estáis metiendo en un lío y gordo…─ dijo Valeria escuchando lo que estamos planeando.
─ Nos vemos en el club…─ dijo Olga pasando por nuestro lado mientras las demás del club hacian lo mismo, mientras que al mismo tiempo pasaba Isabel con sus amigas mirando a las otras con cara de pocos amigos.
─ Me voy a clase…─ dijo Esmeralda mientras se iba a su clase con la cabeza baja y completamente preocupada.
Junto con Valeria nos fuimos a clase nada mas llegar entramos y nos sentamos en nuestros pupitres por un momento mire por la ventana aunque todo parecia tranquilo, cuando mire hacia el patio el miedo recorrió mi cuerpo, pude ver como la profesora de gimnasia estaba allí como si nada hubiera pasado, por unos segundos se quedo mirando hacia la dirección de mi ventana y sonrió casi maléficamente.
─ ¿Aun tienes ganas de entrar en la capilla…?...¿Que crees que vas a encontrar…?...─ pregunto Valeria con su típica incredulidad.
─ No lo se pero tengo que averiguarlo como sea…Y hoy necesito tu ayuda vas a tener que faltar a tu club…─ dije pensando que al menos tendríamos a alguien mas.
─ Solo espero que no nos expulsen…─ dijo Valeria pensando en el castigo que se le podía venir encima.
─ Expulsarnos seria lo menos que nos podrían hacer…─ dije pensando en todo lo que había pasado y en aquel bicho parecido a Olga con el que nos habíamos topado en mas de una ocasión.
Mientras seguíamos hablando de nuestras cosas y lo que íbamos a hacer entro una de las monjas y después de pasar lista sin pronunciar palabra dio los examines a cada pupitre que estaba delante y empezaron dárnoslo a las demás.
─ Muy bien señoritas, tienen una hora exactamente…─ dijo la monja dándonos la salida enseguida giramos el examen por suerte la mayoría de las preguntas me sonaban pero algunas las conteste al azar, por un momento mientras lo repasaba me quede mirando hacia el patio donde habían algunas chicas corriendo junto con la profesora de gimnasia.
Volví a repasar el examen con bastante nervios aun estando segura de lo que había respondido, me levante y se lo entregue seguidamente salí al pasillo.
Estaba completamente solitario no se escuchaba nada en absoluto, ni siquiera estaban las limpiadoras, poco a poco las chicas empezaron a salir de sus clases y empezaron a hablar que tal les había salido el examen.
Mientras miraba y escuchaba que parecia que les había resultado bastante difícil, Valeria salio de la clase suspirando fuertemente y algo aliviada.
─ ¿Qué tal te ha ido…?...─ pregunte esperando que al menos hubiera aprobado.
─ No sabría decirte me he liado con algunas preguntas solo espero aprobar…con eso me conformo…¿y a ti…?...─ pregunto Valeria mientras suspiraba de nuevo intentando relajarse.
─ Me sabia varias preguntas pero otras tantas las he respondido al azar…─ respondí pensando que ojala alguna hubiera acertado.
En ese momento salio Isabel con la cara de pocos amigos de siempre mientras se apoyaba en la pared.
─ ¿Qué tal te ha salido…?...─ pregunte mirando a Isabel que parecia que no estaba de muy buen humor.
─ Fatal, me quedo en blanco cuando me dan el examen…además no entendía la mayoría de las cosas…─ dijo Isabel intentando controlarse para no golpear a alguien.
─ Mira tengo una idea este fin de semana iremos a mi casa y así te ayudaremos…Clarisa puede ponerte algunos exámenes para que te acostumbres a ellos…─ dije pensando que solo fuéramos a estudiar y que no estuvieran mis padres.
─ ¿Puedo ir…?...─ pregunto Valeria con ojitos de cordero degollado.
─ Vale puedes venir…─ dije pensando que con la carita que ponía no podía dejarla en el internado.
En ese momento volvió a sonar la sirena advirtiéndonos que las clases continuaban, enseguida volvimos a entrar, el resto paso tranquilamente sin nada que sobresaltase el ritmo normal.
Cuando al fin pudimos salir, sin esperar a nadie avance entre todas las chicas todo lo rápido que pude hasta llegar al patio y pude ver como la profesora de gimnasia salía del internado, estaba segura que iría a encontrarse con el párroco.
─ "Atención, esta tarde se prohíben las salidas al pueblo hasta nuevo aviso…"…─ dijo el altavoz con el consiguiente murmullo en los pasillos.
De pronto sentí una mano en mi hombro aquello me hizo que tragara saliva, no sabia quien pudiera ser.
Cuando gire la cabeza mi corazón empezó a latir mas tranquilamente era Olga que me miraba sonriendo.
─ Venga que haces aquí…Tenemos cosas que hacer…─ dijo Olga sonriéndome, recordándome que nos había citado en el club.
Por un momento intente buscar a Valeria por todas partes con al vista, cuando al fin la encontré.
─ Lo siento Olga si me perdonas iré un poco mas tarde…tengo unas cosas que hacer…perdóname lo siento…─ dije mientras me dirigía hacia Valeria para que me acompañara hacia donde creía que se dirigía la profesora.
─ Valeria…vamos tenemos que irnos…─ dije tomándola del brazo casi tirando de ella dirigiéndonos hacia donde se suponía que estaba la abertura para poder salir de allí.
─ ¿Pero a donde vamos…?...─ pregunto Valeria sin saber lo que pasaba mientras tiraba de ella.
─ A la torre creo que allí será la reunión con la superiora…─ dije mientras apartaba los arbustos y los atravesaba.
─ La superiora no creo que este en la torre, si nunca sale del internado…─ dijo Valeria completamente incrédula ante lo que había dicho.
En cuanto Valeria salio por el agujero de la pared escuche como los arbustos se movían, nos quedamos un momento paradas en el sitio sin saber que hacer solo deseaba que no fuera una de las monjas que nos hubieran descubierto.
Pero pudimos respirar aliviadas al darnos cuenta que se trataba de Isabel al parecer no tenia la intención de separarse de mi en ningún momento.
─ No pienso dejaros solas…─ dijo Isabel mientras se arreglaba el uniforme, aunque no me lo esperaba respire aliviada.
Avanzamos por aquel camino con polvoriento, el sol parecia que empezaba a apretar con fuerza, pero en cuanto pudimos entrar en el bosquecillo la temperatura pareció descender unos cuantos grados, incluso Isabel parecia que tuvo que retocarse algo el maquillaje, podíamos escuchar los pajarillos trinar tranquilamente.
─ Isabel…podría hacerte una pregunta…─ pregunto entre tanto Valeria algo asustada mirando a Isabel de reojo.
─ ¿Qué quieres…?...─ dijo Isabel mientras terminaba de retocarse los ojos.
─ ¿Por qué llevas ese maquillaje…?... digo que no sea bonito solo que es muy llamativo...y mas estando en un internado…─ pregunto Valeria con tono de miedo en su voz y mirando de reojo a Isabel.
─ Se puede decir que son mis pinturas de guerra…además es una forma de protesta por enviarme aquí mis padres…pensaban que era una especie de monstruo y que terminaría haciéndole algo a mis hermanas…─ dijo Isabel explicando algo de su pasado, cuando lo escuche fue como si me estrujaran el corazón, sentí bastante pena por ella.
─ Pues mis padres mas o menos fueron lo mismo, excepto mi madre que no le importaba, siempre hablábamos de ello y me comprendía pero mi padre llego incluso a pegarme, me acuerdo que una de las veces me dejo inconsciente de un golpe, mi madre lo denuncio y le puso una orden de alejamiento…No sin antes que me enviaran aquí…─ dijo Valeria abriendo su corazón un poco mas la verdad que cada vez se me hacia mas difícil entender todo esto y la mente tan cerrada que tenían sus padres, al menos la madre de Valeria llegaba a entenderlo.
─ Ya hemos llegado será mejor que nos escondamos…─ dije viendo que ya casi estábamos cerca de la torre, aunque podía notarse un aire helado envolviéndolo todo.
Nos apostamos como mejor pudimos entre los árboles para poder ver lo que pasaba y no me equivoque, mientras avanzábamos poco a poco para poder escuchar lo que decían.
Pudimos ver a la profesora de gimnasia sentada en una de las piedras que estaba por el suelo, enseguida escuchamos los pasos de alguien acercarse, cuando llego donde estaba vimos que era el párroco con dos personas mas del pueblo de escolta.
─ Muy bien…¿donde esta…?...─ pregunto Don Sebastián con cara de pocos amigos al ver que la profesora se encofraba sola.
─ Aquí la tienes…además te he traído un regalo para tus feligreses…─ dijo la profesora de gimnasia mientras chasqueaba los dedos en ese momento apareció Olga llevando a la superiora atada de manos y con un pañuelo en la boca.
En cuanto dejo la superiora Olga volvió a entrar en un claro y saco de el maniatada a Clarisa que la arrojo al suelo.
─ Pero que demonios….es Olga...─ dijo Valeria completamente sorprendida mientras veía como Isabel entraba en una especie de shock ligero viendo a la superiora de nuevo.
─ Isabel…Isabel…mírame a los ojos…Cálmate por favor…─ dije intentando que se concentrara en mi en vez de la superiora.
─ Esa no es Olga…Es otra cosa…─ dije mientras intentaba calmar a Isabel aunque sabia perfectamente que la superiora tampoco era ella.
─ Vaya así que aun sigues viva…es algo que me extraña…Pero los caminos del Señor son inescrutables…─ dijo Don Sebastián mientras miraba a la madre superiora o a lo que pretendía ser.
La profesora de gimnasia volvió a chasquear los dedos, nuevamente aquel ser trajo a empujones a Felisa que parecia completamente asustada y maniatada.
─ ¿Pero para que han traído a Felisa…?...─ pregunto Valeria completamente confusa al ver la escena.
─ Creo que saber para que…Pero ahora debemos buscar el libro…─ dije pensando que así al menos nos libraríamos de una cosa y al menos se desvelaría que la superiora no estaba viva.
─ ¿Pero que…?...─ dijo Valeria confusa sin saber que hacer pero enseguida empezó a ayudarme.
─ Al parecer las otras dos se te escaparon…─ dijo Don Sebastián, al parecer estaba al tanto de todo por suerte no supieron que era yo, y que esa cosa no podía hablar.
─ No te preocupes por eso…te aseguro que no se escaparan…Se podría decir que el convento es mío, solo me queda entrar en la capilla pero con el libro estoy segura que podré hacerlo…─ dijo la profesora de gimnasia completamente convencida, ahora sabia que aquella capilla era mas importante de lo que pensé en un principio.
─ Bueno como sacrificio no esta mal…Calmara a los feligreses…Y con respecto a ti…─ dijo Don Sebastián sacando un cuchillo y de golpe incrustándolo en el cuerpo de la madre superiora que cayo de golpe al suelo, por suerte sabia que hacia tiempo que ya había muerto.
Después de eso Don Sebastián se acerco a Felisa y le desató la mordaza esta enseguida empezó a llorar desconsoladamente al ver aquello.
─ Por favor no diré nada, lo prometo…─ dijo Felisa llorando mientras miraba lo que estaba pasando.
─ Shhhhhh, tranquila hija mía, tu final será mucho mas glorioso…lleváosla…─ dijo el párroco ordenando a los suyos que se la llevaran mientras se limpiaba la sangre de la superiora en la sotana.
─ Recuerda que esto solo aplacara momentáneamente al pueblo…mas vale que pronto sea tuyo...─ dijo Don Sebastián mientras salía de allí, por un momento me quede mirando pero no encontraba el libro por ninguna parte.
─ ¿Bueno Anabell te has podido enterar de todo…?...─ pregunto la profesora de Gimnasia mientras miraba hacia donde estaba, aquello me resultaba irreal que se hubiera dado cuenta que estaba allí.
─ ¿Crees que no se que estas por aquí…?...Sabia perfectamente que vendrías…es mejor que salgas de donde estés y no me obligues a ir a por ti, se que estas buscando el libro de esa pequeña demonio…si también se que Esmeralda es un demonio…─ dijo la profesora de gimnasia al parecer estaba enterada de todo, pero aquella respuesta hizo que Valeria se pusiera mas confusa aun junto con Isabel que le cayo como un jarro de agua fría de alguna forma.
─ ¿Un demonio Esmeralda…?...creo que le ha dado demasiado el sol…─ dijo Valeria completamente incrédula.
─ Isabel estate atenta…voy a salir…─ dije pensando que lo mas seguro Isabel tuviera que actuar y no quería correr riesgos.
─ Pero que dices…¿estas loca…?...No sabes lo que te puede hacer…─ dijo Isabel preocupada mientras apretaba un puño con fuerza.
─ Se que contigo estoy segura y contigo también… solo permaneced atentas…─ dije pensando que era lo mejor al menos ganaría algo de tiempo puesto que no veía el libro por ninguna parte.
─ Muy bien aquí estoy…No se lo que pretendes pero te aseguro que no te saldrás con la tuya…─ dije convencida de que podría detenerla pero ahora mismo no sabia como hacerlo.
─ No tienes ni idea de lo que esta pasando solo estas metiendo las narices donde no te importa, no se lo que ganas con esto pero no estas arreglando nada…Lo mejor es que desaparezcas así dejaras de causar problemas…─ dijo la profesora de gimnasia en seguida aquella Olga tomo su aspecto espantoso, y se lanzo a por mi como si mi cuerpo reaccionara solo y gracias al amuleto de Esmeralda pude esquivarlo haciendo que fallara su ataque.
De pronto el grito de Valeria por el miedo rompió el silencio, aquello ya la había sobrepasado.
Pero antes de que pudiera girarme para tener de cara aquella cosa en su salto se apoyo contra un árbol pillando impulso y volviendo a saltar contra mi por suerte Isabel salto desde donde estaba dándole un empujón y arrojándolo contra la pared de la muralla, escuchando un sonido de dolor parecido aun gruñido.
─ Vaya así que has venido acompañada…muy bien yo también tengo una sorpresa para ti…─ dijo la profesora de gimnasia mientras pronunciaba rápidamente algo en un idioma extraño.
Enseguida se escucho un grito agónico aquello me puso la piel de gallina, y mas aun mientras veía como el cuerpo de la madre superiora se levantaba de donde estaba y de un movimiento rompió sus ataduras.
Sabia que empezaba a dominar los hechizos del libro de Esmeralda y teníamos que pararla.
─ Joder!...─ dijo Valeria desde donde estaba mostrando su posición y haciendo que aquel zombi se girara en busca de ella.
Mientras aquella cosa con la apariencia de Olga se recupero del impacto y tomo aquella posición arácnida gruñendo y mostrando sus dientes, Isabel solo choco su puño contra su mano esperando la pelea.
Mientras que Valeria buscaba por el suelo alguna palo con el que poder defenderse de la madre superiora.
─ Esto no puede estar pasando…esto no es real…en cualquier momento me despertare en mi cama…─ dijo Valeria mientras cerraba los ojos intentando despertarse y empuñaba un palo amenazando a la superiora que se le acercaba mas y mas.
─ Valeria despierta…no es ningún sueño…─ dije haciendo que Valeria abriera los ojos aceptando lo que estaba viendo.
─ Muy bien quedamos tu y yo…─ dijo la profesora de gimnasia mientras su piel poco a poco empezaba a cambiar a un color rojizo que conocía muy bien, aquellas piernas cambiaron radicalmente como las de Esmeralda.
Por un momento la estupefacción nos impacto a las tres no podía creer aquello al parecer otro demonio las había seguido desde su mundo.
El gruñido de la falsa Olga hizo que nos despertáramos mientras se lanzaba gruñendo contra Isabel esta reacciono esquivando algunos garrazos mientras que contra atacaba impactando algunos puñetazos contra la criatura que parecia ni siquiera inmutarse.
Valeria empezaba a dar palazos contra la superiora pero todos fallaban en el aire, estaba demasiado asustada al ver aquello.
─ Ni siquiera tu Dios podrá ayudarte ahora…─ dijo la profesora de gimnasia mientras se lanzaba contra mi a la carga mi cuerpo reaccionaba solo ante sus ataques pero sabia que aquello no podía durar por mucho tiempo y efe4ctivamente así fue, en uno de sus golpes caí al suelo y esta se tiro encima mío sujetándome los brazos. acerco su cara a escasos centímetros de la mía podía sentir el calor que desprendía y de buenas a primeras saco su lengua y la repaso por mi mejilla.
─ Es una pena que tenga que matarte…Pensaba que a lo mejor podríamos ser amigas…─ dijo la profesora de gimnasia enseguida note sus manos en mi cuello como empezaban a apretar con fuerza, el aire se escapaba de mi garganta estaba casi en mi limite de que se rompiera como una rama seca.
Incluso los ojos se me cerraban, no sabia que hacer moví los brazos intentando liberarme de aquella presa pero era demasiado fuerte para mi.
Cuando de pronto escuche como un gemido desgarrador, que inundo el bosque haciendo callar a cualquier pajarillo que estuviera allí, el ambiente incluso se hizo mas frío de cómo estaba, ni siquiera imagine lo que iba a suceder…
FIN DEL CAPITULO 3
P.D: Bueno aqui dejo el siguiente capitulo espero que os guste muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
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3.588 ATC
HUIDA POR LOS PELOS
Mientras soportaba la presión pensando que ya había llegado mi fin escuche un gemido desgarrador que lleno el bosque incluso las demás se quedaron congeladas en el sitio sin moverse, aquel engendro que estaba al lado de Isabel salio corriendo hacia el interior del bosque.
─ ¿Pero que …?...─ pregunto la profesora de gimnasia extrañada mirando hacia todas partes, en eso logre apartarme de ella y pude ver con sorpresa como una figura descarnada semi transparente de color blanquecino se abalanzaba sobre ella haciéndola rodar varios metros por el suelo.
─ ¿Qué es eso…?...─ pregunto Valeria mientras retrocedía unos pasos cayendo al suelo, momento que aprovecho la superiora para lanzarse encima.
─ Muy bien si eso es lo que quieres…─ dijo la profesora de gimnasia levantándose en ese momento aquella cosa horripilante descendió al suelo y tomo la apariencia de aquella chica que había desaparecido, enseguida me di cuenta que no quería asustarnos si no avisarnos de lo que pasaba.
Isabel se lanzo directamente por la superiora que se encontraba encima de Valeria dispuesta a matarla en eso, la tomo por la ropa y la separo alzándola del suelo y lanzándola hacia otra parte.
Valeria se quedo sorprendida por lo que estaba pasando hasta que vio la mano de Isabel ofreciéndosela para levantarse.
─ Gracias…esto es increíble…─ dijo Valeria con el miedo aun en el cuerpo mientras se levantaba del suelo.
Aquel espíritu giro la cabeza y me sonrió levemente enseguida levanto los brazos poniéndolos delante de ella y su rostro cambio de golpe a un esqueleto descarnado que se lanzo por la profesora de gimnasia.
─ Debemos ir al pueblo…─ dije pensando en la pobre Felisa, que debería de estar aterrorizada.
─ Pero estas loca, no podemos ir terminaremos muertas…─ dijo Valeria aun con el miedo en el cuerpo.
─ Escucha si quieres vuelve al internado, nosotras nos ocuparemos de eso…─ dije mientras avanzaba por le camino polvoriento a toda prisa.
─ Mierda!!...Por que me meteré en estos líos…─ dijo Valeria mientras nos seguía a toda velocidad.
Cuando ya estuvimos cerca por un momento Isabel se quedo paralizada en el camino mirando hacia todos lados.
─ ¿Que es lo que pasa…?...─ pregunte deteniéndome en el sitio mientras que Valeria se detenía mirando hacia todas direcciones con el miedo en el cuerpo.
─ Escuchad…─ dijo Isabel, en ese momento cerro los ojos como si se concentrara en algo.
─ No se oye nada…─ dijo Valeria con algo de miedo en su voz, mientras me tomaba de la mano con fuerza.
─ Exacto solo silencio…─ dijo Isabel mientras estaba concentrada enseguida escuchamos como se rompían unas ramas y había algo de movimiento, como si esa cosa nos estuviera rondando dando vueltas a nuestro alrededor.
─ No me jodas esa cosa, nos ha seguido…─ dijo Valeria asustada escuchando los ruidos a nuestro alrededor.
En ese momento de la nada aquella cosa salto entre los árboles en dirección hacia Isabel esta ni siquiera se inmuto en el ultimo momento movió su cuerpo esquivándola y con un puñetazo, la criatura grito de dolor estrellándose contra un árbol.
─ Dios!...¿Esta muerta…?...─ dijo Valeria completamente sorprendida, mientras miraba a la pobre criatura en el suelo sin moverse.
─ ¿Quieres comprobarlo…?...─ pregunte mientras veía como Isabel se crujía los nudillos, aquello me dejo completamente anonadada.
─ Tenemos que seguir…la pobre Felisa debe estar aterrorizada…─ dije esperando que no la hubieran matado ya a la pobre, cuando al fin llegamos al pueblo aquello parecia un día normal y corriente.
Podía verse a la gente por el pueblo yendo al mercado y de un sitio a otro como si nada hubiera pasado en absoluto.
─ Valeria es mejor que te quedes aquí…Isabel y yo iremos a comprobar que es lo que pasa…─ dije intentando tener un plan de escape por si nos pasaba algo.
─ Estas loca…¿y si esa cosa se despierta…?, ¿y si os ocurre algo…?...─ pregunto una y otra vez Valeria completamente nerviosa y con el miedo en sus ojos.
─ Valeria mírame…tranquilízate…no creo que esa cosa se despierte la verdad y si no hemos vuelto en media hora vuelve al internado y avisa a la enfermera…─ dije intentando calmar a Valeria dándole un besó en los labios ya que estaba fuera de si.
─ ¿A la enfermera…?...¿Pero que crees que va a hacer…?...Mira no seria mejor irnos y avisarla directamente…─ dijo Valeria con miedo en su voz mientras tiraba de mi mano para que volviéramos.
─ No pienso dejar sola a Felisa para que le hagan lo mismo que a Isabel la otra vez…─ dije pensando que terminaría de la misma forma que Isabel aquella vez.
─ Vale de acuerdo…pero no pienso esperar mas de media hora…─ dijo Valeria a regañadientes mientras soltaba mi mano.
─ Vamos Isabel…─ dije mientras me alejaba de Valeria y nos adentrábamos en el pueblo.
Cuando nos adentramos en el poblado pude ver que todo estaba normal como siempre como si nada hubiera pasado, aunque si las miradas matasen ya estaríamos muertas, nos paseamos por el mercado mirando el sitio, me quede por unos segundos mirando a la capilla y pensé que seria el único sitio donde podría estar, así que nos encaminamos hacia allí.
Al llegar entramos en la iglesia notamos que el ambiente estaba algo cargado, inmediatamente nos sentamos en uno de los bancos me quede mirando al confesionario pensando que estaría allí Don Sebastián.
─ Voy un momento al confesionario espérame aquí…─ dije pensando que podría hablar con Don Sebastián y hacerle entrar en razón y que soltara a Felisa.
─ Ave Maria Purísima…─ dije recordando las veces que había ido a la iglesia de pequeña.
─ Sin pecado concebida…Vaya mira quien tenemos aquí es Anabell…¿Se puede saber a que has venido…?...─ pregunto Don Sebastián intentando no saber de lo que quería hablar.
─ Sabe perfectamente que he venido por Felisa…aparte que la profesora de gimnasia le ha engañado la madre superiora no esta viva…no se lo que le habrán hecho estas chicas pero son como todas las demás…─ dije pensando que de esa forma cambiara de pensar y se centraría en la profesora de gimnasia.
─ Hija mía…no se lo que te hace pensar eso…además a la madre superiora la he visto viva…y si quieres salvarte es mejor que te alejes de esos demonios que tu llamas amigas…─ dijo Don Sebastián como si estuviera condenando a todas las pobres chicas que estaban en el internado.
─ Don Sebastián pro favor tiene que creerme, la madre superiora esta muerta, además esa pobre chica que han secuestrado no tiene nada de diabólico…es una chica normal y corriente…─ dije pensando que mis palabras lo podían hacer entrar en razón.
En ese momento Don Sebastián se levanto y salio del confesionario, por mi parte hice lo mismo.
─ Esa chica es una hija del diablo, que atenta contra todas la naturaleza, y debe de ser purificada…Te ordeno que salgas de mi iglesia y te lleves a ese engendro contigo…─ dijo Don Sebastián señalando a Isabel esta se le quedo mirando con una mirada de odio.
─ Solo le advierto que tenga mucho cuidado…esta pactando con el demonio…─ dije pensando que podría convencerle de alguna forma pero no respondió nada.
Seguidamente me dirigí hacia donde estaba Isabel y salimos de allí, me quede pensando que teníamos que rescatarla por nuestra cuenta.
─ ¿Y ahora que hacemos…?...─ pregunto Isabel algo preocupada con tono de tristeza en su voz, viendo que no se había podido hacer nada.
─ ¿Te ocurre algo …?...─ pregunté mientras salíamos de aquel lugar notando el tono que había dicho aquello.
─ No te preocupes son solo reacuerdos cuando ha dicho que somos monstruos me ha venido a la mente cuando mi padre me lo decía…─ respondió Isabel recordando aquella escena pasada.
─ Escucha no soy ninguna clase de monstruos…sois como todas, mejor no pienses en eso ignóralo…solo lo ha dicho para hacerte daño nada mas…─ dije mientras le ponía la mano en el rostro, que aunque pareciera como una roca por dentro era toda corazón.
─ Gracias…─ dijo Isabel mientras abandonábamos el sitio en dirección a la salida del pueblo, no teníamos otra oportunidad mas que salvar a Felisa en cuanto anocheciera.
Mientras caminábamos hacia la salida del pueblo vimos que se acercaba la profesora de gimnasia enseguida tomamos otro camino, por lo visto había resistido el ataque de aquel espíritu.
─ Seguro que andará cabreada…─ dije pensando en que no estaría muy contenta y menos ahora que le había contado a Don Sebastián lo de la madre superiora.
Nada mas salir del pueblo nos dirigimos hacia donde se encontraba Valeria para que se calmara.
Al llegar al lugar vimos como estaba dando vueltas de un lugar a otro completamente nerviosa.
─ Al final harás un surco en el suelo…─ dije mientras la veía caminar nerviosa sin detenerse.
─ Menos mal que estáis bien he visto a la profesora de gimnasia ir hacia le pueblo…Os la habréis cruzado en vuestro camino…─ dijo Valeria diciéndonos que había pasado la profesora por suerte la habíamos podido esquivar.
─ Si casi nos la encontramos de frente por suerte la hemos podido esquivar…Ahora tenemos que esperar que anochezca…─ dije apoyándome contra un árbol a la espera del atardecer.
─ Pero que dices tenemos que volver y avisar a alguien...─ dijo Valeria con el miedo en le cuerpo.
─ Tenemos que salvar a Felisa…no podemos irnos sin mas…no la pienso dejar…─ dije convencida de que se tendría que venir con nosotras.
─ Nos estamos metiendo en un lío de los gordos…─ dijo Valeria repasando mentalmente lo que estábamos haciendo.
Mientras esperamos no hablamos para nada el silencio se hizo patente solo escuchábamos a los pájaros que poco a poco su canto fue cambiado por el ulular de algunos búhos y el sonido de los grillos, por un momento mire al cielo viendo como el sol se despedía con sus últimos rayos de luz dejando lugar a una luna llena que incluso sentía miedo al verla, el alboroto del pueblo fue tornándose silencio poco a poco, y empezaba a iluminarse con la luz de las farolas.
─ Esta es nuestra oportunidad…─ dije iniciando la marcha para rescatar a Felisa, mientras que Valeria nos seguía muerta de miedo mirando hacia todas partes, pensé que lo que había visto ese día ya la habría convencido por completo.
─ Valeria venga date prisa…─ dije haciéndole que acelerara un poco el paso si no, no llegaríamos nunca.
Al entrar al pueblo el sitio estaba completamente desierto pero aun se escuchaba el murmullo de bastante gente al llegar a la plaza nos quedamos mirando desde un callejón a la iglesia viendo como una gran cantidad de personas entraban dentro.
─ Parece que esta vez el sacrificio va a ser dentro de la iglesia…─ dije viendo l oque estaba pasando, sabia perfectamente que si entrábamos directamente nos descubrirían, debíamos entrar por la parte de atrás.
Una vez que hubieron entrado toda la gente, nos fuimos directamente hacia la parte de atrás, empezamos a mirar por todos lados una entrada por suerte una de las ventanas daba a la parte de atrás al pareceré era el despacho.
Mire a través de el y pude ver un sitio no muy grande, un armario en una de las paredes una mesa con una pequeña lámpara con un foco verde delante y detrás de esta dos sillones y al fondo otro pequeño armario, en el suelo estaba tumbada Felisa inconsciente o al menos eso quería pensar.
─ Esto no se abre…─ dije intentando elevar la ventana que por lo visto estaba cerrada.
─ Déjame a mi…─ dijo Isabel mientras intentaba forzar la ventana con todas sus fuerzas pero al parecer no había forma en eso le dio un codazo rompiendo el cristal.
─ Eso también lo hubiera podido hacer yo…solo espero que no nos hayan escuchado…─ dije viendo mientras Isabel quitaba los cristales sobrante para no hacernos daño.
Nada mas entrar nos acercamos a Felisa para ver como se encontraba le puse los dedos en el cuello y al menos estaba viva solo inconsciente.
─ ¿Esta viva…?...─ pregunto Valeria casi susurrando mientras me miraba con impaciencia mi respuesta.
─ Al menos esta viva… dije mientras Isabel cargaba a Felisa a en sus hombros.
Aunque extrañamente Don Sebastián había empezado el sermón lo que mas me extrañaba es que no hubieran venido a por Felisa para lo que tenia pensado hacerle, de mientras aquella charla fue interrumpida por la profesora de gimnasia…
FIN DEL CAPITULO 4
P.D: Bueno aqui dejo otro capitulo espero que os guste muchas gracias a todos .
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Mazoku
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UN GIRO EXTRAÑO
Por un momento decidí quedarme a escuchar mientras Isabel salía con Felisa y Valeria pro la ventana.
─ Queridos hermanos vuestro párroco os prometió muchas cosas de las que no ha cumplido ninguna y sobre eso estoy bastante decepcionada al respeto, así que habrá unos cuantos cambios aquí…─ dijo la profesora de gimnasia con tono de odio en su voz, al parecer el párroco no había cumplido su parte del trato.
Pensé que seria mejor ver lo que pasaba en aquel sitio, abriendo un poco la puerta de la oficina, por lo que pude ver estaba todo l pueblo en la iglesia detrás le puñito estaba la profesora de gimnasia y Don Sebastián, el ambiente que se respiraba era algo extraño.
─ Anabell, venga vámonos, no podemos perder tiempo…─ dijo Valeria mientras salían por la ventana intentando hacer que nos fuéramos lo mas rápido posible.
─ Id adelantándoos, ahora voy yo…─ dije mirando interesada aquella situación.
En ese momento ocurrió algo que no me esperaba siquiera, la profesora de gimnasia tomo del cuello al párroco elevándolo del suelo unos cuantos centímetros mientras se quedaba mirándolo con ojos de miedo e indefensión.
─ ¿Pero que haces...?...Suéltame teníamos un trato…─ dijo el párroco de manera ahogada mientras intentaba soltarse de la presa de la profesora.
─ Rescindo nuestro contrato, y darás ejemplo…─ dijo la profesora elevando aun mas al párroco y soltándolo de golpe sobre el altar haciendo un gran sonido.
─ ¿Pero que haces…?...─ dijo Don Sebastián mientras la profesora elevaba la mano por encima suya.
─ Será el pueblo quien decida tu suerte…─ dijo la profesora mientras miraba a los aldeanos que parecían en duda.
De pronto salio una voz del fondo pidiendo la muerte del párroco a todo aquello el resto de la gente se le unió en aquel cántico.
─ Ya estas escuchando a tu pueblo…─ dijo la profesora mientras desatendía la mano incrustándosela en el pecho al párroco, este soltó un grito de dolor que retumbo en el edificio salpicando de sangre la cara de la profesora mientras caía al suelo resbalando por el altar, mientras ella se la relamía con placer.
─ ¿Pero que…?...─ dije poniendo la mano en la boca para no gritar pensé que seria el mejor momento para salir de allí.
Cerré la puerta de la oficina y abandone el despacho por la ventana todo lo rápido que pude y abandone el pueblo pro suerte no había nadie aunque las voces retumbaban incluso fuera de la iglesia.
Cuando llegue a las afueras vi que estaban esperándome Valeria e Isabel, al parecer Felisa ya se encontraba mejor.
─ Muchas gracias por haberme salvado…Lo siento de verdad lo que ha pasado…─ dijo Felisa pidiéndome perdón por lo que había hecho, aunque aquello lo entendía demasiado bien yo en su lugar hubiera hecho lo mismo.
─ Vámonos, no hace falta que me pidas disculpas…─ dije mientras empezamos la vuelta de regreso al internado.
El ambiente era bastante frió y había luna llena en el cielo sin ninguna nube que ocultase su luz plateada, se podia escuchar algún búho que otro y los grillos con su cantar, mientras atravesábamos aquel camino me fije por un momento en la torre vi que había un cierta luz rojiza muy suave pero preferí ni siquiera mirar aquello, aunque un escalofrió recorrió mi espalda.
─ ¿Pasa algo…?...─ pregunto Isabel mientras caminábamos hacia el internado a toda prisa.
─ No nada es mejor que llegamos cuanto antes…─ dije intentando olvidarme de lo que había visto.
Cuando al fin llegamos a la apertura del muro entramos rápidamente, pude escuchar un cierto aleteo por encima de nosotras como si algo estuviera vigilándonos de alguna forma pero sin acercarse, por unos instantes mi vista se poso en las gárgolas del edificio que parecían que me estuvieran vigilando.
─ Tenemos que llegar deprisa a nuestros dormitorios…─ dije mientras corría junto con Valeria hacia nuestras habitación cuando pasamos por la capilla me fije que había un reflejo casi dorado pro debajo de la puerta, pero pensé que seria mejor no detenerme a investigarlo.
En cuanto llegamos a la habitación Varia suspiro aliviada parecia estar segura, pero pensé que esto solo era el principio.
─ Estas blanca…Como si hubieras visto un fantasma…¿Qué has visto en la iglesia…?...─ dijo Valeria curioseando como siempre.
─ Es mejor que no te lo diga…─ dije intentando no darle demasiada información, prefiriendo que no lo supiera.
─ Venga dímelo…─ dijo Valeria aun mas insistiendo en que se lo dijera.
─ Han matado al párroco…─ dije bajando la cabeza volviéndome esos recuerdos a la mente.
─ ¿Lo estas diciendo en serio…?...─ pregunto Valeria extrañada y confundida por la respuesta.
─ Aun dudas, después de lo que has visto hoy...─ dije haciéndole recordar lo que había visto y padecido.
─ No lo se la verdad, además lo de que Esmeralda s un demonio…es mentira ¿no?...─ dijo Valeria aun dudando por aquello por suerte podría aprovechar aquello.
Solamente negué con la cabeza intentando quitarme de la mente lo que había visto en la iglesia.
─ Pero esto es imposible…¿Qué es lo que planean…?...─ dijo Valeria con algo de miedo en su voz.
─ Es mejor dejarlo para mañana…ahora mismo estamos demasiado cansadas…─ dije mientras empezaba a quitarme el jersey en ese momento Valeria salio corriendo de la habitación.
─ Da lo mismo, no hace falta que salgas…─ dije pensando que ya la había visto desnuda y era lo mismo.
Empecé a quitarme el resto del uniforme cuando ya estuve con el pijama puesto le dije que podia pasar después de eso salí fuera esperando que se pusiera el pijama.
Cuando hubo acabado me llamo y entre por unos segundos me quede mirando por la ventana aun salía algo de aquel resplandor rojizo de la torre, después de eso mire hacia el patio esperando que estuvieran allí las del club de astronomía aunque no era así.
Después de aquello me dirigí hacia la cama y me deje caer en ella enseguida me quede dormida estaba hecha polvo por completo, pero no llegue a dormir mucho, ya que fui despertada por una especie de gemidos ahogados.
─ ¿Pero que …?...─ pregunte medio adormilada mientras volvía a escuchar esos gemidos provenientes del pasillo.
Después de eso me levante mire por la ventana viendo que aun era de noche y las luces permanecían encendidas.
─ ¿Qué es lo que pasa…?...─ pregunto Valeria aun con el sueño mientras se levantaba restregándose los ojos.
─ No lo se he escuchado algo raro…─ dije mientras abría la puerta de mi habitación muy despacio intentando no hacer ruido.
Aunque solo vi que era había oscuridad cuando gire la cabeza en dirección hacia el otro pasillo el sueño que tenia reapareció enseguida.
Pude ver como un par de monjas arrastraban a una chica por el pasillo que la tenían retenida, esta no paraba de resistirse e intentar gritar aunque le era imposible puesto que tenia una mordaza.
─ ¿Qué pasa…?..¿Que hacen las monjas…?....─ pregunto Valeria aun con el sueño pero en cuanto miro por la puerta todo el sueño que tenia desapareció de golpe al ver la escena.
─ Eso me gustaría saber, tenemos que seguirlas…─ dije pensando en resolver aquello, y pensar que lo mismo podríamos salvar a la pobre chica.
─ ¿Estas loca…?...Es mejor no meterse en eso…─ dijo Valeria con algo de miedo mientras miraba la escena.
─ Tu haz lo que quieras, voy a enterarme de lo que esta pasando…─ dije convencida que tenia que seguirlas y resolver aquello.
Salí de la habitación muy despacio intentando no hacer ruido y mantener un a distancia de seguridad entre aquellas monjas y yo.
El pavimento estaba helado y solo llevaba el pijama, el ambiente era húmedo y los pasillos estaban casi completamente a oscuras, continué siguiéndolas hasta que se detuvieron delante de la puerta de la capilla, me quede atrás desde una de las armaduras escondida viendo lo que pasaba.
La pobre muchacha se resistía como podia pero le era imposible hacer nada a los pocos segundos llego la profesora de gimnasia con el libro en su mano y una daga curva en la otra.
─ Soltadme por favor, no eh hecho nada…por favor…─ dijo entre sollozos la joven cuando una de las monjas le quito la mordaza que tapaba su boca.
─ Shhhhhh, shhhhh, no te preocupes, esto pasara enseguida…además deberías de sentirte orgullosa por ayudarme a hacer esto…por ser el comienzo de algo nuevo…─ dijo la profesora mientras acercaba la cabeza a la suya y ponía uno de sus dedos en su boca para intentar calmarla.
─ No por favor, soltadme, prometo no decírselo a nadie…─ dijo la joven intentando hacer que la soltaran pero aunque aquello era imposible.
En ese momento la profesora empezó a recitar unas palabras en un idioma extraño, el ambiente se hizo mas frió de lo normal, como una bajada brusca de temperatura, pude ver incluso como se formaba algo de niebla y como una especie de figuras cadavéricas se movían entre ella, aunque pensé que aquello era parte de mi imaginación o propia auto sugestión.
Cuando termino de pronuncio las palabras el libro desprendió una especie de fulgor negro trasladándose casi inmediatamente a su otra mano y de esta a la daga tornando su filo de un color negro azabache.
Casi al instante clavo aquel cuchillo en el pecho de la joven con una cara sádica en su rostro después de eso tiro hacia abajo rajándole desde el pecho hasta llegar al final de su abdomen, la sangre salpico la puerta de la capilla, mientras la chica gritaba de agonía y dolor resonando en todo el lugar, aunque curiosamente nadie salio de su habitación.
Pude ver como el rostro de la chica casi se paralizaba por completo y con una mirada de miedo en su rostro movió la cabeza bajándola, aquello casi me hace vomitar, aunque no podia apartar la mirada de aquel espectáculo dantesco.
La puerta retumbo con aquel color dorado como si se resistiera ante aquella magia oscura.
Pude ver como un vapor blanquecino salía del cuerpo de la chica e inmediatamente era absorbida en aquel colgante, después de aquello la profesora acerco la mano hacia la puerta sintiéndola como retumbaba una y otra vez con aquel color dorado.
─ Sabes que entrare pase lo que pase…no podéis estar por mucho tiempo ahí dentro, aunque tenga que sacrificar a todo el internado…─ dijo la profesora como si hubiera alguien detrás de aquella puerta maldiciéndolos una y otra vez.
En aquel momento miro hacia donde estaba escondida pero tuve suerte en esconderme rápidamente esperando que no me hubiera visto, aunque escuchaba como lso pasos de ella se acercaban hacia donde estaba lentamente.
Cuando casi estaba a mi altura y apunto de descubrirme, mí corazón latía con fuerza y el sudor frió recorría mi cuerpo.
─ ¿Que hacemos con el cuerpo…?...─ pregunto una de las monjas, pensé que aquella voz me había salvado.
─ Haced lo de siempre…y decidle a sus padres que se ha perdido en el bosque, además no creo que les importe, para eso las trajeron aquí para librarse de ellas…─ dijo la profesora mientras volvía sobre sus pasos no pude mas que respirar aliviada, aunque aquellas palabras retumbaron en mi corazón pensando que tenia razón.
Las monjas sacaron el cuerpo de allí, permanecí en mi escondite durante unos segundos cuando comprobé que estaba desierto el lugar, me dirigí hacia mi habitación rápidamente.
Al llegar me quede por unos instante mirando por la ventana pensando que hacer, además ya no estábamos seguras ninguna de nosotras.
─ ¿Qué ha pasado…?...─ pregunto Valeria medio adormilada mientras daba una vuelta en su cama para mirarme.
─ Ha sido un espanto…Han matado a esa chica…─ dije casi llorando por no poder hacer nada por ella.
─ ¿Pero que estas diciendo…?...Eso es imposible…─ dijo Valeria con algo de extrañeza y desconfianza por mis palabras.
En cuanto gire la cabeza y me vio llorar se dio cuenta de que era verdad lo que decía, y enseguida me abrazo con fuerza.
─ ¿Qué vamos a hacer…?...─ pregunto Valeria con miedo en su voz, aquello nos sobrepasaba con fuerza.
Solo pensaba en volver a casa con mis padres y olvidarme de todo aquello y rendirme, dejar todo aquello a lo que le sucediera.
─ Tenemos que irnos estos nos supera a todas, no podemos hacer nada…─ dije mientras sentía le calor del cuerpo de Valeria haciéndome sentir que estaba segura, como aquello disipaba el frío que aun tenia debido a la bajada de temperatura.
─ Yo no puedo volver a casa…Además no creo que podamos decirle a todas que se vayan, la mayoría ni te creerán…─ dijo Valeria mientras me abrazaba aunque en ese momento me importaba poco solo quería salir de aquel sitio.
─ Valeria aquí no podemos hacer nada esto ya es demasiado, esta por encima de nosotras, si quieres puedes venirte a mi casa por un tiempo…tu e Isabel…─ dije pensando que al menos tendrían un sitio donde quedarse aunque fuese temporal.
─ ¿Qué hacemos con las demás…?...No podemos dejarlas aquí…─ dijo Valeria cuando dejo de abrazarme para mirarme directamente a los ojos.
─ No lo se pero yo no pienso quedarme aquí, y menos para que esa loca nos mate…y tu deberías de hacer lo mismo…─ dije mientras empezaba a arreglar la maleta metiendo mis cosas, viendo como Valeria se resignaba sentándose en la cama mientras empezaba a llorar.
─ ¿Qué te ocurre…?...─ pregunte mientras metía algunas cosas mas para salir lo mas rápido posible por la mañana.
─ No puedo volver a casa, mi padre no me dejaría que entrase…me odia ya me ha pegado varias veces antes de venir aquí incluso a mi madre por haberme tenido…me dijo que si volvía me mataría…─ dijo Valeria mientras sollozaba nunca la había visto así antes.
─ Pero…No creo que lo haga…eres su hija…─ dije intentando pensar con lógica, puesto que era imposible que su padre le hiciera eso.
─ No se si lo hiciera o no…pero no me atrevo a volver…además mas de una vez he pensado en desaparecer para siempre…varias veces pero no he tenido el valor suficiente…─ dijo Valeria mientras le caían las lagrimas por las mejillas y su tono era de tristeza, por mucho que lo pensara no entendía por que tanta inquina hacia ellas.
─ ¿Pero que estas diciendo…?...No se te ocurra ni siquiera pensarlo, escucha tu no eres diferente ni nada por el estilo tu eres una chica y listo…es tu padre quien no lo entiende, el tiene la culpa…No creo que te conozcan como en realidad eres…Así que cálmate y deja de llorar…─ dije intentando hacer que dejara de llorar pero al final no pudo resistirlo y se deshizo en llantos no pude mas que abrazarla intentando hacer que se relajara.
─ Muchas gracias…─ dijo Valeria pero no deje que terminara la frase le apoye la cabeza en mi hombro y empecé a acariciarle el pelo, hasta que al fin se calmo.
Comencé a pensar de nuevo mas fríamente que no podia irme, pero aquello nos sobrepasaba no sabia que hacer y como tardáramos mucho, mas de una terminaría muerta igualmente.
─ Venga relájate un poco, te prometo que no me iré…─ dije mientras poco a poco se calmaba Valeria y dejaba de llorar, en ese momento le separe un poco la cabeza de mi hombro y me quede mirando aquellos preciosos ojos que brillaban y estaban algo enrojecidos por las lagrimas.
─ De acuerdo…─ dijo Valeria sin acabar la frase acerque mis labios a los suyos y empecé a besarlos con delicadeza casi rozándoselos sintiendo su calor y a la vez ese sabor salado que habían dejado las lagrimas en ellos.
Valeria me abrazo con fuerza y unió nuestros labios casi en un sello perfecto note como su lengua se paseaba por mi boca jugueteando con la mía, saboreando mi boca y mi saliva, cuando separamos nuestras bocas dejo un brillante hilo de saliva que las unía mientras que tomaba una buena bocanada de aire aquello me había pillado por supresa, pero no dejaría que volviera a pasar.
Baje mis manos a su cintura y agarre el pijama que comencé a bajar junto con su ropa interior, pude ver que su sexo ya estaba casi dispuesto, puesto que estaba a punto de amanecer, así que no me resulto muy difícil que se excitara.
Acerque mi boca lentamente hacia su sexo y empecé a darle besos en el glande, Valeria se estremeció por unos segundos, cuando puse mi mano sobre él, apretándolo con fuerza y delicadeza al mismo tiempo podia sentir el calor que casi me abrasaba la mano era pegajoso pero muy calido, el palpitar de sus venas hacia que poco a poco los flujos de mi sexo empezaran a mojar mi ropa interior que casi ya estaba empapada.
No pronuncie ni palabra solo introduje su sexo en mi boca que poco a poco la fue llenando por completo noté su sabor salado y su calor que se mezclaba con mi saliva que ya resbalaba por fuera mientras mi mano buscaba mi sexo en mi pijama cuando llegue a el empecé a restregarlo notando la humedad que impregnaba mis dedos, sentí como mi clítoris se ponía cada vez mas duro y el calor hacia que mis pezones se pusieran rígidos que casi me llegaban a doler, rápidamente metí dos dedos dentro de mi dando un pequeño gemido, aunque las manos de Valeria tomaron mi cabeza y empezaron a moverla lentamente al principio recorriendo pro entero su sexo que estaba como una piedra por unos instantes sentí como en mi boca se pusiera un poco mas grande.
La velocidad fue incrementándose poco a poco bajaba y subía la cabeza de una manera increible, llenándolo por entero de saliva haciéndole que brillaba mientras yo introducía los dedos dentro de mi con fuerza una y otra vez notando como el placer me invadía, cuando ya hubo pasado un rato no te como las venas de Valeria se ponían mas gruesas sabia que estaba casi a punto, intente separarme pero me resulto imposible Valeria me incrusto su sexo en el fondo de la garganta casi no podia respirar me faltaba el aire, intenté elevar la cabeza en un intento fútil, puesto que en eso logre al menos tomar algo de aire, y después de eso oí un grito ahogado de placer y una riada de semen caliente y pegajoso que inundaba mi boca no pude mas que empezar a tragarlo todo lo rápido que podia parecia que no acabaría nunca, así estuve como unos treinta segundos cuando al fin se detuvo soltó mi cabeza y cayo en la cama rendida.
Pero yo aun estaba demasiado excitada para dejar que descansara, así que me quede mirando su sexo que permanecia aun erecto con el semen resbalando por el y la saliva haciéndolo brillar con fuerza con la luz de afuera.
─ GLP, ahora es mi turno…─ dije tragando los últimos restos de semen que quedaban en mi boca y saboreando los que había por mis labios.
─ Pero estoy agotada…─ dijo Valeria mirándome con cara de cansancio pero no quería que aquello acabase al menos no de momento.
Así que sin pronunciar palabra desvestí la parte baja de mi pijama y la ropa interior y me acerque a ella y me puse encima tome su sexo entre mis dedos y lo apunte directamente hacia la entrada de mi sexo que estaba chorreando tenia los muslos completamente brillantes después de eso me quede mirando a aquellos preciosos ojos y poniendo mis manos sobre sus hombros me deje caer de golpe.
Su sexo entro de una manera maravillosa como si se calvara en lo mas profundo de mi sexo, incluso note como dio un pequeño golpe a la entrada de mi útero que incluso hizo que se me saltaran las lagrimas de placer, con un gemido sordo hice que Valeria se recuperase de golpe y levantándose de la cama puso sus manos sobre mi trasero con fuerza soportando mi peso empezó a moverse con fuerza dando pequeños empujones haciendo que su sexo fuese como aun taladradora que no hacia mas que perforar en mi interior apoderarse de todo mi cuerpo mientras que mis flujos lo lubrificaban una y otra vez podia notar las manos como se aferraban con ganas y mis pezones me dolían ya por lo duros que estaban, mientras rozaban con los suyos en cada movimiento de nuestros cuerpos sudorosos.
Inmediatamente aparto su cabeza un poco y la bajo para empezar a lamer uno de mis pezones podia notar como su lengua jugaba con ellos cuando al final lo mordió con fuerza pero amablemente aquello no pude soportarlo, se podia decir que estaba en el séptimo cielo, nuestros gemidos se mezclaban con una pasión inusitada.
Sus embestidas eran cada vez con mas fuerza mi cuerpo las soportaba como mejor podia casi se podia decir que le pertenecía por completo, en un instante la atenace con las piernas impidiendo que se escapara aunque no creía que quisiera hacerlo.
Después de un buen rato note como mi sexo se contraía con fuerza y como sus venas se hacian mas grandes, no pude mas que besarla con fuerza y abrazarme a ella como si no existiera nada mas en este mundo.
Caímos al suelo pero inmediatamente note como daba un grito junto con el mió que resultaron apagados de inmediato por nuestras bocas, pero aquella riada de semen se desbordo dentro de mi con fuerza casi llegue a gritar nuevamente por el calor que desprendía en mi interior, parecia no parar de salir mientras que mis flujos salían casi como una fuente hacia el exterior, pero por poco no podían por el tamaño de su sexo, sentía como mi abdomen se agrandaba por unos momentos cuando al fin note como había acabado nos quedamos por un momento abrazándonos y besándonos sin prestar atención a nada de lo que había a nuestro alrededor.
Cuando finalmente Valeria cayo de rodillas aun besándonos, estuvimos un rato así, hasta que al fin nos dimos cuenta, nos miramos fijamente por unos segundos y caímos una al lado de la otra, mi cuerpo empezó a expulsar semen que resbalaba por mis muslos mezclado con mis flujos.
─ Uf…A sido increible…─ dije entre gemidos mi cuerpo aun estaba temblando por aquello, pero muy satisfecha.
Valeria sin embargo no pronuncio ninguna palabra solo me sonrió y me dio un beso en la mejilla muy dulcemente.
Casi nos quedamos dormidas pero el sonido de la sirena nos alarmo viendo como estábamos nos dimos toda la prisa que pudimos pero no sabíamos como limpiar aquello; Valeria como pudo busco entre sus cosas el pijama y algunas toallas para limpiarlo mientras yo intentaba ponerme el pijama.
─ Tenemos que darnos prisa como sea…─ dije mientras buscaba mi pijama junto con otra ropa interior ya que esa estaba completamente empapada.
─ Señorita Valeria tiene dos minutos para salir…─ dijo una voz desde el pasillo, dando muy poco tiempo mientras que Valeria aun rebuscaba algunas cosas.
─ Ya voy…─ dijo Valeria mientras daba vueltas por la habitación estaba completamente nerviosa, cuando al fin encontró lo que necesitaba y salía por la puerta.
Por mi parte seguí limpiando aquello aunque notaba como mi abdomen estaba algo hinchado solo esperaba que no se dieran cuenta, termine de limpiar aquello y busque algunas toallas, encontré un tanga de color blanco y semi transparente con un pequeño lacito de color rojo junto con el sujetador y el gel para la ducha.
por un momento me quede pensando que podia hacer pero no se me ocurría nada, casi al momento, esperaba que estuvieran bien tanto Felisa como las demás que habíamos rescatado.
Mientras divagaba entre mis pensamientos, escuche de nuevo la sirena y como al momento entraba Valeria en la habitación por mi parte salí y espere fuera, las chicas parecían algo nerviosas y el ambiente era un poco mas pesado de lo normal, podia sentirse el miedo como llenaba aquel pasillo.
Enseguida fuimos hacia las duchas por suerte no se dieron cuenta de que mi abdomen andaba algo mas hinchado, nada mas llegar fui hacia mi taquilla y deje mis cosas, aunque nada mas entrar las chicas empezaron a murmurar, pero el agua caliente me hizo que prácticamente todo desapareciera a mi alrededor y me deje llevar cerrando los ojos, poco a poco mi abdomen empezó a descender dejándome mas aliviada.
En cuanto termine me seque el pelo y el cuerpo y me dirigí hacia mi habitación, antes de que entrara ya estaba Valeria en la puerta esperando.
Entre en la habitación y empecé a vestirme, aunque las dudas bailaban en mi mente sin descanso, cuando ya estuve lista llame a Valeria para que me cepillara el pelo.
─ ¿Te encuentras mejor…?...─ pregunte mientras me cepillaba el pelo suavemente al menos esa mañana lo tenia mas desenredado.
─ Si, muchas gracias, ¿te quieres ir aun…?...─ pregunto Valeria con miedo en su voz mientras seguía cepillándome el pelo.
─ No, no te preocupes…pero no se que hacer esto nos supera de una forma u otra…anoche asesinaron a una chica delante mía…Tenemos que entrar en esa capilla como sea y recuperar el libro…─ dije poniendo en orden lo que teníamos que hacer aunque algunas cosas iban a ser muy complicadas.
Una vez hubo terminado al levantarme pude ver de nuevo la sonrisa de costumbre en Valeria parecia mucho mas contenta como si aquellos nubarrones de lo que me había contado hubieran desaparecido.
Salimos de la habitación al golpe de sirena y nos dirigimos hacia el comedor, las chicas iban de un lugar a otro con los libros en la mano en ese momento me acorde que precisamente hoy teníamos un examen, no pude mas que darme un golpe en la cara acordándome de aquello.
─ Mierda!, el examen…se me había olvidado…─ dije pensando en que no había estudiado nada.
─ Esperemos que sea fácil…─ dijo Valeria mientras llegábamos al comedor nada mas allí busque nuestra mesa y nada mas verla me quede extrañada solo estaba Olga en la mesa junto con Esmeralda no había nadie mas.
Enseguida tome algo para desayunar pagando como de costumbre algo para Valeria, me senté.
─ ¿Dónde están las demás…?...─ pregunte con dudas en mi tono de voz al ver que nuestra mesa casi estaba vacía.
─ No lo se, lo mas seguro que estén en la biblioteca repasando…─ dijo Olga mientras bebía algo de zumo y seguía repasando el libro.
Inmediatamente Valeria con una sonrisa se sentó al lado de Esmeralda esta se quedo extrañada mirándola mientras la miraba de reojo.
─ Que raro…─ dije mientras empezaba a desayunar pude ver como la pequeña Esmeralda se quedaba mirando a Valeria fijamente.
Mientras desayunábamos apareció Isabel, el comedor enseguida se hizo el silencio pero rápidamente continuaron hablando.
En eso se sentó a mi lado mientras que sus seguidoras se pusieron en la mesa de al lado, no parecia tener cara de muchos amigos.
─ Bueno esta noche tenemos reunión junto con el club de astronomía espero que no faltéis además tengo en mente un ritual que lo mismo funciona, si veías a las demás decídselo…─ dijo Olga como siempre intentando alguna de las suyas solo esperaba que aquello no funcionara no quería mas problemas por este sitio.
En ese momento Esmeralda se levanto y se acerco a mi y tiro de mi falda como indicándome que quería hablar conmigo.
Salimos de allí de todo aquel alboroto y en una de las esquinas pude ver como el rostro de Esmeralda cambiaba de golpe a enfadada al parecer sabia que Valeria conocía la verdad.
─ Lo sabe, se lo has dicho…no puedo confiar en ti…─ dijo Esmeralda enfadada mientras me miraba fijamente con ojos de rabia.
─ Espera un poco que te lo explique…no le he dicho nada…─ dije intentando disculparme y hablar algo mas bajo mientras pasaban algunas monjas por nuestro lado.
─ Esto es increible confié en ti…no se como pude hacerlo…─ dijo Esmeralda indignada mientras seguía culpándome de aquello.
─ Escucha por un momento, yo no le he dicho nada…mientras estábamos en le bosque en la reunión con el párroco y la profesora de gimnasia. ella fue quien lo sabe y lo dijo, con mala suerte que Valeria se entero junto con Isabel…pero estoy segura de que no dirán nada…al menos Isabel…─ dije pensando en lo bocazas que era Valeria y lo que le gustaba hablar.
─ ¿Pero que…?...dentro de poco todo el internado sabrá que yo soy un demonio…─ dijo Esmeralda intentando aclararse un poco, al menos yo no tenia la culpa.
─ Entonces es cierto…Os prometo que no diré nada…─ dijo Valeria de repente haciendo que incluso diéramos un pequeño brinco del susto.
─ Dios!, que susto…─ dije mientras ponía una mano en mi pecho al ver aquello, por un momento Esmeralda se quedo mirándola fijamente como intentando escudriñar su mente de alguna forma.
─ Escucha, será mejor que no se lo digas a nadie entiendes…si no créeme que te arrastrare al infierno conmigo…─ dijo Esmeralda muy seriamente aquello incluso por un instante la cara de Valeria cambio de golpe, era como si el miedo se hubiera impuesto en su optimismo.
Incluso por unos instantes el miedo invadió mi cuerpo no pensaba que pudiera hacer eso, al momento Esmeralda se giro guindándome un ojo con complicidad aquello hizo que me calmara.
─ ¿De verdad puede hacerlo…?...─ pregunto Valeria con miedo en voz mientras miraba como Esmeralda se marchaba hacia su clase.
─ No te pasara nada mientras, no la descubras si no ya sabes lo que te pasara…─ dije reforzando aun mas el miedo que le había impuesto Esmeralda.
En ese momento la sirena sonó de nuevo indicándonos que el desayuno había terminado en eso nos dirigimos hacia nuestras clases, esperando poder aprobar el examen.
Una vez dentro me quede mirando por la ventana hacia donde estaba la torre pero el día parecia completamente tranquilo no había ni una nube en el cielo y la brisa era muy fresca, el sol ya estaba iluminando el lugar el día parecia que seria bastante caluroso.
En cuanto entro la monja paso lista y empezó a pasarnos los exámenes y en cuanto sonó la sirena nos dispusimos a escribir, aunque aquellas preguntas me sonaban extrañísimas el examen era tipo test al menos podría tener una oportunidad.
─ Señorita Anabell se la requiere en la oficina de la madre superiora…─ dijo una voz por megafonía aquello hizo que se me erizara la piel y que un escalofrió recorriera mi columna….
FIN DEL CAPITULO 1
P.d: Bueno aqui os dejo el siguiente capitulo espero que os guste muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
630
3.588 ATC
CARA A CARA CON SU ENEMIGO
─ Señorita Anabell, suba al despacho de la madre superiora…─ menciono la monja con aire severo al levantarme del asiento.
Avance lentamente por la clase en dirección hacia la puerta cuando salí fue como si se me revolviera el estomago de golpe, subí las escaleras hacia el despacho cuando el entre pude ver que allí estaba sentada la profesora de gimnasia sentada.
─ Mira quien tenemos aquí siéntate, la famosa Anabell, el pequeño mosquito que me esta molestando a cada paso que doy…dame una razón por la que no deba matarte ahora mismo y quitarte de en medio…─ explico la situación la profesora a la vez que ponía los pies encima de la mesa.
Aparte el asiento y me senté solamente pude tragar saliva, tenia los nervios a flor de piel, en cualquier momento podría matarme, incluso el ambiente era algo pesado.
─ No puedo darle ninguna razón, pero le aseguro que no dejare que le haga daño a mis amigas…─ dije con la cabeza bajada, a la vez que mantenía la compostura, pero tenia el miedo dentro del corazón que no paraba de latir con fuerza.
La profesora se levanto de la silla y se puso detrás de mi podia sentir un calor extraño invadirme el cuerpo.
─ Bueno se que si te mato ahora tus amigas harían un revuelo, te has convertido para ellas en alguien a quien seguir…si lo hiciera serias como una mártir y las cosas se me pondrían muy mal por aquí, se que quieres el libro que le confisque a tu pequeña amiga diablo…─ explico la profesora haciéndome saber que conocía a Esmeralda pero no menciono nada de la enfermera al menos eso no lo sabia.
─ ¿Y que piensa hacer…?...─ pregunte con algo de nerviosismo en la voz, al finalizar mi pregunta empezó a pasear por la sala.
─ Quiero hacer un pacto contigo…Yo dejo a tus amigas en paz si me dejáis hacer a lo que he venido…─ respondió la profesora mientras revisaba la sala paseando mirando algunos objetos.
─ No se a lo que ha venido, o quien la haya invocado…pero estoy segura que las que habemos aquí solo somos para usted algo de lo que pude sacrificar…y no puedo permitirle que haga eso…─ mencione al mismo tiempo que me levantaba de la silla recogiendo todo el valor del que era capaz.
─ Muy bien entonces puedes irte…no tenemos nada de que hablar…dile a tu amiguita la diablo que no meta las narices o terminare cortándole la cabeza…a proposito tus amigas no creo que las encuentres en clase…─ replico la profesora mientras empezaba a rellenar algunos papeles con total tranquilidad.
─ ¿Qué les ha hecho…?...─ pregunte con el tono mas elevado al golpear en la mesa con ambas manos con fuerza.
En ese punto mi cuerpo tembló de golpe no se por lo que fue pero ver la cara de la profesora delante mía a escasos centímetros me erizo la piel podia notar incluso el calor que desprendía su rostro.
─ Escucha niñata, me estas empezando a cansar, tu y tu pequeño grupo rescatador me esta fastidiando y como solo sepa que una vez mas me tocas las narices te prometo que me dará igual, te haré sufrir lo mismo que sufren las almas en el infierno…─ amenazo la profesora directamente, mis piernas empezaron a temblar como si fueran gelatina pero no podia hacer que se diera cuenta.
El tiempo parecia eternizarse en ese momento, pensé que seria mejor salir de allí lo mas rápido posible, el corazón parecia que se me fuera a salir por la boca.
Cuando deje aquel despacho respire aliviada pero, comprendía perfectamente que aquella amenaza iba en serio, pero aun tenia que seguir adelante ahora lo mas importante era saber si lo que había dicho era cierto.
Me encamine hacia la clase nuevamente, toque a la puerta y volví a entrar, me dispuse a terminar el examen, una vez lo hube echo abandone la sala clase para esperar a las demás.
La siguiente en salir fue Isabel que parecia algo nerviosa, aunqeu no sabia si era por el examen.
─ ¿Isabel, te encuentras bien…?...─ pregunte viendo como daba vueltas como un animal enjaulado.
─ Mi madre me ha invitado a pasar el fin de semana en casa…Eso me extraña…─ respondió Isabel aun mas nerviosa enseñándome el móvil y la petición de su madre.
─ ¿Bueno y que tiene de extraño…?...─ consulte de nuevo con interés en aquella petición.
─ Básicamente, nunca me ha llamado desde que he estado aquí y ahora de buenas a primeras quiere que vaya a verlas…La ultima vez que recuerdo fue una cara de asco y miedo cuando salía de casa…─ argumento Isabel exponiéndome la situación, eso me hizo pensar, de pronto me invadió la tristeza no por Isabel si no por la madre que no llegara a entender a su hija, yo sabia perfectamente que no llegaría a hacerle nada a sus hermanas.
─ ¿Si quieres te puedo acompañar…?...─ interrogue nuevamente a Isabel haciéndole una petición, al menos fuera de aquí podría olvidarme de todo pero aun tenia que saber donde estaban escondidas las demás.
─ ¿De verdad lo harías por mi…?...─ cuestiono Isabel lo que había dicho, sus ojos parecieron brillar.
─ Si claro por mi no hay problema…─ no llegue a terminar de responder siquiera cuando note como Isabel me abrazaba con fuerza y notaba sus labios contra los míos que casi me cortaba la respiración.
─ Muchas gracias de verdad, te lo agradezco…─ menciono Isabel una vez me hubo soltado, pero aun estaba algo mareada por aquello no tuve mas remedio que apoyarme contra la pared.
─ No es nada…─ mencione cuando recuperaba por fin el aliento y el equilibrio, la puerta se abrió y empezaron a salir varias compañeras mas que habían terminado los exámenes.
Nada mas salir Valeria empezó a morderse las uñas no parecia muy segura de lo que había hecho pero si lo realice mal ella que había estudiado no se por que estaba así.
─ ¿Valeria, te encuentras bien…?...─ consulte viendo como estaba que pareciera que lo hubiera hecho mal.
─ No se, estoy nerviosa el examen fue algo difícil, había varias cosas que no había estudiado pensaba que no entrarían…─ respondió Valeria cuando se mordía las uñas con fuerza.
─ Mejor no lo pienses…Solo esperemos terminar las clases…después tengo que hacer unas cosas…─ mencione pensando que tenia que encontrar a las chicas esperando que lo que había dicho no fuese verdad.
Poco a poco las chicas empezaron a salir de las clases algunas mas nerviosas que otras, no estaban muy seguras de lo que hicieron.
Cuando ya estábamos fuera sonó de nuevo la sirena para que volviéramos a entrar, nos sentamos y la profesora empezó a mirar algunos exámenes corrigiéndolos.
─ Muy bien lso resultados estarán mañana en el tablón de anuncios…─ explico la profesora, en ese instante sonó la sirena nuevamente.
El resto de las clases pasaron rápidamente casi sin enterarme aunque miraba por la ventana en dirección hacia la torre, si había dicho que las había secuestrado nuevamente, pensé que solo podia esconderlas de nuevo en la torre pero ella sabia que iría a verlo tendría que tener cuidado.
En cuanto escuche la sirena salí de clase con bastante prisa en dirección al club, por suerte Valeria tenia reunión con el suyo.
Avance con rapidez hacia el club pude ver en mi camino a varias chicas haciendo gimnasia y otras tantas yendo hacia sus clubes con rapidez.
Pude percibir que la puerta del club estaba entre abierta, me acerque y la abrí muy lentamente mirando en su interior pude ver que se encontraba Olga mirando entre algunos libros, lo mismo que Esmeralda pero esta se encontraba con rostro de pocos amigos.
─ Vaya parece que ya has llegado…Pasa estamos esperando a las demás…─ menciono Olga mientras me invitaba a pasar, enseguida entre y me coloque aquella túnica.
─ No creo que las demás vengan…─ explique un poco la situación por encima aunque la cara de Olga era de total incredulidad de que hubiera pasado aquello.
─ He hablado con la profesora de gimnasia y me lo ha dicho además de que no vuelva a meterme en sus asuntos, pero no pienso dejar que se salga con la suya…Esta tarde iré al torreón aunque sea sola a ver si están allí…─ explique lo que pensaba hacer, pero sabia que Olga no se atrevería a venir.
─ Anabell, eso es imposible seguro que están estudiando en la biblioteca esta tarde estarán aquí, no te preocupes…─ menciono Olga pensando en algo mas lógico que el secuestro.
─ Muy bien yo voy a ver eso…Nos vemos a la tarde…─ con algo de inquietud salí de allí dejando la túnica colgada en su sitio.
En cuanto lo hice escuche como de nuevo se abría la puerta y salía Esmeralda con cara de preocupación.
─ Anabell voy contigo… manifestó Esmeralda, pero pensaba que no seria buena idea puesto que la profesora sabia que la estaría esperando.
─ Es mejor que no lo hagas, estoy segura que estará esperándote…además sabes que estas aquí…─ hable con algo de miedo en la voz pensando que podría resultar herida o muerta en aquella situación.
─ Mejor así. no soy tan débil como crees…─ explico Esmeralda a la vez que me miraba a los ojos con determinación.
"Señoritas el internado abre sus puertas para que vayan al pueblo, recuerden ir por parejas, se tomara lista a la salida como siempre…" menciono una voz desde megafonía, de inmediato pensé que aquello era una tontería tal como se encontraba el pueblo y encima al mando de la profesora de gimnasia.
─ Vamos cuanto antes…─ propuse mientras casi tiraba de la mano de Esmeralda al escuchar aquello aunque no podia hacer nada para impedir que salieran.
Acelere el paso para, en la verja de hierro se encontraba una de las monjas tomando nota de quien salía y con quien, pero en este caso no me dejo salir puesto que ni compañera era una del mismo color que mi jersey.
─ Lo siento no puedo dejaros salir…sois de la misma clase de jersey…─ explico la monja mirando nuestros jerséis.
Me aparte unos metros de la salida para poder hablar con Esmeralda sin que nos escucharan.
─ Joder, escucha ve por la salida del muro te espero en el torreón, buscare a alguien para salir…─ declare mientras esta de inmediato salía corriendo hacia el agujero del muro.
Empecé a deambular por la salida mirando si pudiera encontrar a alguien para que me acompañara, hasta que al fin observe a Clarissa que estaba sola con un libro en la mano repasando algún examen.
Corrí hacia ella para pedirle el favor esperando que aceptara, mi petición aunque después de lo que había pasado no estaría muy dispuesta de hacerlo.
─ Clarissa, al fin te encuentro podrías acompañarme al pueblo tengo que comprar algunas cosas, por favor…─ le rogué casi suplicándoselo para que aceptara, pero no las tenia todas conmigo.
─ Vale, pero tenemos que volver deprisa tengo que…─ explico Clarissa aunque no deje que llegara a terminar la frase tire de ella rápidamente hacia la salida.
Al llegar allí otra vez la monja anoto nuestros nombres en una libreta dejándonos el paso.
Acelere mi paso hacia el camino del pueblo, el día estaba algo caluroso pero hacia brisa refrescante no veía ninguna nube en el cielo, se podían escuchar el canto de los pájaros.
En cuanto llegamos al bosque me desvié del camino Clarissa al ver aquello se quedo sorprendida viendo que no íbamos hacia el pueblo.
─ ¿Pero no íbamos al pueblo…?...─ cuestiono Clarissa algo extrañada viendo la dirección hacia la que iba.
─ Lo siento he tenido que mentirte necesito ir hacia la torre para comprobar una cosa…─ expuse mientras caminaba entre los arboleda, el sol apenas entraba entre los árboles podia verse alguna ardilla juguetona subiendo por los mismos y el canto de los pájaros pero cuanto mas me acercaba a la vieja torre menos sonidos había.
Al llegar a escasos metros de ella pude ver a Esmeralda que se encontraba allí mirando el lugar como si estuviera examinándolo.
─ ¿Ocurre algo Esmeralda…?...─ interpele cuando estaba dando vueltas alrededor de la torre observándola con cuidado.
─ Ah, ya has llegado…no nada…─ respondió Esmeralda dejando de mirar la torre al ver a Clarissa a mi lado.
─ Bueno ya estamos aquí, ahora vayámonos al pueblo este lugar me da escalofríos…─ replico Clarissa mirando hacia todos lados.
─ He encontrado una trampilla, pero no puedo entrar tiene alarmas por todas partes…en cuanto ponga un pie en ella estoy segura que avisaran a la profesora…─ explico Esmeralda lo que había descubierto aunque yo no podia ver aquellas alarmas.
─ Dime donde esta la trampilla, entrare sola…a ver si están ahí…─ enuncie mientras Esmeralda me decía donde se encontraba la entrada.
Una vez que me hubiera dicho donde se encontraba me acerque lentamente mirando el sitio y empecé a rebuscar en el suelo durante un rato hasta que hallé una argolla antigua.
Tire de ella con todas mis fuerzas abriendo una pequeña compuerta de madera, soltando una pequeña nube de polvo.
─ Anabell, mejor volvamos esto no me esta gustando…¿que es lo que pretendes hacer ahí abajo…?...─ dudo Clarissa mientras me miraba como estaba dispuesta a entrar.
─ Quedaos aquí arriba...estad atentas si viene alguien y me avisáis…─ mencione mientras bajaba por una escalera hecha de piedra.
Baje unos cuantos metros, tuve que apoyar mi mano contra la pared para poder guiarme, un poco mas abajo empecé a vislumbrar algo de luz, cuando termine de bajar pude ver una estancia no muy grande de forma circular la temperatura era mas baja que en el exterior, al fondo de esta había un circulo bastante amplio que se adentraba en la tierra de este salía un olor a azufre bastante fuerte, a su alrededor varias letras grabadas en la piedra en un idioma irreconocible, por lo alto de la circunferencia un esqueleto sosteniendo unas palabras que estaban en latín.
La iluminación era algo escasa y a cargo de unas antorchas que colgaban de la pared que hacian la estancia y aquel esqueleto mas tétrica y macabra si pudiese ser, pero a pesar de estar sola sentía como si hubiera alguien observándome a través de aquel agujero en la pared.
A sus pies estaban Daisy y Ángela atadas y amordazadas, no parecían que estuvieran heridas solamente dormidas.
Me acerque a ellos y las golpee en la cara suavemente para despertarlas en cuanto abrieron lso ojos empezaron a asustarse intente tranquilizarlas, poco a poco comencé a desatarlas.
─ ¿Pero que ha pasado…?...¿Donde estoy…?...─ replicaron con el miedo en sus rostros mientras seguia desatándolas, pero aquella presencia que había notado parecia que se hiciera mas fuerte, me di toda la prisa que pude.
─ Tenemos que salir de aquí cuanto antes…─ mencione a la vez que desataba a Ángela junto con Daisy.
Una vez hecho subieron rápidamente por la escalera hacia la superficie por unos instantes me quede mirando hacia el agujero parecia que me estuviera llamando, moví la cabeza varias veces para despejarme y de nuevo volví a sentir aquello, subí la escalera mirando hacia atrás como si alguien me persiguiera.
Al llegar arriba cual fue mi sorpresa que se encontraban la profesor de gimnasia junto con varios tipos del pueblo, al parecer habían tomado como rehenes a Esmeralda y a Clarissa.
─ Parece que no entiendes lo que te dije verdad…Bueno a ver si lo entiendes ahora…Podemos hacer un intercambio tus amigas por ellas…─ declaro la profesora de gimnasia mientras me sonreía diabólicamente no sabia que hacer estaba contra la espada o la pared.
─ Sabes que no puedo pedirles eso…todas son mis amigas…─ exprese mientras miraba tanto a ellas como a Esmeralda y a Clarissa.
─ No me hagas reír…de Clarissa no te niego que seas su amiga…¿pero de este pequeño demonio…?...Bueno que eliges…─ enuncio la profesora de gimnasia mientras se ponía al lado de Esmeralda pasándole la mano por su carita.
─ Anabell…¿A que se refiere…?...¿Que esta pasando…?...─ curioseo Ángela con tono de miedo mientras estaba paralizada por la situación.
Por unos instantes dude, por mi mente pasaron varias imágenes de ella conmigo pasándolo bien, pero no podia hacer nada al respecto y menos ese cambio.
─ No puedo…─ mencione mientras miraba directamente a los ojos de Esmeralda, esta seguia con al cara de pocos amigos.
─ Muy bien ya que no puedes elegir lo haré por ti…empezare por tu pequeña amiguita…─ amenazo la profesora mientras hacia crecer una uña y la coloco en la garganta de Esmeralda.
─ Espera llévame a mi y déjalas a ellas…Ya me tienes no hace falta que sigas con esto…─ manifesté intentando salvarlas, aunque sabia que mi final seria peor.
─ Ummmm!!!...resulta muy interesante…Pero sabes tu eres una solamente y ellas son dos…Así que…─ observo la profesora y en ese momento mi tiempo se paralizo casi por completo pude ver la escena a cámara lenta como aquella uña le empezaba a hacer una herida en el cuello.
─ NOOOO!!!....─ grite con fuerza mientras me quedaba paralizada por aquello, pude ver como cortaba su cuello sin dificultad por suerte en ese momento apareció Isabel junto a la enfermera entre los arbustos, Isabel se lanzo por ellos con un severo golpe hizo caer a la profesora de gimnasia al suelo, los demás huyeron junto con Clarissa.
─ Apártate de mi…─ declaro la profesora al mismo tiempo que señalo con la mano a Isabel esta inmediatamente fue despedida contra un árbol chocando contra él.
No sabia que hacer estaba aterrorizada y Esmeralda en el suelo con aquella herida en el cuello perdiendo sangre.
Reuniendo todo el valor del que era capaz corrí hacia ella para protegerla, solo esperaba que me diera tiempo.
La profesora alzo la mano y todas las uñas crecieron en forma de garra apuntando hacia Esmeralda y de golpe bajo la mano, en ese momento sentí un dolor tremendo en el hombro atravesándolo con fuerza, al menos había salvado a Esmeralda.
─ Aléjate de ellas…─ expreso Talía al mismo tiempo que colocaba las manos como si fuera a atacarla de alguna forma.
─ Muy bien. por esta vez habéis ganado…Pero ella es mía…Si quieres volver a verla pásate esta noche por la iglesia del pueblo a medianoche…─ menciono la profesora de gimnasia mientras abandonaba el lugar.
Con las fuerzas que me quedaban puse mis manos sobre la herida de Esmeralda esperando detener la hemorragia, Talía se acerco rápidamente y puso su mano en el cuello, un respaldar dorado se formo debajo de esta cuando la aparto la herida estaba cerrada pero Esmeralda aun permanecía inconsciente.
─ ¿Qué le pasa…?...¿Por que no despierta…?...─ inquirí mientras veía el panorama, y pensando que Esmeralda moriría.
─ Ha perdido mucha sangre debo de llevarla al internado, no se lo que pasara…─ dijo Talía mientras tomaba en sus brazos a Esmeralda y empezaba a correr para llegar cuanto antes a la enfermería.
─ ¿Anabell que esta pasando…?....─ dudaron por unos instantes tanto Ángela como Daisy, pero al ver mi herida enseguida fueron a ayudarme una de ellas coloco un pañuelo sobre mi herida para taponar la herida, y que no perdiera mas sangre.
Isabel me recogió y me puso a su espalda para que no me esforzara, estando así caminamos hacia el internado nuevamente.
─ Iremos por el hueco del muro…─ dijeron casi al unísono las dos que corrieron hacia el, aunque no sabia si estarían seguras en el internado.
Nada mas que me vieron las monjas se extrañaron bastante pero en cuanto vieron la sangre que tenia sobre le uniforma y que volvía con una persona diferente se sorprendieron bastante.
─ Dios Bendito…¿pero hija mía que te ha pasado…?...─ consulito una de las monjas mientras me miraba pero en ese momento ya no pude mas y me desmaye, al abrir los ojos me encontraba en la cama de la enfermería junto con Talía y Esmeralda que estaba en otra, Isabel se encontraba a mi lado esperando que me despertara.
─ Vaya has despertado…Pensaba que seguirías durmiendo otro rato mas…─ hablo Talía mientras miraba la bolsa de suero que tenia puesta Esmeralda.
─ ¿Cómo se encuentra Esmeralda…?...─ curiosee en su estado viendo que aun no había despertado de aquello.
─ Necesita una transfusión, lo malo que no toda sangre vale, nosotras tenemos unos grupos sanguíneos bastante especiales…─ intento explicar de alguna forma esperando que Isabel no se enterara.
─ Solo…espero que …se recupere…─ mencione a la vez que me incorporaba en la cama para estar un poco mas cómoda pero el dolor aun me atenazaba el hombro con fuerza.
Sin previo aviso sonó algo en el ordenador, Talía enseguida se dirigió para ver que es lo que era, por su expresión parecia que fuera bastante interesante.
En eso entraron por la puerta las chicas del club bastante preocupadas por lo que había pasado.
─ Anabell, me he enterado de lo que te ha pasado…¿Cómo te encuentras…?...─ inquirió Olga que aun traía puesto el atuendo de bruja del club, al parecer la noticia la había pillado por sorpresa.
─ Me duele algo pero, estoy bien…─ respondí mientras me incorporaba en la cama un poco para poder sentarme.
─ No te esfuerces mucho…─ menciono Talía, al a vez que curioseaba en el ordenador lo que le habían enviado.
─ Seria mejor que vosotras dos os fuerais con vuestras familias un buen tiempo este sitio es peligroso…─ explique la situación a Daisy y Ángela sabiendo que en el internado no estarían seguras.
Cuando estaba contando la situación Olga se acerco a Esmeralda y empezó a mirarla con una sonrisa en su rostro de oreja a oreja.
─ Lo que nunca me habría esperado…es increible un demonio…Estoy que no me lo creo…─ declaro de forma abierta, pero en cuento Talía escucho aquello levanto la cabeza del ordenador y se me quedo mirando extrañada con cara enfadada.
─ Eh, a mi no me eches la culpa, se la echas a la profesora de gimnasia que fue quien lo dijo…─ manifesté intentando quitarme la culpa de encima, aunque la cara de pocos amigos n ose le iría con facilidad.
─ Muy bien…quiero haceros una pregunta muy sencilla…¿Quién de vosotras lo sabe…?...─ curioseo Talía mientras miraba a las chicas que no pudieron mas que bajar la cabeza con lso colores subidos, enseguida empezaron a levantar las manos junto con Isabel.
Cuando estaban así Valeria entro por la puerta extrañada al ver aquella situación, solamente se acerco muy despacio a mi.
─ Ella también lo sabe…─ asegure al mismo tiempo que Valeria me miraba de forma confundida por aquello.
─ Fantástico ahora todo el internado lo sabrá…Tendremos que irnos…─ expuso Talía la situación al ser descubiertas y que todo el club lo supiera.
─ No, por favor no os marchéis…no se lo diremos a nadie te lo prometemos…esto es para nosotras algo increible…─ atestiguo Olga con los ojos brillando como ascuas al saber aquello.
─ Esto es una locura…en cualquier momento se os puede escapar y se puede liar...No podemos quedarnos…─ habla Talía viendo la situación en la que estaban y pensando que la mejor solución era esa.
─ No por favor no os vayáis…te prometemos que no diremos nada…nadie sabrá lo que sois realmente…estopara mi es como un sueño siempre me han tomado por loca, al creer en esto pero ahora que lo tengo delante, es como un sueño…─ explicó Valeria con lso ojos encendidos y el rostro brillándole.
─ En cuanto me entere solo que alguien mas sabe esto y que hayáis sido vosotras las responsables, os prometo que os borro la memoria y desaparecemos…─ amenazo Talía viendo la carita de todas ellas que parecieran que les hubieran dado una alegría.
En seguida el pequeño cuerpo de Esmeralda empezó a tener convulsiones bastante fuertes, poco a poco su cuerpo empezaba a cambiar de aspecto a su forma original, Olga enseguida retrocedió asustada por lo que estaba pasando.
Talía apunto a su hermana con la mano abierta intentando realizar algún conjuro u hechizo pero al parecer no dio resultado.
─ Ayudadme rápido…tenéis que cogerla para que no se mueva…─ señalo rápidamente Talía, Olga por unos instantes se quedo como paralizada viendo como el cuerpo de Esmeralda cambiaba de forma tan radical.
─ Si, claro…ayudadme…─ pronuncio Olga mientras se echaba sobre las piernas de Esmeralda y las demás en los brazos para frenarla un poco, en eso Talía se acerco al armadito y tomo una jeringa con un liquido negruzco y enseguida se lo inyecto dejándola mas calmada y volviendo a su aspecto original.
─ ¿Qué le ha pasado…?...─ investigue esperando que Talía me lo explicase.
─ Su cuerpo esta sufriendo por la falta de sangre, lo que le he inyectado es un poca…que traje de nuestro mundo, pero si le da otro ataque estoy segura que morirá. su cuerpo no aguanta eso y Esmeralda pierde concentración y vuelve a nuestra forma…Aunqeu hay una solución, me han llegado unos informes sobre la muestra de sangre de Isabel ella podría ayudarnos con una transfusión al parecer contiene algo en su sangre que la hace factible para la transfusión…─ explico Talía la situación, por un instante todas nos quedamos mirando a Isabel de manera confusa.
─ Isabel…tu decides que hacer…─ exprese mirándola a los ojos, no tenia ni idea de lo que fuera a hacer.
Sin mediar palabra se acerco a Esmeralda y se deudo observándola por unos momentos aquellos segundos parecieron eternizarse.
Y seguidamente se sentó a su lado y se remango la manga del uniforme mostrando su brazo.
─ Gracias Isabel…─ aseguro Talía mientras buscaba el material para la transfusión de sangre.
─ Esta noche tenemos que ir en busca de Clarissa…no podemos dejarla en manos de ella…─ dije mientras me levantaba de la cama con expresión de dolor aun tenia el hombro dolorido.
─ ¿Pero estas loca…?...Eso es una trampa…Y tal como estas no creo que salgas viva…─ declaro Bárbara con cara de preocupación al ver mis intenciones.
─ Se que es una trampa…pero no pienso dejarla allí, somos amigas desde la infamia…además iría por cualquiera de vosotras sin pensármelo…─ expuse con valor aunque no las tenia todas conmigo puesto que nos estaría esperando.
─ Muy bien iremos con vosotras…─ propuso Olga con valor y con una gran sonrisa en su rostro.
─ No puedo pediros que os arriesguéis además, la profesora anda buscándoos seria una tontería…─ exprese pensando que si fuéramos todas no sabríamos como terminaríamos.
─ Anabell tu nos has salvado ya varias veces, solo queremos devolverte el favor…─ comento Ángela con voz tímida bajando la cabeza.
─ Muy bien aun tenéis tiempo hasta media noche será mejor que descanses…─ enuncio Talía en cuanto hubo acabado de poner el instrumental en el brazo de Isabel y Esmeralda.
─ Volveremos sobre las once…demás esto es mas divertido que la reunión con el club de astrología…─ menciono Olga recordando la cita que tenían con ellas que por supuesto no irían.
Por mi parte me recosté un poco esperando que no me doliera tanto la herida que tenia, mientras miraba al techo pensando en lo que podíamos hacer para rescatar a Clarissa.
─ Tendrás algún plan pensado…─ observo Talía con certeza mientras me miraba pensativa.
─ A decir verdad no se lo que hacer, no tenemos nada para enfrentarnos contra ella, podría matarnos con un simple chasquear de dedos…─ afirme pensando en que ella era un demonio y nosotras simples humanos.
─ Escucha no se lo que durara esto pero no creo que sea mas de medianoche…en cuanto este listo me reuniré contigo en la iglesia…Esmeralda tendrá que descansar…─ asevero Talía mirando a la pequeña Esmeralda con ojos cariñosos, aunqeu lo que se avecinaba no será tan bonito ni cariñoso…
─ Muchas gracias Talía pero deberías de cuidar de Esmeralda por si le ocurriera algo…no puedo pedirte eso…─ exprese pensando que seria lo mejor ya que era familia y eso es lo primero…
FIN DEL CAPITULO 2
P.D: Bueno aqui dejo el siguiente capitulo espero que os guste muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
630
3.588 ATC
RESCATE ENGAÑOSO
Mientras seguia tumbada en la camilla cerré los ojos podia escuchar por fuera las chicas yendo de un lugar a otro, intente pensar en un plan para liberar a Clarissa pero no daba con ninguno estaba seguro que estaría esperándonos pero ella era un demonio y nosotras simples humanas.
Por un instante gire la cabeza y observe que Isabel estaba tumbada tan tranquila, nunca lo hubiera supuesto que salvaría la vida alguien la vida a un demonio, no pude mas que sonreír de manera irónica.
Cerré los ojos un poco dejándome llevar por el sueño ni siquiera recuerdo el tiempo que pase así solo queme sentía a gusto pero algo me zarandeo cuando abrí los ojos puede ver a las chicas del club con sus trajes de bruja puestos, no podia pensar siquiera que hubieran considerado profundamente venir conmigo.
─ Bueno ahora solo toca que descansen ambas…─ dijo Talía mientras quitaba el material del brazo de ambas Isabel parecia bastante cansada y casi adormilada lo mismo que Esmeralda.
─ Bueno ya podemos irnos…─ asevero Olga muy dispuesta y llena de confianza, al parecer estaba decidida junto con las demás a ayudarme.
─ Lo siento me había quedado dormida…─ respondí levantándome, al hacerlo el dolor del hombro salto, los calmantes habían cesado su efecto y el daño volvía a estar presente.
─ Yo me quedare por un rato mas adelantaos después os seguiré…─ comento Talía mientras se sentaba al lado de las dos.
─ Muy bien vamos por ella…Tenemos que darnos prisa…─ enuncie mientras Olga y Bárbara me ayudaban a levantarme.
Una vez fuera sentí el aire fresco de la noche y como el cielo estaba despejado, la luna llena brillaba con fuerza, se podían escuchar algunos grillos, y las luces estaban encendidas como siempre.
En cuanto avanzamos unos cuantos metros una de las mojas que hacen la ronda se nos acerco con cara de enfado.
─ ¿Se pueden saber que hacen aquí…?...─ pregunto la monja con seriedad mientras nos miraba con desconfianza.
Por un momento estuvimos dudando que decir, me había dejado en blanco, hasta que Olga dijo justamente por lo que habían quedado.
─ Habíamos quedado con el club de Astronomía para ver las estrellas…─ contesto Olga muy segura de si misma.
─ Al fin os encuentro habéis llegado tarde…─ manifestó la chica con seriedad en su rostro.
─ Muy bien y no os acostéis tarde…─ respondió la monja dándose la vuelta y volviendo a su ronda.
Por unos segundos escudamos unos aleteos de varias cosas dando vueltas por el internado pero esta vez sabíamos lo que era pero no a por lo que habían venido.
─ Lo siento pero no podemos quedarnos…─ asegure disculpándome con ellas, puesto que teníamos que rescatar a Clarissa.
─ No os preocupéis…─ expreso la capitana del club con una sonrisa en le rostro.
Sin mediar mas palabras seguimos avanzando hacia el hueco en el muro, al salir seguimos el camino hacia le pueblo, el bosque por la noche se veía bastante tétrico y aterrador, el canto de los búhos y los grillos daban el toque fantasmal.
Por un instante incluso nos detuvimos no queríamos entrar pero no nos quedaba otra, al fondo podia verse un ligero resplandor de color rojo proveniente de la torre, pero estaba convencida de que no estaría allí.
Aunqeu aquellos aleteos que escuchábamos en el internado no estaban encima nuestra, al menos nos habíamos quitado ese problema de encima, cuando ya estuvimos cerca del pueblo nos detuvimos un momento para poder en claro nuestras ideas.
─ Muy bien lo mas seguro es que la tengan en la iglesia, será mejor que nos separemos para que no nos cojan tan rápido…nos encontraremos allí…Yo iré sola…─ planee de la manera mas lógica que podia aunque no sabia que nos esperaría en las calles del pueblo o si estarían vigiladas.
─ ¿Pero estas loca…?...─ curioseo Olga viendo lo que pretendía pensando que seguramente irían a por mi antes que por las demás.
─ Mira si vienen a por mi os daré el tiempo que pueda para que os acerquéis a la iglesia y salvéis a Clarissa, además estoy segura que ese demonio me quiere viva…─ respondí pensando que seria lo mejor, y que el demonio me querría torturar.
Olga no dijo ni una palabra mas y después de aquello nos adentramos en el pueblo yo pensé en ir por la entrada principal tranquilamente, el sitio estaba completamente desierto solo las luces iluminaban el lugar n ose escuchaba nada, aquello me daba mala espina.
─ Muy bien aquí estoy…ven a por mi…─ exclame con fuerza esperando alguna respuesta pero no era así.
Extrañada por aquello no pude mas que seguir avanzando por la plaza en dirección hacia la iglesia, aquel lugar me ponía la piel de gallina con tanto silencio.
Cuando ya estuve delante de la iglesia observe que tenia las puertas abiertas como si nos estuvieran esperando de alguna forma.
Poco a poco las demás grupos fueron llegando al lugar pero ninguna nos atrevimos a entrar aun en la iglesia.
─ ¿Bueno que hacemos ahora…?...─ pregunto Olga al ver las puertas abiertas, aquel sitio estaba demasiado silencioso.
─ Vosotras id por la parte de atrás…yo entrare por la principal si pasa algo salid corriendo y no miréis atrás…─ explique lo que tenían que hacer y era lo mejor, puesto que a quien quería ese demonio era a mi.
─ ¿Pero…?...─ curioseo Olga con extrañeza por lo que había dicho, pero no llegue a dejar que terminase.
─ No, escucha ese demonio me quiere a mí así que, si tenéis la oportunidad de escapar con Clarissa hacedlo…─ conteste de forma serie y decidida, en ese momento avance hacia la puerta de entrada y las demás rodearon la iglesia.
Solamente trague saliva esperando poder rescatar a Clarissa de aquel sitio, entre en el edificio lentamente mirando hacia todas partes todo parecia estar normal y en silencio, pero cuando me fije en la cruz del fondo observe que Clarisa estaba atada a ella y amordazada.
─ CLARISSA!...─ exclame mientras avanzaba con mas velocidad hacia ella, en el altar reposaba aquel libro negro intente por un momento cogerlo pero parecia que no podia moverlo del sitio estaba como pegado al mármol.
Empecé a buscar por algún sitio algo para poder subir y así desatar a Clarissa de donde estaba aun ni siquiera había despertado.
En ese momento la puerta de atrás se abrió entrando las demás chicas de momento no había ningún problema y esperaba que todo siguiera así.
En ese momento mientras Ángela se colocaba debajo de la cruz para que Daisy subiera encima de sus hombros, para poder desatarla a la vez que las demás estaban debajo sosteniendo para que no se cayeran.
En cuanto Clarissa noto la mano de Daisy en su rostro despertó de golpe nerviosa y asustada, esta enseguida le quito la mordaza.
─ ¿Qué esta pasando…?...¿Donde estoy…?...─ inquirió Clarissa con nerviosismo mientras las demás le quitaban las ataduras para poderla bajar.
─ Tranquila Clarissa saldremos de aquí…no te preocupes…─ mencione calmándola puesto que estaba nerviosa y asustada.
─ ¿Crees de verdad que saldréis de aquí con vida…?...─ interpelo la voz de la profesora que parecia resonar dentro de la iglesia.
─ Pero que demonios…─ manifesté mientras buscaba mirando hacia todas partes de la iglesia de pronto unos sonidos guturales y unos lamentos empezaron a escucharse por todo el lugar aquello me ponía la piel de gallina.
─ Ya esta desatada…─ comento Daisy a la vez que bajaba de los hombros de Ángela.
─ Salid por la puerta de atrás…─ mencionando y esperando que la salida trasera estuviera despejada, estas corrieron hacia ella paso un momento cuando las observe que regresaban eso me indicaba que estábamos rodeadas.
─ Creo que no podemos salir…─ observo Olga con cara de miedo, por ese rostro pensé que lo que había visto no seria nada bueno.
Avanzamos unos metros hacia la puerta delantera pero enseguida comenzaron a aparecer unos figuras deformes humano idees su aspecto era aterrador, su cuerpo era como una masa negra que se reformaba cada vez, su piel era como el alquitrán y podían verse unas luces rojizas en lo que se suponía que en donde estaban los ojos, al moverse se escuchaban como lamentos y gritos.
─ ¿Qué es eso…?...─ pregunto Bárbara con miedo en el rostro mientras retrocedíamos un poco mas, en ese momento se escucharon golpes en los cristales como si algo los golpeara con fuerza, estábamos completamente rodeadas ahora si que no sabia que hacer.
─ Ya me tienes a mi déjalas ir, ellas no tienen nada que ver en esto…─ casi se lo suplique no querían que sufrieran daño alguno, puesto que su lucha era conmigo.
─ Sabes lo mas interesante…es que me vendrán bien como sacrificios…necesito algunas almas mas y las de este pueblo ya las he conseguido…─ enumero la profesora mientras aquellas cosas parecían que de momento estaban quitas como esperando una orden suya.
─ ¿Les hemos estado comprando a esas cosas…?...─ inquirió Ángela con cara de asco y miedo al a vez mientras miraba a esas cosas amorfas, por un momento hasta me aprecio gracioso, nos quedamos mirándolas extrañada por aquella pregunta.
─ Esta vez no saldréis vivas de aquí…traédmelas…─ ordeno la profesora en aquel momento empezaron a avanzar aquellas cosas como pudimos intentamos esquivarlas por un momento pero era imposible había demasiadas.
Pensé que todos estaba acabado y que no podríamos salir de aquel lugar, ese sitio seria nuestra tumba.
─ Que suerte llego a tiempo a la fiesta…─ dijo una voz que me resulto muy familiar enseguida vi como pro la puerta entraba Talía moviendo sus manos y a cada ademán una de esas cosas salía volando estrellándose contra la pared o contra los bancos.
─ ¿Pero que …?...─ cuestiono Daisy al ver a la enfermera entrar de esa forma por unos instantes nos quedamos paralizadas.
─ Mejor será que salgamos pronto de aquí…─ hable y en aquel momento salimos corriendo por el pasillo que nos había dejado abierto Talía, aquellas criaturas gritaban cada vez que se estrellaban contra las paredes del edificio.
Salimos de allí corriendo a toda prisa dejando atrás aquel sitio por suerte pudimos salir con Clarissa, pero sabia que si volviéramos al internado podría suceder lo mismo pero no teníamos otra alternativa.
Al llegar a las afueras parecia que aquellas cosas no nos seguían descansamos por unos momentos tomando algo de aliento.
─ ¿Qué tal están Isabel y Esmeralda…?...─ interrogue por un momento cuando recuperaba el aliento, suponiendo que aun estarían descansando.
─ Las he dejado durmiendo…solo espero que no pase nada…─ respondió Talía con algo de indecisión en su voz puesto que la había dejado expuesta.
Caminamos de vuelta todo lo rápido que podíamos Clarissa aun no podia creerse lo que había visto y estaba algo nerviosa, me puse a su lado para intentar calmarla mientras la abrazaba.
En cuanto estuvimos a unos pocos metros del lugar, la campana empezó asonar con fuerza, aunque esta vez parecia algo distinto el sonar no era el mismo que de costumbre puesto que Talía no le dolía la cabeza.
─ Esto no me gusta…algo esta pasando… No, Esmeralda!…─ exclamo Talía con cara de miedo mientras salía corriendo hacia el interior del muro, cuando estábamos cerca escuchamos aquellos aleteos por encima del internado nuevamente.
─ Escuchadme voy a ir con Talía si queréis podéis volver a las habitaciones…─ enumere en cuanto entraron puesto que seria lo mejor, pero al parecer no querían dejarme.
─ Como te dije iremos contigo…─ enuncio Olga de manera muy valiente aunque podia notar que le temblaban las piernas.
Fuimos rápidamente hacia la enfermería al llegar pudimos ver que la clínica estaba manga por hombro y no estaba Esmeralda mientras que Isabel estaba en el suelo con varios golpes en su cuerpo y Talía estaba ayudándola a levantarse.
─ Isabel…¿Te encuentras bien…?...¿y Esmeralda…?...─ pregunte cuando ayudaba a Talía a levantarla y volver a ponerla en la camilla.
─ Se la ha llevado…intente detenerla pero no he podido lo siento…─ declaro apretando el puño y bajando la cabeza como si estuviera avergonzada de no haber podido detenerla.
─ Escucha no te preocupes, estoy segura que hiciste lo que pudiste, no te martirices con eso…─ comente mientras le elevaba un poco el rostro mirándole a los ojos, no pude mas que darle un beso muy ligero en la frente pensando que le daría algo de animo.
─ ¿Te dijo al menos donde se la llevaba…?...─ interrogo a Isabel, esperando que al menos pudiera ir a rescatarla.
─ Me dijo algo de la torre…─ comento Isabel a la vez que se ponía de pie con nuestra ayuda al parecer la pelea había sido grande.
─ Tengo que ir a por ella…─ hablo Talía sin pensárselo dos veces, en cuanto Isabel estuvo de pie ella salio rápidamente de la enfermería.
─ Espera un poco Talía, vamos contigo…─ dije con valor sabiendo que el rescate era una trampa y no lo íbamos a tener fácil.
─ Anabell te lo agradezco, pero esto no es cosa tuya…─ expreso Talía cuando se detuvo en la puerta de la sala de curas.
─ Escucha Esmeralda es mi amiga también y no pienso dejar que le pase nada…y me da lo mismo lo que digas y estoy segura que las demás también Irán…no te dejaremos sola…─ explique dejándole claro que no la abandonaríamos fuera un demonio u otra cosa era nuestra amiga.
─ Muy bien si así lo queréis…vámonos…─ expreso Talía con una sonrisa en su rostro, pero incluso salir de allí no resultaría fácil.
─ Anabell, no te lo tomes a mal pero estoy asustadísima voy a mi habitación…─ comento Clarissa podia vérsele en miedo en el rostro por lo que había pasado.
─ No te preocupes ve a descansar…─ declare pensando que ya había pasado suficiente y todo esto no la incumbía en absoluto.
Salimos de aquel lugar dejando a Clarissa que se dirigía hacia su habitación, en mi mente solo daba vueltas esperando que no le sucediese nada a Esmeralda y que pudiéramos salir vivas de allí.
Pero mientras avanzábamos por el patio para salir por aquel hueco en dirección a la torre escuchamos aquellos gemidos provenientes del exterior es como si aquellas cosas nos estuvieran esperando a que saliéramos, pensé que no avanzaban gracias a la luz que había.
─ ¿Eso es lo que creo que es…?...─ curioseo Daisy tragando saliva mientras miraba hacia todas partes.
─ Al parecer no vamos a tener que abrirnos paso…─ respondió Talía pensando que no saldríamos caminando.
─ Pero son personas del pueblo…No quiero hacerles daño…─ comento Olga con miedo en su voz, aunque pensándolo bien tampoco quería hacerles daño.
─ Escuchad, ya no son personas, vendieron su alma y se han terminado convirtiendo en eso…─ explico Talía dejándonoslo claro que no nos contuviéramos puesto que ellos no tendrían piedad de nosotras.
Nada mas salir escuchamos como esas cosas se nos acercaban moviéndose por todas partes rodeándonos.
Talía de inmediato empezó a mover las manos a cada movimiento aquellas cosas fue como si recibieran un golpe podia escucharse los gemidos que llenaban el aire, las chicas aun estaban algo temerosas pero aun así se lanzaron a la pelea.
Isabel como pudo empezó a propinar golpes a cada uno de ellos la criatura chillaba con fuerza retrocediendo unos pasos, pero aun así a pesar de todos nuestros esfuerzos parecían que no se cansaban.
Olga y las demás empezaron a tirarles piedras pero de poco servían parecían que no querían que nos moviéramos del internado.
─ Esto es imposible no estamos haciéndoles nada…Tenemos que regresar…─ propuse retrocediendo un poco de nuevo al hueco sabiendo que terminaríamos perdiendo.
─ Tengo un plan solo espero que este en lo cierto…pero nos llevara un rato…Isabel concéntrate todo lo que puedas, piensa en que desaparezcan…─ contó Talía, aunque no tenia ni idea a lo que se refería.
Cuando me acerque a una de esas cosas para golpearla, con un movimiento seco me golpeo mi cuerpo se movió por si solo gracias al amuleto de Esmeralda pero no tuve tanta suerte puesto que su cuerpo se retorció detal forma que me dio por el otro lado, haciéndome caer al suelo, el hombro empezó a dolerme terriblemente.
Isabel retrocedió unos pasos y empezó a concentrarse todo lo que podia, mientras que Talía seguia moviendo las manos intentando mantenerlos alejados, las chicas corrieron hacia donde estaba Isabel y la defendieron como pudieron mientras que Olga se acerco para ayudarme a ponerme de pie.
─ Auch!...El hombro me duele horrores…creo que la herida se ha abierto…─ exprese mientras veía como el uniforme se llenaba de sangre por la parte del hombro.
En ese momento empezamos a escuchar unos alaridos pero no eran provenientes de aquellas cosas si no que venían del cielo, aquello era sorprendente.
─ ¿Qué esta pasando…?...─ pregunto Isabel con algo de miedo en su voz como la otra vez.
─ No abras los ojos…solo sigue concentrándote te diré cuando deudas abrirlos…─ conteste pensando que seria lo mejor si no entraría nuevamente en shock como la otra vez.
Notamos como si algo descendiera aleteando y chillando en ese momento vimos como aquellas cosas se elevaban por el aire y terminaban lanzadas hacia otra aparte en un momento el sitio fue despejado dejándonos el paso.
Cuando el sitio estuvo despejado aquellas cosas se elevaron de nuevo en el aire y solamente volvimos a escuchar sus aleteos muy suaves, mientras que la noche volvió a quedar en silencio pero esta vez n ose escuchaba nada.
Como pude y ayudada por Olga me puse delante de Isabel y muy suavemente le coloque las manos a ambos lados del rostro.
─ Ahora puedes abrir los ojos…─ susurre muy dulcemente esperando que lo primero que viera al abrirlos fuera mi rostro y se calmara.
En cuanto abrió los ojos me sonrió y le di un beso muy suave en los labios intentando calmarla.
─ Bueno si nos dejamos de arrumacos tenemos que ir a la torre…─ hablo Talía con un tono de enfado y la verdad no era para menos.
En cuanto iniciamos el camino Olga se acerco a mi con cara de hacerme algunas preguntas.
─ Así que tu e Isabel…no me imagine que terminarías así…─ expreso Olga poniéndose la mano en la boca para no reírse a carcajadas.
─ Pero que estas diciendo, solo quería ayudarla…─ me exprese mientras notaba como los colores subían a mis mejillas a lo mejor seria verdad pero no estaba segura.
─ Bueno siempre se forman parejas inesperadas, no te preocupes no diré nada a nadie…aunqeu creo que con esa muestra de cariño que has tenido el club lo sabe de sabrá, pero no sabia que Isabel tuviera ese poder…¿Qué eran esas cosas…?...─ curioseo Olga como siempre, por delante de todo estaba su interés en lo paranormal pero no se atrevía a preguntárselo directamente a Isabel por miedo.
─ Será mejor que nos demos prisa….a saber lo que le estará haciendo a Esmeralda…─ comente a la vez que me separaba un poco del grupo de Olga y me ponía al lado de Talía que parecia que no se detendría ante nada por recuperar a Esmeralda.
El bosque era aterrador pro la noche los sonidos de los animales se escuchaban por todas partes y a cada movimiento mirábamos en esa dirección poco a poco aquellos sonidos fueron apagándose y una ligera niebla inundo el suelo del bosque cuando ya estuvimos al lado de la torre pudimos observar como pro debajo de aquella trampilla había un ligero resplandor rojizo.
A pesar de todo aquello nos imponía demasiado podia sentir el miedo que recorría mi cuerpo incluso tenia sudores fríos.
─ No dejare que se salga con al suya…─ hablo Talía con enfado mientras se acercaba a la trampilla para levantarla.
─ Espera un momento Esmeralda me dijo que tenia varios hechizos de alarma y si se acercaba ella la descubrirían…seria mejor que nosotras la levantemos…─ explique recordando lo que había pasado antes que estuvimos aquí.
─ Muy bien levantadla…─ comento Talía con impaciencia y enfado en el tono de su voz, se la veía que estaba preocupada por lo que le pudiera suceder a Esmeralda.
Nos acercamos todas para tirar de la trampilla, nada mas hacerlo notamos como una ráfaga de aire helado salía de ella, el fulgor se intensifico un poco.
Sin mencionar palabras comenzamos a bajar dejando arriba a Talía que permanecia dando vueltas por el lugar sin acercarse a la torre como si fuera un tigre enjaulado en primer lugar iba Isabel yo detrás de ella y al final las chicas del club.
El sitio estaba como lo dejamos al llegar al fondo pudimos ver que allí estaba la profesora de gimnasia en sus manos estaba aquel libro negro y en el suelo estaba Esmeralda tumbada solo esperaba que siguiera viva.
─ Vaya que sorpresa habéis venido…debería de haberme empleado mucho mas con ella…─ expreso la profesora de gimnasia algo sorprendida al ver su resistencia y que se encontraba de pie.
─ Maldita seas…─ maldijo Isabel con odio en su voz, sabia que si pudiera se lanzaría sin dudarlo pero no sabíamos lo que podría hacer con Esmeralda.
─ No tienes escapatoria…déjala que se vaya…─ comente intentando negociar con ella de alguna forma aunque sabia que todo estaba abocado al fracaso.
─ Crees que todo esto es por este pequeño demonio…me haces reír de verdad…a quien necesito es a ella…gracias a Talía se que la sangre que hace falta para romper esa barrera que hay en la capilla es la suya…─ explico la profesora de gimnasia a la vez que señalaba a Isabel.
Por un momento nos quedamos mirando a Isabel sorprendidas y mas aun cuando Talía bajaba por las escaleras.
─ A si que es por eso por lo que entraste en la enfermería, para enterarte de ese análisis de sangre…─ hablo Talía con odio en su voz viendo como estaba Esmeralda en el suelo.
─ Crees que todos esos análisis de sangre que te pedí que hicieras a las nuevas que venían era para ver si estaban sanas…lo que no supuse es que a ella no se la hiciste ya que los análisis empezaron después…pero al parecer es la sangre que necesito…así que os hago un trato me dais a Isabel y yo os devuelvo a Esmeralda no la necesito para nada…─ explico la profesora mientras apretaba el libro entre sus brazos como si fuera su ultima esperanza.
Aunque ni siquiera nos dimos cuenta las chicas del club se deslizaron pegadas hasta las paredes hasta llegar a donde estaba Esmeralda.
─ Escucha se que podemos llegar a otro acuerdo…no creo que Isabel quiera cambiarse por ella…─ exprese mientras intentaba darles algo de tiempo para que nos trajeran a Isabel.
─ Crees que no me he dado cuenta de lo que estas haciendo tu y tus amiguitas de esa patochada de club…─ observo la profesora y de inmediato al mover las manos cada una fue lanzada hacia las paredes dejándolas inmóviles.
─ ¿Pero que demonios…?...─ pregunto Isabel dejándola paralizada con los ojos abiertos como platos de nuevo aquel miedo suyo volvía a atenazarla.
─ Suéltanos bruja…─ dijo Olga con odio en su voz por lo que había hecho intentando liberarse de aquello.
─ Las grandes brujas no penden liberarse de un conjuro simple…venga esforzaos un poco mas…─ ironizo la profesora de gimnasia sonriéndoles con una sonrisa diabólica.
Talía intento lanzarse hacia ella cuando ya estaba a escasos centímetros se detuvo en seco como si algo la hubiera detenido o alguna extraña fuerza la estuviera paralizando.
─ Yo que tu no haría eso…mejor retrocede…─ amenazo la profesora en cuanto se aparto un poco pude ver que ella sostenía un puñal oscuro en sus manos y apuntaba hacia el libro con la intención de atravesarlo.
─ Maldita seas…No te saldrás con al tuya…─ afirmo Talía con enfado, no sabia que hacer estaba completamente sin opciones e Isabel seguia estando paralizada.
─ Isabel por favor reacciona…tienes que concentrarte como la otra vez que lo has hecho…yo confió en ti, se que puedes hacerlo…─ rogué intentando que aquel miedo desapareciera por unos momentos.
─ Sabes he pensado que dos demonios no me hacen falta para desvelar lo que pone en el libro con uno me sobra…─ explico la profesora mientras Esmeralda como si una fuerza invisible la empujara fuese arrojada al agujero que había, nada mas atravesarlo las escrituras que había en el se iluminaron con un resplandor rojo pero mas fuerte.
─ NOOO!!!...─ grito Talía con fuerza mientras se lanzaba a toda prisa para agarrarla, por suerte la tomo de la mano y con su otra mano se aferro al saliente de aquel circulo.
─ Vaya así que aun te resistes…Que lastima…─ expreso la profesora y al momento se acerco a donde estaba y levanto el pie propinándole un pisotón en los dedos de Talía esta no pudo mas que gritar por el dolor.
─ DEJALAS EN PAZ!!!...─ grite enfadada por lo que estaba pasando aunque sabia que no podría hacer nada.
─ Así que el ratón tiene valor…eso lo solucionaremos ahora mismo…─ declaro la profesora mientras movió su mano e intento hacer un movimiento con ella.
Pero en aquel momento empezamos escuchar una especie de rezo o algo parecido, no me lo podia creer las chicas del club estaban recitando un conjuro y mas aun estaba funcionando, la profesora parecia que le molestaba lo suficiente para interrumpir el suyo.
─ Por lo visto tendré que silenciaros…patéticas cucarachas…─ dijo la profesora moviendo de nuevo los dedos y silenciando a las chicas del club.
─ Por favor déjalas en paz, se que podrías matarnos en cualquier momento ya tienes lo que quieres…─ suplique viendo que todo era imposible y que nos había ganado.
─ Sabes a ti te tengo algo reservado…muy especial…─ comento la profesora mientras me levaba en el aire, mi cuerpo se estiro de golpe note como mis articulaciones empezaban a estirarse de sobremanera mis gritos llenaron el lugar no se lo que paso ni como ocurrió pero esos alaridos hicieron reaccionar a Isabel.
─ SUELTALAS YA!!!...─ grito Isabel con fuerza haciendo que mis alaridos se ahogaran en su voz.
En ese momento se escucharon unos aleteos que provenían de afuera por unos instantes Talía parecia preocupada y algo nerviosa, en ese momento aquellos aleteos entraron dentro de donde estábamos Talía empezó a moverse de un lugar a otro como si algo le estuviera atacando.
Por mi parte caí al suelo retrocedí hasta donde se encontraba Isabel su rostro estaba lleno de furia e ira contenida, la profesora luchaba por intentar liberarse de aquellos seres que no podíamos ver por ninguna parte, las chicas del club cayeron al suelo, al parecer había perdido la concentración en ese conjuro.
─ Rápido ayudemos a Talía y Esmeralda…─ exclame viendo que era una maravillosa oportunidad de al menos quitarnos otro problema de encima.
En un instante las chicas ayudaron a Talía ayudándola a salir de allí pero en aquel momento vimos como un resplandor ígneo que envolvió a la profesora e inundo la habitación no pudimos mas que cerrar los ojos.
Al abrirlos solo pudimos ver cenizas volando por la habitación y la cara de la profesora llena de sangre y laceraciones por su cuerpo al parecer no estaba de muy buen humor.
─ Esto me las pagareis os lo juro…─ manifestó la profesora elevando la daga en aquel momento fue como si el tiempo se detuviese por un segundo, la angustia y el dolor se apoderaron de mi viendo lo pasaría y por lo que me había dicho Esmeralda si algo le sucedía al libro.
Pasado un segundo la profesora bajo la daga apuñalando el libro, de pronto se escucho un grito de dolor de Talía que lleno la habitación, pudimos ver como la pobre Esmeralda no volvería a despertar nunca.
─ Te lo dije solo me hacia falta una de vosotras para que comprendiera el libro…─ comento la profesora antes de desaparecer en una humareda.
─ No puede ser…Esmeralda despierta pro favor…venga no me hagas esta broma por favor despierta…─ menciono una y otra vez intentando que Esmeralda se despertara de aquel sueño en el que estaba, pero si era verdad lo que me había dicho había muerto.
El llanto se apodero de nosotras contagiándose a todas, Talía no podia mas que abrazarla con fuerza apretándola contra su pecho y llamándola una y otra vez para que despertara, lo que no sabia que hasta los demonios pueden morir e incluso llorar de tristeza….
FIN DEL CAPITULO 3
P.D: Bueno aqui dejo el siguiente capitulo espero que os guste muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
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LA IRA DE TALIA
Por unos momentos nos quedamos llorando viendo como Talía se aferraba al cuerpo de la pobre Esmeralda pidiéndole que abriera los ojos, pero sabíamos que no volvería a pasar.
─ Talía, es mejor que salgamos de aquí…te prometo que pagara por esto…─ hable notando la ira en mi corazón por lo que había pasado, pero de momento era mejor que saliéramos de allí.
─ Si tienes razón, no podemos hacer nada…─ respondió Talía soltando a la pobre Esmeralda con mucho cuidado en el suelo.
Poco a poco fuimos saliendo, tanto Olga como yo misma ayudamos a Isabel parecia que estaba muy cansada después de aquello.
Talía giro la cabeza un momento mirando a Esmeralda, podia notarse en su rostro la tristeza y el odio, pude observar como cerraba el puño.
Al salir notamos la brisa fresca de la noche que aun no había acabado, pero estaba casi a punto de amanecer.
Avanzamos por el camino en dirección hacia el internado aunqeu por un instante no escuche ningún aleteo esa noche parecia que estaría tranquila, cuando llegamos al muro nos introducimos por el hueco en el muro.
─ Será mejor que vayamos a las habitaciones antes que toquen la sirena, estoy hecha polvo…Muchas gracias a todas si pudierais acompañar a Isabel a su habitación…─ comente pensando que ya mismo sonaría la sirena y deberíamos estar en las habitaciones.
─ Si, claro no te preocupes…nos vemos después…─ dijo Olga a la vez que Isabel asentía moviendo la cabeza.
─ Volveré a la enfermería, tengo que hacer unas cosas…─ expuso Talía con los ojos tristes, sabia perfectamente que aquello solo era una excusa.
─ Lo siento…no pude hacer nada…─ comente mientras bajaba la cabeza y comenzaba a llorar de nuevo pero esta vez de rabia.
─ Tu no tienes la culpa…No te aflijas…─ expreso la profesora mientras me abrazaba intentaba calmarme.
Así estuve un rato hasta que al fin me tranquilice no podia quitarme de la cabeza que no volvería a ver a Esmeralda sus recuerdos paseaba por mi mente.
En eso Talía volvió a la enfermería y yo a mi habitación por suerte Valeria seguia durmiendo, así que sin hacer ruido me quite los zapatos y caí encima de la cama intentando dormir un poco pero por muco que lo intentara no podia conciliar el sueño aquella victoria me sabia demasiado amarga.
No se ni el tiempo que paso cuando empecé a ver como los rayos de sol empezaban a entrar en la habitación y seguidamente sonaba la sirena.
─ Despier…Vaya parece que estas despierta…¿Ocurre algo…?...─ pregunto Valeria recogiendo las cosas para ir a las duchas.
─ Esmeralda ha muerto…─ conteste aguantándome las ganas de llorar, pensando en ella.
─ Estas de broma…no me lo puedo creer…pero eso es imposible…─ comento Valeria desconfiando de lo que había dicho como si se tratara de una broma de mal gusto.
─ Llegamos a la torre y tuvimos que lugar contra la profesora de gimnasia y al parecer mato a Esmeralda…Ojala estuviera de broma…─ me exprese con las lagrimas casi saltando a mis mejillas, ala vez que bajaba la cabeza.
Valeria parecia no salir de su asombro por lo que había pasado, estaba perpleja, cuando al fin salio de ese estado casi empezó a llorar, y en ese momento sonó la sirena haciendo saber que tenia que salir afuera.
─ Será mejor que te seques las lagrimas…que no te vean las demás llorar…─ comente al levantarme y pasarle un dedo por su rostro viendo que estaba a punto de llorar.
Sin pronunciar palabra Valeria se dio la vuelta y salio de la habitación, era la primera vez que no decía nada por la mañana para animarme.
Una vez sola en la habitación empecé a rebuscar las cosas de baño y algo de ropa nueva junto con otro uniforme ese estaba manchado de sangre y suciedad.
Después de aquello me senté en le borde de la cama a esperar, pase mi mano por aquel colgante que me había regalado sin poder de dejar de pensar en ella.
Así me pase un buen rato hasta que volví a escuchar la sirena y Valeria entraba en la habitación seria por completo y salía de aquel lugar.
Al salir note el ambiente un poco mas cargado de la cuenta aprecia que las chicas tenían miedo de alguna forma.
Ni siquiera me preocupe de aquello, me metí en la ducha y deje que el agua caliente me despejara aunque mi cuerpo me pedía solamente descansar.
Debía mantenerme despierta, sacudí un poco al cabeza para despejarme y salir de allí enseguida en cuanto entre en la habitación salio Valeria de para que me cambiara.
─ Ya puedes entrar…─ alce un poco la voz para que me escuchara sin pronunciar palabra Valeria entro y tomo el cepillo para peinarme un poco.
─ Es increible aun no me lo creo…─ hablo Valeria casi con un nudo en la garganta al cepillarme.
─ He visto que las alumnas están algo nerviosas…¿ocurre algo…?...─ curiosee un poco al notar como estaba el ambiente.
─ Dicen que anoche volvieron a escucharse gritos de una chica, aunque ninguna quiso salir de su habitación…─ comento Valeria aun con un nudo en la garganta se podia notar en su tono que estaba a punto de llorar.
─ Tiene que pagar por lo que esta haciendo…─ dije mientras cerraba el puño con fuerza, no pensaba dejarla hacer lo que le diese la gana.
Pasado un rato me levante dándome la vuelta y la abrace sentí como empezó a llorar, podia notar la calidez de su cuerpo y la humedad de sus lagrimas en mi rostro, permanecí abrazada a ella como unos cinco minutos hasta que volvió a sonar la sirena.
─ Tenemos que ir a desayunar…─ comente escuchando la sirena en eso Valeria se arreglo un poco y salimos de la habitación.
En cuanto lo hicimos pudimos ver que el miedo rondaba a las alumnas que iban de un lugar a otro con rapidez, aquello se estaba convirtiendo en un infierno y teníamos que terminar con todo.
Al llegar al comedor tome algo para desayunar tenia bastante hambre, aunque lo que me pareció mas raro es que Valeria no tomara nada ni me pidiera que le pagara alguna cosa.
Mire hacia donde estaba nuestra mesa al llegar allí estaba Olga que ni siquiera pronuncio palabra junto con las demás, que permanecían en silencio, mire hacia el sitio en que se sentaba Esmeralda que permanecia vacío.
No pronunciamos palabra empezamos a desayunar en silencio podia ver la tristeza y el cansancio en sus caras, pasados unos diez minutos se escucho como las alumnas se callaban me di la vuelta sabiendo que se trataba de Isabel y efectivamente enseguida volvieron a seguir con su charla y ella se sentó a mi lado con el rostro cansado, junto con sus amigas que se sentaron en otra mesa.
─ Vengan no podemos estar así, tenemos que animarnos seguro que ella no lo quería…─ hable intentando animarlas un poco, sabiendo que Esmeralda no querría vernos de esa forma.
─ Lo que no querría es estar muerta…─ contestó Olga levantándose cabreada de la mesa, y dando un golpe; en todo el tiempo que había estado con ella no la veía de esa forma.
Nos quedamos en silencio escuchando la gente como hablaba a nuestras espaldas por suerte aquél momento incomodo fue interrumpido por la sirena anunciando el comienzo de las clases-.
─ Será mejor que vayamos a clase…─ dijo Valeria con tono apagado en su voz, que se levanto dejando la bandeja en su lugar.
Seguidamente lo hicimos las demás sin pronunciar palabra después de eso salimos entre la muchedumbre hacia la clase.
Nada mas entrar me dirigí hacia mi asiento me quede mirando como poco a poco el sol iluminaba el bosque, me quede mirando en dirección hacia la torre haciendo recordar aquel momento.
Casi al momento entro la monja pasando lista, las clases pasaron sin incidencias alguna solo que cuando me levantaba pude ver como unos coches se acercaban a la entrada.
─ Creo que si damos un paseo, nos sentara bien…─ dijo Valeria pensando que un paseo no sentaría mejor para despejarnos.
─ ¿Quiénes son esas personas…?...─ cuestione extrañada viendo los autos que aparcaban y salían de ellos varias personas.
─ Serán los padres de las chicas…aunque me extraña que no estén los de Esmeralda…─ explico Valeria mirando con curiosidad por la ventana.
─ ¿Los conocías…?...─ pregunte extrañada mirando a Valeria con curiosidad.
─ Solo de vista nada mas…─ contesto Valeria mientras curioseaba mirando a quienes habían bajado pero al parecer no conocía a nadie.
─ Tengo que ir a ver a Talía…─ comente pensando que estaría destrozada por la perdida de Esmeralda.
─ Después nos vemos fuera…─ dijo Valeria que al momento salio de allí yendo lo mas seguro hacia su club.
Pensé que el nuestro estaría cerrado por la muerte de Esmeralda al menos durante ese día; salí de la clase y empecé a ir hacia la entrada.
Al llegar pude ver a varios hombres y mujeres aunqeu estas estaban llorando lo mas seguro serian las madres de las alumnas que habían fallecido.
Preferi no decir nada sencillamente avance por el pasillo y llegue hasta donde estaba la enfermería que tenia la puerta entre abierta, mira hacia el patio por un momento y parecia que no estaba la profesora dando las clases de gimnasia.
Preferi no prestarle atención mas de la necesaria, abrí la puerta y encontré a Talía sentada con cara de enfado en su rostro.
─ Talía…¿Se puede pasar…?...─ pregunte desde fuera viendo como se encontraba, enseguida Talía nos hizo un gesto de que entráramos.
─ ¿Qué tal te encuentras…?....─ consulte viendo como se encontraba debía de ser bastante duro para ella.
─ ¿Cómo crees que me encuentro…?...Ella no tenia culpa de nada…no hi8zo nada malo…la mato a sangre fría…Esto no quedara así…─ golpeo la mesa llena de furia e ira y se levanto empezando a dar vueltas por la habitación de un lugar a otro como un tigre encarcelado.
─ Talía cálmate…ella no querría que estuvieras así…─ dije intentando calmarla pero aquello solo inflamo mas la ira que tenia en su corazón.
─ Será mejor que os vayáis…─ hablo Talía con enfado en su voz, pensé que seria capaz de cometer alguna locura.
─ Pero…─ dije sin terminar la frase en aquel momento Talía se giro de golpe mostrando su rostro de demonio.
─ AHORA!!!...─ grito Talía con aquel rostro rojizo y casi humeante los ojos solo eran ascuas que brillaban con fuerza y su rostro mucho mas anguloso de lo normal.
No pudimos mas que salir de allí a toda prisa, tenia el miedo en mi cuerpo incluso podia verse en la mirada de Isabel que pareciera que le fuera a dar otro shock pero por suerte no fue así.
Mi corazón latía a toda prisa, comencé a relajarme poco a poco cuando mire hacia las escaleras y pude ver a la profesora hablando con los padres de las alumnas que parecían mas sonrientes y calmados, aquello me dejo de piedra y pensando que podría haberles hecho algo.
La profesora por un instante me miro y sencillamente me sonrió diabólicamente y continuo hablando con ellos que parecían de lo mas normales como si no hubieran perdido a nadie.
En cuanto abandonaron el internado en sus coches pude ver como Talía salía de la enfermería enfadada y llena de ira y sin pensárselo dos veces se lanzo por Talía propinándole un puñetazo en pleno rostro haciéndola caer al suelo delante de las demás alumnas.
─ ¿Por qué lo hiciste…?...─ exclamo Talía casi gritando delante de ella de pie y llena de furia.
─ No se a lo que te refieres ni a lo que viene esta agresión…─ respondió la profesora intentando levantarse pero en ese momento Talía se dirigió hacia ella y tomándola del chándal le propino otro golpe haciéndola caer de nuevo al suelo.
─ Lo sabes perfectamente…no te hagas la tonta…─ alzo la voz Talía volviendo a dirigirse hacia ella, las alumnas no salían de su asombro mientras que Talía le importaba poco, puesto que volvió acogerla de nuevo esta vez haciéndole que se levantara.
En ese momento creo que la profesora acerco su cabeza al oído de Talía para decirle algo en eso Talía se rebelo dándole un golpe en el estomago y otro en la cara haciéndola caer de nuevo al suelo.
Salimos corriendo viendo el espectáculo que estaba dando, como pudimos le agarramos de los brazos pero en un ademán yo salí rodando por el suelo e Isabel fue elevada algunos centímetros del suelo y con Talía a punto de propinarle un puñetazo…
FIN DEL CAPITULO 4
P.D: Bueno aqui os dejo el siguiente capitulo espero que os guste muchas gracias a todos .
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UNA VENGANZA ESPERADA
De momento no sabia que hacer, solo esperaba que no terminara golpeando a Isabel, entonces seria expulsada, todo el mundo estaba pudiente de aquello, podia verse en el rostro de Talía el dolor, el odio , y la ira que la habían consumido y no era para menos después de lo que había pasado.
─ Talía por favor detente…Se que estas enfadada y no es para menos…pero este no es el camino…─ esperaba que con lo que le decía pudiera calmarse al menos algo y soltara también a Isabel, aunque ella no parecia muy asustada.
Talía se quedo por unos infantes sosteniendo a Isabel y mirándola fijamente en eso giro la cabeza y vio como las demás alumnas del sitio se quedaban viéndola asustadas, mientras que la profesora sonreía maliciosamente, parecia que aquello ya estaba planeado.
Al final Talía soltó a Isabel en el suelo y se giro dirigiéndose hacia la enfermería, las chicas empezaron a murmurar, aunque aquello poco le importo solamente quería estar sola.
─ Ustedes lo han visto…No se preocupe haré que la despidan…─ expuso la profesora mientras se levantaba y se dirigía de nuevo a acompañar a los padres hacia los coches.
─ ¿Te encuentras bien…?...─ curiosee al ayudar a Isabel para que se levantase, esta solamente se arreglo algo el uniforme y sin pronunciar palabra fue hacia su habitación.
No sabia que hacer en ese momento preferi ir hacia la biblioteca para ver si encontraba algo sobre este monasterio y así poder entender algo mas lo que estaba pasando.
Atravesé varios pasillos y alguna escalera que otra hasta que llegue a una habitación con dos puertas de madera con algunos adornos grabados en esta, al atravesarla note un olor a libro viejo, la estancia era bastante grande en la entrada había un mostrador con una monja que se quedo mirándome extrañada delante varias mesas dominaban la entrada y detrás de esta y en las paredes estaban llenas de estanterías.
─ Perdone…¿Hay algún libro que hable sobre este lugar…?...─ pregunte con interés, aunqeu la monja tardo en responderme.
─ En la tercera fila, al fondo…─ contesto la monja casi ignorándome parecia que ni siquiera me prestara atención.
Al entrar no me había fijado pero me di cuenta de que Olga estaba allí entre un montaña de libros buscando algo, preferi no molestarla, y continuar hacia donde me había dicho.
Nada mas llegar empecé a rebuscar entre las estanterías por un buen tiempo parecia que la monja se confundía pero al final logre encontrarlo.
Aquel libro era bastante grande y polvoriento, nada mas sacarlo escuche una especie de gemidos que provenían del pasillo contiguo al mío.
Me acerque sin hacer ruido y a través de una de las rendijas de los libros pude ver como las chicas de astronomía estaban allí dándose un beso apasionado, ni siquiera se habían percatado de mi presencia.
Aquello al menos de momento hizo que me estremeciera, fue como una descarga eléctrica me recorriera, preferi no decir nada y seguir observando por un momento.
─ Así que aprovechan cualquier momento…─ susurro alguien en mi odio cosa que me asusto puesto que ni la había escuchado acercarse.
Al girar la cabeza observe que se trataba de Valeria que estaba a mi lado observando aquello.
─ Las he atrapado por casualidad, estaba buscando información sobre este lugar…─ nerviosamente deje de mirar lo que estaban haciendo para salir y escoger una mesa para empezar a leer.
Aunque aquella escena había hecho que me pusiera algo nerviosa y mi cuerpo estaba empezando a calentarse incluso empezaba a sentir mi ropa interior mojada, aunque Valeria seguia mirando sin perder detalle.
Sin pensarlo dos veces puesto que aquella imagen no la podia apartar de mi cabeza y pensando que lo que me había dado Talía empezaba a perder su efecto.
Me acerque a Valeria desde atrás y deje el libro en el suelo sin hacer ruido y sin que ella se percatara que permanecia atenta a aquello con muchísima atención.
De improviso la abrace llevando mis brazos hacia la falda de su uniforme y palpando su sexo a través de esta, Valeria se quedo sorprendida intento emitir un grito de sorpresa pero por suerte puse mi otra mano en su boca.
─ Dios que susto…¿pero que haces…?...─ Valeria con voz nerviosa y algo reticente después del pequeño susto giro la cabeza mirándome.
En eso junte nuestros labios con fuerza mientras sentía su lengua moverse dentro de mi boca en un baile delicioso a la vez que mis manos empezaron a manosear su sexo que poco a poco empezaba a elevarse a través de la falda y pugnaba por salir de la prisión de la ropa interior que llevaba.
─ ¿Tu que crees que estoy haciendo…?...─ curiosee mientras seguia masajeando su sexo con las manos mientras este crecía y podia sentir incluso el calor que desprendía a través de la ropa y su dureza que me estaba invitando a continuar.
─ Estas loca no podemos...podrían escucharnos…─ hablo Valeria entre gemidos aquello la estaba poniendo cada vez mas caliente sabia que si continuaba no tardaría en importarle poco donde estábamos.
─ ¿Ellas lo están haciendo por que nosotras no…?...─ cuestione mientras levantaba la falda de Valeria y empezaba a tocar su ropa interior que estaba ya tirante casi podia romperse de un momento a otro y su sexo duro y palpitante que estaba diciéndome que lo liberara y lo introdujese en mi prisión de carne.
─ ¿Pero…?...─ curioseo Valeria con voz entrecortada por el placer que estaba recibiendo.
Mis manos bajaron su ropa interior y aquel sexo pudo mostrar todo su esplendor, que ya estaba duro y palpitante con las venas muy marcadas y el glande rojo mientras que salía algo de liquido preseminal.
Pasee mis dedos por el glande, notando el calor como se pegaba a mis manos y como aquel liquido las mojaba volviéndolas pegajosas, estuve un momento escuchando los jadeos de Valeria que iban intensificándose pero de pronto se dio cuenta y no pudo mas que ponerse un mano en la boca para ahogar sus gemidos.
Pasado unos minutos Valeria se giro por completo y se quedo enfrente mía mirándome con lujuria, y jadeando podia notar su aliento en mi boca como se mezclaba con el mío, el deseo podia notarse en su cuerpo que ya incluso temblaba y su sexo apuntaba hacia el mío a través del uniforme.
Decidí poco a poco empezar a desvestirme la parte de arriba del uniforme notando como incluso ya estaba pegada a mi cuerpo por el calor después de eso la arroje al suelo seguida por el sujetador que no tardo en caer al suelo, seguidamente me arrodille delante y alce la mirada la mire con deseo después de eso coloqué su sexo entre mis pechos notando como casi ardía junto con mi cuerpo que desprendía calor.
Una vez que estaba entre mis pechos los tome entre mis manos y empecé a apretarlos mientras los movía arriba y abajo, mis peones estaban duros como rocas incluso dolían, pero a pesar de eso seguia moviéndoos sin descanso podia escuchar como los gemidos de Valeria intentaba apagarlos con la mano en su boca pero aquello era demasiado para ella.
Intensifique el movimiento haciéndole incluso que se mordiera el labio para no gritar notaba como sus venas palpitaban con fuerza y aquella dureza increible, su sexo salía y se volvía a hundir dejando ver solo el glande.
Llego un momento en que note como se hacia un poco mas grande incluso el glande sabia que estaba a punto de soltar aquella riada caliente que resbalara por mis pechos dejándolos pegajosos.
Pero para mi sorpresa tomo mi cabeza con una mano casi tirando de mi pelo y en un instante puso su sexo entre mis labios restregándolo mientras intentaba contener sus gemidos, no pude otra cosa mas que abrir la boca y dejar que entrara no pude mas que acogerla mojándola con mi saliva mientras llenaba mi boca, en ese casi se le escapa un gemido.
Con fuerza empezó a mover mi cabeza como si limara su sexo en mi boca mi lengua se paseaba con rapidez por su sexo mojándola y dejándola brillante en un momento dio un empujón que llego a mi garganta incluso creo que la atravesó para introducirse lo mas profundo lo que se es que sentí su cuerpo chocar contra mi frente.
En un segundo una riada de semen caliente y espeso atravesó mi garganta casi quemándola directamente hacia mi estomago notaba como casi se llenaba con todo aquello, no pude mas que intentar liberarme de aquella presa cuando lo conseguí observe que su sexo aun permanecia erecto, pero al fin pude dar respirar puesto que casi me ahogaba.
─ Lo siento…de verdad…se me ha ido la cabeza…─ dijo Valeria entrecortadamente mientras tosía algo para recuperar el aliento.
─ No te preocupes además…te aseguro que aun tengo ganas de mas y tu también…─ comente dejando que las palabras resbalaran por mis labios mientras me relamía parte del semen que aun tenia en mi boca mirando su sexo con ganas, cosa que hizo enrojecer a Valeria.
En ese momento me quite mi ropa interior que estaba empapada y la lance al suelo me apoye contra una de las estanterías y me levante un poco la falda dejando mi sexo al descubierto tentándola nuevamente.
Valeria no podia apartar su mirada de mi era como si estuviera hipnotizada, después de eso se acerco y empezó a mover su sexo restregándolo junto al mío en eso con una de sus manos abrió mi sexo apartando los labios y dejando al descubierto la entrada en eso coloco el glande en la entrada y empezó a introducirlo muy lentamente disfrutando del momento.
Mi cuerpo se estremeció a cada centímetro que entraba, mi sexo estaba lleno por completo no pude mas que morderme el labio para no gritar para intentar que el dolor aplacara mis ganas de gritar.
Cuando llego al fondo de mi sexo note como golpeaba contra la entrada de mi útero, estaba por completo dentro de mi, podia notar un bulto que asomaba en mi abdomen, el placer me inundaba por completo aplico sus manos a mis caderas y empezó a moverse lentamente al principio para que mi cuerpo se acostumbrara a aquello, aquel movimiento siguió acelerando poco a poco notaba como chocaba una y otra vez contra el mío, los gemidos eran apagados por nuestros labios mordidos para no hacen ruido.
Aquello era demasiado podia sentir su cuerpo contra el mío sudoroso y aquel delicioso olor que me embriagaba por completo en un momento se tumbo encima de mi cuerpo haciéndome caer al suelo podia notarla mas dentro aun si pudiera y como seguia arremetiendo una y otra vez sin descanso, taladrando mi cuerpo con fuerza, reclamándolo para ella notaba sus pechos en mi espalda sus pezones estaban como piedras incluso parecia que me hicieran daño su aliento caliente golpeaba mi nuca con fuerza.
En un movimiento sus manos pasaron de mis caderas directamente a los pechos que los apretó con fuerza como si aquello fuera lo ultimo en su vida, podia notar como mis pezones estaba entre sus dedos y que eran apretados, aquella combinación de placer y dolor era maravillosa casi llegue a desmayarme pero el movimiento de cuerpo me mantenía despierta.
Valeria volvió a arremeter mas de una vez pero note como su ritmo descendía y como dio unos empujones mas lentos pero con mas potencia notaba como estaba apunto de eyacular su cuerpo se tenso al mismo tiempo que podia notar una oleada de calor en mi vientre como si una presa se desbordara pero en uno de sus embestidas note como el glande entraba dentro de mi útero aprisionándolo con fuerza aquello fue el cielo para mi abrí los ojos de golpe por un instante en eso Valeria se dio cuenta y coloco una mano en mi boca para que no gritara.
Pero ni siquiera me dio tiempo puesto que casi me desmaye al notar la riada de semen caliente que inundaba mi útero con fuerza parecia incluso que mi abdomen subía unos cuantos centímetros por la cantidad intente moverme pero me resultaba imposible entre su peso y como me tenia de aferrada sabia que no me dejaría huir hasta que hubiera terminado, mis flujos resbalaban pro mis piernas dejándolas pegajosas, nuestro placer se mezclo en silencio, mientras que mi sexo apretaba con fuerza en un intento de que no saliera de mi interior.
Aunqeu aquello resulto imposible puesto que parte del semen salía mezclado junto con mis flujos al exterior estaba casi a mi limite y aun así no podia moverme estaba atrapada sintiendo como mi cuerpo se llenaba un poco mas, cuando al fin estuvo satisfecha Valeria dejo que me moviera saliendo de debajo de ella, notaba como su sexo salía al exterior poco a poco cosa que me produjo un latigazo de placer, cuando al fin estuvo fuera el semen empezó a salir a borbotones al exterior haciendo que mi abdomen bajase bastante pero aun así seguia estando llena.
─ Ha sido…es increible…las piernas me tiemblan…─ susurro Valeria mientras me tomaba la mano con cariño y me miraba dulcemente.
─ Me lo dices o me lo cuentas…mira como tengo el abdomen parece que estoy embarazada…─ irónicamente le señale a mi abdomen que parecia hinchado mientras me pasaba un mano por acariciándomelo.
─ Lo siento…no se lo que me ha pasado…pero gracias me siento mucho mejor…─ con voz baja Valeria se acerco a mi y me dio un beso en los labios después de eso se levanto como pudo las piernas le temblaban y no pudo mas que apoyarse en una de las estanterías.
Después de que se levantara torpemente acerco su mano y me ayudo a hacerlo todo aquello me daba vueltas incluso mis piernas temblaban casi ni me sostenían me agache para reacoger mi ropa interior, en eso apareció las cabezas entre los pasillos de las chicas del otro lado.
─ Eh…esto…─ dijo en voz baja Valeria como asustada por l oque pudieran decir o por si se lo decían a la monja.
Simplemente sonrieron y se nos acercaron como si pasearan jugueteando, y empezaron a revisar los libros.
─ No so preocupéis…no diremos nada además vosotras también nos habéis visto desde vuestra ventana…así que estamos en paz…a la par que vosotras lo hacíais nosotras también estábamos…─ hablo la chica mientras que su compañera bajaba la cabeza sonrojada por la conversación, por mi parte no pude mas que sonreír de manera picarona.
Viendo que aquello estaba resuelta me arregle un poco pero aun conservaba algo del abdomen hinchado por la cantidad que había soltado en mi interior me sentía mareada, Valeria pro su parte me ayudo a que me pusiera en pie después de aquello mi cuerpo estaba satisfecho por completo tome el libro y nos dirigimos hacia una de las mesas.
─ No podeos dejar eso así…─ comente pensando en como habíamos dejado el suelo y que seguro la monja cuando pasar se daría cuenta.
─ Mejor que no digamos nada…¿Qué andabas buscando…?...─ curioseo Valeria con una sonrisa en su rostro y mas tranquila mientras no soltaba mi mano.
─ Algo sobre este monasterio su historia…Dios aun me da vueltas la cabeza…Necesito ir al baño…─ respondí mientras aun me tambaleaba algo y la habitación seguia dándome algo de vueltas.
─ Quédate con el libro un momento, voy al baño ahora vuelvo…─ mi cuerpo parecia que estuviera borracho y mis sentidos embriagados mientras me movía hacia el cuarto de baño, al pasar cerca de la monja esta se me quedo mirando extrañada, aunque intente que no se notara mucho.
Al atravesar la puerta del baño me dirigí directamente hacia el water esperando que mi cuerpo descargara un poco mas y mi abdomen bajara, pase un buen rato en este hasta que me encontré algo mejor después de esto me refresque algo la cara con agua, aquel olor y sensación me abandonaba poco a poco, tenia que visitar a Talía para que me diera algo si no terminaría loca.
Una vez estuve mejor salí de aquel pequeño cuarto y volví hacia la mesa al menos estaba mejor y mas centrada, aunque no llevara ropa interior tenia que ponerme otra puesto que la primera estaba empapada.
Al llegar a la mesa Valeria solamente me sonrió, aquello le había sentado fenomenal parecia que todos sus problemas hubieran desaparecido.
─ Parece que estas mucho mejor…me alegro…─ susurre mientras abría el libro viendo el rostro de Valeria que parecia resplandecer.
─ Lo necesitaba era demasiada tensión acumulada, loo siento si te he hecho algún daño, perdóname…─ hablo Valeria bajando la cabeza, aunque no me había hecho ningún daño, solamente le sonreí con los colores subidos a las mejillas nada mas.
Empezamos a revisar aquel libro, la historia parecia de lo mas normal, hasta que llegamos a un párrafo en que decía que fue invadido y los monjas que habitaban fueron violadas y decapitadas en su interior, unas paginas mas adelante hablaban de ritos satánicos en conexión con la torre de vigía que había en el bosque, decía que varias veces intentaron expulsar a sus habitantes pero que les resultaba imposible siempre eran vencidos por alguna fuerza extraña.
Hasta que el obispo de ese tiempo creo un grupo especial bajo la supervisión del rey, caballeros sagrados que atacaran el monasterio, al parecer todo iba bien hasta que entraron, descubriendo toda clase de horrores y depravaciones la lucha fue sanguinaria cuando al fin encontraron la fuente del mal, que parecia residir en la capilla.
Los caballeros una vez tuvieron el edificio seguro llamaron a su santidad para que lo bendijera y así encerrar el mal en una estatua y santificando la campana, diciendo que aquella campana debería de sonar cada cierto tiempo para mantener aquella entidad encerrada viendo que no había forma de destruirla.
─ Entonces lo que esta en la capilla es esa imagen…y es lo que quiere la profesora…─ con voz baja seguia mirando interesada el libro repasando si había alguna forma de hacer algo, pero precia que el resto de las paginas estaban arrancadas alguien se había tomado la molestia de que no descubriéramos la solución a aquello.
─ A ver según el libro lo que hay dentro de la capilla es un mal que no pudieron derrotar y que por eso no la abren…Creo que el que escribió este libro se le fue la pinza…─ expuso Valeria mientras se recostaba en la silla para ponerse un poco mas cómoda.
─ Pudiera ser verdad, puesto que lo que quiere la profesora es entrar, lo ha intentado todo pero de momento nada le ha funcionado…por eso lo del libro…─ intente explicarme lo del libro y por que la profesora quería entrar y todo encajaba.
─ No me digas que te vas a creer lo que pone en el libro…─ replico Valeria con incredulidad después de lo que había visto en el bosque y por lo que había pasado aun seguia sin creérselo.
─ Después de lo que pasaste en el bosque y todas las cosas, sigues sin creértelo…─ dije cerrando el libro y yendo a devolverlo a su lugar.
En mi camino me tope con Olga que casi sin mirarme siguió su camino, en su rostro se marcaba el odio aunqeu también la tristeza por haber perdido a Esmeralda.
─ Olga…¿Qué tal te encuentras…?...─ consulte de manera tímida al ver como estaba, aquello le había afectado demasiado.
─ ¿Cómo crees que me encuentro…?...Esto tiene que terminar de una vez por todas…─ dijo Olga enfadada aquello me daba mala espina pero me resultaba imposible que pudiera hacer algo aunque lo que paso en la torre me sorprendió que un conjuro que dijeron funcionara de alguna forma.
─ Por favor no hagas nada…no quiero perder a nadie mas…─ comente casi con las lagrimas a punto de salir, después de lo de Esmeralda no quería que ninguna más muriera.
─ No te preocupes, no pasara nada esta vez…─ con voz seria y apretando el puño salio de allí, enseguida pensé que intentaría algo de alguna forma, pero en mi mente teníamos varias cosas que hacer, sobre todo lo de la campana para que volviera a sonar nuevamente como debía ser.
Cuando deje el libro en su sitio y volví, Valeria me tomo de la mano y salimos de esa forma cosa que me extraño bastante pero al parecer ninguna de las chicas parecia importarle.
─ Estas muy cariñosa…¿Te ocurre algo…?...─ curiosee un poco mirando el rostro de Valeria que parecia estar en el cielo.
─ Veras quería pedirte algo…pero n ose lo que responderás…y estoy algo nerviosa…─ con nerviosismo en su voz Valeria casi me arrastro a un pasillo en el que no había pasaba nadie, sus ojos parecían brillar con fuerza.
─ Llevamos ya un tiempo estando juntas y demás nos vamos conociendo, para mi esta amistad se ha vuelto algo mas grande o se como explicarlo eres la única que me ha entendido y me comprendes…estoy enamorada de ti…no eh podido remediarlo y lo he intentado…solo quiero que me digas que sientes lo mismo, si no es así no te preocupes lo entiendo podemos seguir siendo amigas…─ Valeria no dejaba de mirarme con esos ojos que parecían ascuas y casi con las lagrimas a flor de piel.
─ Dios, esto me ha pillado por sorpresa la verdad…ahora miso estoy en estado de shock…si me dejaras algo de tiempo para que ordene mis sentimientos y pensamientos, es que se han acumulado muchas cosas y sensaciones…─ mi mente se había quedado en blanco completamente no sabia que es lo que debía de decir en ese momento solo esperaba no hacerle daño.
─ Claro no te preocupes…pero podemos ir cogidas de la mano me gustaría…─ inocentemente esas palabras resonaron en mi mente y la verdad no me importaba en absoluto.
─ No hay problema…─ comente sonriendo mientras ella me tomaba de la mano con rapidez y fuerza como si tuviera miedo a perderme de una forma u otra.
Atravesamos los pasillos nuevamente hasta llegar de nuevo al comedor mi intención era ir a la enfermería para ver si me pudiera dar algo para aquello puesto que tener a Valeria tan cerca hacia que mi mente se obnubilara de vez en cuando, aquel olor empezaba de nuevo a afectarme.
Al llegar a la puerta observe que el patio estaba desierto no había nadie y ya se empezaba a acercar la tarde poco a poco.
Llame varias veces a la puerta y en eso escuche como la voz de Talía me invitaba a entrar.
Abrí la puerta y Talía en seguida me miro de forma extraña incluso a Valeria que me tenia tomada de la mano.
Talía permanecia sentada en completa oscuridad como si estuviera planeando algo, aunque mi vista hizo que saliera de aquel extraño estado encendiendo las luces.
─ ¿Talía estas bien…?...─ pregunte mirando como parecia que estuviera planeando algo para vengarse.
─ Si, no te preocupes estoy algo mejor…¿Qué es lo que necesitas…?...─ respondió Talía mientras me miraba con interés.
─ Aquello que me diste para resistir eso, esta perdiendo su efecto y necesito algo mas…─ comente exponiendo lo que había pasado, mientras bajaba la cabeza y se me subían los colores a las mejillas.
─ Y por lo visto ha surgido algo mas que amistad según veo…─ expreso Talía viendo que Valeria no soltaba mi mano en ningún momento y parecia completamente feliz.
─ Bueno aun tengo que decidir varias cosas…─ hable mientras miraba a Valeria que estaba segura que no me soltaría.
─ No te preocupes, voy haber si tengo algo mas…─ Talía se levanto de su asiento y empezó a buscar en un armadito, en eso Valeria se levanto se acerco para decirle algo.
Aunque intente escuchar lo que intentaba decir no llegue a escucharlo con claridad, después de aquello volvió a su asiento.
─ De momento no tengo nada lo siento vas a tener que resistir un poco, puedo pedirlo y que me lo envíen…─ expreso Talía sentándose y dándome aquella noticia, sabia que si me quedaba mucho tiempo en la habitación terminaría enloquecida.
─ Si, por favor pídelo por que creo que me esta afectando mas de la cuenta…a proposito he descubierto lo que era este monasterio…─ empecé a explicárselo lo que había leído en aquel libro, cosa que sorprendió a Talía que atendía sin perder ni una sola palabra de lo que decía.
─ Así que por eso sentía ese dolor intenso, ese papa lo hizo bien…lo que no sabia era de esa entidad que había atrapado en la capilla…pero debe de ser muy importante para hacer lo que esta haciendo…─ comento Talía pensado en quien podría ser y por que tanto interés.
─ Tenemos que ir al campanario…para ver que es lo que pasa con la campana…─ comente en un intento de que Talía nos ayudara.
─ ¿Tenemos…?...ni loca subo yo a ese campanario…además tengo algo pendiente con ella…─ Tala solamente cerro el puño con odio, la venganza la estaba consumiendo.
─ Talía por favor al menos tendremos una ventaja contra la profesora…─ rogué intentando apelar su ayuda.
─ Escucha esa cosa me afecta lo mismo que a ella…además no es asunto mío…─ rechazo Talía mi petición de ayuda.
─ Esmeralda nos hubiera ayudado, lo sabes de sobra...─ acuse de dejarnos en la estacada con lo único que pensaba que podría hacerla reaccionar.
─ Eso es un golpe bajo y lo sabes…Esmeralda te ayudo por que creía en ti y mira lo que le ha pasado y donde ha terminado…Esta vez seré yo quien acabe con ella de un golpe…─ respondí Talía con ojos inyectados en sangre, sabia perfectamente que acabaría con ella en cuanto tuviera oportunidad.
─ Muy bien si no puedo convencerte al menos dime donde esta el campanario…─ dije pensando que al menos sabríamos a donde ir sin dar tumbos de un lugar a otro.
─ Tenéis que4 subir las escaleras hasta el ultimo piso allí encontrareis un pasillo y en el centro de este una puerta que os conducirá arriba…aunque no creo que la puerta este abierta…si ella ha subido la tendrá protegida…os deseo suerte…─ explico Talía el recorrido aunque no le faltaba razón, aquel sitio estaría vigilado seguramente.
─ Gracias…y por favor pídelo cuanto antes…─ antes de irme casi le suplique la menos al aire libre no me afectaba tanto pero si el sitio estaba cerrado empezaría todo de nuevo.
Talía ni siquiera pronuncio palabra salimos de allí en dirección hacia nuestra habitación, las chicas iban entrando en sus habitaciones, mientras llegábamos los pasillos casi se quedaban desiertos, solo algunas chicas rezagadas entraban en las habitaciones, aquel silencio en el edificio hacia que se me erizara la piel.
Nada mas entrar en la habitación me dirigí hacia la ventana las luces estaban encendidas como siempre, y del sitio de la torre había un fulgor rojizo muy suave casi n ose podia ver entre los árboles pero aquel brillo me hacia sentir incomoda de alguna forma, aunque Valeria subió a su cama y se tumbo de golpe.
─ Tenemos que ir al campanario esta noche…─ comente mientras miraba a la torre y curiosamente empezaba a escuchar unos ligeros aleteos, supuse que Isabel se habría recuperado y aquellas cosas estaban dando vueltas, aunqeu aun les tenia miedo.
─ Pero que dices…no puedes ir…es una locura según Talía podrían estar vigilando el sitio…además no quiero que te ocurra nada…─ expreso Valeria bajando de la cama y enseguida abrazándome, de nuevo ese perfume empezó a envolverme dejándome la mente en blanco y haciendo que mi cuerpo reaccionara a su presencia, pero por suerte el aire de la noche me despejo de golpe.
─ Espera un momento…no me pasara nada no te preocupes…primero ante todo tengo que buscar algo de ropa interior nueva…─ dije inmediatamente soltándome del abrazo y buscando en los cajones, cuando al fin la encontré no es que fuera muy adecuada ahora mismo.
Al girarme Valeria se quedo como alucinada al verla era de un color púrpura intenso con un lacito en la parte de arriba aunqeu la parte inferior era bastante escasa solo un pequeño triangulo de tela.
─ Woow, es preciosa…─ dijo Valeria con los ojos brillando como ascuas mientras, por un momento me quedaba esperando que saliera fuera.
─ No tendrías que salir a fuera…─ dije pensando en aquella regla que habían puesto y que siempre cumplíamos.
─ Ahora da lo mismo…espera un momento…─ hablo Valeria mientras se acercaba a mí lentamente, después tomo mi ropa interior y se arrodillo frente a mi y muy despacio ella misma me la fue poniendo, más tarde coloco su rostro a escasos centímetros del mío, mi cuerpo se estremecía brutalmente me estaba diciendo que me abandonara pero no podia hacerlo tenía que mantener mi mente despejada, además era como si hubiera cambiado de personalidad pro completo.
─ Es mejor que nos calmemos un poco…─ con miedo en la voz me aleje un poco de Valeria es como si le tuviera miedo de alguna forma y me tumbe en la cama.
En ese momento Valeria subió a su litera, poco a poco me fue venciendo el sueño, estaba demasiado cansada para seguir despierta.
Ni siquiera supe el tiempo que había pasado cuando abrí los ojos, el sitio estaba completamente en silencio, no había ningún ruido, me asome a la ventana para ver como estaba la noche, el aire fresco me golpeo en la cara despejándome solo escuchaba aquellos aleteos si prestaba atención.
Pensé que seria el mejor momento de salir de allí y dirigirme hacia el campanario, en cuanto iba a tocar el pomo de la puerta escuche el sonido de la campana que repicaba como siempre, pero aquella vez el amuleto que me había dado Esmeralda resplandeció de golpe con un tono negro intenso.
Aquello me extraño bastante aunque no le preste atención, abrí el pomo muy lentamente intentando que n ose despertara Valeria y siguiera durmiendo.
El pasillo estaba completamente desierto, no se escuchaba nada, avance por este hacia el piso de arriba, notaba el frío y la humedad del castillo junto con el fresco de la noche, pase enfrente del despacho de la superiora que permanecia cerrado seguí subiendo hasta llegar a la planta mas alta vi el pasillo que me había indicado Talía y en el centro un puerta doble de madera.
Nada mas acercar la mano fue como si un latigazo me azotara pude sentir una descarga eléctrica.
─ Duch…pues si que la tiene protegida…─ dije intentando probar de nuevo pero aquello era inútil es como si una barrera estuviera deteniendo mi avance.
─ Sabia que necesitarías ayuda…─ con un susto que agito mi corazón gire la cabeza viendo que era Talía por lo visto había decidido ayudarme.
─ Gracias…─ le agradecí al verla y que había decidido ayudarme a entrar allí.
Talía empezó a mover las manos concentrándose haciendo unos símbolos extraños mientras pronunciaba unas palabras que no lograba reconocer, aquella especie de barrera empezó a iluminarse y a parpadear ante el conjuro de Talía.
Poco a poco fue desapareciendo dejándonos vía libre para seguir subiendo hacia el campanario…
FIN DEL CAPITULO 1
P.D: Bueno aqui dejo el siguiente capitulo espero que os guste muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
630
3.588 ATC
CAMINO HACIA LA CAMPANA
Ante nosotras se abría el camino hacia el campanario solamente pude tragar saliva y mirar la escalera pensando lo que pudiera esperarnos.
─ Bueno vamos para arriba…Esto es increible un demonio ayudando a la iglesia…─ dijo Talía con voz extraña al verse haciendo aquello.
─ Es mejor que no lo pienses…vamos arriba…─ comente mirando la escalera que teníamos ante nosotras.
Empezamos a subir las escaleras, aquel sito era angosto y la subida aprecia ser bastante larga, podia notarse las telarañas y el polvo al pasar la suciedad en la barandilla, la madera crujía a cada paso que dábamos, intentábamos hacer el menor ruido pero eso era imposible, estuvimos subiendo como dos pisos de altura cuando arriba ya vimos una trampilla para acceder a la campana.
─ ¿Estas preparada…?...─ consulte a Talía mientras tragaba saliva con nerviosismo.
─ Si, abre la trampilla…─ contesto Talía viendo que sus manos tenían una especie de fulgor oscuro.
Hice un pequeño esfuerzo y aquella compuerta de madera cedió dejando caer bastante polvo en cuanto subimos pudimos ver la campana, peor no parecia haber nada mas.
Desde ese sitio se podia ver todo el patio incluso el pueblo y como la torre repulgaba desde el bosque, la vista era impresionante.
─ ¿Qué extraño…?...¿Pensé que habría alguien vigilándola…?...─ extrañada empecé a pasear por el lugar mirando la campana aunque no le veía nada extraño me parecia de lo mas normal.
─ No creo que sea la misma campana…─ comento Talía al poner una mano encima de esta.
─ ¿Cómo lo sabes…?...─ pregunte al observarla mientras pasaba la mano por la campana.
─ Muy sencillo, si el simple tañido de la campana me producía dolor, el simple hecho de tocarla me quemaría la mano…y como ves no es así…─ respondió Talía y aquello era prueba mas que suficiente.
Cuando pensaba en donde podría estar la campana solo se me ocurría una cosa en la torre pero cuando fuimos no había nada, aunque solo estaba aquel agujero, suficiente para que pudieran haberla tirado.
─ Creo que se donde esta la campana…─ exprese creyendo en donde estaría, puesto que si no estaba allí deberíamos de mirar por todo el internado.
─ ¿Dónde has pensado…?...─ con voz algo desconfiada mientras miraba hacia el cielo y cerr5aba los ojos respirando profundamente.
─ En la torre en el agujero…no queda otra si no han tenido que esconderla en el internado y eso seria demasiado simple…─ conteste mientras miraba el paisaje.
─ Estas loca, de ahí es de donde salimos Esmeralda y yo, créeme no te gustaría bajar a ese sitio…Si esta allí vete dándola por perdida…ni de broma pienso dejar que bajes a ese lugar…─ enseguida salio de su estado de tranquilidad mientras me miraba enfadada, no creí que fuese un sitio tan peligroso a donde llevaba ese agujero.
─ ¿Pero a donde lleva…?...No será…─ consulte extrañada al verla habar de esa forma, no pensé siquiera que ellas hubieran salido de allí.
─ Si, es como un portal que lleva a nuestro mundo…─ respondió Talía con algo de miedo en su tono pero no llego a terminar la frase pudimos escuchar claramente el crujido de la madera como si alguien estuviera subiendo.
─ ¿Has escuchado eso…?...─ cuestione un momento mientras agudizaba el oído para estar segura.
─ Será mejor que salgamos de aquí cuanto antes…─ respondió Talía mientras yo me dedicaba a abrir la trampilla lentamente en mi primer vistazo no parecia que hubiera nadie subiendo pero podíamos esperarnos lo que fuese.
Empezamos a descender lentamente atentas a lo que pudiera haber pero no había nadie en las escaleras.
─ Qué raro, no hay nadie…─ no llegue i siquiera a terminar la frase cuando pude ver con miedo a una de las monjas pegada a la pared sus ojos estaban completamente en blanco y mostraba una lengua larga en una boca llena de colmillos, sus uñas estaban clavadas a la pared.
─ Creo que vamos a tener problemas…─ comento Talía mientras se preparaba para pelear pero por mi parte no sabia que hacer, un solo zarpazo de aquella cosa terminaría con mi vida y el hombro aun me seguia doliendo.
Aquella cosas no dejaban de sacar la lengua pendientes a lo que pudiéramos hacer, no pude mas que tragar saliva y esperar poder salir con vida.
─ Ponte detrás de mi y estate atenta a lo que haga…repite al mismo tiempo…─ Talía me puso detrás de ella, aunque podia notar que el tono de su voz era de miedo y no era para menos.
La garganta la tenia paralizada por el miedo aquello me superaba por completo y dudaba incluso que pudiera salir con vida.
De improviso una de aquella cosas salto sobre nosotras enseguida Talía movió las manos y una especie de rayo negro salio de sus manos haciendo que ese ser cayera por el hueco de la escalera gritando.
Pero aquello no había terminado la otra criatura aprovechando la situación se puso delante de nosotras y tomo las muñecas de Talía impidiendo que pudiera hacer nada.
Enseguida aquella cosa abrió la boca y empezó a soltar lengüetazas Talía comenzó a mover la cabeza para evitarlos, no pude mas que imitarla para que no nos acertara, en un momento Talía elevo las piernas y de una patada lanzo aquella criatura contra la barandilla de la escalera haciendo que se rompiera y cayera por el hueco de esta.
─ Será mejor que salgamos de aquí cuanto antes de que vengan mas cosas de esas…─ comento Talía mientras bajábamos las escaleras a toda prisa.
─ ¿Crees que hay mas cosas como esas…?...─ curiosee extrañada por lo que había dicho.
─ No creo que ninguna monja, sea ya ella misma…─ contesto Talía mientras llegábamos abajo, en el suelo pudimos ver aquellas cosas tiradas con una especie de liquido negruzco saliendo de sus cuerpos, cerramos la puerta detrás de nosotras.
Salimos de aquel sitio bajando por las escaleras a toda prisa para volver a mi habitación pero al llegar abajo, nos quedamos sorprendidas al ver una escena que me sorprendió mucho.
─ ¿Por qué lo hiciste…?...No te había hecho nada…─ alzo la voz Olga que estaba en el patio y a una cierta distancia estaba la profesora, por lo visto quería venganza pero sabia que seria imposible.
─ Olga!...─ exclame al ver aquello aunque Talía solamente me negó con la cabeza impidiéndome intervenir aunqeu sabia que podría terminar muerta.
─ Es mejor que no intervengamos…─ con tono muy tranquilo solo nos quedamos de momento viendo lo que estaba pasando.
─ Pero podría terminar muerta…─ exprese con miedo, puesto que no quería que nadie muriese mas.
─ Si intervienes tu terminaras muerta también…─ dijo Talía con tono serio viendo lo que sucedía en el patio, aunque lo que mas me extraño es que nadie despertara.
─ Ya me esta hartando tu y tu inútil club, será mejor poner fin a eso…Aunque no te iras sola no te preocupes después te acompañaran tus amigas…─ amenazo Talía mientras avanzaba un poco haciendo retroceder a Olga.
Mientras el ambiente en aquel sitio bajaba de temperatura Olga no se amedrentaba, por la mirada que tenia aprecia que tuviera algún as en la manga.
─ Hoc daemonio in auditorium meum intende : Lux sancta nos extinguere…(Luz sagrada acude en mi ayuda para extinguir este demonio)…─ alzo su voz Olga con unas palabras en latín, aunque no esperaba que nada sucediera.
Aunque lo que observe a continuación me sorprendió fue como un haz de luz que cayo sobre la profesora de gimnasia haciendo un estruendo tremendo mientras la profesora se retorcía de dolor gritando.
─ Pero que demonios…como ha podido esa cría…Es imposible…─ con los ojos abiertos y con un tono de sorpresa se quedo sorprendida viendo aquello ni siquiera yo me esperaba que pasara aquello que pudiera ser capaz de realizar un conjuro todo lo que habían hecho hasta ahora eran tonterías pero esto ya era bastante serio.
─ No puede ser es imposible…pero si no sabían hacer nada…y de buenas a primeras…─ sorprendida por aquello no podia dejar de mirar lo que había pasado.
Cuando el haz de luz termino de caer Talía estaba en el suelo echando humo por todo su cuerpo, pensé que todo aquello al fin había terminado.
─ Creías que estaba desarmada, pienso vengarme de lo que le has hecho a todas las chicas de aquí…y sobre todo a Esmeralda…─ amenazo Olga mientras se acercaba al cuerpo humeante de la profesora que estaba en el suelo.
Pero cuando estuvo casi a su lado la profesora se levanto casi inmediatamente, puso una mano en la garganta de Olga y empezó a recitar unas palabras que no entendí pero Talía permanecia atenta a lo que estaba diciendo.
Olga se revolvía para intentar soltarse de la presa que le estaba haciendo la profesora de gimnasia en eso cuanto termino de hacerlo empujo a Olga a una distancia rodando por el suelo.
─ Me has sorprendido todo hay que decirlo, no me esperaba que alguien como tu pudiera hacer ese conjuro… si me hubieras lanzado otro hubieras acabado conmigo…pero ahora me toca a mi…de momento no podrás hablar aunque créeme no acabare rápido contigo lo haré lentamente recreándome y me pedirás morir pero no lo haré, después de eso llevare tu alma a los infiernos para seguir torturándola por toda la eternidad créeme lo que pasaras aquí serán unas vacaciones con respecto a lo que te espera…y si el infierno existe te aseguro que lo conocerás…─ explico Talía solamente movió la mano y Olga fue elevada en el aire con los brazos y las piernas estirados en sus muñecas y talones podia verse como aun especie de circulo rojo llenos de símbolos.
Olga intento hablar como podia pero le resultaba imposible Talía empezó a pasear de un lugar a otro impaciente al ver aquello.
─ ¿Qué te parece si empezamos por los dedos…─ nada mas decir esto Talía movió su mano y pude ver como sus dedos empezaban a adoptar una posición extraña, podia ver como intentaba gritar de dolor pero no podia hacerlo.
No podia permitir que siguiera haciendo aquello, era demasiado y no pensaba en perder otra compañera mas.
─ ¿Se puede saber a donde vas…?...Estas loca que quieres morir también…─ dijo poniéndome una mano en el pecho e impidiéndome que me moviera de donde estaba.
─ No pienso dejar que muera…de eso nada, ya fue suficiente con Esmeralda…─ dije apartado la mano de mi pecho y saliendo a toda prisa mientras que la profesora de gimnasia se divertía con Olga.
─ Detente ahora mismo…no pienso dejar que le hagas nada mas…─ con lo poco que me quedaba de valentía me puse delante de Olga que ya tenia las lagrimas en las mejillas por el dolor.
─ Vaya quien tenemos aquí, a la pequeña salvadora, escúchame no pienso dejar que ninguna de vosotras me fastidie lo que estoy haciendo aquí…me ha llevado bastante tiempo hacer todo esto…y ahora crees que puedes venir a detenerlo todo…de eso nada…─ dijo la profesora mientras movía la mano en eso cerré los ojos esperando cualquier cosa pero nada sucedió.
Ambas nos quedaos en silencio esperando que sucediera algo pero no paso nada, cosa que me sorprendió bastante pero al bajar la cabeza pude ver como el pequeño colgante de Esmeralda estaba iluminado con un extraño fulgor de color rojizo incluso después de haber muerto estaba protegiéndome no pude mas que sonreír levemente agradeciéndoselo mentalmente.
─ Pero que demonios ha sucedido…deberías de estar gritando…─ pronuncio la profesora algo extrañada por que no sucediera nada.
─ Libérala ahora mismo…─ exigí con voz firme esperando que lo hiciera aunque dudaba que pasara.
─ ¿Qué extraño…?...─ consulto extrañada mirándose las manos con curiosidad comprobando que no pasara nada.
En ese momento movió de nuevo una mano y escuche un chasquido y mire hacia atrás viendo que el pie de la pobre Olga había adoptado una posición rara.
Corrí hacia ella todo lo que pude para hacer que frenara lo que estaba haciendo pero con un movimiento de mano note como si una fuerza me impactara y me tirara hacia atrás con fuerza.
─ Parece que alguien te esta protegiendo…pero no creo que pueda hacerlo de todo…─ la profesora movió las manos y con una de ellas apunto hacia mi, aun estaba en el suelo y si me movía le daría a Olga no podia hacer nada.
Solo pude ver un destello de sus manos y como salía de ellas fuego, cerré los ojos y puse las manos delante de mi para protegerme pero no sentí nada solo algo de calor, cuando lso abrí observe que Talía estaba delante de mi protegiéndome.
─ Vaya, ya sabia yo que no estaría sola…al fin apareces…─ hablo la profesora con desprecio mientras miraba a Talía.
─ No te saldrás con la tuya…no pienso dejarte así que será mejor que o dejes…─ respondió Talía con valor mientras intentaba ganar algo de tiempo podia ver como tenia una mano en la espalda haciendo unos símbolos extraños.
─ No sabes aun lo que estoy intentando hacer…¿verdad?, estoy intentando hacer que las cosas sean como antes…que podamos ser libres que estos patéticos humanos nos teman…merecemos respeto y créeme que si tengo que llegar a liberar a nuestro padre para que eso suceda lo haré…─ pronuncio la profesora con convicción, pero aquellas palabras parecían haber impactado al menos por unos momentos en Talía.
─ ¿Nuestro padre…?...¿Quieres decir que se encuentra aquí…?...─ dijo Talía con tono de sorpresa cosa que no llegue a creerme que ese demonio que capturaron fuera su padre.
─ Quien crees que están reteniendo tras esa puerta, lo mantienen encerrado…lo que mas me sorprende es que te pongas de su parte…después de lo que han hecho…─ pronuncio la profesora mientras empezaba a caminar de un lugar a otro, Talía por su parte termino de hacer lo símbolos y aquellos discos de color rojizo dejaron de apresar a Olga y esta cayo al suelo de golpe.
─ Pero...─ Talía no sabia que decir por un momento se quedo mirándome de forma inexpresiva y volvió a mirar a Talía, aquella duda que empezaba a formarse en su mente no me gustaba demasiado.
─ Míralos solo saben destruir, controlar o dominar…yo solo quiero liberarlo que seamos los que fuimos y esa zorra no hace mas que interponerse…─ hablo Talía al señalarme, no sabia que hacer ni siquiera podia moverme del lugar por lo que pudiera pasar.
─ Si, en eso tienes razón, los humanos solo saben destruir, no te lo niego, pero la cosa es que Esmeralda confiaba en ellos y no pienso defraudarla…─ casi gritando Talía giro de golpe lanzando una especie de rayo oscuro por sus manos, la profesora de gimnasia reacciono a tiempo poniendo sus manso delante suya y lanzando otro que impactaron conjuntamente.
─ Eres una traidora a tu raza lo mismo que Esmeralda…y pagaras por ello…─ hablo la profesora de gimnasia haciéndole frente las energías empezaron a avanzar un poco hacia cada una, aquello era una lucha de poder.
─ Lárgate, rápido no podré aguantarla mucho…prométeme que la destruirás lo mismo que hizo con Esmeralda…ella confiaba en vosotros y yo hago lo mismo…─ comento Talía mientras aguantaba la energía de la profesora que parecia no ceder.
Como pude arrastre lentamente a Olga para salir de aquel lugar y no molestar a Talía, la lucha parecia no tener un ganador.
Aunque la lucha se decanto rápido por la profesora de gimnasia que parecia ganar terreno con rapidez, poco a poco empezaba a ver como empezaba a amanecer y las chicas se despertarían rápidamente, cuando por fin estuvimos a salvo, nos quedamos un momento viendo aquello.
La profesora al parecer se impuso sobre Talía, la energía oscura empezó a acercarse peligrosamente hacia ella que parecia que casi no podia retenerla.
─ Eres patética igual que los humanos…y terminaras lo mismo que ellos…al fin podré librarme de ti y después de todas ellas…─ expuso la profesora mientras comenzaba a caminar hacia Talía haciéndola que esta retrocediera pero no podia moverse del sitio.
─ No puedo dejarla que la mate…espérame aquí…─ pensé que al menos pudiera ayudarla pero no sabia exactamente como solo esperaba que el amuleto que me había dado Esmeralda sirviera para detenerla.
─ No me dejes sola…por favor…─ rogó Olga mientras su rostro se notaba lo que estaba sufriendo, por lo que había pasado.
─ No te preocupes…volveré…─ confesé muy confiada pero la verdad no sabia que hacer ni como ayudarla.
El sol poco a poco empezaba a despuntar podia ver como Talía comenzaba a arrodillarse debido a la potencia de la profesora que parecia tener todas las de ganar.
Los primeros rayos de sol empezaban a despuntar rápidamente Talía llevaba todas las de perder me acerque rauda hacia ella pero no sabia que hacer.
─ Te dije que te fueras…No podré aguantarla por mucho tiempo el día me debilita…ella tiene el libro…─ expuso Talía mientras seguia aguantando la energía de la profesora que cada vez se hacia mas fuerte.
No se lo que paso ni lo que sucedió esos momentos lso tengo algo borrosos fue como si mi mente se perdiera en un vacío oscuro y frío aunque podia ver lo que estaba sucediendo sentí la presencia de Esmeralda dentro de mi y como me levanto el brazo colocándomelo encima del de Talía.
─ Moriréis las dos…y creedme no dejare que vuestras almas tengan el descanso me serviréis eternamente…─ amenazo la profesora mientras podia ver como sus ojos cambiaban a un color amarillo y la pupila se volvía horizontal y de color negro.
─ Esta vez no…─ pronuncie con una voz que no era la mía fue como si me viera desde fuera pude ver la imagen de Esmeralda que estaba junto a Talía ayudándola, la energía de esta se elevo muchísimo haciendo retroceder a la profesora.
Esta intento aguantar lo que pudo pero eso era cada vez mayor viendo que no le quedaba otra alternativa y que el día ya despuntaba se retiro esfumándose en el aire.
─ Te echo de menos…─ dijo Talía arrodillándose por el cansancio y empezando a llorar podia verse que las lagrimas saltaban a sus mejillas.
─ No te preocupes, estaré contigo y confía en ellos…─ exprese con voz de Esmeralda en ese momento caí al suelo desmayándome ni siquiera supe lo que paso solo se que cuando abrí los ojos me encontraba en mi cama y Valeria estaba mirándome desde su litera.
─ Buenos días dormilona…No parece que hayas dormido bien…¿Has tenido una pesadilla…?...─ curioseo mientras de un salto bajaba de la cama con una sonrisa en el rostro y tomaba algunas cosas rápidamente, por mi parte intente despejarme fue como si todo aquello fuera un sueño.
─ Buenos días…¿Pero que…?...─ consulte sin llegar a terminar la frase de golpe empezó a dolerme la cabeza como si me hubieran golpeado con fuerza, me pase la mano pro la cabeza pero no tenia ningún chichón pero aquella sensación empecé a conocerla rápidamente, aquellas feromonas empezaban a afectarme por suerte la sirena me dio un descanso haciendo que Valeria saliera del cuarto, pero no tenia mucho tiempo hasta que volviera.
Como pude me puse de pie viendo que el sol ya estaba despuntando y que pronto me tocaría entrar en la ducha, las piernas me temblaban tuve que apoyarme varias veces en la cama y en la pared para poder conservar el equilibrio.
Tome algunas prendas y me prepare para darme la ducha esperando que me despeara por completo.
Espere un poco sentada en la cama intentando organizar mi mente de alguna forma, recordando o que había pasado la noche anterior pero a partir de que me desmayara era imposible, solo esperaba que Olga estuviese bien.
Pasado algo de tiempo volvió a sonar la sirena y Valeria entro en la habitación sonriéndome mientras yo como podia salía de allí parecia que las piernas no me sostenían y el cuerpo me dolía horrores, la herida del hombro me estaba matando tenía que ir a la enfermería a pedir algún calmante, aunqeu también estaba cerca el fin de semana y tendría que acompañar a Isabel a su casa.
Salí de allí y me coloque en la puerta esperando que nos tocara, entre las chicas podia notarse que el ambiente estaba bastante tenso.
Andamos hacia las duchas enseguida deje que el agua me refrescara pero esta vez en vez de agua caliente quise dejar que el agua fría me despejara por n momento sentí mucho alivio notaba como mis sentidos se recuperaban y que las piernas dejaban de temblarme.
─ Menos mal espero que hoy le traigan las hierbas del te…─ dije apoyando la cabeza en la pared de la ducha mientras dejaba que el agua cayera sobre mi nuca estaba como en el cielo pro un instante.
Cuando escuche el primer aviso de la sirena que indicaba que teníamos que salir de las duchas y volver a las habitaciones.
Recogí la toalla y me seque un poco, salí volviendo a la habitación enseguida Valeria salio para dejar que me vistiera, nada mas entrar sentí como una ráfaga que se me pego a la nariz haciéndome que me mareara a pesar de estar la ventana abierta.
Me puse la ropa y el uniforme que menos estuviera manchado ya no me quedaba otro y tenia que lavarlo, pasado un rato entro Valeria de nuevo y tomo el cepillo para peinarme como todas las mañanas.
─ Te noto algo extraña…¿Estas bien…?...─ curioseo Valeria mientras intentaba no tirarme demasiado del pelo, aquella mañana lo tenia fatal.
─ Si, no te preocupes solo que tengo algo de sueño y me duele el hombro tengo que ir a la enfermería, espero que nos e me haya abierto la herida…─ comente mientras me pasaba la mano por el hombro aunque el sueño empezaba a hacerme efecto, puesto que no había dormido en toda la noche.
Mientras Valeria seguia cepillándome el pelo, no podia dejar de olfatear el aroma que despedía mezclado con el perfume, mi mente poco a poco se tornaba en blanco, por suerte la sirena sonó a tiempo sacándome de ese estado.
─ Bueno esto ya esta vamos a desayunar…─ dijo Valeria mientras salíamos de allí y me tomaba de la mano casi tirando de mi.
Aunque pasamos por el pasillo atestado de gente, parecia que nos ignoraban ni siquiera prestaban a tensión a que nos estuviéramos dando la mano, aunque le ambiente estaba algo crispado.
Al llegar al comedor fue lo de siempre nos pusimos en la cola para tomar algo y esta vez como as anteriores volví a tener que pagar lo de Valeria que me prometía como siempre que me lo devolvería.
Buscamos la mesa en cuanto la encontramos, nos dirigimos a ella estaba el club la completo aunque parecían bastante tristes aun, y Olga estaba como siempre pero esta vez con la cabeza bajada, aunque me extraño no ver a Felissa ni Clarissa por allí.
─ Buenos días…hace un día estupendo…─ pronuncio Valeria en voz alta mientras se disponía a desayunar.
─ Venga tenéis que animaros un poco, no podéis estar así siempre…se que ha sido duro perder a Esmeralda…Además tenéis que ayudarme a una cosa…─ expuse mientras tomaba algunos pequeños bocados a las tostadas, algunas de ellas levantaron la mirada para prestarme atención, aunque lo que mas me extraño fue la rápida recuperación de Olga que parecia no tener nada.
─ ¿Qué es lo que pretendes…?...─ curioseo Olga mientras algunas permanecían atentas, en eso pude escuchar algo de silencio sabia perfectamente que había llegado Isabel que enseguida se sentó a mi lado cosa que hizo enojar algo a Valeria.
─ Quiero recuperar la campana del internado y esa se haya en la torre en aquel agujero que vimos…─ respondí, sabiendo que no estarían muy de acuerdo con lo que había propuesto, ya que algunas le habían pillado miedo a aquel lugar.
─ ¿Cómo que recuperar la campana…?...La campana esta en el campanario, como siempre…─ consultó Bárbara con miedo en su voz mientras me miraba fijamente.
─ Si, yo la he escuchado esta noche…─ Daisy parecia estar mas nerviosa que las demás, no dejaba de mirarme extrañada por aquella propuesta que había hecho.
─ Si es cierto que se escucho anoche, pero esa campana no es la que debería de estar…La autentica esta en el agujero de la torre…─ explique un poco aunque sabia que aquello las confundiría aun mas.
─ ¿Cómo sabes que esa no es la campana autentica…?...─ pregunto Barba extrañada aun mas, al parecer la curiosidad les iba pudiendo poco a poco.
─ Anoche subimos a comprobarlo Talía y yo, y supo enseguida que esa no era la autentica, he pensado que el único sitio para esconderla seria ese lugar puesto que en el internado seria bastante complicado esconderla…─ conteste mientras pensaba que era el mejor lugar.
─ Podrían haberla escondido en el pueblo…─ con una voz tímida Ángela respondió con a cabeza aun bajada aunque no le faltaba razón, y aquello si que seria arriesgado, mientras aquella duda me rondaba en la cabeza pensando que hacer, sonó la sirena inmediatamente Valeria me tomo de la mano haciéndole saber a Isabel que estábamos juntas, esta casi ni reacciono al verlo.
─ ¿Olga antes de ir a clase podría hablar contigo…?...─ pregunte mientras dejaba la bandeja en su sitio y salía afuera con Valeria cogida de la mano.
─ Parece que os va muy bien por lo que veo…─ comento Olga mientras me veía con Valeria que no me soltaba la mano.
─ Valeria podría hablar con Olga a solas por favor será un momento…─ rogué por un momento mientras Valeria se quedaba mirando a Olga por lo visto era bastante celosa solamente me dio un beso y se marcho a clase.
─ Me puedes explicar que fue eso…lo de anoche y por que estabas detrás de la profesora de gimnasia…─ acuse a Olga por lo que había visto aunque no llegue a comentar lo del conjuro preferi que ella misma lo contase.
─ No se lo que paso llego a mi habitación y tuve que salir de ella a toda prisa…y de buenas a primeras me encontraba en el patio…─ explico Olga aunque no la creía en absoluto fue la excusa mas pobre que había contado.
─ Olga se lo del conjuro que lanzaste contra la profesora de gimnasia…lo que pienso es que tu fuiste detrás de ella buscándola por venganza, lo que no me explico son dos cosas, la primera es como te has recuperado tan rápidamente y la otra es como fuiste capaz de hacer aquello, el club en el que estamos no tiene libros para eso y no creo que la biblioteca del internado tenga esos libros…─ hable intentando poner las cosas claras pensé que ni siquiera las chicas del club lo sabían.
─ Ahora mismo no tengo tiempo de contártelo pásate por le club después y te responderé a todo lo que quieras…te lo prometo…─ contesto Olga mientras se daba prisa para llegar a clase, cuando me di cuenta el tiempo se me había pasado volando y si llegaba seria de suerte.
Corrí todo lo que pude por los pasillo con la gente aun entrando en clase apresuradamente por suerte cuando llegue no había llegado aun la profesora, respire aliviada y me coloque en el asiento de siempre mirando pro la ventana como el día empezaba a despertarse y el sol iluminaba el patio por completo, pero esta vez no había nadie haciendo gimnasia, pensé que el conjuro que le había soltado Olga había echo mella en la profesora de gimnasia y necesitaría recuperarse.
Tenia la cabeza algo mareada aun tenia el olor del perfume de Valeria en la nariz rondándome y golpeándome con fuerza en la cabeza que de vez en cuando me quedaba en blanco.
Al momento Isabel se sentó a mi lado aquello hizo que fuera algo peor, las piernas me temblaban incluso las manos, y mi cuerpo empezaba a calentarse en exceso, no pude mas que sacar la cabeza por la ventana respirando algo de aire fresco para poder despejarme.
─ Tengo que hablar contigo…─ pronuncio Isabel de manera seca y seguidamente entro la monja a dar la clase, empezó pasando lista y sentándose mientras se disponía a dar la lección.
Aunque no me inspiraba mucha confianza sabia que no trataría de hacer nada delante de todas así que le seguí el juego, pero aquella clase y las que la continuarían serian toda una tortura tenia a Isabel sentada al lado y poco a poco aquel aroma me empezaba a descontrolar tenia que salir de allí o haría cualquier locura, mi sexo estaba ya mojando mi ropa interior era como si hubiera tomado un afrodisíaco.
─ Disculpe,¿puedo ir al cuarto de baño…?...─ alce la mano esperando poder salir o directamente yo saltaría encima de Isabel delante de toda la clase.
─ No te tardes…─ respondió la monja dejándome salir cosa que aproveche a toda prisa, ya no podia mas estaba desesperada incluso las piernas me temblaban una vez fuera respire lentamente y profundamente para intentar controlarme y relajar mi corazón, por suerte así fue al menos estaba un poco as tranquila.
Como pude y sujetándome a las paredes me dirigí hacia el cuarto de baño al llegar entre y cerré la puerta, abrí el grifo del lavabo y me arroje agua fría varias veces y algo de esta por el cuello para calmarme.
─ Que alivio…─ pronuncie mientras apoyaba la cabeza contra el espejo por suerte mi corazón se empezó a relajar poco a poco y la temperatura de mi cuerpo descendía, sabia que como volviera a esa clase terminaría mal, seria mejor ir a la enfermería para ver si habían llegado las hierbas.
Salí del cuarto baño en dirección hacia la enfermería intentando que no me vieran al pasar delante de la clase, atravesé los pasillos solitarios cuando llegue al patio pase directamente a la enfermería.
La puerta estaba cerrada toque varias veces para comprobar que estuviera Talla dentro, enseguida me dijo que pasara.
─ ¿Te encuentras bien…?...estas hecha un desastre, será mejor que te tumbes un poco…─ curioseo Talía viéndome como me encontraba incluso después del agua fría y de haberme relajado aun me dolían los pezones, el solo rozar con la ropa era un suplicio.
─ Tu que crees…espero que tengas esas hierbas…─ conteste suspirando y con la respiración alterada…
FIN DEL CAPITULO 2
P.D: Bueno aqui dejo otro capitulo espero que os guste muchas gracias a todos .
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