EL PRIMER ENCUENTRO
En una ciudad tan grande como casi todas, con rascacielos enormes, nuestra atención se fija en dos vidas, una de ella casi sin importancia de lo mas normal que intenta darse prisa para llegar a la residencia de chicas, su nombre es Susan y al parecer se ha retrasado en su visita a los centros comerciales y ni siquiera ha prestado atención a su reloj solo espera poder entrar, si no tendrá que escalar los muros, que rodean a la residencia.
Esta joven de unos veinte años de edad aunque sus rasgos podrían decir casi con certeza que tiene dieciocho de rasgos suaves y finos con nariz respingona de ojos algo almendrados y de color azul , su cabello liso le llega hasta la cintura aunque casi siempre se lo recoge con una coleta, según ella dice que le sobra algunos kilos y esta a régimen pero siempre se lo salta de una forma u otra por su pasión por la pastelería; aunque siendo buena en sus estudios siempre acaba aprobando por los pelos esa noche mientras recorre un parque por el que siempre pasea y que a estas horas no hay casi nadie va a encontrarse algo que nunca antes había visto:
─ Dios por que siempre me retrasare tanto...se me va el santo al cielo...solo espero no tener que escalar los muros...Increíble ya hasta hablo sola...¿Pero que demonios es eso...?...─ dije mientras corría por aquel parque que tantas veces había pasado ya ahora sin nadie solo la luz de las farolas iluminaba mi camino, la noche estaba tranquila y con luna llena, cuando pase por un rincón del parque pude ver una cola extraña larga de color rosa y con rayas negras, pensé que podría ser alguna especie de peluche que alguien había tirado entre los arbustos.
─ ¿Pero que demonios...?...¿A quien se le habrá ocurrido tirar un peluche...? ...Pero que leches...─ dije en cuanto moví los arbustos pensando que seria un muñeco de alguna clase pero mi sorpresa fue mayúscula al ver que no era eso se trataba de una especie de combinación entre persona y una especie de animal que no podía reconocer tenia el pelo cortito y despeinado coronado por una diadema de color celeste haciendo contraste con su pelo verde intenso. Sus rasgos parecían los de un animal pero estaban en perfecta sincronía con los de un ser humano, tenia un pequeño hocico de color negro muy lindo, su cuerpo estaba perfectamente formado, tenia una piel suavísima de un color rosa apagado y al final de su espalda había una cola larguísima, estaba vestido con un pequeño top de color rosa, aunque no tenia mucho pecho pensé que lo mismo no estaba muy desarrollada aun, en sus caderas una faldita de color rosa corta y en sus piernas unas medias de color rojo en sus pies unos zapatos de tacón alto del mismo color.
En ese momento la mente de Susan vacila entre llevarse a la pobre criatura o dejarla allí, la sorpresa aun inunda su mente, pero que hacer si la deja podría encontrarla alguien y terminaría peor y si se la lleva no sabe lo que pasaría en la residencia pero al menos estaría segura.
─ Será mejor que me la lleve aunque no se donde te voy a meter...no te puedo dejar aquí...y por supuesto pareces un buen espécimen que estudiar así mato dos pájaros de un tiro...Joder no pareces que peses casi nada...─ dije mientras lo elevaba en brazos en dirección a la residencia, por suerte las verjas estaban aun abiertas, el edificio era bastante grande y en la puerta principal arriba había un cartel con algunas palabras en latín, la entrada estaba decorada con dos columnas y una puerta doble por suerte no estaba cerrada y también tuve suerte de que ninguna chica estuviera por fuera y me viera se habría formado un gran escándalo.
Susan entro en la residencia el edificio era algo antiguo, el interior tenia un perfume un poco agrio las luces estaban encendidas, enfrente suya había una escalera que llevaba a los dormitorios a su derecha una gran estancia con muy bien amueblada y al fondo una chimenea que ahora permanecía apagada, a su izquierda estaba la cocina pero ahora estaba con las puertas cerradas y casi al lado de las escaleras una puerta que llevaba al sótano casi siempre permanecía cerrada salvo en los festivales que entraban a coger todo lo necesario para las decoraciones, Susan subió las escalera alfombradas de color rojo al llegar arriba miro desde esta para comprobar que no había nadie podía escuchar las voces de sus amigas en otras habitaciones por suerte nadie se había enterado que estaba allí, paso por el pasillo y abrió muy despacio el pomo de su habitación al entrar encendió la luz; la habitación no era muy grande pero tenia todo lo necesario un tocador con varias cremas y perfumes con dos cajones y un gran espejo, al fondo un armario muy simple y al lado de este dos camas separadas por una mesilla de noche con un despertador y una pequeña lámpara, la suya y la de su compañera que la mayoría de las veces no se encontraba en su habitación era considerada por ella como una especie de depredadora sexual, se podría decir: "Que se tiraba a todo lo que se meneaba", pero bueno si ella disfrutaba de su vida así Susan no era quien para juzgarla, delicadamente dejo a la pobre criatura en su cama y busco un pequeño botiquín entre sus cosas ya que si hubiera pedido uno hubiera levantado sospechas inmediatamente se dispuso a curar las magulladuras y demás heridas la mayoría no tenia ninguna importancia, solo eran arañazos. Susan en ese momento empezó a quitarle la ropa despacio esperando solo no despertarle, lo primero fue quitarle ese top pequeño y minúsculo pudo ver que su pecho casi se parecía al de un hombre pero estaba muy bien proporcionado para serlo, aunque según su apariencia podría echarle unos dieciocho años y a esa edad sueles tener algo de pecho, aunque no le presto la mas mínima importancia, lo siguiente en quitarle fueron los zapatos tenia unos pies que parecían casi humanos las uñas estaban pintadas de color rojo fuerte, lo siguiente fue la falda que desbrocho con una cremallera que tenia en su costado, la ropa interior era de un color rosa casi se podría decir que eran de cuero con un lacito blanco cuando las bajo no pudo mas que echarse para atrás con sorpresa o miedo no era precisamente lo que esperaba encontrar.
─ ¿Pero que demonios...? ...Pero si tu...No puede ser...Esto es imposible...¿Pero como...? ...─ dije con tono de susto no podía ser lo que estaba viendo, aunque por su apariencia hubiera pensado que era una chica, pero es un chico.
Susan no esperaba que aquella criatura que había pensado que era una chica fuese un chico. La incredulidad aun le duro por un momento mientras paseaba por la habitación nerviosa de un lado para otro no podía creer que aquella criatura fuese un chico por toda aquella ropa parecía una chica. Aquel estupor duro poco cuando escucho golpes en su puerta al parecer su compañera había regresado mucho antes de su cita, pero que podía hacer ahora mismo, no sabia donde esconderlo, en casi ningún sitio de aquella habitación.
─ Susan abre la puerta...¿Se puede saber por que has echado el cerrojo...?...─ dijo la joven mientras zarandeaba la puerta para poder entrar, al parecer estaba de mal humor.
─ Priscila...que rápido que hayas llegado...¿Que ha pasado con tu cita...? ...Normalmente no sueles venir a estas horas...¿Pero donde demonios te escondo?...─ dije pensando donde esconder aquella criatura, peor tenia la mente en blanco me resultaba imposible.
─ Ese tipo era un imbecil...solo queria cariños y mimos...un romanticón redomado...ya estaba harta...¿Pero quieres abrir?...¿Se puede saber que estas haciendo...?...Pero vamos si molesto y estas con alguien me lo dices y me doy una vuelta...─ dijo Priscila con un tono de cachondeo sabiendo perfectamente que nunca traía nadie a la habitación y era yo la que me tenia que ir de vez en cuando a dar una vuelta.
Susan nerviosa empezó a rebuscar por toda la habitación sabiendo que no podía entretenerse mucho buscando un lugar no tenia ni idea y sin pensarlo mas decidió coger a la criatura y ponerla debajo la cama. cogio su ropa y la lanzo debajo de esta también. Habiendo terminado se dirigió a la puerta y la abrió todo lo tranquila que podía estar.
─ Joder si que has tardado...se puede saber que estabas haciendo...─ dijo Priscila mientras miraba por la ventana por si alguien había escapado por ella, seguidamente se tumbo en la cama para descansar un poco.
La ropa de Priscila siempre que salía de cacería según ella era de lo mas provocativa, aunque para dar la apariencia de niña buena también tenia otra colección de ropa, esta noche llevaba unos pantalones de cuero negro muy ajustados pensaba que al quitárselos tendría que hacerlo con un abrelatas, encima de este llevaba una camiseta de color rojo pasión con un gran corazón rosa y con un amplio escote, en los pies tenia unos zapatos de tacón bajo marrones y con la puntera abierta, su pelo estaba recogido casi siempre, tenia un color cobrizo, era de corpulencia media y poseía unos encantos que bastantes de la residencia envidiaban, sus rasgos eran algo marcados pero estaba suavizados por sus mejillas regordetas, sus ojos eran de un color verde azulado muy bonitos y en esta ocasión llevaba un pintalabios de color rojo pasión para rematar toda su vestimenta aparte del maquillaje.
─ ¿De verdad no había nadie...? ...¿Que es eso...?...─ pregunto Priscila extrañada mirando desde la cama hacia todas partes, pero con tan mala suerte que termino fijándose en parte de la ropa de la criatura.
─ ¿A que te refieres...? ...─ respondí nerviosamente mirando hacia todos lados, por suerte mi mirada se poso en parte de la ropa que no había podido echar bajo la cama.
─ ¿No me digas que te has comprado un conjunto...para ir de cacería conmigo...? ...No me lo puedo creer nena...pero esto creo que te esta un poco pequeño la verdad...pero aun así es algo atrevido...─ dijo Priscila mientras miraba la faldita corta de color rosa y me la ponía en mi cintura comparando su anchura.
Priscila se quedo por unos instantes mirando la anchura de aquella prenda con su cintura y bromeando con el conjunto, sin percatarse de momento que Susan había visto parte de la cola de aquella criatura que no estaba escondida bien bajo la cama y en esa situación no podía moverse a ninguna parte, de una patada suave la introdujo de nuevo bajo la cama, pero al instante volvió a salir nuevamente, parecía que aquel apéndice tuviera vida propia, Susan volvió a insistir nuevamente en su movimiento pero de nuevo aquello salio fuera de la cama. El nerviosismo estaba pudiendo con ella podía verse incluso como comenzaba a sudar por los nervios y su vista no se apartaba de aquella cola.
─ Susan...¿Me estas escuchando...?...Se puede saber que miras con tanto empeño...?...─ dijo Priscila, mirando al suelo en ese momento pegue un zapatazo y volví a meter la cola, el sonido asusto a Priscila y dejo de mirar al momento.
─ Coñooooo...Susan que susto me has dado...¿Pero que haces...?...No me digas que lo tienes escondido debajo de la cama...Ja, ja, ja, ja... Que fuerte tía...─ dijo Priscila de manera cómica incluso se puso al otro lado de la cama para mirar, pero no podía permitírselo que lo hiciera, no podría explicárselo de ninguna forma.
Susan empezó a intentar que no mirara Priscila debajo de la cama, de un lado para otro de la habitación incluso se lanzo encima de ella, aquello iba para rato ambas cogieron las almohadas y comenzaron a golpearse una a la otra, pero en un descuido de Susan Priscila lo aprovecho para mirar debajo de la cama y descubrir que era lo que se trataba su cara fue presa de la sorpresa y el estupor al ver solo unos ojos de color violeta debajo de la cama y como una sombra no muy grande agazapada la estaba observando, y como una cola estaba moviéndose de un sitio a otro. En ese momento Priscila cayo al suelo de espaldas contra la ventana, estaba como inmovilizada por el miedo no podía apartar su vista de aquellos ojos.
─ ¿Susan pero que coño... tienes debajo de la cama...? ...Dime que es un animal raro que has encontrado...─ dijo Priscila acorralándose contra la pared, buscando algún lugar donde esconderse, los nervios los tenia a flor de piel.
─ ¿Pasa algo...? ...─ pregunte extrañada al ver el rostro de Priscila que estaba aterrada por los nervios en su cara podía verse el miedo y como no dejaba de mirarlo.
─ Esta despierto sea lo que sea ...y me esta mirando...dime que no es peligroso...─ dijo Priscila llena de pánico sin poder apartar la vista.
A sus oídos llego una especie de ronroneo muy suave parecía ser como el de un gato que estuviera jugando o disfrutando de aquello, Susan al escucharlo se agacho para ver que es lo que le provocaba tanto estupor a Priscila pero al contrario que ella se quedo encandilada con la belleza de esos ojos que no dejaban de mirarla.
─ Dios...son preciosos...─ dije con tono de sorpresa al ver aquello, vi como la cola no estaba erizada, algunos animales suelen tenerla cuando están nerviosos pero no esta.
─ Vale de acuerdo...pues si es tan bonito sácalo de ahí...por que no pienso dormir con esa cosa debajo de tu cama...─ dijo Priscila levantándose todo lo rápida que pudo y sentándose en su cama.
─ Venga sal afuera...para que te vea...venga por favor...vamos preciosa...─ dije intentando convencer a esa criatura, pero ni siquiera estaba segura de como llamarla si ni comprendía mi lenguaje, solo pensé que al ser en parte humano tendría alguna especie de lenguaje propio.
La criatura se quedo por un momento mirando a Susan desde la oscuridad podía verse claramente como si moviera la cabeza de un lado a otro observándola con detenimiento y en un impuso salto fuera; la primera reacción de Priscila fue coger lo que tuviera mas a mano para golpearla pensando que se hubiera lanzado para atacarla.
─ Maldito bicho...Suéltala...─ dijo Priscila con la papelera cogida entre sus manos alzándola en señal de amenaza, pero a mis oídos llegaron como una especie de llanto, aquel ser estaba llorando, tenia el mas miedo de nosotros que nosotras de el.
─ Detente Priscila...Esta llorando...─dije mientras sentía como sus lagrimas mojaban mis mejillas y su llanto continuaba parecía estar aterrorizada no pude mas que ponerle la mano en su pelo y empezar a acariciarla para que pudiera calmarse, pensé que aquello tendría que haber sido un duro shock tanto para ella como para nosotras.
─ ¿Estas segura...? ...─ pregunto Priscila aun con la papelera en las manos con actitud amenazante, la pobre criatura no pudo mas que mirarla y enseguida volvió a girar la cabeza para continuar llorando estuvimos así unos minutos pude sentir el calor de su piel era muy agradable, parecía envolverme en un abrazo, era muy suave incluso me daba miedo tocarla por hacerle daño; estuvo llorando un buen rato hasta que se calmo y poco a poco se fue quedando dormida, no pude mas que acostarla en la cama para que durmiera.
Después de aquel rato Susan coloco a la pobre criatura sobre la cama arropándolo por suerte aun Priscila ni siquiera se había fijado en su sexo solo tenia alguna ligera certeza que se trataba de una chica, y eso era un alivio para Susan que solo esperaba que no lo descubriera al menos de momento.
─ No me digas que piensas dormir con ella...no sabes lo que te puede hacer...os i esta enferma o algo...─ dijo Priscila preocupada por lo que pudiera sucederme, pero estaba convencida de que solo era miedo y cansancio lo que tenia aquel pobre animal y nada mas, así que me arriesgue.
─ No te preocupes...no me pasara nada además mañana no tengo clases solo por la tarde...así que pensare que es lo que puedo hacer...ahora es mejor ir a dormir...─ dije intentando tranquilizarla y pensando que mañana Priscila tenia clases muy temprano al menos tendría algo de tiempo para poder estudiarla y saber si hablaba y demás y el por que de aquella ropa femenina.
─ Tienes valor pero te aviso...como solo lo vea de pie...que se prepare...─ dijo Priscila dejando cerca de su cama la papelera por si algo ocurría, como siempre dormíamos en ropa interior además era una residencia de chicas y hacia algo de calor así que deje la ventana abierta, me quede por un momento mirando a la luna y pensando en mis cosas.
Mientras Priscila se desnudaba pude ver que siempre llevaba ropa interior provocativa, pero bueno tenia dinero y le gustaba comprar ropa bonita, eso era lo único de lo que sentía envidia de ella.
─ Buenas noches...─dijo Priscila haciendo el símbolo de que la estaría observando por si pasaba algo.
─ Buenas noches...y no te preocupes no pasara nada ...─ dije sonriéndole y metiéndome en la cama en cuanto lo hice volví a sentir aquel calor como si me envolviera y junto a el una sensación de seguridad y de haberlo visto en alguna otra vida pero todo aquello pensé que seria una tontería y ni siquiera le preste atención.
Al momento ambas se quedaron dormidas el resto de la noche paso sin ningún problema pero lo que le esperaba por la mañana ni siquiera Susan lo hubiera podido controlar, aunque sin embargo para Priscila seria el inicio de algo que tampoco se esperaría. Con los primeros rayos de sol despierta nuestra protagonista y nada mas abrirlos su vista se posa en un bulto en la cama algo sospechoso.
─ ¿Pero que demonios...? ...Pero...No puede ser...─dije mientras miraba debajo de la ropa de la cama pero allí estaba y no podía ocultarlo al menos de momento no sabia que hacer solo esperaba que Priscila no se levantara y empezara a liarla, pero aquella tranquilad no me duro mucho tiempo ya que Priscila suele levantarse a la misma hora que yo.
─ Buenos...Dios ...¿No puede ser...? ...¿Es un chico...? ...─ dijo Priscila, abriéndosele los ojos como platos al ver aquello en un momento se encontraba delante de la cama dispuesta a meterse bajo las sabanas con aquella pobre criatura.
─ Priscila ni se te ocurra...ni lo pienses siquiera...¿No estabas tan preocupada ayer por lo que pudiera pasar...? ...─ pregunte haciéndole recordar lo que me había dicho y tanta preocupación en un momento se fue por el sumidero.
─ Pero quien iba a pensar que era un chico...solo vi esa ropa y pensé que era una chica...ya sabes que no soy lesbiana...pero esto cambia muchas cosas...seria una forma de saludarlo...un intercambio cultural si así lo deseas...además es el lenguaje universal...─ dijo Priscila intentando ponerme muchas razones para poder meterse debajo de aquellas sabanas pero no tenia pensado dejarla que lo hiciera.
Priscila y Susan ambas empezaron a discutir y forcejear, pero Susan estaba convencida en no dejarla que se acercara, a saber lo que podría hacer con aquella pobre criatura, desorientada y herida, pero los instintos de Priscila de momento estaban mucho mas aya de cualquier razonamiento, así pasaron un buen rato hasta que en un momento una nueva sorpresa sacudió su lucha matutina.
─ ¿Ama...? ...─ dijo una voz proveniente de la cama, era un tono muy suave y parecía completamente el de una jovencita.
─ ¿Pero que demonios...? ...No puede ser esta hablando...─ dije sorprendida mientras ambas mirábamos aquel ser pronunciando una palabra.
─ Si, yo soy tu ama...─ dijo Priscila acercándose un poco a aquel ser y en un instante se tapo la cara como si estuviera asustada.
─ Apártate un poco parece que la has asustado...─ dije apartando un poco a Priscila y en cuanto lo hice aquella criatura se puso de un salto detrás de mi con la sabana a modo de cubrir su cuerpo.
─ ¿Pero se puede saber que le pasa...? ...No le he hecho nada... aun...─ dijo Priscila que parecía que babeaba mirando aquel ser, ni siquiera estaba en ella así que la hice reaccionar.
─ Priscila, tienes clase es mejor que te des prisa si no te quedaras sin agua caliente además no se va a ir a ninguna parte, al menos podré estar con el o ella para averiguar que es lo que es...date prisa y reacciona...─ dije intentara que se olvidara de el, e hiciera lo que tenia que hacer darse prisa, para llegar a las clases.
─ Muy bien, pero recuerda que me debes una...y no te la pienso dejar pasar...─ dijo Priscila a modo de amenaza, mientras miraba a aquel ser y le soltaba un besito al momento escondió su cabeza detrás de mi como si se protegiera o estuviera avergonzada.
─ Y recuerda ni una palabra de esto...a nadie...mantén la boca cerrada...─ dije pensando que incluso aquello le resultaría difícil desde que la conocía pocos secretos había sabido mantener ocultos menos mal que no eran ninguno sobre mi me hubiera puesto en evidencia.
─ Muy bien...hasta después...─ dijo Priscila mientras cogia del para la ducha y algunas cosas que le harían falta, afuera ya empezaba a escucharse el revoleo de las demás chicas de un sitio para otro y el típico parloteo, solo esperaba que no se le escapara nada de todo aquello, una vez sola me di la vuelta y me quede mirándola a los ojos por un instante.
En cuanto Priscila salio de la habitación para ducharse una idea paso por la mente de Susan solo esperaba poder conocer lo suficiente a aquella criatura y al menos tener la respuesta a las tantas de preguntas que tenia. Al momento le puso las manos en los hombros para que se sentara en la cama y poder hablar tranquilamente.
─ Bueno al fin se fue...Al menos has hablado y te puedo entender....¿Como te llamas...? ...Si tienes algún nombre claro...─ pregunte intentando al menos llamarla por algún nombre que no fuera el de bicho que me sonaba fatal.
─ Me llamo Mali...Ama ...─ dijo Mali bajando la cabeza con los colores subidos a sus mejillas, pero lo que mas me preocupaba es que me llamase ama en aquel momento.
─ No soy tu ama...me llamo Susan...solamente te encontré y te he curado...pero lo que no se ahora es de donde vienes...Quieres parar de hacer eso...─ dije mientras mi vista se fijaba en su cola que iba de un sitio a otro sin cesar, mis ojos no dejaban de mirarla parecía incluso hipnótica.
─ Lo siento Ama ...lo hago sin querer...─ dijo Mali con tono de disculpa, parecía incluso que fuera a llorar de un momento a otro por lo que le había dicho.
─ A ver otra cosa... ¿Por que llevabas esa ropa de mujer...si eres un chico...? ...─ dije siendo para mi una de las preguntas mas importantes que hacia aparte de donde procedía, pero ahora mismo aquella me asalto a la mente.
─ Soy una chica...de donde vengo los que tenemos el pelaje de este color somos chicas...─ dijo Mali haciendo un inciso en la educación que había recibido del sitio que había venido.
─ A ver atiende...no eres una chica es imposible que lo seas...sobre todo por eso y por favor pon las manos encima, incluso con la sabana se nota...─ dije intentando que se cubriera de alguna forma entre el mover de la cola y aquello estaba completamente nerviosa.
─ Soy una chica Ama...─ dijo Mali con las lagrimas a punto de salir por sus ojos ya empezaba a cuestionarme las preguntas a lo mejor de su dimensión esta raza eran las chicas.
─ Tranquila...de acuerdo eres una chica...No debí de haber sido tan agresiva...─ dije intentando que se calmara si no volvería a empezar a llorar nuevamente.
─ Bueno ...¿Y de donde vienes...? ...─ volví a preguntar nuevamente otra de las preguntas importantes que no podía dejar sin respuesta.
─ Vengo de Agino...un sitio muy lejano..Ama ....─ respondió Mali brevemente, por lo visto era muy escueta en sus respuesta, parecía que tenia que sacarle las respuestas con un sacacorchos
─ ¿Todos allí son como tu...? ...─ pregunte para por lo menos hacerme una idea de como era su raza y si en verdad ellos eran las mujeres.
─ Hay todo tipo de nosotros...y todos somos distintos...nosotros somos vendidos como mascotas para las casas...Ama...─ respondió Mali presentándome un panorama de esclavitud y servidumbre en su dimensión, al parecer con estas pobres criaturas.
─ Cuando te refieres a todos...Quieres decir a los que son como tu...─ dije extrañada, solo pensé que a los que tenían este tipo de cuerpo o algo parecido.
─ A los que son de mi color...nos suelen vender como mascotas...y nos ponen un collar de propiedad...con nuestro nombre...Ama...─ dijo Mali explicándose un poco mas por la situación que pasaban que parecía que por el simple hecho de ser de este color ya eran considerados como mascotas y encima hasta le ponían un collar, no podía ni siquiera imaginármelo como deberían de sentirse.
─ Eso es una crueldad...No debería de se así...¿Y como viniste aquí...? ...─ pregunte con curiosidad ya que, era una de las cosas también que mas me importaba.
─ No lo se, pudiera ser que tocase algo, o me empujaran, o estuviera escapando...─ dijo Mali mientras intentaba recordar lo que le había sucedido.
En ese momento Mali empezó a llevarse las manos a la cabeza que parecía dolerle mucho por el simple hecho de recordar aquello hacia que su mente se resistiera a mostrárselo o se lo habían escondido, Susan se acerco para intentar calmarla abrazándola con fuerza, mientras Mali empezó a encontrarse un poco mejor de momento era mejor no volverle a preguntar sobre lo que ocurrió pensó Susan pero en ese momento entro Priscila en la habitación corriendo, vistiendo tan sola una ropa interior de color celeste casi transparente y un sujetador del mismo color con encajes.
─ Vale...ya estoy aquí...─ dijo Priscila entrando a toda prisa como alma que llevaba el diablo al parecer no queria perderse nada de estar con Mali y menos perder una oportunidad si fuera posible.
─ Esta vez si que te has dado prisa...Normalmente sueles tardar como unos veinte minutos en ducharte...aprovechas hasta lo mínimo...─ dije increpándole por lo poco que había tardado y que aun parecía algo mojada, podía verse el agua resbalar por su cuerpo.
─ Bueno no queria perderme a este chicharrón...─ dijo Priscila mientras cogia la ropa para ir al instituto, entre toda la que tenia cogio unos pantalones con agujeros de color celeste y una blusa de color oscuro y encima una chaqueta vaquera y en los pies unas zapatillas de deporte, en cuanto se vistió empezó a cepillarse el pelo aun húmedo.
─ ¿Han preguntado por mi...en las duchas...? ...─ pregunte con curiosidad si alguien se había extrañado de mi ausencia.
─ Algunas que otras me han preguntado por ti...pero les he dicho que como no tienes clases por la mañana...has decidido descansar...─ dijo Priscila mientras se cepillaba el pelo y rebuscaba, algo para cogerlo en una cola.
Susan paseo por un momento por la habitación pensando en que hacer para no dejar a solas a Mali si se descubriera seria un verdadero caos y mas con sus compañeras de biología que lo querrían investigar y eso no podía permitirlo, de momento a su mente vino el darse una ducha tanto el como Mali, e intentar conseguir algo de alimento que lo mas seguro estuviera hambrienta.
─ Bueno ya estoy...solo espero que no te lances sobre el...─ dijo Priscila gastándome la típica broma de siempre, que sabia que me hacia enojar.
─ Sabes que no lo haría, además sabes perfectamente que también lo he hecho y he tenido novio...─ dije defendiéndome de lo que había dicho a pesar de no ser una acusación, pero le gustaba verme rabiar.
─ Si es verdad ese tal Peter...¿Cuanto durasteis...? ...¿Tres meses...? ...Vamos todo un record...y encima fuiste tu quien cortaste...estaba buenísimo...y aun lo sigue estando...pero por desgracia me ha rechazado...lo mismo sigue pensando en ti...─ dijo Priscila como tirándome una indirecta, para que volviera con el.
─ Sabes de sobra que no terminábamos de encajar...por eso lo deje...y no me puedo echar atrás...─ dije con tono de enfado aquella broma siempre acababa de la misma forma.
─ De acuerdo no te mosquees...tengo que irme...Ya nos veremos luego cariño...-- dijo Priscila lanzándole un beso que al instante se volvió a esconder detrás de mi avergonzada o tal vez asustada, al parecer no estaba muy cómoda con Priscila delante suya.
En cuanto Priscila salio de la habitación Mali se tranquilizo un poco, Susan se sentó en la cama y se quedo observándola por un instante, era preciosa y tenia un cuerpo muy bien torneado era imposible que fuera una chica a menos que lo hubieran educado para ello, pronto Mali empezó a moverse por la habitación y enseguida su curiosidad le hizo dar con una cajita en donde Susan guardaba todas sus joyas por decirlo así ya que la mayoría eran pura bisutería, pero el brillo de aquellas cosas hizo que Mali se interesara.
─ ¿Te gustan...? …─ pregunte mientras le veía mirar en el interior de la cajita rebuscándolo entre los pendientes y demás cosas. Aun así no podía apartar la vista de que permanecía desnuda y tenia que buscarle algo de ropa interior al menos, pensé que un sujetador no tendría que ponerle, pero la parte de abajo si pero en ese sitio no tenia ropa interior de hombre.
─ Son preciosos...¿Puedo ponérmelos...Ama...? ...─ pregunto Mali sentándose delante del espejo, en cuanto lo hice pude comprobar que al menos era consciente de que era ella no como algunos animales que no se reconocen al verse.
─ Si claro escoge los que mas te gusten...─ dije mientras rebuscaba con ella los pendientes en la caja al fin a alguien le gustaba lo que compraba era increíble hace un rato ella tenia miedo y ahora mismo parecíamos compañeras casi hermanas a pesar de que era hija única.
─ Estos me encantan...─ dijo Mali cogiéndolos y colocándoselos eran unos muy simples un engarce con una perla pequeños y discretos, al momento cogio el pintalabios y empezó a pintarse los labios, al verla me quede sorprendida era casi imposible que aquel ser pareciera tanto una chica aun siendo un chico.
Susan y Mali pasaron un buen rato probándose pendientes y hablando entre ellas para conocerse un poco pero Susan sabia que no podría ocultarla por mucho tiempo con ella y que tarde o temprano terminarían descubriéndola tenia que encontrar la forma de hacerlo regresar a su dimensión, aunque tampoco era una buena solución por lo que le había contado, su mente dudaba en lo que hacer aunque de momento lo mejor seria darse una ducha, Susan acerco el oído a la puerta y no escucho nada parecía que todas las chicas habían salido ya hacia la universidad y los baños estaban solos, era su oportunidad.
─ Bueno es hora de tomar un baño...No hay nadie es nuestra oportunidad...─ dije mientras buscaba el gel y el champú y algo de ropa. Cogí de la mano a Mali casi tirando de el lo lleve directamente por el pasillo hacia las duchas me quede en la puerta por un instante mirando a ver si veía a alguien pero no encontré a nadie la estancia era grande y completamente alicatada de azulejos de color celeste las duchas estaba separadas por unos muros y cada una tenia su taquilla con llave.
En un momento nada mas entrar casi terminamos en el suelo de lo resbaladizo que estaba, puse a Mali debajo de la ducha si, ella se quedo mirando aquel grifo que salía de la pared de manera extraña, no pude mas que encontrarlo gracioso la forma en que miraba aquella cosa.
─ Mali mira hacia abajo...Y no te asustes...─ dije intentando que no saliera corriendo para alguna parte, en seguida gire el grifo del agua y un chorro cayo encima de ella, Mali se quedo allí como si estuviera debajo de una cascada con la cara de miedo en su rostro pero poco a poco vi que se iba acostumbrando.
En seguida Susan se acerco a Mali y empezó a enjabonarle la cabeza su pelo era muy suave y sedoso, al momento le metió de nuevo bajo la ducha para aclararlo, seguidamente echo un poco de gel en la esponja y empezó a limpiarle el cuerpo teniendo cuidado de no arañarle las magulladuras que tenia en su cuerpo pero cuando llego al a cola fue todo un espectáculo le costo muchísimo hacer que se estuviera quieta y a cada movimiento de la esponja Mali soltaba un gemido que no sabia si era de placer o de dolor.
FIN DEL CAPITULO 1
En una ciudad tan grande como casi todas, con rascacielos enormes, nuestra atención se fija en dos vidas, una de ella casi sin importancia de lo mas normal que intenta darse prisa para llegar a la residencia de chicas, su nombre es Susan y al parecer se ha retrasado en su visita a los centros comerciales y ni siquiera ha prestado atención a su reloj solo espera poder entrar, si no tendrá que escalar los muros, que rodean a la residencia.
Esta joven de unos veinte años de edad aunque sus rasgos podrían decir casi con certeza que tiene dieciocho de rasgos suaves y finos con nariz respingona de ojos algo almendrados y de color azul , su cabello liso le llega hasta la cintura aunque casi siempre se lo recoge con una coleta, según ella dice que le sobra algunos kilos y esta a régimen pero siempre se lo salta de una forma u otra por su pasión por la pastelería; aunque siendo buena en sus estudios siempre acaba aprobando por los pelos esa noche mientras recorre un parque por el que siempre pasea y que a estas horas no hay casi nadie va a encontrarse algo que nunca antes había visto:
─ Dios por que siempre me retrasare tanto...se me va el santo al cielo...solo espero no tener que escalar los muros...Increíble ya hasta hablo sola...¿Pero que demonios es eso...?...─ dije mientras corría por aquel parque que tantas veces había pasado ya ahora sin nadie solo la luz de las farolas iluminaba mi camino, la noche estaba tranquila y con luna llena, cuando pase por un rincón del parque pude ver una cola extraña larga de color rosa y con rayas negras, pensé que podría ser alguna especie de peluche que alguien había tirado entre los arbustos.
─ ¿Pero que demonios...?...¿A quien se le habrá ocurrido tirar un peluche...? ...Pero que leches...─ dije en cuanto moví los arbustos pensando que seria un muñeco de alguna clase pero mi sorpresa fue mayúscula al ver que no era eso se trataba de una especie de combinación entre persona y una especie de animal que no podía reconocer tenia el pelo cortito y despeinado coronado por una diadema de color celeste haciendo contraste con su pelo verde intenso. Sus rasgos parecían los de un animal pero estaban en perfecta sincronía con los de un ser humano, tenia un pequeño hocico de color negro muy lindo, su cuerpo estaba perfectamente formado, tenia una piel suavísima de un color rosa apagado y al final de su espalda había una cola larguísima, estaba vestido con un pequeño top de color rosa, aunque no tenia mucho pecho pensé que lo mismo no estaba muy desarrollada aun, en sus caderas una faldita de color rosa corta y en sus piernas unas medias de color rojo en sus pies unos zapatos de tacón alto del mismo color.
En ese momento la mente de Susan vacila entre llevarse a la pobre criatura o dejarla allí, la sorpresa aun inunda su mente, pero que hacer si la deja podría encontrarla alguien y terminaría peor y si se la lleva no sabe lo que pasaría en la residencia pero al menos estaría segura.
─ Será mejor que me la lleve aunque no se donde te voy a meter...no te puedo dejar aquí...y por supuesto pareces un buen espécimen que estudiar así mato dos pájaros de un tiro...Joder no pareces que peses casi nada...─ dije mientras lo elevaba en brazos en dirección a la residencia, por suerte las verjas estaban aun abiertas, el edificio era bastante grande y en la puerta principal arriba había un cartel con algunas palabras en latín, la entrada estaba decorada con dos columnas y una puerta doble por suerte no estaba cerrada y también tuve suerte de que ninguna chica estuviera por fuera y me viera se habría formado un gran escándalo.
Susan entro en la residencia el edificio era algo antiguo, el interior tenia un perfume un poco agrio las luces estaban encendidas, enfrente suya había una escalera que llevaba a los dormitorios a su derecha una gran estancia con muy bien amueblada y al fondo una chimenea que ahora permanecía apagada, a su izquierda estaba la cocina pero ahora estaba con las puertas cerradas y casi al lado de las escaleras una puerta que llevaba al sótano casi siempre permanecía cerrada salvo en los festivales que entraban a coger todo lo necesario para las decoraciones, Susan subió las escalera alfombradas de color rojo al llegar arriba miro desde esta para comprobar que no había nadie podía escuchar las voces de sus amigas en otras habitaciones por suerte nadie se había enterado que estaba allí, paso por el pasillo y abrió muy despacio el pomo de su habitación al entrar encendió la luz; la habitación no era muy grande pero tenia todo lo necesario un tocador con varias cremas y perfumes con dos cajones y un gran espejo, al fondo un armario muy simple y al lado de este dos camas separadas por una mesilla de noche con un despertador y una pequeña lámpara, la suya y la de su compañera que la mayoría de las veces no se encontraba en su habitación era considerada por ella como una especie de depredadora sexual, se podría decir: "Que se tiraba a todo lo que se meneaba", pero bueno si ella disfrutaba de su vida así Susan no era quien para juzgarla, delicadamente dejo a la pobre criatura en su cama y busco un pequeño botiquín entre sus cosas ya que si hubiera pedido uno hubiera levantado sospechas inmediatamente se dispuso a curar las magulladuras y demás heridas la mayoría no tenia ninguna importancia, solo eran arañazos. Susan en ese momento empezó a quitarle la ropa despacio esperando solo no despertarle, lo primero fue quitarle ese top pequeño y minúsculo pudo ver que su pecho casi se parecía al de un hombre pero estaba muy bien proporcionado para serlo, aunque según su apariencia podría echarle unos dieciocho años y a esa edad sueles tener algo de pecho, aunque no le presto la mas mínima importancia, lo siguiente en quitarle fueron los zapatos tenia unos pies que parecían casi humanos las uñas estaban pintadas de color rojo fuerte, lo siguiente fue la falda que desbrocho con una cremallera que tenia en su costado, la ropa interior era de un color rosa casi se podría decir que eran de cuero con un lacito blanco cuando las bajo no pudo mas que echarse para atrás con sorpresa o miedo no era precisamente lo que esperaba encontrar.
─ ¿Pero que demonios...? ...Pero si tu...No puede ser...Esto es imposible...¿Pero como...? ...─ dije con tono de susto no podía ser lo que estaba viendo, aunque por su apariencia hubiera pensado que era una chica, pero es un chico.
Susan no esperaba que aquella criatura que había pensado que era una chica fuese un chico. La incredulidad aun le duro por un momento mientras paseaba por la habitación nerviosa de un lado para otro no podía creer que aquella criatura fuese un chico por toda aquella ropa parecía una chica. Aquel estupor duro poco cuando escucho golpes en su puerta al parecer su compañera había regresado mucho antes de su cita, pero que podía hacer ahora mismo, no sabia donde esconderlo, en casi ningún sitio de aquella habitación.
─ Susan abre la puerta...¿Se puede saber por que has echado el cerrojo...?...─ dijo la joven mientras zarandeaba la puerta para poder entrar, al parecer estaba de mal humor.
─ Priscila...que rápido que hayas llegado...¿Que ha pasado con tu cita...? ...Normalmente no sueles venir a estas horas...¿Pero donde demonios te escondo?...─ dije pensando donde esconder aquella criatura, peor tenia la mente en blanco me resultaba imposible.
─ Ese tipo era un imbecil...solo queria cariños y mimos...un romanticón redomado...ya estaba harta...¿Pero quieres abrir?...¿Se puede saber que estas haciendo...?...Pero vamos si molesto y estas con alguien me lo dices y me doy una vuelta...─ dijo Priscila con un tono de cachondeo sabiendo perfectamente que nunca traía nadie a la habitación y era yo la que me tenia que ir de vez en cuando a dar una vuelta.
Susan nerviosa empezó a rebuscar por toda la habitación sabiendo que no podía entretenerse mucho buscando un lugar no tenia ni idea y sin pensarlo mas decidió coger a la criatura y ponerla debajo la cama. cogio su ropa y la lanzo debajo de esta también. Habiendo terminado se dirigió a la puerta y la abrió todo lo tranquila que podía estar.
─ Joder si que has tardado...se puede saber que estabas haciendo...─ dijo Priscila mientras miraba por la ventana por si alguien había escapado por ella, seguidamente se tumbo en la cama para descansar un poco.
La ropa de Priscila siempre que salía de cacería según ella era de lo mas provocativa, aunque para dar la apariencia de niña buena también tenia otra colección de ropa, esta noche llevaba unos pantalones de cuero negro muy ajustados pensaba que al quitárselos tendría que hacerlo con un abrelatas, encima de este llevaba una camiseta de color rojo pasión con un gran corazón rosa y con un amplio escote, en los pies tenia unos zapatos de tacón bajo marrones y con la puntera abierta, su pelo estaba recogido casi siempre, tenia un color cobrizo, era de corpulencia media y poseía unos encantos que bastantes de la residencia envidiaban, sus rasgos eran algo marcados pero estaba suavizados por sus mejillas regordetas, sus ojos eran de un color verde azulado muy bonitos y en esta ocasión llevaba un pintalabios de color rojo pasión para rematar toda su vestimenta aparte del maquillaje.
─ ¿De verdad no había nadie...? ...¿Que es eso...?...─ pregunto Priscila extrañada mirando desde la cama hacia todas partes, pero con tan mala suerte que termino fijándose en parte de la ropa de la criatura.
─ ¿A que te refieres...? ...─ respondí nerviosamente mirando hacia todos lados, por suerte mi mirada se poso en parte de la ropa que no había podido echar bajo la cama.
─ ¿No me digas que te has comprado un conjunto...para ir de cacería conmigo...? ...No me lo puedo creer nena...pero esto creo que te esta un poco pequeño la verdad...pero aun así es algo atrevido...─ dijo Priscila mientras miraba la faldita corta de color rosa y me la ponía en mi cintura comparando su anchura.
Priscila se quedo por unos instantes mirando la anchura de aquella prenda con su cintura y bromeando con el conjunto, sin percatarse de momento que Susan había visto parte de la cola de aquella criatura que no estaba escondida bien bajo la cama y en esa situación no podía moverse a ninguna parte, de una patada suave la introdujo de nuevo bajo la cama, pero al instante volvió a salir nuevamente, parecía que aquel apéndice tuviera vida propia, Susan volvió a insistir nuevamente en su movimiento pero de nuevo aquello salio fuera de la cama. El nerviosismo estaba pudiendo con ella podía verse incluso como comenzaba a sudar por los nervios y su vista no se apartaba de aquella cola.
─ Susan...¿Me estas escuchando...?...Se puede saber que miras con tanto empeño...?...─ dijo Priscila, mirando al suelo en ese momento pegue un zapatazo y volví a meter la cola, el sonido asusto a Priscila y dejo de mirar al momento.
─ Coñooooo...Susan que susto me has dado...¿Pero que haces...?...No me digas que lo tienes escondido debajo de la cama...Ja, ja, ja, ja... Que fuerte tía...─ dijo Priscila de manera cómica incluso se puso al otro lado de la cama para mirar, pero no podía permitírselo que lo hiciera, no podría explicárselo de ninguna forma.
Susan empezó a intentar que no mirara Priscila debajo de la cama, de un lado para otro de la habitación incluso se lanzo encima de ella, aquello iba para rato ambas cogieron las almohadas y comenzaron a golpearse una a la otra, pero en un descuido de Susan Priscila lo aprovecho para mirar debajo de la cama y descubrir que era lo que se trataba su cara fue presa de la sorpresa y el estupor al ver solo unos ojos de color violeta debajo de la cama y como una sombra no muy grande agazapada la estaba observando, y como una cola estaba moviéndose de un sitio a otro. En ese momento Priscila cayo al suelo de espaldas contra la ventana, estaba como inmovilizada por el miedo no podía apartar su vista de aquellos ojos.
─ ¿Susan pero que coño... tienes debajo de la cama...? ...Dime que es un animal raro que has encontrado...─ dijo Priscila acorralándose contra la pared, buscando algún lugar donde esconderse, los nervios los tenia a flor de piel.
─ ¿Pasa algo...? ...─ pregunte extrañada al ver el rostro de Priscila que estaba aterrada por los nervios en su cara podía verse el miedo y como no dejaba de mirarlo.
─ Esta despierto sea lo que sea ...y me esta mirando...dime que no es peligroso...─ dijo Priscila llena de pánico sin poder apartar la vista.
A sus oídos llego una especie de ronroneo muy suave parecía ser como el de un gato que estuviera jugando o disfrutando de aquello, Susan al escucharlo se agacho para ver que es lo que le provocaba tanto estupor a Priscila pero al contrario que ella se quedo encandilada con la belleza de esos ojos que no dejaban de mirarla.
─ Dios...son preciosos...─ dije con tono de sorpresa al ver aquello, vi como la cola no estaba erizada, algunos animales suelen tenerla cuando están nerviosos pero no esta.
─ Vale de acuerdo...pues si es tan bonito sácalo de ahí...por que no pienso dormir con esa cosa debajo de tu cama...─ dijo Priscila levantándose todo lo rápida que pudo y sentándose en su cama.
─ Venga sal afuera...para que te vea...venga por favor...vamos preciosa...─ dije intentando convencer a esa criatura, pero ni siquiera estaba segura de como llamarla si ni comprendía mi lenguaje, solo pensé que al ser en parte humano tendría alguna especie de lenguaje propio.
La criatura se quedo por un momento mirando a Susan desde la oscuridad podía verse claramente como si moviera la cabeza de un lado a otro observándola con detenimiento y en un impuso salto fuera; la primera reacción de Priscila fue coger lo que tuviera mas a mano para golpearla pensando que se hubiera lanzado para atacarla.
─ Maldito bicho...Suéltala...─ dijo Priscila con la papelera cogida entre sus manos alzándola en señal de amenaza, pero a mis oídos llegaron como una especie de llanto, aquel ser estaba llorando, tenia el mas miedo de nosotros que nosotras de el.
─ Detente Priscila...Esta llorando...─dije mientras sentía como sus lagrimas mojaban mis mejillas y su llanto continuaba parecía estar aterrorizada no pude mas que ponerle la mano en su pelo y empezar a acariciarla para que pudiera calmarse, pensé que aquello tendría que haber sido un duro shock tanto para ella como para nosotras.
─ ¿Estas segura...? ...─ pregunto Priscila aun con la papelera en las manos con actitud amenazante, la pobre criatura no pudo mas que mirarla y enseguida volvió a girar la cabeza para continuar llorando estuvimos así unos minutos pude sentir el calor de su piel era muy agradable, parecía envolverme en un abrazo, era muy suave incluso me daba miedo tocarla por hacerle daño; estuvo llorando un buen rato hasta que se calmo y poco a poco se fue quedando dormida, no pude mas que acostarla en la cama para que durmiera.
Después de aquel rato Susan coloco a la pobre criatura sobre la cama arropándolo por suerte aun Priscila ni siquiera se había fijado en su sexo solo tenia alguna ligera certeza que se trataba de una chica, y eso era un alivio para Susan que solo esperaba que no lo descubriera al menos de momento.
─ No me digas que piensas dormir con ella...no sabes lo que te puede hacer...os i esta enferma o algo...─ dijo Priscila preocupada por lo que pudiera sucederme, pero estaba convencida de que solo era miedo y cansancio lo que tenia aquel pobre animal y nada mas, así que me arriesgue.
─ No te preocupes...no me pasara nada además mañana no tengo clases solo por la tarde...así que pensare que es lo que puedo hacer...ahora es mejor ir a dormir...─ dije intentando tranquilizarla y pensando que mañana Priscila tenia clases muy temprano al menos tendría algo de tiempo para poder estudiarla y saber si hablaba y demás y el por que de aquella ropa femenina.
─ Tienes valor pero te aviso...como solo lo vea de pie...que se prepare...─ dijo Priscila dejando cerca de su cama la papelera por si algo ocurría, como siempre dormíamos en ropa interior además era una residencia de chicas y hacia algo de calor así que deje la ventana abierta, me quede por un momento mirando a la luna y pensando en mis cosas.
Mientras Priscila se desnudaba pude ver que siempre llevaba ropa interior provocativa, pero bueno tenia dinero y le gustaba comprar ropa bonita, eso era lo único de lo que sentía envidia de ella.
─ Buenas noches...─dijo Priscila haciendo el símbolo de que la estaría observando por si pasaba algo.
─ Buenas noches...y no te preocupes no pasara nada ...─ dije sonriéndole y metiéndome en la cama en cuanto lo hice volví a sentir aquel calor como si me envolviera y junto a el una sensación de seguridad y de haberlo visto en alguna otra vida pero todo aquello pensé que seria una tontería y ni siquiera le preste atención.
Al momento ambas se quedaron dormidas el resto de la noche paso sin ningún problema pero lo que le esperaba por la mañana ni siquiera Susan lo hubiera podido controlar, aunque sin embargo para Priscila seria el inicio de algo que tampoco se esperaría. Con los primeros rayos de sol despierta nuestra protagonista y nada mas abrirlos su vista se posa en un bulto en la cama algo sospechoso.
─ ¿Pero que demonios...? ...Pero...No puede ser...─dije mientras miraba debajo de la ropa de la cama pero allí estaba y no podía ocultarlo al menos de momento no sabia que hacer solo esperaba que Priscila no se levantara y empezara a liarla, pero aquella tranquilad no me duro mucho tiempo ya que Priscila suele levantarse a la misma hora que yo.
─ Buenos...Dios ...¿No puede ser...? ...¿Es un chico...? ...─ dijo Priscila, abriéndosele los ojos como platos al ver aquello en un momento se encontraba delante de la cama dispuesta a meterse bajo las sabanas con aquella pobre criatura.
─ Priscila ni se te ocurra...ni lo pienses siquiera...¿No estabas tan preocupada ayer por lo que pudiera pasar...? ...─ pregunte haciéndole recordar lo que me había dicho y tanta preocupación en un momento se fue por el sumidero.
─ Pero quien iba a pensar que era un chico...solo vi esa ropa y pensé que era una chica...ya sabes que no soy lesbiana...pero esto cambia muchas cosas...seria una forma de saludarlo...un intercambio cultural si así lo deseas...además es el lenguaje universal...─ dijo Priscila intentando ponerme muchas razones para poder meterse debajo de aquellas sabanas pero no tenia pensado dejarla que lo hiciera.
Priscila y Susan ambas empezaron a discutir y forcejear, pero Susan estaba convencida en no dejarla que se acercara, a saber lo que podría hacer con aquella pobre criatura, desorientada y herida, pero los instintos de Priscila de momento estaban mucho mas aya de cualquier razonamiento, así pasaron un buen rato hasta que en un momento una nueva sorpresa sacudió su lucha matutina.
─ ¿Ama...? ...─ dijo una voz proveniente de la cama, era un tono muy suave y parecía completamente el de una jovencita.
─ ¿Pero que demonios...? ...No puede ser esta hablando...─ dije sorprendida mientras ambas mirábamos aquel ser pronunciando una palabra.
─ Si, yo soy tu ama...─ dijo Priscila acercándose un poco a aquel ser y en un instante se tapo la cara como si estuviera asustada.
─ Apártate un poco parece que la has asustado...─ dije apartando un poco a Priscila y en cuanto lo hice aquella criatura se puso de un salto detrás de mi con la sabana a modo de cubrir su cuerpo.
─ ¿Pero se puede saber que le pasa...? ...No le he hecho nada... aun...─ dijo Priscila que parecía que babeaba mirando aquel ser, ni siquiera estaba en ella así que la hice reaccionar.
─ Priscila, tienes clase es mejor que te des prisa si no te quedaras sin agua caliente además no se va a ir a ninguna parte, al menos podré estar con el o ella para averiguar que es lo que es...date prisa y reacciona...─ dije intentara que se olvidara de el, e hiciera lo que tenia que hacer darse prisa, para llegar a las clases.
─ Muy bien, pero recuerda que me debes una...y no te la pienso dejar pasar...─ dijo Priscila a modo de amenaza, mientras miraba a aquel ser y le soltaba un besito al momento escondió su cabeza detrás de mi como si se protegiera o estuviera avergonzada.
─ Y recuerda ni una palabra de esto...a nadie...mantén la boca cerrada...─ dije pensando que incluso aquello le resultaría difícil desde que la conocía pocos secretos había sabido mantener ocultos menos mal que no eran ninguno sobre mi me hubiera puesto en evidencia.
─ Muy bien...hasta después...─ dijo Priscila mientras cogia del para la ducha y algunas cosas que le harían falta, afuera ya empezaba a escucharse el revoleo de las demás chicas de un sitio para otro y el típico parloteo, solo esperaba que no se le escapara nada de todo aquello, una vez sola me di la vuelta y me quede mirándola a los ojos por un instante.
En cuanto Priscila salio de la habitación para ducharse una idea paso por la mente de Susan solo esperaba poder conocer lo suficiente a aquella criatura y al menos tener la respuesta a las tantas de preguntas que tenia. Al momento le puso las manos en los hombros para que se sentara en la cama y poder hablar tranquilamente.
─ Bueno al fin se fue...Al menos has hablado y te puedo entender....¿Como te llamas...? ...Si tienes algún nombre claro...─ pregunte intentando al menos llamarla por algún nombre que no fuera el de bicho que me sonaba fatal.
─ Me llamo Mali...Ama ...─ dijo Mali bajando la cabeza con los colores subidos a sus mejillas, pero lo que mas me preocupaba es que me llamase ama en aquel momento.
─ No soy tu ama...me llamo Susan...solamente te encontré y te he curado...pero lo que no se ahora es de donde vienes...Quieres parar de hacer eso...─ dije mientras mi vista se fijaba en su cola que iba de un sitio a otro sin cesar, mis ojos no dejaban de mirarla parecía incluso hipnótica.
─ Lo siento Ama ...lo hago sin querer...─ dijo Mali con tono de disculpa, parecía incluso que fuera a llorar de un momento a otro por lo que le había dicho.
─ A ver otra cosa... ¿Por que llevabas esa ropa de mujer...si eres un chico...? ...─ dije siendo para mi una de las preguntas mas importantes que hacia aparte de donde procedía, pero ahora mismo aquella me asalto a la mente.
─ Soy una chica...de donde vengo los que tenemos el pelaje de este color somos chicas...─ dijo Mali haciendo un inciso en la educación que había recibido del sitio que había venido.
─ A ver atiende...no eres una chica es imposible que lo seas...sobre todo por eso y por favor pon las manos encima, incluso con la sabana se nota...─ dije intentando que se cubriera de alguna forma entre el mover de la cola y aquello estaba completamente nerviosa.
─ Soy una chica Ama...─ dijo Mali con las lagrimas a punto de salir por sus ojos ya empezaba a cuestionarme las preguntas a lo mejor de su dimensión esta raza eran las chicas.
─ Tranquila...de acuerdo eres una chica...No debí de haber sido tan agresiva...─ dije intentando que se calmara si no volvería a empezar a llorar nuevamente.
─ Bueno ...¿Y de donde vienes...? ...─ volví a preguntar nuevamente otra de las preguntas importantes que no podía dejar sin respuesta.
─ Vengo de Agino...un sitio muy lejano..Ama ....─ respondió Mali brevemente, por lo visto era muy escueta en sus respuesta, parecía que tenia que sacarle las respuestas con un sacacorchos
─ ¿Todos allí son como tu...? ...─ pregunte para por lo menos hacerme una idea de como era su raza y si en verdad ellos eran las mujeres.
─ Hay todo tipo de nosotros...y todos somos distintos...nosotros somos vendidos como mascotas para las casas...Ama...─ respondió Mali presentándome un panorama de esclavitud y servidumbre en su dimensión, al parecer con estas pobres criaturas.
─ Cuando te refieres a todos...Quieres decir a los que son como tu...─ dije extrañada, solo pensé que a los que tenían este tipo de cuerpo o algo parecido.
─ A los que son de mi color...nos suelen vender como mascotas...y nos ponen un collar de propiedad...con nuestro nombre...Ama...─ dijo Mali explicándose un poco mas por la situación que pasaban que parecía que por el simple hecho de ser de este color ya eran considerados como mascotas y encima hasta le ponían un collar, no podía ni siquiera imaginármelo como deberían de sentirse.
─ Eso es una crueldad...No debería de se así...¿Y como viniste aquí...? ...─ pregunte con curiosidad ya que, era una de las cosas también que mas me importaba.
─ No lo se, pudiera ser que tocase algo, o me empujaran, o estuviera escapando...─ dijo Mali mientras intentaba recordar lo que le había sucedido.
En ese momento Mali empezó a llevarse las manos a la cabeza que parecía dolerle mucho por el simple hecho de recordar aquello hacia que su mente se resistiera a mostrárselo o se lo habían escondido, Susan se acerco para intentar calmarla abrazándola con fuerza, mientras Mali empezó a encontrarse un poco mejor de momento era mejor no volverle a preguntar sobre lo que ocurrió pensó Susan pero en ese momento entro Priscila en la habitación corriendo, vistiendo tan sola una ropa interior de color celeste casi transparente y un sujetador del mismo color con encajes.
─ Vale...ya estoy aquí...─ dijo Priscila entrando a toda prisa como alma que llevaba el diablo al parecer no queria perderse nada de estar con Mali y menos perder una oportunidad si fuera posible.
─ Esta vez si que te has dado prisa...Normalmente sueles tardar como unos veinte minutos en ducharte...aprovechas hasta lo mínimo...─ dije increpándole por lo poco que había tardado y que aun parecía algo mojada, podía verse el agua resbalar por su cuerpo.
─ Bueno no queria perderme a este chicharrón...─ dijo Priscila mientras cogia la ropa para ir al instituto, entre toda la que tenia cogio unos pantalones con agujeros de color celeste y una blusa de color oscuro y encima una chaqueta vaquera y en los pies unas zapatillas de deporte, en cuanto se vistió empezó a cepillarse el pelo aun húmedo.
─ ¿Han preguntado por mi...en las duchas...? ...─ pregunte con curiosidad si alguien se había extrañado de mi ausencia.
─ Algunas que otras me han preguntado por ti...pero les he dicho que como no tienes clases por la mañana...has decidido descansar...─ dijo Priscila mientras se cepillaba el pelo y rebuscaba, algo para cogerlo en una cola.
Susan paseo por un momento por la habitación pensando en que hacer para no dejar a solas a Mali si se descubriera seria un verdadero caos y mas con sus compañeras de biología que lo querrían investigar y eso no podía permitirlo, de momento a su mente vino el darse una ducha tanto el como Mali, e intentar conseguir algo de alimento que lo mas seguro estuviera hambrienta.
─ Bueno ya estoy...solo espero que no te lances sobre el...─ dijo Priscila gastándome la típica broma de siempre, que sabia que me hacia enojar.
─ Sabes que no lo haría, además sabes perfectamente que también lo he hecho y he tenido novio...─ dije defendiéndome de lo que había dicho a pesar de no ser una acusación, pero le gustaba verme rabiar.
─ Si es verdad ese tal Peter...¿Cuanto durasteis...? ...¿Tres meses...? ...Vamos todo un record...y encima fuiste tu quien cortaste...estaba buenísimo...y aun lo sigue estando...pero por desgracia me ha rechazado...lo mismo sigue pensando en ti...─ dijo Priscila como tirándome una indirecta, para que volviera con el.
─ Sabes de sobra que no terminábamos de encajar...por eso lo deje...y no me puedo echar atrás...─ dije con tono de enfado aquella broma siempre acababa de la misma forma.
─ De acuerdo no te mosquees...tengo que irme...Ya nos veremos luego cariño...-- dijo Priscila lanzándole un beso que al instante se volvió a esconder detrás de mi avergonzada o tal vez asustada, al parecer no estaba muy cómoda con Priscila delante suya.
En cuanto Priscila salio de la habitación Mali se tranquilizo un poco, Susan se sentó en la cama y se quedo observándola por un instante, era preciosa y tenia un cuerpo muy bien torneado era imposible que fuera una chica a menos que lo hubieran educado para ello, pronto Mali empezó a moverse por la habitación y enseguida su curiosidad le hizo dar con una cajita en donde Susan guardaba todas sus joyas por decirlo así ya que la mayoría eran pura bisutería, pero el brillo de aquellas cosas hizo que Mali se interesara.
─ ¿Te gustan...? …─ pregunte mientras le veía mirar en el interior de la cajita rebuscándolo entre los pendientes y demás cosas. Aun así no podía apartar la vista de que permanecía desnuda y tenia que buscarle algo de ropa interior al menos, pensé que un sujetador no tendría que ponerle, pero la parte de abajo si pero en ese sitio no tenia ropa interior de hombre.
─ Son preciosos...¿Puedo ponérmelos...Ama...? ...─ pregunto Mali sentándose delante del espejo, en cuanto lo hice pude comprobar que al menos era consciente de que era ella no como algunos animales que no se reconocen al verse.
─ Si claro escoge los que mas te gusten...─ dije mientras rebuscaba con ella los pendientes en la caja al fin a alguien le gustaba lo que compraba era increíble hace un rato ella tenia miedo y ahora mismo parecíamos compañeras casi hermanas a pesar de que era hija única.
─ Estos me encantan...─ dijo Mali cogiéndolos y colocándoselos eran unos muy simples un engarce con una perla pequeños y discretos, al momento cogio el pintalabios y empezó a pintarse los labios, al verla me quede sorprendida era casi imposible que aquel ser pareciera tanto una chica aun siendo un chico.
Susan y Mali pasaron un buen rato probándose pendientes y hablando entre ellas para conocerse un poco pero Susan sabia que no podría ocultarla por mucho tiempo con ella y que tarde o temprano terminarían descubriéndola tenia que encontrar la forma de hacerlo regresar a su dimensión, aunque tampoco era una buena solución por lo que le había contado, su mente dudaba en lo que hacer aunque de momento lo mejor seria darse una ducha, Susan acerco el oído a la puerta y no escucho nada parecía que todas las chicas habían salido ya hacia la universidad y los baños estaban solos, era su oportunidad.
─ Bueno es hora de tomar un baño...No hay nadie es nuestra oportunidad...─ dije mientras buscaba el gel y el champú y algo de ropa. Cogí de la mano a Mali casi tirando de el lo lleve directamente por el pasillo hacia las duchas me quede en la puerta por un instante mirando a ver si veía a alguien pero no encontré a nadie la estancia era grande y completamente alicatada de azulejos de color celeste las duchas estaba separadas por unos muros y cada una tenia su taquilla con llave.
En un momento nada mas entrar casi terminamos en el suelo de lo resbaladizo que estaba, puse a Mali debajo de la ducha si, ella se quedo mirando aquel grifo que salía de la pared de manera extraña, no pude mas que encontrarlo gracioso la forma en que miraba aquella cosa.
─ Mali mira hacia abajo...Y no te asustes...─ dije intentando que no saliera corriendo para alguna parte, en seguida gire el grifo del agua y un chorro cayo encima de ella, Mali se quedo allí como si estuviera debajo de una cascada con la cara de miedo en su rostro pero poco a poco vi que se iba acostumbrando.
En seguida Susan se acerco a Mali y empezó a enjabonarle la cabeza su pelo era muy suave y sedoso, al momento le metió de nuevo bajo la ducha para aclararlo, seguidamente echo un poco de gel en la esponja y empezó a limpiarle el cuerpo teniendo cuidado de no arañarle las magulladuras que tenia en su cuerpo pero cuando llego al a cola fue todo un espectáculo le costo muchísimo hacer que se estuviera quieta y a cada movimiento de la esponja Mali soltaba un gemido que no sabia si era de placer o de dolor.
FIN DEL CAPITULO 1
P.D: Aunque no es precisamente mi estilo preferido pero bueno lo tenia por ahi espero que os guste muchas gracias a todos

Responder